¿Qué son las habilidades informacionales? la respuesta a esta pregunta parece ser muy necesaria para contarles el desarrollo de esta iniciativa, que marca la cuarta entrega de las Cápsulas Lectoras.
La AASL (American Association of School Libraries) señala que son las «habilidades para encontrar y usar información«. Esta clara y breve frase es citada en el documento de la IFLA : «Directrices sobre habilidades informativas» , el mismo que se apura en comentar que “los estudiantes con habilidades informativas acceden a la información efectiva y eficientemente, evalúan la información de manera crítica y competente y la utilizan de manera creativa y precisa”.
Con este marco, podemos agregar que, en Chile, las habilidades informacionales han sido estudiadas y desarrolladas en las bibliotecas universitarias. Las pocas experiencias en educación secundaria han sido desarrolladas por Yasna Catalán, Jefe de la Biblioteca de la Universidad de Concepción, campus Chillán y Magíster en Educación. Para ella y su afán por desarrollar programas de ALFIN (Alfabetización Informacional) va esta Cápsula Lectora.
Para conocer el programa “ALFIN para Cuartos Medios” que Yasna ha implementado, le pedimos una entrevista. De temperamento amable, y conversación llana, Yasna no tuvo problemas en explayarse contando los pormenores de su trabajo, así que partí muy entusiasmada inquiriendo detalles respecto a su inquietud por desarrollar programas de infoalfabetización, y esto fue lo que nos comentó: «La inquietud estuvo siempre. Casi toda mi carrera profesional la he realizado en instituciones de enseñanza superior. Al realizar los `Programas de formación de usuario` durante el primer año de universidad detectaba la enorme falencia que había entre los estudiantes que ingresan a la universidad, en torno al uso de la biblioteca y sus recursos. Aún con todo lo que se habla de ALFIN (Alfabetización Informacional) es lamentable comprobar que muchos estudiantes de enseñanza media no tienen la posibilidad de contar con un programa de infoalfabetización. Además tuve la posibilidad de comenzar a estudiar el área de infoalfabetización con una “Maestra”, con la Dra. Gladys Matus Sepúlveda. Ella fue la primera persona del área de la bibliotecología que escuche hablar de ALFIN, con un concepto distinto a la tradicional ´formación de usuarios´. Bajo este concepto de la Dra. Matus, ALFIN era algo más que enseñar a usar automáticamente las bases de datos u otros recursos«.
En su afán por innovar, Yasna no sólo tocó la puerta de los establecimientos educacionales con los que quería trabajar. También lo hizo con la institución en la que se desempeña: la Universidad de Concepción. De esa forma logró que se autorizara su permiso para trabajar en los colegios y Liceos de la zona, que pusieran recursos a disposición del proyecto y que éste se incorporara a la planificación anual del Sistema de Bibliotecas. «Mi institución me permitió cumplir con un deseo, que para mí era importante: trabajar con la comunidad externa. Creo en las bibliotecas universitarias de puertas abiertas» señala Catalán.
A la fecha, esta emprendedora bibliotecóloga, ha realizado programas de ALFIN en varios establecimientos educacionales en la ciudad de Chillán y en las comunas de San Ignacio y San Nicolás. Empezó trabajando con el Colegio Padre Hurtado, y siguió avanzando con el Colegio Agrícola de Chillán, el Liceo Técnico Agrícola San Rafael, el Liceo Politécnico de San Nicolás, el Liceo Técnico Puente Ñuble y el Liceo Maria Ward. Después de 3 años en esta labor, su percepción ha cambiado: « creo que la experiencia me ha permitido adecuar el programa de habilidades informacionales a distintos niveles educativos, así mismo he aprendido a comunicar las ventajas de este programa de manera dinámica y activa, buscando siempre encantar a los estudiantes.»
Resultados e Impacto
Yasna está consciente de la importancia de ir desarrollando estos programas en la educación secundaria.Y no sólo de ello: también de demostrar que este tipo de competencias deben ser abordadas en los programas curriculares. Más que convencer a los alumnos, al parecer el desafío es que los profesores, Jefes UTP y Directivos escolares se entusiasmen y participen de esta iniciativa. Y es que los principales beneficiarios se motivan de inmediato. «Para ellos todo es novedad», comenta Yasna respecto a los alumnos. Y agrega: «Descubren un mundo distinto, donde se les enseña qué es la información. No sólo su definición, también las razones por las cuales la necesitan. Y esto no pasa sólo para hacer sus deberes escolares, sino también para prepararlos como ciudadanos responsables, con opinión. Tratamos que entiendan que las técnicas que les entregamos les van a servir, para toda la vida, para un aprendizaje continuo y lo más importante que aprendan a evaluar esa información (crítica) y la comuniquen en forma ética, con las citas y referencias respectivas.»
Para despertar el interés de los alumnos, Yasna tiene algunas estrategias que comparte con nosotros: «Los asustamos un poquito, y les hablamos de los programas o software que actualmente descubren el plagio, como Docode de la Universidad de Chile o Turnitin. Para los interesados en llegar a la universidad, saber que los pueden descubrir copiando y pegando, no es una buena noticia.»
Paulatinamente, los establecimientos educacionales están considerando elaborar programas y proyectos que desarrollen en el estudiantado sus habilidades, no sólo para buscar la información, también para procesarla y descubrir qué hacer una vez que fueron capaces de llegar a esa información. Al respecto, Catalán señala que no han tenido el mismo éxito en todos los liceos y colegios con los que han trabajado: «cuando invitamos a los liceos a participar, nos preocupamos incluso en ir a buscar y a dejar a los alumnos. Vamos en locomoción que pone a disposición la Universidad de Concepción. A veces nos hemos encontrados con casos en que los alumnos no vienen a cargo de ningún profesor. Eso nos lleva al cuestionamiento respecto al interés que los docentes ponen en estas capacitaciones, ya que si el profesor no participa, ¿de qué forma se va a generar el vínculo con el colegio o liceo?. En este caso los alumnos deben ser nuestros promotores, porque llegan preguntando al liceo por los servicios del CRA»
Yasna tiene muy claras las debilidades y fortalezas de este tipo de programas, por lo que se apura en precisar: «No quisiera desanimar a los colegas que quieran emprender un proyecto de este tipo, ya que también hemos tenido casos en que los alumnos han participado con el profesor de una asignatura, el cual inmediatamente se siente motivado y al próximo año nos está ubicando, para trabajar con otro curso. Es en estos casos donde existe un seguimiento, puesto que los profesores nos comunican sus intereses de búsqueda y hacemos trabajos prácticos, que luego ellos evalúan. Igualmente los alumnos aprenden a presentar una bibliografía y a citar correctamente.». La vinculación con los establecimientos educativos es otro aspecto que esta profesional destaca: «ahora sólo falta que más bibliotecólogos se atrevan desde sus universidades. En la medida en que la acreditación y su aspecto relativo a la ´Vinculación con el Medio´ se vaya masificando, será posible que otras bibliotecas universitarias se atrevan con este desafío».
El perfil del profesor que participa de estos programas ALFIN es un aspecto importante, generalmente son docentes «busquillas», que acostumbran usar mucho el computador, internet, aplicaciones, etc. A este respecto, la bibliotecóloga comenta: «generalmente el vínculo se genera con los profesores jóvenes y con aquellos que creen en la estrategia de unión entre la biblioteca y proceso educativo».
Toda iniciativa conlleva una cuota de dificultad. De otra manera, no sería tan sabroso el gusto por los logro en la medida que se van logrando. Este caso, Yasna Catalán tiene muy patentes los aspectos más débiles o complicados del proyecto: «Lo más complicado, al principio, fue ingresar a los liceos a través de la biblioteca escolar o CRA. Las personas encargadas, no entendían nuestra intervención, no comprendían el alcance de nuestro trabajo. En algunos casos creían que sus trabajos corrían peligro con nuestra presencia. No comprendían por qué queríamos trabajar con los alumnos, en un proyecto gratuito». Esto fue rápidamente comprendido por los gestores de este proyecto, por lo que decidieron ingresar a los liceos a través de Dirección del Establecimiento o a través de la Unidad Técnico Pedagógica.
Los estudiantes de cuarto medio con los que he trabajado no diferenciaban las secciones de una biblioteca, no conocían lo que es una hemeroteca, y mucho menos sabían de la existencia de una sección de reserva, por ejemplo.
En la medida que se desarrollan estas intervenciones y actividades de tipo práctico, tanto profesores como alumnos le van tomando el gusto a aprender. Perciben, en la práctica, los beneficios de manejar adecuadamente las estrategias en búsqueda y uso de la información. Naturalmente eso puede dar pie a seguir profundizando e incluso a desarrollar proyectos de mayor envergadura. Y respecto a esta motivación se nos comenta: «Hay personas motivadas por naturaleza, es posible que en un inicio sólo exista la voluntad, pero poco a poco se va ganado el espacio. El programa “ALFIN para Cuartos Medios” sólo es una de las varias actividades que nuestra biblioteca tiene en beneficio de la comunidad externa. Inicialmente empezamos con los CESFAM (Centros de Salud Familiar) y fue eso lo que nos hizo imaginar otro escenario y atrevernos con los establecimientos educacionales». Yasna aconseja en este sentido: «lo importante es entrar siempre con respeto a la comunidad que se quiere ayudar, no se deben esperar grandes cambios inmediatos. Seguramente los cambios serán paulatinos, sólo se debe pensar en dar la mano a una comunidad que lo necesita».
Difusión en Alfabetización Informacional
“ALFIN para Cuartos Medios” también ha considerado actividades de difusión para ponerlo a disposición de otras instituciones universitarias y darse a conocer en el medio. Para ello, Yasna ha hecho una labor de producción de ponencias y artículos basados en la experiencia que ha ganado en esto tres años trabajando en ALFIN en educación secundaria.
Ha expuesto en congresos y jornadas de bibliotecología, en uno de los cuales presentó la ponencia «Compromiso social y vinculación con el medio. Un aporte a la educación, la inclusión, la comunidad y a la gestión d e la biblioteca universitaria«. Paralelamente el programa «ALFIN para Cuartos Medios» se ha dado a conocer en medios y en noticias locales y también en un artículo, que Yasna publicó en una revista especializada de bibliotecología. Para quienes tengan interés en seguir aprendiendo sobre este tema, les recomendamos leer este artículo titulado: «Informacion científica, bases de datos y alfabetización informacional (ALFIN) para todos«.