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Storytelling: el arte de contar historias

Las historias tienen un comienzo común
Las historias tienen un comienzo común

Las historias han existido siempre, y el arte de contarlas también. Desde los cuentos infantiles hasta las más elaboradas tramas que mezclan distintas narrativas. Y es ese el tema del que se ocupa este nuevo post, pues hablaremos del concepto Storytelling, conocido también como Narrativa Transmedia.  Fue Henry Jenkins (sociólogo y académico del MIT) quien planteó este concepto el año 2003 con el objetivo de definir la técnica narrativa basada en la creación de historias que se desarrollan a través de múltiples medios y plataformas, integrando experiencias de carácter interactivo. Fue en su famoso artículo ,Transmedia Storytellig  donde introdujo el término  y señaló: «los niños que han crecido consumiendo y disfrutando Pokémon a través de varios medios se esperan la misma experiencia de otras historias a medida que se hagan mayores. Pokémon se despliega a través de juegos, programas de televisión, películas y libros, y ningún medio se privilegia sobre el otro«. El storytelling no es simplemente una adaptación de un lenguaje a otro, puesto que introduce nuevos giros a la historia, otros personajes e incluso finales alternativos que el autor no hubiese imaginado. Y si a eso se agrega el hecho de plantear nuevas experiencias de lectura que consideran el uso de tecnología, el resultado es muy disímil a lo que ocurre con las adaptaciones narrativas que comúnmente conocemos. En esta línea hay casos emblemáticos de los que me he enterado preparando este post, que se han basado en historias como «El señor de los anillos«, «Harry Potter» «La Guerra de las Galaxias» e incluso «Orgullo y Prejuicio». Estas historias concebidas como novela han sido traspasadas, sucesivamente, a formato cómic, película, al de juegos en línea y otros medios que se basan en la historia central. Aunque en algunos casos ésta ha cambiado mucho, como en el caso de Orgullo y Prejuicio llevada a una historia de zombies en formato cómic (claramente esto tiene sus detractores, por la deformación con la hsitoria original).

Aplicaciones del Storytelling

El storytelling ha ganado mucho peso tanto en el ámbito empresarial como en el político. En el ámbito comercial ha tenido un impacto fuerte y a sido muy aplicado en campañas publicitarias, de «recordación» y fidelización de marcas. La aerolínea Air New Zealand usó el storytelling valiéndose del hecho que en su país se filmó «El Señor de los Anillos», para lo cual recreo una parte de la historia de los hobbits en un video que promueve la seguridad abordo del avión. De esa forma, el clásico video de seguridad que nadie quiere ver porque es aburrido,  ha cambiado y es tan entretenido que su nivel de recordación aumentó considerablemente. La campaña está muy bien hecha, considerando que participe incluso el mismo Peter Jackson (quien duera director del tres películas de la saga «El señor de los anilos»). De acuerdo a quienes usan el storytelling en el ámbito de la publicidad y las campañas:    «un buen relato ha de contener siempre valor narrativo y para ello ha de tener acción y debe poder contarse a terceros». Desde este punto de vista, entonces, es necesario seducir mediante el relato, logrando que los interlocutores queden emocionados y entusiasmados con la historia. Visto desde este punto de vista, el valor añadido de la historia se encuentra en conseguir que los demás se entusiasmen y participen a tal punto, que deseen contárselo a otros.

 

Es en esta línea que destaco lo que señala el asesor y especiaslista en el tema Antonio Nuñez  en su artítulo El Storytelling y la hoguera digital: «La NASA contrató al guionista Syd Field para que sus científicos relataran sus descubrimientos de manera seductora. Los think tanks (centros de estudio e investigación) responsables de las estrategias de los partidos republicano y demócrata estadounidenses han cedido sus mejores despachos y presupuestos a especialistas en la materia, como Frank Luntz o el neurolingüista George Lakoff. La industria cinematográfica y los grandes grupos multimedia utilizan el storytelling para crear sus películas y videojuegos». Y así, la lista suma y sigue hasta llegar al mercado editorial. El año 2011 se publicó el primer experimento editorial en español que explora la narrativa transmedia o storytelling con eñ libro «El silencio se mueve»   del escritor español Fernando Marías en la que el lector podía interactuar  con personajes. La novela  emplea diversos elementos narrativos, como varios relatos cortos, un cómic, varias páginas web e incluso un número de teléfono al que el lector puede llamar para saber más sobre los personajes.

Páginas internas del "Silencio te mueve"
Páginas internas del «Silencio se mueve»

¿Moda? ¿Más tecnología para quienes no aprendemos a usar al 100% los smaptphones? ¿Distractores? ¿Nuevos recursos multimediales que nos enseñan que hay que seguir aprendiendo y descubriendo nuevos métodos y didácticas?. No tengo la respuesta, quizás este post es un intento de llegar a mis conclusiones y de paso saber que opinan los lectores de Leamos Más.

¿Cuentacuentos?

Desde la perspectiva de fomento lector, sin duda queremos que los lectores queden ensimismados con las historias de los cuentos, novelas, cómics, películas y todos los formatos que tenemos disponibles. Es por ello que destaco las técnicas que devela el Storytelling para aprender de qué forma ir captando más adeptos a la lectura sin que sea necesariamente la misma historia tradicional aquella que los envuelva. Sería interesante preguntarse: ¿de qué forma pueden los niños y jóvenes que asisten a sesiones de cuentacuentos, lecturas guiadas, etc participar del relato? ¿Cómo transmitirlo de una forma más vívida? ¿es necesario hacerlo o quizás debamos seguir con las prácticas habituales de cuentacuentos? ¿Hasta que punto puede atraer a niños y jóvenes curiosos el hecho de recrear una historia tradicional?.

Desde siempre los cuentacuentos y las narraciones orales son acompañafas de la habitual práctica del debate y conversación guiada respecto al tema. Unos ocn más habilidades teatrales que otros, los mediadores de lecturas, bibliotecarios, parvularias, profesores e incluso los padres van dibujando la historia frente a los ojos de niños y niñas. Sin duda escuchar sus argumentos acerca de tal o cual punto es una actividad tan significativa que la mantenemos hasta hoy, sin duda las prácticas de dibujo, actuación y hasta de juego de roles que se utilizan en estas mediaciones también son atractivas, pero de acuerdo a la defnición de Storytelling, éstas no interfieren con la historia  y no generan esa comunión especial que hace que el interlocutor se sienta motivado al máximo. Si comprendemos que una de las claves está en  dejar nuestra marca personal en el relato, en darle un valor añadido, creo que el trabajo de los cuentacuentos y de las actividades de lectura guiada no van en la línea de la narrativa transmedia o storytelling. Quizás debamos probar… quizás debamos aprender, leer más sobre el tema y darnos cuenta si es posible aplicarlo en alguna medida en nuestras actividades de fomento lector, cuentacuentos o la actividad que sea que realicemos para contar historias.

El artículo de Ñuñez termina señalando: «(…) paradójicamente, la aparición de Internet nos ha hecho “retroceder” unos milenios en nuestra manera de comunicar, resucitando el “espíritu de la hoguera”. Cada persona es mucho más dueña de su relato, real o virtual, que antes. Ante cualquier necesidad de sentido, acudimos a la hoguera tribal de nuestra era, Internet. Alrededor de ella  compartimos y nos contamos los relatos que contienen las verdades de la tribu. Si las grandes comunidades de hoy solo se pueden encontrar al calor de un relato común, los profesionales de la comunicación debemos desempolvar la ancestral sabiduría de los mitos, ritos, arquetipos y metáforas para seguir desempeñando nuestro trabajo.»

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Fomento lector

Subes al metro y llegas directo a la Biblioteca

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Es una biblioteca con estanterías y exhibiciones de libros, tal como en una biblioteca común y corriente, salvo que en este caso es virtual y está ubicada en el metro de Nueva York. Ya hemos comentado en otra oportunidad sobre el fomento lector en  las líneas del metro de la ciudad manzana, pero esto considera aspectos que nunca antes había visto.

 

Así lucen los libros en la estantería virtual
Así lucen los libros en la estantería virtual

El usuario debe acercar su smartphone al afiche ue se encuentra al lado de las puertas del metro
El usuario debe acercar su smartphone al afiche ue se encuentra al lado de las puertas del metro

El proyecto se llama «Underground Library» (biblioteca subterránea) y funciona de la siguiente forma: los pasajeros del metro tienen la posibilidad de «cargar» un libro en sus smartphones o tablets, y «hojear» sus primeras 10 páginas para ver si les gusta. Si es así, el sistema les indica la sucursal de la biblioteca pública más cercana, para que puedan pedir la versión impresa o la película en el caso que  la historia haya sido llevada al cine. El objetivo del sistema es propiciar el uso de las  bibliotecas públicas de Nueva York, y para eso se valen de brindar al lector la oportunidad de asegurarse y pedir  justo el libro que descargó en su celular, el mismo del cual ya leyó las primeras 10 páginas. ¿Y por qué sólo 10 páginas? porque se pretende que el  pasajero se entretenga mientras viaja en el metro y 10 páginas es suficiente. Si lo quiere seguir leyendo, se dirige a la biblioteca y lo pide. de esa forma se logra el objetivo: aumentar las visitas presenciales a la biblioteca. Esto no es antojadizo: la red de bibliotecas públicas de Nueva York es de las mejores en el mundo, ofrecen no sólo una variada colección en diversos formatos, sino que también acceso a exhibiciones, galería, cine y una serie de actividades culturales. En teoría, si una persona va a la biblioteca, seguro se encontrará con otras actividades y recursos que no sabía que estaban disponibles para él, y de esa forma podrá consumir no sólo libros, sino que también cultura en otros ámbitos.

Por ello, la selección de libros disponibles a través de este sistema ha considerado las lecturas  best-sellers y títulos que puedan ser de gusto de muchos. Después de todo, se debe considerar que el metro es un servicio utilizado por una enorme variedad de pasajeros. por lo que el sistema tenía que seleccionar los libros que pudiesen ser más populares.

Quienes trabajamos en bibliotecas estamos acostumbrados a recibir visitantes que llegan gracias a un «empujoncito» extra para ir a la biblioteca, ya que la mayoría va porque necesita algo específico. «Pues bien», se dijeron los gestores de este proyecto:  «crearemos la necesidad para que vayan a buscar un libro».

El libro se descarga en los celulares de los pasajeros para que lo revisen
El libro se descarga en los celulares de los pasajeros para que lo revisen y decidan si les gusta

El proyecto surgió en conjunto con tres estudiantes de la Miami Ad School (autodefinida como la Escuela de la Cultura Pop y la  ingeniería). El director de Arte,  Keri Tan, Max Pilwat y Ferdi Rodriguez  trabajaron crear esta estantería virtual para los pasajeros del metro, quienes sólo deben acercarse a una suerte de afiche dentro del carro del metro, para acceder a los libros usando sus celulares. Una prueba más de la forma como la tecnología nos ayuda a difundir la cultura y educación. El proyecto es parte de una campaña de ficción que los estudiantes debían armar como parte de su trabajo académico, para lo cual ellos escogieron como tema un plan para fomentar la lectura y llenar de lectores las bibliotecas. La idea se les ocurrió mientras realizaban una pasantía en Brooklyn (NY), tal como se explica en el blog de la universidad. Otro medio que se encargó de difundir la noticia fue la clásica revista The New Yorker la   cual le dedicó un extenso artículo titulado Empty libraries, captive subway audiences (Las bibliotecas vacías captan audiencia en el metro) en el cual se plantea: «Podría ser idealista pensar que a través del recordatorio digital de la existencia de las bibliotecas, la tendencia a verlas vacías irá en reversa. Pero quizás es un paso adelante que propicia el diálogo público respecto a los espacios cívicos en nuestra era digital»

La red del metro no tiene conexión Wi-Fi, pero usando la tecnología NFC (Near-Field Communication)  encontraron una manera para que los celulares pudiesen descargar, al menos, las primeras 10 páginas de un texto, sin costo alguno. La tecnología NFC  usa un sistema de radiofrecuencia electromagnética para transferir datos entre dos dispositivos, estando a centímetros de distancia.

El sistema se encarga de informar dónde puede encontrar la biblioteca más cercana para seguir leyendo
El sistema se encarga de informar dónde puede encontrar la biblioteca más cercana para seguir leyendo

Pero la novedad no termina ahí, ya que cuando el lector interesado se baja del carro del metro (gracias a lo cual puede acceder a 3G), automáticamente el sistema se comunica con su celular indicándole en un mapa el punto donde se localiza la biblioteca más cercana con una copia del título disponible, para que no se pierda en el camino.

Es interesante como el sistema de bibliotecas públicas de Nueva York quiere darle a los Neoyorkinos la posibilidad de hacer de su viaje algo más interesante y entretenido.  Algo que en Chile se hace hace tiempo, pero focalizado en campañas comerciales.

 

 

 

 

 


Publicado originalmente el 8 de marzo 2013 bajo el título «The Underground Library»  en Dezeen Magazine

 

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Columnas y artículos

Los Robots llegaron a las Bibliotecas

El clásico catálogo de fichas impresas ya es casi una reliquia en las bibliotecas.
El clásico catálogo de fichas impresas ya es casi una reliquia en las bibliotecas.

A pesar que la imagen de portada que acompaña esta nota puede parecer un poco exagerada y futurista, bien sabemos que con tantos y tan rápidos adelantos tecnológicos la realidad a veces rebasa nuestra imaginación. Por lo menos eso fue lo que me pasó cuando conocí el funcionamiento de la logística de estantería de las bibliotecas en Europa. Se trata de un sistema  automatizado de suministro de libros para optimizar su funcionamiento, atendido por máquinas que cumplen una de las tareas más pesadas y poco entretenidas en una biblioteca: trasladar libros desde la estantería al mesón de atención de público y viceversa, e incluso hacer el proceso de inventario. El servicio no es nuevo, lleva en funcionamiento varios años en países anglosajones Europeos. Sin embargo, para los países de América Latina, es una innovación que aún no llega a estas latitudes. Averiguando un poco a este respecto me entero que hay una empresa nacional que representa la marca en Chile, y que estaría en negociaciones con grandes Bibliotecas universitarias Chilenas para instalarlo en nuestro país. Será una completa novedad para nosotros.

El servicio ya está en funcionamiento en la Biblioteca Nacional de Nueva Zelanda, en la de Rusia y en otros países como Finlandia y Noruega.  La compañía que se dedica a vender e instalar este nuevo servicio Swisslog, que lleva años trabajando en estos sistemas automatizados que no sólo  han instalado en las bibliotecas,  sino que también en otros rubros como el hospitalario. Respecto a su servicio, ejecutivos de la empresa Suiza señalan: “Puede parecer de ciencia ficción, pero en Europa y otros países occidentales se introdujo hace tiempo este sistema. Y es que el personal de la biblioteca emplea mucho tiempo en trasladar los fondos del depósito a la sala principal del edificio. Lo que proponemos es automatizar este proceso mediante un dispositivo monocarril».

Este carro permite transportar una estantería completa de libris
Este carro permite transportar una estantería completa de libros

«El sistema consta de contenedores automotrices que se trasladan por una red de rieles que se encuentra no solo en el piso, sino también en las paredes y techos del edificio, y las ‘estaciones’ de este sistema de transporte se encuentran en todos los lugares de la biblioteca”, explican.

Además, para automatizar completamente el proceso de traslado, búsqueda, entrega y devolución de libros,se considera introducir la tecnología de etiquetas RFID (Radio Frequency Identification), que debe ayudar a encontrar automáticamente los libros y seguir sus movimientos. Esto permite no sólo mantener todo ordenado, sino que disponer de un servicio de autopréstamo que mantenga en orden todo el sistema de acuerdo a los servicios que vayan utilizando los usuarios, en tiempo real.

Los dos sistemas juntos permiten automatizar el proceso de recepción de libros de los lectores y hacerlo posible durante todo el día. El usuario de la biblioteca podrá devolver los libros a cualquier hora en una ventana especial, de donde el sistema robotizado los recoge, los reconoce con ayuda de la tecnología RFID y hace una marca correspondiente en su tarjeta personal de lector.

Una bibliotecaria dejando libros en las estanterías, sin moverse de su escritoriohttp://es.wikipedia.org/wiki/RFID
Una bibliotecaria dejando libros en las estanterías, sin moverse de su escritorio

¿Y cuánto costará esta maravilla?se preguntarán algunos. En el caso de Rusia la Biblioteca Nacional de San Petersburgo gastará entre 70 y 80 millones de rublos (entre 2,2 y 2,5 millones de dólares) en estas innovaciones. Lo interesante de esto no es el presupuesto ni los adelantos tecnológicos (aunque ese sea el tema central del artículo) sino la variedad de servicios y facilidades que se pueden desarrollar en las bibliotecas gracias a la automatización del trabajo.

El futuro que algunos vislumbran -al estilo Nicholas Negroponte–  en el cual las personas serán cuasi reemplazados por máquinas no es viable. Vivimos en la era del capital intelectual, donde la innovación, la creatividad  y el replantamiento de los servicios están a la orden del día.  Y no sólo eso: la capacidad de las personas de comprender las actitudes de sus usuarios, adaptarse y crear a partir de ello nuevos y mejores servicios es lo que precisamente se necesita hoy en día.

Los robots y máquinas pueden emular a la perfección lo que hacemos en términos físicos y logisticos -que mejor ejemplo que este-  pero no pueden diseñar el mejor servicio de fomento lector para niños con problemas de déficit atencional, o que planifique la mejor estrategia de comunicación para hacer marketing en una biblioteca  universitaria, ni tampoco generar el mejor ambiente y calidez en un lugar  para que el lector se sienta bien atendido en forma personalizada. No que yo sepa (si alguno tiene noticias de lo contrario, le agradeceré que la comente para ir nutriendo el artículo)

 

 

 

El sistema funciona en base a carros que, a través de rieles en el techo, transportan libros en las estanterías
El sistema funciona en base a carros que, a través de rieles en el techo, transportan libros en las estanterías

Una sistema de "bandejas" distribuye los libros por materias
Un sistema de «bandejas» distribuye los libros por materias

 

Si te interesó el sistema y quieres conocer más detalles, revisa este video de la Biblioteca Nacional de Nueva Zelanda

 

Y ustedes, ¿Cómo se imaginan los servicios robotizados en las bibliotecas del futuro?