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Yo me lo leí, y te lo recomiendo

Página principal del sitio
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Desde hace varios años. y desde diversos frentes,  María Teresa Mujica, Lorena Rodríguez y Marta Rosselló  trabajan con libros y lectura. El año 2010 decidieron partir con el blog «Yo me lo leí, y te lo recomiendo» a través del cual sugieren lecturas actualizadas para niños y jóvenes. Gracias a  este medio entregan reseñas categorizadas por rangos etarios(0/4, 10/12, 12/15 años, etc.), editoriales (Ekaré, FCE, amapola, etc.) ,  y temas (romance, autoayuda, fantasía, novela histórica, relaciones familiares, entre otros).

 

Volcando su experiencia en lectura, niños y jóvenes en este blog de fomento lector

 

En palabras las autoras de este blog «lo más importante de nuestro trabajo, es estar al día con lo nuevo que va saliendo, y así acompañar lectores, recomendándoles sólo lo mejor (…)Queremos compartir lo leído con todo el que se interese por la literatura infantil y juvenil: papás, niños, jóvenes con ganas de encontrar libros nuevos… todos son bienvenidos. . Buen planteamiento para formar nuevos lectores, ¿no creen?

Equipo de "Yo me lo leí"
Equipo de «Yo me lo leí, y te lo recomiendo»

Conociendo un poco más sobre su trabajo, leo en el blog que María Teresa es  profesora básica, con 20 años de experiencia  trabajando en lectura. También participa  de la columna literaria infantil y juvenil de la revista Hacer Familia, junto a Lorena Rodríguez. Ésta última, en tanto, es Diseñadora gráfica y profesora. Paralelamente María Teresa y Marta Roselló colaboran en el comité de evaluación del Centro Lector de lo Barnechea. Además de ello, Marta es médico pediatra y parvularia, con 8 años de experiencia en literatura infantil y juvenil.

Nos parece una excelente iniciativa para dar a conocer, puesto que del trabajo colaborativo nos vamos nutriendo quienes trabajamos en bibliotecas, establecimientos educacionales, o quienes lisa y llanamente nos interesamos por fomentar la lectura desde  todo punto de vista.  Un buen caso para imitar.

Las últimas recomendaciones han sido para:

¡y muchos otros más!

 

¡Adelante! a  informarse respecto a lecturas para niños y jóvenes.

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Cine, literatura y zombies

Varios han sido los aportes del cine a la literatura contemporánea, y no sólo del cine, sino también de la televisión. Pienso, por ejemplo, en «Santiago Quiñones,  tira« novela de Boris Quercia -quien además es actor y director de cine- publicada el año 2010 por  Random House Mondadori. Es una historia breve, dinámica, entretenida, pero sin un gran valor literario. No obstante, la prefiero a ver alguna de esas series de televisión que se me hacen francamente insoportables. Aunque Quercia no habla de una serie de televisión en su relato, conocí su lógica y lo pude leer de corrido, sin zapping.

Es extraño que prefiera leer a ver una imagen en movimiento de historias malas, predecibles, estereotipadas y llenas de lugares comunes. Me devoré la novela de Quercia, pero no resistí su trabajo como director de la  serie de televisión «Huaquimán y Tolosa». Sé que el mío es un extraño caso, pero no tendría ningún conocimiento de este tipo de relatos audiovisuales y cinematográficos sino fuera porque algunos autores reivindicaron el género con su escritura.

Portada del libro
Portada del libro

Pienso, por ejemplo, en alguna película de zombis. Más de alguna vez vi el programa «Maldita Sea» del desaparecido Canal 2 Rock and Pop, en donde dos jóvenes tan extraños como sus películas miraban un televisor que le daba la espalda al público, mientras ellos sentados en un sillón, con cerveza en mano, comentaban películas de clase B, retrocediendo, adelantando, poniendo la imagen en cámara lenta, repitiendo la inusitada escena diez veces o más. La idea del programa era hacer sentir al público como en el living de estos muchachos (“el Pera” y “el Salfate”). Yo lo veía, nunca entero, no por las películas -que eran malísimas-  sino porque no entendía cómo alguien podía crear historias como esas y cómo otros podían entretenerse viéndolas. Hasta que leí «El beso de la mujer araña» del argentino Manuel Puig y me resultaron dignas de un Óscar.

La historia de la Mujer Pantera que relata Molina a Valentín en el inicio de la novela es fabulosa. Se sufre cuando Molina se cansa y quiere dormir, por lo tanto, deja en suspenso la “mala película”. Es gracioso imaginar como el lector reclama junto a Valentín el desenlace de la historia. Lo mismo ocurre con una película de zombis que cuenta Molina, la cual una se figura con actores sobreactuados, locaciones de mal gusto, pésimos efectos, entre otras características, pero que en la voz de Molina pareciera que fuese la primera y la última película de zombis de todos los tiempos.

Escena de la película inspirada en el cuento "El hijo del coronel" de Roberto Bolaño
Escena de la película  Nothingbutamovie inspirada en el cuento «El hijo del coronel» de Roberto Bolaño

Hace unos días leí «El secreto del mal« de Roberto Bolaño y ahí aparece un texto llamado “El hijo del Coronel”, texto supuestamente homónimo de una película de deplorable trama y factura, pero que sin embargo, el narrador dice que es una alegoría de su propia vida. “El hijo del Coronel” es la típica película de zombis -digo esto con una patudez y soberbia tremenda, ya que nunca he visto una entera, ni tampoco he visto tantas selecciones de escenas como para darle el adjetivo de “típica”- pero tampoco creo que haya que ser muy erudita al respecto si las características de estos filmes son siempre las mismas: zombies imbatibles, héroes intrépidos, jovencita linda a la que acosan  repelentes seres, inocentes contagiados que terminan persiguiendo a los pocos sujetos sanos que quedan en el pueblo.

En fin, esta película soporífera y sabida se hace magistral en el relato de Bolaño. Creo que toda historia por inferior que sea se convierte en una obra mayor si está bien contada, y no digo con esto correctamente bien contada, sino que excelentemente bien contada. No sé si me explico, Bolaño tiene eso. Sin ser un escritor sencillo es gráfico: lo veo, lo escucho, lo leo.

Con Puig y Bolaño vi las únicas películas de zombis de mi vida y feliz me las repetiría. Y mi intención no es hacer competir a la literatura con el cine. Me resulta absurda la comparación entre el libro y la película porque son registros distintos. Hay obras independientemente del género bien concebidas o mal nacidas, eso es todo. Es probable que haya alguna película de zombis que esté a la altura y que tenga un peso en su lenguaje, sin esperar a que llegue un buen narrador a convertirla en un imperdible como es el caso de los dos autores antes mencionados. Control remoto en mano la aguardaré.

Links complementarios

 

 

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Leyendo en Gráfico

Panel con la participación de Carolina Leiva, Camila Rojas, editora de Quilombo Ediciones; Claudio Aravena de Fundación la Fuente y la ilustradora Isabel Hojas
Panel con la  docente Carolina Leiva, Camila Rojas, de Quilombo Ediciones; Claudio Aravena de Fundación La Fuente.

Desde hace un tiempo he estado conociendo el maravilloso mundo de las ilustraciones y su relación con el fomento lector. A través de la Galería Plop! me he interiorizado sobre el trabajo de artistas como Isabel Hojas -quien participó en la campaña «Un libro, infinitas lecturas»-, Paloma ValdiviaSol DíazAlberto Mont, y de editoriales que dedican su trabajo a producir un maravilloso material que no sólo deslumbra en cuanto al libro objeto, sino que además son un excelente ejemplo del rol que los cómics, los libros ilustrados y las novelas gráficas pueden hacer para fomentar la lectura en grandes y chicos. Ejemplo de ello son Quilombo Ediciones y Feroces Editores.

Precisamente destaco el trabajo de esta última editorial a través de un artículo que publiqué el año 2010 en Belelú, dando a conocer «Maliki 4 ojos», trabajo con el que me familiaricé con la artista Marcela Trujillo, y gracias al cual empecé a conocer el increíble mundo de los cómics y sus derivados.

isabel Hojas, exponiendo
Isabel Hojas, exponiendo

Aunque ahora me avergüence un poco decirlo, era una de esas lectoras que disfrutaban más con la lectura lineal, en vez de gozar con las viñetas, dibujos e historias que los ilustradores ponían a mi disposición. Pero, después de un tiempo conociendo más de cómics e ilustradores, a tanto llegó mi fascinación por este trabajo que, además de comenzar a invertir en libros ilustrados, decidí indagar en el vínculo que se genera entre editores, ilustradores, artistas y profesionales que producen estas obras, las cuales claramente tienen un rol en cuanto a propiciar la lectura.

Por ello, el pasado 31 de junio participé como moderadora del Panel «De lecturas, bibliotecas y formatos: pedagogos fomentando la lectura en el aula», actividad organizada por Leamos Más y  Sistema de Bibliotecas de la Universidad del Pacífico, donde se abordó no sólo el papel que juegan profesionales de la edición en el fomento lector, sino que también el de los docentes que llevan estas lecturas a manos de sus alumnos.

Reflexionando respecto a este tema, recordé cuando autofomenté mi amor por la lectura, esta vez de la mano de la creación de Marcela Trujillo. Es por ello que me permito recuperar este artículo para dar inicio a una serie de notas que destaquen el trabajo de editores y artistas en relación al fomento lector.

Si quiere escuchar la ronda de preguntas del panel, pase y entérese 
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Maliki, la heroína narrativa

Portada
Portada

Aunque esta portada podría evocar a  “Sex and the City”, es mejor no confundirse. Una de las primeras diferencias con la serie es el formato: Maliki es un libro de cómics, seguido por su temática que no tiene nada que ver con las aventuras de las cuatro singleton de Manhattan.

Las historias de Maliki se condensan en cuatro crónicas, más varios episodios autobiográficos (bajo el rol de profesora, artista, madre, esposa) presentadas en versión cómic por Marcela Trujillo, la misma que ha sido bautizada como la “Wonderwoman” chilena. Yo la veo como una heroína que va sorteando aventuras y corriendo riesgos. Y ¿cómo no habría de hacerlo? si Maliki sigue el camino amarillo que su creadora supo dibujarle.

Lejos de pedirle al personaje que exorcice sus problemas personales, Marcela Trujillo logra estrujar a punta de lápiz, papel y talento lo que todos esperamos al leer un cómic: que nos dé risa, que nos dé curiosidad y que las ilustraciones sean lo suficientemente vívidas como para que uno termine con “gusto a poco”. Pero, por sobre todo, Maliki logra que nos den ganas de leer y leer, deleitándonos con las realistas imágenes, acompañadas de un diálogo demasiado reconocible en el ideario criollo.

En materia de lectura, no tuve posibilidad de perderme porque soy buena para leer, pero hasta ahora los comics no me habían atraído mucho, encontraba que los dibujos y las palabras peleaban por acaparar mi interés, y eso me desconcentraba. Pero en esta ocasión me llamó la atención ver -hace menos de dos semanas, y expuesto como en pasarela- un libro con una evocadora portada al estilo Barbie. Me imaginé de inmediato los típicos dibujos de Jordi Lavanda, con esas flacas pasadas a estilo. Pero en vez de las lustrosas y sonrientes Lavanda’s ladies, me topé con el alter ego, divertido y original, de una mujer como la que podría ser yo, o alguna de mis amigas. Es decir: de las que van por la vida sin capa ni espada porque no hay tiempo para artilugios lateros.

Obviamente no me aguanté las ganas y compré un ejemplar. Maliki me cayó bien desde un principio, e independiente de las hilarates nano-historias con las que agasaja curiosidades femeninas de todo tipo, me cayó bien porque es una mujer que se la puede aunque a veces no tiene ni idea de los «cachos» en que se mete. Menos mal que a su favor tiene el arma más letal y potente que se podría desear: Maliki sabe lo que quiere.

Y qué sería eso…¿Ah?

Maliki quiere aprender inglés, quiere tener un pololo, y no contenta con eso, se quiere titular en una academia de arte en la ciudad que nunca duerme. Maliki quiere lograr todo eso, partiendo con un casi nulo inglés, sin muchos dólares, con sus kilitos regalones en la cintura  y más encima con las exigencias académicas del The Art’s students League of New York

Invitación lanzamiento del libro en "Galería Plop!"
Invitación lanzamiento del libro en «Galería Plop!»

Ante esa situación, opera el arma secreta y tras muchas vicisitudes, Maliki lo logra. Ahora bien, la forma como lo logra Marcela Trujillo en idénticas condiciones también amerita lectura. Pero supongo que para eso habrá que esperar por la versión biográfica y novelada, porque al final de cuentas ella también es una heroína narrativa. Precisamente la versión novelada vino de la mano con «El diario íntimo de Maliki» el cual por supuesto me compré y he disfrutado leyendo.

La literalidad de las ideas, o cuando a uno “se le prende la ampolleta”

Cuando Maliki tiene una idea, las bombillas que tiene a cada lado de sus orejas se encienden… ideal, ¿cierto? Marcela relata en la entrevista que da pié a su libro: “Inventé un personaje que era como yo cuando chica y la llamé Maliki. Era chiquitita, redondita, con cachos, bototos y dos ampolletitas sobre su cabeza que se le prendían cuando se le ocurría una idea. Era una niñita que ayudaba a los artistas para que se les ocurrieran ideas cuando no las tenían. Lo absurdo fue que en la pintura no se entendía esa historia. Cuando empecé a dibujar cómics me dije: Esa soy yo, pero tiene que ser grande”.
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Bolaño por si mismo, entrevistas escogidas

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Fuente: Blog Fuente Bolaño

“Escribir no es normal, lo normal es leer y lo placentero es leer; incluso lo elegante es leer. Escribir es un ejercicio de masoquismo; leer a veces puede ser un ejercicio de sadismo, pero generalmente es una ocupación interesantísima”

Roberto Bolaño, 2003

 

Me interesa la literatura,  me interesa la narrativa, me interesa conocer  las historias de otros, y me interesa por sobre todo recrear lo que leo. Esto último es tarea sencilla, especialmente  cuando tengo a mi disposición  información extra , ya sea bajo la forma de la versión fílmica del libro de turno, biografía de los escritores, etc.

Ese es el caso de “Bolaño por si mismo. Entrevistas escogidas” libro que me ha estado acompañando  las últimas dos semanas y que estoy disfrutando en  módicas cuotas diarias.  La editorial de la Universidad Diego Portales ha demostrado nuevamente su ojo clínico publicando esta obra, no sólo por la labor de recopilar las entrevistas de los últimos 13 años, sino que por el  tino de compilarlas permitiendo que el desplante de Bolaño se presente tímido, a ratos, para luego sincerarse con alguna de sus frases mordaces y desinhibidas. Buen trabajo el de Andrés Braithwaite, quien realizó la labor de edición y selección del material. El prólogo corre por cuenta de Juan Villorio.

Recomiendo el libro no sólo porque es una excelente forma de acercarse a la literatura en general, si no porque permite flirtear con  la agudeza y rapidez del escritor. La diferencia, en este caso,  es que esa agudeza y rapidez ya no van de la mano de sus personajes, sino que de su propia vida. Descubre, además, un Bolaño directo como el arma de un matarife, tanto así que a ratos me dan ganas de descorchar un buen tinto para sentarme a conversar con él, oliendo el humo de su cigarro que parecía, como de milagro, renovarse mágicamente (según cuentan sus cercanos)

Portada del Libro. Fuente: Ediciones UDP
Portada del Libro. Fuente: Ediciones UDP

El libro incluye once entrevistas, entre ellas las de Gabriel Agosín, Sergio Paz, Héctor Soto, Mónica Maristain y otras tantas aparecidas en medios tan disímiles como Cuadernos Hispanoamericanos y revista Playboy. En resumen es un paseo por su vida como si de una salida estival se tratase. Es así como nos enteramos de los recuerdos y opiniones del escritor sobre una diversidad de temas como la literatura  latinoamericana, la mentira, las mujeres, la paternidad. Mi entrevista favorita resultó ser aquella donde habla de la memoria colectiva y cuenta, con ingenua felicidad, que al saberse ganador del premio de la Generalitat Valenciana saltaba de alegría  porque estaba pobre como una rata de campanario.

Aunque no estén familiarizados con la obra de Bolaño, este libro puede ser una delicia, porque provoca a tal punto de llamar a un amigo(a) para juntarse a arreglar el mundo.

 

 

 

 

Referencia catalográfica:

Braithwaite, Andrés Bolaño por si mismo. Entrevistas escogidas. Santiago: Ediciones Universidad Diego Portales, 2011. 139 pag.

Información adicional y detalles para posibles interesados en comprar un ejemplar: Ediciones Diego Portales

 

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¿Quiere motivar el uso de su biblioteca escolar?

¡Motivemos a los jóvenes a leer más y mejor!

Buenas ideas en el Programa Lector BiblioCRA

Es común para quienes trabajamos en bibliotecas, o desarrollando funciones culturales y de fomento lector que nos devanemos los sesos inventando actividades para suscitar el interés de los lectores.

Sacar ideas como si del sombrero de un mago se tratase no es fácil. Por eso, en el afán de fomentar la lectura hay una parte de trabajo que corre por cuenta de la imaginación y la creatividad. Las mismas que se potencian cuando trabajamos en equipo. En esos casos, la clásica «lluvia de ideas» funciona muy bien porque es una forma simple e inclusiva  de plantear varios cursos de accion.

Pero,  a veces se necesita una ayuda adicional:  ideas frescas y potentes que tengan un enfoque distinto. En esas ocasiones es bueno recurrir a material que otras instituciones y personas han preparado especialmente para la ocasión. Y es en esa línea que ahora destacamos unas lecciones que proponen, en forma muy concreta, actividades con jóvenes y adolescentes. Este grupo etario, por sus características, perfil y postura frente a la lectura, a veces confunde y desalienta a coordinadores y encargados CRA, ya que no es fácil aplicar estrategias que les motiven a leer.

Es que comúnmente escuchamos de  boca de los escolares: «leer es fome», «me aburre estar mucho rato quieto con un libro», «no hay buenos libros que me gusten» o simplemente «no tengo mucho tiempo para leer» lo cual denota que deben ir descubriéndose como lectores, paulatinamente, y que en ese proceso lo mejor es que estén  acompañados por bibliotecarios, o por sus padres o profesores.

 

¿Anda buscando ideas?

 

Logotipo Biblio CRA MINEDUC
Logotipo Biblio CRA MINEDUC

Los Programas lectores «Biblio Cra Media» lecciones para usar la biblioteca desarrolladas por la Coordinación de Bibliotecas CRA del MINEDUC tienen por objetivo ayudar al docente y al coordinador o encargado de Biblioteca a desarrollar actividades con los alumnos por niveles educativos, con temas y pautas de trabajo. Los hay para todos los niveles, desde por pre-kinder, kinder, enseñanza básica y media. En esta oportunidad nos referiremos a educación media.

Para ello hay 4 volúmenes, cada uno con 40 lecciones que consideran objetivos, preparación, descripción del inicio de la actividad, formas cómo mantener el interés y tambien cómo dar un adecuado cierre a la sesión. Además de eso sugiere  el vocabulario de la lección y  lecturas para profundizar. Se presenta, además una bitácora para complementar la informacion con búsquedas en internet.

Hubo muchas lecciones que me llamaron la atención, otras que usé, y que me sirvieron bastante,  por eso las destaco:

Portada
Portada 1° Medio
Portada 1° Medio
Primero Medio

Portada
Portada 2° Medio
Portada 2° Medio
Segundo Medio:

Portada 3° Medio
Tercero Medio

Portada 4° Medio
Portada 4° Medio

Cuarto Medio:

La Coordinación CRA ha preparado, además,  material para educación básica,  kinder y pre-kinder. Cabe hacer notar que la versión impresa de estos Programas Lectores fue distribuida a todos los establecimientos municipalizados y particular subvencionados del país, además de un CD-ROM que digitaliza todas las lecciones y hojas de trabajo.

En caso que les interesen  los programas para cada nivel escolar, pueden  descargarlos completos desde este enlace.

¿Conoces otros recursos de fomento lector? te invitamos a dejar tu comentario…

 

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Nunca seré un súperheroe, novela para adolescentes


Portada del libro

Adquirí este libro influenciada por el éxito que Los ojos del perro siberiano (1998) ha tenido en mis alumnos. En general, a los jóvenes les agrada esta historia porque es fácil de leer, tiene un vocabulario simple y está ambientada en un mundo realista, que podría ser el de cualquiera de ellos. Sin duda, se trata de una historia emotiva que los mismos estudiantes recomiendan.

Nunca seré un súperheroe (2000) sigue la misma línea de la novela anterior. Aunque, es una historia dirigida a un público más adolescente. Su protagonista, Alfonso Álvarez, nos cuenta su vida desde su particular mirada del mundo. En contra de lo que uno podría pensar, la novela no trata de personajes fantásticos que buscan mejorar el mundo con sus súperpoderes. El título se refiere al comentario que hace Josefina, la hermana menor de Alfonso, acerca de los juegos con que se divertían en las tardes después de la escuela. Alfonso, a los ojos de Josefina, nunca será un súperheroe. Siempre es el malo de la película. Y él, parece creer lo mismo. Tal vez tenga razón, porque a él le gustaría que ciertos asuntos mejoraran en su vida, pero no tiene “los poderes” para lograrlo.

La narración trata de la vida cotidiana de Alfonso Julián Álvarez, un joven de trece años que en sus primeros días de clases conoce a Julia, una compañera nueva de quien queda prendado desde el primer momento. A tal grado llega su enamoramiento que por las noches le escribe poemas que ella nunca llegará a leer. Julia no le hará las cosas fáciles.

El resto del tiempo, Alfonso está preocupado por su familia. Después de la escuela, él queda a cargo de sus hermanos menores, Valentín y Josefina, de siete y cinco años respectivamente. No parece complicarse por tener que jugar y cocinar a diario con ellos. Además, vive con sus padres, quienes responden al típico perfil de una familia machista latinoamericana. Su madre vende enciclopedias  y cuando llega a casa se dedica a las labores domésticas. Él trabaja y estudia, hace años que cursa los mismos ramos en la universidad, y no es muy cooperador con los quehaceres. Cada vez que llega del trabajo se dedica a beber cerveza y ver partidos de fútbol por televisión. Alfonso ve que esta situación es motivo permanente de conflicto entre sus padres…

Antonio Santa Ana nació en Buenos Aires, Argentina, en 1963. Es editor y especialista en literatura infantil y juvenil
Antonio Santa Ana nació en Buenos Aires, Argentina, en 1963. Es editor y especialista en literatura infantil y juvenil

Otro personaje importante es Sergio Castaño, compañero de curso de Alfonso. Él es fanático del cine y le habla a Alfonso de temas que desconoce. Al principio parece molestarle que Sergio sea tan culto y conversador. Pero, a medida que comparten van construyendo una valiosa amistad basada en la valentía y la lealtad.

Alfonso es un chico silencioso, con un tremendo mundo interior, que acostumbra figurar cómo debe ser la vida de quienes lo rodean. Tiene una imaginación tan prolífica que a menudo “se pasa rollos”, sueña despierto con Julia, como el adolescente que es. Existen algunos elementos en la obra que nos hacen pensar en una década pasada como el “cassette CPP” (canciones para perdedores) que escucha Alfonso cuando quiere sufrir a solas y que para los demás se trata de “canciones para pruebas”. Salvo por detalles como este, el contenido de la novela se encuentra perfectamente vigente. Otro recurso literario demasiado explotado por el autor son las caracterizaciones reiterativas. Utiliza frases explicativas casi como una extensión del nombre de algunos personajes. Por ejemplo, Alfonso se refiere constantemente a sí mismo como “el de la sonrisa media, que le marca un hoyuelo en la mejilla derecha”.

Es una historia sensible, liviana, sin grandes conflictos humanos, que grafica la vida de un adolescente enamorado, quien a raíz de esta «experiencia” sin planearlo consigue un gran amigo. Es un joven de firmes principios y de ideas claras, lo que no le quita una actitud soñadora e idealista. A veces, un poco ingenuo. Por ejemplo, le cuesta creer que haya jóvenes como él que sean golpeados por sus padres. Será Sergio, quien le ayude a abrir los ojos…

Esta obra analiza el mundo desde una perspectiva joven que puede ser muy amena para adolescentes que no están acostumbrados a la lectura y que podrían sentirse identificados con las experiencias de Alfonso.

 

Antecedentes complementarios:

 

Referencia:

Santa Ana, A. (2000). Nunca seré un superhéroe. Editorial Norma: Bogotá.

 

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El lectoespectador, porque ya no somos lectores ni espectadores


Portada del libro
Portada del libro

Vicente Luis Mora es crítico literario, ensayista, escritor español y reciente autor de la obra  «El lectoespectador». El texto se ocupa de presentarnos el nuevo entorno en el que se desarrollan la comunicación y la creatividad narrativa, y para ello  contempla medios como Google, Twitter, la televisión o la literatura a medio camino entre el texto y la imagen. El lectoespectador también profundiza en temas literarios ya que, a juicio de Mora: el narrador es hoy quien más atención está prestando a la realidad; el novelista es quien nos está contando ahora los cambios en directo.

De esta forma, El lectoespectador acentúa  la división entre aquellos escritores que permanecen alejados de la red y los que prácticamente viven inmersos en ella. Y eso no hace más que plantearse una serie de dudas que avivan el debate sobre la narrativa y que dan pie a una reflexión subjetiva respecto a la extrema importancia  que se le está dando al medio, por sobre el mensaje. De esa forma comenzamos a olvidar que lo principal es la calidad de los textos, la forma cómo estos se comprender e  interpretan, más que el formato o fondo.

La inmediatez de internet no debe implicar además, como menciona Mora, la desaparición del proceso de selección y edición- algo importantísimo en el resultado final de la obra narrativa- ya que sin edición, depuración y corrección nos abocamos a leer textos en estado bruto. Las posibilidades formales y estructurales que nos proporcionan las nuevas tecnologías son muy interesantes e inspiradoras de nuevos ámbitos en los que desarrollar esos textos. Pero el hecho de usar esas tecnologías no implica que el texto “ascienda” a una división superior.

Obviamente el libro está disponible en versión Kindle
Obviamente el libro está disponible en versión para Kindle

Tampoco usar unos mismos medios para difundir  opiniones y textos, y también -por qué no- para publicitarlos, permite que se compartan  intereses narrativos. Por eso, lo  que desarrolla Vicente Luis Mora en El Lectoespectador es una visión de futuro prometedora e interesante. Nos anima a seguir las múltiples vías y posibilidades que nos ofrecen los medios digitales y la necesidad que tenemos todos de explorarlas intensa y extensamente, descubriendo en esa búsqueda las probables nuevas formas de la narrativa futura.

En definitiva, la obra pretende generar diálogo y tiene el valor de enmarcar un debate, al que tarde o temprano todo aquel que se dedica a la literatura acaba enfrentando y que hace referencia a cómo estar a la altura de nuestro tiempo, exponiendo al lector a una nueva cosmovisión que contrasta con una obsoleta mirada al presente teconológico. Bajo esta premisa el autor despliega en 17 capítulos (contando prefacios, apéndices…) una determinada visión del mundo, de la literatura y de la crítica en la que la tecnología que nos conforma como hombres hoy tienen un papel importante. Grosso modo la filosofía se puede dividir en tres grandes grupos: la metafísica (que da cuenta de cómo es el mundo); la epistemología (que da cuenta de  cómo conocemos el mundo) y la lógica (que da cuenta de qué razonamientos son válidos). De forma similar, Mora expone cómo es el mundo hoy: Pangea; cómo se conoce este mundo hoy: a través de la imagen, y en el caso de la lectura a través del lectoespecatador, y expone algunos silogismos en la era de internet. Así, y aunque no están citados directamente en libro, se pueden leer en la cuenta de twitter del autor algunas de sus consideraciones sobre las redes sociales

 

Vicente Luis Mora
Vicente Luis Mora

En palabras del autor «De un tiempo a esta parte me he dado cuenta de que me siento algo saturado. Creo que mi falta de respuesta a algunos libros que en otras circunstancias hubieran sido reseñados (El rey pálido, Libertad, etc.) se debe a que siento cierto cansancio en lo tocante a lecturas «obligadas». Durante unos meses voy a dejar la crítica literaria de actualidad, centrándome en lecturas realizadas por puro gusto, sin necesidad de opinar sobre ellas. Haré algunas recomendaciones puntuales, sin honduras analíticas, y aún tengo que subir la lectura de una reciente edición de Gargantúa y Pantagruel, pendiente de publicación en otro lugar. Cuando vuelva, lo haré con las pilas cargadas y con voluntad de seguir compartiendo lecturas, como hasta ahora. Hasta entonces, El lectoespectador es mi aportación crítica a la conversación. Ojalá os guste.»

Si quieres más detalles se la obra,  puedes revisar el  índice desde el blog del autor.

Mora, Vicente Luis El Lectoespectador. Barcelona: Seix Barral, 2012. 288 p.

ISBN: 9788432214080

Fuentes: El lamento de Portnoy y Entrefragmentos

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Aramís Quintero, poeta, narrador y ensayista cubano: “Sin lectura vivimos de una manera muy primaria”.

Aramís, en la intimidad de su hogar
Aramís me recibió en su casa para esta entrevista

Aramís Quintero Segovia, Poeta, narrador y ensayista cubano radicado en Chile desde 1999. Especialista en literatura para niños y jóvenes y en técnicas de animación a la lectura. Cofundador de la Corporación Lectura Viva. Ha publicado numerosos libros en Cuba y ha obtenido importantes premios en su país. En Chile ha publicado «Rimas de Sol y Sal», Ed. Alfaguara, y «Todo el cielo un juguete», Ed. Arrayán; ambos poesía para niños.

Entrevista realizada por Carolina Leiva Binimelis

Llego a su departamento ubicado en lo más céntrico del centro de Santiago y me recibe haciendo un ademán de bienvenida. Me siento a gusto. Sólo bastaron minutos de conversación para que me sorprendiera con su espontaneidad: “Me inicié como lector leyendo historietas, mi favorita:La Pequeña Lulú. Me las devoraba todas, hasta las que contaban  historias de santos, luego de eso, tenía el motor de la lectura echado a andar”. Así es Aramís, un amante de la lectura y de la sencillez, reacio a la impostura solemne de los intelectuales. Rebosan en él las letras y el amor por el arte y lo humano: palabra palpitante.

Me detengo en sus ojos vivaces cuando recuerda un pasaje literario estremecedor que abarca desde una historieta, un poema infantil, un chiste; hasta la remembranza de una escena maravillosa de «La montaña mágica« de Mann, pasando por Hesse y Proust, entre otros. Quiero que continúe lo que le cuento, porque también sabe leer la oralidad de mis relatos. Me sorprende, y me pregunto si algunos seres somos completamente traducibles o simplemente estoy ante un viajero interminable que ya conoció a muchos otros, y que en alguna esquina ya había conversado con alguien como yo.

Probablemente, Aramís estaría de acuerdo con esta idea de Bolaño: “El oficio de escritor es un oficio de exiliados”, porque para Quintero la literatura “es el reino de los matices”, es el lugar de encuentro que sólo se encuentra en el extravío. Es el goce, ante todo, sin deudos, sin excusas.

 

-¿Por qué lees, Aramís?

Porque me gusta, es una adicción.

 

-¿Has variado ese pretexto de lectura en el transcurso de tu vida?

Al principio era el puro placer de la lectura. Con el tiempo el puro placer se fue matizando con preferencias temáticas, de género y estilo literarios, de autores. (Conversamos largamente de la inclinación que tenía por ciertos autores, fue así como me enteré de que leyó a Hesse con pasión, pero que intentó sin éxito entusiasmarse con Demián,  texto al que le dio más de una oportunidad y que no hubo caso. Me pregunté: ¿sabrá Aramís que este libro es el caballito de batalla de los profesores de lenguaje hace ya varias décadas?, pero preferí no interrumpirlo con chismes gremiales).

 

Portada de uno de los libros de Aramís
Portada de uno de los libros de Aramís

-¿Un buen lector es quién…?

Es quien es adicto a leer -dice. Y acto seguido se pregunta a sí mismo- ¿Leer cualquier cosa?, se podría creer que así es, pero  el buen lector es el adicto capaz de crecer con la lectura, entendiendo “crecer” en un sentido abarcador, humanístico.

 

-¿Qué prefieres leer?

Poesía, narrativa, ensayo. También me interesan otros textos no literarios sobre ciertos temas (historia, pensamiento, espiritualidad, arte, divulgación científica, etc.)

 

-¿Qué tipo de libros no tomarías ni en la sala de espera de algún edificio público?

Temas típicos de farándula, deportes, cómo tener éxito en esto o lo otro, y una larga lista de las llamadas cosas “contingentes” o comerciales o ligeras. Tampoco tomaría, si por alguna extraña razón los hubiera, libros serios,  pero plúmbeos para los que no estoy entrenado.

 

-Parra dice en su Manifiesto que la poesía es un artículo de primera necesidad. ¿Qué piensas al respecto?

Sí, entendiendo la poesía como una cualidad esencial de ciertas cosas, instantes, personas, es un artículo de primera necesidad, porque nos ofrece una cota muy alta y valiosa de la experiencia de la vida, un atisbo de que vivir puede ser más y mejor de lo que es, puede tener una justificación más honda y plena, aunque sea por momentos. Eso, en la experiencia del idioma, encarna en la literatura, y en la poesía como género. Es decir, cuando realmente encarna.

 

Portada de otro de sus libros
Portada de otro de sus libros

-¿Cómo es posible que hoy día sobreviva la literatura, si nuestro universo está mediado por la ética y la estética del mercado?

Una posible (y sombría) respuesta está quizás en la propia pregunta, al decir que la literatura sobrevive. Se puede añadir: todavía sobrevive. Con esto subrayo una característica de nuestros días: hablamos del presente con cada vez más incertidumbre sobre el futuro. Esta velocidad de los cambios es inédita, nuestra psicología está bajo presión, no se le da tiempo a adaptarse. Es grato pensar que las cosas que más queremos van a sobrevivir de un modo u otro sin desvirtuarse, sin pasar a ser otra cosa, pero cada vez tenemos más dudas. El futuro, incluso el que está a la vuelta, se hace más y más inimaginable. Preguntas obvias pero sin respuesta serían estas: ¿es posible que este ritmo de cambios se mantenga indefinidamente? ¿La curva ascendente no tendrá que llegar en algún momento a una meseta, y mantenerse en ella por un tiempo? No me refiero tanto a los cambios tecnológicos en sí mismos, como a los cambios de mentalidad y actitudes que ellos acompañan y en parte condicionan. No podemos evitar que algunos de estos cambios los percibamos como deterioro, como declive. Por ejemplo, deterioro del espíritu humanístico e ilustrado del que somos herederos y del que hemos estado justamente orgullosos por mucho tiempo. Eso parece reflejarse en el indiscutible deterioro de la calidad de la educación en una amplia geografía. Y desde luego en la creciente primacía del espíritu comercial sobre la antigua dignidad que establecía perfiles y criterios selectivos de calidad en el mundo de las editoriales. Si estas percepciones de deterioro son acertadas, bien puede uno preguntarse: ¿sobrevivirá la literatura como arte? Quizás todavía sobrevive porque aún sobreviven autores y lectores de la “vieja escuela”. Tal como van las cosas, ¿habrá un relevo sostenido para ellos? Como se ve, en el fondo devuelvo la pregunta.

(Con sus reflexiones  no supe responder ni volver a preguntar . Pensé que necesitaría darle más de una vuelta a la pregunta inicial y a las posibilidades que me había devuelto Aramís).

 

-¿Qué opinas de la literatura de autoayuda?

Sobre autoayuda, crecimiento, espiritualidad, pasa lo mismo que sobre tantas cosas: hay libros serios, buenos, pero son los menos, se pierden (para la mayoría se pierden) entre tanta hojarasca engañosa, banal, superficial. Los tiempos que corren, tan acelerados y estresantes, cada vez más alejados de los soportes religiosos tradicionales, demandan recetas y muletas, y ahí está ese mercado medrando, prometiéndote hasta la iluminación en cuatro sesiones o con cuatro ejercicios. Algunos de esos temas, al igual que algunos temas científicos muy sonados (la relatividad, la cuántica y mil cosas asociadas a ambas), solo tienen dos formas de abordarse: en serio, para unos pocos preparados en serio, o como papilla para todos. No niego que la papilla de lugares comunes y simplificaciones pueda tener sus beneficios, igual que los placebos, y si usted lo necesita y no puede ingerir otra cosa, pues adelante. Lo cierto es que la mayoría de los consumidores de autoayuda, o crecimiento espiritual “fácil y en breve”, no podrían digerir ni dos páginas de Krishnamurti, Jung, Allan Watts o Ken Wilber.

 

-Donoso siempre se preguntó acerca de la trascendencia del escritor y su obra; destacaba que solo unos pocos logran la inmortalidad. Según su punto de vista, ¿qué es lo que tienen en particular esos pocos elegidos? En este sentido, ¿existe algún escritor contemporáneo al que apueste sin reserva?

Siempre va a ser interesante y pertinente preguntarse por qué han trascendido los más grandes, qué hay en ellos que pueda explicar eso. Lo malo es que las respuestas posibles pueden llenar libros enteros, o concentrarse en unos cuantos lugares comunes indiscutibles. La inmortalidad es una palabra inmanejable. ¿Sabemos nosotros, si es que la humanidad dura 500 años más, que Homero, Dante, Shakespeare, Cervantes, Goethe, van a seguir siendo lo que son? Es lo mismo que preguntarse: ¿cómo será la humanidad en unos 500 años más? ¿Podemos imaginarnos su psicología, su espíritu, sus percepciones? ¿Podemos afirmar tranquilamente que sí, que la humanidad ha sido y será siempre la misma? Esto quizás sea cierto, aceptando que también ha cambiado y seguirá cambiando constantemente. ¿Qué son los clásicos para los adultos formados de hoy, y qué son, hoy mismo, para los jóvenes estudiantes?… Por tanto, aplicar la pregunta a un contemporáneo es un puro juego.

 

-¿Por qué escribes, Aramís?

Porque me gusta, me gusta dar forma a ideas, sensaciones, emociones, me gusta batallar con el lenguaje para conseguir esa forma, puesto que la forma, en el arte, es lo decisivo. Me gusta expresarme de esa manera, sintiendo y provocando (o tratando de provocar) un placer estético, y también una complicidad en no se sabe quiénes. (Esos cómplices, en mi caso, podrían ser niños o jóvenes tanto como adultos, a través de diversos géneros, sobre todo narrativa y poesía).

 

-¿Qué les dirías a los bibliotecarios y coordinadores de biblioteca para apoyarlos en su empresa de fomentar la lectura?

Ante todo, que se hagan adictos a la lectura, si no lo son. Y para ello, que busquen y busquen los libros que puedan gustarles y se los lean, y que lleguen así a conocer sus colecciones. Y que se entrenen en hablarles de los libros que a ellos les han gustado a los niños y jóvenes, así como en leer bien en voz alta. Que se preparen, mediante cursos y talleres de mediación de la lectura, para que adquieran las nociones y desarrollen las habilidades más necesarias. Deberían descubrir la pasión lectora, y descubrir que la mediación de la lectura es una especialidad, y como tal requiere preparación.

 

Aramís Quintero
Aramís Quintero

-Se diría que el contexto actual para fomentar la lectura entre niños y jóvenes no es el más propicio: las familias no siempre acompañan en el proceso, hay muchos distractores audiovisuales e hipertextuales, los profesores siguen dando lecturas a modo de comprensión de lectura, etc. ¿Cómo sobrellevar estas circunstancias, y aun así motivar a los jóvenes a leer?

La respuesta se encuentra prácticamente en la anterior. Sí, los factores sociales y culturales que inciden en el problema de la lectura son varios, pero, para ser prácticos, hay que identificar protagonistas y concentrarse en ellos, sin descuidar al resto. Los docentes, desde el nivel parvulario, y el personal de bibliotecas, son protagonistas (para bien o para mal, según como lo hagan). Y ambos están ligados a instituciones, en contacto con una masa de niños y jóvenes, así que tienen un papel decisivo. Si no se hacen lectores ellos mismos, y si no se preparan como mediadores de lectura, esa batalla está perdida. (Prepararse como mediadores puede ayudarlos a convertirse en lectores). En realidad (hay que reconocerlo), hoy día esa batalla se está perdiendo, ante todo en la escuela, que es el escenario más amplio y de mayor peso. Si se comienza bien y temprano, en los niveles preescolares y en los primeros cursos básicos, la lectura tiene muy buenas perspectivas, a pesar de todos los distractores que existen. Pero eso requiere preparación de los adultos. Un factor clave sería introducir  sistemáticamente la mediación de la lectura como disciplina, como ramo, en las carreras pedagógicas y de bibliotecología. Mientras esto no se haga, todos los  esfuerzos serán fragmentarios e insuficientes. Y para dar ese paso decisivo, habría que contar con los especialistas en el tema, que no son meros profesores de literatura, ni meros bibliotecarios, pues la mediación de la lectura comprende otros saberes y experiencias muy específicos.

 

Conversamos del desinterés real por la lectura y sus formas, además de lo equivocados que están quienes ponen el acento en las mediciones de habilidades y competencias lectoras por sobre la curiosidad, la imaginación y el goce. Pero pienso que la contienda no está del todo perdida mientras existan pequeños espacios y grandísimos sujetos como Aramís que oxigenan este mundo con la comunión perfecta entre arte y humanidad.

 

Nos despedimos con un abrazo fraterno.

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Reseñas Literarias

Larsson, I love you

Stieg Larsson y portada del libro
Stieg Larsson y portada del libro

Confieso que cuando comencé a leer este libro no le tenía nada de fe. Con sus más de 600 páginas, lo encontré largo y el nombre me pareció extraño. Sin embargo, la persona que me lo prestó en ese minuto me dijo que no me fiara de mi intuición, y que me dedicara a leerlo. Tenía toda la razón.

Stieg Larsson, su autor, es el responsable de mi adicción a esta historia y sus personajes. Admiro y destaco sus detalles y la forma como este novelista sueco unió las diferentes situaciones de forma paralela, sin perder la intensidad del relato.Los hombres que no amaban a las mujeres cuenta las vivencias del periodista Mikael Blomkvist, encargado de investigar y solucionar extrañas situaciones ocurridas dentro de una poderosa familia sueca. En el camino se une Lisbeth Salander, lejos mi protagonista favorito, intenso y enigmático personaje, clave en la historia y su desenlace.

Afiche publicitario de la película, con el personaje de Lisbet Salander
Afiche publicitario de la película, con el personaje de Lisbet Salander

En la novela Larsson aprovecha de hacer una fuerte crítica al modo en que la sociedad sueca, aparentemente ordenada y tolerante, trata a aquellos que no parecen encajar en sus normas. Entre esas, a Salander.

Por el bien de los adictos a este primer relato, Larsson continúa su historia en dos libros aún más intensos, siguiendo con su característico estilo y crítica social. Advierto que si la novela te agarra, vas a sufrir un poco al terminar el último libro (me pasó), pero tranquil@, según me han contado, Larsson antes de su muerte dejó escrita parte del cuarto libro, el cual se supone terminará de editar Eva Gabrielsson, su pareja durante más de 30 años.

Si además de la trilogía te gusta el cine, aprovecho de recomendarte las películas de las novelas, las cuales interpretan a la perfección cada uno de los personajes y las historias en general. Eso sí, no veas la versión americana: prefiere la sueca.

Los otros libros de la trilogía son:

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Book Dealer

Recomendamos para leer: Nadie acabará con los libros

Portada del libro
Portada del libro

“El libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una vez se han inventado, no se puede hacer nada mejor. No se puede hacer una cuchara que sea mejor que la cuchara. El libro ha superado la prueba del tiempo. Quizá evolucionen sus componentes, quizá sus páginas dejen de ser de papel, pero seguirá siendo lo que es.”

¡Que bien planteado!… y cómo no habría de estarlo si Umberto Eco (semiólogo, filósofo, escritor, entre otros oficios) es el autor de la cita. La misma que aparece en su nueva novela “Nadie acabará con los libros” (1).

Esta obra, bajo la forma de un diálogo entre Eco y Jean-Claude Carriere -guionista y dramaturgo francés- nos hace partícipes de sus relatos y de su “pasión lectora”. A través de sus recuerdos, anecdotario e íntimas descripciones, estos lectores de tomo y lomo comparten la relación que han establecido con la escritura, la bibliofilia y la cultura en general.

Internalizando lo aprendido

Eco y Carriere plantean este tema y la abordan desde distintos ángulos. Para ello, comparten sus apreciaciones respecto al nuevo traje de bytes del libro. El mismo con que debuta en la sociedad 2.0. Lo bueno es que, lejos de plantear una polémica en torno a las nuevas formas de lectura, prefieren abordar el tema con una mirada integradora y amplia. La misma que permite que el lector calibre, observe al libro desde su perspectiva y concluya en función de la personalísima la relación que ha establecido con él.

Umberto Eco
Umberto Eco

 

 

Nadie acabará con los Libros. Eso aseveran Eco y Carrière. Yo les creo a pie y juntillas … ¿y ustedes?

Reseña y comentarios del libro

 

 

(1) Eco, Humberto. Nadie acabará con los libros. Barcelona: Lumen, 2010.