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Estrategia Digital para Bibliotecas #1: Humanos, no máquinas!

Kindle de @aguayoki
¿Los e-books matarán la lectura como la conocemos? Imagen original del autor (cc).

Partamos con las presentaciones: les escribe Eduardo Aguayo, Periodista y Consultor en Experiencia de Usuario y Estrategia Digital. Hace unos días, tuve la oportunidad de conversar sobre lectura digital y medios sociales con los alumnos de uno de los talleres de Claudia Gilardoni; lamentablemente el tiempo se nos hizo poco y nos quedamos con muchos temas en el tintero. A forma de remedio, aquí comienzan una serie de participaciones sobre el tema, que además servirán para responder sus dudas, en la medida de lo posible.

Pero, ¿para qué limitarnos en el tema hablando sobre ebooks y medios sociales? Quizás sería mejor agrandarnos un poco, y conversar sobre estrategias digitales para la biblioteca. Sería sumamente interesante conocer la opinión de profesionales relacionado con la lectura y la educación respecto al uso de las tecnologías en este campo; probablemente todos podemos aprender un poco al intercambiar datos y experiencias, considerando qué sucede hoy en día con las redes sociales en internet y cómo abordan la lectura. Hay varios ejemplos, pero la mayoría se remite a una o dos cosas solamente: recomendaciones de libros y/o socialización de la lectura.

En toda comunidad de personas, ya estén reunidas físicamente o bien mediante sus computadores u otros dispositivos, la utilidad de un medio específico de comunicación sólo llega hasta donde sus usuarios lo permiten, y las acciones que realicen dependerán exclusivamente de ello; y justamente la permisividad de estas acciones -debo decirlo- se basará también en las capacidades sociales de cada uno, más allá de las herramientas comunicacionales que posea.

Y de ahí se desprende la pobreza en las acciones digitales para promover la lectura.

¿Muy enredado? Veamos un ejemplo.

Pensemos en «Pedro», una persona típica, con capacidades sociales estándar, esto es, se relaciona con sus compañeros de estudio o trabajo, y tiene amigos vinculados a su entorno, como vecinos de la infancia, antiguos compañeros, etc. Esta persona entonces, tiene a lo menos 3 ó 4 redes sociales que frecuenta habitualmente, con quienes comparte datos, comentarios de actualidad, recuerdos, etc. Sus interlocutores lo conocen según el aspecto que él entrega a cada una de estas redes, y el tipo de información que comparte.

¿Qué pasará cuando Pedro se enfrente a elementos externos a sus redes habituales, que intentan llegar a él para entregarle información ajena a la comunicación típica que sostiene? ¿Será natural que, de un día para otro, aparezcan nuevos amigos con el único afán de contarle sobre las ventajas del último jabón, zapatilla o laxante que hay en el mercado? Y más aún: ¿Se imaginan a un jabón siendo amigo de él en la vida real?

Quizás parezca un chiste, pero es lo que vemos día a día en los medios sociales a través de internet: herramientas, plataformas tecnológicas hechas para cobijar la interacción humana, y con ello, generar o reforzar los vínculos dentro de las redes de cada uno. Y eso porque a ratos se nos olvida que son humanos quienes están al otro lado de computador…

En fin, sobre eso y otras cosas hablaremos en esta columna. Veremos de qué forma podemos actuar al respecto, a fin de utilizar los medios digitales como una herramienta útil en nuestro quehacer. Y siempre sin olvidar lo más importante: el usuario.

Y ustedes, ¿qué diferencia ven entre sus interacciones en la vida real frente a las interacciones a través de la red?

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¿Cenicienta está agónica?

Mis fantasías infantiles nunca me dieron para pensar en una versión agónica de Cenicienta. Sin embargo, la  organización Canadiense  Literacy  Foundation pensó en ello y más:  pronosticó que,  al no haber  más niños leyendo, la imaginación iría extinguiéndose a tal punto, que los clásicos de los cuentos infantiles estarían agónicos.

 

La campaña queda expuesta, en toda su crudeza, en el video “The Gift of Reading” (El regalo de leer”) y es una de las tantas iniciativas que, a nivel nacional e internacional, promueven la lectura entre niños y jóvenes. En Chile  hemos tenido campañas  del Gobierno  “Yo Leo” y  también de privados  “La lectura al alcance de todos” “Si tu lees, ellos leen”, entre otras.

 

La problemática es simple: leer estimula la imaginación y mucho más. Pero, si nos guiamos por la últimaEncuesta Nacional de Consumo Cultural (CNCA e INE, 2004),  por los resultados del SIMCE(MINEDUC 2010)  y por  el estudio Chile y los Libros (Adimark, 2008) tal parece que en Chile estamos dejando morir a nuestra  Cenicienta criolla. Hay fundaciones, organismos públicos y privados que se ocupan del tema.

También contamos con una red de Bibliotecas a lo largo del país que está trabajando para fomentar la lectura en niños y adolescentes. Pero…¿Quién se ocupa de los jóvenes y de los adultos?, ¿es  que  acaso  no tenemos una Cenicienta 2.0,  una menos infantil pero igualmente efectiva?. Al parecer no la hay, porque se supone que cuando crecemos ya tenemos claros nuestros gustos, nadie nos obliga a leer y no tenemos que responder preguntas en los  controles de lectura. Como ocurre con otras cosas en la vida: debemos automotivarnos  como los adultos que somos.

En este sentido el panorama puede complicarse, porque se dice que quienes no acostumbran a leer desde pequeños,  siendo adultos es difícil que se aficionen por la lectura. Sin embargo, estudios recientes indican que de aplicarse los incentivos adecuados  sería posible despertar el interés y acercar a los jóvenes -y no tan jóvenes- a la lectura, estimulándolos a leer respecto a sus temas de interés de una forma mucho más personalizada.

Independiente de la edad, permanentemente estamos sujetos a una gran cantidad de estímulos informativos. Nuestro filtro permite discriminar qué información nos resulta más significativa, pero si a  veces leemos muy lentamente, o si tenemos algún tipo de dificultad para comprender  un texto en una sola lectura, o si nuestro vocabulario no es todo lo abundante que quisiéramos… entonces:  ¿Qué sacamos con pensar  si queremos un Ipad o un Kindle?. Podría ser un poco vano llevar la conversación a estratos más elevados si aún lidiamos con problemas básicos como sociedad, o si en nuestro fuero interno notamos que cojeamos en uno o varios de los aspectos descritos.

Ahora bien, cuando hablo de lectura, me refiero a la palabra en toda su extensión, no sólo al formato clásico. Los twitters,  post,  sitios web, el diario, las revistas, los mensajes de texto, los flyers, los afiches y cuanta cosa se nos pone delante de los ojos es leída y decodificada por nuestros cerebros curiosos. Se lee cuando hay un hábito, pero también se lee cuando hay necesidad de hacerlo…y nosotros necesitamos hacerlo todos los días, prácticamente a toda hora.

Para quienes no se sienten muy motivados a leer, hagan el experimento de ir a una librería (en Santiago y otras ciudades  han estado floreciendo más y mejores librerías) y “vitrineen”, revisen, husmeen, busquen libros  de los temas que les interesen. O pregúntenles a sus  amigos,  colegas,  pareja, familiares: ¿Qué has leído últimamente que me puedas recomendar?.

Les aseguro que si buscan y preguntan, su libro puede encontrarlos.

Si quieres conocer el spot de “The Gift of Reading”, puedes verlo en youtube:

 

 

 

 

 

 

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Libros sin lectores

No entiendo muy bien las razones por las cuales el laberinto burocrático del “sistema” puede llegar a entrampar la entrega de libros a los escolares del país. Independiente que sean textos del CONACE o los libros del maletín literario de la DIBAM, el hecho es el mismo: libros que no llegan.

Respecto al maletín literario: el 2007 se informó a la ciudadanía que la DIBAM distribuiría a las familias más necesitadas 350 mil cajas llenas de novelas, diccionarios y cuentos, entre otros recursos bibliográficos. En síntesis: se quería alcanzar la quimera de conformar bibliotecas escolares básicas en las casas de las familias chilenas.

Pero, de acuerdo a lo informado por el diputado Nicolás Monckeberg y por el Consejero Regional Bernardo Vásquez, más de 20 mil de estos maletines quedaron durmiendo el sueño de los justos.La Contraloríaseñala que existen 15 mil 642 cajas sin entregar, y la auditoría del caso detectó una serie de incongruencias entre los inventarios y los maletines.

Esto es más de lo mismo, puesto que en su momento hubo mucha polémica porque la “idea” (no da para proyecto, prefiero llamarla así no más) era mala: entregar libros no significaba que éstos fuesen leídos. Y el tiempo dio la razón, al menos ahora tenemos la certeza del destino de 20 mil de estos maletines… ¿Y las otras 330 mil cajitas? Puede que no estén en bodega alguna. Puede que en su momento hayan figurado en la cuneta de la esquina de tu casa, o puede que, en efecto, hayan sido leídos por cualquiera de los niños y jóvenes de las familias para los cuales estaba destinado el programa. Nunca lo sabremos… lo curioso es que esta idea fue concebida para fomentar la lectura en hogares de bajos ingresos, pero fue una idea que nunca dio cuenta de su nivel de logro, de la que nunca hubo antecedentes respecto a su concreción.

¿Y los libros del Conace?

Sin duda el tema de los libros del CONACE es más grave, porque éstos si tenían un destino claro: profesores y alumnos. Estaba planificado entregarlos a los establecimientos municipalizados y particular subvencionados del país. Era un material esperado, especialmente en comunas con altas tasas de delincuencia y drogadicción, tales como Cerro Navia, Conchalí,La Granja yLa Pintana.

En cifras, hablamos de más de 660 millones de pesos en inversión y de más de 3 y medio millones de estudiantes que necesitaban de los textos. Respecto a su actual destino, se ha dicho que éstos están almacenados en bodegas de Correos de Chile para su distribución. También se aventura que podrían estar en la imprenta a la espera del cambio de logo del Gobierno, o que dos de los cinco textos tenían errores en la licitación y que por esa razón hubo un demora en su entrega.

Independiente de su misterioso paradero, entre estos textos destaca “Yo decido” material que debiese haber llegado a manos de los jóvenes de primero a cuarto medio. Estos textos estaban contemplados en el programa escolar, y la demora en su entrega tiene efectos con nombre y apellido. Veamos un ejemplo: en mayo de este año se firmó un convenio entre el CONACE y el Director del Liceo de Teno. El objetivo era aplicar en el aula, las estrategias educativas de “Yo Decido” considerando a los docentes, asistentes, funcionarios, alumnos, y también a padres y apoderados. No sé en que habrá quedado este convenio, si parte del trabajo se basaba en el apoyo bibliográfico que ofrecían los textos.

Lo que me molesta y preocupa es que seamos tantos los que vociferemos en pro de la lectura, que tantos nos arremanguemos trabajando desde diversos frentes, que tantos pongamos creatividad, imaginación y pasión en lo que hacemos, que tantos sepamos que nunca serán suficientes los recursos, porque lo que falta no es necesariamente plata. Lo que falta es planificación, estudios de factibilidad, análisis y evaluaciones cuali cuantitativas, gestión de calidad, medidas de revisión y seguimiento.. eso es lo que falta.

Insisto: no me interesa el color político, me interesan los resultados… y hasta aquí, señores, no veo resultados. Veo problemas. Escucho opiniones. Leo excusas. Digiero explicaciones. Si estoy ocupada en tanta actividad… ¿en que estarán los niños y profesores del Liceo de Teno?, ¿Qué habrán hecho los escolares de Conchalí y Cerro Navia en el tiempo dedicado a la clase de prevención de drogas?

Para los interesados, la noticia de Canal 13 respecto a los libros del CONACE.

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El tema no es el libro, es la lectura

Casi 10 años de experiencia en el ámbito de la lectura, los libros, bibliotecas, editoriales, planes y acciones de fomento lector, nos permiten afirmar que la visión dada por don Ignacio Paroten relación con los libros y el IVA va en sentido correcto. Pero puede ser complementada.

Para formar una sociedad «lectora» y, por ende, individuos con mayor capacidad de desarrollo humano, social y ciudadano, lo prioritario no es el precio ni el volumen de venta de los libros. El énfasis está en la necesidad de que todos, en especial aquellos que pertenecen a sectores más vulnerables, tengan acceso a la lectura. Estamos todos de acuerdo en ello. El punto es que previo a dicho acceso, debe existir interés y necesidad por parte de los individuos respecto de estos bienes culturales. Hablamos más de un intangible, la necesidad de leer, que del libro en sí mismo.

No perdamos el norte, el tema no es el libro, es el lector… la necesidad no es de un objeto, sino de una experiencia, placentera y desafiante… la lectura. Hablamos de un vínculo entre un objeto y un sujeto, y estamos limitándonos a discutir sobre las características y precio del objeto.

Desde nuestro punto de vista, el hogar, los espacios públicos, las bibliotecas, escuelas, centros culturales, universidades y otros similares son los ambientes en que se debe promover el acercamiento a la belleza de la literatura y de otras manifestaciones culturales. Estas instancias de formación han de superar con mucho la intención de subir los índices lectores en nuestro país, pues han de transformarse en ambientes ciudadanos, que enriquezcan a las comunidades a través de la convivencia y el intercambio, generando seguridad y sentido de pertenencia. Es decir, espacios en que prevalezca el individuo en relación… con otros, con los libros, con la cultura y con el todo del que es parte.

REBECA DOMÍNGUEZ
CARMEN PAZ HERNÁNDEZ
MARÍA PAZ GARAFULIC
Directoras
Fundación Había una Vez porla Cultura Ciudadana

Lunes 09 de Julio de 2012

Hábito lector y comprensión lectora en alumnos de Cuarto Medio. Introducción y contextualización del proyecto

La aplicación de la Prueba de Competencias Discursivas de Comprensión y Escritura en alumnos de Primer Año (2010) señala que El 84% de los examinados tiene un nivel insuficiente de comprensión lectora, es decir, apenas puede comprender e identificar información en textos expositivos y argumentativos.
• MIDEUC, en su Examen de Comunicación Escrita (ECE) señala que el 23% de los estudiantes que entraron a la PUC el año 2009 reprobó el examen.
• Tesis de doctorado en Educación , basada en mediciones de la prueba PISA, de la bióloga y Phd Malva Uribe, la cual postula que los estudiantes universitarios Chilenos tienen deficiencias en la aplicación de conceptos y en el seguimiento de procesos.

Independiente de las interpretaciones a las que se puedan someter estos estudios, este informe pretende sentar bases respecto al nivel en que se encuentran los estudiantes de educación secundaria en cuanto a su conducta lectora.

Lectura y Educación: ampliando los límites del aula

Para contextualizar y enmarcar la problemática, es preciso proporcionar más antecedentes. La Educación secundaria es la etapa en que los jóvenes debieran profundizar y desarrollar cabalmente su aprendizaje. Se estima que mientras más arraigado y desarrollado estén, tanto su hábito lector como su comprensión lectora, más productivo y profundo será dicho aprendizaje. Para que este proceso sea lo suficientemente enriquecedor, se precisa que en la educación primaria y secundaria se generen más instancias de trabajo personalizado respecto a la lectura. Cuando se habla de trabajo personalizado se hace referencia a evaluar y diagnosticar el comportamiento lector y el nivel de comprensión lectora, a la confección y desarrollo de actividades didácticas que contemplen los intereses y características particulares del estudiantado para esclarecer sus intereses lectores, a fomentar la lectura en un ambiente más propicio que el de la sala de clases, entre muchas otras actividades. La lectura desde todos sus flancos ha adquirido un rol fundamental en el marco de la Reforma educacional chilena, pues ésta al intentar fomentar la adquisición de la capacidad de “aprender a aprender” la posiciona, indirectamente como una herramienta básica y transversal para lograr este propósito.

Contextualizando con un ejemplo, el Programa de Estudio de Primer Año Medio, NM1 del Mineduc señala como uno de sus objetivos fundamentales respecto a la lectura: “Fortalecer el interés y el gusto por la lectura habitual de obras literarias significativas reconociendo su valor como experiencia de formación y crecimiento personales, y de conocimiento y comprensión de sí mismo y del mundo” . No se desconocen los esfuerzos que, hasta aquí, se han realizado en pro del fomento de la lectura literaria en los colegios, sin embargo se considera necesario también crear instancias en donde se legitime y trabaje lecturas distintas a la literaria; desde lecturas más bien “funcionales” como lo son las que realizan por interés propio los estudiantes en su cotidianidad (textos procedentes de blogs, foros, revistas, tutoriales, etc.), hasta lecturas que vinculen con otros medios y otros propósitos (lectura informativa, referencial, explorativa, etc.). El Ministerio de Educación, reconociendo esto hace menos de un año atrás, destacó la comprensión de lectura como una de las competencias transversales en su plan de mejoramiento 2010 en atención a que “posibilita o dificulta cualquier aprendizaje, llegando a ser la destreza que más impacto tiene en las personas. (…) su enseñanza pasa a constituirse en una de las tareas más importantes que debe llevar a cabo la institución escolar en su conjunto”

En consonancia con lo planteado anteriormente, el Plan Nacional de Fomento Lector enfatiza la importancia de la lectura significativa, y la posiciona en el centro de la educación. Las líneas del mapa de acción del Plan de Fomento Lector señalan que hay que incorporar el fomento lector al currículo docente, crear cátedras de literatura infanto juvenil para la formación docente, desarrollar prácticas docentes motivadoras, instalar programas de lectura silenciosa, fortalecer las competencias de lectura de los docentes entre otros varios aspectos. Se congratula por estos planteamientos, no obstante se estima que actualmente el programa curricular escolar no ha podido desarrollarlos a cabalidad, puesto que no se considera el fomento lector en el aula, y la lectura no es trabajada de forma transversal en todas las asignaturas. Generalmente es considerada como parte del programa de Lenguaje y Comunicación, lo cual la supedita y limita. Es en este punto que se precisa formar una base de conocimientos y experiencias en terreno que entreguen antecedentes cuanti y cualitativos para que el fomento lector sea un componente del trabajo curricular, con un programa de trabajo y plan de actividades, indicadores de logro, evaluaciones, material bibliográfico ad-hoc, entre otros aspectos.

Respecto al rol de la biblioteca, recientemente la UNESCO realizó una investigación y posteriormente publicó un informe donde señala, tajante, que de los recursos físicos la cantidad de textos en las bibliotecas es una variable que ha demostrado influir directamente en los resultados escolares de los niños. “El número de libros en la biblioteca escolar también se relaciona positivamente con el aprendizaje. La inclusión de cien volúmenes adicionales en la biblioteca de la escuela lleva a que aumente el rendimiento”.

Hay consenso respecto a que la lectura, para ser un acto gratificante y motivador, debe ser significativa para el lector, pues ésta se permea, inconscientemente, de aspectos personales que vinculan y unen al lector con el texto, dotándolo de características únicas. Esta es una vinculación emocional que vuelve mucho más significativo el acto de leer. Bien lo señala, Mendoza Fillola cuando postula “los reconocimientos hacen significativo el texto” , pero ese reconocimiento se dificulta sino hay un corpus lector de base, un aliciente por leer que permita que se desarrolle. Mendoza complementa la idea y añade que “el desarrollo de las habilidades lectoras y del gusto por la lectura dependen de que el lector aprenda a leer significativamente, o sea que lea relacionando e integrando sus saberes según las indicaciones y aportaciones de los textos. Así, la posibilidad de aprender a leer se debe a que lo leído significa algo más, o más exactamente significa algo para el lector”. Tal como señala Mendoza Fillola, “en el ámbito escolar se ha enseñado a leer para comprender en atención a la objetividad que supone la comprensión. Sin embargo, la mayoría de los textos conducen a la interpretación pues la mayoría de sus enunciados requieren que el lector vaya más allá de lo que supone la comprensión del texto. Mediante los reconocimientos, se amplía y activa el intertexto personal” Esto cobra especial relevancia si se relaciona con el aspecto psicológico. Existe evidencia investigativa que relaciona los patrones de lectura con aspectos multidisciplinarios, donde la mirada pedagógica, metodológica e instruccional no es suficiente.
La psicóloga Olga Herreros, quien ha investigado esta problemática, señala “Las dificultades no se resuelven abordando sólo los aspectos psicopedagógicos. Requieren de un tratamiento interdisciplinario que aborde las problemáticas de diferenciación para poder entrar de manera más autónoma al mundo de la lecto-escritura” . Sin duda no se pueden soslayar aspectos como la significancia de la lectura, la identificación y la pertenencia que, desde el lector, impregna distintas temáticas, diversos tipos de textos y especialmente la inquietud y cuestionamiento que lleva a que, cada uno, explore sus intereses y descubra el tipo de lectura que más se le agrada y disfruta.

Breve Descripción del trabajo en terreno del proyecto:

El proyecto se realizó considerando seis etapas, dentro de las cuales la de trabajo en terreno fue la más extensa. Su desarrolló consideró más de tres meses en las comunas de Recoleta, Providencia y Santiago Centro. Fue en este contexto que se aplicó la encuesta de hábito lector, como una de las primeras actividades de acercamiento y evaluación de los jóvenes. Además de ello, se evaluó su nivel de comprensión de lectura.

El proceso diagnóstico finalizó con un informe que consideró el resultado de la prueba de comprensión de lectura más el perfil lector que arrojó el análisis de la encuesta. Este proceso evaluativo permitió que se planificase en detalle el trabajo que se realizaría semanalmente en la sala de clases, adaptándolo a cada curso. Paralelamente se visitaron las bibliotecas de los establecimientos, y se entrevistó a cada uno de los encargados(as), proceso que culminó con una evaluación de estas unidades. El trabajo en terreno finalizó con una nueva evaluación de comprensión de lectura, lo cual permitió contrastar el nivel inicial y final de los alumnos. Respecto al comportamiento lector, el seguimiento de los fue contrastado mediante la aplicación de un focus group diseñado específicamente para cada curso.


Información Oficial del proyecto. Consejo Nacional del Libro.