Hoy domingo, casi al terminar esta fría semana de Octubre, Felipe Acevedo debuta en Leamos Más con una nueva sección de Cine y Literatura. Anteriormente habíamos tratado tímidamente este tema, pero ahora lo hacemos como corresponde, de la mano de Felipe, con una sección nueva que asoma su contenido:
Pareciese que tenemos la costumbre de poner libros y películas en un solo paquete, los tratamos a veces como si fueran cosas equivalentes e intercambiables, pero ¿es realmente así? Por un lado tenemos que el hecho de que ambas formas de arte comparten una naturaleza narrativa (o al menos es así tradicionalmente) surge la costumbre de hacer equivalencias entre novelas y películas. Comparaciones podemos hacer muchas, pero al hacer equivalencias caemos en hacer juicios injustos, ya sea hacia el libro o la película en cuestión.
En esta nueva sección trataremos de ver cuáles son esas diferencias, que van más allá de ser distinciones entre formatos. Caemos entonces en la necesidad de hablar de distintos lenguajes que si bien pueden nutrirse el uno del otro, funcionan de forma independiente. Estaremos hablando de conceptos claves de estos temas, terminología recurrente, abriremos discusiones que se desprenden de la comparación de estos dos mundos, entre otras cosas.
Pero, ¿Cuál es la naturaleza de esta diferencia? La respuesta es compleja y extensa (y por eso mismo le estamos dedicando una nueva sección completa). Sin embargo, demos un pie de partida y atrevámonos a hacer una afirmación definitiva: se trata de dos lenguajes diferentes. Con esto queremos decir que nos comunican el mensaje de formas muy diferentes, mientras que la literatura se basa mayoritariamente en la palabra escrita, el lenguaje cinematográfico se compone de varios elementos que trabajan juntos en la composición de este mensaje que recibimos como espectadores, no sólo imagen y diálogo sino que también música, manejo de cámara, edición, montaje, etc.
Las implicancias que esta diferencia puede tener van más allá del formato, si nos detenemos un momento a pensar en esto nos daremos cuenta de inmediato que el proceso imaginativo que sucede en nuestras cabeza y el “impacto emocional” que puede tener en nosotros se dará muy diferentemente. Esta diferencia en particular es algo que tenemos que tener en mente cada vez que comparamos película y libro, ya que fin de cuentas ambos apuntan a sensibilidades diferentes en nosotros.
2 respuestas a «¿Leer el libro o ver la película? He ahí el dilema»
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mejor es leer un libro:):)