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Cápsula Lectora #5: La lectura busca a los vecinos

La Biblioteca Pública de Providencia (ubicada en plena Avda. Providencia) probablemente es de las más demandadas en la región Metropolitana. Basta con visitarla a fines de semestre -en plena temporada de exámenes- para darse cuenta cómo los usuarios se aglomeran esperando por un asiento en la escalera del histórico edificio que alguna vez fuera el mercado de abastos de la comuna. Un espacio que se renovó el año 1989, pero que desde siempre ha mantenido estrategias para acercar los libros y la lectura a miles de usuarios, partiendo por los 131.708 habitantes de la comuna. Un ejemplo de ello son sus tradicionales cafés literarios, que desde el año 2011 se complementan con unas pequeñas y originales sucursales: los Cafés Aire Libro. Es tanto el interés y curiosidad la que nos generó este sistema de mini café literario, que decidimos dedicarle la cuarta edición de las ya tradicionales Cápsulas Lectoras.


Café al Aire Libro en Plaza Las Esculturas
Café Aire Libro en Parque Las Esculturas, fotografía provista por el Sistema de Bibliotecas Públicas de Providencia

Los Cafés Aire Libro son módulos ubicados en plazas y parques de la comuna de Providencia, en los que se dispone una selección de libros y revistas para su préstamo, mesas y sillas que invitan a disfrutar leyendo, zona de libre acceso a wi-fi y, claro, humeante café. En total son cinco y se ubican estratégicamente en plazas y parques con alta afluencia de público, como plaza Las Lilas, el Parque de las Esculturas, Plaza Uruguay, Plaza Pedro de Valdivia y Plaza Chile España. Y  son parte del sistema de Bibliotecas Públicas de la Municipalidad de Providencia, que incluye a la anteriormente nombrada Biblioteca Central, cuatro cafés literarios con sedes en calle Santa Isabel, Parque Bustamante, Parque Balmaceda y Bellavista, además de los Cafés Aire Libro, verdaderos satélites de lectura. Extender la red de acceso a la lectura y propiciar el encuentro con el libro es, quizá, el principal servicio de los Cafés Aire Libro, los que al tender puentes entre estanterías y vecinos proponen nuevas vías para que más personas se hagan socias de las Bibliotecas. El director del Sistema de Bibliotecas Públicas de Providencia, Waldo Carrasco, destacó a Lemos Más la utilidad de los datos que se obtienen cuando se trabaja en terreno: “Esto nos permite detectar el interés en distintos puntos de la comuna y si bien hay algunos Cafés al Aire Libro que llevan más tiempo y se han consolidado mejor, cada uno entrega señales de adónde hacer más y mejor inversión”, comenta.

Así luce un Café al Aire Libro
Así luce un Café Aire Libro, fotografía provista por el Sistema de Bibliotecas Públicas de Providencia

El presupuesto anual para la compra de libros se distribuyen proporcionalmente a través de toda la red. La autonomía de cada Biblioteca depende de diversos factores, ya que si bien funcionan como un organismo centralizado, también hay algunas iniciativas que responden a inquietudes de los usuarios locales, lo cual flexibiliza y favorece la gestión. Este sistema no es nuevo, pero suma una serie de iniciativas que hacen de esta red de Bibliotecas Públicas ir un paso adelante en materia de servicios bibliotecarios en el país. El éxito de esta  iniciativa ha sido notable. Tanto, que fueron los propios vecinos de la comuna quienes fueron solicitando más Cafés Aire Libro. Esta petición, sumada al hecho de analizar la demanda que estaban teniendo estas instalaciones de lectura, fueron parte del motor que permitió que este circuito lector siguiera creciendo. En la línea cuantitativa, los números hablan por si solos: en la plaza Las Lilas, entre enero y septiembre de 2013 fueron 9.153 los usuarios que se acercaron a pedir un libro, una revista o un café. Puede que el café no sea un servicio comparable con la lectura, pero si analizamos el hecho en detalle, quizás la misma persona que un día se tomó el café, regrese durante la semana a pedir un libro o una revista. En tanto, en la plaza Uruguay llegaron a 7.975 personas que visitaron y usaron el servicio.

Interior
Interior de uno de los Cafés al Aire Libro, fotografía provista por el Sistema de Bibliotecas  Públicas de Providencia

Números que se suman significativamente al total de usuarios de la red de bibliotecas de Providencia, ya que en términos generales, más de 330 mil personas van y vienen a los estantes, mesones, cafeterías y utilizan todos los servicios y productos bibliotecarios que ofrece el sistema en la comuna. La idea de la extensión de las bibliotecas no sólo es territorial y eso es relevante, pues la labor de las bibliotecas también crece. Quizás es porque en Providencia éstas dependen del Departamento de Desarrollo Comunitario, y no de Cultura o Educación como sucede en otras comunas. Cuando a fines del año 2013 se inauguró el último Café Literario, llamado Centro Comunitario Bellavista  en calle Constitución 85, el emplazamiento integró las necesidades de los vecinos al habilitar espacios útiles para su uso. La idea es que ocupen el lugar para realizar exposiciones, encuentros y también talleres. Todo con cientos de volúmenes disponibles para su consulta. Pero también han realizado cursos de medicina homeopática pensando en la gran cantidad de adultos mayores que habitan la zona. Eso parece ser uno de los principios que está rigiendo el Sistema de Bibliotecas  Públicas de Providencia. Un ejemplo de comunicación con los usuarios en el siglo XXI, en que no sólo existe el libro de sugerencias, también que también están presentes en las redes sociales a través de Facebook,  Twitter @BiblioProvi e incluso el canal BiblioProvi en Youtube.

¿Cómo funcionan los Cafés Aire Libro?

Existen tres modalidades para acceder a los libros. La primera es dejando el carnet de identidad mientras lees en el parque. La segunda opción permite el préstamo a domicilio. Para ello, debes inscribirte en la Red de Bibliotecas de Providencia, ya sea donando un libro nuevo o pagando la cuota anual, lo cual te da el derecho a aprovechar las distintas bibliotecas y cafés literarios del Sistema. Es importante destacar que estos cafés atienden los días sábado y domingo, e incluso los festivos. Algo inusual para los servicios de bibliotecas públicas o comunitarias. Sin duda un servicio que los habitantes de la comuna deben aprovechar. Si quieres conocer las direcciones, teléfonos y mails de contacto de los Cafés Aire Libro de Plaza Las Lilas, Parque las Esculturas, Plaza Uruguay, Plaza Pedro de Valdivia  y Plaza Chile-España, revisa el sitio web con toda esta información.   Galería de Imágenes (Sistema de Bibliotecas Públicas de Providencia)

 

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Cápsula Lectora # 3: El primer Archivo Digital de Artes Visuales en Chile

En el subsuelo del mismo Palacio de la Moneda, el Centro de Documentación de Artes Visuales equilibra accesibilidad con la apertura de espacios para que la investigación de las disciplinas artísticas no sea tema de puros expertos.

Los más de 4 mil ítemes bibliográficos del CEDOC se distribuyen entre libros, revistas,
Los más de 4 mil ítemes bibliográficos del CEDOC se distribuyen entre libros, revistas, separatas, manuscritos, cartas, entre otros materiales.

En el tercer subterráneo del Centro Cultural La Moneda, cada cierto tiempo se pueden ver sendas cajas provenientes de distintas partes del mundo. Dentro de ellas llegan colecciones de arte sumergidas en burbujas de plástico y plumavit, que han viajado kilómetros para ser colocadas por las manos de los encargados del montaje de las exposiciones del lugar. Dos pisos más arriba, en la entrada del edificio subterráneo, los traqueteos y martillazos de la instalación irrumpen en una pequeña biblioteca que podría pasar inadvertida a los ojos de un visitante apurado. Se trata del Centro de Documentación de Artes Visuales–CEDOC- que abrió sus puertas el año 2006. Soledad García es su coordinadora desde el 2009. A ella se debe el silencioso ambiente que hoy requieren los investigadores que llegan para revisar los 4.000 ítems distribuídos  en colecciones audiovisuales y monográficas. Éstas tratan, principalmente, del arte producido en nuestro país desde los años sesenta en adelante. Para Soledad, Licenciada en Teoría e Historia del Arte y MFA en Curatoría, desde la inauguración de este espacio se han dado ciertas particularidades: “Acá hemos funcionado de manera anómala. Se hacen exposiciones y hay documentos, y antes estuvo abierto para que la gente observara y no necesariamente para investigar”, comenta. El lugar en el que se encuentra la colección dedicada a educación artística–que debe tener medidas similares a las de un conteiner- ha servido para trabajar con cerca de 130 profesores de carreras de las pedagogía en artes , diseño y otras ad-hoc al área de niveles básicos y medios; más el Archivo Histórico y el Archivo Digital que nos ocupa en esta Cápsula Lectora.

Así luce la entrada del Centro de Documentación
Así luce la entrada del CEDOC

Es que el CEDOC comparte similitudes con cualquier biblioteca y al mismo tiempo, no. Tiene libros, catálogos, revistas y ensayos, pero también afiches, maquetas de publicaciones, fotografías y material gráfico, además de registros en video y audio. El hecho de trabajar con elementos que hablan de arte o que referencian objetos artísticos es, la  mayoría de las veces, todo un desafío pues no son tan simples de catalogar, clasificar y asignar a un patrón común como puede suceder en una biblioteca más tradicional. Por otro lado, la labor de digitalización  demandó mucho esfuerzo por el material, los derechos de autor, la calidad de la imagen y otros aspectos propios de una obra artística, que difieren mucho de lo que puede ser un texto impreso.

Lograr mayor apertura a las artes visuales y propiciar la investigación

“Existe una brecha comunicacional entre el espacio universitario y el institucional. Nuestro nicho son las ciencias sociales, pero el contacto entre uno y otro no es natural, quizás los alumnos están acostumbrados a ir a exposiciones pero las relaciones más orgánicas entre uno y la institucionalidad no es tan inmediata, ahí hay un problema”, nos comenta la coordinadora del CEDOC.

En Chile, pocos son los investigadores del área de las ciencias sociales que tratan temas sobre el arte chileno en forma exhaustiva. Eso cree Soledad, por ello, al asumir la dirección del CEDOC quiso destacar la investigación por sobre todo y, para ello, comenzó el desarrollo de un Archivo Digital que reuniera todo el material físico del CEDOC, y lo volviera accesible para todo tipo de usuario que quisiera estudiar o investigar. Sin embargo el proceso ha ido más lejos. Ella y su equipo han buscado difundir el tema contactando y creando redes con universidades, para sensibilizar, estar presente y darse a conocer.

La relevancia del Archivo Digital -proyecto que se materializó en junio del 2012-  es la accesibilidad al material de investigación. El hecho que los documentos se transformen a un soporte al cual los investigadores de distintos puntos de Chile y el mundo puedan utilizarlos para sus trabajos, concreta el deseo de los bibliotecarios y de Alejandra Serrano, directora del Centro Cultural, pues de esa forma logran dejar de lado las limitaciones geográficas  y multiplicarse en la red. Para ello la difusión del Archivo Digital fue bastante importante, e igualmente estratégica. Desde la coordinación del CEDOC se desarrolló un proceso de inducción en el uso de este recurso, dirigido principalmente a académicos y estudiantes de universidades. También hubo visitas y capacitaciones en el Centro de Documentación, durante las cuales se enseñaba, computador en mano, como sacar provecho de la plataforma de búsqueda del Archivo Digital. Las notas en medios, diarios y revistas especializadas también sirvieron para que este proyecto se diera a conocer.

Efecto Dominó

Esta es la portada del sitio web que da la bienvenida a los usuarios del Archivo Digital del CEDOC
Esta es la portada del sitio web que da la bienvenida a los usuarios del Archivo Digital del CEDOC

Poco a poco la idea de desarrollar el primer Archivo Digital de artes visuales en Chile fue tomando forma en las Autoridades del Centro Cultural y también para Soledad García y su equipo. Poco a poco, también, esta idea pasó a tomar forma y se convirtió en un proyecto como tal. Soledad García nos comentó, en una de las entrevistas que gracias al Archivo Digital el CEDOC tuvo más visibilidad, y fue ganando la confianza de artistas y agentes del arte, quienes donaron material de sus colecciones. Y esa confianza se ganó  porque demostraron que no sólo podían resguardar los documentos y las obras que les hicieron llegar, sino que también podían digitalizarlas y colocarlas a disposición de cualquier persona interesada en el tema, en Chile y en el mundo. Vieron que esta plataforma funcionaba, que se estaba leyendo, que había postulantes al concurso de Ensayos (el cual ya está en su cuarta versión) y que había una mayor divulgación de las artes visuales contemporáneas en Chile.

«El Archivo Digital provocó un efecto muy positivo que significó no solamente la lectura, sino que también la retroalimentación de documentos», concluye Soledad García.

 

Otro de los efectos dominó del Archivo Digital fue el posicionamiento del CEDOC dentro del medio bibliotecario nacional, ya que este Centro de Documentación ganó, para su equipo humano-  un bibliotecólogo que llegó a hacerse cargo de los aspectos técnicos propios del mantenimiento del Archivo, tales como la sistematización y actualización  de los registros, así como también el cuidado por las directrices bibliotecarias ante los nuevos formatos y materiales que se han ido sumando. Porque no hay duda que el Archivo Digital sigue creciendo, y lo que se gestó hace unos años ya no es lo mismo que se está organizando hoy en día.

 

Chile contemporáneo a través de las Artes Visuales

 

Soledad García y Diego González, en medio  de la entrevista
Soledad García y Diego González, en medio de la entrevista

El Archivo Digital cuenta con 4.500 registros, entre los cuales se pueden encontrar materiales de las décadas ´70, ´80 y ´90 tan disímiles como documentos manuscritos, programas de festivales (algunos escritos a máquina) y cartas. También hay libros objetos (los cuales, por su naturaleza, fueron difíciles de digitalizar), catálogos, revistas  (como por ejemplo Pájaro de cuentas, Manuscritos),  separatas, e incluso libros completos disponibles para su descarga. También hay documentos inéditos y maquetas de revistas. Entre éstas se destaca la maqueta de las revistas ‘Daga‘ y ‘En Hola Gay’ (la primera publicación en Chile de 1985 que se refiere a la homosexualidad. Nunca circuló en los medios, pero en el archivo Digital se pueden ver las maquetas)

La historia contemporánea de nuestro país, en cuanto a las artes visuales, puede ser descubierta en este Archivo Digital. Un investigador, por ejemplo, puede seguir la pista a la producción artística de los ´90. En esa época la democracia ya se había instaurado en Chile, por lo tanto la circulación de material era mucho más fácil y las instituciones eran más sólidas que en las décadas anteriores. Ello permitió que se pudiese identificar el trabajo y la producción de los espacios y movimientos artísticos del periodo.  En cambio, durante los ´70 y ´80 el desarrollo artístico ocurría en espacios más aislados y privados. Los catálogos y los programas artísticos de esos años no circularon ni tuvieron distribución ya que muchos se hacían en la privacidad del hogar de alguno de los artistas o agentes del rubro. Las galerías, a veces estaban ubicadas en la parte trasera de otras tiendas de medios cercanos al artístico, aunque con un enfoque completamente comercial. Ese fue el caso de varias galerías de arte, en Santiago, que comenzaron funcionando en la trastienda de fábricas de muebles.

El trabajo no se detiene

Soledad García lideró el proyecto del Archivo Digital desde su diseño hasta la fecha
Soledad García -coordinadora del CEDOC-  lideró el proyecto del Archivo Digital desde su diseño hasta la fecha

Una de las características de un proyecto como este, es que no hay  no tienen fecha de término, y por ello necesitan seguir desarrollándose en forma permanente. No sólo en términos numéricos, también respecto a la calidad de lo que se ofrece y su alcance. En el caso del Archivo Digital la forma de asegurar que haya un permanente crecimiento es a través de labor de rastreo que realiza la coordinadora del CEDOC. Soledad  se dedica a revisar los catálogos y el trabajo curricular de artistas contemporáneos, buscando en sus exposiciones y obras un hilo cronológico que le permita seguir el rastro productivo del artista.

Gracias a ello, logra contrarrestar aquello que está disponible en el Archivo Digital, y descubrir los vacíos de los artistas. Una verdadera pesquiza digna de un detective.  Tras eso, Soledad les contactaba y les informaba la labor del Archivo Digital, dándoles a conocer sus alcances y las lagunas que hay en la colección en lo que a su trabajo se refiere. La respuesta es, la mayoría de las veces, positiva. Muchos de los artistas responden al llamado prestando sus obras e incluso donándolas.  Pero la labor no termina sólo allí, puesto que el material debe ser revisado y evaluado para saber si es factible digitalizarlo. Y una vez que se aprueba su ingreso al Archivo, comienza todo el proceso productivo que vincula al resto del equipo de trabajo del CEDOC, equipo compuesto por Horacio Valdés, quien se desempeña como referencista y Miguel Hernández, bibliotecólogo a cargo del Archivo Digital.

Otra forma de detectar vacíos en la colección es a través de las consultas de los investigadores del Archivo Digital, después de todo: ¿Quién mejor que los propios usuarios para señalar sus necesidades?.  Es una manera muy precisa para ir detectando las necesidades documentales de uno de los principales grupos de usuarios del CEDOC.  Por ejemplo, Soledad nos comenta que actualmente hay una línea investigativa respecto a la producción artística durante el periodo de dictadura militar, la misma producción que se generó desde instituciones, como por ejemplo la Universidad de Chile y la Universidad Católica. Sin duda nuevos campos para seguir investigando en nuestro país.

Salir, conocer y conversar con los otros

«Lo más importante, al desarrollar un proyecto de esta envergadura -comenta Soledad- es salir  la calle. Salir y mirar que están haciendo los otros. Informarse”. Cuando nosotros partimos con la idea de este proyecto fuimos a la Biblioteca nacional, con los archivos que ya trabajaban con plataformas digitales. Les preguntamos por sus aciertos, por aquello que habrían hecho mejor, etc. Soledad valora mucho la importancia de esta etapa de contexto, la cual no requiere presupuesto.  Sólo el interés de conectarse con los otros: con aquellos que ya tuvieron una idea similar a la tuya y que, de una forma u otra, llegaron a destino por diversa vías. Y en este sentido, concluye: «Hay que sondear que esta pasando alrededor para saber que se puede adaptar a tu espacio. Hay que tener el contexto respecto a lo que puedes hacer en tu medio, con los recursos que tienes.». Y  en ese sentido nos comenta que existe una multiplicidad de fondos concursables a nivel nacional e internacional, a los que vale la pena estar atentos pues son una excelente vía de financiamiento para proyectos como el Archivo Digital u otros similares.

Y es en esa línea que en el Centro Cultural de la Moneda están pasando muchas cosas, y un nuevo ejemplo de ello es el Archivo Digital de la Cineteca, el cual comenzó a funcionar a partir de  junio de este año. Sin duda otra aventura que será interesante de reportear en alguna de nuestras futuras Cápsulas Lectoras.


 

Soledad García, Licenciada en Teoría e Historia del Arte y coordinadora del CECOD, quien estuvo a cargo del proyecto del Archivo Digital desde su concepción, diseño y puesta en marcha. Actualmente sigue trabajando en la divulgación y acopio de más material para seguir enriqueciendo esta fuente de información en línea:

[youtube=http://youtu.be/lJOI84ZrUD8]

 

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Cápsula Lectora #2: De una Exposición a una Feria de Libros

Afiche de promoción del año 2013
Afiche de promoción del año 2013

En el edificio ubicado frente a la intersección de calle Sazie con Echaurren en el barrio universitario de Santiago, se encuentra la biblioteca biomédica de la Universidad Andrés Bello. Hasta ahí, a diario, llegan los jóvenes de carreras como bioquímica o ingeniería en biotecnología para estudiar o tomarse un breve descanso acompañados del diario o una revista. La biblioteca está compuesta por más de 15.000 ítems que se distribuyen a lo largo de estanterías, las que el Bibliotecario Juan Carlos Sánchez, actualiza constantemente.

El año 2008, el mismo Juan Carlos, en coordinación con la Dirección del Sistema de Bibliotecas de la Universidad, decidió llamar a distintas editoriales y libreros para que se tomaran un espacio pequeño de la biblioteca y exhibieran sus últimas publicaciones, durante toda una semana. La idea era que tanto profesores como estudiantes actualizaran sus bibliografías y conocieran las novedades de sus disciplinas. “A veces los profesores pueden limitarse a ciertos títulos que pueden estar descontinuados y con estas ferias ellos pueden darse una motivación para renovar sus bibliografías y nosotros coordinar las compras”, señala el bibliotecario.

Una de las labores de estos profesionales es esa: ser gestores de la colección bibliográfica para que los profesores de las distintas disciplinas estén al día y puedan actualizar, cada cierto tiempo, las bibliografías de sus programas académicos. Una edición del presente año, no es lo mismo que una de hace 10 años atrás, especialmente si consideramos criterios de obsolescencia del conocimiento en áreas como la tecnología, las ciencias de la salud, las telecomunicaciones, por nombrar algunas.

En esta primera exhibición se presentaron diez expositores durante tres días. El resultado a Sánchez le pareció bueno. Motivado por esto, al año siguiente repitió la experiencia, llevando la muestra a otro sector del campus para que todos los estudiantes y profesores pudieran verla y no solamente aquellos del área de la salud. Fue así como la idea fue creciendo y tomando forma.

La evolución de esta feria de libros universitaria destinada a acercar a estudiantes, profesores y editoriales ha sido para Juan Carlos algo significativo. El año 2011 Claudia Catalán, la Directora de Bibliotecas, le sugirió que invitara a Katherine Rojas –otro miembro del equipo de bibliotecarios encargada de la difusión- a participar para que ampliaran el equipo de trabajo. El resultado fue que ese año llevaron los libros a los principales campus de la universidad, saliendo a regiones. “En 2011 la feria fue itinerante y recorrió los diversos campus de la Universidad Andrés Bello, estuvimos en República pero también en la Casona de Las Condes, en Concepción y Viña del Mar”, comenta con orgullo Juan Carlos.

Las cifras les acompañan: el número de asistentes creció. Si al principio del año 2008 fueron poco más de cientos de estudiantes los que llegaron a conocer las novedades editoriales, cuando inauguraron la feria en plena calle República el año 2012, la cifra superó con creces los miles de visitantes, considerando que ya no sólo eran estudiantes: también había vecinos del barrio, lectores de otras comunas, estudiantes de otras casas de estudios, y así suma y sigue. Fue el 2012 cuando comenzaron a contar con la gestión de Libros Mimesis en lo relativo a logística y coordinación de una feria de mayores dimensiones. Claramente la exposición que había nacido el 2008 en una sala de lectura de la biblioteca biomédica ya no era la misma.

 

Un barrio universitario

Una de las típicas esquinas del barrio República
Una de las típicas esquinas del barrio República

Son pocas las actividades culturales que se realizan en el barrio República. Entre institutos, colegios, universidades y centros de formación, suman millares de estudiantes, vecinos y trabajadores en general los que caminan a diario por este barrio histórico. Por ello, la evolución del trabajo de los bibliotecólogos y la intención de llevar su trabajo a las calles ha sido importante.

En Chile, según cifras entregadas por la Unesco en 2012, solo el 7% de la población lee de manera voluntaria libros al año. Una cifra menor si se considera que la pregunta no solo considera libros de ficción o los llamados best sellers. Esto va para todo ámbito, lo que trasciende a profesionales y específicamente en la formación de estos. Si ellos no son quienes buscan información, la labor de bibliotecarios se vuelve esencial.

Así lo han entendido Juan Carlos y Katherine, quienes al momento de planificar la Feria de Libros de la Universidad Andrés Bello de este 2013 -que se realizó del 15 al 23 de abril- contemplaron la participación de 8 bibliotecas universitarias. Sin embargo, sólo la Biblioteca de la Universidad Arcis terminó sumándose a la iniciativa. Aún así contaron con el auspicio de la marca de café Cruzeiro, del Sistema de bases de datos EBSCO Host, SODEXO y el departamento de informática de la Andrés Bello. Así pudieron sortear unas impresoras y regalar café a quienes visitaron la feria.

La Municipalidad de Santiago y los vecinos fueron otro factor importante. Cuando deciden llevar los libros a las calles -en Av. República entre las calles Salvador Sanfuentes y Grajales- hablaron con la Junta de Vecinos del Barrio República, quienes colaboraron con la idea a través de una carta de apoyo, factor que validó el proyecto frente a la Municipalidad. Incluso hablaron de alguna forma para que los habitantes del histórico barrio universitario pudieran tener un carnet de socios de la biblioteca UNAB. Una clara señal de la forma como las bibliotecas universitarias trabajan con su entorno.

El próximo año todo comienza de nuevo, pero no todo está determinado. “La idea ha ido creciendo. La meta final es que la feria de libros dure dos semanas y vaya de calle Grajales hasta la Alameda por República y tener en cada cuadra dos o tres escenarios en los que hayan actos culturales de los alumnos, como baile, música, pinturas e intervenciones” comenta, entusiasmada, Katherine Rojas.

Pioneros

Cabe mencionar que las bibliotecas universitarias, a pesar de tener un rol que las llama a vincularse con el medio, no realizan actividades de este tipo. El valor de esta apuesta del Sistema de Bibliotecas de la UNAB es que los convierte en pioneros en este tipo de ferias del libro, organizadas y motivadas por un afán de difusión y actualización de la colección del acervo. Quizás algunos de ustedes tengan en mente la feria del libro usado, que cada verano organiza la Universidad Mayor. Precisamente en ese caso, la función que cumplen las bibliotecas no parece ser tan protagónico, ya que la feria es coordinada por la Universidad.

Este rol, en que la creatividad y el entusiasmo se van fundiendo para sacar adelante una idea, se fue formando paulatinamente en los bibliotecarios de la unidad Biomédica:

 

 

La Feria del Libro 2014 se vislumbra interesante, de acuerdo a lo que señala Katherine y a la invitación que plantea al resto de bibliotecas universitarias:

http://www.youtube.com/watch?v=I41kn4hC7_4&feature=youtu.be

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Quisiéramos agradecer a Claudia Catalán, Directora del Sistema de Bibliotecas de la UNAB; a Juan Carlos Sánchez, Jefe de la Biblioteca Biomédica y Katherine Rojas, encargada de difusión del Sistema de Bibliotecas por su tiempo y excelente disposición para desarrollar esta cápsula lectora. Igualmente agradecemos a Eduardo Argomedo, de Libros Mémesis por haber facilitado las fotografías que acompañan este post.

Si te interesa conocer más sobre las Cápsulas Lectoras, te invitamos a leer más sobre esta iniciativa.

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Proyectos

Cápsula Lectora # 1: Abrir la Biblioteca

Así lucía, en diciembre 2012, la entrada a la biblioteca
Así lucía, en diciembre 2012, la entrada a la biblioteca

Esta semana debuta Cápsulas Lectoras, nueva sección mensual a través de la cual les mostraremos casos concretos de diversos tipos de bibliotecas en las cuales sus coordinadoras y/o bibliotecarios(as) presenten ejemplos, ideas y situaciones que fomenten la lectura. Este mes hemos querido dar a conocer el caso de una Biblio CRA (Centro de Recursos de Aprendizaje) en Quinta Normal.


La entrada a la biblioteca de la Escuela Lo Franco (ubicada en la comuna de Quinta Normal) queda en un segundo piso al medio de un largo pasillo que conecta las escaleras con las salas de clases. La puerta tiene una portentosa estructura de fierro forjado y está asegurada con un pesado candado, que María Soledad Álvarez Correa  -la encargada-  a diario abre para que los estudiantes visiten la biblioteca y tengan la posibilidad de aprender y entretenerse con el material educativo que hay a su disposición.

El ejercicio de abrir y cerrar es simbólico. Hasta el año 2011 esta biblioteca no funcionaba igual, ya que no tenía continuidad en el horario, y sus anaqueles acumulaban el polvo. “Cuando llegué esto era como una bodega, los libros estaban en estanterías cerradas y los niños no tenían acceso a ellos”, recuerda María Soledad. Y mira la sala a la que a diario asisten pequeños de pre  kínder a octavo básico provenientes de comunas como Cerro Navia, Renca y Quinta Normal.

El perfil del estudiante es un factor determinante. Aproximadamente un 86% proviene de familias no constituidas, y los estudiantes viven con uno de los padres o con algún abuelo. De acuerdo a la ficha SIMCE, son de estrato socioeconómico medio bajo, y de sectores vulnerables, “en algunos casos los padres de los niños están en la cárcel, algunos por problemas de tráfico de drogas. En otros, hay chicos que incluso inician su despertar sexual a los 11, 12 años”, comenta María Soledad para ilustrar algunas de las situaciones más extremas.

Una situación precaria, que se diferencia de la vivida hace dos años por la misma encargada CRA (Centro de Recursos para el Aprendizaje) en un colegio  de Vitacura. Ahí, recuerda, » la biblioteca era diferente: había espacios abiertos y una gran cantidad de textos a disposición”.

Vista parcial de la sala de lectura
Vista parcial de la sala de lectura

Por ello, lo primero que pensó al llegar al nuevo colegio  fue abrir la biblioteca y realizar actividades que acercaran a estudiantes,  profesores, e incluso a los apoderados. “Estaba todo cerrado, había muchas cosas en cajas. Revisando encontré libros para las encargadas de integración, y se los pasé.  Es algo que hago siempre: busco cosas que les puede servir a los profesores y los distribuyo de acuerdo a los intereses de cada cual”, especifica la encargada CRA. Y si bien el entorno social no cambia, hoy en día existe un lugar al que grandes y chicos pueden acudir, pues está permanentemente abierto: la biblioteca.

Abrir la biblioteca

Ese fue el paso que dio María Soledad, entregando a los niños la posibilidad de acercarse directamente a los textos, instalando estanterías abiertas. Algo que logró gracias a su gestión y al apoyo de un apoderado y una  profesora interesados en mejorar el colegio.  Y aunque el espacio es pequeño, alcanza para que los cursos hagan uso de las horas de biblioteca que reglamentariamente les corresponden por malla curricular.

Algunos de los libros de "El Legado" hechos por los propios niños
Algunos de los libros de «El Legado» hechos por los propios niños

Otra iniciativa que María Soledad destaca con especial énfasis  es “El Legado”. Una idea simple, pero cargada de significado, en que los estudiantes de octavo básico escriben una historia en un libro hecho por ellos mismos. Así, y a mano, van surgiendo las hojas de esta suerte de testimonio, que toma forma gracias a la creatividad de los más grandes y al uso de cartulina, mostacillas, lápices de colores y  otros divertidos materiales. La idea es que al momento de abandonar el colegio para continuar sus estudios, una parte de estos ex alumnos quede reflejada en esas hojas, para que los más pequeños de kínder y primero básico puedan leer como si fuera parte de su propia historia.

El vínculo que María Soledad establece con los alumnos, apoderados y profesores va más allá del cuenta cuentos y de distribuir el boletín de novedades de la biblioteca. Pero para que esto suceda es imprescindible que exista un compromiso desde la Dirección del establecimiento, que facilite y valide el proceso. En el caso de la Escuela Lo Franco ese compromiso no se ha generado del modo que cabría esperar.

Y entonces, ¿Cómo funciona la Biblioteca?

La respuesta es sencilla:   No lo sabemos,  ya  que   desde marzo de este año María Soledad dejó su puesto en la escuela Lo Franco para irse a trabajar a otra unidad de información, esta vez en una institución de educación superior. Por eso, no sabemos si en la biblioteca de Lo Franco seguirá funcionando “El Legado”, si los profesores tendrán a la mano libros interesantes, o si habrá alguien para abrir la reja de fierro de la biblioteca.

Sólo sabemos que si hay algo bueno, hay que cuidarlo y potenciarlo. Y eso no pasa simplemente por tener libros y estantería abiertas. Eso sucede cuando la biblioteca es de todos, y para todos, incluidas  las autoridades escolares.

 

 


masoledad

María  Soledad Álvarez  Correa es técnico en Atención Social Administrativo. Ha trabajado en Centro Abierto Lo Velázquez de Renca,   Colegio Antártica Chilena de la comuna de Vitacura y Escuela Lo Franco de Quinta Normal.   La casualidad y las vueltas de la vida la llevaron a trabajar a una biblioteca escolar, donde  pudo  desempeñarse en el área de cuenta cuentos y animación a la lectura.   Actualmente ejerce funciones como Asistente de la biblioteca en el DUOC  UC,  Sede Plaza Norte.  En sus ratos libres suele leer, ir al cine y disfrutar de sus dos sobrinas.

 

 


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Si al igual que nosotros, quieres conocer un poco más a María Soledad, te sugerimos leer esta entrevista

1.- Equipo Leamos Más: De todas las actividades de fomento lector que realizabas en Lo Franco. ¿Cuál crees que era más del gusto de los alumnos?

María Soledad: En relación a los alumnos la que más les gusto fue el café literario, donde ellos mismos leían sus propias creaciones con los alumnos de  5 a 8 básico.  Y los cuenta cuentos para los más pequeños, aun no se me olvida como los niños después del cuenta cuento  cantaban o recitaban lo que aprendíamos juntos.

2.- Equipo Leamos Más: ¿De qué forma crees que la biblioteca le ayudaba a los alumnos (grandes y pequeños) en su vida escolar?. No me refiero sólo al rendimiento, sino que a la vida que hacían al interior del establecimiento.

María Soledad:  Creo que la biblioteca es importante para los grandes y chicos ya que es un lugar donde los alumnos pueden soñar, viajar por todo el mundo, les abre su propio horizonte, te extiende tu mundo y compartir sus propias vivencias

3.-Equipo Leamos Más: ¿Qué reflexiones nos puedes compartir ahora, que estás en otro trabajo y puedes analizar la situación en perspectiva?

María Soledad: Bueno la experiencia de trabajar en biblioteca escolar es lo más genial que me ha pasado en la vida, lo disfrute mucho, disfruto ver la alegría de los niños y niñas al tomar un libro, o al escuchar un cuenta cuento. Extraño ese disfrute de entregar un libro a un niños que va en busca de el por solo el hecho de que le gusta la lectura.

El ahora mío es aprender a conocer otro mundo de la biblioteca, el mundo de la biblioteca de instituto es totalmente diferente, pero creo que todos en la vida debemos desafiarnos a conocer otros mundo y esa es mi oportunidad hoy

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Columnas y artículos

Themo Lobos: «Lean, lean todo, hasta los boletos de micro»

Refiriéndose a su amor
Refiriéndose a su amor

Cuando niños, tal vez uno de los primeros ejercicios que nos va humanizando es dibujar. Comenzar a dar vida a una hoja blanca incluyendo rayas que se van disparando hacia todos lados como si fueran un torbellino. Luego de eso vendría un adulto a preguntarnos qué era lo que quisimos hacer y ahí ya comenzábamos a contar una historia. Una muy particular.

El pasado martes 24 de julio murió en la quinta región uno de los más grandes contadores de historias de nuestro país: Themo Lobos, creador de historietas como Ñeclito y Alaraco, y continuador de las aventuras de Mampato, personaje creado originalmente por Eduardo Armstrong y Oscar Vega. Todas ilustraciones que entretuvieron a miles de niños y adultos durante años y que se han ido entregando de generación en generación hasta el día de hoy.

Un ejercicio que va dejando enseñanzas, que va generando saberes, conocimientos y valores, como los que difundía Lobos a través de sus personajes.  Tal vez una de las más grandes fue la importancia de la curiosidad.Lean todo, hasta los boletos de micro. Lean, lean, porque eso les va a formar un acervo de conocimientos que va a hacer nacer ideas nuevas dijo una vez. Una máxima que hoy pareciera estar perdida entre la televisión y las grandes ofertas de una sociedad que va relegando y desechando lo fundamental, esa búsqueda que da forma a los descubrimientos, a las asociaciones y al lagar del cual se alimenta la creación.

Personajes de Mampato
Personajes de Mampato

vida es búsqueda dice Themo Lobos y eso hacían sus personajes apenas terminaban de desayunar o apenas salían de clases, así como Mampato, que no se quedaba con lo que le enseñaban en el liceo y de inmediato tomaba su cinto espacio/temporal para ir a la época en cuestión. Hoy, cuando la educación está en crisis, esa curiosidad se vuelve fundamental tanto de padres como de estudiantes para ir y buscar, por sí mismo qué es lo hace el mundo funcionar como lo hace actualmente.

La época de creación de Themo Lobos coincidió con la dictadura. El año 1978 se deja de publicar Mampato, tiempos en que también inicia la llegada de personajes extranjeros, que fueron dejando de lado a algunos de los populares nacionales. La raíz se va perdiendo y nosotros en esa oscuridad. “La historieta es un género que puede sugerir una serie de ideas prohibidas, sobre todo cuando hay una dictadura. Entonces, para no correr riesgos, eliminaron todas las revistas de historietas subiendo los costos de impresión. La gente al final prefería comprar un kilo de pan antes que una revista. Y era muy lógico. La dictadura acabó con la historieta” dijo Themo, criticando la situación del Chile de entonces y sus políticas con la libertad de prensa.

El dibujante en su escritorio
El dibujante en su escritorio

Hoy se habla de ilustración, de novelas gráficas, de realizadores  y se van especificando sentidos que sirven para contener esos torbellinos que tenemos dentro los humanos. Antes, sólo había revistas y dibujantes,  antes hubo hombres como Temístocles Lobos y revistas como Mampato, que no solo quería hablar a los niños desde un sentido paternalista, sino como quién recibe a alguien nuevo en el museo de la cultura y lo único que puede hacer s entregar esos fragmentos que aún vale la pena transmitir.

Por eso Mampato siempre es un niño que sale, que investiga y curiosea buscando la huella, buscando una marca que hacía que sus historias terminaran siempre defendiendo a aquellos que estaban en problemas o a los que estaban oprimidos, desenmascarando las injusticias que se toapaba en diferentes momentos en la historia de la humanidad. “¡A los jóvenes no se les puede quitar su derecho a criticar! El derecho de los jóvenes es ser inconformistas“, dijo Themo Lobos y eso estaba en sus historietas y eso leímos todos.

 

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Chile en Viñetas: la odisea de retratar un país diverso


El 02 de Agosto, a través de un sistema de selección aleatorio, se adjudicó este cómic a Carolina Salinas, una de las fans de Facebook. Participaron más de 400 personas, quienes sólo debían marcar «Me gusta» o «Like» en el muro de Facebook para participar. Te recomendamos estar atento(a) porque pronto vendrán más sorteos.


Portada del Libro, ilustrada por Rodrigo López
Portada, ilustrada por Rodrigo López

¿Así somos en Chile?

Están las familias, los amigos, las historias en una universidad en toma. También están las frustraciones de un almacenero; las circunstancias de un joven que  al otro lado del teléfono oye todos los días a su padre disculparse por no poder pagar las deudas que él mismo le cobra. Unas páginas más allá está la  angustia de una adolescente que comparte su vida en las redes sociales. Todo, todo eso ha quedado plasmado en ilustraciones e historias que ahora podrás tener gracias a un sorteo que organizamos a con  la Cafetería de Historietas Café Cómics.

Son  15 los relatos que componen el cómic Chile en viñetas  -editado en mayo de este año- que reúne a más de 20 artistas entre dibujantes, guionistas y diseñadores con el fin de mirar a los chilenos de los últimos años.  Una forma creativa de realizar una panorámica sobre quienes somos, desde una amplia diversidad de creadores.

La ciudad es uno de los principales escenarios de estas historias, que pretenden abarcar la sociedad y su manera de ser en hechos cotidianos. Una forma que permite vislumbrar, si se quiere, la profundidad de las costumbres que día a día recreamos sin reparar en cómo estas construyen nuestra identidad. De esta forma, una simple historia como “El viejo del saco” de Fernando Valenzuela, nos da luces sobre cómo los prejuicios actúan sobre lo desconocido o cómo las diferentes clases sociales se comportan en espacios comunes.

Cada historieta va con los detalles de sus realizadores, así, para quienes se quieran adentrar más en el comic chileno, pueden tomar esta publicación como una guía para comenzar a recorrer por internet diferentes blogs y sitios donde podrán encontrar más trabajos de los autores en cuestión. De esa forma  las 180 páginas originales se  pueden ampliar a gusto del lector.

El libro se puede encontrar en Café Comics (ubicado en Manuel Montt 275, local 263) y en algunas librerías especializadas como Bazinga. También en Laboratorio Editorial Tabula Rasa -editores de este proyecto-  se puede encontrar más información. Cabe destacar que Chile en Viñetas se realizó en conjunto con la Fundación Conin Chile, que combate la nutrición, por lo que el 100% de la recaudación por la venta del libro va en beneficio de estos pequeños.

Si quieres conocer algo más de este proyecto, te invitamos a escuchar este podcast de «Viñetas al Fin del Mundo» o a ver ver este video


Historietas

  • Anatema (Brian Wallis, Francisco Inostroza, Rodrigo Vargas y Sebastián Castro).
  • City Tour (Rodrigo López).
  • Dar el ejemplo (Daniela González, Diego Zúñiga y Kóte Carvajal).
  • Dulce espera (Maycols Alfaro y Juan «Nitrox» Márquez).
  • El hombre es (casi) un creador (Margarita Toledo).
  • En el cerro (Javier Bustos, Mario Abarca y Sebastian Lizana).
  • Hora de almuerzo (Claudio «Caoz» Muñoz).
  • La marea (Sebastián Castro y Josu Hernaiz).
  • La razón del cliente (Cristián Sandoval).
  • Las Aventuras de O’Higgins en Europa (Erick Milla y Claudio «Caoz» Muñoz).
  • Tras el cemento (Francisca Cárcamo).
  • Vacaciones en marcha (Francisco «Foco» Rivera, Carlos Delgado, Moises Galleguillos y Diego Galleguillos).
  • Viejo del saco (Fernando Valenzuela).
  • Zink (Sebastián Castillo y Necrotax).
  • El amor (Kobal, Alonso Molina y Maycols Alfaro).

 

 

http://ergocomics.cl/wp/2012/07/chile-en-vinetas-calidad-solidaria/

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Entrevistas

El lugar de las ilustraciones

La curiosidad gana, y dan ganas de mirarlo todo
La curiosidad gana. Es usual ver a los clientes ensimismados en la tienda

Al entrar sorprende todo y dan ganas de empezar a tomar cosas para saber qué son. Puede ser un lápiz, una taza, una libreta o un libro.  Pero todo tiene un dibujo, una ilustración, una gráfica, haciendo de PLOP! Galería una de las iniciativas más originales y entretenidas del circuito cultural de Santiago.

Desde 2010 opera en el barrio Lastarria. Ahí se ha posicionado con un estilo único de tienda, librería y galería de arte con constantes exposiciones, que mezcla libros ilustrados, obras originales de artistas nacionales y extranjeros, además de objetos para regalar o coleccionar que  juegan a la perfección con el diseño y la gráfica.

La idea nació de los diseñadores Adolfo Holloway y Patricia Aguilera y de los periodistas Isabel Molina y Claudio Aguilera, quienes buscaron un lugar que tuviera como eje una galería dedicada exclusivamente a la ilustración y la historieta, donde pudiera darse a conocer el trabajo de distintos realizadores. Un esfuerzo que luego de dos años  ya tiene resultados concretos. Así lo ve Isabel Molina: “Hoy hay una mayor presencia de la ilustración en la prensa, en las bibliotecas, en los colegios y universidades, prácticamente todas las editoriales le están dando espacio en sus catálogos.  Y sentimos que hemos aportado a que así sea” dice.

Hervi (nombre artístico del legendario humorista gráfico Hernan Vidal) fue el protagonista de su primera exposición. Luego vendrían chilenos como Alberto Montt, Isabel HojasFrancisco Javier Olea, Pati Aguilera, Loro Coirón y Marcela Trujillo y también extranjeros como Oliver Jeffers, Satoshi Kitamura, Cristian Turdera, Diego Bianchi y Laura Varsky, entre muchos otros de gran trayectoria.

Pero, ¿qué diferencia una ilustración de un dibujo? La pregunta podría parecer obvia. Para Isabel Molina todo está en la intención de creador. “Una ilustración es una imagen que cuenta una historia por sí misma. Es una narración que tiene la misma importancia que el texto escrito y se enriquecen mutuamente.

La ilustración en la historia

Visitantes en la galería
Interesados en la ilustración y la gráfica visitan la galería

Desde fines de la década del treinta hasta mediados de los setentas en Chile existió una fuerte cultura del libro. Las revistas infantiles, culturales o misceláneas, vivieron una época de esplendor permitiendo el desarrollo de una gran cantidad de ilustradores e historietistas. Todo respondía a las necesidades de los chilenos de antaño. “En Chile existía una tradición letrada, y sobre todo a partir de los años 30, con el surgimiento y consolidación de la clase media,  la educación, la lectura y cultura en general se transforman en símbolos de progreso y desarrollo colectivo e individual”, dice Claudio Aguilera, uno de los gestores de PLOP! Galería.

Un panorama que cambió drásticamente durante la dictadura, cuando libertad de expresión y el acceso a la cultura fueron sometidos a fuertes restricciones. “Leer, escribir, publicar o estudiar dejó de ser bien visto. La sociedad  se volcó al libre mercado y la cultura no sólo era considerada potencialmente subversiva, también dejó de ser relevante o prioritaria para las políticas pública y quedó fuera de la lógica de mercado”, agrega Aguilera.

En el caso de las revistas infantiles, a esto se sumó la masificación de la televisión y la arremetida de las ediciones extranjeras, lo que obligó a muchas publicaciones a cerrar y a que sus artistas se vieran obligados a recurrir a los periódicos u otras labores para sobrevivir.

“Antes de los años setenta, muchos ilustradores vivían de sus obras. Hoy poco a poco, los creadores nacionales están recuperando su espacio. Es por eso que nos interesa, junto con difundir el trabajo de los ilustradores dentro de Chile, generar relaciones con artistas extranjeros y llevar fuera de nuestra fronteras el talento nacional”, señala.

En ese sentido, una de las finalidades de PLOP! es consolidar una red latinoamericana en torno a la ilustración para lo cual ya mantienen contacto con México, Colombia, Ecuador, Argentina y Brasil. Además, gracias a un Fondo del Libro están preparando el primer catálogo de ilustración chilena, una obra que reunirá a 60 artistas nacionales y se distribuirá en los principales espacios de la ilustración mundial.

Mientras los proyectos internacionales se desarrollan, siguen consolidando un mercado interno para la ilustración y la historieta. “Tenemos dos segmentos de público: uno compuesto por jóvenes y estudiantes, que vienen a nuestros lanzamientos o exposiciones, y optan por llevar libros u objetos ilustrados, y otro público, con un poco mayor poder adquisitivo, que tiene interés por coleccionar de forma seria e informada ilustración e historieta chilena. Algo que no sucedía hace un par de años” comenta Isabel Molina.

Isabel Molina y Claudio Aguilera
Isabel Molina y Claudio Aguilera

Para Claudio Aguilera hay otro aspecto relevante: la capacidad de la ilustración y la historieta de desarrollar una mirada atenta y crítica.  “Es necesario enseñar y aprender a leer imágenes. La ilustración, como cualquier otra rama de las artes visuales, tiene un lenguaje y signos que uno tiene que aprender a codificar. Sería muy útil entregar una educación visual, porque así uno podría ver los noticiarios, las fotos en el diario o una publicidad, y saber qué significa una imagen en un  contexto determinado, cuál es el mensaje y la opinión que está transmitiendo. Me parece un paso esencial para ser ciudadanos críticos y ahí el libro ilustrado y la novela gráfica pueden ser un gran aporte”.

Disciplinas con una creciente presencia tanto en el mundo editorial, como en los medios de comunicación, investigaciones académicas, bibliotecas y colegios. La ilustración y la historieta están siendo reconocidas también como potentes herramientas de promoción del libro y la lectura. “Así lo ha comprendido también el Ministerio de Educación, que ha incrementados sus compras de libros ilustrados  y apostado por publicaciones que conjugan textos clásicos y poesía con propuestas gráficas, ayudando al desarrollo de la ilustración y proponiendo un concepción más amplia del libro”, puntualiza uno de los dueños.

Por lo pronto, podemos contarles que Leamos Más se adscribe a esta postura, la misma que nos invita a leer no sólo textos lineales o hipertexto, sino que también imágenes e ilustraciones . ¡Es que vivimos rodeados de ellas!   tanto que casi no nos damos cuenta que necesitamos afinar nuestras habilidades para entenderlas a cabalidad. Lo mismo  pasa con la música: es un gusto adquirido, que se disfruta en cómodas medidas.

Y de esta conciencia y valoración por la ilustración es que nace un nuevo vínculo con PLOP! Galería, dando pie a actividades, proyectos e iniciativas coordinadas con otras bibliotecas con el fin de reforzar la lectura y la ilustración en todos sus colores, formas e interpretaciones.

Te invitamos a visitar Plop Galería, ¡acá van los datos!

Dirección: Merced 349. Local 7. Barrio Lastarria (Metro Bellas Artes o Metro Católica)

Teléfono: (56-2) 6332902

Mail: [email protected]

Horario: Martes a domingo de 12.00 a 21.00 hrs. (15.30 a 16.30 hrs. cerrado)

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La conducta lectora en el contexto escolar: formando docentes y encargados de biblioteca

Desarrollo de una de las clases
Desarrollo de una de las clases

Tras finalizar el  Taller de Capacitación «Metodología de Trabajo Aula Biblioteca para desarrollar conductas lectoras en los estudiantes secundarios», el equipo de Leamos Más reporteó algunas de las impresiones de los participantes. Aquí, una mirada a un proceso de aprendizaje que implicó  casi tres meses de trabajo.

 

Fueron más de 30 las personas que semana a semana se acercaron a la Sala de Literatura en la Biblioteca de Santiago para participar en el taller “Metodología de Trabajo Aula-Biblioteca para desarrollar conductas lectoras en los estudiantes secundarios”, que unió fomento lector, bibliotecas y profesores. ¿El fin? Compartir experiencias y aprender las nuevas tendencias de lectura a nivel mundial.

La actividad, desarrollada por la bibliotecóloga e investigadora Claudia Gilardoni en el marco del plan de difusión y retribución de su reciente pasantía en Finlandia -país líder en temas de fomento de la lectura de acuerdo a los últimos resultados de la prueba PISA- tenía por motivación presentar la experiencia de este país escandinavo, así como difundir y enseñar una forma práctica para trabajar la lectura con jóvenes, vinculando el quehacer de los profesores y el de los encargados de las bibliotecas CRA(Centro de Recursos de Aprendizaje).

El llamado a participar se realizó con ayuda del MINEDUC, y se hizo extensivo a  todos los colegios municipalizados y particulares subvencionados a través de la Biblioteca de Santiago, el  Consejo de la CulturaLeamos Más, siendo éste un  movimiento para el  fomento lector encabezado por Gilardoni. Para esta profesional la invitación tuvo una buena acogida: “Llegaron más de 80 interesados, de los que se seleccionaron 40. La idea era trabajar con un número de personas que permitiera desarrollar una metodología de fomento lector dirigida al segmento de los adolescentes. Y,  a través del aprendizaje de cada sesión, ir diseñando un proyecto lector que naciera de los mismos participantes, considerando su experiencia y conocimiento respecto al contexto y localidad de cada establecimiento. De esta forma se  pueden aunar los esfuerzos de los coordinadores y encargados CRA con los del quehacer del docente en el aula” dice.

En otra de las sesiones, trabajando en grupo
En otra de las clases, trabajando en grupo

La necesidad, comenta Gilardoni, surge de la precariedad de los proyectos  y planes de trabajo para fomentar la lectura de manera  concreta en las escuelas, sobretodo en el marco de las recientes políticas públicas que ponen énfasis en el diseño y aplicación de estrategias lectoras considerando intereses y aficiones particulares de cada persona, para individualizar las inquietudes y motivaciones que cada lector pueda tener. Por ello, el producto del taller, que duró alrededor de tres meses, fue un proyecto de fomento lector que cada uno de los 30 asistentes desarrolló clase a clase de manera grupal, de forma que después  pudieran replicar lo aprendido en sus propios establecimientos.

Algo que algunos ya han hecho, como la profesora de lenguaje Elizabeth Rojas del liceo Esteban Kemeny de Pedro Aguirre Cerda. “A veces uno no sabe lo que les gusta leer a los jóvenes, pero apliqué algunas cosas que aprendí acá y así me enteré que a los chicos les interesan los cómics japoneses, entonces hablé con la directora y trajimos unos ejemplares y fue un boom”, dice.

Así mismo, comenta que existe la necesidad de considerar más la biblioteca, sobre todo la de algunos de sus colegas: “Acá han llegado personas que trabajan en colegios donde no hay interés por la biblioteca, en que no se valoriza. Entonces, la idea de este proyecto que trabajamos junto a mis compañeros de grupo, es que se tome en cuenta el trabajo profesional  y que también se pueda mejorar la infraestructura, ya que es importante tener un buen lugar para leer”, dice.
Para la profesora de francés a cargo de la biblioteca del colegio Luis Vargas Salcedo de Cerrillos Javiera Bahamondes, los contenidos aprendidos permiten generar nuevas formas de acercar la lectura a los jóvenes. “Los contenidos teóricos son cosas que van motivando y permite sacar ideas para mejorar la labor de uno, por ejemplo, cómo motivar a los jóvenes para que se encanten con la lectura. Son pocos los espacios que tenemos los encargados de CRA para aprender nuevas estrategias porque la mayoría de los talleres se da para enseñanza básica. Algo vital pues yo estoy a cargo de la biblioteca de media”, finaliza.