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¿El libro o la película? veamos una infografía

De acuerdo a % de los casos es mejor la versión literaria que la fílmica
De acuerdo a Lovereading.co.uk, en un 67% (39) de los casos es mejor la versión literaria que la fílmica

Desde que se filmó la primera película basada en un libro (hay tantas teorías al respecto que no me aventuro a señalar cual habrá sido esa película) se ha desatado una singular polémica que busca analizar, desde distintas posturas, si es la versión escrita o fílmica la más válida. En leamos Más creemos que ese es un tema sumamente interesante, tanto que le hemos dedicado toda una sección en la cual nos hemos dedicado a diseccionar el tema.

En esta oportunidad, queremos compartir una infografía titulada «La última confrontación: Libros v/s Películas» publicada por el sitio web británico  Lovereading.co.uk  (dedicado a promover la literatura) la cual compara los libros contra sus versiones cinematográficas de hace dos décadas.  Lovereading tiene toda una sección dedicada a este tema en la cual no solo presenta películas, sino que también series televisivas basadas en obras narrativas.

Lamentablemente Lovereading no entrega mucha información respecto a la metodología que usó para realizar este análisis, pero fueron fueron 58 los casos puestos a prueba. Entre estos, en 39 oportunidades los libros los ganadores frente a la versión fílmica.

En 19 casos las adaptaciones cinematográficas superan al libro. Entre estas últimas podemos encontrar algunos casos interesantes, por ejemplo:

  • Slumdog millionaire, escrita por Vikas Swarup, versión cinematográfica dirigida por Danny Boyle.
  • Brokeback mountain, escrita por Annie Proulx, versión cinematográfica dirigida por Ang Lee.
  • The english patient escrita por Michael Ondaatje y dirigida por Anthony Minghella.

Por el lado de las películas que son igualadas al libro, encontramos:

  • El pianista, escrita por Wladyslaw Szpilman, versión cinematográfica dirigida por Roman Polansky.
  • The virgin suicides escrita por JeffreyEugenides y cuya versión cinematográfica fue dirigida por Sofia Coppola.

¿Qué películas quedan muy por debajo de sus libros? Uno esperaría encontrar varias versiones, pero de forma sorpresiva, son pocos libro que quedan mal parados frente al libro.

  • Twilight saga: new moon de Stephenie Meyer, versión cinematográfica dirigida por Catherine Hardwicke. Confieso que no leí los libros y sólo vi la primera película, pero me cuesta trabajo pensar en cualquiera de las dos como obras maestras de la literatura o el cine.

No conozco algunas de las versiones cinematográficas o literarias de algunas de estas historias, así que me abstengo de opiniones personales. Pero aunque las conociera, creo que igualmente me abstendría de comentar, porque creo que libro y película son cuestiones completamente distintas. Además,  es bueno comprender qué se entiende por una adaptación. Y no es que quiera profundizar el tema o forzarlo a ser más sesudo de lo que es. Pero creo que cuando algo genera tanto cuestionamiento, es bueno ponerse de acuerdo en aquello de lo que se está hablando.

«Los cambios en los que vale la pena poner atención son aquellos que están relacionados con las elecciones estilísticas de los involucrados en la  producción. Es en estos cambios donde podemos apreciar de mejor forma el aporte novedoso de la nueva versión de un relato, y cada vez que vamos a ver un una adaptación tenemos que estar conscientes de que una adaptación no es una copia de algo sino que es un producto nuevo basado en algo anterior. Aquello que permanece del texto madre pueden incluso terminar siendo algo más cercano a tristes vestigios que a la materia prima misma de la película» señala Felipe Acevedo, Licenciado en Letras y colaborador de Leamos Más.

La infografía completa está disponible aquí, la misma que pueden agrandar con sólo un click en la misma imagen


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Adaptaciones Curiosas y Cultura Pop

Como ya hemos mencionado antes, una adaptación siempre es controversial y siempre se presta para la discusión entre aquellos que quedaron conformes con ésta y aquellos que siguen pensando en la versión narrativa. Sin embargo,  hay ocasiones en las que la discusión no existe porque se trata de una adaptación no explícita de una obra literaria, o en palabras más simples: una película inspirada en un texto.

elreyleon_1El primer caso que me gustaría exponer es el del Rey León (1994), porque claro, cuando salió casi todo el mundo que la vio quedó muy conmovido pero no recuerdo haber escuchado discusiones acerca de la fidelidad que tenía con su principal fuente inspiración: Hamlet, de Shakespeare. ¿No me creen? Revisemos la historia brevemente: Un rey es asesinado por su hermano sediento de poder para así tomarse el trono, mientras que el príncipe heredero se ve envuelto en un intento de retomar el reino y además recibe en el camino una visita del fantasma de su padre. Por razones obvias, la versión felina de la obra de Shakespeare omite situaciones como la locura de Ofelia/Nala y la eventual muerte de todos los personajes principales al final de la trama.

El segundo y último caso que me gustaría presentar (también dirigido a los niños y jóvenes de los 90s) es el de Clueless (traducida como Fuera de Onda, 1995), todo un clásico de la comedia adolescente. Muchos recordamos las aventuras e inseguridades de una chica de clase alta muy superficial que vive en Beverly Hills y que lentamente se va enamorando de su hermanastro a medida que vemos cómo va ganando madurez. Ahora cambiemos Beverly Hills por Inglaterra durante el Periodo de Regencia y tenemos en vez de Clueless a Emma (1815), la cuarta novela de Jane Austen. Por supuesto, nuevamente hay algunas libertades a favor de la liviandad juvenil que la película de 1995 quiere mostrar, y por lo mismo la diferencia de edad entre los personajes de Alicia Silverstone y Paul Rudd no va más allá de los 5 años, mientras que en la novela el personaje de George Knightley es 16 años mayor que Emma Woodhouse.

Estos son sólo dos casos de una situación que es muy recurrente en el cine, por ahí T.S. Eliot nos decía en su ensayo “Tradition and the Individual Talent” (La tradición y el talentpo individual) que no había nada nuevo que escribir porque ya estaba todo escrito y que la labor de un artista –su talento –no estaba en inventar historias nuevas sino que en catalizar la tradición anterior y transformarla en algo nuevo. Quizás es una referencia un poco académica, anticuada y radical para lo que hemos estado discutiendo, pero no podemos negar que tiene algo (o mucho) de cierto, y que cuando buenos guionistas le dan un aire fresco a los clásicos los resultados pueden sorprendernos gratamente.

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De guionistas, escritores y directores de cine

Hemos mencionado en ocasiones anteriores como la relación que tienen los lectores con las adaptaciones fílmicas tiende a ser un poco dura debido  a que se espera que haya una equivalencia inequívoca entre dos productos que pertenecen a lenguajes diferentes, el literario y el cinematográfico. Entonces, esto tiende a transformarse en que los lectores pueden terminar emitiendo juicios quizás un poco injustos a la adaptación. Quizás todos tenemos alguna experiencia personal donde más de una adaptación nos “decepcionó,” lo que ha llevado a muchos a pensar que en el traspaso de libro a película es más lo que se pierde que lo que se gana.

Portada edición de bolsillo de "Psicosis"
Portada edición de bolsillo de «Psicosis»

Sin embargo, aún bajo estos “severos” parámetros, nos encontramos con excepciones a la regla y donde el valor que la audiencia le ha entregado a la adaptación fílmica es mucho mayor al que le ha entregado a la fuente literaria, tanto así que incluso pasa casi al olvido la existencia del texto inicial. Un ejemplo de esto es Psicosis (1960) de Alfred Hitchcock, no muchos saben que esta película está basada en una novela del mismo nombre de Robert Bloch. La razón de esto no es porque el cine es un medio mucho más masivo que la literatura sino que es porque, sin querer caer en hacer los juicios severos que siempre critico, estimo que el talento de Hitchcock como director está muy por sobre el de Bloch como escritor. Entonces, siendo muy prácticos, lo que tenemos al final es una novela mediocre que se traduce como una de las mejores películas en el cine gracias a la genialidad del director. Luego, Bloch escribió una segunda parte mientras que Universal Pictures planeó de forma independiente hacer otra película completamente desligada a la saga de Bloch ya sin la participación del director inglés, ambas tuvieron una popularidad moderada sin mayores halagos de la crítica. De más está decir entonces que el éxito comercial y artístico de Psicosis fue responsabilidad del trabajo artístico de Hitchcock y no del talento narrativo de Boch o de lo interesante de la trama.

Vamos a otro ejemplo pero con un caso que difiere en varios aspectos al anterior. El Padrino (1969) de Mario Puzo fue una novela que tuvo gran éxito y que se la han reconocido varios méritos, como la humanización de los miembros de la mafia que son mostrados como personas y no como caricaturas. Tres años más tarde aparece la adaptación de esta novela a cargo de Francis Ford Coppola y el resto es historia conocida por todos, la versión fílmica se transformó rápidamente en no sólo una de las películas más populares de la historia sino que también en una de las favoritas de los críticos, llevándose en el camino 3 premios de la Academia, 4 Globos de Oro, entre otros. Una de las cosas interesantes en esta adaptación es la colaboración de Puzo, ya pelilibroque él estuvo a cargo del libreto junto con Coppola y se llevó un Oscar por este trabajo, un ejemplo de trabajo en equipo con resultados más que satisfactorios. Luego empiezan a ocurrir cosas interesantes, como el que una novela haya inspirado no sólo una adaptación de ésta sino que también una saga cinematográfica (El Padrino II y III) que se desprende del original y donde nuevamente tenemos a Puzo como guionista.

Con estos ejemplos vemos que la relación entre cine y literatura que se crea al momento de una adaptación no sólo existe el riesgo de la “pérdida de calidad” que siempre tememos, sino que también muchas veces -como ocurre en la traducción de un texto de un idioma a otro-, existe la posibilidad de que exista una ganancia importante en el resultado final del proceso de transformación.

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El libro al cine: seamos justos con la adaptación cinematográfica

¿Qué es lo que entendemos por adaptación? Este concepto tiene que ver con los cambios que algo sufre para poder adecuarse a un nuevo medio. Algo así como lo que se supone que hicieron algunos animales para poder subsistir en un nuevo hábitat. La palabra clave aquí es cambio, y en el caso de una adaptación cinematográfica hablamos de los cambios que debe sufrir un relato para poder sobrevivir en un nuevo lenguaje.

Son algunos de estos cambios los que provocan escozor en algunos espectadores, porque un cambio siempre conlleva a la pérdida de algo. Ejemplos de esto hay muchos y en varias ocasiones tiene que ver con aspectos narrativos que no siempre pueden traspasarse de forma exitosa (todo aquello que “se lee entre líneas” y que tanto disfruta el lector muchas veces se pierde en una adaptación), también muchas veces termina siendo una discusión de gusto personal (el cambio de color de pelo de un personaje por ejemplo), y a veces por una cuestión práctica las adaptaciones presentan pérdidas significativas de partes del relato, porque por tiempo no se incluyen subtramas que “no caben” en la película (por ejemplo los tumularios en El Señor de los Anillos).

Pero los cambios en los que vale la pena poner atención son aquellos que están relacionados con las elecciones estilísticas de los involucrados en la  producción. Es en estos cambios donde podemos apreciar de mejor forma el aporte novedoso de la nueva versión de un relato, y cada vez que vamos a ver un una adaptación tenemos que estar conscientes de que una adaptación no es una copia de algo sino que es un producto nuevo basado en algo anterior. Aquello que permanece del texto madre pueden incluso terminar siendo algo más cercano a tristes vestigios que a la materia prima misma de la película. Ejemplificando este caso, y recurriendo a  un caso evolutivo, se diría que del relato original puede quedar pequeños huesos de patas vestigiales, como en el caso de las ballenas que los tienen enterrados profundamente dentro del cuerpo.)

 

Lo último quizás se puede apreciar más en aquellas adaptaciones de obras que pertenecen a géneros que están más alejados de la novela, que es el género que tradicionalmente se adapta, y no me refiero solamente al cuento, sino que también a la poesía o la literatura infantil. Para finalizar los dejo con un caso que me parece que puede servir como un ejemplo interesante, Where the Wild Things Are (traducida al español como Donde viven los mounstruos) de Maurice Sendak es un cuento (libro-álbum para ser más exactos) que, como propio de su género, consiste básicamente en una historia ilustrada acompañado con oraciones simples, este texto fue tomado el 2009 por Spike Jonze para hacer una película de 104 minutos. Resulta curioso como un relato de un poco más de 40 oraciones termina convirtiéndose en una película de esa extensión, y esto se debe a que se hizo una lectura y posterior reescritura donde el texto madre pasa segundo plano para dar paso un producto creativo y artístico nuevo.

Quizás odien o amen las adaptaciones, pero la invitación queda abierta para que la próxima vez que vean una intenten observarla como algo independiente: una obra que se sostiene por si misma . De esa forma podrán apreciarla sin los recuerdos del libro que leyeron, y de paso, quizás descubrirán una historia con nuevos ribetes para disfrutar.