Existe un proyecto llamado «Placing Literature: where the books meet the map» cuya traducción es: «Ubicando la literatura: cuando los libros se encuentran en el mapa» desarrollado por dos ingleses, amantes de la literatura. Consiste en una base de datos disponible en un sito web con referencias a 1.500 obras literarias, a sus autores y a los lugares donde se contextualiza la trama. El sistema permite que los usuarios busquen por el autor del libro o por el lugar geográfico donde transcurrió la historia, tras lo cual se despliega una pequeña ficha con los datos del título que se haya inspirado en una determinada ciudad.
El objetivo de esta herramienta es conectar a los lectores con los lugares donde transcurren las historias sobre las cuales han leído alguna vez, o sobre las cuales quizás han querido leer y no han podido por falta de ganas, tiempo, etc. Bajo ese prisma, quizás este sistema les permita conocer un poco más de la zona donde transcurre la historia y gracias a lo cual tengan un empujoncito extra para, finalmente, tomar el libro y ponerse a leer.
Claramente los lugares en los cuales transcurre una narración (ficticia o no) son parte de la misma, y contribuyen a generar más emoción y sentimientos de alegría, suspenso, asombro, etc. según corresponda a la historia y los personajes. Por ejemplo, mientras escribo esto no puedo evitar pensar en «El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde» (libro que leí a los 12 ó 13 años) y que está ambientado en las calles de Londres de fines del siglo XIX. Esa ambientación es completamente parte de la historia, y las huidas del señor Hyde por las calles adoquinadas, mal iluminadas por los faroles son parte del miedo que esa parte del relato infundía. Todo eso es parte de la historia de terror de de R. L. Stevenson.
Probablemente Andrew Bardin y Kathleen Colins -los creadores y responsables de este proyecto- captaron la necesidad de los amantes de literatura por tener más información respecto a los lugares donde transcurren las historias sobre las que leen en los libros. Y fue esa idea la que los inspiró a crear Placing Literature el año 2o13. Partieron con fondos de crowdsourcing (sistema colaborativo que entrega fondos a ideas sociales, culturales, artísticas) y han seguido gestionando su trabajo bajo este sistema. Andrew y Kathleen han comentado que quisieron destacar el valor de los lugares para el autor, y a su vez entregarle esa experiencia al lector respecto a la obra. Sin duda eso puede ser visto como la trama no escrita ¿no creen?
Placing Literature partió con 1.000 lugares referenciados con lecturas. Hoy han aumentado a 1.500 y siguen trabajando para que cada día sean cada día. Para eso cuentan con colaboradores de todo el mundo, quienes se animan a subir los datos de títulos literarios, sus autores, lugares donde transcurren y otros antecedentes generales como algunos monumentos, estatuas o símbolos reconocibles en la ciudad, los principales personajes y una breve descripción del libro (no más de dos líneas). También se deja un link a goodreads (otro sitio web) con una reseña más extensa. Imagino que ya habrán imaginado que está todo en inglés, ¿no? . Pues bien, eso puede ser una mala noticia si lo ven desde el lado vacío del vaso. O, una buena noticia si lo consideran como un aliciente más para ir aprendiendo un idioma que, sin duda, sirve para todo en esta vida. Además, las reseñas son breves y pueden incluso ayudar a practicar si están con ganas de aprender este lenguaje.
Las locaciones
París, Londres, Nueva York, Barcelona, Madrid, Berlín entre muchas otras ciudades son las localizaciones más frecuentes en las cuales transcurren los clásicos de la literatura. Por ahora sólo hay ciudades, y por lo general están ubicadas en Europa, o países del continente Americano como Canadá, Estados Unidos, Brasil, Venezuela, Colombia, Argentina, México. Desafortunadamente no hay ninguno localizado en Chile, a pesar de nuestra prolífera narrativa. Quizás es porque no hay participantes que hayan ingresado literatura chilena, ya que el proyecto requiere de colaboradores para ingresar nuevos títulos. Para ello, sólo hay que «logearse» con una cuenta de gmail para tener más libros y lugares por descubrir. A decir verdad, hay algunos aspectos por mejorar en el proyecto, ya que por ejemplo no queda del todo claro como se puede colaborar agregando títulos, ni hay imágenes que ilustren las locaciones donde transcurren las historias. Quizás eso es mucho pedir, ya que el sólo hecho de localizar en el mapa el lugar exacto donde transcurre la trama del libro es bastante. Pero como lectora ambiciosa, quisiera ver a futuro 1 ó 2 fotografías que me permitieran tener una mejor idea de como luce el lugar. Sin embargo, no quiero perder de vista que lo importante es que existen personas como Andrew Bardin y Kathleen Colins, quienes en poco más de un año han sacado adelante su proyecto y planean ir por más.
Si quedaste entusiamado(a) con esta base de datos literaria-geográfica, te recomiendo que visites el blog y el mapa literario de Placing Literature. Adelanto que hay otros sitios web que relacionan literatura con zonas geográficas, por lo que estaremos pendientes de revisarlos y contarles como funcionan en nuestros próximos post.