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Eventos y actividades

Cápsula Lectora #2: De una Exposición a una Feria de Libros

Afiche de promoción del año 2013
Afiche de promoción del año 2013

En el edificio ubicado frente a la intersección de calle Sazie con Echaurren en el barrio universitario de Santiago, se encuentra la biblioteca biomédica de la Universidad Andrés Bello. Hasta ahí, a diario, llegan los jóvenes de carreras como bioquímica o ingeniería en biotecnología para estudiar o tomarse un breve descanso acompañados del diario o una revista. La biblioteca está compuesta por más de 15.000 ítems que se distribuyen a lo largo de estanterías, las que el Bibliotecario Juan Carlos Sánchez, actualiza constantemente.

El año 2008, el mismo Juan Carlos, en coordinación con la Dirección del Sistema de Bibliotecas de la Universidad, decidió llamar a distintas editoriales y libreros para que se tomaran un espacio pequeño de la biblioteca y exhibieran sus últimas publicaciones, durante toda una semana. La idea era que tanto profesores como estudiantes actualizaran sus bibliografías y conocieran las novedades de sus disciplinas. “A veces los profesores pueden limitarse a ciertos títulos que pueden estar descontinuados y con estas ferias ellos pueden darse una motivación para renovar sus bibliografías y nosotros coordinar las compras”, señala el bibliotecario.

Una de las labores de estos profesionales es esa: ser gestores de la colección bibliográfica para que los profesores de las distintas disciplinas estén al día y puedan actualizar, cada cierto tiempo, las bibliografías de sus programas académicos. Una edición del presente año, no es lo mismo que una de hace 10 años atrás, especialmente si consideramos criterios de obsolescencia del conocimiento en áreas como la tecnología, las ciencias de la salud, las telecomunicaciones, por nombrar algunas.

En esta primera exhibición se presentaron diez expositores durante tres días. El resultado a Sánchez le pareció bueno. Motivado por esto, al año siguiente repitió la experiencia, llevando la muestra a otro sector del campus para que todos los estudiantes y profesores pudieran verla y no solamente aquellos del área de la salud. Fue así como la idea fue creciendo y tomando forma.

La evolución de esta feria de libros universitaria destinada a acercar a estudiantes, profesores y editoriales ha sido para Juan Carlos algo significativo. El año 2011 Claudia Catalán, la Directora de Bibliotecas, le sugirió que invitara a Katherine Rojas –otro miembro del equipo de bibliotecarios encargada de la difusión- a participar para que ampliaran el equipo de trabajo. El resultado fue que ese año llevaron los libros a los principales campus de la universidad, saliendo a regiones. “En 2011 la feria fue itinerante y recorrió los diversos campus de la Universidad Andrés Bello, estuvimos en República pero también en la Casona de Las Condes, en Concepción y Viña del Mar”, comenta con orgullo Juan Carlos.

Las cifras les acompañan: el número de asistentes creció. Si al principio del año 2008 fueron poco más de cientos de estudiantes los que llegaron a conocer las novedades editoriales, cuando inauguraron la feria en plena calle República el año 2012, la cifra superó con creces los miles de visitantes, considerando que ya no sólo eran estudiantes: también había vecinos del barrio, lectores de otras comunas, estudiantes de otras casas de estudios, y así suma y sigue. Fue el 2012 cuando comenzaron a contar con la gestión de Libros Mimesis en lo relativo a logística y coordinación de una feria de mayores dimensiones. Claramente la exposición que había nacido el 2008 en una sala de lectura de la biblioteca biomédica ya no era la misma.

 

Un barrio universitario

Una de las típicas esquinas del barrio República
Una de las típicas esquinas del barrio República

Son pocas las actividades culturales que se realizan en el barrio República. Entre institutos, colegios, universidades y centros de formación, suman millares de estudiantes, vecinos y trabajadores en general los que caminan a diario por este barrio histórico. Por ello, la evolución del trabajo de los bibliotecólogos y la intención de llevar su trabajo a las calles ha sido importante.

En Chile, según cifras entregadas por la Unesco en 2012, solo el 7% de la población lee de manera voluntaria libros al año. Una cifra menor si se considera que la pregunta no solo considera libros de ficción o los llamados best sellers. Esto va para todo ámbito, lo que trasciende a profesionales y específicamente en la formación de estos. Si ellos no son quienes buscan información, la labor de bibliotecarios se vuelve esencial.

Así lo han entendido Juan Carlos y Katherine, quienes al momento de planificar la Feria de Libros de la Universidad Andrés Bello de este 2013 -que se realizó del 15 al 23 de abril- contemplaron la participación de 8 bibliotecas universitarias. Sin embargo, sólo la Biblioteca de la Universidad Arcis terminó sumándose a la iniciativa. Aún así contaron con el auspicio de la marca de café Cruzeiro, del Sistema de bases de datos EBSCO Host, SODEXO y el departamento de informática de la Andrés Bello. Así pudieron sortear unas impresoras y regalar café a quienes visitaron la feria.

La Municipalidad de Santiago y los vecinos fueron otro factor importante. Cuando deciden llevar los libros a las calles -en Av. República entre las calles Salvador Sanfuentes y Grajales- hablaron con la Junta de Vecinos del Barrio República, quienes colaboraron con la idea a través de una carta de apoyo, factor que validó el proyecto frente a la Municipalidad. Incluso hablaron de alguna forma para que los habitantes del histórico barrio universitario pudieran tener un carnet de socios de la biblioteca UNAB. Una clara señal de la forma como las bibliotecas universitarias trabajan con su entorno.

El próximo año todo comienza de nuevo, pero no todo está determinado. “La idea ha ido creciendo. La meta final es que la feria de libros dure dos semanas y vaya de calle Grajales hasta la Alameda por República y tener en cada cuadra dos o tres escenarios en los que hayan actos culturales de los alumnos, como baile, música, pinturas e intervenciones” comenta, entusiasmada, Katherine Rojas.

Pioneros

Cabe mencionar que las bibliotecas universitarias, a pesar de tener un rol que las llama a vincularse con el medio, no realizan actividades de este tipo. El valor de esta apuesta del Sistema de Bibliotecas de la UNAB es que los convierte en pioneros en este tipo de ferias del libro, organizadas y motivadas por un afán de difusión y actualización de la colección del acervo. Quizás algunos de ustedes tengan en mente la feria del libro usado, que cada verano organiza la Universidad Mayor. Precisamente en ese caso, la función que cumplen las bibliotecas no parece ser tan protagónico, ya que la feria es coordinada por la Universidad.

Este rol, en que la creatividad y el entusiasmo se van fundiendo para sacar adelante una idea, se fue formando paulatinamente en los bibliotecarios de la unidad Biomédica:

 

 

La Feria del Libro 2014 se vislumbra interesante, de acuerdo a lo que señala Katherine y a la invitación que plantea al resto de bibliotecas universitarias:

http://www.youtube.com/watch?v=I41kn4hC7_4&feature=youtu.be

Galería de Imágenes


Quisiéramos agradecer a Claudia Catalán, Directora del Sistema de Bibliotecas de la UNAB; a Juan Carlos Sánchez, Jefe de la Biblioteca Biomédica y Katherine Rojas, encargada de difusión del Sistema de Bibliotecas por su tiempo y excelente disposición para desarrollar esta cápsula lectora. Igualmente agradecemos a Eduardo Argomedo, de Libros Mémesis por haber facilitado las fotografías que acompañan este post.

Si te interesa conocer más sobre las Cápsulas Lectoras, te invitamos a leer más sobre esta iniciativa.

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Fomento lector

Los Juegos del Hambre v/s los Juegos del Libro

Este fin de semana ví en video «Los Juegos del Hambre«, historia de la que había oído hablar mucho. Confieso que ni me había acercado al film o al libro (mejor dicho a la trilogía ya que es una saga de tres novelas de la escritora norteamericana Suzanne Collins). Pero tuve algunas motivaciones extras que me impulsaron a ver la película, gracias a lo cual descubrí una historia interesante y  me dieron ganas de leer los libros. Como me quedé con gusto a poco esta obra se transformó en nueva alternativa de lectura para mis deseos lectores 2013.

research

Pero volviendo al punto, decidí verla no sólo por mera entretención, también porque  la gamificación ha sido uno de mis intereses este último tiempo, y aunque no lo crean hay relación entre una cosa y otra. ¿Curiosos por conocer ese nexo? les cuento: unos  bibliotecarios de la Universidad de Texas desarrollaron un video titulado «The Research Games: you learn or you die» (Los juegos de la investigación: o aprendes o mueres») el cual se inspira completamente en la película «Los Juegos del Hambre». El video tiene dos partes (de 9 y 2 minutos respectivamente), y es un trabajo de muy buena calidad, con casting, desarrollo de personajes, trama, locaciones, vestuario, maquillaje y toda la dedicación que un trabajo de este tipo merece. De acuerdo a lo que revisé, el video se basó en  «Los Juegos del Hambre» porque se necesitaban una historia popular que hiciera verosímil el hecho de jugarse el «todo por el todo», y por la necesidad de recurrir al concepto de «mentores» para  tener ayuda. Pues bien, los astutos bibliotecarios usaron su buen humor  y se prestaron para disfrazarse y adquirir diversos roles como forma de evidenciar la ayuda que un bibliotecario le brinda a un estudiante universitario: de esa forma nace el  experto en artes marciales, otro especialista en estrategias bélicas y en guerras. Otros, en cambio, conservaron un rol más tradicional, y se quedaron con los roles de la bibliotecaria del fondo histórico validando la importancia del libro impreso,  y el bibliotecario «computín» o tecnológico experto en TIC’s y en tecnología de punta para diseminar información, etc.

A los universitarios la ayuda les caía del cielo a veces, al igual que en la película
A los jugadores universitarios la ayuda les caía del cielo a veces, al igual que en la película

Los videos tienen muchos guiños a la película, incluyendo el hecho que sólo un ganador logrará sobrevivir en estos «Juegos de la Investigación».

¿Relación con la Gamificación?

Por ahora todo parece indicar que los bibliotecarios de Texas produjeron estos videos con tres objetivos:

a) Motivar a los estudiantes de los campus de su Universidad a usar los recursos de las bibliotecas (presenciales y virtuales)

b) Destacar el rol del bibliotecario

c) Potenciar las habilidades informacionales como un arma a favor de los universitarios. Después de todo, si un estudiante no sabe buscar información, ¿cómo va a estudiar?

Sin embargo, relacionando el juego con la Gamificación, no observo una continuidad del video, tanto en concursos u otras actividades que exijan un rol más participativo de los alumnos en relación al video o al mismo hecho de investigar  usando todos los recursos de información que las bibliotecas disponen. No deja de causarme extrañeza este hecho, ya que «Los Juegos de la Investigación» ejemplifica muy bien la importancia de ser rápido y preciso en las búsquedas de información, especialmente cuando hay poco tiempo para estudiar y estamos invadidos por información de todo tipo y calidad. Pero al parecer esta etapa del trabajo considera sólo la parte audiovisual y la motivación de la historia.

Sería interesante saber si en las bibliotecas de la Universidad de Texas planean  darle un giro a la historia recurriendo a estrategias de gamificación. Por ahora, con la interrogante presente, les dejo el video introductorio:

Y su continuación, el desenlace de la historia y el ganador de «Los Juegos de la Investigación»

¿Y los  Juegos del Libro?

En la historia vemos que los alumnos son retados a buscar de la forma más rápida un ejemplar de «El Arte de la guerra« de Sunt-Tzu. La prueba es planteada por una de las profesoras de la universidad. Para sortearla, los alumnos recurrirán a toda suerte de alternativas: algunos lo descargan de una base de datos, otros corren a las estanterías a buscarlo, otros recurren a la copia de reserva, etc. Se muestran varias opciones para obtener el preciado tesoro y ganar la competencia, validando el hecho que unas soluciones consideren una copia impresa, otra digital, u otra de una base de datos.

En las bibliotecas nos vemos puestos a prueba constantemente para promover los distintos recursos de información por los usuarios. En mi caso, trabajando en el  Sistema de Bibliotecas de la Universidad del Pacífico todos los años junto a mis colegas y equipo de trabajo me veo en la necesidad de enseñar a los alumnos de primer año a usar la biblioteca durante las primeras semanas de clases. Para ello hay diversas formas de realizar la llamada «inducción de usuarios»: un video, un tutorial, una charla masiva, una clase, etc. Desde hace años enfrento la misma situación, y últimamente he recurrido a otras dinámicas para hacer de la biblioteca un lugar popular entre los novatos universitarios. Desde hace un tiempo realizamos charlas especializadas en la sala de clases de los alumnos de primer año, de acuerdo a las distintas carreras, momento en el cual les enseñamos a usar los distintos recursos de acuerdo a las necesidades específicas que su disciplina demanda. Este año hemos decidido complementar ese trabajo con una parte lúdica basada en la gamificación.  Y es así como nacen «Los Juegos del Libro». Concuerdo en que el juego de palabras puede no ser tan novedoso, especialmente después de ver el video, pero creo que le da un giro interesante usando el nombre de un libro que ha sido popular entre los jóvenes.

Por ahora, «Los Juegos del Libro» no han comenzado, precisamente estamos preparándonos para ello, informando en redes sociales esta novedad, pero prometo que cuando el juego termine, les contaré cómo ha resultado y que conclusiones saco de esta iniciativa.

Sería interesante conocer la opinión o ideas de los lectores de Leamos Más frente al eterno reto de masificar el uso de las bibliotecas y de la lectura entre sus usuarios. ¿Nos contarían sus experiencias?

¡Ese si que es un desafío digno del mejor de los juegos!

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Gamificación: ¿Qué es y para qué nos sirve?

La gamificación se basa en la entretención que genera el juego: mientras más se juega, más se aprende
La gamificación se basa en la entretención que genera el juego: mientras más se juega, más se aprende

Es cierto: queremos que las personas lean más y mejor. Queremos más lectores inquisitivos en las bibliotecas, queremos más preguntas de referencia y queremos un aumento en las estadísticas de uso de los servicios que ofrecemos en los distintos tipos de unidades de información. También es cierto que hemos probado varias formas de hacer atractivo el uso de los libros, las bibliotecas y en general de fomentar la lectura. La tecnología ha estado de nuestro lado: redes sociales, aplicaciones, e-readers, etc. La lista es extensa y variada. La gamificación es una alternativa más que demuestra que la tecnología y las aplicaciones se ponen de nuestro lado para ayudarnos.  En este caso, sin embargo, hay algunas diferencias que han llamado mi atención ya que llevan la entretención a su máxima expresión, y -lo que es más interesante- mezclan el mundo virtual con el real.

La gamificación se ha estado desarrollando desde hace algunos años en las bibliotecas. Para quienes no estén familiarizados con el vocablo, puedo comentar que éste tiene su origen en la palabra en inglés “Game” (juego) de la cual deriva Gamification (que se podría traducir -aunque no es exacto- como ludificación). Desde ese término, los hispanoparlantes usamos  “Gamificación”, lo cual alude a una metodología que se basa en la tecnología y el uso de redes sociales para atraer usuarios o adeptos a un servicio/producto valiéndose del juego como principal atractivo. Utiliza el diseño de juegos y sus mecánicas, así como también mucho diseño e ilustración. A veces la gamificación tiende a confundirse con los videojuegos, pero difiere de éstos ya que sus fines que van más allá de lo lúdico.

Inocentemente, todo comienza con un terrón de azúcar: una dulce tentación que genera un vínculo entretenido con el usuario. Y éste, en la medida que disfruta el dulce, participa y aprende diversos contenidos bajo la forma de una sutil entretención. Lo que el juego pretende es dar respuesta a un requerimiento en especial. Éste puede ser la respuesta a una pregunta, la forma de ejecutar una tarea o de realizar un proceso en la biblioteca. De esta forma, sin siquiera darse cuenta, el usuario que ha probado el terroncito es guiado por un camino en el cual recibe recompensas a medida que avanza y aprende. Las recompensas apelan al espíritu lúdico que hay en todos, y van desde etiquetas, insignias (badges) por avanzar en etapas, e incluso premios tangibles.

La Biblioteca de NY tiene todo un proyecto en torno a la gamificación
La Biblioteca de NY desarrolló todo un proyecto en torno a la gamificaciónm llamado «Encuentra el Futuro» (Find The Future)

El usuario puede ser etiquetado como «mega lector»; «aprendiz de mago»; «lector novato» y una serie de otras calificaciones que le dan reputación respecto a los otros jugadores o lectores que usan la misma aplicación. Veamos como funciona con un ejemplo más concreto: si detecto que los usuarios de una biblioteca universitaria de la Facultad de Ciencias de una determinada Casa de Estudios no usan las bases de datos, puedo usar una aplicación en gamificación para motivarlos a que se acerquen a este recurso y desarrollen gusto por usarlo. Otras opciones para icentivarles sería mostrarles un tutorial, dar una charla en sus salas de clases, citarlos a una demostración en la biblioteca, etc. Pero  generalmente  no sabemos si aprendieron, o si repetirán el ejercicio cuando se encuentren frente a una duda que amerita el uso de bases de datos. Ante esta situación, la gamificación  es una alternativa válida porque desde una perspectiva tecnológica y entretenida enfrenta al estudiante con un tema que le puede resultar árido o incluso aburrido, ya que quizás lo relacione con sus deberes académicos.

Siguiendo con el ejemplo, hago un plan de difusión para dar a conocer a los estudiantes de la Facultad de Ciencias que hay una nueva aplicación para usar bases de datos.  Se les pide que ingresen a un sitio web o plataforma en línea, donde están todas las instrucciones del juego. Una vez «logeados» las fases del juego irán explicando en forma didáctica, con muchas imágenes, y  usando mensajes breves y precisos que hay herramientas diversas para encontrar información, que van desde uso de motores de búsqueda, usar el google académico, buscar en el catálogo de la biblioteca, repositorios o en bases de datos. A medida que explica los distintos medios, se van destacando las ventajas del uso de bases de datos y se da puntaje y recompensas para aquellos que  las usen. Se puede presentar un video introductorio o un tutorial,  luego de lo cual, se le pide al alumno que busque un par de temas en las Bases de Datos. En estos casos, las peticiones no son complejas, la idea es hacer ejercicios simples. Frente a este reto del juego, el usuario puede usar la aplicación para enviar -en línea- algunos papers que haya descargado de la base de datos. Estos resultados llegan a un bibliotecario referencista quien los revisa y asigna puntaje. Todo esto funciona en tiempo real, ya que con una buena logística se puede tener a un referencista evaluando las fuentes que seleccionaron los alumnos en un horario pre definido.  Una vez que el usuario recibe su puntaje, éste puede aparecer publicado en su muro de facebook (si la aplicación y ellos así lo permiten) o simplemente puede aparecer como dato más en la ficha del alumno. De acuerdo al puntaje (que se va sumando al que el jugador ha ido acumulando) el alumno puede tener una nueva categoría, como por ejemplo «investigador» y recibir una insignia u otra recompensa.

Si al final del día todos queremos que los lectores de una biblioteca pidan más libros, que comenten lo que han leído, que sean autónomos y hasta que nos dejen mensajes en el fan page de nuestras páginas en Facebook, creo que es interesante ir descubriendo nuevas artimañas que la tecnología pone a nuestro servicio. Además de adaptarnos al estilo y medios que los usuarios utilizan, estaremos descubriendo nuevas formas de comunicarnos con ellos desde una perspectiva más informal, relajada y amena.

Algunos ejemplos extranjeros

La expresión de los limones indica el resultado de una fase del juego
La expresión de los limones indica el resultado de una fase del juego

En Gran Bretaña, la biblioteca de la Universidad de Huddersfield usa la gamificación para la inducción de usuarios de primer año. Tienen un sistema para bibliotecas universitarias llamado “Lemon Tree” (Limonero) que enseña a los alumnos técnicas básicas para usar los servicios. Mediante un clásico carné de biblioteca que pasa de un azul  congelado a un rojo hirviendo,  el usuario va ganando puntos en la medida que acierta en sus respuestas. También tiene un sistema de rendimiento y resultados por facultad, y una página en Facebook.

Al principio del post les señalé que hay algunos casos interesantísimos donde la gamificación lleva el juego a la vida real: eso fue lo que pasó en Nueva York. El año 2011 la biblioteca pública de la ciudad manzana usó la gamificación para celebrar su centenario, y crearon una aplicación que titularon «Encuentra el Futuro». Lo mejor del caso es que el juego le pedía a los participantes que incluso escribieran breves ensayos en base al tema. Finalmente,  la noche del 20 de mayo, los organizadores del juego citaron a los 500 jugadores con más puntaje para que se encerraran en la biblioteca a desentrañar misterios cual Indiana Jones. Lo que debían descubrir eran 100 objetos que han inspirado a la humanidad, como por ejemplo una carta de Charles Dickens o una copia de la Declaración de la Independiencia de los Estados Unidos.  Lógicamente los que descubían las pistas y avanzaban tenían más puntaje hasta llegar a un gran ganador final. Esta actividad suscitó mucha atención en la ciudad y en los medios. La  revista Wired publicó un artículo titulado «Una noche en la Biblioteca de Nueva York«  que recomiendo leer y ver, porque además viene acompañado de un video muy motivante.

 

Algunos casos que -quizás- conocemos y usamos

La gamificación está presente en nuestras vidas desde hace bastante tiempo bajo la forma de aplicaciones que podemos bajar en nuestros smartphones. Personalmente uso foursquare (para comentar lugares que frecuento), waze (para el tráfico y rutas de manejo) y ahora empezaré a usar Nike+ (para trotar). Eso me ha ayudado a entender mejor como podría funcionar un servicio de gamificación en una biblioteca y a darme cuenta de lo interesante que es jugar en un entorno ficticio. Sólo se ven las etiquetas y avatar de otros jugadores quienes -como yo- buscan un buen restaurant,  quieren motivarse para trotar, o simplemente buscan la ruta más despejada para llegar a sus casas. Los juegos, las insignias y etiquetas no son sólo para los niños: a todos nos gusta jugar, y prueba de ello es que estas aplicaciones son muy bien recibidas por personas de todas las edades. Si les interesa aprender un poco más respecto a como podría funcionar la gamificación en un entorno bibliotecario, les sugiero hacerse fans de estas aplicaciones y darle cuerda a su imaginación y creatividad.


Este artículo fue publicado originalmente, por la misma autora, en Infotecarios el 13 de marzo 2013

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Estudiantes universitarios: ¿cuánto y cómo valoran la lectura?

(c) bingfoundation.org
(c) bingfoundation.org

Estudios referidos a hábitos lectores y nivel de comprensión lectora  en Chile señalan que el perfil de los lectores frecuentes corresponde  al de personas en un rango etario entre 15 y 29 años, de un nivel  socioeconómico alto, medio-alto y con 13 o más años de estudio.  No es casual que los poseedores de dicho perfil sean los mismos que  más adquieren libros, según antecedentes de la Cámara Chilena del  Libro.

Remitiendo este análisis al de la educación superior, la literatura  existente no da cuenta de análisis aplicados a estudiantes de pregrado, lo cual ha generado un desconocimiento acerca del valor asignado al libro en este segmento, en tanto medio de información, de recreación y de enriquecimiento personal. Tampoco se encontraron antecedentes que esclarezcan cuál es el mecanismo que los jóvenes tienen para enfrentar su rendimiento académico a través de la lectura.

Los jóvenes universitarios  son quienes,  teóricamente, más debiesen leer y consumir libros; además, manifiestan autonomía y capacidad crítica sobre las áreas y periodicidad de lectura. Por otro lado, por su formación académica se presupone que desarrollan actividades intelectuales y, por sus años de escolaridad, debiesen tener hábitos de estudio formados total o parcialmente.  La población en Chile, en cuanto a comportamiento lector se refiere, no presenta un escenario auspicioso. La medición internacional IALS (International Adult Literacy Survey) señala que en Chile más del 80% de la población entre 16 y 65 años se ubica bajo el nivel mínimo de comprensión de lectura. Hay quienes manifiestan dichas habilidades muy escasamente, siendo, por ejemplo, incapaces de entender las instrucciones impresas en los envases de productos comerciales. Estos sujetos clasifican en el nivel 1 de comprensión lectora . El nivel 2 es para quienes sólo procesan información que está expuesta en forma clara y evidente, y, aún así, no les es sencillo comprenderla ya que desarrollaron habilidades utilizadas sólo en la cotidianeidad, por lo cual no les resulta fácil hacer frente a nuevas demandas y, menos aún, adquirir más y mejores destrezas en este sentido. Ascendiendo en la clasificación están los alfabetizados funcionalmente, quienes son capaces de entender instrucciones y presentan destrezas que aportan en su rendimiento laboral. Finalmente, los niveles más altos –4 y 5– comprenden e infieren a partir de lo leído, y no sólo eso, sino que además pueden generar nueva información como parte del proceso.

Kenneth Goodman en su artículo «La lectura, escritura y los textos escritos: una perspectiva transaccional y sociopsicolingüística»  postula que existen niveles de comprensión lectora:

  • literal (primer nivel);
  • inferencial (segundo nivel)
  • crítico (tercer nivel)
  • apreciativo (cuarto nivel)
  • creador (quinto nivel)
(c) Libraries & Museum
(c) Libraries & Museum

Lamentablemente, según los estudios aludidos, sólo un 2% de los chilenos está en el nivel 4 y 5. Si este antecedente se analiza respecto al 13% de la población con educación superior (universitaria o técnica) completa, entonces se deduce que menos del 25% de los egresados de universidades chilenas manifiesta habilidades destacables en cuanto a comprensión lectora (niveles 4 y 5). Si a ello se suma que un 11% de jóvenes universitarios en sus últimos años de estudio señalan categóricamente que no tienen hábitos lectores, el escenario se torna cada vez menos optimista.

Se entiende por hábito lector cuando la lectura se realiza en forma automotivada y se ejerce periódicamente (diariamente o varias veces por semana). Bajo este prisma, esta actividad es considerada como una opción más, no sólo de  entretención, sino que como un medio de aprendizaje, adquisición de nuevo conocimiento y acceso a la cultura. Existen variables psicológicas y emocionales que concitan interés por la lectura. Los investigadores Wigfield y Guthrie señalaron  que “la construcción del significado durante la lectura es un acto motivado. Durante la lectura el individuo actúa deliberadamente y con un propósito. Por lo tanto, una explicación en términos motivacionales es crucial para una explicación del acto de leer”. Este factor puede ser decisivo, tanto al momento de optar por leer en vez de hacer otra actividad, como también por escoger qué se leerá. Es por esto que, a la hora de comprender, de proyectar y,  eventualmente, intervenir en el desarrollo de la industria del libro resulta crucial conocer los hábitos y la forma como piensan y discriminan los consumidores de lectura.

El comportamiento de los universitarios es el más interesante en relación con este tema, puesto que ellos pronto ejercerán sus opciones de consumo cultural en el mercado. Existen antecedentes, proporcionados por la Cámara Chilena del Libro, que indican que en los últimos tres años la producción editorial aumentó, en promedio, un 8,4% .

Prosiguiendo el análisis respecto de la variedad de la oferta editorial, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLAC) analizaron la comercialización del libro en Chile, y concluyeron que “el sector librero realiza una inversión muy escasa en acciones de marketing y, generalmente, ésta se concentra en lo que hacen las cadenas de
librerías. Aún así, lo que se realiza es menor y muchas veces de forma esporádica e irregular. Tampoco hay campañas de publicidad conjunta ni del producto en términos genéricos, ni de las librerías como canal de venta”.

No puede dejar de sorprender que esto suceda en un país en vías de desarrollo, en el cual la tasa de inversión del Estado en educación se ha cuadruplicado desde 1990,  en el que se ha incurrido en una serie de reformas destinadas a mejorar la educación –tales como el MECE,  Proyecto Enlaces, proyecto Bibliotecas de Aula , jornada escolar completa entre otras iniciativas– con lo cual se ha invertido en el fortalecimiento del nivel de educación y cultura de los chilenos.

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Este post es la introducción del artículo «Universitarios y lectura: Análisis cuali-cuantitativo  del uso, accesibilidad y valoración de los libros» escrito por Claudia Gilardoni , el cual da cuenta de una investigación realizada el año  2005 y con el auspicio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura a  los estudiantes universitarios de pregrado de la Región Metropolitana en instituciones del Consejo de  Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) y privadas, de las  áreas humanista y científica, quienes, al momento de realizar dicho estudio, cursaban asignaturas entre el séptimo y el décimo semestre académico. El estudio se centró en este segmento pues constituye una masa crítica importante. Según informes del Consejo Superior de Educación (CSE), su universo alcanza aproximadamente 35.000 estudiantes. El artículo presenta presentó los resultados con  relación al tipo de universidad y al área de estudio, circunscribiendo este último aspecto sólo a Ciencias y Humanidades. Posteriormente, se especializó el análisis y el área de estudio de acuerdo con estudiantes  de carreras de Ciencias Básicas, Ciencias Aplicadas, Ciencias Sociales y carreras de Arte. Ello permitió dilucidar el perfil de los jóvenes según su carrera y su relación con la lectura, lo cual es presentado en este artículo que profundiza el análisis primario.

El estudio fue publicado en diciembre del año 2006 en la revista Calidad de la EducaciónDescargar el artículo en PDF

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Educación en Finlandia

La educación Universitaria en Finlandia

Para entrar en materia, es conveniente revisar la estructura del Sistema Educacional en Finlandia

Tipos de Universidades:

Como se puede apreciar, el sistema de educación superior en Finlandia se clasifica en universidades tradicionales y en Universidades Politécnicas. Éstas últimas imparten carreras técnicas y de menor duración, y socialmente no se perciben como carreras de menos valía o prestigio, sino que más bien como estudios prácticos y breves con rápida salida al mercado laboral. Son bastante demandadas.

En este sentido, y revisando la oferta de carreras de la Universidad del Pacífico , estimo que ésta se acerca más a las de Universidades Politécnicas que a las de corte más tradicional. En esta lista se pueden apreciar las áreas enlas que se imparten carreras.

Respecto a la empleabilidad de los estudiantes titulados de estas carreras, el currículo hace especial énfasis en la aplicabilidad de los estudios. Estando en una entrevista con bibliotecarios de la Universidad de Ciencias Aplicadas ellos estaban especialmente orgullosos de que su universidad impartía conocimientos prácticos y aplicables a la realidad del mercado laboral.

Ahondando en este aspecto, la OECD presentó un caso de estudio basado en la Universidad politéctica de Vantaa,en el cual hace una comparación entre los dos sistemas educacionales de Finlandia y especifica y detalla el sistema de las Universidades politécnicas. El informe se titula VANTAA POLYTECHNIC CASE STUDY FINLAND y es bastante recomendable porque en su capítulo 4 (pag. 8) explica el sistema de evaluación de la Universidad, procesos y estrategias en este sentido, actividades de los profesores, actividades del proceso de aprendizaje y contacto con el mercado laboral.

Respecto a estudios de efectos en el mercado laboral, el paper «Labour Market Effects of Polytechnic Education Reform: The Finnish experience» lo plantea en detalle (se sugiere revisar pag. 7 de «empirical approach»)

 

¿Finlandia y Latino América? ¿Se pueden establecer comparaciones?

No existen muchos estudios que comparen el sistema educativo Finlandés con el Latino Americano, sin embargo el profesor Valimaa Jussi publicó una comparación entre la educación superior en Finlandia y la Argentina. «The social functions of evaluation in Argentina and Finnish Higher Education» donde analiza considerando aspectos sociales, económicos y en cierta forma, cuestiona el hecho que los modelos educativos sean similares aunque se siganlos mismos preceptos,puesto que el aspecto geográfico y cultural impide que así sea.


Educación y aprendizaje permanente, una máxima aplicada en todo sentido

En Finlandia, hay un claro entendimiento que la educación es para toda la vida, se usa mucho el concepto de «lifelong learners» o «lifelong learning», lo cual se inculca desde que los niños están en el colegio. Hay dos papers que tratan el tema:
«Lifelong learning in Finland. The extent to which vocational education and training policy is nurturing lifelong learning in Finland»

y Key competences for lifelong learning in Finland. Education 2010 editado por el Ministerio de Educación de Finlandia.

Lo interesante del concepto es que éste se aplica no sólo para estudios formales de post grado, sino que se usa en todo el sentido de la palabra: desde lo que se aprende en forma automotivada, lo que se lee, cualquier tipo de aprendizaje que un individuo pueda ir desarrollando a lo largo de su vida.

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Columnas y artículos

¿Cenicienta está agónica?

Mis fantasías infantiles nunca me dieron para pensar en una versión agónica de Cenicienta. Sin embargo, la  organización Canadiense  Literacy  Foundation pensó en ello y más:  pronosticó que,  al no haber  más niños leyendo, la imaginación iría extinguiéndose a tal punto, que los clásicos de los cuentos infantiles estarían agónicos.

 

La campaña queda expuesta, en toda su crudeza, en el video “The Gift of Reading” (El regalo de leer”) y es una de las tantas iniciativas que, a nivel nacional e internacional, promueven la lectura entre niños y jóvenes. En Chile  hemos tenido campañas  del Gobierno  “Yo Leo” y  también de privados  “La lectura al alcance de todos” “Si tu lees, ellos leen”, entre otras.

 

La problemática es simple: leer estimula la imaginación y mucho más. Pero, si nos guiamos por la últimaEncuesta Nacional de Consumo Cultural (CNCA e INE, 2004),  por los resultados del SIMCE(MINEDUC 2010)  y por  el estudio Chile y los Libros (Adimark, 2008) tal parece que en Chile estamos dejando morir a nuestra  Cenicienta criolla. Hay fundaciones, organismos públicos y privados que se ocupan del tema.

También contamos con una red de Bibliotecas a lo largo del país que está trabajando para fomentar la lectura en niños y adolescentes. Pero…¿Quién se ocupa de los jóvenes y de los adultos?, ¿es  que  acaso  no tenemos una Cenicienta 2.0,  una menos infantil pero igualmente efectiva?. Al parecer no la hay, porque se supone que cuando crecemos ya tenemos claros nuestros gustos, nadie nos obliga a leer y no tenemos que responder preguntas en los  controles de lectura. Como ocurre con otras cosas en la vida: debemos automotivarnos  como los adultos que somos.

En este sentido el panorama puede complicarse, porque se dice que quienes no acostumbran a leer desde pequeños,  siendo adultos es difícil que se aficionen por la lectura. Sin embargo, estudios recientes indican que de aplicarse los incentivos adecuados  sería posible despertar el interés y acercar a los jóvenes -y no tan jóvenes- a la lectura, estimulándolos a leer respecto a sus temas de interés de una forma mucho más personalizada.

Independiente de la edad, permanentemente estamos sujetos a una gran cantidad de estímulos informativos. Nuestro filtro permite discriminar qué información nos resulta más significativa, pero si a  veces leemos muy lentamente, o si tenemos algún tipo de dificultad para comprender  un texto en una sola lectura, o si nuestro vocabulario no es todo lo abundante que quisiéramos… entonces:  ¿Qué sacamos con pensar  si queremos un Ipad o un Kindle?. Podría ser un poco vano llevar la conversación a estratos más elevados si aún lidiamos con problemas básicos como sociedad, o si en nuestro fuero interno notamos que cojeamos en uno o varios de los aspectos descritos.

Ahora bien, cuando hablo de lectura, me refiero a la palabra en toda su extensión, no sólo al formato clásico. Los twitters,  post,  sitios web, el diario, las revistas, los mensajes de texto, los flyers, los afiches y cuanta cosa se nos pone delante de los ojos es leída y decodificada por nuestros cerebros curiosos. Se lee cuando hay un hábito, pero también se lee cuando hay necesidad de hacerlo…y nosotros necesitamos hacerlo todos los días, prácticamente a toda hora.

Para quienes no se sienten muy motivados a leer, hagan el experimento de ir a una librería (en Santiago y otras ciudades  han estado floreciendo más y mejores librerías) y “vitrineen”, revisen, husmeen, busquen libros  de los temas que les interesen. O pregúntenles a sus  amigos,  colegas,  pareja, familiares: ¿Qué has leído últimamente que me puedas recomendar?.

Les aseguro que si buscan y preguntan, su libro puede encontrarlos.

Si quieres conocer el spot de “The Gift of Reading”, puedes verlo en youtube: