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Eventos y actividades

Leamos Más en la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Buenos Aires

Los niños son los invitados de honor: han pintado, escuchado cuentos, ilustrado cómics, etc
Los niños son los invitados de honor: han pintado, escuchado cuentos, ilustrado cómics, etc

Desde el 8 al 23 de julio se ha estado llevando a cabo en Buenos Aires la «Feria del Libro Infantil y Juvenil, la magia continúa» una de las más concurridas de habla hispana en su tipo. Participan cerca de 100 expositores y la visitan más de 300.000 personas de acuerdo a los antecedentes proporcionados por «Fundación El Libro» institución organizadora en Argentina.

Este año Leamos Más estará presente , en las Jornadas para Docentes y Mediadores de Lectura «Ábrete Libro« participando en la mesa redonda «Panorama de la literatura infantil y juvenil chilena contemporánea» que se realizará el jueves 18 de julio a las 16.15 hrs. El grupo estará conformado por  Catalina Infante editora de Catalonia y Licenciada en Literatura, por quien les escribe Claudia Gilardoni. La coordinadora de esta actividad es Fanny Cavieres Silva, licenciada en Lengua y Literatura, a cargo de  LIJ Chilena y Lij Alemana. En particular, me corresponderá comentar respecto a las políticas públicas en torno al fomento lector en Chile, aspecto que compete a la Dirección de Archivos y Museos, el MINEDUC y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de nuestro país.

Pero Chile no será representado sólo con este grupo, ya que los entusiastas especialistas en LIJ chilena del otro lado de la cordillera también nos manifestaremos en la voz del escritor y experto en Literatura Latinoamericana Manuel Peña Muñoz, quien abrirá la jornada con la conferencia Los precursores de la Literatura Infantil y Juvenil Latinoamericana. Posteriormente el escritor chileno de libros infantiles Mauricio Paredes planteará la temática «Literatura Juvenil Latinoamericana» junto con Javier Arévalo (Perú), Liliana Bodoc. El programa completo está disponible en el detalle de la jornada planificada para este jueves 18 de julio 

 

 

Panoramas y material para compartir sin moverse del escritorio

Como es de esperar, la sección infantil de la Feria es una de las que más atrae público
Como es de esperar, la sección infantil de la Feria es una de las que más atrae público

La Feria del Libro Infantil y Juvenil ofrece material para compartir con editores, coordinadores y encargados de bibliotecas, bibliotecarios, y por supuesto con los buenos lectores de todas las edades. En otras oportunidades he publicado post sobre ferias del libro en el extranjero (Frankfurt, Guadalajara)a las cuales no he tenido oportunidad de asistir, sin embargo visitando sus sitios web siempre termino encontrando algo novedoso de lo cual saco algo en limpio que me sirve de una u otra forma. Esta no es la excepción, revisando el web de la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Buenos Aires encontré algunas actividades y recursos interesantes que compartir con ustedes:

Quizás ustedes revisen el sitio web y vean algunas otras novedades de su interés. O quizás en su muro de Facebook  o en siguiéndolos en twitter @ferialibroinf

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Eventos y actividades

El poder del Colibrí

medallacolibriEl colibrí logra quitarse gotas de lluvia de la cabeza, mientras sigue en pleno vuelo sin perder  un ápice de su estabilidad. Gracias al estudio de esta ave, se han generado diversas teorías y estudios que han permitido aplicaciones  en disciplinas como la aerodinámica, la biomecánica y la mecánica, por nombrar algunas.

Si un ave que sólo pesa 8,5 mg. es capaz de inspirar a ingenieros, astronautas, mecánicos y quien sabe cuantos otros profesionales y científicos más, imaginen lo que logrará inspirando a editores, escritores e ilustradores. Puede que  haya sido eso lo que pensaron los miembros de IBBY Chile  y del Centro Lector Lo Barnechea cuando decidieron lanzar, a nivel nacional, este concurso. Pero en realidad el nombre se debe a que Ibby Chile es la Corporación del Libro Infantil y Juvenil, lo que abreviado nos lleva a Colibrí. Además de contarnos el origen del nombre, los coordinadores de esta iniciativa señalan: “La Medalla Colibrí pretende seleccionar y recomendar libros para niños y jóvenes dentro de una producción cada vez más abundante de volúmenes, siendo un referente para los mediadores de lectura”.

Versión 2013 de la Medalla Colibrí
Versión 2013 de la Medalla Colibrí

El año pasado tuve el gusto de asistir a la premiación 2012 en el marco de la FILSA, por lo que este año sigo participando a través de la difusión de este concurso. En esta etapa el objetivo es llegar a todos los interesados que hayan publicado durante el año 2012, para que haya muchos postulantes a lo largo del país  en cada una de las categorías (infantil, juvenil, colección, editorial). Editores, escritores, bibliotecarios, ilustradores, diseñadores y en general  todas las personas vinculadas con el mundo de la edición, la publicación y la literatura LIJ están invitadas a revisar las Bases Medalla Colibrí 2013.

 

¿Interesados(as)? Pongan atención a las bases 

En esta convocatoria  podrán participar las obras editadas en Chile entre enero y diciembre 2012 y también aquellas de autores o ilustradores chilenos o extranjeros publicadas en el país en idioma castellano. Las obras serán seleccionadas por un jurado conformado por especialistas de diferentes áreas vinculadas a la literatura infantil y juvenil: docentes, bibliotecarios, ilustradores, investigadores, diseñadores, mediadores de lectura y fomento lector.

La premiación se llevará a cabo en la 33ª Feria Internacional del Libro de Santiago, que este año tendrá lugar del 25 de octubre al 10 de noviembre en el Centro Cultural Estación Mapocho. Información y consultas a los correos electrónicos [email protected] o [email protected].

Quienes deseen postular pueden hacerlo  hasta el 12 de Julio 2013Puedes informarte sobre éste y otros detalles en las bases del concurso 2013, así como también puedes conocer los ganadores que hubo el  año 2012 en cada una de las categorías.

 

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Material de Trabajo

Storytelling: el arte de contar historias

Las historias tienen un comienzo común
Las historias tienen un comienzo común

Las historias han existido siempre, y el arte de contarlas también. Desde los cuentos infantiles hasta las más elaboradas tramas que mezclan distintas narrativas. Y es ese el tema del que se ocupa este nuevo post, pues hablaremos del concepto Storytelling, conocido también como Narrativa Transmedia.  Fue Henry Jenkins (sociólogo y académico del MIT) quien planteó este concepto el año 2003 con el objetivo de definir la técnica narrativa basada en la creación de historias que se desarrollan a través de múltiples medios y plataformas, integrando experiencias de carácter interactivo. Fue en su famoso artículo ,Transmedia Storytellig  donde introdujo el término  y señaló: «los niños que han crecido consumiendo y disfrutando Pokémon a través de varios medios se esperan la misma experiencia de otras historias a medida que se hagan mayores. Pokémon se despliega a través de juegos, programas de televisión, películas y libros, y ningún medio se privilegia sobre el otro«. El storytelling no es simplemente una adaptación de un lenguaje a otro, puesto que introduce nuevos giros a la historia, otros personajes e incluso finales alternativos que el autor no hubiese imaginado. Y si a eso se agrega el hecho de plantear nuevas experiencias de lectura que consideran el uso de tecnología, el resultado es muy disímil a lo que ocurre con las adaptaciones narrativas que comúnmente conocemos. En esta línea hay casos emblemáticos de los que me he enterado preparando este post, que se han basado en historias como «El señor de los anillos«, «Harry Potter» «La Guerra de las Galaxias» e incluso «Orgullo y Prejuicio». Estas historias concebidas como novela han sido traspasadas, sucesivamente, a formato cómic, película, al de juegos en línea y otros medios que se basan en la historia central. Aunque en algunos casos ésta ha cambiado mucho, como en el caso de Orgullo y Prejuicio llevada a una historia de zombies en formato cómic (claramente esto tiene sus detractores, por la deformación con la hsitoria original).

Aplicaciones del Storytelling

El storytelling ha ganado mucho peso tanto en el ámbito empresarial como en el político. En el ámbito comercial ha tenido un impacto fuerte y a sido muy aplicado en campañas publicitarias, de «recordación» y fidelización de marcas. La aerolínea Air New Zealand usó el storytelling valiéndose del hecho que en su país se filmó «El Señor de los Anillos», para lo cual recreo una parte de la historia de los hobbits en un video que promueve la seguridad abordo del avión. De esa forma, el clásico video de seguridad que nadie quiere ver porque es aburrido,  ha cambiado y es tan entretenido que su nivel de recordación aumentó considerablemente. La campaña está muy bien hecha, considerando que participe incluso el mismo Peter Jackson (quien duera director del tres películas de la saga «El señor de los anilos»). De acuerdo a quienes usan el storytelling en el ámbito de la publicidad y las campañas:    «un buen relato ha de contener siempre valor narrativo y para ello ha de tener acción y debe poder contarse a terceros». Desde este punto de vista, entonces, es necesario seducir mediante el relato, logrando que los interlocutores queden emocionados y entusiasmados con la historia. Visto desde este punto de vista, el valor añadido de la historia se encuentra en conseguir que los demás se entusiasmen y participen a tal punto, que deseen contárselo a otros.

 

Es en esta línea que destaco lo que señala el asesor y especiaslista en el tema Antonio Nuñez  en su artítulo El Storytelling y la hoguera digital: «La NASA contrató al guionista Syd Field para que sus científicos relataran sus descubrimientos de manera seductora. Los think tanks (centros de estudio e investigación) responsables de las estrategias de los partidos republicano y demócrata estadounidenses han cedido sus mejores despachos y presupuestos a especialistas en la materia, como Frank Luntz o el neurolingüista George Lakoff. La industria cinematográfica y los grandes grupos multimedia utilizan el storytelling para crear sus películas y videojuegos». Y así, la lista suma y sigue hasta llegar al mercado editorial. El año 2011 se publicó el primer experimento editorial en español que explora la narrativa transmedia o storytelling con eñ libro «El silencio se mueve»   del escritor español Fernando Marías en la que el lector podía interactuar  con personajes. La novela  emplea diversos elementos narrativos, como varios relatos cortos, un cómic, varias páginas web e incluso un número de teléfono al que el lector puede llamar para saber más sobre los personajes.

Páginas internas del "Silencio te mueve"
Páginas internas del «Silencio se mueve»

¿Moda? ¿Más tecnología para quienes no aprendemos a usar al 100% los smaptphones? ¿Distractores? ¿Nuevos recursos multimediales que nos enseñan que hay que seguir aprendiendo y descubriendo nuevos métodos y didácticas?. No tengo la respuesta, quizás este post es un intento de llegar a mis conclusiones y de paso saber que opinan los lectores de Leamos Más.

¿Cuentacuentos?

Desde la perspectiva de fomento lector, sin duda queremos que los lectores queden ensimismados con las historias de los cuentos, novelas, cómics, películas y todos los formatos que tenemos disponibles. Es por ello que destaco las técnicas que devela el Storytelling para aprender de qué forma ir captando más adeptos a la lectura sin que sea necesariamente la misma historia tradicional aquella que los envuelva. Sería interesante preguntarse: ¿de qué forma pueden los niños y jóvenes que asisten a sesiones de cuentacuentos, lecturas guiadas, etc participar del relato? ¿Cómo transmitirlo de una forma más vívida? ¿es necesario hacerlo o quizás debamos seguir con las prácticas habituales de cuentacuentos? ¿Hasta que punto puede atraer a niños y jóvenes curiosos el hecho de recrear una historia tradicional?.

Desde siempre los cuentacuentos y las narraciones orales son acompañafas de la habitual práctica del debate y conversación guiada respecto al tema. Unos ocn más habilidades teatrales que otros, los mediadores de lecturas, bibliotecarios, parvularias, profesores e incluso los padres van dibujando la historia frente a los ojos de niños y niñas. Sin duda escuchar sus argumentos acerca de tal o cual punto es una actividad tan significativa que la mantenemos hasta hoy, sin duda las prácticas de dibujo, actuación y hasta de juego de roles que se utilizan en estas mediaciones también son atractivas, pero de acuerdo a la defnición de Storytelling, éstas no interfieren con la historia  y no generan esa comunión especial que hace que el interlocutor se sienta motivado al máximo. Si comprendemos que una de las claves está en  dejar nuestra marca personal en el relato, en darle un valor añadido, creo que el trabajo de los cuentacuentos y de las actividades de lectura guiada no van en la línea de la narrativa transmedia o storytelling. Quizás debamos probar… quizás debamos aprender, leer más sobre el tema y darnos cuenta si es posible aplicarlo en alguna medida en nuestras actividades de fomento lector, cuentacuentos o la actividad que sea que realicemos para contar historias.

El artículo de Ñuñez termina señalando: «(…) paradójicamente, la aparición de Internet nos ha hecho “retroceder” unos milenios en nuestra manera de comunicar, resucitando el “espíritu de la hoguera”. Cada persona es mucho más dueña de su relato, real o virtual, que antes. Ante cualquier necesidad de sentido, acudimos a la hoguera tribal de nuestra era, Internet. Alrededor de ella  compartimos y nos contamos los relatos que contienen las verdades de la tribu. Si las grandes comunidades de hoy solo se pueden encontrar al calor de un relato común, los profesionales de la comunicación debemos desempolvar la ancestral sabiduría de los mitos, ritos, arquetipos y metáforas para seguir desempeñando nuestro trabajo.»

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Columnas y artículos

ERA y la Lectura Digital

Lectura electrónica (infografía de Paulina Padilla)
Infografía de lectura digital, por Paulina Padilla

El año 2009 nos vimos un poco decepcionados al enterarnos de los resultados de la aplicación de  la prueba ERA (Electronic Reading Assessment o Evaluación de la Lectura de Textos Electrónicos) ya que para Chile las noticias no fueron buenas:  fue el país con el penúltimo resultado, obteniendo un puntaje de 435. El promedio internacional entre los 19 países que rindieron la evaluación fue de 499, siendo el puntaje más alto para Corea del Sur con 568 puntos, y el más bajo  para Colombia con 368. Este año nuevamente estaremos atentos a los análisis, ya que en diciembre sabremos  resultados de la versión PISA que se aplicó el año 2012, en la que se incluyó un nuevo aspecto relativo a la  resolución de problemas. De igual modo, el 2015 el panorama volverá a cambiar cuando se integre una nueva variable que medirá las habilidades del trabajo colaborativo. De esa forma, cada vez la prueba PISA suma un nuevo factor buscando no solo actualizar, sino que también emular el entorno cambiante y complejo al que se ven sometidos los estudiantes. Recordemos que esta prueba se aplica cada tres años a los países miembros de la OCDE, y evalúa a estudiantes de 15 años en cuanto a sus capacidades en lectura, ciencias, y matemáticas. Sin embargo, en esta oportunidad me interesa ver en detalle los aspectos relativos a lectura digital. 

¿De qué se trató esta prueba?

Los alumnos tenían que responder  preguntas sobre hipertextos (como sitios web, blogs, etc.)  que  requerían el desplazamiento por la pantalla, incluyendo gráficos, animaciones y enlaces. Para responder correctamente debían emplear sus habilidades de comprensión, pero también las de navegación para localizar la información relevante. Naturalmente la prueba requería ser contestada desde un computador.

Desde el año 2012 hay un proyecto liderado por Fundación Chile respecto a lectura Digital
Los tables, e-readers, smartohones y las aplicaciones son algunas de las herramientas de las cuales leemos en formato digital

¿Cómo se evaluó esta prueba?

La evaluación PISA de la lectura digital consideró una serie de cuestiones importantes que surgen de las diferencias entre el texto impreso y el digital. En primer lugar, cabe plantearse si la lectura digital y la impresa se pueden medir bajo la misma vara. El marco de la lectura de PISA 2009 señala que, si bien muchas de las habilidades que se requieren tanto para la lectura digital como para la impresa son similares, las demandas de la lectura digital exigen que el lector añada a su repertorio nuevas estrategias.

La recopilación de información en Internet requiere una lectura rápida a través de  grandes cantidades de material y la evaluación inmediata de su credibilidad, es decir, requiere un pensamiento crítico.

Todos los textos ERA son hipertextos. Sus características se especifican según distintas categorías, entre ellas el medio (el autor, el mensaje); el formato; también se analizan los instrumentos y características de la navegación que han realizado los alumnos para contestar a las pruebas electrónicas (aspecto del proceso lector que el formato electrónico permite observar mucho mejor que el impreso)

 

La navegación en la evaluación de la lectura:

En los textos electrónicos la navegación es una parte importante del proceso cognitivo de la comprensión lectora digital. El lector tiene que decidir sobre las relaciones entre los textos y la información que se ha de seleccionar, además de decidir qué es lo relevante para la tarea en cuestión. El lector construye su texto a través de la navegación. Este proceso se puede observar indirectamente a través de las rutas que recorren los alumnos en su navegación a lo largo y ancho de los diferentes sitios web, algo que no es posible hacer en el formato impreso.  De acuerdo al informe del Ministerio de Educación de España de la Prueba PISA-ERA 2009, se podría concluir lo siguiente en materia de lectura digital:

Los nativos digitales tienen ventajas en cuanto a la lectura de medios en línea
Los nativos digitales tienen ventajas en cuanto a la lectura de medios en línea
  • «Una buena comprensión lectora de textos electrónicos requiere una navegación efectiva, es decir, elaborar rutas a través de las páginas con información relevante para la tarea que se demanda.
  • Cuando no se requiere navegación, los buenos lectores tienden a no distraerse con páginas irrelevantes.
  • Cuando es necesario comparar información de distintas páginas y la navegación se torna más compleja, los buenos lectores suelen hacer varias visitas a la misma página, e ignoran las páginas irrelevantes.
  • Los mejores lectores saben controlar el tiempo disponible.
  • La exploración mínima de páginas, antes de decidir si la información contenida es o no relevante, suele corresponderse con una lectura ineficaz.
  • Los buenos lectores empiezan la tarea con una ruta de navegación eficaz.
  • Aunque las tareas aquí presentadas tienen muy limitado el campo de navegación, a muchos alumnos les resulta muy difícil seguir una ruta útil y “se pierden” en la información de que disponen. Este resultado implica que, al contrario de lo que muchas veces se asume, muchos “nativos digitales” no
  • saben manejarse con soltura en el entorno digital, y es una necesidad que se debería ayudar a adquirir en el medio escolar.
  • Antes de embarcarse en una ruta concreta, los alumnos deben saber por que están leyendo lo que leen, y qué es lo que están buscando; deben entender que a veces es necesario consultar más de una vez la misma página; necesitan, pues, discriminar y ejercer un pensamiento crítico.
  • La navegación es un aspecto fundamental y específico de la comprensión de textos electrónicos. Una buena comprensión de este tipo precisa elaborar rutas a través de las páginas con información relevante para la tarea que se pide. Antes de decidir si la información contenida es o no relevante, una exploración muy reducida de páginas suele corresponderse con una lectura ineficaz. Por el contrario, los mejores lectores saben controlar el tiempo disponible, empiezan la tarea con una ruta de navegación eficaz y tienden a no distraerse con páginas irrelevantes.
  • Aunque las pruebas del estudio tienen muy limitado el campo de navegación, a muchos alumnos les resulta muy difícil seguir una ruta útil y “se pierden” en la información de que disponen. Este resultado implica que, al contrario de lo que muchas veces se asume, muchos “nativos digitales” no saben manejarse con soltura en el entorno digital, y es una necesidad que debería atenderse también en el medio escolar. Antes de embarcarse en una ruta concreta, los alumnos deben saber por qué están leyendo lo que leen, y qué es lo que están buscando; deben entender que a veces es necesario consultar más de una vez la misma página; necesitan, pues, discriminar y ejercer un pensamiento crítico».

Volviendo a nuestro país, Chile, estuve buscando información de informes respecto a PISA-ERA 2009 y no encontré muchos análisis. La Fundación Chile está realizando un estudio titulado «La educación digital como herramienta de progreso: libros electrónicos. Plan piloto» en el cual se trabaja en las salas de clases con tablets, e-readers y otras herramientas tecnológicas. Quedo a la espera de sus resultados para saber de qué manera influyó en los estudiantes y docentes.


Resolución de problemas se define como: Capacidad que tiene una persona para comprometerse en procesos cognitivos que la llevan a comprender y resolver situaciones problemáticas para las que el método de solución no resulta obvio de modo inmediato.  Incluye la  voluntad de la persona involucrarse con estas situaciones hasta conseguir el desarrollo del propio potencial, como un ciudadano reflexivo y constructivo. Fuente: MINEDUC: PISA Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes, 2013.

Habilidades de trabajo colaborativo se define como: Capacidad que tiene una persona para participar de manera efectiva en un proceso por el cual dos o más individuos tratan de resolver un problema, compartiendo el conocimiento, habilidades y el esfuerzo necesarios para llegar a una solución. Fuente: Ibid.

 

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Fomento lector

Los Juegos del Hambre v/s los Juegos del Libro

Este fin de semana ví en video «Los Juegos del Hambre«, historia de la que había oído hablar mucho. Confieso que ni me había acercado al film o al libro (mejor dicho a la trilogía ya que es una saga de tres novelas de la escritora norteamericana Suzanne Collins). Pero tuve algunas motivaciones extras que me impulsaron a ver la película, gracias a lo cual descubrí una historia interesante y  me dieron ganas de leer los libros. Como me quedé con gusto a poco esta obra se transformó en nueva alternativa de lectura para mis deseos lectores 2013.

research

Pero volviendo al punto, decidí verla no sólo por mera entretención, también porque  la gamificación ha sido uno de mis intereses este último tiempo, y aunque no lo crean hay relación entre una cosa y otra. ¿Curiosos por conocer ese nexo? les cuento: unos  bibliotecarios de la Universidad de Texas desarrollaron un video titulado «The Research Games: you learn or you die» (Los juegos de la investigación: o aprendes o mueres») el cual se inspira completamente en la película «Los Juegos del Hambre». El video tiene dos partes (de 9 y 2 minutos respectivamente), y es un trabajo de muy buena calidad, con casting, desarrollo de personajes, trama, locaciones, vestuario, maquillaje y toda la dedicación que un trabajo de este tipo merece. De acuerdo a lo que revisé, el video se basó en  «Los Juegos del Hambre» porque se necesitaban una historia popular que hiciera verosímil el hecho de jugarse el «todo por el todo», y por la necesidad de recurrir al concepto de «mentores» para  tener ayuda. Pues bien, los astutos bibliotecarios usaron su buen humor  y se prestaron para disfrazarse y adquirir diversos roles como forma de evidenciar la ayuda que un bibliotecario le brinda a un estudiante universitario: de esa forma nace el  experto en artes marciales, otro especialista en estrategias bélicas y en guerras. Otros, en cambio, conservaron un rol más tradicional, y se quedaron con los roles de la bibliotecaria del fondo histórico validando la importancia del libro impreso,  y el bibliotecario «computín» o tecnológico experto en TIC’s y en tecnología de punta para diseminar información, etc.

A los universitarios la ayuda les caía del cielo a veces, al igual que en la película
A los jugadores universitarios la ayuda les caía del cielo a veces, al igual que en la película

Los videos tienen muchos guiños a la película, incluyendo el hecho que sólo un ganador logrará sobrevivir en estos «Juegos de la Investigación».

¿Relación con la Gamificación?

Por ahora todo parece indicar que los bibliotecarios de Texas produjeron estos videos con tres objetivos:

a) Motivar a los estudiantes de los campus de su Universidad a usar los recursos de las bibliotecas (presenciales y virtuales)

b) Destacar el rol del bibliotecario

c) Potenciar las habilidades informacionales como un arma a favor de los universitarios. Después de todo, si un estudiante no sabe buscar información, ¿cómo va a estudiar?

Sin embargo, relacionando el juego con la Gamificación, no observo una continuidad del video, tanto en concursos u otras actividades que exijan un rol más participativo de los alumnos en relación al video o al mismo hecho de investigar  usando todos los recursos de información que las bibliotecas disponen. No deja de causarme extrañeza este hecho, ya que «Los Juegos de la Investigación» ejemplifica muy bien la importancia de ser rápido y preciso en las búsquedas de información, especialmente cuando hay poco tiempo para estudiar y estamos invadidos por información de todo tipo y calidad. Pero al parecer esta etapa del trabajo considera sólo la parte audiovisual y la motivación de la historia.

Sería interesante saber si en las bibliotecas de la Universidad de Texas planean  darle un giro a la historia recurriendo a estrategias de gamificación. Por ahora, con la interrogante presente, les dejo el video introductorio:

Y su continuación, el desenlace de la historia y el ganador de «Los Juegos de la Investigación»

¿Y los  Juegos del Libro?

En la historia vemos que los alumnos son retados a buscar de la forma más rápida un ejemplar de «El Arte de la guerra« de Sunt-Tzu. La prueba es planteada por una de las profesoras de la universidad. Para sortearla, los alumnos recurrirán a toda suerte de alternativas: algunos lo descargan de una base de datos, otros corren a las estanterías a buscarlo, otros recurren a la copia de reserva, etc. Se muestran varias opciones para obtener el preciado tesoro y ganar la competencia, validando el hecho que unas soluciones consideren una copia impresa, otra digital, u otra de una base de datos.

En las bibliotecas nos vemos puestos a prueba constantemente para promover los distintos recursos de información por los usuarios. En mi caso, trabajando en el  Sistema de Bibliotecas de la Universidad del Pacífico todos los años junto a mis colegas y equipo de trabajo me veo en la necesidad de enseñar a los alumnos de primer año a usar la biblioteca durante las primeras semanas de clases. Para ello hay diversas formas de realizar la llamada «inducción de usuarios»: un video, un tutorial, una charla masiva, una clase, etc. Desde hace años enfrento la misma situación, y últimamente he recurrido a otras dinámicas para hacer de la biblioteca un lugar popular entre los novatos universitarios. Desde hace un tiempo realizamos charlas especializadas en la sala de clases de los alumnos de primer año, de acuerdo a las distintas carreras, momento en el cual les enseñamos a usar los distintos recursos de acuerdo a las necesidades específicas que su disciplina demanda. Este año hemos decidido complementar ese trabajo con una parte lúdica basada en la gamificación.  Y es así como nacen «Los Juegos del Libro». Concuerdo en que el juego de palabras puede no ser tan novedoso, especialmente después de ver el video, pero creo que le da un giro interesante usando el nombre de un libro que ha sido popular entre los jóvenes.

Por ahora, «Los Juegos del Libro» no han comenzado, precisamente estamos preparándonos para ello, informando en redes sociales esta novedad, pero prometo que cuando el juego termine, les contaré cómo ha resultado y que conclusiones saco de esta iniciativa.

Sería interesante conocer la opinión o ideas de los lectores de Leamos Más frente al eterno reto de masificar el uso de las bibliotecas y de la lectura entre sus usuarios. ¿Nos contarían sus experiencias?

¡Ese si que es un desafío digno del mejor de los juegos!

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23 de abril: Día internacional del libro. ¿Y del derecho de autor?

¿Què sentirà un escritor al enfrentarse a una pàgina en blanco?
¿Qué sentirá un escritor al enfrentarse a una página en blanco?

Todos tenemos medianamente claro por qué se celebra el día del libro y qué implica esta festividad internacional. Y para quienes no lo tiene tan claro  o quieren un recordatorio, hay varios artículos -e incluso sitios web-  que se dedican a refrescarnos la memoria. Por eso, decidí que no ahondaré en un tema que otros ya han planteado con más  maestría de la que yo podría ofrecerles. A cambio, me dedicaré a hablar de los derechos de autor: tema que considero «el hermano menor» de esta celebración.

Derechos de Autor en Chile

En Chile el derecho de autor involucra un aspecto patrimonial y uno moral. En la primera clasificación, se vela por el derecho a obtener beneficios del trabajo intelectual de una persona, ya sea en forma directa a través del propio autor, o de sus beneficiarios. El aspecto moral guarda relación con los derechos que tiene un creador intelectual a declararse públicamente como el «padre» de un determinado producto intelectual. Y bajo ese prisma tiene derecho a cambiar su obra, retractarse , actualizarla, etc.

Tenemos varias instituciones que velan por el derecho de autor. La SADEL (Sociedad de Derechos Literarios) se dedica en exclusiva a trabajar con los autores de obras literarias. Su trabajo se complementa con  la  SCD , una suerte de organismo-primo cuyo foco está en los derechos de creadores musicales y en la protección de la música en general. Evidentemente tenemos todo un marco jurídico y leyes que respaldan esta labor, la cual no sólo involucra el derecho de autor, sino que otro concepto estrechamente relacionado: la Propiedad Intelectual. La DIBAM  tiene un departamento dedicado a trabajar con la ley de propiedad intelectual, los derechos de autor y los derechos conexos (aquellos que le competen a artistas intérpretes y ejecutantes, productores fotógraficos).

Creative Commons (CC) nos dan licencias para usar material respetando los derechos de autor
Creative Commons (CC) nos da licencia para usar material respetando los derechos de autor

Como podrán observar, hasta acá el panorama considera varios conceptos y una serie de organismos públicos y privados. Pero todo termina allí, ya que los contenidos digitales han generado un nuevo campo de acción que se ocupa de analizar los límites al derecho de autor que plantea internet, las redes sociales y toda suerte de plataformas digitales de contenidos. En esa línea de trabajo existe, en Chile, una ONG derechos digitales dedicada en exclusiva al tema, y también hay unaprotección llamada Creative Commons (se podría traducir como «Bienes Comunes Creativos») que faculta el uso de material, documentos, fotografías, ilustraciones, etc. en forma libre, siempre y cuando se sigan una serie de instrumentos jurídicos en base a licencias que ofrecen al autor una forma simple y estandarizada de compartir y usar su trabajo creativo bajo las términos y condiciones de su elección. Si le interesa este tema, le recomiendo esta «Linkografía» que recopila una amplia gama de antecedentes respecto al derecho de autor.

Sin embargo, y a pesar de toda la información y de todas las instituciones dedicadas a promover el derecho de autor, a lo largo de mi ejercicio como bibliotecaria, me ha tocado enfrentar preguntas que denotan que aún seguimos siendo una sociedad desinformada, y mucho. Lo curioso -y peligroso- del asunto, es que este vacío se suple con algunos juicios errados, como por ejemplo:

  • En Chile los libros son caros porque los escritores cobran mucho
  • Hoy en día cualquiera puede publicar su obra, sólo basta con «subirla» a un sitio en internet
  • Para respetar los derechos de autor, sólo basta con mencionar la fuente y ya se pueden usar imágenes, ilustraciones, fotografías y un largo etcétera.

Debemos recordar que sin autores, no habría libros que leer -ni que celebrar-. Por ello, me pregunto porque hay tantas actividades que celebren al libro y tan pocas que se dediquen a ensalzar el derecho de quienes se dedicaron a escribir y crear una obra. Claramente atisbo algunas respuestas: los derechos de autor son una materia más árida, más «fome» si se quiere. Y no reviste tanto colorido ni entretención como celebrar al libro. Por otro lado, el libro es un objeto social reconocido por todos, mientras que los derechos de autor son un intangible más difícil de transmitir.

Es por eso que he querido dar una vuelta de tuerca, y pensar en el proceso previo al hacer valer los derechos de autor: el proceso de escribir y llevar a cabo una empresa literaria que decante en algo que todos apreciamos: el Señor Libro.

 

«El oficio de escritor es un oficio miserable»

 

«El oficio de escritor es un oficio miserable, practicado por gente que está convencida que es un oficio magnífico». La frase fue acuñada por Roberto Bolaño en una entrevista que le hizo el año 2009 Cristián Warnken en  el entrañable programa «La Belleza de Pensar. Leerla me lleva a reflexionar sobre el acto de escribir como forma de vida y el oficio de escritor. Hay mucha teoría al respecto, abundante bibliografía que permite hacernos una idea de lo que implica desde diversos ángulos. Sin embargo, mi tributo en este post es modesto pero efectivo: ponerme en los zapatos de un escritor por un momento.

Una hoja en blanco es todo un desafío para un escritor
Una hoja en blanco es todo un desafío para un escritor

¿Será un oficio tan miserable como señala Bolaño?, ¿Es un oficio de ególatras y una hoguera de vanidades como cada año se comenta, al momento de entregar premios literarios?. Independiente de los aspectos negativos que un escritor como Bolaño pueda ver -los cuales comparto luego de escuchar sus argumentos en la entrevista- el autor de una obra tiene un mandato que no puede desoír, y debe escribir como si en eso  fuera su vida.  Al menos de esa forma me imagino a un escritor.

Como ven, tengo más supuestos e interrogantes que respuestas. Sin embargo, respecto a los derechos de autor hay algo que tengo por cierto: los autores deben lidiar con un medio en el que los derechos intelectuales, creativos, culturales y artísticos no son los más reconocidos por el mercado industrial. Y a veces , hasta por nosotros mismos: los lectores y consumidores de cultura.

 

¡Larga vida al libro!

¡Larga vida a los escritores y autores!

 

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Gamificación: ¿Qué es y para qué nos sirve?

La gamificación se basa en la entretención que genera el juego: mientras más se juega, más se aprende
La gamificación se basa en la entretención que genera el juego: mientras más se juega, más se aprende

Es cierto: queremos que las personas lean más y mejor. Queremos más lectores inquisitivos en las bibliotecas, queremos más preguntas de referencia y queremos un aumento en las estadísticas de uso de los servicios que ofrecemos en los distintos tipos de unidades de información. También es cierto que hemos probado varias formas de hacer atractivo el uso de los libros, las bibliotecas y en general de fomentar la lectura. La tecnología ha estado de nuestro lado: redes sociales, aplicaciones, e-readers, etc. La lista es extensa y variada. La gamificación es una alternativa más que demuestra que la tecnología y las aplicaciones se ponen de nuestro lado para ayudarnos.  En este caso, sin embargo, hay algunas diferencias que han llamado mi atención ya que llevan la entretención a su máxima expresión, y -lo que es más interesante- mezclan el mundo virtual con el real.

La gamificación se ha estado desarrollando desde hace algunos años en las bibliotecas. Para quienes no estén familiarizados con el vocablo, puedo comentar que éste tiene su origen en la palabra en inglés “Game” (juego) de la cual deriva Gamification (que se podría traducir -aunque no es exacto- como ludificación). Desde ese término, los hispanoparlantes usamos  “Gamificación”, lo cual alude a una metodología que se basa en la tecnología y el uso de redes sociales para atraer usuarios o adeptos a un servicio/producto valiéndose del juego como principal atractivo. Utiliza el diseño de juegos y sus mecánicas, así como también mucho diseño e ilustración. A veces la gamificación tiende a confundirse con los videojuegos, pero difiere de éstos ya que sus fines que van más allá de lo lúdico.

Inocentemente, todo comienza con un terrón de azúcar: una dulce tentación que genera un vínculo entretenido con el usuario. Y éste, en la medida que disfruta el dulce, participa y aprende diversos contenidos bajo la forma de una sutil entretención. Lo que el juego pretende es dar respuesta a un requerimiento en especial. Éste puede ser la respuesta a una pregunta, la forma de ejecutar una tarea o de realizar un proceso en la biblioteca. De esta forma, sin siquiera darse cuenta, el usuario que ha probado el terroncito es guiado por un camino en el cual recibe recompensas a medida que avanza y aprende. Las recompensas apelan al espíritu lúdico que hay en todos, y van desde etiquetas, insignias (badges) por avanzar en etapas, e incluso premios tangibles.

La Biblioteca de NY tiene todo un proyecto en torno a la gamificación
La Biblioteca de NY desarrolló todo un proyecto en torno a la gamificaciónm llamado «Encuentra el Futuro» (Find The Future)

El usuario puede ser etiquetado como «mega lector»; «aprendiz de mago»; «lector novato» y una serie de otras calificaciones que le dan reputación respecto a los otros jugadores o lectores que usan la misma aplicación. Veamos como funciona con un ejemplo más concreto: si detecto que los usuarios de una biblioteca universitaria de la Facultad de Ciencias de una determinada Casa de Estudios no usan las bases de datos, puedo usar una aplicación en gamificación para motivarlos a que se acerquen a este recurso y desarrollen gusto por usarlo. Otras opciones para icentivarles sería mostrarles un tutorial, dar una charla en sus salas de clases, citarlos a una demostración en la biblioteca, etc. Pero  generalmente  no sabemos si aprendieron, o si repetirán el ejercicio cuando se encuentren frente a una duda que amerita el uso de bases de datos. Ante esta situación, la gamificación  es una alternativa válida porque desde una perspectiva tecnológica y entretenida enfrenta al estudiante con un tema que le puede resultar árido o incluso aburrido, ya que quizás lo relacione con sus deberes académicos.

Siguiendo con el ejemplo, hago un plan de difusión para dar a conocer a los estudiantes de la Facultad de Ciencias que hay una nueva aplicación para usar bases de datos.  Se les pide que ingresen a un sitio web o plataforma en línea, donde están todas las instrucciones del juego. Una vez «logeados» las fases del juego irán explicando en forma didáctica, con muchas imágenes, y  usando mensajes breves y precisos que hay herramientas diversas para encontrar información, que van desde uso de motores de búsqueda, usar el google académico, buscar en el catálogo de la biblioteca, repositorios o en bases de datos. A medida que explica los distintos medios, se van destacando las ventajas del uso de bases de datos y se da puntaje y recompensas para aquellos que  las usen. Se puede presentar un video introductorio o un tutorial,  luego de lo cual, se le pide al alumno que busque un par de temas en las Bases de Datos. En estos casos, las peticiones no son complejas, la idea es hacer ejercicios simples. Frente a este reto del juego, el usuario puede usar la aplicación para enviar -en línea- algunos papers que haya descargado de la base de datos. Estos resultados llegan a un bibliotecario referencista quien los revisa y asigna puntaje. Todo esto funciona en tiempo real, ya que con una buena logística se puede tener a un referencista evaluando las fuentes que seleccionaron los alumnos en un horario pre definido.  Una vez que el usuario recibe su puntaje, éste puede aparecer publicado en su muro de facebook (si la aplicación y ellos así lo permiten) o simplemente puede aparecer como dato más en la ficha del alumno. De acuerdo al puntaje (que se va sumando al que el jugador ha ido acumulando) el alumno puede tener una nueva categoría, como por ejemplo «investigador» y recibir una insignia u otra recompensa.

Si al final del día todos queremos que los lectores de una biblioteca pidan más libros, que comenten lo que han leído, que sean autónomos y hasta que nos dejen mensajes en el fan page de nuestras páginas en Facebook, creo que es interesante ir descubriendo nuevas artimañas que la tecnología pone a nuestro servicio. Además de adaptarnos al estilo y medios que los usuarios utilizan, estaremos descubriendo nuevas formas de comunicarnos con ellos desde una perspectiva más informal, relajada y amena.

Algunos ejemplos extranjeros

La expresión de los limones indica el resultado de una fase del juego
La expresión de los limones indica el resultado de una fase del juego

En Gran Bretaña, la biblioteca de la Universidad de Huddersfield usa la gamificación para la inducción de usuarios de primer año. Tienen un sistema para bibliotecas universitarias llamado “Lemon Tree” (Limonero) que enseña a los alumnos técnicas básicas para usar los servicios. Mediante un clásico carné de biblioteca que pasa de un azul  congelado a un rojo hirviendo,  el usuario va ganando puntos en la medida que acierta en sus respuestas. También tiene un sistema de rendimiento y resultados por facultad, y una página en Facebook.

Al principio del post les señalé que hay algunos casos interesantísimos donde la gamificación lleva el juego a la vida real: eso fue lo que pasó en Nueva York. El año 2011 la biblioteca pública de la ciudad manzana usó la gamificación para celebrar su centenario, y crearon una aplicación que titularon «Encuentra el Futuro». Lo mejor del caso es que el juego le pedía a los participantes que incluso escribieran breves ensayos en base al tema. Finalmente,  la noche del 20 de mayo, los organizadores del juego citaron a los 500 jugadores con más puntaje para que se encerraran en la biblioteca a desentrañar misterios cual Indiana Jones. Lo que debían descubrir eran 100 objetos que han inspirado a la humanidad, como por ejemplo una carta de Charles Dickens o una copia de la Declaración de la Independiencia de los Estados Unidos.  Lógicamente los que descubían las pistas y avanzaban tenían más puntaje hasta llegar a un gran ganador final. Esta actividad suscitó mucha atención en la ciudad y en los medios. La  revista Wired publicó un artículo titulado «Una noche en la Biblioteca de Nueva York«  que recomiendo leer y ver, porque además viene acompañado de un video muy motivante.

 

Algunos casos que -quizás- conocemos y usamos

La gamificación está presente en nuestras vidas desde hace bastante tiempo bajo la forma de aplicaciones que podemos bajar en nuestros smartphones. Personalmente uso foursquare (para comentar lugares que frecuento), waze (para el tráfico y rutas de manejo) y ahora empezaré a usar Nike+ (para trotar). Eso me ha ayudado a entender mejor como podría funcionar un servicio de gamificación en una biblioteca y a darme cuenta de lo interesante que es jugar en un entorno ficticio. Sólo se ven las etiquetas y avatar de otros jugadores quienes -como yo- buscan un buen restaurant,  quieren motivarse para trotar, o simplemente buscan la ruta más despejada para llegar a sus casas. Los juegos, las insignias y etiquetas no son sólo para los niños: a todos nos gusta jugar, y prueba de ello es que estas aplicaciones son muy bien recibidas por personas de todas las edades. Si les interesa aprender un poco más respecto a como podría funcionar la gamificación en un entorno bibliotecario, les sugiero hacerse fans de estas aplicaciones y darle cuerda a su imaginación y creatividad.


Este artículo fue publicado originalmente, por la misma autora, en Infotecarios el 13 de marzo 2013

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Fomento lector

Subes al metro y llegas directo a la Biblioteca

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Es una biblioteca con estanterías y exhibiciones de libros, tal como en una biblioteca común y corriente, salvo que en este caso es virtual y está ubicada en el metro de Nueva York. Ya hemos comentado en otra oportunidad sobre el fomento lector en  las líneas del metro de la ciudad manzana, pero esto considera aspectos que nunca antes había visto.

 

Así lucen los libros en la estantería virtual
Así lucen los libros en la estantería virtual

El usuario debe acercar su smartphone al afiche ue se encuentra al lado de las puertas del metro
El usuario debe acercar su smartphone al afiche ue se encuentra al lado de las puertas del metro

El proyecto se llama «Underground Library» (biblioteca subterránea) y funciona de la siguiente forma: los pasajeros del metro tienen la posibilidad de «cargar» un libro en sus smartphones o tablets, y «hojear» sus primeras 10 páginas para ver si les gusta. Si es así, el sistema les indica la sucursal de la biblioteca pública más cercana, para que puedan pedir la versión impresa o la película en el caso que  la historia haya sido llevada al cine. El objetivo del sistema es propiciar el uso de las  bibliotecas públicas de Nueva York, y para eso se valen de brindar al lector la oportunidad de asegurarse y pedir  justo el libro que descargó en su celular, el mismo del cual ya leyó las primeras 10 páginas. ¿Y por qué sólo 10 páginas? porque se pretende que el  pasajero se entretenga mientras viaja en el metro y 10 páginas es suficiente. Si lo quiere seguir leyendo, se dirige a la biblioteca y lo pide. de esa forma se logra el objetivo: aumentar las visitas presenciales a la biblioteca. Esto no es antojadizo: la red de bibliotecas públicas de Nueva York es de las mejores en el mundo, ofrecen no sólo una variada colección en diversos formatos, sino que también acceso a exhibiciones, galería, cine y una serie de actividades culturales. En teoría, si una persona va a la biblioteca, seguro se encontrará con otras actividades y recursos que no sabía que estaban disponibles para él, y de esa forma podrá consumir no sólo libros, sino que también cultura en otros ámbitos.

Por ello, la selección de libros disponibles a través de este sistema ha considerado las lecturas  best-sellers y títulos que puedan ser de gusto de muchos. Después de todo, se debe considerar que el metro es un servicio utilizado por una enorme variedad de pasajeros. por lo que el sistema tenía que seleccionar los libros que pudiesen ser más populares.

Quienes trabajamos en bibliotecas estamos acostumbrados a recibir visitantes que llegan gracias a un «empujoncito» extra para ir a la biblioteca, ya que la mayoría va porque necesita algo específico. «Pues bien», se dijeron los gestores de este proyecto:  «crearemos la necesidad para que vayan a buscar un libro».

El libro se descarga en los celulares de los pasajeros para que lo revisen
El libro se descarga en los celulares de los pasajeros para que lo revisen y decidan si les gusta

El proyecto surgió en conjunto con tres estudiantes de la Miami Ad School (autodefinida como la Escuela de la Cultura Pop y la  ingeniería). El director de Arte,  Keri Tan, Max Pilwat y Ferdi Rodriguez  trabajaron crear esta estantería virtual para los pasajeros del metro, quienes sólo deben acercarse a una suerte de afiche dentro del carro del metro, para acceder a los libros usando sus celulares. Una prueba más de la forma como la tecnología nos ayuda a difundir la cultura y educación. El proyecto es parte de una campaña de ficción que los estudiantes debían armar como parte de su trabajo académico, para lo cual ellos escogieron como tema un plan para fomentar la lectura y llenar de lectores las bibliotecas. La idea se les ocurrió mientras realizaban una pasantía en Brooklyn (NY), tal como se explica en el blog de la universidad. Otro medio que se encargó de difundir la noticia fue la clásica revista The New Yorker la   cual le dedicó un extenso artículo titulado Empty libraries, captive subway audiences (Las bibliotecas vacías captan audiencia en el metro) en el cual se plantea: «Podría ser idealista pensar que a través del recordatorio digital de la existencia de las bibliotecas, la tendencia a verlas vacías irá en reversa. Pero quizás es un paso adelante que propicia el diálogo público respecto a los espacios cívicos en nuestra era digital»

La red del metro no tiene conexión Wi-Fi, pero usando la tecnología NFC (Near-Field Communication)  encontraron una manera para que los celulares pudiesen descargar, al menos, las primeras 10 páginas de un texto, sin costo alguno. La tecnología NFC  usa un sistema de radiofrecuencia electromagnética para transferir datos entre dos dispositivos, estando a centímetros de distancia.

El sistema se encarga de informar dónde puede encontrar la biblioteca más cercana para seguir leyendo
El sistema se encarga de informar dónde puede encontrar la biblioteca más cercana para seguir leyendo

Pero la novedad no termina ahí, ya que cuando el lector interesado se baja del carro del metro (gracias a lo cual puede acceder a 3G), automáticamente el sistema se comunica con su celular indicándole en un mapa el punto donde se localiza la biblioteca más cercana con una copia del título disponible, para que no se pierda en el camino.

Es interesante como el sistema de bibliotecas públicas de Nueva York quiere darle a los Neoyorkinos la posibilidad de hacer de su viaje algo más interesante y entretenido.  Algo que en Chile se hace hace tiempo, pero focalizado en campañas comerciales.

 

 

 

 

 


Publicado originalmente el 8 de marzo 2013 bajo el título «The Underground Library»  en Dezeen Magazine

 

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Columnas y artículos

La información es poder

g152Desde hace muchos años he escuchado y leído la frase que corona este post. Siempre me ha llamado la atención ya que, siendo bibliotecóloga y desempeñándome en un medio que maneja al dedillo el insumo vital, -la información- debería tener claro el sentido de esta cita. Si “La información es poder” -pensamiento que algunos atribuyen a Francis Bacon-  quien  tiene el sartén por el mango no es quien sabe donde encontrar determinado dato, antecedente, fuente o material, sino más bien quien sabe cómo usar aquello que encontró.

En el medio bibliotecario estamos acostumbrados a hablar de infoalfabetización, competencias informacionales, ALFIN, habilidades para la búsqueda de información oinformation literacy en términos anglo. Hay una gran variedad de programas universitarios que los imparten, casi siempre al alero de la biblioteca de la casa de estudios respectiva. Sabemos que los estudiantes universitarios necesitan valerse de muchas herramientas para procesar, depurar, analizar y validar la gran cantidad de fuentes de información que tienen a su disposición. Sin embargo, tras el proceso educativo universitario o de enseñanza técnica: ¿qué nos depara el destino?, ¿de qué podemos valernos para seguir aprendiendo?. Y lo que es más complejo, si no hemos recibido la formación adecuada para el desarrollo de nuestras habilidades informacionales: ¿qué pasa si no tenemos clara esa laguna en nuestra formación?. En Estados Unidos funciona desde el año 2008 el Project Information Literacy (PIL) desarrollado por bibliotecologos e investigadores de Harvard y Berkeley que se han dedicado a investigar el impacto de las habilidades informacionales en universitarios y personas adultas en general. Y precisamente, una de sus investigaciones, se ha centrado en determinar de qué forma manejan la información los graduados, y cómo sobreviven a este respecto una vez que entran al mundo laboral.

 

Sin embargo, en el caso de la infoalfabetización para personas adultas, quienes ya están desempeñando alguna función en el sector terciario de la economía. ¿Cómo se manejarán a la hora de buscar información para un proyecto?, Descartando google: ¿Cuáles serán sus fuentes de información favoritas?, ¿Qué tan hábiles son para validar una fuente?. Y lo que es más importante: ¿Cómo influyen sus capacidades y habilidades informacionales en  su rendimiento y calidad de trabajo?

En teoría, al titularse de pre o post grado, una persona debiese tener completamente desarrolladas las competencias básicas para valerse en su profesión. Además del conocimiento técnico y metodológico propio de su campo, debería tener un buen nivel de comprensión de lectura, una buena capacidad para escribir y verbalizar lo que quiere comunicar, y debería ser capaz de ser rápido, eficiente y perspicaz a la hora de buscar información. Quizás este último requerimiento es uno de los más difíciles de alcanzar, ya que los procesos y metodologías para la búsqueda de información digital van cambiando y adaptándose a los avances tecnológicos: hay nuevas aplicaciones para gestionar citas, nuevas bases de datos y repositorios, nuevas plataformas para almacenar y compartir nuestras URL de interés, y especialmente nuevas necesidades de información.

El problema es que si una persona  tiene dificultades para leer, escribir o realizar cualquier actividad básica, no pasaría mucho tiempo antes que su jefe o un colega le hicieran ver esta situación, o antes que él mismo se autoevaluase y determinase que debe hacer un taller o curso para perfeccionarse. Sin embargo, en términos de infoalfabetización de personas adultas: ¿cómo  podemos determinar  en qué nivel están las personas que ya se desempeñan en un trabajo?.

Actualmente el sistema laboral valida muchas competencias y destrezas, de forma tal de considerar capacitaciones y talleres para el óptimo manejo computacional, las capacidades de persuasión y venta, la capacidad para trabajar en equipo y bajo presión, etc. Sin embargo, las empresas y compañías no consideran evaluar y preparar a su cuerpo laboral para aprender a lidiar con la información, desde todo ángulo y perspectiva. Quizás si se les demostrase que sus profesionales y técnicos serían mucho más efectivos, rápidos –e incluso productivos- la perspectiva cambiaría y habría un mayor interés de parte de los distintos sectores industriales. El punto es que, de una forma u otra, los bibliotecarios y gestores de información hemos sido capaces de darle un lugar a las habilidades informacionales en el medio educativo, pero pareciera ser que el entusiasmo alcanzar sólo para la educación superior, pues pasada esa etapa, la infoalfabetización no es una competencia tan conocida.

A este respecto, un reporte de la UNESCO Information Literacy Indicators: Validation report, publicado el año 2010, señala en relación a la importancia del adecuado manejo de la información en el ámbito laboral,: “El uso de la información en el trabajo es esencial en la economía del conocimiento. La Alfin resulta fundamental tanto para una organización en constante aprendizaje como para la adquisición por parte de las empresas y los países de una ventaja competitiva en la economía global del conocimiento. (…) Para comprender la importancia que la Alfin tiene para el crecimiento económico es necesario distinguir entre la distribución rutinaria de la información y el uso de la información para crear conocimiento.

La evaluación de los adultos: PIACC

information-overload-on-the-internet-5-23-121El Programme for the International Assessment of Adult Competencies (PIACC) es una evaluación a nivel internacional administrada por la OCDE y aplicada a personas entre 16 y 65 años. Se focaliza en medir todas las habilidades que una persona debiese tener para ser competitivo en la sociedad del conocimiento y, en concreto, en su entorno laboral. El sistema mide la literacidad en la era de la información, lo cual define como “intereses, actitudes y habilidades de los individuos para un uso apropiado de las herramientas culturales, lo cual considera tecnología digital, herramientas de comunicación, acceso, manejo, evaluación e integración de la información, crear nuevo conocimiento y comunicarse  con otros.»

En total, 23 países participan de esta evaluación. Lamentablemente ninguno está en América Latina, y el único hispanoparlante es España. Parece ser que en nuestra región es menos concoida la potencialidad de las habilidades informacionales y su impacto en el competitivo mundo laboral.

La información ¿es poder?

Entonces, cuando somos adultos que debemos esforzarnos por valernos en un medio cada vez más efervescente en cuanto a volumen de información se refiere, con un entorno laboral complejo, y donde las habilidades que tengamos para autoinstruirnos y comunicarnos son cada vez más preciadas: ¿no debería existir, al menos, la conciencia de parte de las empresas y compañías que se esfuerzan por ser cada vez más competitivas respecto a la valía de desarrollar estas destrezas en su cuerpo laboral?. Si ya tenemos conciencia de la importancia  del capital humano, ¿no debería hacerse extensivo esto hacia la infoalfabetización?.

¿No debería ser crucial para las Instituciones de educación superior evaluar habilidades de ingreso y salida de sus estudiantes respecto a infoalfabetización?, ¿No debería haber más cursos de entrenamiento y talleres para que las personas se auto instruyeran al respecto?, ¿No deberían difundirse más las ventajas de ser un adulto competente e infoalfabetizado?. Y finalmente: ¿no deberíamos, los bibliotecarios, dejar de explicar que es la infoalfabetización cada vez que tratamos el tema en un medio que no es el nuestro?

Claramente no tengo respuesta a estas interrogantes. Pero he querido valerme de este, mi primer post en InfoTecarios, para plantearlas con el afán de recibir opiniones y comentar con ustedes un tema que me inquieta hace tiempo. Quizás, entre todos, podamos dar respuesta a algunas de estas preguntas y vislumbrar nuevos escenarios.


La información no es poder. En si misma, la información es sólo un insumo más. Es usted, individuo infoalfabetizado, el que tiene el poder en tanto sabe cómo, cuando, dónde y para que usar la información. Es ahí cuando el insumo se convierte en oro.


Artículo publicado originalmente  por Claudia Gilardoni el 5 de marzo 2013,  en Infotecarios

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La lectura se toma en serio

Desde que Leamos Más se inició, el año 2010, hemos querido inculcar la idea que trabajar el fomento lector en la biblioteca no es la única -y mejor- vía para lograr más y mejores lectores. Recientemente, un medio local publicó un artículo  titulado «Director de esforzado colegio cuenta cómo logró enviar cien niños «problema» a la U». Uno de los mensajes de este caso, es que si un directivo escolar se toma en serio la educación de sus estudiantes y basa su trabajo en el aprendizaje de la lectura desde los primeros años, sin duda logrará buenos resultados independiente del estrato socioeconómico o el nivel de vulnerabilidad del establecimiento.

Algo que las académicas, investigadoras y actuales miembros de la  Unidad de Currículum y Evaluación del MINEDUC, Loreto Fontaine y Bárbara Eyzaguirre ya nos dijeron el 2008 con el libro «Las Escuelas que tenemos« -tema sobre el cual Leamos Más publicó un post el año 2011-  ya que en esta publicación observaron establecimientos de bajos recursos y con alto nivel de vulnerabilidad social en los cuales, pese a todas sus circunstancias, se lograban resultados SIMCE  por sobre el promedio en base a buenas prácticas de lectura en el aula.

No creo necesario convencerles de la importancia de la lectura, y en especial de enseñarla y transmitirla considerando el  gusto e interés de los lectores. Creo que, con énfasis en distintos aspectos, todos los que compartimos en este medio adherimos a este plangeamiento. Sin embargo, lejos de la teoría y de las citas, es preciso mostrar casos como el de esta escuela. Casos con nombre y apellidos, y lo que es mejor: casos con lectores.

Sin más preámbulo, les dejo con el ejemplo del Colegio Eduardo Martín Abejón.


eduardomaetinvale_193748-L0x0«Yuliano Borís Díaz (54 años) es de aquellas personas que pueden atravesar un muro si se lo proponen. Es el director del Colegio Eduardo Martín Abejón de Constitución, en la Región del Maule, que pese a educar a niños vulnerables ha obtenido destacados resultados en la prueba Simce.

En su calidad de director, no le tirita la voz cuando habla de sus objetivos y reconoce que es exigente y que no le tiembla la mano cuando les debe pedir a sus profesores que no consiguen resultados que busquen suerte en otra institución si no mejoran.

Cuenta que su primera escuela, Santiago Oñederra, la levantó sin plata en un salón de pool de esa ciudad del Maule, al punto que con sus propias manos clavó paredes y aserruchó madera para armar sus salas.

 

Compromiso en medio de la adversidad

La historia de Yuliano Borís Díaz y del Colegio Eduardo Martín Abejón no deja de llamar la atención. Se trata de una institución de estrato socioeconómico medio bajo, enclavado en una de las poblaciones más estigmatizadas de esta ciudad, llamada Manuel Francisco Meza Seca, pero que en los últimos años se ha ubicado entre los cinco mejores establecimientos con puntajes Simce del país.

En los resultados de 2011 de esta prueba –que se dieron a conocer el año pasado–, su colegio promedió 327 puntos en Lenguaje, Matemática y Ciencias Naturales, ubicándose en el tercer lugar a nivel nacional y siendo sólo superada por los establecimientos Francisco Ramírez (San Ramón) y Constitución (institución particular de la VII Región), y empatando con el prestigioso The Grange School (La Reina).

Matrículas no se completan por el estigma

Dice que no le gusta vanagloriarse de sus resultados, pero afirma que nadie «nos pesca». Ni siquiera le dan una medalla o reconocimiento a su colegio en los actos municipales.

El Colegio Eduardo Martín Abejón partió con 40 alumnos. Hoy, además de obtener importantes resultados en el Simce, cuenta con una orquesta infantil y cursos de ajedrez.
El Colegio Eduardo Martín Abejón cuenta, además,  con una orquesta infantil y cursos de ajedrez.

«Eso pasa porque la gente de la ciudad no quiere mezclar a sus niños con mis cabros, con los ‘atorrantes’ de esta población, que es tremendamente estigmatizada por la idea de la droga, el alcoholismo y las pandillas juveniles. Esta población fue una de las primeras soluciones habitacionales de Constitución, que nace a partir de campamentos. Tengo 605 matriculados, pero tengo más vacantes y no los vienen a matricular aunque tenemos buenos resultados», explica. (…)

¿Pero cuál es el secreto de este director? ¿Cómo logró estos resultados? Él dice que no fue espontáneo ni caído del cielo, que todo fue un proceso. Después del colegio Santiago Oñederra, fundó otra escuela cerca del río Maule, terrenos que le fueron expropiados por el Fisco para construir el puente Cardenal Silva Henríquez.

«Era una escuelita de madera, chiquitita, con sólo siete salas, que no valía mucho. Me ofrecieron 80 millones, que pudo ser harta plata hace 10 años, pero no me alcanzaba para hacer otra escuela. Fui a hablar con el subsecretario de Educación de la época, a explicarle que con esa plata no podría seguir enseñando a mis alumnos, que eran pobres. Entendió y me dieron más plata, con lo que tampoco me alcanzaba para hacer el Martín Abejón. Pero como soy autoconstructor, pude abaratar costos y me volví a endeudar», recuerda.

Ya con el colegio construido, pasó el tiempo y Yuliano Díaz empezó a inquietarse. Se tomaba el pelo por los bajos puntajes del Simce. Sintió tocar fondo cuando sus alumnos promediaron 239 puntos en Lenguaje. Fue entonces cuando decidió dejar el canotaje [deporte que practicaba hace años○ y dedicarse tiempo completo a la escuela, confiando en que podía conseguir buenos resultados como el Francisco Ramírez, que también era un colegio para alumnos vulnerables.

Así lo recuerda: «Reuní a los profesores y les dije: ‘Miren, con estos puntajes quién pondrá a sus niños acá. A nosotros nos pagan por esto, hagámoslo bien'». Lo que vino fue modificar el modelo educativo del colegio, aumentando la exigencia y haciendo obligatorio que los alumnos aprendieran a leer en 1° básico.

«También creamos un modelo de lectura, que es un papelógrafo, donde ponemos un texto cualquiera, como la explicación de los puntos cardinales, e interactuamos con los niños. Todos repiten en voz alta hasta que el texto se hace fluido, finalmente el profesor silencia la voz y solo leen los alumnos. Después comienza la interacción en base a las Operaciones del Pensamiento, que es clasificar y ordenar la información. Con eso potenciamos la comprensión de lectura», explica, lo que, a su vez, sirve a los estudiantes para aplicarlo en cualquier materia.

A esto se suma reforzamiento e incluso clases particulares para los estudiantes, los que también formaron en orquesta y tienen clases de ajedrez.  Además, el director lleva en su libreta los registros semanales con los avances de sus estudiantes.

«Mis cabros no tienen nada, aquí estudian gratis. Pero cuando le das realmente las herramientas, pueden avanzar. Antes, la aspiración máxima de mis niños era hacer el Servicio Militar y la de las chiquillas, juntarse con alguien. También representaban el 10% de la población penal de la ciudad. Con orgullo puede decir que tengo cien ex alumnos en la universidad, y muchos de ellos eligieron educar como profesión», cuentas Yuliano Díaz, agregando que el director que quiera lo puede contactar para compartir el método que usa en el Eduardo Martín Abejón».

Fuente: El Mercurio, domingo 3 de marzo 2013