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Contra la animación lectora I

He decidido titular este artículo de esta manera provocativa, porque pretendo dos cosas:

La primera es, claramente, captar su atención desde el inicio por que ¿cómo ha de ser posible que en una página donde se fomenta la lectura se aliente contra la animación lectora?

La segunda cosa que pretendo con este título es tener la posibilidad de matizar y decir que, al menos yo, me manifiesto abiertamente en contra de las actividades de animación lectora, cuando estas están dirigidas a adolescentes.

Una vez explicadas las motivaciones de este título, pasaré a desarrollar los argumentos que sustentan mi rechazo contra la animación lectora entre los adolescentes.

Cuando hablo de actividades de animación lectora ¿en qué tipo de actividades piensa usted? ¿Qué características tienen? ¿Quiénes las realizan?  Cuando las menciono, pienso en actividades del tipo cuenta cuentos; lecturas orales guiadas seguidas de una ronda de preguntas; exhibiciones de las adaptaciones cinematográficas de alguna novela u otra manifestación literaria, etc. Todas estas actividades tienen un problema en su denominación: “animación a la lectura” pues, como sabemos, “animar” es un verbo que, en este caso, supone dos actantes: uno agente (el que anima) y un segundo paciente (el que es animado por el primero).  Aunque parezca una sutileza semántica, no lo es en lo más mínimo. Si comparamos las actividades antes mencionadas podemos reparar en que todas proponen una asimetría en la interacción de  los participantes: por un lado tenemos a la(s) persona(s) responsables de la actividad, que cumplen el rol agente. Esta persona decide los textos; las maneras en que se ha de abordar la lectura; los énfasis con que se ha de leer; la profundidad con que se tratará; las preguntas que son válidas y las que no, etc. Por otro lado están  los participantes que intervienen cuando el primero les da el espacio.

Sé (porque hay muchísima literatura especializada sobre este asunto) que estas técnicas y actividades son de gran utilidad cuando el fin es animar a leer a los más pequeños, pero ¿son igualmente efectivas cuando los destinatarios tienen trece o dieciséis años?

Quizás el hecho de pre definir libros para los jóvenes también es contraproducente. Muchos adolescentes han leído y disfrutado libros que, teóricamente, no corresponden a su edad.
El hecho de predefinir libros para los jóvenes también puede ser contraproducente. Muchos adolescentes han leído y disfrutado libros que, teóricamente, no corresponden a su edad.

A decir verdad, he pensado muchísimo en la mejor manera de responder esta interrogante. La  manera de responder que no hiere susceptibilidades simplemente no existe, por lo mismo, no tendré reparos en decir que las actividades de animación lectora, cuando de adolescentes se trata, no solo son nefastas, incluso pueden llegar a ser contraproducentes. ¿Y cómo puede alguien decirlo así, con tanta desfachatez? Pues bien simple. Hagamos un ejercicio: recuerde cómo era usted a la edad de trece o quince años. Ahora piense, desde su “yo adolescente”, cuán estimulante puede resultarle una actividad del estilo “debate literario”. ¿Despertaría su gusto o interés por la lectura una actividad como esta? Pues no. ¿Y por qué no? Principalmente, porque a los adolescentes no les gusta ser tratados como niños. Y ese es el primer “problema” que tienen estas actividades de cara a los adolescentes: los trata como niños crédulos e impresionables.

Cuando se vive la adolescencia (y todos los que la hemos sobrevivido lo sabemos) poco y nada importa la opinión de los mayores, incluso aunque no sean mucho mayores, si detentan alguna forma de poder o autoridad no nos interesa en absoluto aquello que nos tengan que decir. No debemos perder de vista que toda experiencia es intransferible y, desde su particularidad, la experiencia/vivencia lectora es algo que no se puede inducir teniendo por buenos unos textos y otros no. Buenos o valiosos serán aquellos que han “movido” algo en mí, pero que no necesariamente deban provocar un efecto (el que sea) en otros.

Entonces, si las actividades de animación lectora no sirven con los adolescentes porque sitúan a unos en una posición de poder y verdad frente a otros que, son los “no iniciados”, los “aprendices”, los “inexpertos”, ¿qué tipo de actividades deberíamos diseñar para motivar a nuestros adolescentes a leer? Planteo esta pregunta, porque “claro- pensará usted- siempre es fácil criticar lo que se hace”. Efectivamente, criticar es muy sencillo; proponer es lo complejo.

Pues lo complejo aparecerá en el siguiente artículo (Contra la animación lectora II), porque así le doy tiempo para que también usted vaya  elaborando sus propuestas para acercar a los adolescentes a la lectura… las que propondré me han sido útiles pero no tienen por qué funcionarle también a usted. Hemos de recordar siempre que cada grupo es distinto y lo que funciona con unos, puede no resultar con otros. Así de complejo es el asunto.

Por Andrea Berríos

Estudió Letras. Hizo un máster en Edición y otro en Investigación en Didáctica de la Lengua. Lo único que sabe hacer realmente es hablar, escuchar, leer y escribir. Está convencida de que con esas cuatro cosas podrá sobrevivir. En twitter @linbertad

6 respuestas a «Contra la animación lectora I»

Andrea. Me llamó mucho la atención este artículo; sobretodo porque me ha gustado siempre la animación lectora que hace una colega mía (encargada CRA) en básica, aún cuando yo trabajo en media. Siempre quise adaptar algo para los jóvenes, pero me gustó tu artículo. Desde ese punto de vista, que uno no ve. Tienes toda la razón. Esperaré ansiosa la segunda parte, me encantaría leerlo.

Hola Magda, sin duda leer es una actividad que no todos disfrutan. Sin embargo, en la medida que tengas la oportunidad de ir aplicando algunas estrategias de acercamiento a la lectura (las hay de distinto tipo, para diferentes tipos de personas) podrás ir observando que se pueden generar cambios, al menos en tu entorno mediato. Todo depende la forma como se acerque la lectura y los contenidos en general, no todos los lectores son iguales. Gracias por comentar, y muchos saludos.

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