Categorías
Fomento lector

Los Juegos del Hambre v/s los Juegos del Libro

Este fin de semana ví en video «Los Juegos del Hambre«, historia de la que había oído hablar mucho. Confieso que ni me había acercado al film o al libro (mejor dicho a la trilogía ya que es una saga de tres novelas de la escritora norteamericana Suzanne Collins). Pero tuve algunas motivaciones extras que me impulsaron a ver la película, gracias a lo cual descubrí una historia interesante y  me dieron ganas de leer los libros. Como me quedé con gusto a poco esta obra se transformó en nueva alternativa de lectura para mis deseos lectores 2013.

research

Pero volviendo al punto, decidí verla no sólo por mera entretención, también porque  la gamificación ha sido uno de mis intereses este último tiempo, y aunque no lo crean hay relación entre una cosa y otra. ¿Curiosos por conocer ese nexo? les cuento: unos  bibliotecarios de la Universidad de Texas desarrollaron un video titulado «The Research Games: you learn or you die» (Los juegos de la investigación: o aprendes o mueres») el cual se inspira completamente en la película «Los Juegos del Hambre». El video tiene dos partes (de 9 y 2 minutos respectivamente), y es un trabajo de muy buena calidad, con casting, desarrollo de personajes, trama, locaciones, vestuario, maquillaje y toda la dedicación que un trabajo de este tipo merece. De acuerdo a lo que revisé, el video se basó en  «Los Juegos del Hambre» porque se necesitaban una historia popular que hiciera verosímil el hecho de jugarse el «todo por el todo», y por la necesidad de recurrir al concepto de «mentores» para  tener ayuda. Pues bien, los astutos bibliotecarios usaron su buen humor  y se prestaron para disfrazarse y adquirir diversos roles como forma de evidenciar la ayuda que un bibliotecario le brinda a un estudiante universitario: de esa forma nace el  experto en artes marciales, otro especialista en estrategias bélicas y en guerras. Otros, en cambio, conservaron un rol más tradicional, y se quedaron con los roles de la bibliotecaria del fondo histórico validando la importancia del libro impreso,  y el bibliotecario «computín» o tecnológico experto en TIC’s y en tecnología de punta para diseminar información, etc.

A los universitarios la ayuda les caía del cielo a veces, al igual que en la película
A los jugadores universitarios la ayuda les caía del cielo a veces, al igual que en la película

Los videos tienen muchos guiños a la película, incluyendo el hecho que sólo un ganador logrará sobrevivir en estos «Juegos de la Investigación».

¿Relación con la Gamificación?

Por ahora todo parece indicar que los bibliotecarios de Texas produjeron estos videos con tres objetivos:

a) Motivar a los estudiantes de los campus de su Universidad a usar los recursos de las bibliotecas (presenciales y virtuales)

b) Destacar el rol del bibliotecario

c) Potenciar las habilidades informacionales como un arma a favor de los universitarios. Después de todo, si un estudiante no sabe buscar información, ¿cómo va a estudiar?

Sin embargo, relacionando el juego con la Gamificación, no observo una continuidad del video, tanto en concursos u otras actividades que exijan un rol más participativo de los alumnos en relación al video o al mismo hecho de investigar  usando todos los recursos de información que las bibliotecas disponen. No deja de causarme extrañeza este hecho, ya que «Los Juegos de la Investigación» ejemplifica muy bien la importancia de ser rápido y preciso en las búsquedas de información, especialmente cuando hay poco tiempo para estudiar y estamos invadidos por información de todo tipo y calidad. Pero al parecer esta etapa del trabajo considera sólo la parte audiovisual y la motivación de la historia.

Sería interesante saber si en las bibliotecas de la Universidad de Texas planean  darle un giro a la historia recurriendo a estrategias de gamificación. Por ahora, con la interrogante presente, les dejo el video introductorio:

Y su continuación, el desenlace de la historia y el ganador de «Los Juegos de la Investigación»

¿Y los  Juegos del Libro?

En la historia vemos que los alumnos son retados a buscar de la forma más rápida un ejemplar de «El Arte de la guerra« de Sunt-Tzu. La prueba es planteada por una de las profesoras de la universidad. Para sortearla, los alumnos recurrirán a toda suerte de alternativas: algunos lo descargan de una base de datos, otros corren a las estanterías a buscarlo, otros recurren a la copia de reserva, etc. Se muestran varias opciones para obtener el preciado tesoro y ganar la competencia, validando el hecho que unas soluciones consideren una copia impresa, otra digital, u otra de una base de datos.

En las bibliotecas nos vemos puestos a prueba constantemente para promover los distintos recursos de información por los usuarios. En mi caso, trabajando en el  Sistema de Bibliotecas de la Universidad del Pacífico todos los años junto a mis colegas y equipo de trabajo me veo en la necesidad de enseñar a los alumnos de primer año a usar la biblioteca durante las primeras semanas de clases. Para ello hay diversas formas de realizar la llamada «inducción de usuarios»: un video, un tutorial, una charla masiva, una clase, etc. Desde hace años enfrento la misma situación, y últimamente he recurrido a otras dinámicas para hacer de la biblioteca un lugar popular entre los novatos universitarios. Desde hace un tiempo realizamos charlas especializadas en la sala de clases de los alumnos de primer año, de acuerdo a las distintas carreras, momento en el cual les enseñamos a usar los distintos recursos de acuerdo a las necesidades específicas que su disciplina demanda. Este año hemos decidido complementar ese trabajo con una parte lúdica basada en la gamificación.  Y es así como nacen «Los Juegos del Libro». Concuerdo en que el juego de palabras puede no ser tan novedoso, especialmente después de ver el video, pero creo que le da un giro interesante usando el nombre de un libro que ha sido popular entre los jóvenes.

Por ahora, «Los Juegos del Libro» no han comenzado, precisamente estamos preparándonos para ello, informando en redes sociales esta novedad, pero prometo que cuando el juego termine, les contaré cómo ha resultado y que conclusiones saco de esta iniciativa.

Sería interesante conocer la opinión o ideas de los lectores de Leamos Más frente al eterno reto de masificar el uso de las bibliotecas y de la lectura entre sus usuarios. ¿Nos contarían sus experiencias?

¡Ese si que es un desafío digno del mejor de los juegos!

Categorías
Columnas y artículos Destacado

Gamificación: ¿Qué es y para qué nos sirve?

La gamificación se basa en la entretención que genera el juego: mientras más se juega, más se aprende
La gamificación se basa en la entretención que genera el juego: mientras más se juega, más se aprende

Es cierto: queremos que las personas lean más y mejor. Queremos más lectores inquisitivos en las bibliotecas, queremos más preguntas de referencia y queremos un aumento en las estadísticas de uso de los servicios que ofrecemos en los distintos tipos de unidades de información. También es cierto que hemos probado varias formas de hacer atractivo el uso de los libros, las bibliotecas y en general de fomentar la lectura. La tecnología ha estado de nuestro lado: redes sociales, aplicaciones, e-readers, etc. La lista es extensa y variada. La gamificación es una alternativa más que demuestra que la tecnología y las aplicaciones se ponen de nuestro lado para ayudarnos.  En este caso, sin embargo, hay algunas diferencias que han llamado mi atención ya que llevan la entretención a su máxima expresión, y -lo que es más interesante- mezclan el mundo virtual con el real.

La gamificación se ha estado desarrollando desde hace algunos años en las bibliotecas. Para quienes no estén familiarizados con el vocablo, puedo comentar que éste tiene su origen en la palabra en inglés “Game” (juego) de la cual deriva Gamification (que se podría traducir -aunque no es exacto- como ludificación). Desde ese término, los hispanoparlantes usamos  “Gamificación”, lo cual alude a una metodología que se basa en la tecnología y el uso de redes sociales para atraer usuarios o adeptos a un servicio/producto valiéndose del juego como principal atractivo. Utiliza el diseño de juegos y sus mecánicas, así como también mucho diseño e ilustración. A veces la gamificación tiende a confundirse con los videojuegos, pero difiere de éstos ya que sus fines que van más allá de lo lúdico.

Inocentemente, todo comienza con un terrón de azúcar: una dulce tentación que genera un vínculo entretenido con el usuario. Y éste, en la medida que disfruta el dulce, participa y aprende diversos contenidos bajo la forma de una sutil entretención. Lo que el juego pretende es dar respuesta a un requerimiento en especial. Éste puede ser la respuesta a una pregunta, la forma de ejecutar una tarea o de realizar un proceso en la biblioteca. De esta forma, sin siquiera darse cuenta, el usuario que ha probado el terroncito es guiado por un camino en el cual recibe recompensas a medida que avanza y aprende. Las recompensas apelan al espíritu lúdico que hay en todos, y van desde etiquetas, insignias (badges) por avanzar en etapas, e incluso premios tangibles.

La Biblioteca de NY tiene todo un proyecto en torno a la gamificación
La Biblioteca de NY desarrolló todo un proyecto en torno a la gamificaciónm llamado «Encuentra el Futuro» (Find The Future)

El usuario puede ser etiquetado como «mega lector»; «aprendiz de mago»; «lector novato» y una serie de otras calificaciones que le dan reputación respecto a los otros jugadores o lectores que usan la misma aplicación. Veamos como funciona con un ejemplo más concreto: si detecto que los usuarios de una biblioteca universitaria de la Facultad de Ciencias de una determinada Casa de Estudios no usan las bases de datos, puedo usar una aplicación en gamificación para motivarlos a que se acerquen a este recurso y desarrollen gusto por usarlo. Otras opciones para icentivarles sería mostrarles un tutorial, dar una charla en sus salas de clases, citarlos a una demostración en la biblioteca, etc. Pero  generalmente  no sabemos si aprendieron, o si repetirán el ejercicio cuando se encuentren frente a una duda que amerita el uso de bases de datos. Ante esta situación, la gamificación  es una alternativa válida porque desde una perspectiva tecnológica y entretenida enfrenta al estudiante con un tema que le puede resultar árido o incluso aburrido, ya que quizás lo relacione con sus deberes académicos.

Siguiendo con el ejemplo, hago un plan de difusión para dar a conocer a los estudiantes de la Facultad de Ciencias que hay una nueva aplicación para usar bases de datos.  Se les pide que ingresen a un sitio web o plataforma en línea, donde están todas las instrucciones del juego. Una vez «logeados» las fases del juego irán explicando en forma didáctica, con muchas imágenes, y  usando mensajes breves y precisos que hay herramientas diversas para encontrar información, que van desde uso de motores de búsqueda, usar el google académico, buscar en el catálogo de la biblioteca, repositorios o en bases de datos. A medida que explica los distintos medios, se van destacando las ventajas del uso de bases de datos y se da puntaje y recompensas para aquellos que  las usen. Se puede presentar un video introductorio o un tutorial,  luego de lo cual, se le pide al alumno que busque un par de temas en las Bases de Datos. En estos casos, las peticiones no son complejas, la idea es hacer ejercicios simples. Frente a este reto del juego, el usuario puede usar la aplicación para enviar -en línea- algunos papers que haya descargado de la base de datos. Estos resultados llegan a un bibliotecario referencista quien los revisa y asigna puntaje. Todo esto funciona en tiempo real, ya que con una buena logística se puede tener a un referencista evaluando las fuentes que seleccionaron los alumnos en un horario pre definido.  Una vez que el usuario recibe su puntaje, éste puede aparecer publicado en su muro de facebook (si la aplicación y ellos así lo permiten) o simplemente puede aparecer como dato más en la ficha del alumno. De acuerdo al puntaje (que se va sumando al que el jugador ha ido acumulando) el alumno puede tener una nueva categoría, como por ejemplo «investigador» y recibir una insignia u otra recompensa.

Si al final del día todos queremos que los lectores de una biblioteca pidan más libros, que comenten lo que han leído, que sean autónomos y hasta que nos dejen mensajes en el fan page de nuestras páginas en Facebook, creo que es interesante ir descubriendo nuevas artimañas que la tecnología pone a nuestro servicio. Además de adaptarnos al estilo y medios que los usuarios utilizan, estaremos descubriendo nuevas formas de comunicarnos con ellos desde una perspectiva más informal, relajada y amena.

Algunos ejemplos extranjeros

La expresión de los limones indica el resultado de una fase del juego
La expresión de los limones indica el resultado de una fase del juego

En Gran Bretaña, la biblioteca de la Universidad de Huddersfield usa la gamificación para la inducción de usuarios de primer año. Tienen un sistema para bibliotecas universitarias llamado “Lemon Tree” (Limonero) que enseña a los alumnos técnicas básicas para usar los servicios. Mediante un clásico carné de biblioteca que pasa de un azul  congelado a un rojo hirviendo,  el usuario va ganando puntos en la medida que acierta en sus respuestas. También tiene un sistema de rendimiento y resultados por facultad, y una página en Facebook.

Al principio del post les señalé que hay algunos casos interesantísimos donde la gamificación lleva el juego a la vida real: eso fue lo que pasó en Nueva York. El año 2011 la biblioteca pública de la ciudad manzana usó la gamificación para celebrar su centenario, y crearon una aplicación que titularon «Encuentra el Futuro». Lo mejor del caso es que el juego le pedía a los participantes que incluso escribieran breves ensayos en base al tema. Finalmente,  la noche del 20 de mayo, los organizadores del juego citaron a los 500 jugadores con más puntaje para que se encerraran en la biblioteca a desentrañar misterios cual Indiana Jones. Lo que debían descubrir eran 100 objetos que han inspirado a la humanidad, como por ejemplo una carta de Charles Dickens o una copia de la Declaración de la Independiencia de los Estados Unidos.  Lógicamente los que descubían las pistas y avanzaban tenían más puntaje hasta llegar a un gran ganador final. Esta actividad suscitó mucha atención en la ciudad y en los medios. La  revista Wired publicó un artículo titulado «Una noche en la Biblioteca de Nueva York«  que recomiendo leer y ver, porque además viene acompañado de un video muy motivante.

 

Algunos casos que -quizás- conocemos y usamos

La gamificación está presente en nuestras vidas desde hace bastante tiempo bajo la forma de aplicaciones que podemos bajar en nuestros smartphones. Personalmente uso foursquare (para comentar lugares que frecuento), waze (para el tráfico y rutas de manejo) y ahora empezaré a usar Nike+ (para trotar). Eso me ha ayudado a entender mejor como podría funcionar un servicio de gamificación en una biblioteca y a darme cuenta de lo interesante que es jugar en un entorno ficticio. Sólo se ven las etiquetas y avatar de otros jugadores quienes -como yo- buscan un buen restaurant,  quieren motivarse para trotar, o simplemente buscan la ruta más despejada para llegar a sus casas. Los juegos, las insignias y etiquetas no son sólo para los niños: a todos nos gusta jugar, y prueba de ello es que estas aplicaciones son muy bien recibidas por personas de todas las edades. Si les interesa aprender un poco más respecto a como podría funcionar la gamificación en un entorno bibliotecario, les sugiero hacerse fans de estas aplicaciones y darle cuerda a su imaginación y creatividad.


Este artículo fue publicado originalmente, por la misma autora, en Infotecarios el 13 de marzo 2013