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Gabriela Salgueiro: una Ilustradora de tomo y lomo

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Gabriela Salgueiro

Gabriela Salgueiro comparte con nosotros en Leamos Más.

Gabriela es joven. Joven y prolífica. Con menos de 30 años, esta diseñadora e  ilustradora se ha dedicado a trabajar con técnicas de stop motion y animación. Fue precisamente este tipo de trabajo el que inspiró, el año 2011, a producir el cortometraje “Enco, travesías a vapor”. El mismo que plasmó en un  libro homónimo el año 2012. Gabriela creció en Chimbarongo, y luego estudió diseño en la Universidad de Valparaíso. Se ha especializado en lugares ta alejados como Rusia y Australia. Hoy vive en Nueva Zelanda, país que la acogió para seguir profundizando en su trabajo. Desde allí nos brinda esta entrevista: 


¿Crees que los adultos podemos beneficiarnos de los llamados “libros infantiles”?, ¿Le recomendarías a personas más adultas que se den un paseo por la sección infantil de las librerías, a ver que libro les interesa para llevárselo a casa?

Gabriela: Más que decir que un adulto podría “beneficiarse”, diría que muchos de ellos han ido olvidando con el tiempo lo enriquecedor que puede ser una lectura alternativa o simplemente realizar algo diferente en sus vidas, muchos están inmersos en la rutina del trabajo y todo lo que el mercado te incentiva a observar y tomar atención, por ejemplo, con la simple pregunta ¿cuándo fue la última vez que dibujaste? Te darías cuenta que muchos te responderían que desde el colegio. Creo que cualquier tipo de lectura ya es algo que aconsejaría realizar, independiente que sea infantil o no. Además, creo que es muy positivoque los adultos que tienen hijos, nietos, etc. vuelvan a leerles cuentos infantiles a los niños que tienen alrededor y lo hagan constantemente, porque es crucial dentro del desarrollo de la imaginación infantil. De todos modos, siento que cada vez son más los adultos-jóvenes, que tienen interés por la ilustración o por saber de tendencias; quienes también visitan constantemente librerías para ver nuevos autores y probablemente son los que tomarán un libro de ilustración infantil por curiosidad.

La historia de Tito es motivada, en parte, por su curiosidad innata y por su imaginación. Tito, juega y recrea todo el glorioso mundo que vivió el vapor Enco, porque es un niño propenso a soñar, a imaginar. ¿Crees que los niños de hoy juegan de esa forma, tan natural y sin grandes sofisticaciones?. ¿Podría haber algunos que imaginen como Tito, o -en general- la imaginación está cediendo ante el alcance de la tecnología y la inmediatez con la que los niños obtienen todo actualmente?

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Tito, protagonista de la historia.

Gabriela: Sí, creo que los niños y en general la infancia puede ser una de las etapas más limpia y pura para crear mundos, desarrollando la creatividad e imaginación. Lo de las “sofisticaciones” está un poco manipulado por la oferta comercial de juguetes y está ligado directamente con lo que los padres utilizan en el desarrollo de sus hijos. Creo que “Tito” como personaje está más ligado a un niño de región, de hecho el desarrollo se hizo en base a la observación en terreno de niños de la zona y en parte a mi propia experiencia personal. Donde los niños no están en la televisión o computador todo el día, sino que tienen un patio donde salir e interactuar con la naturaleza y animales, son niños que miran las estrellas por la noche y desarrollan de algún modo una conexión mucho más fuerte con su ambiente. De todas maneras, creo que hay muchos “Titos” en todo Chile, imaginando cuentos con las cosas más simples que podríamos soñar, historias tan interesantes como para crear un nuevo libro.

 

Siguiendo con el tema de la publicación de “Enco, travesías a vapor”. Este libro, además de contar una hermosa historia, acude al rescate de la localidad de Neltume y de Panguipulli, bajo la forma de un vapor al que quizás muchos habitantes de la zona están habituados, pero que permite que otras personas en Chile y otras latitudes conozcan. ¿Crees que hace falta agudizar la mirada y realizar un trabajo más concientizado al respecto, recopilando objetos, piezas, flora, fauna, etc. que merecerían salir más a la luz, por parte de quienes trabajamos en cultura, educación, arte, gestión cultural, patrimonio, etc.?

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Portada del Libro

Gabriela: Creo que la inspiración es infinita y cíclica, puede rescatarse de muchas formas, historias, objetos, ideas, etc.. Pero en mi caso la palabra clave para esto es la “experiencia”. Personalmente viví la energía de ese pueblo hablando con el alma acerca de los recuerdos del vapor Enco, fue especial y crucial poder tener un feedback con la gente que vivió en la época. Fue un viaje del cual no participé como una simple “turista”, sino que como una persona realmente interesada de la realidad de Panguipulli, su gente, sus sueños etc. Es importante conocer e informarse acerca de que realmente está pasando dentro de un pueblo o región, entender sus problemas, valorar sus buenos recuerdos. Claramente, de todo ello puede salir una idea, pero lo importante es intentar ser un aporte a los habitantes del lugar,  como comunidad.

Creo que el valor de la cultura parte primero por reconocerla, entenderla y luego fortalecerla.

 

Dada tu formación como diseñadora e ilustradora. ¿Crees en el trabajo manual como una manera de incentivar la lectura?. Me explico: se puede partir por la lectura de un cuento, para luego llevarlo a un dibujo, o quizás a la recreación de los personajes con plasticina. O haciendo todo lo contrario: creando una historia en un mundo plástico que después pueda cobrar otra vida en el papel, si el niño o el joven se anima a escribir la historia.

4Gabriela: Depende mucho del ilustrador y estilo que cada uno tenga, conozco diseñadores que sólo con vectores logran concretar muy buenas obras literarias, depende también de la edad a quien se esté dirigiendo la obra. Por lo general, mientras más pequeño es el público objetivo, la textura y variedad de materiales es más valorada. De todos modos en el caso de “Enco, travesías a vapor”, el tratamiento visual se ligó directamente con lo que la animación en Stop motion propone y es casi un 95% de trabajo manual, donde la imaginación de Tito se grafica con la técnica de cut-out para diferenciarla de la realidad. Personalmente considero que la forma más entretenida e interesante para animar es el stop motion, porque uno logra un control total del mundo, puedes manipular la luz mucho más orgánica, los personajes son casi reales con sus proporciones y realmente puedes ver su mundo alrededor. Cuando yo era pequeña, esto fue uno de los recuerdos que me quedó más presente (por lo diferente que era del resto) por ejemplo, quien no se acuerda de “Tata colores” de Vivienne Barry, para mí era un imperdible cada noche.

Personalmente quiero recomendar a una profesora de Lenguaje que trabaje con “Enco, travesías a vapor” en un curso de alumnos de primero medio en un liceo técnico en Santiago (el objetivo no sería aplicar una prueba de comprensión de lectura, sino que por el contrario, buscar actividades que lleven a los alumnos a interesarse por la historia de Tito, del ENCO, de Panguipulli, etc. ¿Podrías darnos 3 ideas de actividades que sugerirías desarrollar y 3 ejemplos de cosas que “por nada del mundo” crees que funcionarían?.

Gabriela: Que difícil, creo que les mostraría Enco y les contaría como se desarrolló, pero los incentivaría a encontrar su propio Enco, que ellos tomen un objeto, historia etc. Que crean que debe ser rescatada en su comuna, en su vida o recuerdos. Hay tantas cosas interesantes que sirven de inspiración y sobre todo los jóvenes tienen muy buenas ideas que muchas veces no logran ser escuchadas, quizás esta podría ser una buena instancia.

También junto con hablar de Enco, se podría realizar una pequeña actividad ligada directamente a la “animación stop motion” donde todo el curso puede ser un gran equipo de producción y generar una historia que hasta podría ser enviada a festivales y recorrer el mundo. La última idea que se me ocurre es llevar a los alumnos directamente a terreno, a interactuar con una comunidad donde puedan escuchar e intercambiar historias y guarden la que más les llamó la atención y que de alguna forma la concreten a través de cualquier medio de expresión (poema, video, animación, dibujo, cuento, cómic, obra de arte, performance, etc.) lo que ellos sientan que se liga más con la historia rescatada. Finalmente creo que cualquier actividad que un profesor planifique de algún modo va a funcionar si fue bien pensada.

 

A continuación, les presentamos el cortometraje «Enco, travesías a vapor»

 

Galería de imágenes:

 

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Conversamos con la ilustradora Pati Aguilera sobre creatividad y lectura

Patricia Aguilera
Patricia Aguilera, en su oficina en AjíColor.

En  AjíColor trabajan Pati Aguilera y Fito Holloway, diseñadores e ilustradores que crearon esta agencia el año 2005.  Ellos también son socios y fundadores de Plop! Galería , otro lugar especial en el centro de Santiago, dedicado a la ilustración y el diseño  que se ganó un espacio en Leamos Más.

El arte de un escritor y el de un ilustrador tiene un vínculo que va mucho más allá del nexo entre el texto y la imagen. Tanto nos ha interesado desentrañar y aprender de este vínculo, que los alumnos del  Centro Particular Politécnico de Conchalí (CPPC) – en el cual desarrollo un proyecto con Leamos  Más-  fueron agasajados con una exposición de libros ilustrados, de la cual aprendimos muchísimo respecto nuevas ediciones de historietas, novelas gráficas, libros álbum, etc. De esta actividad nacieron  las ganas de descubrir más  respecto a la lectura de imágenes y al rol que los ilustradores tienen en el fomento lector. Es por eso que, junto a un grupo de 12 alumnos de Segundo Medio del CPPC fuimos a la “casa-taller” AjíColor para que Pati Aguilera nos contara sobre su trabajo y contestara algunas de nuestras múltiples dudas sobre el tema.

La cita tuvo un lugar un caluroso día de noviembre. Los alumnos y yo estábamos expectantes de conocer a Pati, de quien sólo habíamos leído en algunas entrevistas publicadas en internet. A los saludos de rigor, siguió el descenso por  una escalera de caracol para llegar a la oficina principal de AjíColor, donde Pati y Fito trabajan. El aire antiguo del edificio -ubicado en calle Merced, en el centro de Santiago- y las gruesas murallas de la habitación nos hablaron de una época en que las construcciones eran más resistentes y consideraban otros criterios de calidad y distribución espacial en Santiago.

La escalinata nos invitó a la oficina principal, con un hermoso piso de parquet. En la pared principal, destacaba una repisa de muro a muro, parte de la cual servía de bodega para guardar el material de trabajo y los productos terminados de esta agencia. Otra escalera con rieles sujetos a las repisas permitía alcanzar los tres metros de altura de la repisa. Esta escalera fue, precisamente, uno de los objetos que más llamó la atención de los alumnos, ya que tenía unos diseños al estilo del director de cine Tim Burton. En general, todo invitaba a observar e interesarse: pequeños detalles que delataban a los habitantes de AjíColor:  postales, afiches, trozos de la pared con ilustraciones hechas por Pati, Fito o por algún otro ilustrador amigo, cuadros y un sinfín de objetos que hablan de una vida dedicada al diseño.

La caja del maetín literario permitía, al abrirla, armar un escenario para que los lectores echaran a volar su imaginación.
La caja del maletín literario, diseñada por AjíColor,  permitía, armar un escenario para que los lectores echaran a volar su imaginación.

Nos mostraron la caja que diseñaron para “El maletín literario” que entregó el Ministerio de Educación. También apreciamos libros, afiches, autohadesivos, libretas  y otros tantos artículos producidos por AjíColor. Naturalmente nos llamaron la atención  los libros «Geografía de Máquinas» (Pehuén editores) escrito por María José Ferrada e  ilustrado por Fito Holloway  y «Para chuparse los dedos. recetario Ilustrado» (Letra Capital Ediciones, 2013) escrito e ilustrado por Pati Aguilera. Además de eso, observamos los computadores y el equipo especialmente adaptado para el trabajo de un diseñador gráfico.

Tanto los alumnos como yo estábamos inquietos y curiosos. No sabíamos por donde empezar , ya que  los distractores visuales eran muchos. Pero la primera pregunta y surgió en forma espontánea fue: «¿De dónde sacan tanta creatividad? ¿En qué se inspiran?: «La creatividad puede venir de una conversación con mi hija de tres años, de una caminata por el parque, de los sabores y colores que hay en la cocina, de cualquier lugar» nos contesta Pati en forma sencilla. Y agrega que muchas veces una idea no decanta en forma inmediata, sino que se queda en su cabeza dando vueltas, hasta que en cualquier momento la asalta y la motiva a dibujar o armar algo.

El grupo visitante, en pleno
El grupo visitante, en pleno

Ser diseñador, ilustrador y  además participar de la creación de una agencia y de una galería no deben ser roles tan fáciles de manejar. Por eso, le preguntamos por las dificultades que entraña su trabajo, y nos comenta: «Yo diría que lo más difícil es realizar actividades que no son parte de mi profesión. Dirigir, organizar, administrar… ser jefe es muy complejo. Además, Ilustrar y diseñar no es una pega sencilla ni rápida. Nuestro trabajo requiere tiempo para investigar, reflexionar y luego crear. Lamentablemente muchas veces nos encontramos con clientes que nos hacen encargos de un día para otro en donde la presión y el poco tiempo pueden convertirse en factores negativos que influyen en la calidad y desarrollo de un buen resultado, y eso es justamente lo que no queremos.»

Ya avanzada la charla, le pedimos que nos cuente su relación con la lectura. Nos comenta que mientras estuvo en el colegio no era muy buena lectora. Leía por obligación para los controles de lectura y en general no tenía interés en los libros. Años después, cuando ya salió del colegio, descubrió los libros ilustrados, los libro álbum y las novelas gráficas, los cuales comenzaron a formar parte de sus intereses. Esa relación que nació en forma espontánea, siendo más joven, no la abandonado nunca y la ha llevado a cuestionarse y a expresar su trabajo como ilustradora. Hoy tienen una biblioteca en su casa, con libros ilustrados que provienen de distintos autores, con diversos estilos y que hablan del trabajo de la ilustración en distintos países. Además, fomenta en su pequeña hija de 3 años el gusto por la lectura, pero por aquella que tiene sentido y que se vincula con sus intereses. Porque los niños, aunque sean muy pequeños, tienen sus intereses y saben lo que les gusta.

Patricia Aguilera, explicando algunas de sus ideas a los alumnos
Pati, explicándonos algunas de sus ideas

A Pati, la lectura de imágenes le resulta tan natural como respirar. Algo que encuentro natural dada su profesión, y que me deja con la sensación que nosotros, los profesores de Lenguaje, en general no sabemos como enfrentar la gran riqueza en las fotografías, las imágenes y los dibujos  para ayudarnos a acercar la lectura a los estudiantes. Le comento que nuestro sistema educacional lamentablemente no potencia ese aspecto, y que nos prepara más bien para enseñar a comprender y analizar un texto, más que para disfrutarlo y mucho menos para leer sus imágenes. Además de estar de acuerdo, Pati nos comenta que para ella leer imágenes resulta vital para establecer un nexo con lo que se lee. La imagen no sólo acrecienta y enriquece lo que aparece escrito, también lo traduce a una nueva forma.  Hay que fijarse en los detalles, en el hilo de las imágenes desde la primera a la última  página, en los colores y el lugar donde están dispuestos los objetos y las personas, en sus expresiones e incluso en la ropa que llevan puestas. Todos esos elementos gritan cosas que, a veces, el texto deja a contraluz.  Ser capaz de leer una imagen y hacerla conversar con lo que se ha leído requiere adentrarse en la lectura a un nivel muy profundo. Tanto o más que si comprendiésemos al 100% todo lo que está escrito, por que la sutileza de la imagen es muy difícil de reproducir en el texto.

Esta conversación y las reflexiones a las que he llegado me dejan contenta. En especial porque no he sido sólo yo la que ha sucumbido a este ejercicio. Mis alumnos también  han escuchado atentamente y han entendido -de primera fuente- que no sólo hay que  aprender a darle sentido a las palabras escritas. Ir más allá y acercarse a las cosas que parecen no ser tan obvias son una de las principales conclusiones que han sacado de este encuentro.

Queremos agradecer a Pati Aguilera por recibirnos en AjíColor y por mostrarnos una esquina de su mundo.

 

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Humberto Maturana: «Nunca he sido un buen lector porque me cuesta leer, pero he aprendido a leer por pedazos»

Humberto Maturana
Humberto Maturana, Premio Nacional de Ciencias en 1994

Humberto Maturana, biólogo y epistemólogo chileno, es el típico científico desgarbado, melenudo y de gruesos lentes que no le despintan la imagen de sesudo e intelectual. Sencillo y quitado de bulla, deambula por doquier con sus eternos chalecones de lana y sus bufandas al viento. Es distraído, como todo científico que se precie de tal, pero siempre amable y dispuesto a atender a quien quiera hacerle una pregunta o simplemente tocarlo, pedirle un autógrafo o expresarle su admiración de cualquier manera, por muy loca que sea.

Como profesor, este Premio Nacional de Ciencias es claro, conciso, se pasea con los brazos en la espalda repitiendo sus grandes verdades –es una eminencia reconocida a nivel internacional y afuera muchos lo veneran- y le encanta que lo interrumpan, le rebatan, lo acosen, etc. No es, entonces, un científico tan típico como acabamos de decir en el comienzo. Sus libros no sólo los devoran los estudiantes de ciencias biológicas, sino todos los que quieren saber algo más de la gran complejidad y simpleza del ser humano.

Y Humberto Maturana es tan típico y atípico, -cosa extraña, pero cierta según cómo lo miremos-, que sus respuestas nos dejarán más que sorprendidos:

¿Cómo fue su acercamiento a la lectura?

Fue difícil, porque era miope. No veía bien y me demoré mucho en aprender a leer. Nunca he sido un buen lector, porque me cuesta leer, pero he aprendido a leer por pedazos. A enterarme de la naturaleza del contenido leyendo un pedazo aquí, un pedazo allá. El resultado es que leo muchas veces el mismo libro en distintas partes.

¿Qué libros lo han remecido o marcado a lo largo de su vida y por qué razones?

El Quijote de la Mancha cuando muchacho, porque lo encontré un libro muy cruel. Me dolía mucho lo que le sucedía a Don Quijote. Por eso me costo mucho leerlo y nunca lo leí completo. No lo encontré un libro gracioso, para reír. Pero sí para llorar, por así decirlo, por la crueldad que se veía en el libro y que tenía su origen en el vivir del propio Don Quijote. También el Libro “Así Hablaba Zaratustra” de Nietzche, por su visión del ser humano en el respeto por sí mismo.

¿Por qué deberíamos leer?

Humberto Maturana entrevistado por Vivian Lavín, del programa "Vuelan las plumas"
Humberto Maturana entrevistado por Vivian Lavín, del programa «Vuelan las plumas» en agosto del  2011

Yo pienso que es bueno leer si uno lee desde la autonomía reflexiva porque le amplía la visión del mundo, de lo que otras personas piensan, o por sus evocaciones distintas del vivir humano en distintas circunstancias o por lo que muestran del cosmos en la medida que son libros de ciencia o de historia natural. O por las posibilidades positivas y negativas de nuestro existir al mirar la historia. Finalmente, porque uno se encuentra en todo lo que lee y puede elegir qué camino seguir.”

¿Qué libros recomendaría como fundamentales para leer y releer?

Recomendaría “El Señor de Los Anillos”, porque es un libro que está guiado por la búsqueda de la identidad, la búsqueda del respeto por sí mismo, la búsqueda de un vivir armonioso en la sabiduría no desde la exigencia, sino desde el hecho que las personas surjan desde ellas en el deseo del bien-estar en la convivencia con otros y con otras.

 

Entrevista publicada originalmente el año 2007, en Libro Libre Chile

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Isabel Hojas: «La lectura es capaz de generar infinitos diálogos»

Isabel Hojas
Isabel Hojas, ilustradora

A Isabel Hojas le gusta leer. A Isabel Hojas le gustan los libros. A Isabel Hojas le encantan las librerías y hojear distintos tipos de textos.

Sin embargo Isabel no es bibliotecaria, ni profesora, ni escritora. Isabel estudió Licenciatura en Artes Plásticas en la Universidad Católica  de Chile, y a poco andar después de titulada se dedicó a la ilustración. No contenta con eso, Isabel sigue leyendo.

La conocí este año gracias a mi trabajo como bibliotecaria, puesto que nos correspondió trabajar en una tarea tan necesaria como desafiante: dar una charla a los futuros pedagogos comentando  la visión de ilustradores y editores  respecto al fomento lector en el aula. La intervención de esta ilustradora fue muy importante para la audiencia y sin duda para mí. Dio  un giro a  muchos de los planteamientos que tengo respecto al amor por la lectura. Y ese giro y nueva mirada tienen que ver con la creatividad y la imaginación. Dos elementos cruciales para el trabajo de Isabel, y que sin duda ha ido desarrollando y enriqueciendo a la par que su  evolución como lectora. Fue tal el interés que me provocó lo que escuché en la charla de esta artista, que quise conocer más y le pedí esta entrevista para Leamos Más. Fue así como partí, entonces, entrometiéndome en el mundo de Isabel para saber como parte este vínculo con las imágenes y las palabras. Acá les va el resultado:

 

Isabel,  ¿De qué forma empezaste a desarrollar una afición por los libros, las palabras, la lectura en general?

En mi casa había muchos libros, pero mi familia no era especialmente lectora. Mis papás siempre están y estuvieron bien informados, pero pocas veces –que recuerde- se regalaron el tiempo que requiere la lectura de un libro. Pese a eso, siempre nos incentivaron (a mis hermanos y a mi) el trabajo, el estudio y la lectura. De niña yo tenía un déficit atencional tremendo y por eso quizás -cuando vieron que a mi naturalmente me atraían los libros- fomentaron de manera especial ese gusto.

 

Una de las ilustraciones del libro "Sabores de América"
Una de las ilustraciones del libro «Sabores de América»

Con el paso del tiempo, en tu evolución desde estudiante de arte hasta ilustradora, ¿Sientes algún cambio como lectora? Y de ser así, ¿De qué tipo?

Me parece que la evolución como lectora se ha dado más por el tiempo y la madurez que por mi oficio. Eso mismo, el tiempo, ha cambiado también la manera de enfrentar mi trabajo.

 

¿Cuál de todos los libros que has ilustrado crees que podría ser de interés para un joven desmotivado en la lectura?

Creo que es difícil de saber, porque la desmotivación puede venir por diferentes factores…pero, quizás un libro que podría ser de interés para un niño es «Sabores de América«, que se puede leer sin orden establecido y que tiene información divertida o curiosa sobre alimentos que nos son familiares.

 

¿Qué importancia crees que tienen los libros ilustrados en el fomento lector de niños y adolescentes?

Uno de los grandes valores de un libro ilustrado, es que la imagen porta significado, pero lo hace de una manera mucho más sensorial, que apela a la experiencia de quién lo mira. La lectura entonces, puede darse en muchas capas y va evolucionando cada vez que se toma el libro otra vez. No hay una única lectura, por lo que es capaz de generar infinitos diálogos y reflexiones. Puede al fin, ser portador de tantas o más palabras que un libro de texto habitual.

Un niño incapaz de deletrear puede leer y entender el sentido de una imagen. Esa virtud hace que un libro ilustrado no genere ese temor a evaluación que -en general- conlleva la lectura de un texto en el ámbito escolar.

En el último se ha visto en Chile una suerte de resurgimiento en el ámbito cultural, educativo y social respecto al quehacer de los ilustradores.¿Cuáles crees que son las razones para ello?

El resurgimiento de la ilustración es un fenómeno latinoamericano, no sólo nacional. Y creo que se da por varios factores.

Isabel ilustró  uno de los motivos de la campaña "Un libro, infinitas lecturas"
Isabel ilustró uno de los motivos de la campaña «Un libro, infinitas lecturas»

La globalización es uno de ellos. La producción de libros álbum –por diversos factores- se demoró casi treinta años en llegar a Latinoamérica y hoy -ya desde hace un tiempo- hay una efervescencia editorial por producirlos. Y esta producción se hace luego de haber digerido lo que ya se ha hecho en Europa y EEUU. Sin duda partimos con más conocimiento ( lo que no le quita mérito a la apuesta latinoamericana, porque son otras realidades a las que tiene que adecuarse).

Internet es un factor muy importante en el fenómeno de la ilustración hoy. Estamos al tanto de lo que se produce casi en cualquier parte del mundo, tanto así, que la producción local –de temáticas locales- se hace bajo un criterio globalizado. Además la web es una plataforma en donde el trabajo de los ilustradores se da a conocer y al mismo tiempo sirve para que se establezcan lazos entre quienes trabajamos en esto, lo que enriquece nuestro quehacer y fortalece al gremio.

Por otro lado, creo que hoy –vuelvo a la tecnología- es mucho más fácil producir un libro y también es más fácil distribuirlo.

La economía en nuestro país a crecido (y en muchos países latinoamericanos también) y eso sin duda a favorecido la producción y la apuesta editorial. Falta harto, pero creo que en muy (muy) poco tiempo, se ha a avanzado mucho.

Lo importante ahora es trabajar para que este “fenómeno” permanezca y se arraigue.

 

Visualiza    por un momento que fuiste llamada a trabajar en un proyecto de biblioteca escolar, pública o universitaria, a cargo de organizar actividades de promoción y fomento lector: ¿Puedes contarnos tres actividades que harías?

-Mucha lectura en voz alta: establecería horas de lectura que marcaran el paso del día -como en los colegios religiosos con oraciones- con la lectura de diferentes textos: cuentos, fragmentos de novelas, poesías….

-Abriría las bibliotecas a los padres (y a todos el personal de los colegios y instituciones educacionales) para que ellos puedan sacar libros. Hacer talleres de lectura para ellos generaría luego, que los niños (a la cola de “los grandes)” leyeran también.

-Dejaría a los niños habitualmente en las bibliotecas, que elijan, vean y lean libremente.

En "El ciervo de las cuernas de oro" Isabel logró una conexión con la autora del cuento muy singular para lograr ilustrar la historia de los soldados
En «El ciervo de las cuernas de oro» Isabel logró una conexión con la autora muy singular, de forma tal de ilustrar la historia de los soldados y entender el mensaje del cuento desde el punto de vista de su escritora

 

Y siguiendo en la onda imaginativa: ¿Qué te gustaría que pasara en tu medio en 10 años más? ¿Cómo te gustaría que evolucionara?

Hay una concepción muy arraigada entre los adultos en que un libro es vehículo de aprendizaje y eso hace que la idea de los libros les llegue a los niños sesgada. Me encantaría que las editoriales, padres y profesores apostaran por libros en donde los niños primeramente, disfruten de la lectura.

Los libros entonces atraerían a lectores por el goce y para quienes estamos detrás, en la construcción de ellos, el trabajo se nos volvería mucho más desafiante y lejos más entretenido.

Me gustaría también que esta energía que hay hoy con respecto a los libros e ilustración, permaneciera.

 

¿Te interesaría generar un vínculo con el gremio de profesores, bibliotecarios, editores?

Si, evidentemente si, pero me hace más feliz pensar en generarlo con lectores.

 

Dicen que cuando uno está metido en el bosque no es capaz de ver la perspectiva completa, por eso te pregunto -como bibliotecaria- ¿que consejo nos darías a los profesores  y bibliotecarios para propiciar la lectura en niños, jóvenes y adultos?

Hacer de la lectura un recreo.

 


Si quiere conocer más del trabajo de Isabel Hojas, le recomiendo visitar su blog Tierra de Hojas y conocer más de las ilustraciones y libros en los que ha participado.

 

 

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Jennifer King: «Están sucediendo muchas cosas en torno a la promoción de la lectura en Chile»

Jennifer King
Jennifer King, Directora de las revistas

Comenté en un post anterior respecto a los jóvenes lectores y las teorías que circundan en torno a sus hábitos de lectura: como por ejemplo el hecho que leen poco y que se dejan llevar por el chat, el celular, internet, los videojuegos y otros distractores  que podrían atentar contra su interés por los libros.  En Chile existe una revista dedicada exclusivamente al fomento lector juvenil. Por eso, adelanté en aquel post, parte de la entrevista que realicé a  Jennifer King, Comunicadora Visual de la University of Minnesota y directora de las revistas Había una Vez y Mini revista Digital JiL. Profesora en la Escuela de diseño de la Universidad Diego Portales desde 1995 y además directora de la pequeña editorial de libros no-ficción Confín Ediciones.

Ahora les presento la entrevista completa para que conocer la forma como se han gestado los proyectos editoriales que se la juegan por el fomento lector desde una tribuna distinta.


 

Jennifer, si partimos hablando del fomento lector en general.  ¿Cuál es el rol que debieran cumplir los mediadores de la lectura en un plan de fomento? ¿Y qué tipo de lectura crees que se debiera promover?

«Los planes de fomento lector no son mi especialidad y no tengo experiencia al respecto. Sin embargo, aplicando mi lógica y el roce constante que tengo con el rubro, me parece que hay que abrirles puertas a los jóvenes y niños. No se debe tratar de seguir insistiendo con los textos  clásicos (por el sólo hecho de ser clásicos de alguna forma se llegará a ellos). Yo me salté varios de chica y no los leí, al cambiarme tanto de países. Hoy tengo más curiosidad y he llegado a ellos con más conocimiento quizás, casi como lectura obligada para poder conversar, es cultura general.

Son pocas las librerías que tienen sectores cómodos para que los niños escojan sus libros
Son pocas las librerías que tienen sectores cómodos para que los niños escojan sus libros. Esta fotografía corresponde al Outlet Book en Providencia.

Yo confío que la mayoría de las personas quieren ser cultas en alguna etapa de sus vidas. Para abrir esa puerta hay muchos tipos y géneros de libros que sirven. Los debemos conocer. Pero no evitaría ninguno. Es tarea de los profes y bibliotecarios estar al tanto de las novedades,  las tendencias, la no-ficción tanto como la ficción, porque ambos abren puertas según el tipo de inteligencia que maneje el lector en cuestión. Creo fehacientemente que cada niño es distinto y necesita un libro distinto. Por eso me indigna que te pregunten la edad del niño en las librerías y no los intereses, o el ultimo libro que le gustó; es un error garrafal. También creo que las revistas, en el segmento juvenil infantil tienen un tremendo potencial y que son desaprovechadas. Hay muchas revistas juveniles y son relativamente baratas (más que un libro), pero son todas –a primera vista– del mismo tema y parecidas, cayendo en un estereotipo tremendo y relacionadas más con las mujeres. Como ves hay mucho trabajo por hacer y muchas oportunidades. ¡Me pone ansiosa sentir que no hay suficiente tiempo para desarrollarlas todas!

Y ahora, cambiando de tema y comentando respecto a las revistas.¿De qué forma se gestó el desarrollo de las revistas «Había Una Vez» y «JIL» (Literatura Infantil y Juvenil, con las siglas al revés)?

«Hay una sinergia clara que conduce al levantamiento de ambas revistas,  y un aprendizaje previo que cataliza en su desarrollo. Antes del 2005 Carmen Paz Hernández, Rebeca Domínguez y María Paz Grafulic, las directoras de la Fundación Había una Vez, venían del enorme proyecto de la librería del mismo nombre, gracias a lo cual conocían el mercado, las editoriales, los libros, las posibilidades, lo vasto de ese mundo que no se conocía tanto en Chile, o no se daba a conocer de la mejor forma. Posteriormente, con la Fundación que ellas desarrollaron comenzaron a perfeccionarse y aprender  cada vez más, trabajando en terreno, viajando a ferias, recogiendo información desde las comunidades, trabajando con corporaciones educacionales importantes y conociendo todas las novedades de las editoriales para el catálogo bibliográfico. Y es en ese momento, con todo ese acopio de información, cuando deciden jugársela con una revista. Yo había tenido varios acercamientos a las Directoras gestionando y diseñando  algunos proyectos editoriales que hicimos en conjunto cuando me pidieron que dirigiera el diseño y producción de la revista trimestral que estaban armando. Hoy, años después, seguimos siendo un equipo pequeño y esforzado, muy satisfecho con los avances y las posibilidades que nos ofrece la nueva plataforma digital -las revistas se ofrecen hoy en línea, para descarga gratuita-para poder llegar a cada vez más personas y beneficiar a muchas más ya que la revista se distribuye en forma gratuita.»

¿Cómo percibes que está el medio en Chile respecto al fomento lector?

Hay diversas iniciativas impulsadas por sectores públicos y privados. En la foto, el Biblióvil en Combarbalá
Hay diversas iniciativas impulsadas por sectores públicos y privados. En la foto, el Bibliomóvil en Combarbalá

«Están sucediendo muchas cosas en torno a la  promoción de la lectura y los libros en Chile. Iniciativas tanto en forma independiente como masiva. Me refiero a campañas de fomento lector, lanzamiento de revistas comunitarias, trabajos municipales y en centros lectores. También se han abierto paso los clubes de lectura, blogs de literatura y libros, ferias de libros en colegios, e iniciativas lectoras de diversa índole. A ello se suman la capacitación en talleres literarios, diplomados en temas tales como lectura infantil y juvenil, mediadores de lectura, o en  talleres de ilustración, etc. Sin embargo, con todo esto en marcha, no percibo que haya mucha comunicación o que se brinde la instancia para compartir experiencias, recomendar buenas prácticas, compartir metodologías o mostrar iniciativas exitosas. Eso no se observa en el medio.  La idea es consolidar el conocimiento en un solo lugar, catalizarlo, lo cual sin duda sería un beneficio  enorme para quienes trabajan en este medio. Siento que desde mi experiencia y profesión, lo mejor que puedo hacer para fomentar la lectura es en mi rol como comunicadora y en lo que me he formado más fuertemente: en edición y haciendo revistas.  Me apasiona el tema.»

Inicialmente partieron con la revista «Había Una Vez» en formato impreso, a la cual había que suscribirse . Fue un vuelco bastante grande pasar de eso, a un formato digital, y además completamente gratuito.  Cuéntame un poco de ese cambio.

«Es que hay una especie de boom en el tema literatura infantil juvenil en el mundo. Está muy organizado el rubro y era un momento que había que aprovechar.  Por lo mismo ha sido un buen momento para lanzar una revista de libros y literatura infantil-juvenil. No digo que ha sido fácil. El cambio  radical de pasar de formato impreso a digital nos salvó de la extinción. Sin embargo ya logramos financiar por completo el proyecto de las revistas. Eso obedece a que la calidad del contenido es notable. Nuesstras editoras han sido de lujo: primero estuvo María Teresa Ferrer -quien escribe actualmente  cuentos para niños, editada por SM- y hoy trabajamos con Bernardita Cruz, quien lleva la batuta y maneja la línea editorial y se ocupa además de tener un buen nivel de colaboradores.»

A pesar que sólo llevan dos números al aire, ¿han podido hacer alguna evaluación de la respuesta del público y de los auspiciadores?

«La revista ha sido exitosa (tuvimos más de 11.000 descargas de edición digital de otoño).  Esto revela un vacío en el mercado, y en ese sentido creemos que ha sido una oportunidad para las editoriales el poder impulsar y fomentar ante nuestro vasto público de lectores sus novedades y destacados. Es una plataforma, la única masiva en Chile disponible para –específicamente– difundir libros y lectura en niños y jóvenes.»

¿El fenómeno literario de los adolescentes marca la pauta para la revista JIL?

Índice primer número revista JIL
Índice del primer número revista JIL

«Después de una encuesta online que hicimos a nuestros lectores y cercanos (donde nos comentaron reiteradamente que necesitaban material concreto de promoción lectora para adolescentes) decidimos lanzar una revista para este grupo etario que promoviera la lectura de una forma «ondera». La idea era aprovechar  las plataformas digitales que están en boga, como  Facebook y  Twitter,    gracias a lo cual hemos logrado una mayor cercanía con nuestro público objetivo . Actualmente tenemos más de 3 mil amigos en Facebook, y el número va en ascenso.
La revista JIL ofrece temas entretenidos, de corte miscelánea,  editados especialmente para jóvenes desde 14 en adelante. A través de la revista presentamos una  una metodología novedosa de “cajoneras”. Éstas las inventé para que realmente fueran opcionales. La idea es que quien quiera profundizar algún tema tiene una oferta ahí mismo. Es una especie de ideario de libros alternativos y disponibles en el mercado, algunos de no-ficción incluso. El objetivo es ir entusiasmando con los libros y el conocimiento en general de una forma personalizada, al ritmo y gusto de los jóvenes. Se aleja de la propuesta de lectura complementaria que proponen los establecimientos educativos, entregando libros con cuchara de remedio, a la fuerza.»

«Proponemos desde literatura, novelas biografías, libros de ciencia con contenidos atractivos, novelas gráficas, etc. Mostramos lo nuevo y lo antiguo, además tenemos las secciones  «Dosis Clásicas» y «Dosis Actuales» que son extractos de «Puro Filete» de libros, como reza el nombre de esta sección (por ejemplo en el primer número estuvo «El gato negro» de Edgard Allan Poe).  Procuramos elegir la mejor parte de cada libro para realmente dejar «colgados» a los que lo lean, incitándolo a que lo busquen. Suena utópico, pero cada libro tiene momentos clímax o insinuantes, y los que no, quizás no son tan apropiados para los jóvenes de hoy. Los elegimos con pinzas y con la ayuda de las especialistas de la Fundación Había una Vez.»

Sección "Qué me recomiendas" de revista JIL
Sección «Qué me recomiendas» de revista JIL

Me parece una buena forma de llegar al público juvenil. ¿Hay alguna otra apuesta por acercarse a ellos?

«Eso no es todo, La JIL también tiene dos entrevistas a personajes conocidos, adolescentes donde revelan sus lecturas secretas y preferidas -por ejemplo en el último número está la actriz Denise Rosenthal, y en el número anterior la cantante Francisca Valenzuela- reflexionando acerca de sus hábitos lectores personales, entre otras preguntas de sus vidas en general. Y en otras secciones se ofrece tecnología de punta, lo soñado, lo último que podría tentar a un joven. En la sección » ¿Qué me recomiendas?» chicos  de diferentes colegios y Centros lectores del país reseñan y recomiendan –de un modo coloquial, en su propio lenguaje– los últimos libros que han leído. Hasta el momento hemos tenido ocho reseñas por número y queremos ir expandiendo el concepto a varias más. Para eso esperamos recibir colaboraciones desde cualquier parte. Vamos a estar sorteando tres libros por edición entre aquellos que sean seleccionados y tengan  sus reseñas publicadas en alguno de nuestros números.
No hay otra revista que busque ni ofrezca esto en la web.»

¿Qué opinas de las instancias de fomento lector para los adolescentes en Chile?

Son pocas las iniciativas lectoras para esta edad tan crítica del crecimiento, crítica en tantos sentidos: emocionales y lectores. Yo llevo seis años estudiando a los adolescentes y preadolescentes y trabajando en nichos de relevancia para ellos en mi taller de diseño de la FAAD/UDP, creando y analizando material, promoviendo los libros y la lectura desde la visualidad. Es una edad clave para tantas editoriales también, muchos de nuestros auspiciadores publicitan solo en la revista JIL. Por ejemplo: hace tiempo que hay un boom de sagas, los libros vienen en  dos o tres volúmenes, y el fanatismo de los jóvenes por seguir a sus personajes no conoce fronteras. Está lleno de blogs de literatura y libros administrados por adolescentes (en Chile hay más de treinta). Está lleno de fenómenos en la literatura juvenil hoy. La JIL no funcionaría si la posicionáramos como una revista de fomento lector para teens (adolescentes), es una revista digital descargable para teens (gratis). Tan bajo perfil lo quisimos dejar, que no definimos la sigla JIL tampoco (aunque los conocedores sabemos que es Literatura Infantil y Juvenil  al revés) e hicimos un concurso que dura hasta final de año para la mejor propuesta del título, ya que queremos que los propios lectores nos ayuden en ello. Ha sido divertido, hemos visto respuestas muy diversas.»

Y los jóvenes, ¿responden?

«Es interesante y muy movido el nicho joven, mueve masas, es un poco vertiginoso lo conectados que están los «lolos». Es muy medible y reaccionario, espero que les sigamos cayendo bien. Cada vez hay más novedades y se me ocurre que con la revista JIL vamos a vernos obligados a circular más frecuentemente en el corto plazo. El segmento no aguanta la periodicidad trimestral parece. Pero hay muchas metas por lograr aún, y la tecnología nos acompañará cada vez más, estamos atentas a eso también.»

Portada último número revista "Había Una Vez"
Portada último número revista «Había Una Vez»

 

¿Y  cómo atisbas el corto y mediano plazo para las revistas?

«El desafío ha sido evolutivo y lógico. Con la revista Había una Vez, nació de la necesidad del país y el mercado de reunir toda la información en torno al fomento lector. Antes, lo que veíamos eran iniciativas lectoras»disparando» para todas partes pero que no se daban a conocer (y se entiende, no hay casi presupuesto para hacerlas, menos para difundirlas). Hoy hay un medio consagrado, confiable y serio, dedicado a la Lectura infantil y juvenil con la misión de catalizar y difunidir esas iniciativas y conocimientos. La Revista JIL, la más reciente invención, nace de la necesidad que se detectó desde el feedback de los dos años de la Revista Había una Vez.

A la nueva era digital de la revista la hemos bautizado: Había una Vez para todos.  Tiene mucho por crecer y dar a conocer en todos los aspectos, pero hay que avanzar dentro de las posibilidades, y lentamente, para que sean pasos firmes.»

 

 

¿De qué  forma has articulado la edición de estas publicaciones con el desarrollo de tu proyecto VEOLEO y tu labor como editora de Confín Ediciones?

«Mi proyecto VEOLEO  -proyecto dirigido a jóvenes entre 10 y 14 años que fomenta la lectura a través de atractivos trailersde libros- se mantiene vigente prácticamente con piloto automático. Cuando lo inventé estaba segura que tenía que ser de esa forma por lo mucho que me absorbe el trabajo en la revista y mis clases en la universidad. Entonces eso no me preocupa mayormente. Ha dado tanto de qué hablar que las visitas se han mantenido relativamente parejas, y después de ganarnos el Fondo del Libro, en fomento a la lectura el año 2011, pudimos aumentar a 50 los trailers. Lo divertido es que hoy, tres años después, los trailers de libros existen, la mayoría de los bestsellers juveniles tienen trailer. Por esto, dada la contingencia, la etapa que vislumbro para VEOLEO ahora, en el mediano plazo, es una especie de recopilación del material más reciente –taquillero– levantado desde youtube y las editoriales directamente, reunido de forma organizada en el catálogo de VEOLEO. Es decir como un youtube de Book Trailers adolescentes; lo nuevo, lo cásico, todo. Eso no cuesta nada hacerlo y las editoriales estarán alucinadas, los colegios también. Lo tengo en mi lista de pendientes!…

Portada del sitio web
Portada del sitio web

Confín ediciones es mi pasión, y por lo mismo es lo que más lento va. Hacer un libro tiene muchísimas aristas y nuestra meta es no sacar más de uno o dos títulos al año. Tampoco queremos dejar de hacer nada de lo otro –tan importante para nosotras–. Con calma, sin saltarnos ninguna etapa, seguiremos editando. Las tres socias, María Paz Garafulic, Rebeca Domínguez y yo, no tenemos ningún apuro. Estamos editando la segunda parte del libro Universo: ciencia y ficción, que esperamos lanzar durante este año, si se «alinean las estrellas»; es una especie de volumen dos con estructura similar pero no exacta. Estamos evaluando una segunda edición de Universo1 ya que quedan muy pocos libros y se sigue vendiendo bastante, empezamos la traducción al inglés y posteriormente queremos empezar la programación de la aplicación interactiva para formato tablet. Tenemos vistas un par de co-ediciones siempre en la línea de no-ficción para jóvenes; además queremos  incursionar en la publicación de libros profesionales de  promoción de lectura, algunos títulos que están afuera y son «must«, sería bueno editarlos acá. Pero no me estresa. Si no se puede todavía no se puede, no pienso descuerarme y pasarlo mal con el tema.»

 

Portada del libro "El tío Octavio"
Portada del libro «El tío Octavio»

Pero ya has estado trabajando en publicaciones de libros…

Este año llevo dos libros álbum de mi edición publicados con Ocholibros, desde el taller en la UDP: «El tío Octavio» de Camila García y «Clandestinos» de Cristina Ortega (que no son de la línea Confín, pero que era importante editarlos). Son vivencias de niños (ficción) durante una dictadura (cualquiera), desde la cotidianeidad. Muy inocentes y simpáticos ambos libros, forman parte de la colección que se levantó para acunarlos, Hablemos de… muy relevante en la revisión de la historia reciente de Chile y muchos otros países de habla hispana. Es una colección que pone temas sobre la mesa. El año pasado asesoré la publicación de los libros infantiles de la colección Transbank, por segunda campaña consecutiva. Siempre hay tiempo para hacer lo que uno ama, en realidad. Esto es solo la punta del iceberg! Hay una lista larga de cosas activadas dando vueltas, se mueve la cosa.

 

Jennifer, agradezco mucho tu mirada multifacética e inquieta respecto al  fomento lector, y que nos contaras la historia que hay tras el desarrollo de estas revistas. Dicen que emprender no es fácil. Creo que al leer tu experiencia sin duda más de algún lector de Leamos Más se motivará y sacará algunas ideas para fomentar la lectura en su entorno.

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El lugar de las ilustraciones

La curiosidad gana, y dan ganas de mirarlo todo
La curiosidad gana. Es usual ver a los clientes ensimismados en la tienda

Al entrar sorprende todo y dan ganas de empezar a tomar cosas para saber qué son. Puede ser un lápiz, una taza, una libreta o un libro.  Pero todo tiene un dibujo, una ilustración, una gráfica, haciendo de PLOP! Galería una de las iniciativas más originales y entretenidas del circuito cultural de Santiago.

Desde 2010 opera en el barrio Lastarria. Ahí se ha posicionado con un estilo único de tienda, librería y galería de arte con constantes exposiciones, que mezcla libros ilustrados, obras originales de artistas nacionales y extranjeros, además de objetos para regalar o coleccionar que  juegan a la perfección con el diseño y la gráfica.

La idea nació de los diseñadores Adolfo Holloway y Patricia Aguilera y de los periodistas Isabel Molina y Claudio Aguilera, quienes buscaron un lugar que tuviera como eje una galería dedicada exclusivamente a la ilustración y la historieta, donde pudiera darse a conocer el trabajo de distintos realizadores. Un esfuerzo que luego de dos años  ya tiene resultados concretos. Así lo ve Isabel Molina: “Hoy hay una mayor presencia de la ilustración en la prensa, en las bibliotecas, en los colegios y universidades, prácticamente todas las editoriales le están dando espacio en sus catálogos.  Y sentimos que hemos aportado a que así sea” dice.

Hervi (nombre artístico del legendario humorista gráfico Hernan Vidal) fue el protagonista de su primera exposición. Luego vendrían chilenos como Alberto Montt, Isabel HojasFrancisco Javier Olea, Pati Aguilera, Loro Coirón y Marcela Trujillo y también extranjeros como Oliver Jeffers, Satoshi Kitamura, Cristian Turdera, Diego Bianchi y Laura Varsky, entre muchos otros de gran trayectoria.

Pero, ¿qué diferencia una ilustración de un dibujo? La pregunta podría parecer obvia. Para Isabel Molina todo está en la intención de creador. “Una ilustración es una imagen que cuenta una historia por sí misma. Es una narración que tiene la misma importancia que el texto escrito y se enriquecen mutuamente.

La ilustración en la historia

Visitantes en la galería
Interesados en la ilustración y la gráfica visitan la galería

Desde fines de la década del treinta hasta mediados de los setentas en Chile existió una fuerte cultura del libro. Las revistas infantiles, culturales o misceláneas, vivieron una época de esplendor permitiendo el desarrollo de una gran cantidad de ilustradores e historietistas. Todo respondía a las necesidades de los chilenos de antaño. “En Chile existía una tradición letrada, y sobre todo a partir de los años 30, con el surgimiento y consolidación de la clase media,  la educación, la lectura y cultura en general se transforman en símbolos de progreso y desarrollo colectivo e individual”, dice Claudio Aguilera, uno de los gestores de PLOP! Galería.

Un panorama que cambió drásticamente durante la dictadura, cuando libertad de expresión y el acceso a la cultura fueron sometidos a fuertes restricciones. “Leer, escribir, publicar o estudiar dejó de ser bien visto. La sociedad  se volcó al libre mercado y la cultura no sólo era considerada potencialmente subversiva, también dejó de ser relevante o prioritaria para las políticas pública y quedó fuera de la lógica de mercado”, agrega Aguilera.

En el caso de las revistas infantiles, a esto se sumó la masificación de la televisión y la arremetida de las ediciones extranjeras, lo que obligó a muchas publicaciones a cerrar y a que sus artistas se vieran obligados a recurrir a los periódicos u otras labores para sobrevivir.

“Antes de los años setenta, muchos ilustradores vivían de sus obras. Hoy poco a poco, los creadores nacionales están recuperando su espacio. Es por eso que nos interesa, junto con difundir el trabajo de los ilustradores dentro de Chile, generar relaciones con artistas extranjeros y llevar fuera de nuestra fronteras el talento nacional”, señala.

En ese sentido, una de las finalidades de PLOP! es consolidar una red latinoamericana en torno a la ilustración para lo cual ya mantienen contacto con México, Colombia, Ecuador, Argentina y Brasil. Además, gracias a un Fondo del Libro están preparando el primer catálogo de ilustración chilena, una obra que reunirá a 60 artistas nacionales y se distribuirá en los principales espacios de la ilustración mundial.

Mientras los proyectos internacionales se desarrollan, siguen consolidando un mercado interno para la ilustración y la historieta. “Tenemos dos segmentos de público: uno compuesto por jóvenes y estudiantes, que vienen a nuestros lanzamientos o exposiciones, y optan por llevar libros u objetos ilustrados, y otro público, con un poco mayor poder adquisitivo, que tiene interés por coleccionar de forma seria e informada ilustración e historieta chilena. Algo que no sucedía hace un par de años” comenta Isabel Molina.

Isabel Molina y Claudio Aguilera
Isabel Molina y Claudio Aguilera

Para Claudio Aguilera hay otro aspecto relevante: la capacidad de la ilustración y la historieta de desarrollar una mirada atenta y crítica.  “Es necesario enseñar y aprender a leer imágenes. La ilustración, como cualquier otra rama de las artes visuales, tiene un lenguaje y signos que uno tiene que aprender a codificar. Sería muy útil entregar una educación visual, porque así uno podría ver los noticiarios, las fotos en el diario o una publicidad, y saber qué significa una imagen en un  contexto determinado, cuál es el mensaje y la opinión que está transmitiendo. Me parece un paso esencial para ser ciudadanos críticos y ahí el libro ilustrado y la novela gráfica pueden ser un gran aporte”.

Disciplinas con una creciente presencia tanto en el mundo editorial, como en los medios de comunicación, investigaciones académicas, bibliotecas y colegios. La ilustración y la historieta están siendo reconocidas también como potentes herramientas de promoción del libro y la lectura. “Así lo ha comprendido también el Ministerio de Educación, que ha incrementados sus compras de libros ilustrados  y apostado por publicaciones que conjugan textos clásicos y poesía con propuestas gráficas, ayudando al desarrollo de la ilustración y proponiendo un concepción más amplia del libro”, puntualiza uno de los dueños.

Por lo pronto, podemos contarles que Leamos Más se adscribe a esta postura, la misma que nos invita a leer no sólo textos lineales o hipertexto, sino que también imágenes e ilustraciones . ¡Es que vivimos rodeados de ellas!   tanto que casi no nos damos cuenta que necesitamos afinar nuestras habilidades para entenderlas a cabalidad. Lo mismo  pasa con la música: es un gusto adquirido, que se disfruta en cómodas medidas.

Y de esta conciencia y valoración por la ilustración es que nace un nuevo vínculo con PLOP! Galería, dando pie a actividades, proyectos e iniciativas coordinadas con otras bibliotecas con el fin de reforzar la lectura y la ilustración en todos sus colores, formas e interpretaciones.

Te invitamos a visitar Plop Galería, ¡acá van los datos!

Dirección: Merced 349. Local 7. Barrio Lastarria (Metro Bellas Artes o Metro Católica)

Teléfono: (56-2) 6332902

Mail: [email protected]

Horario: Martes a domingo de 12.00 a 21.00 hrs. (15.30 a 16.30 hrs. cerrado)

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Aramís Quintero, poeta, narrador y ensayista cubano: “Sin lectura vivimos de una manera muy primaria”.

Aramís, en la intimidad de su hogar
Aramís me recibió en su casa para esta entrevista

Aramís Quintero Segovia, Poeta, narrador y ensayista cubano radicado en Chile desde 1999. Especialista en literatura para niños y jóvenes y en técnicas de animación a la lectura. Cofundador de la Corporación Lectura Viva. Ha publicado numerosos libros en Cuba y ha obtenido importantes premios en su país. En Chile ha publicado «Rimas de Sol y Sal», Ed. Alfaguara, y «Todo el cielo un juguete», Ed. Arrayán; ambos poesía para niños.

Entrevista realizada por Carolina Leiva Binimelis

Llego a su departamento ubicado en lo más céntrico del centro de Santiago y me recibe haciendo un ademán de bienvenida. Me siento a gusto. Sólo bastaron minutos de conversación para que me sorprendiera con su espontaneidad: “Me inicié como lector leyendo historietas, mi favorita:La Pequeña Lulú. Me las devoraba todas, hasta las que contaban  historias de santos, luego de eso, tenía el motor de la lectura echado a andar”. Así es Aramís, un amante de la lectura y de la sencillez, reacio a la impostura solemne de los intelectuales. Rebosan en él las letras y el amor por el arte y lo humano: palabra palpitante.

Me detengo en sus ojos vivaces cuando recuerda un pasaje literario estremecedor que abarca desde una historieta, un poema infantil, un chiste; hasta la remembranza de una escena maravillosa de «La montaña mágica« de Mann, pasando por Hesse y Proust, entre otros. Quiero que continúe lo que le cuento, porque también sabe leer la oralidad de mis relatos. Me sorprende, y me pregunto si algunos seres somos completamente traducibles o simplemente estoy ante un viajero interminable que ya conoció a muchos otros, y que en alguna esquina ya había conversado con alguien como yo.

Probablemente, Aramís estaría de acuerdo con esta idea de Bolaño: “El oficio de escritor es un oficio de exiliados”, porque para Quintero la literatura “es el reino de los matices”, es el lugar de encuentro que sólo se encuentra en el extravío. Es el goce, ante todo, sin deudos, sin excusas.

 

-¿Por qué lees, Aramís?

Porque me gusta, es una adicción.

 

-¿Has variado ese pretexto de lectura en el transcurso de tu vida?

Al principio era el puro placer de la lectura. Con el tiempo el puro placer se fue matizando con preferencias temáticas, de género y estilo literarios, de autores. (Conversamos largamente de la inclinación que tenía por ciertos autores, fue así como me enteré de que leyó a Hesse con pasión, pero que intentó sin éxito entusiasmarse con Demián,  texto al que le dio más de una oportunidad y que no hubo caso. Me pregunté: ¿sabrá Aramís que este libro es el caballito de batalla de los profesores de lenguaje hace ya varias décadas?, pero preferí no interrumpirlo con chismes gremiales).

 

Portada de uno de los libros de Aramís
Portada de uno de los libros de Aramís

-¿Un buen lector es quién…?

Es quien es adicto a leer -dice. Y acto seguido se pregunta a sí mismo- ¿Leer cualquier cosa?, se podría creer que así es, pero  el buen lector es el adicto capaz de crecer con la lectura, entendiendo “crecer” en un sentido abarcador, humanístico.

 

-¿Qué prefieres leer?

Poesía, narrativa, ensayo. También me interesan otros textos no literarios sobre ciertos temas (historia, pensamiento, espiritualidad, arte, divulgación científica, etc.)

 

-¿Qué tipo de libros no tomarías ni en la sala de espera de algún edificio público?

Temas típicos de farándula, deportes, cómo tener éxito en esto o lo otro, y una larga lista de las llamadas cosas “contingentes” o comerciales o ligeras. Tampoco tomaría, si por alguna extraña razón los hubiera, libros serios,  pero plúmbeos para los que no estoy entrenado.

 

-Parra dice en su Manifiesto que la poesía es un artículo de primera necesidad. ¿Qué piensas al respecto?

Sí, entendiendo la poesía como una cualidad esencial de ciertas cosas, instantes, personas, es un artículo de primera necesidad, porque nos ofrece una cota muy alta y valiosa de la experiencia de la vida, un atisbo de que vivir puede ser más y mejor de lo que es, puede tener una justificación más honda y plena, aunque sea por momentos. Eso, en la experiencia del idioma, encarna en la literatura, y en la poesía como género. Es decir, cuando realmente encarna.

 

Portada de otro de sus libros
Portada de otro de sus libros

-¿Cómo es posible que hoy día sobreviva la literatura, si nuestro universo está mediado por la ética y la estética del mercado?

Una posible (y sombría) respuesta está quizás en la propia pregunta, al decir que la literatura sobrevive. Se puede añadir: todavía sobrevive. Con esto subrayo una característica de nuestros días: hablamos del presente con cada vez más incertidumbre sobre el futuro. Esta velocidad de los cambios es inédita, nuestra psicología está bajo presión, no se le da tiempo a adaptarse. Es grato pensar que las cosas que más queremos van a sobrevivir de un modo u otro sin desvirtuarse, sin pasar a ser otra cosa, pero cada vez tenemos más dudas. El futuro, incluso el que está a la vuelta, se hace más y más inimaginable. Preguntas obvias pero sin respuesta serían estas: ¿es posible que este ritmo de cambios se mantenga indefinidamente? ¿La curva ascendente no tendrá que llegar en algún momento a una meseta, y mantenerse en ella por un tiempo? No me refiero tanto a los cambios tecnológicos en sí mismos, como a los cambios de mentalidad y actitudes que ellos acompañan y en parte condicionan. No podemos evitar que algunos de estos cambios los percibamos como deterioro, como declive. Por ejemplo, deterioro del espíritu humanístico e ilustrado del que somos herederos y del que hemos estado justamente orgullosos por mucho tiempo. Eso parece reflejarse en el indiscutible deterioro de la calidad de la educación en una amplia geografía. Y desde luego en la creciente primacía del espíritu comercial sobre la antigua dignidad que establecía perfiles y criterios selectivos de calidad en el mundo de las editoriales. Si estas percepciones de deterioro son acertadas, bien puede uno preguntarse: ¿sobrevivirá la literatura como arte? Quizás todavía sobrevive porque aún sobreviven autores y lectores de la “vieja escuela”. Tal como van las cosas, ¿habrá un relevo sostenido para ellos? Como se ve, en el fondo devuelvo la pregunta.

(Con sus reflexiones  no supe responder ni volver a preguntar . Pensé que necesitaría darle más de una vuelta a la pregunta inicial y a las posibilidades que me había devuelto Aramís).

 

-¿Qué opinas de la literatura de autoayuda?

Sobre autoayuda, crecimiento, espiritualidad, pasa lo mismo que sobre tantas cosas: hay libros serios, buenos, pero son los menos, se pierden (para la mayoría se pierden) entre tanta hojarasca engañosa, banal, superficial. Los tiempos que corren, tan acelerados y estresantes, cada vez más alejados de los soportes religiosos tradicionales, demandan recetas y muletas, y ahí está ese mercado medrando, prometiéndote hasta la iluminación en cuatro sesiones o con cuatro ejercicios. Algunos de esos temas, al igual que algunos temas científicos muy sonados (la relatividad, la cuántica y mil cosas asociadas a ambas), solo tienen dos formas de abordarse: en serio, para unos pocos preparados en serio, o como papilla para todos. No niego que la papilla de lugares comunes y simplificaciones pueda tener sus beneficios, igual que los placebos, y si usted lo necesita y no puede ingerir otra cosa, pues adelante. Lo cierto es que la mayoría de los consumidores de autoayuda, o crecimiento espiritual “fácil y en breve”, no podrían digerir ni dos páginas de Krishnamurti, Jung, Allan Watts o Ken Wilber.

 

-Donoso siempre se preguntó acerca de la trascendencia del escritor y su obra; destacaba que solo unos pocos logran la inmortalidad. Según su punto de vista, ¿qué es lo que tienen en particular esos pocos elegidos? En este sentido, ¿existe algún escritor contemporáneo al que apueste sin reserva?

Siempre va a ser interesante y pertinente preguntarse por qué han trascendido los más grandes, qué hay en ellos que pueda explicar eso. Lo malo es que las respuestas posibles pueden llenar libros enteros, o concentrarse en unos cuantos lugares comunes indiscutibles. La inmortalidad es una palabra inmanejable. ¿Sabemos nosotros, si es que la humanidad dura 500 años más, que Homero, Dante, Shakespeare, Cervantes, Goethe, van a seguir siendo lo que son? Es lo mismo que preguntarse: ¿cómo será la humanidad en unos 500 años más? ¿Podemos imaginarnos su psicología, su espíritu, sus percepciones? ¿Podemos afirmar tranquilamente que sí, que la humanidad ha sido y será siempre la misma? Esto quizás sea cierto, aceptando que también ha cambiado y seguirá cambiando constantemente. ¿Qué son los clásicos para los adultos formados de hoy, y qué son, hoy mismo, para los jóvenes estudiantes?… Por tanto, aplicar la pregunta a un contemporáneo es un puro juego.

 

-¿Por qué escribes, Aramís?

Porque me gusta, me gusta dar forma a ideas, sensaciones, emociones, me gusta batallar con el lenguaje para conseguir esa forma, puesto que la forma, en el arte, es lo decisivo. Me gusta expresarme de esa manera, sintiendo y provocando (o tratando de provocar) un placer estético, y también una complicidad en no se sabe quiénes. (Esos cómplices, en mi caso, podrían ser niños o jóvenes tanto como adultos, a través de diversos géneros, sobre todo narrativa y poesía).

 

-¿Qué les dirías a los bibliotecarios y coordinadores de biblioteca para apoyarlos en su empresa de fomentar la lectura?

Ante todo, que se hagan adictos a la lectura, si no lo son. Y para ello, que busquen y busquen los libros que puedan gustarles y se los lean, y que lleguen así a conocer sus colecciones. Y que se entrenen en hablarles de los libros que a ellos les han gustado a los niños y jóvenes, así como en leer bien en voz alta. Que se preparen, mediante cursos y talleres de mediación de la lectura, para que adquieran las nociones y desarrollen las habilidades más necesarias. Deberían descubrir la pasión lectora, y descubrir que la mediación de la lectura es una especialidad, y como tal requiere preparación.

 

Aramís Quintero
Aramís Quintero

-Se diría que el contexto actual para fomentar la lectura entre niños y jóvenes no es el más propicio: las familias no siempre acompañan en el proceso, hay muchos distractores audiovisuales e hipertextuales, los profesores siguen dando lecturas a modo de comprensión de lectura, etc. ¿Cómo sobrellevar estas circunstancias, y aun así motivar a los jóvenes a leer?

La respuesta se encuentra prácticamente en la anterior. Sí, los factores sociales y culturales que inciden en el problema de la lectura son varios, pero, para ser prácticos, hay que identificar protagonistas y concentrarse en ellos, sin descuidar al resto. Los docentes, desde el nivel parvulario, y el personal de bibliotecas, son protagonistas (para bien o para mal, según como lo hagan). Y ambos están ligados a instituciones, en contacto con una masa de niños y jóvenes, así que tienen un papel decisivo. Si no se hacen lectores ellos mismos, y si no se preparan como mediadores de lectura, esa batalla está perdida. (Prepararse como mediadores puede ayudarlos a convertirse en lectores). En realidad (hay que reconocerlo), hoy día esa batalla se está perdiendo, ante todo en la escuela, que es el escenario más amplio y de mayor peso. Si se comienza bien y temprano, en los niveles preescolares y en los primeros cursos básicos, la lectura tiene muy buenas perspectivas, a pesar de todos los distractores que existen. Pero eso requiere preparación de los adultos. Un factor clave sería introducir  sistemáticamente la mediación de la lectura como disciplina, como ramo, en las carreras pedagógicas y de bibliotecología. Mientras esto no se haga, todos los  esfuerzos serán fragmentarios e insuficientes. Y para dar ese paso decisivo, habría que contar con los especialistas en el tema, que no son meros profesores de literatura, ni meros bibliotecarios, pues la mediación de la lectura comprende otros saberes y experiencias muy específicos.

 

Conversamos del desinterés real por la lectura y sus formas, además de lo equivocados que están quienes ponen el acento en las mediciones de habilidades y competencias lectoras por sobre la curiosidad, la imaginación y el goce. Pero pienso que la contienda no está del todo perdida mientras existan pequeños espacios y grandísimos sujetos como Aramís que oxigenan este mundo con la comunión perfecta entre arte y humanidad.

 

Nos despedimos con un abrazo fraterno.