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Fomento Lector en el Centro Nacional de Conservación y Restauración

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Restauración de una colección de estampas japonesas

Hace poco más de tres meses, el viernes 10 de octubre, veinte alumnos de tercero medio de las especialidades Asistente de Geología, Atención de Párvulos, Secretariado, Contabilidad y Electrónica del Centro Politécnico Particular de Conchalí visitaron el Centro Nacional de Conservación y Restauración ubicado en el Centro Patrimonial Recoleta Domínica (Av. Recoleta 963, comuna de Recoleta).
No es fácil acceder a este recinto, habitualmente no es un lugar abierto al público. Desde el año pasado que deseábamos visitar especialmente el Laboratorio de Papel y Libros, enmarcado en las actividades de valoración del libro y la lectura en la asignatura de Lengua Castellana y Comunicación. Esas clases incluyeron exposiciones de los primeros libros de las culturas sumeria, egipcia y china, pasando por el proceso de encuadernación hasta la creación de libros objetos por los alumnos. Finalmente, la visita se gestionó a través de la convocatoria a “Museos, laboratorios y observatorios abiertos 2014” organizados por Explora, programa CONICYT del Ministerio de Educación. Los estudiantes asistentes fueron seleccionados de acuerdo con sus intereses y desempeño en la asignatura, por lo tanto, estaban muy entusiasmados y conscientes de que conocer la labor de los expertos en cada área de trabajo era una oportunidad especial y, probablemente, única.

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Centro Patrimonial Recoleta Domínca

Antes de ingresar al Centro Nacional de Conservación y Restauración, recorrimos los jardines que pertenecieron al Convento de los Padres Domínicos. Algunos alumnos se fotografiaron como si fueran niños en ese delicado entorno. Luego, en el tercer patio, nos recibió Claudia Pradenas, Conservadora del Laboratorio de Papel y Libros, quien nos guió y acompañó durante el recorrido.
Las primeras salas que visitamos fueron las del Laboratorio de Papel y Libros. En una de ellas se restauraban obras confeccionadas a base de papel, por ejemplo, un papiro chino que se trabajaba sobre un papel japonés empleando una carpeta como soporte para evitar la manipulación directa y, además, se evaluaba la posible restauración de una pintura religiosa de una iglesia patrimonial de Chiloé. Luego, ingresamos al taller de encuadernación donde se trabaja con pinturas para reconstruir empastes, agujas e hilos para coser lomos, pliegos de papel similar a los originales, entre otros materiales. Al respecto, una alumna señaló “parece una clínica para el papel”.
A continuación, conocimos uno de las salas de mayor impacto en los jóvenes. Nos referimos al Laboratorio de Arqueología, no sólo por ser una de las salas más grandes donde trabaja un mayor número de expertos sino que también por la antigüedad y la clase de objetos que restauran y conservan. Encontramos, por ejemplo, restos de un fémur de milodón de la Patagonia chilena; una momia de un niño de tres años de San Pedro de Atacama, que aún se encontraba envuelta y acompañado de una radiografía que da cuenta de su postura corporal. También se trabajaba en la conservación de un paño fúnebre y la restauración de una vasija del norte del país. Lamentablemente, no fue posible fotografiar los objetos que se encuentran en el CNCR, debido a que se encuentran en calidad de préstamo y los derechos de autor pertenecen a otras instituciones.
En el Laboratorio de Pintura nos encontramos con la restauración de dos obras pictóricas religiosas de gran tamaño. El trabajo de las expertas consistía en restaurar la tela y la pintura de los fragmentos deteriorados siguiendo el principio de “la mínima intervención posible”. El propósito es que la mirada del espectador se concentre en la totalidad de la obra y no en los defectos que ésta presenta. Es parte del propósito de este laboratorio, que un ojo atento sea capaz de reconocer la intervención de la restauración para distinguirla del trabajo original del autor.
La siguiente área visitada fue la de Documentación Visual e Imagenología formada por dos salas. En la primera se realizan fotografías en tres dimensiones del objeto a restaurar o conservar. La finalidad es registrar el momento de entrada (diagnóstico visual inicial) y de salida al CNCR, es decir, fotografiar “un antes y un después” de la obra. En la segunda, se trabaja con luces infrarroja y ultravioleta, de este modo, se descubren detalles que a simple vista no se distinguen. En esta ocasión, observamos la dedicatoria de un retrato del Expresidente de la República Arturo Alessandri Palma que, sin este procedimiento, era ilegible.

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Parte del equipo de especialistas del CNCR

Más tarde, ingresamos al Laboratorio de Análisis. Un equipo de químicos se dedica a investigar los materiales originales que utiliza una obra, determinando las características físicas y químicas del objeto. Por ejemplo, uno de los científicos se dedicaba a reproducir la intensidad exacta del color rojo de una tela a restaurar. En otra sección del mismo laboratorio, se empleaba un sofisticado mecanismo para eliminar larvas del marco de un cuadro. Se envolvía la obra en nylon y con una máquina se extraía el aire para secar la madera y retirar las larvas con el menor impacto posible sobre la obra original.
El último laboratorio que recorrimos fue el Laboratorio de Esculturas y Monumentos. En una de las salas vimos la restauración de un Buda. Por un lado se trabajaba en restaura la escultura maciza y, por otro lado, en su atavío. En la sala contigua conocimos una virgen con el niño, escultura en madera maciza de una sola pieza y; una estatua de una mujer desnuda de estilo clásico en mármol macizo que se exhibía en un patio exterior del Museo Benjamín Vicuña Mackenna. Ambas tenían, además de un valor artístico, una riqueza histórica.
btcaPor último, nos dirigimos a la Biblioteca Guillermo Joiko. En este lugar se guardan los documentos que acreditan el tránsito de las obras conservadas y /o restauradas por el CNCR. Allí, descasamos y recuperamos energía para dar un vistazo general al resto del Centro Patrimonial Recoleta Domínica. Nos despedimos agradecidos de nuestra guía y de todo lo que aprendimos.
Regresamos al patio de la entrada y otro guía, el Sr. Hugo Castillo, accedió a presentarnos en el escaso tiempo que nos quedaba otros lugares interesantes aunque habitualmente están abiertos al público. Subimos al segundo piso y conocimos detalles del Libro de Las Horas, obra religiosa del siglo en el Museo de Artes Decorativas; luego, joyas y atuendos que utilizaron los Padres Domínicos junto a un mapa, una maqueta de la iglesia y pinturas que ilustran su llegada y presencia en nuestro país en el Museo Histórico Domínico y; por último, la espectacular Biblioteca Patrimonial Recoleta Domínica que alberga miles de libros donados por la congregación. Allí, vimos títulos que hablaban de la mazonería, magia negra, el infierno, entre otros. Algunos de estos libros son sólo de exhibición y la mayoría se presta para lectura en sala.
Nos fuimos con la sensación de haber recorrido un poco de nuestra historia en un lugar que, pese a ubicarse tan cerca de nuestro colegio, no conocíamos. Para algunos de nosotros, fue una valiosa oportunidad que podremos compartir y difundir en nuestras familias y comunidad escolar.

Les invitamos a ver el video de la visita de los alumnos al CNCR:

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La Ludoteca y la lectura

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Uno de los juegos del Centro Comunitario de Bellavista. Fotografía gentileza Sistema de Bibliotecas de Providencia

Tal como sucede con una biblioteca, una ludoteca es un espacio que sirve para organizar y clasificar el tipo de objetos que hay en ese lugar. Las ludotecas pueden tener juguetes tales como peluches, muñecos, juegos de mesa o de inteligencia, juegos educativos, incluso libros que también puedan ser utilizados como elementos recreativos para los niños. Las ludotecas suelen ser, a diferencia de lo que sucede con las bibliotecas o las hemerotecas, espacios bastante informales, con muchos colores y formas de distintas texturas. En ellas está específicamente planeado que los niños y jóvenes jueguen y se diviertan sin tener que hacer silencio o mantenerse callados.

Las ludotecas son creadas para atender diferentes necesidades, según los intereses y el contexto socio cultural de las diversas comunidades. Tienen entre otros los siguientes objetivos:

  • Rescatar los espacios, los medios y el tiempo para jugar.
  • Reconocer la importancia de la actividad lúdica para el desarrollo humano.
  • Resguardar los  juegos tradicionales, el folklore y la cultura.
  • Crear las oportunidades para que un mayor número de niños y jóvenes  carenciados tengan acceso a los juegos y los juguetes, (trabajando el consumismo).
  • Propiciar nuevos espacios de interacción y experiencias prácticas, entre los  adultos y los niños.
  • Estimular y atender a las necesidades recreativas e  intereses lúdicos Individuales, colectivos del grupo familiar, de la comunidad, etc.

Las ludotecas  además de los objetivos ya enunciados cumplen con funciones básicas: educativas, socioculturales y comunitarias.

Existen algunas formas básicas para organizar una Ludoteca:

  • Ofreciendo un espacio fijo con instalaciones adecuadas (salas grandes, una sala anexa para  guardar los juegos y juguetes, baño, patio y parque.
  • Ludoteca móvil, itinerante, o circulante, (instalada en vehículos como ómnibus,  combi, etc.) como una  biblioteca móvil, que recorrerá los barrios periféricos de la ciudad.
  • Ludoteca en espacios abiertos. Son aprovechados espacios como: las calles, las plazas, los parques,  los centros culturales,  las  escuelas, etc.

El tipo de juguetes actividades, instalaciones, atención y los servicios prestados por la ludoteca, varían de una situación a otra.  Las necesidades y características del público a ser atendido deben ser observadas con cuidado en el momento de hacer la planeación o el proyecto de implantación de la ludoteca (o red de ludotecas para los centros comunitarios educativos etc.), pues determinarán la configuración del espacio, estructura, materiales, entrenamiento del personal y las actividades a ser realizadas. El espacio para una Ludoteca puede ser simple. Lo importante es que a través de las instalaciones: los muebles, la decoración, la clasificación y la organización de los juguetes, todos sientan ganas de jugar, compartir, fantasear, soñar, expresarse individualmente y en grupo, o sea, que realmente estimule la creatividad y las prácticas sociales. Como dice Nilse Helena Cunha: “ cuando se entra en una ludoteca la primera impresión es de sorpresa, de fascinación”.

A continuación, les presentamos el caso de ludoteca recién inaugurado, en la comuna de Providencia (Santiago, Chile).

La Ludoteca del Sistema de Bibliotecas de Providencia

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Los niños y jóvenes son los principales beneficiados de este nuevo servicio. Fotografía gentileza Sistema de Bibliotecas de Providencia

De acuerdo al comunicado del Sistema de Bibliotecas: «En el Centro Comunitario de Bellavista, el cual alberga uno de los Cafés Literarios del Sistema de Bibliotecas de Providencia, se inauguró en octubre una particular ludoteca. Con la literatura como elemento central, el 11 de octubre se inauguro esta colección de juegos de mesa basados en clásicos de la literatura universal.

Esta nueva sección es parte del Plan de Fomento Lector de la comuna de Providencia, tal como lo señala la alcaldesa de la comuna “La ludoteca forma parte de un ambicioso plan de fomento lector para niños y jóvenes, como una forma entretenida y dinámica de acercarlos al espacio de los libros». Esta iniciativa tiene por objetivo explorar nuevos formatos y ofrecer servicios integrales a quienes visitan las bibliotecas públicas de Providencia. Por ahora, la ludoteca de juegos de mesa está disponible en la Biblioteca de Bellavista y se espera que en el plazo de un año se extienda a las otras nueve sedes del sistema de bibliotecas de la comuna. Por ahora, la ludoteca comprende títulos como El señor de los anillos, El Hobbit, Los Pilares de la Tierra, Catan, Carcassonne, Catan Star Trek, La vuelta al mundo en 80 días y Puerto Rico.

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Los juegos fueron cuidadosamente seleccionados para captar el interés de los usuarios. Fotografía gentileza Sistema de Bibliotecas de Providencia

El origen de las ludotecas es antiguo, pero su llegada a las bibliotecas se registra recién a principios del año 2000. En Chile, esta es la primera vez que una ludoteca se instala en una biblioteca pública, lo que posiciona al Sistema de Bibliotecas de providencia a la par de de países como España, Francia, Alemania y Estados Unidos, a la vez que constituye un incentivo para que niños y jóvenes se interesen por la lectura de clásicos universales y también de otros textos que estarán disponibles a su alrededor. Según el jefe del Sistema de Bibliotecas Públicas, Waldo Carrasco, «la decisión radica en una visión más amplia sobre las herramientas que pueden servir para convocar a la comunidad en torno a las bibliotecas, generando espacios de encuentro entre los vecinos, y vinculando experiencias de interacción actuales a la dinámica de nuestros espacios»

Integrar este tipo de recursos a una biblioteca es beneficioso porque permite a los usuarios compartir en vivo y en directo, aprender y perfeccionar habilidades blandas o estratégicas en torno a un tipo de entretenimiento que ha tomado vuelo en los espacios públicos del mundo. Además, los juegos permiten la interacción física y en tiempo real con otras personas, a diferencia de las consolas o juegos electrónicos que fomentan un espacio individualista, sin sentido de lo colectivo. Las ludotecas fortalecen la actividad y la creación de vínculos.

El uso de estos juegos es gratuito, con lo que se espera brindar acceso a gran cantidad de usuarios. Los funcionarios de bibliotecas ya se encuentran capacitados para enseñar cómo jugar a quienes se acerquen a conocer por primera vez estos juegos».

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