Humberto Maturana, biólogo y epistemólogo chileno, es el típico científico desgarbado, melenudo y de gruesos lentes que no le despintan la imagen de sesudo e intelectual. Sencillo y quitado de bulla, deambula por doquier con sus eternos chalecones de lana y sus bufandas al viento. Es distraído, como todo científico que se precie de tal, pero siempre amable y dispuesto a atender a quien quiera hacerle una pregunta o simplemente tocarlo, pedirle un autógrafo o expresarle su admiración de cualquier manera, por muy loca que sea.
Como profesor, este Premio Nacional de Ciencias es claro, conciso, se pasea con los brazos en la espalda repitiendo sus grandes verdades –es una eminencia reconocida a nivel internacional y afuera muchos lo veneran- y le encanta que lo interrumpan, le rebatan, lo acosen, etc. No es, entonces, un científico tan típico como acabamos de decir en el comienzo. Sus libros no sólo los devoran los estudiantes de ciencias biológicas, sino todos los que quieren saber algo más de la gran complejidad y simpleza del ser humano.
Y Humberto Maturana es tan típico y atípico, -cosa extraña, pero cierta según cómo lo miremos-, que sus respuestas nos dejarán más que sorprendidos:
¿Cómo fue su acercamiento a la lectura?
Fue difícil, porque era miope. No veía bien y me demoré mucho en aprender a leer. Nunca he sido un buen lector, porque me cuesta leer, pero he aprendido a leer por pedazos. A enterarme de la naturaleza del contenido leyendo un pedazo aquí, un pedazo allá. El resultado es que leo muchas veces el mismo libro en distintas partes.
¿Qué libros lo han remecido o marcado a lo largo de su vida y por qué razones?
El Quijote de la Mancha cuando muchacho, porque lo encontré un libro muy cruel. Me dolía mucho lo que le sucedía a Don Quijote. Por eso me costo mucho leerlo y nunca lo leí completo. No lo encontré un libro gracioso, para reír. Pero sí para llorar, por así decirlo, por la crueldad que se veía en el libro y que tenía su origen en el vivir del propio Don Quijote. También el Libro “Así Hablaba Zaratustra” de Nietzche, por su visión del ser humano en el respeto por sí mismo.
¿Por qué deberíamos leer?
Yo pienso que es bueno leer si uno lee desde la autonomía reflexiva porque le amplía la visión del mundo, de lo que otras personas piensan, o por sus evocaciones distintas del vivir humano en distintas circunstancias o por lo que muestran del cosmos en la medida que son libros de ciencia o de historia natural. O por las posibilidades positivas y negativas de nuestro existir al mirar la historia. Finalmente, porque uno se encuentra en todo lo que lee y puede elegir qué camino seguir.”
¿Qué libros recomendaría como fundamentales para leer y releer?
Recomendaría “El Señor de Los Anillos”, porque es un libro que está guiado por la búsqueda de la identidad, la búsqueda del respeto por sí mismo, la búsqueda de un vivir armonioso en la sabiduría no desde la exigencia, sino desde el hecho que las personas surjan desde ellas en el deseo del bien-estar en la convivencia con otros y con otras.
Entrevista publicada originalmente el año 2007, en Libro Libre Chile