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Bibliotecas de Aula #2: Seamos Estratégicos(as)

Se pueden hacer campañas para recolectar libros en cada curso
Se pueden hacer campañas para recolectar libros en cada curso


Hace un mes publicamos la primera parte de este artículo dedicado a las Bibliotecas de Aula. Ahora va la prometida segunda parte -y final- donde profundizo los consejos que señalé anteriormente, especificando qué, cómo, cuándo y por qué en el caso que quieran armar sus Bibliotecas de Aula o deseen mejorar la que ya tengan.

Implementar y mantener Bibliotecas de Aula requiere que cada establecimiento educacional  tenga su biblioteca escolar conformada. De lo contrario será más dificultoso mantener la biblioteca de aula  por mucho tiempo ya que no podrá ir variando  la muestra de libros, y eso podría jugar en contra del entusiasmo de profesores y alumnos.

Respecto a esto, hay dos instancias que pueden ‘revertir’ esta desventaja:

  • Aprovechar los recursos otorgados por las bibliotecas CRA del Mineduc, cuyo material no sólo incluye textos literarios sino también material pedagógico lúdico.
  • Hacer una campaña de recolección de libros entre los mismos alumnos y apoderados. También se puede contar con el recurso de las ferias libres: en ellas, siempre se venden libros usados entonces, se puede pedir a los papás y alumnos que donen libros o hacer alguna actividad como curso para reunir los fondos y designar encargados de comprarlos. Es verdad que los libros se van deteriorando pero es importante reforzar que este deterioro sea por su uso y no por descuido. Aquí también puede apoyar la bibliotecaria, enseñando técnicas de cuidado de libros.

También es fundamental que la sala cuente con un espacio físico determinado para recibir su Biblioteca de Aula. Además, este espacio debe contar con un mural o afiches de colores atractivos que señalen que están esperando por los libros en cuestión. El lugar debe ser visible y alcanzable por los niños del curso.

En esta sala, se ha dejado un espacio en el sector de atrás
En esta sala, se ha dejado un espacio en el sector de atrás

Hay que considerar el tiempo del profesor, lo cual es una inversión que puede rendir muchos frutos si se hace a la par del tiempo que dedica a preparar las clases. Se sugiere distribuir este tiempo en actividades como:

  • Diseñar y aplicar actividades para usar los libros, pero no sólo en actividades aisladas. El objetivo es usarlos en el contexto del programa de su asignatura (lenguaje, biología, química, etc.) conjugando los objetivos de ésta con los contenidos de los textos, logrando que se vayan incorporando en la medida que se avanza y profundiza en la materia.
  • Evaluar semestralmente el uso que se le ha dado a la biblioteca de aula, a los materiales y también al aprendizaje que han tenido los alumnos. Hay muchos criterios en este sentido, y cada profesor puede construir su propia pauta.
  • En función de lo anterior, ir implementando nuevas estrategias que le permitan sacar más partido de este recurso, evaluar nuevos materiales para adquirir a futuro y nuevas habilidades y destrezas que los alumnos deben ir desarrollando respecto a los textos técnicos.
  • Profundizar el nexo con el/la bibliotecóloga de su establecimiento educacional,  ya que  es quien puede colaborar en enriquecer el material de su biblioteca de aula, desarrollar estrategias para infoalfabetizar  (desarrollar estrategias para buscar y usar información) y fomentar la lectura en sus alumnos, a la par de otras actividades que se les puede ir ocurriendo en conjunto.

 

¿Qué otras estrategias puedo usar para motivar a mis alumnos a usar una Biblioteca de Aula?

 

  • Sumado a todo lo anteriormente dicho, es muy importante el incorporar a los niños a esta actividad y que ésta sea incorporada a la rutina de la sala de clases como una actividad más que los involucre. Por esta razón, se recomienda destinar a un par de alumnos para hacerse cargo de la Biblioteca de Aula, revisándola a diario, contando los ejemplares y guiando a sus demás compañeros a cuidar este material. También se puede designar un alumno al día quien, en algún momento libre ya sea al inicio de la jornada o en algún cambio de hora,  le recomiende a sus compañeros algún libro de la misma.
  • Exporar con otros aspectos del libro es una buen aidea. Siempre y cuando éstos hayan sido "dados de baja"
    Explorar con otros aspectos del libro es una buena idea. Siempre y cuando éstos hayan sido «dados de baja». Puede servir para adornar la Biblioteca de aula y coordinar el trabajo con la profesora de artes plásticas

    Respecto a la selección de libros, recomiendo que se prepare un listado variado que comprenda, además de los contenidos curriculares que los niños estén aprendiendo, material literario del gusto de los lectores: mitos, leyendas, cuentos, revistas, cómics, diarios, revistas,  etc.  Esta lista de libros puede ser organizada por el profesor jefe, la bibliotecaria o ambos.

  • Es muy importante es que se conozca el gusto de sus alumnos (después de todos, son ellos y no los adultos los que deben motivarse a leerlos)  y que el resultado final sea variado y atractivo. También pueden participar algunos alumnos en este proceso, como una forma de estímulo.
  • Una vez que el material para la Biblioteca de Aula ha sido seleccionado, se debe hacer un listado  (esto es muy importante ya que esta lista debe ser presentada a los alumnos y quedar en un lugar visible de la sala, diario mural o al lado de la Biblioteca de Aula, para que así todos los alumnos tengan acceso a ella y puedan ayudar a cuidar los libros).
  • Cuando la Biblioteca de Aula sea presentada al curso, éste debe ser un momento importante  en donde cada libro sea presentado de manera individual. Algunas ideas son: la profesora les exhibe los libros encima de su escritorio, mientras le refuerza a sus alumnos la importancia de cuidarlos y disfrutarlos, también puede leer alguno de ellos ha pedido de los mismos niños. Asimismo, resulta muy bien cuando se designan alumnos encargados de la Biblioteca de Aula, quienes deben cuidar que los libros no se caigan al suelo y que, al final del día, estén todos (según el listado ya mencionado).
  • Lo ideal es que sean lo suficientes para que los alumnos los puedan compartir entre ellos pero tampoco demasiados para que genere desorden y desinterés. Dependiendo del espacio físico, alrededor de 15 libros es una cifra buena.
  • Las Biblioteca de Aula evidencian el tipo de alumnos que hay en la sala de clases, y eso podría ser un arma de doble de filo pues nos juega a favor y en contra. Un curso con alumnos poco acostumbrados a estar en contacto  con libros y a cuidarlos, estará expuesta a que los ejemplares sean mal cuidados, se descuadernen o rayen. Esto no es problema de las bibliotecas o de los profesores o bibliotecólogos,  más bien es una demostración de la poca relación que los alumnos han establecido con los libros. Pero también es la oportunidad para trabajar con los niños un aspecto tan importante como el cuidado y la valía del libro como objeto. Hay que estar dispuesto a extraviar y perder -por daños o por exceso de uso-algunos libros.
  • Los indicadores de uso, registros estadísticos u otras mediciones de uso de los libros no son tan fáciles de obtener, ya que cada vez que un alumno saca un libro para leerlo, revisarlo u hojearlo no hay un sistema de préstamo automatizado que contabilice el hecho. Puede que en algunos casos los profesores lleven un registro de los préstamos a domicilio, quizás con un afán de verificar su posterior devolución más que con un espíritu de conteo estadístico. Es verdad que es difícil cuantificar la lectura pero, usando el cuaderno de registro y recogiendo la opinión de los alumnos (mediante encuestas semestrales o anuales, por ejemplo) se puede tener alguna estimación.

La unión hace la fuerza

Sigo reforzando la idea que el fomento lector en toda su dimensión (en este caso aplicado a las Bibliotecas de Aula) debe ser una política de cada establecimiento educacional. Naturalmente un profesor y un(a) bibliotecólogo(a) motivados pueden hacer una gran diferencia, pero si sus acciones no van acompañadas de un clima institucional que evidencie la importancia de la Biblioteca de Aula,  y en general del vínculo de la lectura con la sala de clases, entonces los esfuerzos serán positivos, pero no tendrán la fuerza como para causar un impacto mayor.

Si analizan este punto con detención, se darán cuenta que el uso de las Bibliotecas de aula no  están estandarizadas, ni existe un manual de buenas prácticas o protocolo respecto a su utilización. Más bien éste queda supeditado al criterio del profesor. Por ende, su aprovechamiento es muy dispar entre una asignatura y otra, y entre distintos establecimientos. Esto podría darle el carácter de una herramienta prescindible cuyo resultado queda supeditado al interés de los profesores interesados, y no a las prácticas educativas del establecimiento. Una pésima práctica, si se piensa en resultados a mediano y largo plazo.

Finalmente, no hay que olvidar que, para poder motivar es fundamental estar motivados nosotros primeros por lo que la actitud que tengamos ante las Bibliotecas de Aula serán claves en la actitud que tendrán también nuestros alumnos.

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Bibliotecas de Aula #1: Ideas y beneficios

Los niños pueden leer en la sala, como también llevarse los libros a sus casas
Los niños pueden leer en la sala, como también llevarse los libros a sus casas

Las Bibliotecas de Aulas podrían definirse como ‘un conjunto de diversos materiales bibliográficos y didácticos que están a disposición de un curso o asignatura específica, y cuyo criterio de selección responde tanto a las materias que estén aprendiendo los alumnos como a sus intereses particulares’. A esta sencilla descripción personal es importante añadir que la selección de los textos debe ser variada y comprender, mediante cuentos, adivinanzas, trabalenguas, poesías, enciclopedias, libros de consulta, etc., las áreas de Lenguaje, Matemáticas, Ciencias y Sociedad.

También es importante agregar que estos libros deben ser interesantes y atractivos para los alumnos y que, por esta razón, es importante incluir -según el nivel del curso- cómics, novelas gráficas y libros álbum. Por ejemplo, los Ogú y Mampato que tratan sobre episodios de la Historia de Chile (‘El cruce de los Andes’, ‘La reconquista’) son un gran apoyo en los 3°’s Básicos.

Podríamos agregar, además, que las Bibliotecas de Aula pretenden apoyar el fomento lector en los niños a la vez que lograr cierta transversalidad entre la biblioteca escolar y las distintas asignaturas. Con esto, las Bibliotecas de Aula pueden apoyar a los niños a buscar nuevos momentos de lectura como lo son al terminar una prueba o guía o, incluso, en algunos recreos en los que ellos tengan la posibilidad de quedarse en la sala (como en los días de lluvia, por ejemplo).

¿Cómo nos beneficiamos a través de las Bibliotecas de Aula?

  • Fomentando la lectura desde la sala de clases, logrando un nuevo nexo Aula-biblioteca. Por ejemplo, si quedan 10 minutos de la clase de ciencias, se puede leer algún extracto del contenido recién visto en la Biblioteca. O, en el caso de las pruebas, los alumnos que hayan terminado, pueden pararse en silencio a buscar algún libro de su agrado mientras los demás alumnos terminan la evaluación (por eso es tan importante la variedad de temas y títulos para que cada alumno pueda escoger).
  • Estableciendo cierta transversalidad entre la biblioteca escolar y las distintas asignaturas. Es muy importante, por ejemplo, cuando se escojan los libros que acompañarán a un curso determinado durante un año o semestre, que se observe una directa relación entre las distintas materias vistas por el profesor y los capítulos o partes de los textos, revistas, películas, etc.

Por ejemplo: para niños de 1° Básico que estén aprendiendo sobre animales, se deberían considerar  enciclopedias, además de literatura relacionada (‘Animaletras’,  o los cuentos de la Keiko Kasza de la colección Buenas Noches en donde los animales sean protagonistas). O, como mencionamos anteriormente, los Ogú y Mampato con temas históricos para apoyar los contenidos de Historia y Geografía. Considerando el mismo tema, pero en otro formato, una excelente opción es la revista Super Mascotas.

  • Concientizando a los alumnos en el manejo y cuidado de los libros (ya que cada curso administra y se responsabiliza por su Biblioteca de Aula). Para apoyar este punto, la alianza entre el profesor y el(la) bibliotecario(a) resulta fundamental ya que la persona que dirige la biblioteca es quien puede enseñar a los alumnos sobre el cuidado de los libros y del proceso que éstos pasan antes de llegar a su sala (selección, compra o donación, clasificación, catalogación, tratamiento físico, etc.). Incluso hay algunos kits y accesorios que pueden interesar a los más pequeños en esta etapa, y quizás más de alguno quiera ofrecerse como voluntario para ir a ayudar a ordenar los libros.
Los profesores tienen que entrar a las bibliotecas escolares y buscar a su gusto todo el material que necesiten
Los profesores tienen que entrar a las bibliotecas escolares y buscar a su gusto todo el material que necesiten
  • Apoyando la educación de los niños dentro de la sala de clases ya que la Biblioteca de Aula complementa la información entregada por el profesor y reforzar los contenidos enseñados por el profesor ya que la biblioteca de aula muchas veces es usada dentro de la hora de clase por el docente, para mostrar imágenes, leer noticias o anécdotas relacionadas con la asignatura, enlazar contenidos (por ejemplo: leer una poesía sobre el cuerpo humano en los últimos minutos de la clase de ciencias, aprovechar un cómics de mitos chilenos en la clase de historia, aprovechar la biografía de un pintor famoso antes de empezar la clase de arte, etc.)

Por ahora he querido plantearles algunas ideas y buenas prácticas en materia de Bibliotecas de Aula, basado en mi experiencia de varios años  trabajando en bibliotecas de educación escolar básica. Naturalmente otra cosa es armar una Biblioteca de estas características, para lo cual les dejo la invitación a que esperen la segunda parte de este post, donde precisamente hablaré de ese tema.

Si quieren comentar sus ideas, consejos o dar algunos ejemplos de lo que les ha pasado trabajando con profesores, bibliotecarios, alumnos etc. formando bibliotecas de aula, ¡bienvenidos sean!