Esta semana debuta Cápsulas Lectoras, nueva sección mensual a través de la cual les mostraremos casos concretos de diversos tipos de bibliotecas en las cuales sus coordinadoras y/o bibliotecarios(as) presenten ejemplos, ideas y situaciones que fomenten la lectura. Este mes hemos querido dar a conocer el caso de una Biblio CRA (Centro de Recursos de Aprendizaje) en Quinta Normal.
La entrada a la biblioteca de la Escuela Lo Franco (ubicada en la comuna de Quinta Normal) queda en un segundo piso al medio de un largo pasillo que conecta las escaleras con las salas de clases. La puerta tiene una portentosa estructura de fierro forjado y está asegurada con un pesado candado, que María Soledad Álvarez Correa -la encargada- a diario abre para que los estudiantes visiten la biblioteca y tengan la posibilidad de aprender y entretenerse con el material educativo que hay a su disposición.
El ejercicio de abrir y cerrar es simbólico. Hasta el año 2011 esta biblioteca no funcionaba igual, ya que no tenía continuidad en el horario, y sus anaqueles acumulaban el polvo. “Cuando llegué esto era como una bodega, los libros estaban en estanterías cerradas y los niños no tenían acceso a ellos”, recuerda María Soledad. Y mira la sala a la que a diario asisten pequeños de pre kínder a octavo básico provenientes de comunas como Cerro Navia, Renca y Quinta Normal.
El perfil del estudiante es un factor determinante. Aproximadamente un 86% proviene de familias no constituidas, y los estudiantes viven con uno de los padres o con algún abuelo. De acuerdo a la ficha SIMCE, son de estrato socioeconómico medio bajo, y de sectores vulnerables, “en algunos casos los padres de los niños están en la cárcel, algunos por problemas de tráfico de drogas. En otros, hay chicos que incluso inician su despertar sexual a los 11, 12 años”, comenta María Soledad para ilustrar algunas de las situaciones más extremas.
Una situación precaria, que se diferencia de la vivida hace dos años por la misma encargada CRA (Centro de Recursos para el Aprendizaje) en un colegio de Vitacura. Ahí, recuerda, » la biblioteca era diferente: había espacios abiertos y una gran cantidad de textos a disposición”.
Por ello, lo primero que pensó al llegar al nuevo colegio fue abrir la biblioteca y realizar actividades que acercaran a estudiantes, profesores, e incluso a los apoderados. “Estaba todo cerrado, había muchas cosas en cajas. Revisando encontré libros para las encargadas de integración, y se los pasé. Es algo que hago siempre: busco cosas que les puede servir a los profesores y los distribuyo de acuerdo a los intereses de cada cual”, especifica la encargada CRA. Y si bien el entorno social no cambia, hoy en día existe un lugar al que grandes y chicos pueden acudir, pues está permanentemente abierto: la biblioteca.
Abrir la biblioteca
Ese fue el paso que dio María Soledad, entregando a los niños la posibilidad de acercarse directamente a los textos, instalando estanterías abiertas. Algo que logró gracias a su gestión y al apoyo de un apoderado y una profesora interesados en mejorar el colegio. Y aunque el espacio es pequeño, alcanza para que los cursos hagan uso de las horas de biblioteca que reglamentariamente les corresponden por malla curricular.
Otra iniciativa que María Soledad destaca con especial énfasis es “El Legado”. Una idea simple, pero cargada de significado, en que los estudiantes de octavo básico escriben una historia en un libro hecho por ellos mismos. Así, y a mano, van surgiendo las hojas de esta suerte de testimonio, que toma forma gracias a la creatividad de los más grandes y al uso de cartulina, mostacillas, lápices de colores y otros divertidos materiales. La idea es que al momento de abandonar el colegio para continuar sus estudios, una parte de estos ex alumnos quede reflejada en esas hojas, para que los más pequeños de kínder y primero básico puedan leer como si fuera parte de su propia historia.
El vínculo que María Soledad establece con los alumnos, apoderados y profesores va más allá del cuenta cuentos y de distribuir el boletín de novedades de la biblioteca. Pero para que esto suceda es imprescindible que exista un compromiso desde la Dirección del establecimiento, que facilite y valide el proceso. En el caso de la Escuela Lo Franco ese compromiso no se ha generado del modo que cabría esperar.
Y entonces, ¿Cómo funciona la Biblioteca?
La respuesta es sencilla: No lo sabemos, ya que desde marzo de este año María Soledad dejó su puesto en la escuela Lo Franco para irse a trabajar a otra unidad de información, esta vez en una institución de educación superior. Por eso, no sabemos si en la biblioteca de Lo Franco seguirá funcionando “El Legado”, si los profesores tendrán a la mano libros interesantes, o si habrá alguien para abrir la reja de fierro de la biblioteca.
Sólo sabemos que si hay algo bueno, hay que cuidarlo y potenciarlo. Y eso no pasa simplemente por tener libros y estantería abiertas. Eso sucede cuando la biblioteca es de todos, y para todos, incluidas las autoridades escolares.
María Soledad Álvarez Correa es técnico en Atención Social Administrativo. Ha trabajado en Centro Abierto Lo Velázquez de Renca, Colegio Antártica Chilena de la comuna de Vitacura y Escuela Lo Franco de Quinta Normal. La casualidad y las vueltas de la vida la llevaron a trabajar a una biblioteca escolar, donde pudo desempeñarse en el área de cuenta cuentos y animación a la lectura. Actualmente ejerce funciones como Asistente de la biblioteca en el DUOC UC, Sede Plaza Norte. En sus ratos libres suele leer, ir al cine y disfrutar de sus dos sobrinas.
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Si al igual que nosotros, quieres conocer un poco más a María Soledad, te sugerimos leer esta entrevista
1.- Equipo Leamos Más: De todas las actividades de fomento lector que realizabas en Lo Franco. ¿Cuál crees que era más del gusto de los alumnos?
María Soledad: En relación a los alumnos la que más les gusto fue el café literario, donde ellos mismos leían sus propias creaciones con los alumnos de 5 a 8 básico. Y los cuenta cuentos para los más pequeños, aun no se me olvida como los niños después del cuenta cuento cantaban o recitaban lo que aprendíamos juntos.
2.- Equipo Leamos Más: ¿De qué forma crees que la biblioteca le ayudaba a los alumnos (grandes y pequeños) en su vida escolar?. No me refiero sólo al rendimiento, sino que a la vida que hacían al interior del establecimiento.
María Soledad: Creo que la biblioteca es importante para los grandes y chicos ya que es un lugar donde los alumnos pueden soñar, viajar por todo el mundo, les abre su propio horizonte, te extiende tu mundo y compartir sus propias vivencias
3.-Equipo Leamos Más: ¿Qué reflexiones nos puedes compartir ahora, que estás en otro trabajo y puedes analizar la situación en perspectiva?
María Soledad: Bueno la experiencia de trabajar en biblioteca escolar es lo más genial que me ha pasado en la vida, lo disfrute mucho, disfruto ver la alegría de los niños y niñas al tomar un libro, o al escuchar un cuenta cuento. Extraño ese disfrute de entregar un libro a un niños que va en busca de el por solo el hecho de que le gusta la lectura.
El ahora mío es aprender a conocer otro mundo de la biblioteca, el mundo de la biblioteca de instituto es totalmente diferente, pero creo que todos en la vida debemos desafiarnos a conocer otros mundo y esa es mi oportunidad hoy
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5 respuestas a «Cápsula Lectora # 1: Abrir la Biblioteca»
Felicitaciones Sole!!! Soy testigo de tu gran compromiso y sentido social, además de tu solidaridad y capacidad de gestión, sin duda tu paso por la escuela demuestra que nuestros alumnos merecen todo nuestro esfuerzo.
Andrea B.
El alejamiento de María Soledad debiera ir de la mano con la contratación de una reemplazante tan o más motivada, para asegurar la continuidad de ese trabajo bien hecho y de evidente beneficio para la comunidad escolar: alumnos, profesores y apoderados.
Sin embargo, a juzgar por lo señalado en el artículo, no existe certeza alguna (“….no sabemos si en la biblioteca de Lo Franco seguirá funcionando…»). Estaremos, una vez más, en presencia de una buena iniciativa que perece por la miopia de las “autoridades» de turno que optan por destinar los fondos a otras “prioridades» más afines con sus mezquinos intereses?.
Si así fuere, cuál es la respuesta de la comunidad afectada?.
Sería bueno saberlo.
Al momento de realizar esta «Cápsula Lectora» en diciembre del año pasado, María Soledad no tenía considedo dejar su puesto. Después nos encontramos con la novedad de su cambio de trabajo. Esperemos que ahora haya alguien que continúe y potencie su labor. En vez de elaborar conjeturas, trataremos de averiguar más al respecto para darles una respuesta más certera a quienes nos han dejado sus mensajes. ¡Les agradecemos el interés!. Cuando sepamos algo, avisaremos por este mismo medio. Saludos
Excelente artículo, bien escrito, donde muestra la realidad de muchos espacios de nuestro país y como una persona puede sumar uno o más granitos de arena a una labor que tiene trascendencia, como la biblioteca de la escuela Lo Franco. Felicitaciones por la nota y la nueva sección.
Saludos,
Katina
Gracias Katina, desde ya te dejamos invitada a seguir leyendo las cápsulas lectoras de los meses venideros!