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Estudiantes universitarios: ¿cuánto y cómo valoran la lectura?

(c) bingfoundation.org
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Estudios referidos a hábitos lectores y nivel de comprensión lectora  en Chile señalan que el perfil de los lectores frecuentes corresponde  al de personas en un rango etario entre 15 y 29 años, de un nivel  socioeconómico alto, medio-alto y con 13 o más años de estudio.  No es casual que los poseedores de dicho perfil sean los mismos que  más adquieren libros, según antecedentes de la Cámara Chilena del  Libro.

Remitiendo este análisis al de la educación superior, la literatura  existente no da cuenta de análisis aplicados a estudiantes de pregrado, lo cual ha generado un desconocimiento acerca del valor asignado al libro en este segmento, en tanto medio de información, de recreación y de enriquecimiento personal. Tampoco se encontraron antecedentes que esclarezcan cuál es el mecanismo que los jóvenes tienen para enfrentar su rendimiento académico a través de la lectura.

Los jóvenes universitarios  son quienes,  teóricamente, más debiesen leer y consumir libros; además, manifiestan autonomía y capacidad crítica sobre las áreas y periodicidad de lectura. Por otro lado, por su formación académica se presupone que desarrollan actividades intelectuales y, por sus años de escolaridad, debiesen tener hábitos de estudio formados total o parcialmente.  La población en Chile, en cuanto a comportamiento lector se refiere, no presenta un escenario auspicioso. La medición internacional IALS (International Adult Literacy Survey) señala que en Chile más del 80% de la población entre 16 y 65 años se ubica bajo el nivel mínimo de comprensión de lectura. Hay quienes manifiestan dichas habilidades muy escasamente, siendo, por ejemplo, incapaces de entender las instrucciones impresas en los envases de productos comerciales. Estos sujetos clasifican en el nivel 1 de comprensión lectora . El nivel 2 es para quienes sólo procesan información que está expuesta en forma clara y evidente, y, aún así, no les es sencillo comprenderla ya que desarrollaron habilidades utilizadas sólo en la cotidianeidad, por lo cual no les resulta fácil hacer frente a nuevas demandas y, menos aún, adquirir más y mejores destrezas en este sentido. Ascendiendo en la clasificación están los alfabetizados funcionalmente, quienes son capaces de entender instrucciones y presentan destrezas que aportan en su rendimiento laboral. Finalmente, los niveles más altos –4 y 5– comprenden e infieren a partir de lo leído, y no sólo eso, sino que además pueden generar nueva información como parte del proceso.

Kenneth Goodman en su artículo «La lectura, escritura y los textos escritos: una perspectiva transaccional y sociopsicolingüística»  postula que existen niveles de comprensión lectora:

  • literal (primer nivel);
  • inferencial (segundo nivel)
  • crítico (tercer nivel)
  • apreciativo (cuarto nivel)
  • creador (quinto nivel)
(c) Libraries & Museum
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Lamentablemente, según los estudios aludidos, sólo un 2% de los chilenos está en el nivel 4 y 5. Si este antecedente se analiza respecto al 13% de la población con educación superior (universitaria o técnica) completa, entonces se deduce que menos del 25% de los egresados de universidades chilenas manifiesta habilidades destacables en cuanto a comprensión lectora (niveles 4 y 5). Si a ello se suma que un 11% de jóvenes universitarios en sus últimos años de estudio señalan categóricamente que no tienen hábitos lectores, el escenario se torna cada vez menos optimista.

Se entiende por hábito lector cuando la lectura se realiza en forma automotivada y se ejerce periódicamente (diariamente o varias veces por semana). Bajo este prisma, esta actividad es considerada como una opción más, no sólo de  entretención, sino que como un medio de aprendizaje, adquisición de nuevo conocimiento y acceso a la cultura. Existen variables psicológicas y emocionales que concitan interés por la lectura. Los investigadores Wigfield y Guthrie señalaron  que “la construcción del significado durante la lectura es un acto motivado. Durante la lectura el individuo actúa deliberadamente y con un propósito. Por lo tanto, una explicación en términos motivacionales es crucial para una explicación del acto de leer”. Este factor puede ser decisivo, tanto al momento de optar por leer en vez de hacer otra actividad, como también por escoger qué se leerá. Es por esto que, a la hora de comprender, de proyectar y,  eventualmente, intervenir en el desarrollo de la industria del libro resulta crucial conocer los hábitos y la forma como piensan y discriminan los consumidores de lectura.

El comportamiento de los universitarios es el más interesante en relación con este tema, puesto que ellos pronto ejercerán sus opciones de consumo cultural en el mercado. Existen antecedentes, proporcionados por la Cámara Chilena del Libro, que indican que en los últimos tres años la producción editorial aumentó, en promedio, un 8,4% .

Prosiguiendo el análisis respecto de la variedad de la oferta editorial, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLAC) analizaron la comercialización del libro en Chile, y concluyeron que “el sector librero realiza una inversión muy escasa en acciones de marketing y, generalmente, ésta se concentra en lo que hacen las cadenas de
librerías. Aún así, lo que se realiza es menor y muchas veces de forma esporádica e irregular. Tampoco hay campañas de publicidad conjunta ni del producto en términos genéricos, ni de las librerías como canal de venta”.

No puede dejar de sorprender que esto suceda en un país en vías de desarrollo, en el cual la tasa de inversión del Estado en educación se ha cuadruplicado desde 1990,  en el que se ha incurrido en una serie de reformas destinadas a mejorar la educación –tales como el MECE,  Proyecto Enlaces, proyecto Bibliotecas de Aula , jornada escolar completa entre otras iniciativas– con lo cual se ha invertido en el fortalecimiento del nivel de educación y cultura de los chilenos.

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Este post es la introducción del artículo «Universitarios y lectura: Análisis cuali-cuantitativo  del uso, accesibilidad y valoración de los libros» escrito por Claudia Gilardoni , el cual da cuenta de una investigación realizada el año  2005 y con el auspicio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura a  los estudiantes universitarios de pregrado de la Región Metropolitana en instituciones del Consejo de  Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) y privadas, de las  áreas humanista y científica, quienes, al momento de realizar dicho estudio, cursaban asignaturas entre el séptimo y el décimo semestre académico. El estudio se centró en este segmento pues constituye una masa crítica importante. Según informes del Consejo Superior de Educación (CSE), su universo alcanza aproximadamente 35.000 estudiantes. El artículo presenta presentó los resultados con  relación al tipo de universidad y al área de estudio, circunscribiendo este último aspecto sólo a Ciencias y Humanidades. Posteriormente, se especializó el análisis y el área de estudio de acuerdo con estudiantes  de carreras de Ciencias Básicas, Ciencias Aplicadas, Ciencias Sociales y carreras de Arte. Ello permitió dilucidar el perfil de los jóvenes según su carrera y su relación con la lectura, lo cual es presentado en este artículo que profundiza el análisis primario.

El estudio fue publicado en diciembre del año 2006 en la revista Calidad de la EducaciónDescargar el artículo en PDF

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Book Lovers

Libro-objeto: un desafío de lectura

cc: juanluismartinez.cl
cc: juanluismartinez.cl

Hemos hablado antes de la novela gráfica y del libro álbum, ahora le toca el turno al libro-objeto.
Quisiera comenzar diciendo que, de entrada y a modo de confesión, el concepto me provoca algunos reparos. Porque ¿no todo libro es, en principio un objeto? ¿Qué particularidades podría tener el formato de un libro para que se explicitara su condición objetual. Pensemos. En general, los libros son considerados no por el objeto que son, sino más bien por las ideas, historias o conocimientos que se vehiculizan en sus páginas. ¿Podríamos suponer entonces que los libros-objeto están desprovistos de este material? Es una posibilidad, pero en ningún caso una condición. Hay libros objetos que se han convertido en pantallas de lámpara, en ladrillos, portarretratos, etc. Pero también hay otros en los que se plasma un mensaje, empleando o no, el código lingüístico.

El libro-objeto es el resultado de la intervención de un artista, quien haciendo uso de una técnica, juega con la disposición de los elementos, incluye nuevos materiales, etc. Muchos poetas han empleado este formato para dar más espesor semántico a su obra, en Chile, tenemos el claro ejemplo de Juan Luis Martínez, quien en “La nueva novela  incluye objetos tan variados como anzuelos de pescar, rejillas metálicas, etc. Como es de suponer, esta obra ha tenido muchas y variadas interpretaciones y eso se debe, probablemente, al uso de este formato.

Esa es una de las principales características del libro objeto, su multimedialidad subvierte la forma tradicional de construir y entregar mensajes, por tanto, da lugar a un gran número de interpretaciones.Como en casi todas las cosas, en el libro objeto encontramos dos vertientes importantes. La primera es la que conocemos como libro de artista: un libro que ha sido convertido en un objeto de arte. El procedimiento de transformación está delimitado sólo por la imaginación del artista, por tanto, los libros de artista son muy variados y responden a las necesidades e inquietudes del artista que los realiza. Un buen ejemplo es la exhibición Book Shelf, del MOMA en Nueva York, donde se puede observar el trabajo de 15 artistas en torno al libro.

cc: Smitsonisn Libraries
cc: Smithsonian Institution Libraries

La otra vertiente, quizás menos conocida, son los llamados libros sensoriales. Este tipo de libro-objeto está pensado principalmente para niños, pues a través de distintos materiales se estimulan los sentidos, de esta manera es más fácil que el niño aprende y distinga conceptos como: suave, áspero, duro, blando, etc. En líneas generales, podemos afirmar que los objetivos que el autor se haya propuesto son los que determinarán, de una forma u otra, cuáles son lso recursos técnicos más apropiados para la consecución de sus fines.

Para terminar, planteamos la idea de que el libro objeto, con sus texturas, objetos, papel plegado, etc. presenta un nuevo desafío para quienes estamos acostumbrados a la forma “tradicional” de leer, nos invita a reconstruir el mensaje de una manera distinta, a fascinarnos con una propuesta artística,  a integrar todos nuestros sentidos al momento de leer.

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Columnas y artículos Fomento lector

Otra forma de entender la Novela Gráfica

Foto:Vanguardia/El Universal
Foto:Vanguardia/El Universal

Me han pedido que en breves líneas les comente lo que considero como novela gráfica. La verdad, creo que su invención responde más a un afán comercial que a una forma de cristalizar un impulso artístico (o como prefieran llamarlo). Sea como fuere, igualmente, los precios a los que asciende este formato en Chile hacen que la mayoría de nosotros, simples mortales con mucho entusiasmo y poco dinero, sólo conozcamos como novela gráfica lo que se almacena en los anaqueles de nuestras bien amadas bibliotecas públicas. Y, seamos francos, éstas no suelen estar muy nutridas de dicho material.

Aunque sea una perogrullada lo mejor que podemos hacer para definir este concepto de “novela gráfica” es descomponerlo en sus partes. Primero, por novela, tradicionalmente se entiende una narración extensa, en la que participa un número importante de personajes que actúan en torno a un conflicto central y otros de carácter secundario. Segundo, el concepto de “gráfico” no creo que precise demasiadas explicaciones, pero lo empleamos para aludir a la presencia de imágenes.

Por tanto, la novela gráfica podemos describirla, en primera instancia, como una narración que se desarrolla empleando imágenes. En un segundo momento, y con esta escueta aproximación en mente, cabe preguntarse qué es lo que eventualmente diferencia una novela gráfica de un cómic; pues la somera definición que hemos propuesto más arriba es válida para ambos formatos. Con el fin de desambiguar el concepto podemos apelar a que una novela gráfica, a diferencia de un cómic, se publica principalmente en tapas duras y en volúmenes únicos; distinguiéndose del cómic que suele publicarse en entregas (semanales, quincenales o mensuales) en las que, en su conjunto, plantean el desarrollo de una historia.

De lo anterior se desprende que el valor de la publicación de la novela gráfica sea superior al del cómic (tapa dura, pliegos cosidos, ilustraciones y gran cantidad de papel). Para no elevar tanto el costo, los editores privilegian el que las ilustraciones de la novela gráfica vayan en negro y que la calidad del papel se reduzca (recordemos que la mayoría del cómic publicado por DC o Marvel sale en papel couché y a cuatro tintas).

Portada de "El Principito" versión novela gráfica
Portada de "El Principito" versión novela gráfica

Si se les consultara, cualquier librero o editor diría que una novela gráfica, a diferencia de un cómic, es una obra completa en sí misma, o sea, una que no requiere de otros volúmenes para desarrollar una historia completa. Probablemente añadirían que posee un despliegue literario inexistente en el cómic, que los temas son más profundos (ojo aquí, asumir que el cómic no trata temas “serios” es una falacia del porte de un continente) y un sinfín de otros artilugios que apuntan a vender, más que a cualquier otra cosa.

Considerando mi experiencia con el formato novela gráfica, les aseguro que lo único que realmente la separa del cómic es la forma en que se publica y se vende al público.

Los invito a comentar este artículo, pues es la única manera que tenemos para conocer su opinión.
Yo por mi parte, estoy dispuesta a exponer uno a uno los argumentos que me llevan a creer que, como tal, la novela gráfica es un invento de escritores, dibujantes y editores para ganar compradores. Espero sus comentarios.

A propósito de la feria del libro que se está celebrando por estos días en Buenos Aires, les dejo el artículo «El esplendor creativo de la novela gráfica» de La Nación (periódico argentino) sobre el espacio que ocupa la novela gráfica en la feria.

 

Ejemplos de partes de la obra versión gráfica
Ejemplos de partes de la obra versión gráfica

 

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Book Dealer Reseñas Literarias

Bolaño por si mismo, entrevistas escogidas

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Fuente: Blog Fuente Bolaño

“Escribir no es normal, lo normal es leer y lo placentero es leer; incluso lo elegante es leer. Escribir es un ejercicio de masoquismo; leer a veces puede ser un ejercicio de sadismo, pero generalmente es una ocupación interesantísima”

Roberto Bolaño, 2003

 

Me interesa la literatura,  me interesa la narrativa, me interesa conocer  las historias de otros, y me interesa por sobre todo recrear lo que leo. Esto último es tarea sencilla, especialmente  cuando tengo a mi disposición  información extra , ya sea bajo la forma de la versión fílmica del libro de turno, biografía de los escritores, etc.

Ese es el caso de “Bolaño por si mismo. Entrevistas escogidas” libro que me ha estado acompañando  las últimas dos semanas y que estoy disfrutando en  módicas cuotas diarias.  La editorial de la Universidad Diego Portales ha demostrado nuevamente su ojo clínico publicando esta obra, no sólo por la labor de recopilar las entrevistas de los últimos 13 años, sino que por el  tino de compilarlas permitiendo que el desplante de Bolaño se presente tímido, a ratos, para luego sincerarse con alguna de sus frases mordaces y desinhibidas. Buen trabajo el de Andrés Braithwaite, quien realizó la labor de edición y selección del material. El prólogo corre por cuenta de Juan Villorio.

Recomiendo el libro no sólo porque es una excelente forma de acercarse a la literatura en general, si no porque permite flirtear con  la agudeza y rapidez del escritor. La diferencia, en este caso,  es que esa agudeza y rapidez ya no van de la mano de sus personajes, sino que de su propia vida. Descubre, además, un Bolaño directo como el arma de un matarife, tanto así que a ratos me dan ganas de descorchar un buen tinto para sentarme a conversar con él, oliendo el humo de su cigarro que parecía, como de milagro, renovarse mágicamente (según cuentan sus cercanos)

Portada del Libro. Fuente: Ediciones UDP
Portada del Libro. Fuente: Ediciones UDP

El libro incluye once entrevistas, entre ellas las de Gabriel Agosín, Sergio Paz, Héctor Soto, Mónica Maristain y otras tantas aparecidas en medios tan disímiles como Cuadernos Hispanoamericanos y revista Playboy. En resumen es un paseo por su vida como si de una salida estival se tratase. Es así como nos enteramos de los recuerdos y opiniones del escritor sobre una diversidad de temas como la literatura  latinoamericana, la mentira, las mujeres, la paternidad. Mi entrevista favorita resultó ser aquella donde habla de la memoria colectiva y cuenta, con ingenua felicidad, que al saberse ganador del premio de la Generalitat Valenciana saltaba de alegría  porque estaba pobre como una rata de campanario.

Aunque no estén familiarizados con la obra de Bolaño, este libro puede ser una delicia, porque provoca a tal punto de llamar a un amigo(a) para juntarse a arreglar el mundo.

 

 

 

 

Referencia catalográfica:

Braithwaite, Andrés Bolaño por si mismo. Entrevistas escogidas. Santiago: Ediciones Universidad Diego Portales, 2011. 139 pag.

Información adicional y detalles para posibles interesados en comprar un ejemplar: Ediciones Diego Portales