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Autogestión y Redes de Trabajo

 

«Aquellos que han tenido más éxito en la historia de la humanidad (Napoleón, Da Vinci, Mozart) siempre han sabido manejarse a sí mismos: siempre han ejercido autogestión«

 

Panel sobre estrategias de comunicación en bibliotecas diversas: escolar, universitaria, pública y especializada
Durante el seminario hubo un panel sobre estrategias de comunicación en bibliotecas diversas: escolar, universitaria, pública y especializada

La frase fue acuñada por Peter Drucker  y se publicó el año 2005 en uno de los números de la revista Harvard Business Review. Es difícil autogestionarse y de paso «marketearse» para vender aquello que uno hace, especialmente si no ha habido formación y experiencia. Y se hace un poco más complicado aún si  se ofrece un servicio intangible, como en el caso  de las bibliotecas. Sin duda esto da pie a varios cuestionamientos, algunos de los cuales traté de resolver  el pasado lunes 27 como panelista en un seminario en el GAM  llamado «Estrategias Comunicacionales para Bibliotecas»  a la que fui invitada de parte del Sistema de Bibliotecas de la Universidad del Pacífico, entidad organizadora del evento.

El tema va más allá de la gestión, del marketing, de elementos asociados a la publicidad, la difusión y a las comunicaciones. Hay abundante bibliografía que nos pueden enseñar a delinear e ir desarrollando un plan de comunicaciones y una estrategia. Sin embargo, creo hay una estrategia infalible e ineludible en cuanto a comunicar al medio, los usuarios y los lectores: Definir en concreto quién soy,  y qué lugar ocupo dentro del medio en el que me desenvuelvo.

El planteamiento suena existencialista, y quizás no esté lejos de eso. Pero si no tengo claro que tipo de bibliotecario, gestor cultural, encargado o asistente de biblioteca soy, ¿de qué forma me comunicaré?. Claramente  las funciones son ligeramente similares en los puestos de trabajo, sin embargo la impronta y el estilo es personal es distinto. Lo mismo pasa con las bibliotecas, centros de documentación, archivos y cuanto lugar de trabajo haya relacionado con la lectura, la educación y la cultura. Cada uno tiene lo suyo.

Por ejemplo, en Chile hay alrededor de 438 bibliotecas públicas, y les aseguro que ninguna es igual a la otra, y no sólo por el aspecto geográfico o por el tipo de gente que las visita.  Hay una mezcla entre los usuarios, el personal que trabaja allí, la «onda» del lugar y varios aspectos subjetivos que hacen que ese lugar sea único e irrepetible. Desde ahí, desde ese entendimiento se pueden desarrollar proyectos que tengan más significancia y sentido de pertenencia para quienes se desenvuelven en él. Otra ventaja de detectar claramente el sello es que al estar frente a un tercero para conversar, informar y/o dar a conocer su trabajo en pos de formar una futura red, éste observará un gran convencimiento y seguridad.

Casi 150 personas llenaron la sala de BiblioGAM, espacio muy atractivo y cómodo para realizar estos eventos.
Casi 150 personas llenaron la sala de BiblioGAM, espacio muy atractivo y cómodo para realizar estos eventos.

Por eso, lo primero es determinar en qué tipo de lugar se desempeña y qué tipo de bibliotecario es. Para eso hay algunas preguntas claves:

  • ¿Qué diferencia mi trabajo del que ejercen mis colegas?
  • ¿Qué me interesa en particular lograr en esta biblioteca? y ¿Qué me interesa a nivel personal?
  • Si quisiera reconocimiento o valía de parte de los usuarios, ¿en qué me gustaría que se fijaran respecto a mí? ¿Con qué me gustaría que me asociaran?  Puede ser incluso por un detalle que a veces parece nimio o banal: por su vestimenta o aspecto físico. (al respecto me permito una breve anécdota: hace un año, conversando con una bibliotecaria escolar de un colegio en Finlandia, me señalaba que siempre usaba lápiz labial para atender en la biblioteca porque los niños y jóvenes debían verla rozagante y con buena cara para que tuviesen ganas de volver)
  • ¿Por qué me interesa -realmente- aprender a mejorar mis habilidades para comunicarme estratégicamente?
Es importante que eso esté claro, de otra forma cualquier plan que emprenda por comunicar su trabajo no tendrá sentido pues no sabrá qué es lo que exactamente quiere comunicar y adonde se dirige.

Luego están – y suena de perogrullo-  los infantables objetivos. Determine para qué quiere mejorar la estrategia comunicacional de su unidad o proyecto personal. Acá van algunos ejemplos que corresponden a proyectos de diferentes tipos de bibliotecas (universitaria, escolar, especializada, etc.):

  • Potenciar el rol de la biblioteca, transformándola en un Centro de Recurso para el Aprendizaje, ofreciendo una oferta variada de información con un enfoque tecnológico, desarrollando habilidades informacionales en los usuarios. Ver más información
  • Desarrollar el gusto, el hábito y las habilidades de lectura en toda la comunidad educativa. Ver más información.
  •  Convertir a las bibliotecas escolares en centros de recursos de aprendizaje abiertos y de fácil acceso para la comunidad educativa. Ver más información.
  • Acercar la lectura a zonas alejadas, principalmente rurales, que no cuentan con otros servicios de préstamos de libros. Ver más información.
  • Conocer e interpretar diferentes tipos de textos. Ver artículo al respecto.
  • Contribuir al fomento lector y escritor, siendo un actor destacado en la promoción de la lectura y escritura. Ver más información
  • Implementar un modelo formal de participación comunitaria, que permita apoyar la gestión de la biblioteca.Ver más información

En tercer lugar, determine si hay algunos grupos de usuarios a quienes desee mandarle un mensaje distinto, sectorícelos de acuerdo a sus características. Piense qué los diferencia. En una biblioteca escolar, por ejemplo, claramente los estudiantes se diferencian por curso. Pero si uno va más allá pueden diferenciarse por los que van a la biblioteca y aquellos que no. Y entre los que van se pueden diferenciar por el uso que le dan a este servicio: algunos pueden ir sólo a jugar o usar el computador, otros a buscar libros para hacer tareas, otros a buscar libros porque les gusta leer. Determine qué diferencia a sus usuarios y busque los patrones de conducta que hay en ello.

Casi al fin de la jornada hubo algunos regalos para los asistentes: libros y el premio mayor: un Kindle
Casi al fin de la jornada hubo algunos regalos para los asistentes: libros ad-hoc al tema del seminario y el gran premio final: un Kindle
La autogestión no se remite solamente al trabajo de un equipo, también una persona puede autogestionarse de forma tal de desarrollar sus metas personales en función de quién es, qué le interesa y de qué forma quiere vincularse con su medio. De esa forma podrá buscar formas de financiamiento ya que es el medio el que alimenta de ideas, contactos y nexos para ver distintas alternativas para mantener en pie y desarrollar el proyecto o propuesta de trabajo.  El tema del financiamiento es de suma importancia y se presta para un futuro post. Por ahora, abocándonos a las redes de trabajo que devienen de la autogestión debo señalar que éstas no se pueden si no hay una base de trabajo que presentar a la contraparte con quien se quiere establecer el nexo. Y ese «algo» hable de usted y de su línea de desarrollo.  Como se señalaba anteriormente, el análisis de quién soy (a nivel de emprendedor personal, grupal o institucional) va en la línea de preguntarse cosas tan simples como: ¿A quién pueden interesarle mis ventajas competitivas?; ¿Qué propuestas puedo hacer?. y de ese cuestionamiento interno surge el que se contraresta con el externo: ¿Qué tiene el  medio que me interese?; ¿Estoy al tanto de lo que pasa y de la forma como se desarrolla mi área de trabajo en mi país y  el extranjero?

Naturalmente la autogestión debe ir acompañada de la constante lectura y revisión de fuentes (pueden ser sitios web, blogs, revistas, libros técnicos, etc) que nos mantengan al día en lo que nos interesa. Sabemos que todos los días el conocimiento se renueva, y en materia de gestión de información, también de lectura y bibliotecas están pasando muchas cosas en Chile y el mundo, por lo tanto una condición para la autogestión es estar informado. Existen varias herramientas para ello, personalmente uso y recomiendo el servicio de alertas de google lo cual más tarde optimicé gracias a google reader que me permite estar ordenada en cuanto a lo que me interesa. También utilizo pocket  como reservar la lectura de sitios web, dropbox para trabajar en equipo y  los últimos meses me he obsesionado con Evernote, una aplicación que uso para recordar todo  lo que tengo que hacer y mantener en mi memoria. Todas las  he ido descubriendo por necesidad, con el paso de tiempo.

Las redes de trabajo se asocian con múltiples conceptos.
Las redes de trabajo se asocian con múltiples conceptos.
Una red de trabajo no es una alianza ni un convenio. Por lo general éstos son más acotados, se ciñen a parámetros establecidos por las partes. La red de trabajo es un plan a largo plazo, implica estrecharse las manos con su contraparte y comprometerse a que se desarrollará un trabajo conjunto en alguna(s) área(s) que los comprometan, y que tambien se colaborará en otras en las que quizás no haya vinculación directa.  Tras establecer una red tiene que haber un cultivo permanente y estar siempre atento: el otro debe sentir que usted está cerca aunque no necesariamente estén reuniéndose o hablando en forma frecuente.
Cabe hacer notar que hay que invertir tiempo, creatividad y esfuerzos en formar redes de trabajo. Por ello, hay que pensar a largo plazo, siempre. A corto plazo puede que no se vea tanta conveniencia o provecho, por eso el fin último no debe perderse de vista. Y si no está dispuesto a que a veces hay que ceder, negociar o quedar en segundo plano,  entonces es mejor que no arme redes de trabajo.
La presentación completa de esta charla se realizó el lunes 27 de agosto en el Centro Cultural GAM en el marco del Seminario de Estrategias Comunicacionales para Bibliotecas Puede descargar la presentación en PDF, haciendo click aquí.

 

 

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¿Ratón de Librería?

Este artículo fue publicado originalmente en revista Caras
Este artículo fue publicado originalmente en revista Caras

Una librería no es sólo un lugar donde se venden libros. Hace rato que no. Debe ser, también, un espacio aparte, Un mundo nuevo, donde uno se esconde del ruido, del calor de la ciudad, y se sumerge en las fantasías de otros. Para pasarla mejor. ¿Mucho pedir?

Me lanzo a la calle y me siento turista mirando librerías. ¿Cuál será la mejor? ¿La más grande, la más exclusiva, la más taquillera? ¿La que tiene la mejor vitrina, mejor estante o mejor atención? Depende del gusto, por cierto, y yo prefiero ésas que permiten que uno se olvide del trajín exterior. Porque Santiago arde, aturde, sofoca.

Claro que nada de eso se nota en el Drugstore, la manzana con más libros por metro cuadrado de Chile y punto de partida de nuestro recorrido. En el segundo piso de la librería Takk, por ejemplo, encontramos un mundo paralelo, sicodélico, con peluches que resguardan los estantes repletos de títulos para niños, incluyendo a Oliver Jeffers y sus ilustraciones, bellezas como Perdido y encontrado, Cómo atrapar una estrella, El corazón y la botella. Asumamos: no hay que ser niño para leer a Jeffers y perderse en esas historias que tienen tanto de verdad como de melancolía. Aquí hay, además, un estante sólo para novela gráfica y un cómodo sillón para sentarse a hojear sin ser molestado. Abajo, el primer piso ofrece lo tradicional: las novedades literarias del mes y el que promete ser el best seller del verano según el librero: El prisionero del cielo, de Carlos Ruiz Zafón.

Más allá, en la Feria Chilena del Libro, el aire acondicionado está a full. El local fue remodelado hace poco, así que ahora tiene más estantes, menos mesones, y predomina el color negro. Pero el catálogo sigue siendo más o menos el mismo: en vitrina, los títulos que figuran en rankings, algunas novedades como Rumble —la novela de la dibujante de historietas Maitena Burundarena—, y un mesón completo de novela histórica, incluyendo a HHhH, de Laurent Binet, que mezcla hechos verídicos de la Segunda Guerra Mundial con el diario de investigación del autor. Pese a la diversidad, es imposible encontrar, por ejemplo, a Guadalupe Nettel, la prestigiosa autora mexicana (el librero no tiene idea). Ahí está el peor defecto de las cadenas de librerías: el profundo desconocimiento de la escena literaria, nacional y extranjera, por parte de los que atienden. Y Guadalupe Nettel no es una excentricidad, ha aparecido en diarios, revistas, en secciones de cultura. No espere una aventura: las librerías de cadenas no le darán sorpresas.

La librería Que Leo, en Providencia, destaca por el conocimiento y experiencia de quienes atienden. Fácil y certeramente pueden sugerir libros que ellos mismos han leído.
La librería Que Leo, en Providencia, destaca por el conocimiento y experiencia de quienes atienden. De forma muy certera pueden sugerir libros que ellos mismos han leído.

Qué Leo es distinto. En Providencia con Las Urbinas, que tiene la virtud del boliche de barrio: atendida por su propio dueño (o por gente que lo parece), aquí siempre es posible ver a Juan Carlos Fau orientando a ese hijo pródigo en que se ha convertido el cliente de librerías. No hay asco por el best seller, que convive de lo más bien con títulos más escogidos y con la producción de la casa, porque Qué Leo ya es una factoría con marca registrada. Convertidos en editorial —Los libros que leo—, Fau & Cía acaban de publicar Citas de cine, de la periodista Lídice Varas, un registro de frases para el bronce dichas por algún personaje de película. Aquí sí conocen a Guadalupe Nettel, pero no la tienen. “Nada de la mexicana”, dice Fau. Días antes de Navidad allí mismo pregunté por Christopher Hitchens, el ensayista británico. “Se murió, ¿sabías?”, me contestó, divertido y macabro, otro librero, calvo igual que Fau. “Por lo mismo se convirtió en mi regalo navideño ideal”, le insistí. Tenían dos títulos, Amor, pobreza y guerra, un libro de ensayos, y Hitch-22, sus memorias. Yo buscaba Dios no es bueno o Dios no existe, pero ambos estaban agotados. “No te preocupes”, me consoló el calvo, “él siempre llega a la misma conclusión”. Un hombre que sabe porque lee los libros que vende.

En Ulises y Nueva Altamira, buena parte de lo que hay es importado (por eso sus precios). En esta última, la mayoría del catálogo es Anagrama y encuentro, por fin, a Guadalupe Nettel con sus tres libros: El huésped, Pétalos y otras historias incómodas, y su última novela, El cuerpo en que nací. Ni aquí ni en Ulises hay mucho espacio como para que el lector se quede y haga su degustación solitaria, pero quien llega a estas librerías generalmente sabe lo que busca y sabe que lo encontrará.

Abajo, en el subsuelo, la reina sigue siendo Contrapunto, donde abundan los títulos de arte, diseño, publicidad. El lugar es bonito, confortable y tiene buen espacio para la lectura, pero el chileno todavía es tímido, le cuesta sentarse en el sillón a mirar libros sin compromiso de compra como lo hacen en Buenos Aires, donde antes de llevárselos para la casa la gente devora volúmenes completos (incluso algunos beben café, porque allá además del sillón tienen cafetería y pastelillos y tantos años que nos llevan de ventaja). Aquí, escondidos del ruido de la calle como si fuera un búnker con estilo, puede tomar alguno de los libros de Taschen (como 1000 Record Covers) y dar gracias por perder el tiempo.
Mi paseo de turista continúa por el centro de Santiago, donde el circuito de librerías se renovó en 2011. Si uno visita el GAM después de haber conocido el Edificio Diego Portales, es irremediable pensar que el incendio que consumió el lugar fue lo mejor que le pudo haber pasado..

Interior de la Librería LEA+, en el GAM
Interior de la Librería LEA+, en el GAM

El GAM es un privilegio y la librería LEA+, que aloja aquí con un catálogo exclusivamente nacional: es posible encontrar ediciones descontinuadas, últimas copias de libros que nunca más se distribuyeron. Esta librería goza de la buena salud de un lugar nuevo; han tenido la consideración de disponer sillas y mesas para que el lector repose y lea.
Apenas unas cuadras más allá, en el barrio Lastarria, conviven las librerías con las tiendas y los restoranes del nuevo-viejo barrio de moda. Lo nuevo: la librería Ulises abrió una sucursal elegante, con un espejo en el techo que multiplica la sensación de estar rodeado de obras. Bonito lugar que recoge la tendencia de las librerías nuevas, con una gran mesa redonda para que los lectores tomen, revisen, le pierdan el miedo a tocar los libros antes de comprarlos. Me topo con un grupo de extranjeros que hace un city tour por Santiago. Habría que recomendarles Formas de volver a casa, de Alejandro Zambra, esa novela ochentera que es lo mejor que ha escrito el autor y que permite entender tanto del Chile reciente. Otra buena noticia para el barrio y para Ulises: la atención es buena. Nunca hay que asumirlo como obviedad.

El espacio y la infraestructura juegan un rol importante en la librería Ulises, de barrio Lastarria
El espacio y la infraestructura juegan un rol importante en la librería Ulises, de barrio Lastarria

Casi al frente está Refundar Alejandría, local pequeño donde abundan la filosofía, el ensayo, los libros sobre sexualidad. La remodelaron también el año pasado. Ocuparon bien el espacio y la madera de sus estantes hace de éste un sitio perfecto para bucear entre páginas.

La reina del barrio sigue siendo Metales Pesados, con esa buena costumbre de contar con su dueño allí, leyendo, dispuesto a orientar. Es un lujo especialmente porque trae a Chile títulos de pequeñas editoriales españolas y mexicanas. Ahí está la mano de Sergio Parra, lo que asegura que encontraremos lo que no se pilla en ningún otro lado.
En Merced, en el corazón del barrio, cerca del Teatro La Comedia y de las tiendas de ropa, sobrevive El Cid, con sus libros usados donde con suerte y empeño es posible encontrar joyitas: la primera y única edición de McOndo, de la dupla Fuguet/Gómez, el perfil que le hizo Tito Mundt a Charles de Gaulle y una edición muy antigua de El juguete rabioso, de Roberto Arlt. El mundo se detuvo en estos mesones.
El fin de viaje es otra sucursal de la Feria Chilena del Libro, que hace una gran apuesta al trasladar unas cuadras el local que por años tuvo en Huérfanos. Tiene más estantes y menos mesones, un espacio amplio donde dispusieron mesas y sillas y hasta un sillón para los clientes-lectores. Eso sí, el catálogo es el mismo, con algunos pecados: libros como Alexis. El camino de un crack, entre los más vendidos de no ficción, estaba ubicado en una estantería altísima, imposible de acceder sin escalera. Son detalles como esos los que le restan puntos para obtener el cetro a la mejor librería. ¿Quién se queda con el título? Haga su tour y juzgue.

Artículo publicado originalmente por Marcela Escobar en la Revista Caras 

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Jennifer King: «Están sucediendo muchas cosas en torno a la promoción de la lectura en Chile»

Jennifer King
Jennifer King, Directora de las revistas

Comenté en un post anterior respecto a los jóvenes lectores y las teorías que circundan en torno a sus hábitos de lectura: como por ejemplo el hecho que leen poco y que se dejan llevar por el chat, el celular, internet, los videojuegos y otros distractores  que podrían atentar contra su interés por los libros.  En Chile existe una revista dedicada exclusivamente al fomento lector juvenil. Por eso, adelanté en aquel post, parte de la entrevista que realicé a  Jennifer King, Comunicadora Visual de la University of Minnesota y directora de las revistas Había una Vez y Mini revista Digital JiL. Profesora en la Escuela de diseño de la Universidad Diego Portales desde 1995 y además directora de la pequeña editorial de libros no-ficción Confín Ediciones.

Ahora les presento la entrevista completa para que conocer la forma como se han gestado los proyectos editoriales que se la juegan por el fomento lector desde una tribuna distinta.


 

Jennifer, si partimos hablando del fomento lector en general.  ¿Cuál es el rol que debieran cumplir los mediadores de la lectura en un plan de fomento? ¿Y qué tipo de lectura crees que se debiera promover?

«Los planes de fomento lector no son mi especialidad y no tengo experiencia al respecto. Sin embargo, aplicando mi lógica y el roce constante que tengo con el rubro, me parece que hay que abrirles puertas a los jóvenes y niños. No se debe tratar de seguir insistiendo con los textos  clásicos (por el sólo hecho de ser clásicos de alguna forma se llegará a ellos). Yo me salté varios de chica y no los leí, al cambiarme tanto de países. Hoy tengo más curiosidad y he llegado a ellos con más conocimiento quizás, casi como lectura obligada para poder conversar, es cultura general.

Son pocas las librerías que tienen sectores cómodos para que los niños escojan sus libros
Son pocas las librerías que tienen sectores cómodos para que los niños escojan sus libros. Esta fotografía corresponde al Outlet Book en Providencia.

Yo confío que la mayoría de las personas quieren ser cultas en alguna etapa de sus vidas. Para abrir esa puerta hay muchos tipos y géneros de libros que sirven. Los debemos conocer. Pero no evitaría ninguno. Es tarea de los profes y bibliotecarios estar al tanto de las novedades,  las tendencias, la no-ficción tanto como la ficción, porque ambos abren puertas según el tipo de inteligencia que maneje el lector en cuestión. Creo fehacientemente que cada niño es distinto y necesita un libro distinto. Por eso me indigna que te pregunten la edad del niño en las librerías y no los intereses, o el ultimo libro que le gustó; es un error garrafal. También creo que las revistas, en el segmento juvenil infantil tienen un tremendo potencial y que son desaprovechadas. Hay muchas revistas juveniles y son relativamente baratas (más que un libro), pero son todas –a primera vista– del mismo tema y parecidas, cayendo en un estereotipo tremendo y relacionadas más con las mujeres. Como ves hay mucho trabajo por hacer y muchas oportunidades. ¡Me pone ansiosa sentir que no hay suficiente tiempo para desarrollarlas todas!

Y ahora, cambiando de tema y comentando respecto a las revistas.¿De qué forma se gestó el desarrollo de las revistas «Había Una Vez» y «JIL» (Literatura Infantil y Juvenil, con las siglas al revés)?

«Hay una sinergia clara que conduce al levantamiento de ambas revistas,  y un aprendizaje previo que cataliza en su desarrollo. Antes del 2005 Carmen Paz Hernández, Rebeca Domínguez y María Paz Grafulic, las directoras de la Fundación Había una Vez, venían del enorme proyecto de la librería del mismo nombre, gracias a lo cual conocían el mercado, las editoriales, los libros, las posibilidades, lo vasto de ese mundo que no se conocía tanto en Chile, o no se daba a conocer de la mejor forma. Posteriormente, con la Fundación que ellas desarrollaron comenzaron a perfeccionarse y aprender  cada vez más, trabajando en terreno, viajando a ferias, recogiendo información desde las comunidades, trabajando con corporaciones educacionales importantes y conociendo todas las novedades de las editoriales para el catálogo bibliográfico. Y es en ese momento, con todo ese acopio de información, cuando deciden jugársela con una revista. Yo había tenido varios acercamientos a las Directoras gestionando y diseñando  algunos proyectos editoriales que hicimos en conjunto cuando me pidieron que dirigiera el diseño y producción de la revista trimestral que estaban armando. Hoy, años después, seguimos siendo un equipo pequeño y esforzado, muy satisfecho con los avances y las posibilidades que nos ofrece la nueva plataforma digital -las revistas se ofrecen hoy en línea, para descarga gratuita-para poder llegar a cada vez más personas y beneficiar a muchas más ya que la revista se distribuye en forma gratuita.»

¿Cómo percibes que está el medio en Chile respecto al fomento lector?

Hay diversas iniciativas impulsadas por sectores públicos y privados. En la foto, el Biblióvil en Combarbalá
Hay diversas iniciativas impulsadas por sectores públicos y privados. En la foto, el Bibliomóvil en Combarbalá

«Están sucediendo muchas cosas en torno a la  promoción de la lectura y los libros en Chile. Iniciativas tanto en forma independiente como masiva. Me refiero a campañas de fomento lector, lanzamiento de revistas comunitarias, trabajos municipales y en centros lectores. También se han abierto paso los clubes de lectura, blogs de literatura y libros, ferias de libros en colegios, e iniciativas lectoras de diversa índole. A ello se suman la capacitación en talleres literarios, diplomados en temas tales como lectura infantil y juvenil, mediadores de lectura, o en  talleres de ilustración, etc. Sin embargo, con todo esto en marcha, no percibo que haya mucha comunicación o que se brinde la instancia para compartir experiencias, recomendar buenas prácticas, compartir metodologías o mostrar iniciativas exitosas. Eso no se observa en el medio.  La idea es consolidar el conocimiento en un solo lugar, catalizarlo, lo cual sin duda sería un beneficio  enorme para quienes trabajan en este medio. Siento que desde mi experiencia y profesión, lo mejor que puedo hacer para fomentar la lectura es en mi rol como comunicadora y en lo que me he formado más fuertemente: en edición y haciendo revistas.  Me apasiona el tema.»

Inicialmente partieron con la revista «Había Una Vez» en formato impreso, a la cual había que suscribirse . Fue un vuelco bastante grande pasar de eso, a un formato digital, y además completamente gratuito.  Cuéntame un poco de ese cambio.

«Es que hay una especie de boom en el tema literatura infantil juvenil en el mundo. Está muy organizado el rubro y era un momento que había que aprovechar.  Por lo mismo ha sido un buen momento para lanzar una revista de libros y literatura infantil-juvenil. No digo que ha sido fácil. El cambio  radical de pasar de formato impreso a digital nos salvó de la extinción. Sin embargo ya logramos financiar por completo el proyecto de las revistas. Eso obedece a que la calidad del contenido es notable. Nuesstras editoras han sido de lujo: primero estuvo María Teresa Ferrer -quien escribe actualmente  cuentos para niños, editada por SM- y hoy trabajamos con Bernardita Cruz, quien lleva la batuta y maneja la línea editorial y se ocupa además de tener un buen nivel de colaboradores.»

A pesar que sólo llevan dos números al aire, ¿han podido hacer alguna evaluación de la respuesta del público y de los auspiciadores?

«La revista ha sido exitosa (tuvimos más de 11.000 descargas de edición digital de otoño).  Esto revela un vacío en el mercado, y en ese sentido creemos que ha sido una oportunidad para las editoriales el poder impulsar y fomentar ante nuestro vasto público de lectores sus novedades y destacados. Es una plataforma, la única masiva en Chile disponible para –específicamente– difundir libros y lectura en niños y jóvenes.»

¿El fenómeno literario de los adolescentes marca la pauta para la revista JIL?

Índice primer número revista JIL
Índice del primer número revista JIL

«Después de una encuesta online que hicimos a nuestros lectores y cercanos (donde nos comentaron reiteradamente que necesitaban material concreto de promoción lectora para adolescentes) decidimos lanzar una revista para este grupo etario que promoviera la lectura de una forma «ondera». La idea era aprovechar  las plataformas digitales que están en boga, como  Facebook y  Twitter,    gracias a lo cual hemos logrado una mayor cercanía con nuestro público objetivo . Actualmente tenemos más de 3 mil amigos en Facebook, y el número va en ascenso.
La revista JIL ofrece temas entretenidos, de corte miscelánea,  editados especialmente para jóvenes desde 14 en adelante. A través de la revista presentamos una  una metodología novedosa de “cajoneras”. Éstas las inventé para que realmente fueran opcionales. La idea es que quien quiera profundizar algún tema tiene una oferta ahí mismo. Es una especie de ideario de libros alternativos y disponibles en el mercado, algunos de no-ficción incluso. El objetivo es ir entusiasmando con los libros y el conocimiento en general de una forma personalizada, al ritmo y gusto de los jóvenes. Se aleja de la propuesta de lectura complementaria que proponen los establecimientos educativos, entregando libros con cuchara de remedio, a la fuerza.»

«Proponemos desde literatura, novelas biografías, libros de ciencia con contenidos atractivos, novelas gráficas, etc. Mostramos lo nuevo y lo antiguo, además tenemos las secciones  «Dosis Clásicas» y «Dosis Actuales» que son extractos de «Puro Filete» de libros, como reza el nombre de esta sección (por ejemplo en el primer número estuvo «El gato negro» de Edgard Allan Poe).  Procuramos elegir la mejor parte de cada libro para realmente dejar «colgados» a los que lo lean, incitándolo a que lo busquen. Suena utópico, pero cada libro tiene momentos clímax o insinuantes, y los que no, quizás no son tan apropiados para los jóvenes de hoy. Los elegimos con pinzas y con la ayuda de las especialistas de la Fundación Había una Vez.»

Sección "Qué me recomiendas" de revista JIL
Sección «Qué me recomiendas» de revista JIL

Me parece una buena forma de llegar al público juvenil. ¿Hay alguna otra apuesta por acercarse a ellos?

«Eso no es todo, La JIL también tiene dos entrevistas a personajes conocidos, adolescentes donde revelan sus lecturas secretas y preferidas -por ejemplo en el último número está la actriz Denise Rosenthal, y en el número anterior la cantante Francisca Valenzuela- reflexionando acerca de sus hábitos lectores personales, entre otras preguntas de sus vidas en general. Y en otras secciones se ofrece tecnología de punta, lo soñado, lo último que podría tentar a un joven. En la sección » ¿Qué me recomiendas?» chicos  de diferentes colegios y Centros lectores del país reseñan y recomiendan –de un modo coloquial, en su propio lenguaje– los últimos libros que han leído. Hasta el momento hemos tenido ocho reseñas por número y queremos ir expandiendo el concepto a varias más. Para eso esperamos recibir colaboraciones desde cualquier parte. Vamos a estar sorteando tres libros por edición entre aquellos que sean seleccionados y tengan  sus reseñas publicadas en alguno de nuestros números.
No hay otra revista que busque ni ofrezca esto en la web.»

¿Qué opinas de las instancias de fomento lector para los adolescentes en Chile?

Son pocas las iniciativas lectoras para esta edad tan crítica del crecimiento, crítica en tantos sentidos: emocionales y lectores. Yo llevo seis años estudiando a los adolescentes y preadolescentes y trabajando en nichos de relevancia para ellos en mi taller de diseño de la FAAD/UDP, creando y analizando material, promoviendo los libros y la lectura desde la visualidad. Es una edad clave para tantas editoriales también, muchos de nuestros auspiciadores publicitan solo en la revista JIL. Por ejemplo: hace tiempo que hay un boom de sagas, los libros vienen en  dos o tres volúmenes, y el fanatismo de los jóvenes por seguir a sus personajes no conoce fronteras. Está lleno de blogs de literatura y libros administrados por adolescentes (en Chile hay más de treinta). Está lleno de fenómenos en la literatura juvenil hoy. La JIL no funcionaría si la posicionáramos como una revista de fomento lector para teens (adolescentes), es una revista digital descargable para teens (gratis). Tan bajo perfil lo quisimos dejar, que no definimos la sigla JIL tampoco (aunque los conocedores sabemos que es Literatura Infantil y Juvenil  al revés) e hicimos un concurso que dura hasta final de año para la mejor propuesta del título, ya que queremos que los propios lectores nos ayuden en ello. Ha sido divertido, hemos visto respuestas muy diversas.»

Y los jóvenes, ¿responden?

«Es interesante y muy movido el nicho joven, mueve masas, es un poco vertiginoso lo conectados que están los «lolos». Es muy medible y reaccionario, espero que les sigamos cayendo bien. Cada vez hay más novedades y se me ocurre que con la revista JIL vamos a vernos obligados a circular más frecuentemente en el corto plazo. El segmento no aguanta la periodicidad trimestral parece. Pero hay muchas metas por lograr aún, y la tecnología nos acompañará cada vez más, estamos atentas a eso también.»

Portada último número revista "Había Una Vez"
Portada último número revista «Había Una Vez»

 

¿Y  cómo atisbas el corto y mediano plazo para las revistas?

«El desafío ha sido evolutivo y lógico. Con la revista Había una Vez, nació de la necesidad del país y el mercado de reunir toda la información en torno al fomento lector. Antes, lo que veíamos eran iniciativas lectoras»disparando» para todas partes pero que no se daban a conocer (y se entiende, no hay casi presupuesto para hacerlas, menos para difundirlas). Hoy hay un medio consagrado, confiable y serio, dedicado a la Lectura infantil y juvenil con la misión de catalizar y difunidir esas iniciativas y conocimientos. La Revista JIL, la más reciente invención, nace de la necesidad que se detectó desde el feedback de los dos años de la Revista Había una Vez.

A la nueva era digital de la revista la hemos bautizado: Había una Vez para todos.  Tiene mucho por crecer y dar a conocer en todos los aspectos, pero hay que avanzar dentro de las posibilidades, y lentamente, para que sean pasos firmes.»

 

 

¿De qué  forma has articulado la edición de estas publicaciones con el desarrollo de tu proyecto VEOLEO y tu labor como editora de Confín Ediciones?

«Mi proyecto VEOLEO  -proyecto dirigido a jóvenes entre 10 y 14 años que fomenta la lectura a través de atractivos trailersde libros- se mantiene vigente prácticamente con piloto automático. Cuando lo inventé estaba segura que tenía que ser de esa forma por lo mucho que me absorbe el trabajo en la revista y mis clases en la universidad. Entonces eso no me preocupa mayormente. Ha dado tanto de qué hablar que las visitas se han mantenido relativamente parejas, y después de ganarnos el Fondo del Libro, en fomento a la lectura el año 2011, pudimos aumentar a 50 los trailers. Lo divertido es que hoy, tres años después, los trailers de libros existen, la mayoría de los bestsellers juveniles tienen trailer. Por esto, dada la contingencia, la etapa que vislumbro para VEOLEO ahora, en el mediano plazo, es una especie de recopilación del material más reciente –taquillero– levantado desde youtube y las editoriales directamente, reunido de forma organizada en el catálogo de VEOLEO. Es decir como un youtube de Book Trailers adolescentes; lo nuevo, lo cásico, todo. Eso no cuesta nada hacerlo y las editoriales estarán alucinadas, los colegios también. Lo tengo en mi lista de pendientes!…

Portada del sitio web
Portada del sitio web

Confín ediciones es mi pasión, y por lo mismo es lo que más lento va. Hacer un libro tiene muchísimas aristas y nuestra meta es no sacar más de uno o dos títulos al año. Tampoco queremos dejar de hacer nada de lo otro –tan importante para nosotras–. Con calma, sin saltarnos ninguna etapa, seguiremos editando. Las tres socias, María Paz Garafulic, Rebeca Domínguez y yo, no tenemos ningún apuro. Estamos editando la segunda parte del libro Universo: ciencia y ficción, que esperamos lanzar durante este año, si se «alinean las estrellas»; es una especie de volumen dos con estructura similar pero no exacta. Estamos evaluando una segunda edición de Universo1 ya que quedan muy pocos libros y se sigue vendiendo bastante, empezamos la traducción al inglés y posteriormente queremos empezar la programación de la aplicación interactiva para formato tablet. Tenemos vistas un par de co-ediciones siempre en la línea de no-ficción para jóvenes; además queremos  incursionar en la publicación de libros profesionales de  promoción de lectura, algunos títulos que están afuera y son «must«, sería bueno editarlos acá. Pero no me estresa. Si no se puede todavía no se puede, no pienso descuerarme y pasarlo mal con el tema.»

 

Portada del libro "El tío Octavio"
Portada del libro «El tío Octavio»

Pero ya has estado trabajando en publicaciones de libros…

Este año llevo dos libros álbum de mi edición publicados con Ocholibros, desde el taller en la UDP: «El tío Octavio» de Camila García y «Clandestinos» de Cristina Ortega (que no son de la línea Confín, pero que era importante editarlos). Son vivencias de niños (ficción) durante una dictadura (cualquiera), desde la cotidianeidad. Muy inocentes y simpáticos ambos libros, forman parte de la colección que se levantó para acunarlos, Hablemos de… muy relevante en la revisión de la historia reciente de Chile y muchos otros países de habla hispana. Es una colección que pone temas sobre la mesa. El año pasado asesoré la publicación de los libros infantiles de la colección Transbank, por segunda campaña consecutiva. Siempre hay tiempo para hacer lo que uno ama, en realidad. Esto es solo la punta del iceberg! Hay una lista larga de cosas activadas dando vueltas, se mueve la cosa.

 

Jennifer, agradezco mucho tu mirada multifacética e inquieta respecto al  fomento lector, y que nos contaras la historia que hay tras el desarrollo de estas revistas. Dicen que emprender no es fácil. Creo que al leer tu experiencia sin duda más de algún lector de Leamos Más se motivará y sacará algunas ideas para fomentar la lectura en su entorno.

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Columnas y artículos

Jóvenes y lectores

La música, los libros y el cine pueden ser grandes placeres para los jóvenes
La música, los libros y el cine pueden ser grandes placeres para los jóvenes

Sí, aunque usted no lo crea los jóvenes y adolescentes leen y mucho más de lo que se piensa. Comúnmente creemos lo contrario porque los estudios hablan de los bajos índices de lectura en la prueba PISA, en el SIMCE y en otras mediciones de esa índole. Claro, la competencia contra el libro es dura: pensamos que  el celular, la Wii, juegos de diversos tipos, internet, el chat, y otros distractores que  atentan contra el interés de los jóvenes por el libro. Pero en toda época y lugar, el libro ha sabido acomodarse a otros medios y plataformas: la radio, la televisión,  el cine,  los primeros juegos atari  y nintendo.  La lista de distractores y «embelecos» es larga. Pero, hay varias cosas a favor de la permanencia del libro en  manos juveniles. De muestra, un botón:

  1. Los jóvenes saben lo que les gusta, tiene claros sus intereses estilísticos, musicales, visuales, temáticos en general. Por eso tienen una mediana idea respecto a que temas de lectura les atrae, y no se dejan llevar por cualquier libro que pongan en sus manos. Primero tienen que sentirse atraídos por la trama para dejarse llevar por sus páginas.
  2. Les gusta compartir y conversar entre ellos de las cosas que hacen, lo que les interesa y lo que no les atrae tanto. El  estudio realizado en Bibliotecas públicas por un equipo de bibliotecarias liderado por Flor Toledo , titulado «El placer de la lectura.  Hábitos e intereses de niñas, niños y jóvenes entre 10 y 18 años»  revela  que los amigos son los primeros «líderes de opinión» de los jóvenes y las personas a quienes más validan a la hora de determinar que ropa usar, que música escuchar, que lugares visitar, y también qué leer.
  3. Tienen muchas inquietudes emocionales, las cuales no siempre saben como resolver. A veces no pueden expresarlas verbalmente, por lo que prefieren identificarse en la letra de una canción, a través de unos párrafos que escriben en su cuaderno, o en un personaje de alguna novela o un cuento. Muchas veces  la identificación con ciertas cualidades o historias de los personajes son un fuerte elemento motivador para leer. Sin duda recuerdan el fenómeno que se produjo con la saga «Crepúsculo» de la escritora  Stephenie Meyer. Miles de ejemplares fueron leídos por interesados adolescentes.

El problema es que los que estamos de la otra vereda -los adultos- hemos cometido varios errores al relacionar la lectura con niños y jóvenes. No nos sentimos satisfechos con darles a leer un libro por obligación para la prueba de lenguaje, sino que también nos arrogamos el derecho de creer qué es lo correcto a la hora de leer. ¿Leer es sólo lectura lineal de una novela? ¿Leo sólo cuando tengo un libro entre mis manos? Y si leo  material técnico, ¿no estoy remitiéndome  acto de leer, también?. Hay muchas formas de leer para un niño, un joven y para los adultos. Sin duda ese es un tema que da para mucho más que un mero párrafo en un post, pero lo abordo someramente sólo para señalar que han sido bastantes los mensajes equívocos que le hemos dado a los jóvenes. En algunas ocasiones me ha correspondido participar en estudios en los que se les ha preguntado a adolescentes de 16 ó 17 años: «¿Te consideras un buen lector?» ante lo cual responden: «no, sólo leo revistas y el diario. Y a veces, cuando un libro me interesa, entonces lo leo». Yo me considero una buena lectora, y sólo leo si un libro me interesa, no cuando me siento obligada a hacerlo. Desde ese punto de vista ese joven y yo tenemos algo en común.

 

Leyendo al estilo Teen

Los jóvenes suelen compartir sus aficiones: la lectura no es la excepción
Los jóvenes suelen compartir sus aficiones: la lectura no es la excepción

Sin duda las razones y formas en que los jóvenes se relacionan con la  lectura es un tema que da para varios post y estudios. Hay datos y cifras para acompañar la información. Por eso, siendo un tema tan interesante e importante me reservo el derecho de seguir tratándolo en futuros artículos. Sin embargo, esta  me parece una buena oportunidad para señalar que paulatinamente estamos comenzando a entender la relación que se establece entre los teens y la lectura. Prueba de ello es la nueva revista JIL, especializada en  fomento lector para jóvenes, ya que han sabido dirigirse a este grupo en su jerga, modismos, visualidad y estética.

Me cuenta Jennifer King -Directora de la revista – que lanzaron el proyecto porque  reiteradamente les solicitaban material concreto de promoción lectora para adolescentes, que tuviera contenidos  onderos. Aprovechando las plataformas digitales, Facebook, Twitter –muy usadas por los lenguajes teen actuales–  gracias a lo cual han llegado a más de 3.000 amigos. Por ejemplo, en twitter se declaran como «Mini revista donde encontrarás noticias de música, cómics, cine y vanguardia, y podrás descubrir aspectos poco conocidos de tus personajes favoritos.» Interesante planteamiento, ¿no?. Me interesó este tema, por eso le hice una entrevista a la Directora de la revista. Acá les presento un extracto como preámbulo al artículo completo.

Se piensa que fomentar la lectura entre adolescentes es difícil. ¿Cuál es el planteamiento de la revista en este sentido?

La revista JIL (en fotmato en línea, para descarga gratuita)  ofrece temas entretenidos de miscelánea editados especialmente para jóvenes de 14 o más años y a través de la revista presentamos una  una metodología novedosa de “cajoneras”. Esas fueron un invento mío,  para que realmente fueran opcionales pero interesantes, tentadoras. La idea es que quien quiera profundizar algún tema tiene una oferta ahí mismo. Es una especie de ideario de libros alternativos y disponibles en el mercado, muchos no-ficción, para entusiasmar con los libros y el conocimiento en general. Se aleja de la propuesta de lectura complementaria que proponen los establecimientos educativos, entregando libros con cuchara de remedio, a la fuerza.

¿Y qué hay del contenido? ¿cómo lo han hecho atractivo a ojos de quienes tienen 13 a 19 años?

Portada No. 2 de la revista
Portada No. 2 de la revista

La revista propone desde literatura, novelas hasta biografías y libros de ciencia interesantes, novelas gráficas; mostramos lo nuevo y lo antiguo, además tenemos las «Dosis Clásicas» y «Dosis Actuales» que son extractos de «puro filete» de libros, como dice su nombre, modernos y antiguos, consagrados. Procuramos elegir la mejor parte de cada libro para realmente dejar colgados a los que lo lean y que lo busquen. Suena utópico, pero cada libro tiene momentos clímax o insinuantes, y los que no, quizás no son tan apropiados para los jóvenes de hoy. El equipo editorial de la revista los elige con pinzas y con la ayuda de las especialistas de la Fundación Había una Vez.

Eso no es todo, La JIL también tiene dos entrevistas a personajes conocidos, adolescentes donde revelan sus lecturas secretas y preferidas, reflexionando acerca de sus hábitos lectores personales (sean buenos o malos) , entre otras preguntas de sus vidas en general. Y en otras secciones se ofrece tecnología de punta, lo soñado, lo último, con detalles de su composición y novedad. En ¿Qué me recomiendas? chicos  de diferentes colegios y Centros lectores del país, reseñan y recomiendan –en sus palabras– los últimos libros que han leído. Hasta el momento hemos tenido ocho reseñas por número y queremos expandir el concepto a varias páginas. Para eso esperamos recibir colaboraciones desde cualquier parte. Vamos a estar sorteando tres libros por edición entre aquellos a quienes se les publiquen sus reseñas.
No hay otra revista que busque ni ofrezca esto en la web.

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Placeres y Lectura

Conozca el Hotel Biblioteca

Una de las tantas salas de lectura del hotel
Una de las tantas salas de lectura del hotel

Se trata de un hotel boutique de lujo ubicado en Manhattan, Nueva York, Estados Unidos. El concepto del Library Hotel ( Hotel Biblioteca) se inspira en el sistema de clasificación decimal del conocido bibliotecario Melvin Dewey quien diseñó el sistema Dewey de clasificación  el año 1876. Créanlo o no, este sistema se sigue usando -modificaciones mediante- en las bibliotecas de todo el mundo hasta nuestros días. Por eso, y haciendo honor a este sistema, cada piso del hotel  hace honor a una de las diez categorías de las clasificaciones en que el señor Dewey registtpó cada una de las áreas del conocimiento. De tal manera que cada una de las 60 habitaciones está especialmente decorada con una colección de libros y arte que explora una temática, de acuerdo a la clase a la que pertenece el piso. Inusual, ¿cierto?

Desayuno continental con libros en la carta
Desayuno continental con libros en la carta

Por ejemplo, en el 2º piso está la Sala de lectura con vistas a Madison Avenue y Library Way. Aquí existe una oferta permanente todo el día y toda la noche de tés, cafés, galletas y frutas. También se sirven aquí el desayuno continental y las recepciones nocturnas con vino, quesos y crudités.

En el tercer piso están todas las materias dedicadas a ciencias sociales, leyes, economía, ciencia política, comunicaciones y otros temas relacionados. El cuarto piso, por su parte, alberga una gran colección de libros de diversas lenguas extranjeras, es así como los huespédes del hotel se encuentran con textos asiáticos, italianos, japoneses, rusos, eslávicos, germánicos,  etc.

En el quinto piso se dan cita los matemáticos , geólogos, astónomos y los interesados en las ciencias exactas. Para luego subir un piso más y encontrarse con las tecnologías, ciencias aplicadas, las finanzas, la informática, la medicina, el marketing, etc.

Las artes tienen su espacio en el séptimo, mientras que la literatura hace de las suyas en el octavo. El edificio continúa  sigue en el noveno piso con historia, en el décimo con conocimientos generales, el onceavo con filosofía y el doceavo con religión. Vaya viaje por el conocimiento, ¿no?

Comensales disfrutando en "La terraza del escritor"
Comensales disfrutando en «El jardín del poeta»

En la azotea se ofrece “La guarida del escritor” y el “El jardín del poeta”. En tanto seguro no dan ganas de salir del  piso 14º , pues hay una  sala con chimenea, un invernadero y una terraza con vistas a edificios de estilo arquitectónico tradicional neoyorquino. De noche, la azotea se transforma en el Bookmarks Lounge, un bar de moda que sirve tragos inspirados en la literatura. Para mí, sería un sueño hecho realidad beber uno de esos tragos.

Pero eso no es todo. Los huéspedes están invitados a relajarse para disfrutar de películas dela Biblioteca Americanade Cinematografía, periódicos y una biblioteca de más de seis mil libros. Ovbiamente hay WiFi en todo el hotel. Cada vez que se hace la habitación hay renovación de agua mineral y chocolates belgas. ¿Qué más pedir?

Se agradece la información de este artículo a la bibliotecaria y docente Consuelo Salas (en twitter @bibblioconsu) quien envió toda la información para su publicación.

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Book Lovers

Perdido -literalmente- en un laberinto de libros

Vista superior del laberinto de libros
Vista superior del laberinto de libros

Los artistas brasileños Marcos Saboya y Gualter Pupo hicieron realidad  la frase «perderse en un buen libro» ya que construyeron un enorme laberinto con 250.000 libros. Esta instalación artística, llamada aMAZEme será exhibida hasta el 26 de agosto en una muestra en el Southbank Centre, en Londres. Los artistas se inspiraron en el escritor argentino Jorge Luis Borges, por lo que el laberinto pretende recrear con su forma las huellas dactilares de Borges. Sin duda Saboya y Pupo rindieron un hermoso homenaje al escritor que un día señaló: «Siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de Biblioteca»

 

El hecho que esta magnífica instalación esté siendo exhibida en Londres no es casual, ya que se relaciona con los Juegos Olímpicos. Justamente el Festival de Londres  2012 -lugar donde se puede encontrar esta obra- es parte de las atracciones para turistas y fanáticos del deporte. Pero, volviendo al laberinto de libros, les puedo contar que su construcción demoró sólo 4 días, ya que se contó con la ayuda de voluntarios que se inscribieron previamente para participar de este trabajo.

Los niños hasta pueden correr por sus pasillos
Los niños hasta pueden correr por sus pasillos

La obra estuvo concluída el 31 de Julio, fecha a partir de la cual el público ha podido visitarla y jugar a perderse entre los libros. Pero eso no es todo, ya que dentro de esta masa de textos e información  los visitantes pueden encontrarse con algunas sorpresas, como por ejemplo: unas pantallas instaladas en los muros que despliegan imagenes de citas literarias y objetos artísticos asociados a la literatura. Adicionalmente, varios autores  están leyendo sus libros dentro del laberinto «añadiendo  vida al proyecto a través de la tradición oral» según acota  uno de los artistas que diseñó el trabajo.

Justamente, el objetivo de los artistas es que  los aventureros que se atrevan a entrar en este laberinto descubran nuevas texturas, imagenes y emociones mientras está inmerso en este mundo de libros. Por eso, al final de la exhibición, el público es invitado a llevarse consigo cualquiera de los libros -usado o nuevo- como recuerdo de esta inigualable aventura literaria.

Asómbrense con estas hermosas imagenes.

Ella es una escritora que lee al interior del laberinto, dispuesta a contar sus historias a los quienes transiten por él
Ella es una escritora que lee al interior del laberinto, dispuesta a contar sus historias a quienes transiten por él

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Naturalmente los niños se han visto muy motivados a recorres este grandioso laberinto
Naturalmente los niños se han visto muy motivados a recorres este grandioso lugar

 

 

 

 

 

 

El trabajo se hixo con todo tipo de libros: donaciones de textos usados, e incluso algunos nuevos
El trabajo se hizo con todo tipo de libros: donaciones de textos usados, e incluso algunos nuevos
Numerosos voluntarios trabajaron durante su construcción, que duró 4 días
Numerosos voluntarios trabajaron durante su construcción, que duró 4 días
Estupendas tomas superiores
Estupendas tomas superiores

 

 

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Columnas y artículos

Themo Lobos: «Lean, lean todo, hasta los boletos de micro»

Refiriéndose a su amor
Refiriéndose a su amor

Cuando niños, tal vez uno de los primeros ejercicios que nos va humanizando es dibujar. Comenzar a dar vida a una hoja blanca incluyendo rayas que se van disparando hacia todos lados como si fueran un torbellino. Luego de eso vendría un adulto a preguntarnos qué era lo que quisimos hacer y ahí ya comenzábamos a contar una historia. Una muy particular.

El pasado martes 24 de julio murió en la quinta región uno de los más grandes contadores de historias de nuestro país: Themo Lobos, creador de historietas como Ñeclito y Alaraco, y continuador de las aventuras de Mampato, personaje creado originalmente por Eduardo Armstrong y Oscar Vega. Todas ilustraciones que entretuvieron a miles de niños y adultos durante años y que se han ido entregando de generación en generación hasta el día de hoy.

Un ejercicio que va dejando enseñanzas, que va generando saberes, conocimientos y valores, como los que difundía Lobos a través de sus personajes.  Tal vez una de las más grandes fue la importancia de la curiosidad.Lean todo, hasta los boletos de micro. Lean, lean, porque eso les va a formar un acervo de conocimientos que va a hacer nacer ideas nuevas dijo una vez. Una máxima que hoy pareciera estar perdida entre la televisión y las grandes ofertas de una sociedad que va relegando y desechando lo fundamental, esa búsqueda que da forma a los descubrimientos, a las asociaciones y al lagar del cual se alimenta la creación.

Personajes de Mampato
Personajes de Mampato

vida es búsqueda dice Themo Lobos y eso hacían sus personajes apenas terminaban de desayunar o apenas salían de clases, así como Mampato, que no se quedaba con lo que le enseñaban en el liceo y de inmediato tomaba su cinto espacio/temporal para ir a la época en cuestión. Hoy, cuando la educación está en crisis, esa curiosidad se vuelve fundamental tanto de padres como de estudiantes para ir y buscar, por sí mismo qué es lo hace el mundo funcionar como lo hace actualmente.

La época de creación de Themo Lobos coincidió con la dictadura. El año 1978 se deja de publicar Mampato, tiempos en que también inicia la llegada de personajes extranjeros, que fueron dejando de lado a algunos de los populares nacionales. La raíz se va perdiendo y nosotros en esa oscuridad. “La historieta es un género que puede sugerir una serie de ideas prohibidas, sobre todo cuando hay una dictadura. Entonces, para no correr riesgos, eliminaron todas las revistas de historietas subiendo los costos de impresión. La gente al final prefería comprar un kilo de pan antes que una revista. Y era muy lógico. La dictadura acabó con la historieta” dijo Themo, criticando la situación del Chile de entonces y sus políticas con la libertad de prensa.

El dibujante en su escritorio
El dibujante en su escritorio

Hoy se habla de ilustración, de novelas gráficas, de realizadores  y se van especificando sentidos que sirven para contener esos torbellinos que tenemos dentro los humanos. Antes, sólo había revistas y dibujantes,  antes hubo hombres como Temístocles Lobos y revistas como Mampato, que no solo quería hablar a los niños desde un sentido paternalista, sino como quién recibe a alguien nuevo en el museo de la cultura y lo único que puede hacer s entregar esos fragmentos que aún vale la pena transmitir.

Por eso Mampato siempre es un niño que sale, que investiga y curiosea buscando la huella, buscando una marca que hacía que sus historias terminaran siempre defendiendo a aquellos que estaban en problemas o a los que estaban oprimidos, desenmascarando las injusticias que se toapaba en diferentes momentos en la historia de la humanidad. “¡A los jóvenes no se les puede quitar su derecho a criticar! El derecho de los jóvenes es ser inconformistas“, dijo Themo Lobos y eso estaba en sus historietas y eso leímos todos.