El artista canadiense Guy Laramee se había dedicado toda su vida a construir. Escribía obras de teatro, componía música contemporánea, diseñaba instrumentos musicales y era un enamorado de pintar cuadros, rodar vídeos o montar escenografías. El proceso de elaboración de sus creaciones siempre era por añadidura. «La escultura es distinto, es algo de restar, no de sumar», sugiere. Sus obras geográficas tridimensionales están hechas a base de quitarle trozos a los libros gruesos.
La manera en la que Laramee hace sus esculturas es un proceso de formación que pasa por la necesidad de deformar la obra que utiliza como material de trabajo, es decir, las encuadernaciones. Según afirma, su trabajo en 3D
«se origina con la idea de que el conocimiento último podría muy bien ser una erosión en lugar de una acumulación»
A él no le importa que sea una gran enciclopedia, un novela histórica o un montón de tomos apilados. Cuando interviene un libro, Laramee no está pensando precisamente en su contenido sino en las posibilidades que tiene su grueso para ser transformado, algo a lo que también denomina «aprendizaje». ¿Pueden unas páginas convertirse en la ciudad de Petra, en las Montañas Rocosas o en un valle nipón con edificación incluida?
«El proceso es largo, pero la parte más larga es alcanzar la inspiración», explica. «¿Qué libro?, ¿qué tipo de paisaje?, y sobre todo, ¿cuál será el espíritu de esa nueva pieza?».
Asegura que el hecho de quitarle trozos a los libros no es una tarea que se realice sin más, sino una cuestión de observar lo que esa pila de hojas le está pidiendo que haga.
Pone como ejemplo el día que iba a empezar una nueva serie de paisajes de montaña, cuando una desgracia en un viaje a Ecuador le tuvo postrado en la cama, donde se dedicó a leer La Caverna, de José Saramago. «Cambió toda la agenda. Cada proyecto dicta su medio», dice. «Siempre me había preguntado por qué las personas se sienten especialmente atraídas por mis pequeñas cavernas. Ahora lo sé. Mi trabajo en ese momento tenía que ser tallar una».
Confiesa que en comparación al resto de sus habilidades «la talla es un trabajo pesado». Para cada creación tarda un tiempo que va desde los tres días a los tres meses. Insiste sin embargo en que eso «no es nada en comparación con la gran angustia de saber qué hacer a continuación». Para lograr sacar las geo-formas que saca a los libros, Laramee tiene que utilizar herramientas que van desde cepillos y tenazas a cuchillas de motosierra adaptadas para cada ocasión. «No es fácil adaptar todo eso», asegura.
Aunque para nada ha abandonado las otras artes a las que se dedica, como la de escribir libros, dice que le gusta pasar largos ratos con este estilo de talla. Encontrar en un libro «el enfoque que quiere transmitirnos», según expresa el autor, nunca había sido una tarea intelectual tan físicamente trabajada.
En la antigua China aparecieron los rollos de papel y tejidos, también objetos artísticos que, además de cumplir una misión comunicativa, al mismo tiempo exploraban el objeto único. Más adelante, en el Medioevo, irrumpieron en el escenario de la cultura los grandes libros o libros de gran formato denominados códices.
“No soy un gran lector, pero amo los libros, lo que son como objeto físico» señala con convicción Edward Ruscha, destacado artista norteamericano cuya obra abarca la pintura, la fotografía y el grabado, siendo uno de los precursores del movimiento “Pop Art”.
De sus muchas obras, expuestas en las galerías más respetadas, destacan sus pinturas hiperrealistas de viejos volúmenes desgastados, como también reproducciones de libros abiertos de grandes dimensiones que despliegan hojas en blanco en las que se observa el deterioro producido por gusanos o agua.
Ruscha ha producido un importante número de libros, en ediciones de lujo limitadas, conteniendo su aguda mirada a temas de la vida cotidiana, objetos y lugares, contando con la colaboración de otros artistas y de editoriales privadas, innovando en el género de los “libros de arte”, normalmente para elites, consiguiendo algo barato, accesible y fácil de producir, al tiempo que se convertían en íconos del arte conceptual.
“Every Building on the Sunset Strip” editado por Ruscha en 1966 es un mítico libro para cuya realización montó una cámara en la parte trasera de un camión y recorrió la célebre Sunset Strip, de Los Ángeles (USA) fotografiando cada uno de los edificios. El libro, un gran desplegable impreso en blanco y negro a una sola cara, recogiendo las imágenes en dos estrechas bandas en la cabeza y el pie de la página y, como si se tratara de una tira de negativos, recoge las imágenes montadas unas junto a otras.
«El goleador es siempre el mejor poeta del año» Pier Paolo Pasolini
Se dice que entre fútbol y literatura hay una mala relación. Probablemente esta idea se inició en 1880, cuando el escritor británico Rudyard Kipling (1865-1936) despreció a ese deporte y a »las almas pequeñas que pueden ser saciadas por los embarrados idiotas que lo juegan». Jorge Luis Borges, dijo alguna vez que el fútbol era «una cosa estúpida de ingleses… Un deporte estéticamente feo: once jugadores contra once corriendo detrás de una pelota no son especialmente hermosos». Pero fue Pier Paolo Pasolini, gran poeta y cineasta, quien haya dado quizá la mejor y más hermosa definición: »El fútbol es un sistema de signos, por lo tanto es un lenguaje. Hay momentos que son puramente poéticos: se trata de los momentos de gol. Cada gol es siempre una invención, es siempre una subversión del código: es una ineluctabilidad, fulguración, estupor, irreversibilidad. Igual que la palabra poética. El goleador de un campeonato es siempre el mejor poeta del año. El fútbol que produce más goles es el más poético».
La figura peyorativa del literato en su niñez, nos plantea que éste era un ser marginado, de naturaleza introvertida, poco dado a los juegos rudos de grupo o al compañerismo, un bicho raro de la naturaleza que mataba las horas leyendo o edificando mundos imaginarios antes que jugando a la pelota. Quizás esa idea es la que lleva a pensar que, de adulto, el escritor es un jugador de fútbol fracasado, lo cual lo lleva a sentir desdén por algo que no logra conseguir.
¿Qué tiene en común el fútbol y la literatura?
Eduardo Sacheri, comentarista deportivo y escritor, señala que el fútbol y la literatura tienen en común el hecho de ser dos ámbitos de juego. Dos mundos dentro del mundo más básico y prosaico que habitamos. A eso agrega: «Cuando te pones a jugar un partido de fútbol, el mundo exterior verdaderamente desaparece. Del mismo modo, cuando lees un libro o cuando lo escribís, el mundo exterior a esa historia desaparece y el todo queda reducido a eso que hay dentro: esos personajes, esa tragedia o ese drama.»
Fomento Lector, dando puntapiés a la pelota
En argentina se lanzó la campaña «Cortitos y al Pie», la cual consiste en seleccionar cuentos y novelas en las que el eje es el fútbol. Estas lecturas son leídas en colegios y otros lugares de alta afluencia de público por jugadores de fútbol, de forma tal de lograr mayor interés. De eta forma, las anécdotas de la historia se mezclan con las reales que cada uno de los futbolistas comenta, tras la lectura. Leonardo Simoniello, Presidente del Consejo Municipal, comentó “nos pareció muy importante traer los relatos de escritores reconocidos y que hablan fundamentalmente del fútbol, del deporte, de la experiencia. Nos parece muy bueno que volvamos a tener aquella idea que existen los libros para leer, para disfrutar, para aprender, que nos cuentan historias muy ricas. Volver a leer también significa aprender palabras nuevas, saber que uno tiene que darse un tiempo para ciertas cosas como para leer. Leer renueva algunos aspectos del diálogo, si nosotros leemos enriquecemos nuestro lenguaje”. En Chile se hizo algo parecido, pero editando unlibro de cuentos al que titularon «El Fútbol también se lee»que ha sido publicitada en todo el país. En España, desde la Fundación Germán Sánchez Ruiperez, se presentó Fútbol club de lectura, desde el cual se analizan y discute el fenómeno sociológico del fútbol, haciendo hincapié en rescatar lo lúdico que tiene un juego que se ha convertido en un deporte tan profesionalizado, que además es un gran negocio. Volviendo a los países Latinoamericanos, en Perú armaron un grupo en Facebook llamado Pásala.Este grupo busca fortalece las destrezas de comprensión de lectura aprovechando el interés de los niños y niñas por el fútbol.
Bibliografía de Fútbol:
A continuación, Leamos Más te presenta una estupenda selección con la mejor bibliografía sobre el fútbol en Chile y el Mundo
1.- Soy del Colo.
Estéban Abarzúa. Lolita Ediciones. 2013
«Cuando chico, y después de entender lo que significaba, mi amor fue Colo-Colo. Después vino una primera novia, se fue y Colo-Colo estaba ahí. Hubo etapas posteriores, claro, me casé y tuve hijos y afectos que no se doblan, pero Colo-Colo sigue ahí, donde lo dejé la noche antes de irme a dormir, entre las tres cosas que un creyente jamás debería negar: Dios, su familia y su equipo de Fútbol. Lo demás es paisaje o eso que decía Francisco Huaiquipán de lo que está en segundo plano: arroz graneado»
«¿De dónde viene aquello que el mercado nos ofrece con tan persuasiva naturalidad? «Lo que más se vende al extranjero son los argentinos; los uruguayos son un producto en alza porque se adaptan a todas las condiciones y muchos también tienen pasaporte europeo, pero un brasileño todavía vale más que el resto.» Juan Pablo Meneses compró una vez un ternero. Ahora se plantea comprar un niño bien barato en América Latina y venderlo en Europa por mucho dinero. Pero este libro no habla de gastronomía ni de canibalismo, sino del capitalismo de los milagros. Sabemos que hay ternera en el súper y Messi en la tele, pero no nos preguntamos cómo han llegado hasta ahí.»
Este libro relata detalladamente la campaña que llevó a Chile al Mundial de Brasil 2014. Es un repaso partido a partido, nutrido con las estadísticas del caso y las voces de los protagonistas. También analiza el proceso considerando el final de la era Bielsa, el paso de Claudio Borghi como DT nacional y, finalmente, el cierre glorioso con Jorge Sampaoli. Pero además el autor retrocede en el tiempo para poner en perspectiva las cosas y rescatar la campaña de Chile en el Mundial de 1950, también realizado en Brasil, como la de Inglaterra 1966, la primera vez que, tras la copa jugada en Chile en 1962, nuestra selección estuvo presente en dos mundiales de modo consecutivo.
Son nueve relatos prologados por el argentino Eduardo Sacheri, connotado hincha de Independiente de Avellaneda, autor de varios relatos en torno a la pelota y guionista de Metegol, la película animada de Juan José Campanella.
En ellos el fútbol es un punto de partida para caminos diversos. Álvaro Bisama, por ejemplo, escribe sobre un hincha convencido de tener el número telefónico de Marcelo Bielsa, a quien le envía obsesivos mensajes de texto como “Te escribí un poema pero no pude mandártelo. Era como el avemaría pero salíaitú”.
Desde los orígenes pobres hasta la mayor gloria, pasando por cada una de sus muertes y sus respectivas resurrecciones, por las definiciones sobre sus amigos y sus enemigos, todo está relatado aquí por él, en primera persona, un Maradona íntegro y también íntimo. Es este Maradona que confiesa y que define sin reservas
Esperándolo a Tito y otros cuentos de fútbol es un clásico contemporáneo de la literatura futbolera. Desde su publicación, en el año 2000, el libro ha circulado de boca a boca, de mano en mano, hasta llegar a miles de lectores. El fenómeno no extraña a quienes aman el fútbol y saben que en cualquier cancha donde dos equipos se enfrentan hay en disputa mucho más que un resultado. Como dice Dolina, en el rectángulo de juego caben infinidad de episodios novelescos, algunos evidentes, otros más profundos y esenciales, como la amistad, el coraje, la solidaridad o la avaricia; las glorias y miserias del ser humano, en suma. Con la excusa del fútbol, Eduardo Sacheri consigue atrapar al lector e implicarlo emocionalmente con sus historias, en las que la recreación de la infancia y el barrio trasluce la vigencia de sentimientos universales como el honor, la lealtad y la pertenencia. Descargar en PDF
¿Es ésta la mejor novela contemporánea acerca de ser hincha de un club? Difícil responder, pero a estas alturas es indudable que se trata de un clásico, necesario de redescubrir y releer, ahora gracias a la edición que acaba de sacar Anagrama. La anécdota es tan simple que en ello radica la grandeza de esta novela, la mejor de Hornby. Autobiográfica, describe lo complicado que puede ser para un hombre mantener un triángulo amoroso con la mujer y el club de su vida.
Este libro reúne 20 cuentos y crónicas que recorren el país desentrañando sus diversas historias desde diferentes rincones y perspectivas, siempre con el fútbol como tema central. Descargar el PDF
Puedes comprobar cómo soñar con ser un gran futbolista está al alcance de cualquiera, la fama, los honores, el dinero pueden imaginarse fácilmente si uno cuenta con unas buenas cualidades como deportista y un buen grupo de amigos y familiares que lo apoyen. Esto le pasa al protagonista de este delicioso libro, aunque las ilustraciones que acompañan al texto, que él mismo nos relata, nos descubran, con ironía, que ser famoso no es tan fácil. Luces y sombras para un sueño de fama contado con unas divertidas ilustraciones que van mucho más de las palabras, aportando dinamismo y mucho humor al libro.
«…Un empate era una catástrofe para los brasileños y también para el equipo de fútbol más malo del mundo. Faltaban pocos segundos para terminar el encuentro y los brasileños, a pesar del afán, estaban seguros de que, dada su sapiencia, su brillante historial, la calidad de sus estrellas, harían fácilmente el gol que les daría el triunfo. El árbitro ordenó un saque de puerta a favor de Brasil.»
Es la obra más hilarante y desvergonzada jamás escrita sobre el balompié. Doscientas páginas donde se recopila extensamente toda la terminología futbolística, más de tres mil definiciones relacionadas con el balón y sus protagonistas cuyo único orden posible es el alfabético. Una obra de humor apta para todos los públicos donde casi nadie sale bien parado.
«El libro de Joannon —poeta, ensayista y traductor—comienza con sus recuerdos de infancia relacionados con el futbol; en las pichangas de barrio, donde en las formaciones de los equipos es determinante el cachipun, los arcos son imaginarios y el último gol gana. “Cuando los capitantes elegían jugadores para formar el equipo después del sorteo—escribe Joannon—, mi nombre aparecía hacia el final, pero nunca último; en rigor, justo antes de que se llegara a los declaradamente malos o problemáticos: comilones sin sentido de realidad, mocheros, descomprometidos que se mandaban a cambiar en cualquier momento, mandones no autorizados, presuntos cracks —insignes representantes del laucherismo estéril— que no hacían más que complicar las cosas”. El futbol es, para Joannon una excusa para recordar también su adolescencia: la revista erótica que circulaba en el curso, los primeros romances y su primer trabajo, pirateando juegos de Atari. Su presente como futbolista amateur está retratado con humor y suma frialdad en el último partido que jugó: “Di un espectáculo lamentable: no toqué la pelota. Había llegado, finalmente, el temido golpe de realidad, el viejazo anunciado por los aguafiestas que apenas salen de la universidad, mandan a hacer el anillo de compromiso y empiezan a juntar el pie para la casa. Por primera vez sentí que estaba haciendo un esfuerzo físico que no producía ningún resultado tangible”.
La Biblioteca Pública de Providencia (ubicada en plena Avda. Providencia) probablemente es de las más demandadas en la región Metropolitana. Basta con visitarla a fines de semestre -en plena temporada de exámenes- para darse cuenta cómo los usuarios se aglomeran esperando por un asiento en la escalera del histórico edificio que alguna vez fuera el mercado de abastos de la comuna. Un espacio que se renovó el año 1989, pero que desde siempre ha mantenido estrategias para acercar los libros y la lectura a miles de usuarios, partiendo por los 131.708 habitantes de la comuna. Un ejemplo de ello son sus tradicionales cafés literarios, que desde el año 2011 se complementan con unas pequeñas y originales sucursales: los Cafés Aire Libro. Es tanto el interés y curiosidad la que nos generó este sistema de mini café literario, que decidimos dedicarle la cuarta edición de las ya tradicionales Cápsulas Lectoras.
Los Cafés Aire Libro son módulos ubicados en plazas y parques de la comuna de Providencia, en los que se dispone una selección de libros y revistas para su préstamo, mesas y sillas que invitan a disfrutar leyendo, zona de libre acceso a wi-fi y, claro, humeante café. En total son cinco y se ubican estratégicamente en plazas y parques con alta afluencia de público, como plaza Las Lilas, el Parque de las Esculturas, Plaza Uruguay, Plaza Pedro de Valdivia y Plaza Chile España. Y son parte del sistema de Bibliotecas Públicas de la Municipalidad de Providencia, que incluye a la anteriormente nombrada Biblioteca Central, cuatro cafés literarios con sedes en calle Santa Isabel, Parque Bustamante, Parque Balmaceda y Bellavista, además de los Cafés Aire Libro, verdaderos satélites de lectura. Extender la red de acceso a la lectura y propiciar el encuentro con el libro es, quizá, el principal servicio de los Cafés Aire Libro, los que al tender puentes entre estanterías y vecinos proponen nuevas vías para que más personas se hagan socias de las Bibliotecas. El director del Sistema de Bibliotecas Públicas de Providencia, Waldo Carrasco, destacó a Lemos Más la utilidad de los datos que se obtienen cuando se trabaja en terreno: “Esto nos permite detectar el interés en distintos puntos de la comuna y si bien hay algunos Cafés al Aire Libro que llevan más tiempo y se han consolidado mejor, cada uno entrega señales de adónde hacer más y mejor inversión”, comenta.
El presupuesto anual para la compra de libros se distribuyen proporcionalmente a través de toda la red. La autonomía de cada Biblioteca depende de diversos factores, ya que si bien funcionan como un organismo centralizado, también hay algunas iniciativas que responden a inquietudes de los usuarios locales, lo cual flexibiliza y favorece la gestión. Este sistema no es nuevo, pero suma una serie de iniciativas que hacen de esta red de Bibliotecas Públicas ir un paso adelante en materia de servicios bibliotecarios en el país. El éxito de esta iniciativa ha sido notable. Tanto, que fueron los propios vecinos de la comuna quienes fueron solicitando más Cafés Aire Libro. Esta petición, sumada al hecho de analizar la demanda que estaban teniendo estas instalaciones de lectura, fueron parte del motor que permitió que este circuito lector siguiera creciendo. En la línea cuantitativa, los números hablan por si solos: en la plaza Las Lilas, entre enero y septiembre de 2013 fueron 9.153 los usuarios que se acercaron a pedir un libro, una revista o un café. Puede que el café no sea un servicio comparable con la lectura, pero si analizamos el hecho en detalle, quizás la misma persona que un día se tomó el café, regrese durante la semana a pedir un libro o una revista. En tanto, en la plaza Uruguay llegaron a 7.975 personas que visitaron y usaron el servicio.
Números que se suman significativamente al total de usuarios de la red de bibliotecas de Providencia, ya que en términos generales, más de 330 mil personas van y vienen a los estantes, mesones, cafeterías y utilizan todos los servicios y productos bibliotecarios que ofrece el sistema en la comuna. La idea de la extensión de las bibliotecas no sólo es territorial y eso es relevante, pues la labor de las bibliotecas también crece. Quizás es porque en Providencia éstas dependen del Departamento de Desarrollo Comunitario, y no de Cultura o Educación como sucede en otras comunas. Cuando a fines del año 2013 se inauguró el último Café Literario, llamado Centro Comunitario Bellavista en calle Constitución 85, el emplazamiento integró las necesidades de los vecinos al habilitar espacios útiles para su uso. La idea es que ocupen el lugar para realizar exposiciones, encuentros y también talleres. Todo con cientos de volúmenes disponibles para su consulta. Pero también han realizado cursos de medicina homeopática pensando en la gran cantidad de adultos mayores que habitan la zona. Eso parece ser uno de los principios que está rigiendo el Sistema de Bibliotecas Públicas de Providencia. Un ejemplo de comunicación con los usuarios en el siglo XXI, en que no sólo existe el libro de sugerencias, también que también están presentes en las redes sociales a través de Facebook, Twitter @BiblioProvi e incluso el canal BiblioProvi en Youtube.
¿Cómo funcionan los Cafés Aire Libro?
Existen tres modalidades para acceder a los libros. La primera es dejando el carnet de identidad mientras lees en el parque. La segunda opción permite el préstamo a domicilio. Para ello, debes inscribirte en la Red de Bibliotecas de Providencia, ya sea donando un libro nuevo o pagando la cuota anual, lo cual te da el derecho a aprovechar las distintas bibliotecas y cafés literarios del Sistema. Es importante destacar que estos cafés atienden los días sábado y domingo, e incluso los festivos. Algo inusual para los servicios de bibliotecas públicas o comunitarias. Sin duda un servicio que los habitantes de la comuna deben aprovechar. Si quieres conocer las direcciones, teléfonos y mails de contacto de los Cafés Aire Libro de Plaza Las Lilas, Parque las Esculturas, Plaza Uruguay, Plaza Pedro de Valdivia y Plaza Chile-España, revisa el sitio web con toda esta información. Galería de Imágenes (Sistema de Bibliotecas Públicas de Providencia)
Hace unos años vi la película «El Festín de Babette», la cual pronto descubriría que estaba basada en un cuento homónimo de la escritora dinamarquesa Isak Dinesen (pseudónimo de Karen Blixen). La película en cuestión me dejó muy impresionada, por el gran despliegue de platos y apetitosos manjares. Y no sólo eso: la preparación de los mismos implicaba incluso traer animales exóticos para sacrificarlos en honor a los invitados de Babette. Poco después leí el cuento (muy breve y distinto, en comparación con la película). Si alguno(a) de ustedes se tienta, puede leer «El Festín de Babette».
Lo más curioso de la historia culinaria de esta fiesta que da Babette, es que ella prácticamente no prueba bocado. Cocina, planea los platos, sirve diligentemente, y apenas come. La relación entre los personajes literarios y la comida da para plantearse cosas tan simples como el motivo oculto que tendría Babette para desplegar tanta energía con la comida y no animarse a comer, hasta la desesperación que hay entre el hambriento personaje de «El vaso de leche» en el cuento del Manuel Rojas.
Hace pocos días leí un artículo titulado «Los platos más famosos de la literatura». El artículo -que transcribo completo en este post, referenciando a su autora y fuente- me hicieron recordar el cuento de Isak Dinesen. No hay nada tan básico y natural para el ser humano y para los personajes literarios como la comida. Y aunque pareciera ser que los personajes no necesitan alimentarse, los escritores no están tan de acuerdo porque van delineando su carácter no sólo en sus diálogos y actos: también con aquello que comen.
Los Platos más famosos de la Literatura
«Desde un banquete de El Gran Gatsby hasta la miseria y hambre que pasaba el pobre Oliver Twist. Las comidas de cincuenta novelas de todos los tiempos son recreadas con mucho cuidado en un libro recién publicado.
“Tengo un gran apetito por los buenos libros y por la buena comida”, dice Dinah Fried. La diseñadora, que vive en Nueva York, encontró una forma muy creativa de combinar esas aficiones. “Usualmente me acuerdo de lo que comen los personajes en los libros”. A partir de eso se le ocurrió recrear esos platos tal como se los imaginaba mientras leía. Cocinó, diseñó y fotografió cinco y cuando les mostró el resultado a sus amigos y puso las imágenes en internet causó tanto entusiasmo que no pudo parar. “Rápidamente me vi bombardeada con solicitudes y sugerencias de familiares, amigos e incluso desconocidos”. El resultado es Fictitius Disheso Platos Ficticios, libro en el que muestra su visión de 50 comidas de novelas y que desde que fue publicado hace pocos días no ha parado de circular en los medios.»
Frecuentemente veo post dedicados a las bibliotecas más hermosas del mundo. Éstas destacan por su antigüedad, objetos clásicos, o por la infraestructura y labor de los arquitectos. Sin embargo, en mis constantes búsquedas de información e imágenes he estado encontrando otro tipo de bibliotecas. Son mucho más atípicas, con colecciones más pequeñas, se ubican en sectores más inusitados, y destacan por su vanguardismo e innovación. He aquí una primera selección de tres de estas bibliotecas en distintos países y para distintas funciones: una biblioteca particular, una comunitaria y otra educativa.
Panorama House, biblioteca particular en Corea del Sur
El Arquitecto Moon Hoon diseñó esta biblioteca para una casa particular, en la cual vive una familia con cuatro niños pequeños. Obviamente los libros, el cine, los juegos y la música son aspectos muy importantes para los habitantes de esta casa, ya que el arquitecto pensó en estos elementos al momento de diseñar el hogar, el cual tiene cuatro pisos unidos por una escalera central. El espacio tiene una gran biblioteca y un espacio multifuncional, formado por gradas, estantes empotrados, y un tobogán integrado. Esta espacio multifuncional está pensado como una zona de juegos, y también como el área de estudios y aprendizaje, todo al servicio de las necesidades e intereses de los pequeños habitantes de la casa. Esta ambivalencia donde la diversión se entrelaza con la cultura y el saber es espectacular, pues permite que nos niños no separen diversión de aprendizaje, y comprendan que todo puede tener lugar en un mismo espacio, cuidando que se haga en momentos distintos. Por eso los libros, por ejemplo, están a los lados del tobogán, completamente integrados a las actividades.
La Casa en el Árbol, biblioteca comunitaria en Londres:
Anunciado como un innovador proyecto comunitario diseñado con un programa diario de eventos culturales, que considera música, arte, conversatorios y actividades para niños. La Casa en el árbol en realidad consiste en 2 de estos domos, a los que se accede por una escalera. Su diseño trata de emular las clásicas e infantiles casas en el árbol para hacerlas más familiares a los visitantes, y para tratar de despertar la imaginación de niños y adultos de forma tal de motivarlos a explorar los objetos y libros que descubren.
El proyecto es liderado por los artistas y diseñadores Claudia Moseley y Steph Smith, quienes junto a un gran grupo de artistas (algunos conocidos y otros emergentes) trabajaron en forma colaborativa para crear este ambiente que llama a despertar la curiosidad intelectual y el amor por la naturaleza.
Si les interesa leer más sobre este proyecto, les dejo un artículo publicado en la revista Architects Journal.
Detalles de la Casa en el Árbol:
Una biblioteca educativa en un hotel en la Isla de Koh Kood, Tailandia
La tercera biblioteca de la lista se encuentra ubicada en el sofisticado Soneva Kori Resort. La biblioteca es parte de un Centro de Aprendizaje Educativo para los niños que se hospedan en el hotel. Este centro, además de tener un diseño espectacular, cuenta con un amplio rango de actividades para entretener a los pequeños turistas. La entretención no se basa sólo en juegos, canciones o bailes sino que más bien en aprendizaje. es así como tienen la biblioteca com muchos libros sobre la cultura local y tradiciones de la isla así como juegos para bebés y niños de diversas edades. También tienen un auditorio el cual sirve para ver películas, realizar charlas, lecturas animadas, representaciones, etc. La música no está ajena a la cartelera, ya que también hay una sala dedicada a la música y también una , una sala de arte una sala de música y una sala de moda. La idea es desarrollar la creatividad de los niños en relación a las artes, los juegos, el entretenimiento
El espacio está situado en una ladera rocosa cerca del mar. Se trata de una cúpula con forma de pez raya, encaramada en una posición elevada con el fin de ofrecer una magnífica vistas. La estructura y el techo están construidos en bambú siguiendo la tradición tailandesa local, contribuyendo así aún más el enfoque ecológico del complejo. El interior es de madera roja local y los elementos estructurales de las bóvedas interiores son de ratán. El refugio cuenta también con un habitáculo con forma de vaina en el que pueden dormir los más pequeños, un área de aseo, y una cocina con un huerto para que los niños puedan preparar su propia comida con un cocinero especial.
El diseño adopta todos los aspectos bioclimáticos necesarios para adaptarse a un entorno de clima tropical húmedo.
Variossitios webhan publicado artículos con fotos y detalles del hotel y de su Centro de Aprendizaje, en caso que quieras más información.
Dan ganas de leer en este centro educacional turístico
Existe un proyecto llamado «Placing Literature: where the books meet the map» cuya traducción es: «Ubicando la literatura: cuando los libros se encuentran en el mapa» desarrollado por dos ingleses, amantes de la literatura. Consiste en una base de datos disponible en un sito web con referencias a 1.500 obras literarias, a sus autores y a los lugares donde se contextualiza la trama. El sistema permite que los usuarios busquen por el autor del libro o por el lugar geográfico donde transcurrió la historia, tras lo cual se despliega una pequeña ficha con los datos del título que se haya inspirado en una determinada ciudad.
El objetivo de esta herramienta es conectar a los lectores con los lugares donde transcurren las historias sobre las cuales han leído alguna vez, o sobre las cuales quizás han querido leer y no han podido por falta de ganas, tiempo, etc. Bajo ese prisma, quizás este sistema les permita conocer un poco más de la zona donde transcurre la historia y gracias a lo cual tengan un empujoncito extra para, finalmente, tomar el libro y ponerse a leer.
Claramente los lugares en los cuales transcurre una narración (ficticia o no) son parte de la misma, y contribuyen a generar más emoción y sentimientos de alegría, suspenso, asombro, etc. según corresponda a la historia y los personajes. Por ejemplo, mientras escribo esto no puedo evitar pensar en «Elextraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde» (libro que leí a los 12 ó 13 años) y que está ambientado en las calles de Londres de fines del siglo XIX. Esa ambientación es completamente parte de la historia, y las huidas del señor Hyde por las calles adoquinadas, mal iluminadas por los faroles son parte del miedo que esa parte del relato infundía. Todo eso es parte de la historia de terror de de R. L. Stevenson.
Probablemente Andrew Bardin y Kathleen Colins -los creadores y responsables de este proyecto- captaron la necesidad de los amantes de literatura por tener más información respecto a los lugares donde transcurren las historias sobre las que leen en los libros. Y fue esa idea la que los inspiró a crear Placing Literature el año 2o13. Partieron con fondos de crowdsourcing (sistema colaborativo que entrega fondos a ideas sociales, culturales, artísticas) y han seguido gestionando su trabajo bajo este sistema. Andrew y Kathleen han comentado que quisieron destacar el valor de los lugares para el autor, y a su vez entregarle esa experiencia al lector respecto a la obra. Sin duda eso puede ser visto como la trama no escrita ¿no creen?
Placing Literature partió con 1.000 lugares referenciados con lecturas. Hoy han aumentado a 1.500 y siguen trabajando para que cada día sean cada día. Para eso cuentan con colaboradores de todo el mundo, quienes se animan a subir los datos de títulos literarios, sus autores, lugares donde transcurren y otros antecedentes generales como algunos monumentos, estatuas o símbolos reconocibles en la ciudad, los principales personajes y una breve descripción del libro (no más de dos líneas). También se deja un link a goodreads (otro sitio web) con una reseña más extensa. Imagino que ya habrán imaginado que está todo en inglés, ¿no? . Pues bien, eso puede ser una mala noticia si lo ven desde el lado vacío del vaso. O, una buena noticia si lo consideran como un aliciente más para ir aprendiendo un idioma que, sin duda, sirve para todo en esta vida. Además, las reseñas son breves y pueden incluso ayudar a practicar si están con ganas de aprender este lenguaje.
Las locaciones
París, Londres, Nueva York, Barcelona, Madrid, Berlín entre muchas otras ciudades son las localizaciones más frecuentes en las cuales transcurren los clásicos de la literatura. Por ahora sólo hay ciudades, y por lo general están ubicadas en Europa, o países del continente Americano como Canadá, Estados Unidos, Brasil, Venezuela, Colombia, Argentina, México. Desafortunadamente no hay ninguno localizado en Chile, a pesar de nuestra prolífera narrativa. Quizás es porque no hay participantes que hayan ingresado literatura chilena, ya que el proyecto requiere de colaboradores para ingresar nuevos títulos. Para ello, sólo hay que «logearse» con una cuenta de gmail para tener más libros y lugares por descubrir. A decir verdad, hay algunos aspectos por mejorar en el proyecto, ya que por ejemplo no queda del todo claro como se puede colaborar agregando títulos, ni hay imágenes que ilustren las locaciones donde transcurren las historias. Quizás eso es mucho pedir, ya que el sólo hecho de localizar en el mapa el lugar exacto donde transcurre la trama del libro es bastante. Pero como lectora ambiciosa, quisiera ver a futuro 1 ó 2 fotografías que me permitieran tener una mejor idea de como luce el lugar. Sin embargo, no quiero perder de vista que lo importante es que existen personas como Andrew Bardin y Kathleen Colins, quienes en poco más de un año han sacado adelante su proyecto y planean ir por más.
Si quedaste entusiamado(a) con esta base de datos literaria-geográfica, te recomiendo que visites el blog y el mapa literario de Placing Literature. Adelanto que hay otros sitios web que relacionan literatura con zonas geográficas, por lo que estaremos pendientes de revisarlos y contarles como funcionan en nuestros próximos post.
El 2005, un grupo de jóvenes motivados por las artes y la cultura fundó la BiblioVega. Como toda semilla, fue necesario de abono para germinar y asomarse a la luz. Parte de ese abono se tradujo, ese mismo año, en un Fondo de Cultura adjudicado a través del CNCA. Ese año se pudo implementar una parteconsiderable de la colección bibliográfica, y el sitio web. Hoy, el abono lo conforman los lectores y el entusiasmo de quienes siguen sacando adelante este proyecto que crece en medio de los pregones de los caseros de la Vega Central.
Este sábado 30 de Noviembre se cumplen 8 años de crecimiento y desarrollo de la biblioteca El Fruto de los Libros, iniciativa ubicada en un sector de La Vega, que busca promover el afán por la lectura entre los locatarios de esta feria y entre los clientes. La iniciativa actualmente está a cargo de Sebastián Santander (Bibliotecario Documentalista y Gestor Cultural ), Natalia Barraza ( Coordinadora de Administración y Gestión Cultural, también es Actriz y estudia un diplomado en Bibliotecas Públicas.), Aida Farfán (es la encargada de la BiblioVega. Trabaja además como Historiadora y Docente) , Yorka Sepúlveda (realiza trabajo voluntario en apoyo en Atención de Usuarios y en asesoramiento financiero ya que es contadora auditora) y Cecilia Ramallo ( voluntaria en atención de usuarios. Es Historiadora y Musicóloga.). De apoco, y durante estos años han pasado varios voluntarios, muchos usuarios y otros tantos interesados en colaborar al descubrir que dentro de la Vega Central, hay un árbol y que de sus ramas penden frutos, libros jugosos y de hojas verdes, sanos para la mente, y deliciosos para saborear con ávidos ojos de lectores.
A juicio de sus coordinadores, la BiblioVega busca «generar instancias de lectura y valoración del libro en lugares que habitualmente están desprovistos o alejados de centros culturales. Esto se logra manteniendo esta biblioteca comunitaria auto-gestionada»
La BiblioVega entonces, se perfila no solo como un espacio de transito de lecturas, tradición oral y lectores curiosos, sino también como la oportunidad para cubrir una necesidad no satisfecha: la de un público lector incipiente, el mismo que se se asoma para descubrir y descubrirse. Hay que considerar que esta biblioteca comunitaria puede ser, en muchos casos, la única para quienes habitan o trabajan y pasan casi todo el día en el sector de la Vega Central.
Ocho años aportando color con los libros
Actualmente no sólo cumplen con el servicio de préstamo de libros -tanto por días como por horas para ser leído o revisado en las instalaciones de la BiblioVega– , también han abierto a su comunidad de usuarios otras facilidades tales como alianzas con otras instituciones culturales de la comuna, un fondo bibliográfico actualizado a través de una constante revisión de novedades editoriales y de un minucioso trabajo de descarte de algunos de los libros que han resultado dañados producto del constante ir y venir entre las manos de los muchos lectores, gestionando canje y donación de nuevos libros con instituciones públicas y privadas, realizando actividades de extensión (esta celebración es una buena prueba de ello) así como Clubes de Lectura, Talleres de Alfabetización, Talleres de Escritura, Manualidades. La BiblioVega también se ha estado perfilando como un InfoCentro, ya que la gente que transita se acerca a la biblioteca a hacer variadas consultas que siempre son cordialmente recibidas Natalie Barraza, quien atiende diariamente.
Además de las bondades ya descritas, el Fruto de los Libros cuenta con otras ventajas
Un equipo de 5 profesionales, quienes trabajan en Bibliovega en forma ad-honorem, convencidos del éxito del proyecto, y en especial de la necesidad de tener este espacio de lectura en este sector de Santiago
Buena ubicación, ya que se encuentra en un lugar de alto tráfico
Más de 800 usuarios inscritos durante el último año, lectores activos quienes constantemente hacen uso del servicio de préstamo de la BiblioVega
Cercanía con la comunidad veguina
Ocho años de trayectoria y experiencioa
Fidelidad y constancia de los lectores inscritos
Respecto a los parroquianos de la BiblioVega, la gran mayoría son personas que llegan a la Vega en busca de sus víveres de consumo básico. A través de estos ocho años han convertido a la biblioteca en un lugar de encuentro para su consumo básicos de lectura, considerando a los locatarios del Fruto de los Libros como a un casero más.
La celebración de este sábado 30 de Noviembre
Con esta breve reseña que hemos querido presentar en Leamos Más no quisiéramos alejar la atención del objeto principal de este post: la celebración del octavo aniversario. Esta sábado 30 entre las 11.00 y las 16.00 hrs. se realizarán diversas actividades para conmemorar los ocho años de esta biblioteca comunitaria , desde una exposición de los libros de la colección, concursos literarios, un taller de ilustración, un cuenta cuentos y para la delicia de los más pequeños habrá también un «pinta caritas. Te invitamos a revisar el Programa Aniversario BiblioVega.
La celebración de este fin de semana es el anticipo de una serie de mejoras que los coordinadores de este proyecto vienen planificando desde hace meses. Por ejemplo, muy pronto -en diciembre- sigue mejorando la infraestructura de la BiblioVega, ya que pintarán la fachada y adquirirán materiales para ordenar la disposición de los libros y materiales de trabajo. En enero, se viene el diario mural y una intervención artística en la fachada.
Con el carrito de lecturas en una mano, y el de las compras en el otro
Nuestros usuarios-caseros tienen edades variadas, es el caso de Fernando Manríquez que con solo 4 años viene todos los sábados con mamá y papá en busca de sus libros. Todos los sábados, mamá compra, papá y Fernando leen o viceversa lo que hace el venir a La Vega un momento íntimo y de apego entre ellos. Fernando tiene muy claro el tipo de literatura que quiere, nada de dibujo, solo letras y nos ha comunicado que, cuando sea grande quiere tener una biblioteca para que todos niños vayan a leer con sus papás. Su primera disertación la hizo sobre la Bibliovega.
Agatha también es una de nuestras usuarias más jóvenes. A sus 5 años ya tiene claro lo que le gusta, y en este momento está dedicada a las enciclopedias infantiles. Además de disfrutar sus lecturas, le lee a su pequeña hermana de tan solo 1 año. Naturalmente la compañía de sus padres completa el cuadro de esta familia asidua a la BiblioVega.
Por otro lado están los usuarios-locatarios de La Vega Central como don Sigifredo Navarrete de 50 años, él atiende su local de papas. Le gusta la literatura rusa, las historias de revolución y también la literatura y poesía, de preferencia Neruda. Muchas veces nos ayuda abrir la BiblioVega. Entre sus costumbres de lectura podemos comentar que le gusta leer muy temprano en la mañana, ya que disfruta su desayuno acompañado de un buen libro, ya que llega a la Vega las 07:00 am hrs. aproximadamente.
Los coordinadores de la BiblioVega comentan que en estos años han creado un intercambio entre caseros, locatarios y visitantes, aprendiendo en conjunto los gustos y preferencias de cada uno de ellos, cosechando nuestros frutos.
Creemos que ya es momento de comenzar con el fortalecimiento, diseño y aplicación de actividades de extensión, de la mano con el aumento de usuarios y préstamos que realizamos por año.
Finalmente, y en palabras de los cinco coordinadores de BiblioVega, ninguna entidad cultural puede fortalecer sus troncos y raíces sin el apoyo de otros espacios de cultura, ya sea -en este caso- de la Administración de la Vega Central, como otras bibliotecas, centros comunitarios o culturales. Desde Leamos Más nos permitimos agregar que ese fortalecimiento también pasa al realizar actividades como esta celebración de aniversario, en el que se produce una apropiación de la BiblioVega, no sólo desde quienes van a leer y esxoger libros, también desde quienes simplemente pasan por allí y curiosean libros como si se tratase de peras, manzanas y lechugas. Son estas actividades las que permiten que todos se apropien de esta biblioteca comunitaria. Es por eso que en Leamos Más queremos colaborar con esta iniciativa dando a conocer este maravilloso espacio de lectura e invitando a que otros se sumen a celebrar un año más de vida del Fruto de los Libros.
¡Larga vida a las Hojas de los Libros de la BiblioVega!
Datos de contacto:
Dirección: Sector Rucaray, Vega Central, Comuna de Recoleta. Santiago, Chile.¿Cómo llegar?
Horario: BiblioVega atiende a sus usuarios de martes a viernes en el horario de 10:00 a 14:00 horas; y los sábados de 11:00 a 15:00 horas. La persona encargada de la atención diaria de los usuarios es Natalie Barraza Toledo.
Ante el ‘boom’ que está viviendo la literatura infantil y juvenil un buen gancho al respecto han sido las ‘sagas’ (es decir, aquellos libros cuya historia se ha extendido en varios tomos como las aventuras de Harry Potter, Memorias de Idhún, Crepúsculo, Dune, Crónicas de Spiderwick, Verano en pantalones, etc…) Si bien este concepto no es nuevo (hay que recordar las historias de Papelucho o las aventuras de Las Crónicas de Narnia, por nombrar algunas) sí se puede aprovechar las nuevas que han surgido para incentivar la lectura. Es decir que, a partir de una saga, es posible guiar la lectura hacia otras, quizás, más complejas. Por ejemplo, gracias a la saga de ‘Crepúsculo’ fue posible, en su momento de ‘boom’, que un grupo de alumnas de I° Medio avanzaran a leer a Jane Austen, Emily Brönte y William Shakespeare… ¿cómo se logró esto? Pues, porque la protagonista de Crepúsculo era una ávida lectora que solía leer y releer el libro ‘Cumbres Borrascosas’ (de la autora Emily Brönte), además, dentro de ‘Crepúsculo’, también la protagonista citaba ‘Romeo y Julieta’ (William Shakespeare) y ‘Orgullo y Prejuicio’ (Jane Austen) por lo que, se organizaron grupos de lectura y conversaciones estas alumnas de I° Medio fanáticas de ‘Crepúsculo’ para conversar sobre esa obra y así, ir introduciéndoles estos clásicos recién nombrados y otros como ‘Drácula’ de Bram Stocker y ‘Frankenstein’ de Mary Shelley. Todo esto, aprovechando momentos en la biblioteca, los cuales fueron muy apreciados por las alumnas.
Otra actividad interesante en donde se puede aprovechar estas sagas contemporáneas es hacer el nexo entre libro y película. Una idea es empezar por la película y después la lectura, en donde se puedan establecer actividades como: charlas literarias, elegir personajes para analizar, establecer similitudes y diferencias entre ambas representaciones, etc. (con Las Crónicas de Spiderwick, por ejemplo o, con cursos más avanzados, con Los Juegos del Hambre).
Ahora, con cursos de Enseñanza Media, quizás con los electivos, se puede partir de una saga para analizar temas más profundos y transversales dentro del análisis literario. Por ejemplo: con ‘El señor de los anillos’ es posible plantear a los alumnos una lectura más profunda en donde se analicen los temas del viaje y del héroe, ambos arquetipos de la literatura universal y así, desde estos análisis que se pueden coordinar con los profesores de Lenguaje, avanzar hasta lecturas como ‘La Odisea’ o ‘El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha’.
Lo que sí hay que tener en cuenta es que no existe una fórmula perfecta: lo fundamental es conocer a los alumnos y estar abiertos a que, mientras el libro sea adecuado a su edad, se pueden ‘probar’ distintas estrategias hasta encontrar las que nos acomode más… ¡no hay que olvidar que, para poder motivar, primero tenemos que estar motivados los mediadores!
María José Castro es Licenciada en literatura y profesora de lenguaje. Participa desde el año 2009 en la Corporación Ibby Chile, y ahora está comenzando a colaborar como columnista en Leamos Más. Sus áreas de interés son LIJ, fomento lector y gestión de bibliotecas. María José, ferviente lectora, se desempeña como bibliotecaria en el Colegio Padre Hurtado y Juanita de los Andes donde aplica estas y otras estrategias para encantar a niños y jóvenes con la lectura.
Este fin de semana ví en video «Los Juegos del Hambre«, historia de la que había oído hablar mucho. Confieso que ni me había acercado al film o al libro (mejor dicho a la trilogía ya que es una saga de tres novelas de la escritora norteamericana Suzanne Collins). Pero tuve algunas motivaciones extras que me impulsaron a ver la película, gracias a lo cual descubrí una historia interesante y me dieron ganas de leer los libros. Como me quedé con gusto a poco esta obra se transformó en nueva alternativa de lectura para mis deseos lectores 2013.
Pero volviendo al punto, decidí verla no sólo por mera entretención, también porque la gamificación ha sido uno de mis intereses este último tiempo, y aunque no lo crean hay relación entre una cosa y otra. ¿Curiosos por conocer ese nexo? les cuento: unos bibliotecarios de la Universidad de Texasdesarrollaron un video titulado «The Research Games: you learn or you die»(Los juegos de la investigación: o aprendes o mueres») el cual se inspira completamente en la película «Los Juegos del Hambre». El video tiene dos partes (de 9 y 2 minutos respectivamente), y es un trabajo de muy buena calidad, con casting, desarrollo de personajes, trama, locaciones, vestuario, maquillaje y toda la dedicación que un trabajo de este tipo merece. De acuerdo a lo que revisé, el video se basó en «Los Juegos del Hambre» porque se necesitaban una historia popular que hiciera verosímil el hecho de jugarse el «todo por el todo», y por la necesidad de recurrir al concepto de «mentores» para tener ayuda. Pues bien, los astutos bibliotecarios usaron su buen humor y se prestaron para disfrazarse y adquirir diversos roles como forma de evidenciar la ayuda que un bibliotecario le brinda a un estudiante universitario: de esa forma nace el experto en artes marciales, otro especialista en estrategias bélicas y en guerras. Otros, en cambio, conservaron un rol más tradicional, y se quedaron con los roles de la bibliotecaria del fondo histórico validando la importancia del libro impreso, y el bibliotecario «computín» o tecnológico experto en TIC’s y en tecnología de punta para diseminar información, etc.
Los videos tienen muchos guiños a la película, incluyendo el hecho que sólo un ganador logrará sobrevivir en estos «Juegos de la Investigación».
¿Relación con la Gamificación?
Por ahora todo parece indicar que los bibliotecarios de Texas produjeron estos videos con tres objetivos:
a) Motivar a los estudiantes de los campus de su Universidad a usar los recursos de las bibliotecas (presenciales y virtuales)
b) Destacar el rol del bibliotecario
c) Potenciar las habilidades informacionales como un arma a favor de los universitarios. Después de todo, si un estudiante no sabe buscar información, ¿cómo va a estudiar?
Sin embargo, relacionando el juego con la Gamificación, no observo una continuidad del video, tanto en concursos u otras actividades que exijan un rol más participativo de los alumnos en relación al video o al mismo hecho de investigar usando todos los recursos de información que las bibliotecas disponen. No deja de causarme extrañeza este hecho, ya que «Los Juegos de la Investigación» ejemplifica muy bien la importancia de ser rápido y preciso en las búsquedas de información, especialmente cuando hay poco tiempo para estudiar y estamos invadidos por información de todo tipo y calidad. Pero al parecer esta etapa del trabajo considera sólo la parte audiovisual y la motivación de la historia.
Sería interesante saber si en las bibliotecas de la Universidad de Texas planean darle un giro a la historia recurriendo a estrategias de gamificación. Por ahora, con la interrogante presente, les dejo el video introductorio:
Y su continuación, el desenlace de la historia y el ganador de «Los Juegos de la Investigación»
¿Y los Juegos del Libro?
En la historia vemos que los alumnos son retados a buscar de la forma más rápida un ejemplar de «El Arte de la guerra« de Sunt-Tzu. La prueba es planteada por una de las profesoras de la universidad. Para sortearla, los alumnos recurrirán a toda suerte de alternativas: algunos lo descargan de una base de datos, otros corren a las estanterías a buscarlo, otros recurren a la copia de reserva, etc. Se muestran varias opciones para obtener el preciado tesoro y ganar la competencia, validando el hecho que unas soluciones consideren una copia impresa, otra digital, u otra de una base de datos.
En las bibliotecas nos vemos puestos a prueba constantemente para promover los distintos recursos de información por los usuarios. En mi caso, trabajando en el Sistema de Bibliotecas de la Universidad del Pacíficotodos los años junto a mis colegas y equipo de trabajo me veo en la necesidad de enseñar a los alumnos de primer año a usar la biblioteca durante las primeras semanas de clases. Para ello hay diversas formas de realizar la llamada «inducción de usuarios»: un video, un tutorial, una charla masiva, una clase, etc. Desde hace años enfrento la misma situación, y últimamente he recurrido a otras dinámicas para hacer de la biblioteca un lugar popular entre los novatos universitarios. Desde hace un tiempo realizamos charlas especializadas en la sala de clases de los alumnos de primer año, de acuerdo a las distintas carreras, momento en el cual les enseñamos a usar los distintos recursos de acuerdo a las necesidades específicas que su disciplina demanda. Este año hemos decidido complementar ese trabajo con una parte lúdica basada en la gamificación. Y es así como nacen «Los Juegos del Libro». Concuerdo en que el juego de palabras puede no ser tan novedoso, especialmente después de ver el video, pero creo que le da un giro interesante usando el nombre de un libro que ha sido popular entre los jóvenes.
Por ahora, «Los Juegos del Libro» no han comenzado, precisamente estamos preparándonos para ello, informando en redes sociales esta novedad, pero prometo que cuando el juego termine, les contaré cómo ha resultado y que conclusiones saco de esta iniciativa.
Sería interesante conocer la opinión o ideas de los lectores de Leamos Más frente al eterno reto de masificar el uso de las bibliotecas y de la lectura entre sus usuarios. ¿Nos contarían sus experiencias?
¡Ese si que es un desafío digno del mejor de los juegos!