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Fanfiction: ¿tendencia literaria?

«En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas, opta por una y elimina las otras (…). Crea, así, diversos  porvenires, diversos tiempos, que también proliferan y se bifurcan.»

J.L. Borges,  «El jardín de los senderos que se bifurcan».

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Qué significa Fanfiction? Este término, traducido al español, significa algo así como ‘ficción escrita por fans’. Y esta ficción replanteada por los admiradores de una obra,  les permite basarse en los textos literarios como referentes para tomar  el rol del escritor y elabora su propia trama de la historia. El área de inspiración para estos escritores-lectores es bastante amplia: novelas de todo tipo (las de la Jane Austen, junto con las sagas de Harry Potter y Crepúsculo arrasan en la red), historietas, animé, mangas, películas, juegos… si tomamos solamente el caso de los fanfiction (o fanfics) derivados de la literatura podremos descubrir que estos nuevos textos surgen desde libros validados por los adolescentes.

Gracias a esto aparece un universo ajeno a la escolarización, pero adquirido por los jóvenes desde la informalidad. Estas historias recreadas los representan y por eso se las apropian. Y si a ello agregamos las nuevas formas de lectura que se generan a través de internet, podemos ir entendiendo ese amplio panorama en donde las delimitaciones entre escritor y lector son cada vez más difusas.

Jóvenes: leyendo y escribiendo en otros márgenes

Durante las 21as Jornadas para Docentes y Mediadores en Lectura de la Feria del Libro Infantil y Juvenil (Buenos Aires 2011) el pedagogo catalán Daniel Cassany dio una charla titulada Literatura juvenil electrónica: remix, fanfic, posts y blogs’. En ésta señaló que escribir mensajes de texto, blogs y en foros de Internet delimita la capacidad de procesar textos escritos y leídos de forma correcta y eficiente pero, al mismo tiempo, que los adolescentes están leyendo y escribiendo más que nunca, pese a que lo hacen en ámbitos no autorizados, evaluados o convalidados por los canales educativos oficiales.

Claro ejemplo de cómo los fanfic pueden impactar en el mercado literario
«Master of the Universe» es un claro ejemplo de cómo los fanfic pueden impactar en el mercado literario

Cassany señala que  la red propicia tanto la lectura como la escritura y los adolescentes se aprovechan plenamente de esto; sin embargo, esta actividad netamente literaria no se refleja en los resultados medibles dentro de las materias afines del colegio, como lo es el área de Lenguaje. Según este autor, el problema puede ser de las instituciones educativas, al no adaptarse correctamente a esta nueva realidad. Y aquí va contra la idea estereotipada —y al revés— de que las redes sociales están dispersando la capacidad de concentración y desarrollo lingüístico de los jóvenes.

En esta línea, puedo dar como ejemplo la novela erótica ’50 sombras de Grey’, la cual empezó como un fanfiction de Crepúsculo titulado ‘Master of the Universe’ en donde, lógicamente, los protagonistas originales eran Bella y Edward. Dado la gran popularidad que adquirió este fanfic en la red, es que terminó convirtiéndose en el popular Best Seller conocido a nivel mundial.Por otra parte, como ya es sabido, internet no filtra contenidos, por lo que, en algunos casos, los jóvenes estarían expuestos a leer contenidos no aptos para ellos.

 Fanfiction versión chilena

Pero este no es el primer caso en donde un escritor de fanfiction logra convertirse en un éxito editorial: Francisca Solar, escritora chilena, publicó – a los 21 años y mientras estudiaba Periodismo –  en Fanfiction.net su versión del sexto tomo de la saga de Harry Potter, ‘El ocaso de los altos elfos’, dos años antes de la aparición del sexto tomo original escrito por J. K. Rowling. El éxito de esta versión conllevó su traducción al inglés e italiano, con más de un millón de lectores a nivel mundial, y se ha reconocido en cátedras y tesis académicas como uno de los ejemplos más exitosos de este fenómeno de escritura online en el mundo. Esto llamó la atención de la editorial Random House Mondadori quien le ofreció un contrato editorial para escribir una saga encabezada por “La Séptima M”. Con esto, el despliegue del desarrollo editorial de la autora. En palabras de Francisca: “Todas las cosas que sé sobre literatura, sobre escribir, las aprendí en el mundo del fanfiction. Se lo debo todo”.

Las sagas literarias y el Fanfic

Aunque no todos los fanfiction derivan de la literatura, sí es interesante destacar algunos nexos entre ellos y las sagas literarias:

  • los lectores de sagas escriben y leen más fanfiction.
  • las sagas son transficcionales e integradoras de distintos lenguajes (exponentes de las nuevas prácticas culturales: tendencias en lectura y escritura en medios electrónicos).
  • tanto las sagas como los fanfiction podrían considerarse ‘nuevas’ formas de lectura y escritura con gran potencial para la promoción de la educación literaria.

Al respecto, algunos puntos interesantes a considerar son:

  1. cómo desde un tronco inicial se desarrollan múltiples narraciones sobre la base común de un espacio, tiempo y/o repertorio de personajes.
  2. El papel estratégico que juega el lector/receptor: él es quien elige saga de culto y la imita en formatos y lenguajes distintos.
  3. Las sagas y los fanfiction son ejemplos de la dinámica entre fragmentos e integración entre conjuntos textuales mayores: el límite entre escritor – recreador – lector podría formar, entonces, una nueva categoría: los ‘escrilectores’.
  4. Además, y con una mediación responsable y adecuada, las sagas y los fanfiction pueden establecer puentes entre jóvenes y libros clásicos.

Como reza un antiguo refrán anónimo: ‘Dicen que el buen lector, es aquel, que al terminar un libro es capaz de escribir una página más’.

El fanfic "The Deal" destaca por su potente visión del mito de Batman
El fanfic «The Deal» destaca por su potente visión del mito de Batman

Con todo lo expresado, podría parecer que los fanficion son una especie de ‘panacea’ del fomento lector… pero no es así ya que esta modalidad también tiene sus riesgos: sumado al hecho del poco filtro que tienen los jóvenes en cuanto a la obtención de información mediante la red, otro riesgo que esta práctica podría desencadenar es que, sin educación literaria y una mediación adecuada, se podrían generar monomanías por parte de los jóvenes. Quienes trabajamos como mediadores entre la lectura y los adolescentes, podemos hacer una reflexión sobre esta nueva ‘modalidad literaria’ para comprender mejor los intereses lectores de los jóvenes y ver la posibilidad de generar nuevos vínculos asociados a la lectura.

Cabe señalar que, aunque el tema de la reescritura no es una novedad, sí lo es la conexión que se hace, a través de la red, con lectores – escritores de todo el mundo lo que conlleva a generar casi infinitas posibilidades de nuevas historias en donde la retroalimentación viene de esta dualidad de ‘lecto-escritores’. Por ejemplo  la novela erótica ’50 sombras de Grey’, la cual empezó como un fanfiction de Crepúsculo titulado ‘Master of the Universe’ en donde, lógicamente, los protagonistas originales eran Bella y Edward. Dado la gran popularidad que adquirió este fanfic en la red, es que terminó convirtiéndose en el popular Best Seller conocido a nivel mundial.

 

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¿La lectura juvenil es una pasarela para la educación literaria?

Imagen extraída del blog El bibliófilo enmascarado
Imagen extraída del blog El bibliófilo enmascarado

He leído en ocasiones que la lectura de relatos destinados a los adolescentes puede ser o es una buena pasarela para formar lectores de literatura. Es decir, para conseguir una educación literaria.

Los artículos que he leído sobre el tema (no he hecho una búsqueda intensiva) se basan sobre todo en apreciaciones, en vivencias personales, en investigaciones cualitativas muy pegadas a los sujetos investigados o con un corpus reducido.

Curiosamente, la mayoría de estas afirmaciones surgen de la experiencia personal, es decir, son docentes entusiastas, preparados, en continua formación y con buenas cualidades para la interacción con sus estudiantes… En otras palabras, estoy convencida de que son profesionales a quienes les irá bien utilicen el texto que utilicen, porque su trabajo estará arropado por la reflexión, por el diseño de secuencias didácticas complejas y en las que no faltará la evaluación. Y no nos referimos a la evaluación del alumno, que siempre está presente, hablamos de evaluar la actuación del profesor, de los materiales, de los tiempos o de los resultados. Una evaluación necesaria porque que les ayudará a perfeccionar y a mejorar el trabajo que realizan.

De hecho, cuando estos docentes afirman que la lectura es un puente para la educación literaria, si analizamos lo que hay detrás de esta afirmación, sentimos la necesidad de ajustar a la realidad la afirmación que realizan. Tal vez, sería más preciso decir que en las secuencias de trabajo que yo programo, desarrollo y evalúo, en algunos sujetos, la lectura juvenil puede ser una pasarela para conseguir una educación literaria.

Porque puestos a hablar de vivencias, compartir creencias o apreciaciones también podríamos afirmar lo contrario, es decir, que la lectura juvenil no puede ser una pasarela a la lectura literaria porque en muchos casos mezclamos conceptos diferentes. Como mucho, comparten papel y letras [vid. «Las lecturas deslocalizadas de la escuela«].  Y eso sin detrimento de una ni de la otra… Simplemente son escrituras y propuestas discursivas diferentes.

También podríamos traer aquí otros ejemplos:

Según las listas de ventas y diferentes estudios de mercado los habitantes de los EUA son grandes lectores de libros de autoayuda pero, desgraciadamente, no ha sido un puente ni una vía para llegar a leer a Cioran o Espinoza o a Ramon Llull.

Pero no me confundan. ¿Quiero decir que la lectura juvenil no es buena?

En absoluto, miren algunos de los post de este mismo blog y verán que afirmo lo contrario. De hecho, cada vez hay más mejores relatos y mundos de ficción [vid. categoría Recomendación lectura].

¿Quiero decir que la lectura juvenil no tiene que entrar en el aula o en la escuela? En absoluto, miren las propuestas que aparecen en La lectura al Centre o en Del oral, audiovisual y digital a la lectura (y la escritura) en secundaria.

¿Quiero decir que no tiene sentido leer estos relatos? En absoluto, la casa, el metro, el autobús, las redes sociales, los clubs de lectura físicos o virtuales, los blogs, los foros, la biblioteca pública o la escolar son espacios en los que ya se habla, se lee, se comparten estos espacios y ayudan a la socialización, a escribir, a compartir, a madurar intelectualmente… Miren si no el tiempo y las publicaciones que he dedicado a unos relatos que me apasionan y que considero valiosos e imprescindibles.

Pero es que no estoy hablando de eso, estoy hablando de educación literaria. De esto: de secuencias didácticas que trabajan el retrato moral del Cid, las églogas de Garcilaso de la Vega o los jaikus.

 

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De esto: de una lectura guiada de Luces de bohemia en Twitter y enTuenti.

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De esto: de la lectura de un clásico como El Quijote

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Y para finalizar, hay una pregunta para la que no tengo respuesta: ¿por qué en vez de «perder el tiempo» en buscar pasarelas no dedicamos más esfuerzo a ver cómo podemos trabajar  la tradición literaria, las obras clásicas o los textos fundacionales de nuestras culturas?

 


Artículo publicado originalmente por Gemma Lluch en su sitio web homónimo en septiembre de este año

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Proyectos

El valor del Libro como Objeto para Fomentar la Lectura

Los alumnos, posando con los libros que más llamaron su atención
Un grupo de alumnos de 2do. Medio, posando con los libros que más llamaron su atención

El 4 y 5 de septiembre, en medio de banderas y escudos chilenos, inauguramos la ansiada Exposición de Libros Artísticos en el Centro Politécnico Particular de Conchalí. Se presentaron 40 libros: 22 en calidad de préstamo y 18 de la biblioteca del colegio, los cuales habían llegado hace poco y los estudiantes no conocían. Los libros se escogieron minuciosamente prestando especial énfasis en el trabajo del ilustrador y en el formato del libro. Estos aspectos eran importantes, pues durante el primer semestre y en función del proyecto que se realiza con Leamos Más, se comentó la importancia de la imagen, el formato, la encuadernación y, en general,  el aspecto físico del libro como objeto. Para los alumnos esto ha sido un proceso y un descubrimiento, pues su acercamiento con los libros no es tan estimulante como se quisiera. La mayoría lee de los libros que sus padres compran en la feria o el comercio informal, o bien hereda los ejemplares usados de sus hermanos mayores.

Por ello, todos los textos  eran visualmente muy atractivos. Algunos de los  más comentados fueron: el álbum ilustrado ‘Cuentos silenciosos‘ de Benjamín Lacombe, ‘La media naranja’ de Elena Ferrádiz, ‘El libro negro de los colores’ de Menena Cottín y Rossana Faría y ‘Los fantásticos libros voladores del Sr. Morris Lessmore’ de William Joyce. Por lo menos, eso es lo que opinaron los alumnos, quienes escogían el que más les gustaba al término de la exposición.  El ejercicio no fue en vano, ya que gracias a la selección de los estudiantes se está elaborando una lista de títulos que serán adquiridos para invertir en una biblioteca de aula, la cual quedará a disposición de los alumnos participantes del proyecto para seguir estimulando su interés por el libro y la lectura.

"Cuentos Silenciosos"
Una de las páginas del libro «Cuentos Silenciosos»

Es importante destacar el la labor de las editoriales, muchos de los ejemplares son reediciones de textos o personajes clásicos: como El Extranjero, Drácula, y Ulises. Las editoriales Zorro Rojo y Edelvives han destacado haciendo un trabajo de lujo con estas ediciones. Por otro lado, muestras de libros como las que hay en la Galería Plop dan cuenta de las ganas que hay en el medio  de ir innovando, no sólo en cuanto a novedades editoriales para los  más pequeños, sino que también para adolescentes y jóvenes que igualmente merecen tener lo mejor. Esta renovación y aire fresco de las editoriales ayuda a que profesores y bibliotecarios estamos alertas a actualizar e incorporar libros a los que acostumbramos recomendar, y eso es lo que precisamente se traspasa a actividades como la descrita. Por ejemplo, en la sala de la exposición el día del evento, los textos se distribuyeron por categoría con sus correspondientes trípticos explicativos: libros álbumes, libros con ilustraciones, novelas gráficas, historietas y libros de artista. De esa forma, cada estudiante se llevaba, de acuerdo a su interés, el tríptico que más le gustó. En los días siguientes, varios alumnos se acercaron a la biblioteca del colegio, tríptico en mano, a solicitar alguno de libros de la exposición. Una maravillosa forma de continuar disfrutando de los libros, especialmente para aquellos(as) que no son tan aficionados(as) a la lectura. Este aspecto no llama tanto la atención si se considera que en el proyecto se ha estado trabajando, precisamente, para buscar otros alicientes respecto al libro que no se relacionen tanto con el contenido. Las ilustraciones, anécdotas, trabajo visual e incluso la historia del libro han sido los principales elementos que han servido para atraer la atención de quienes se dicen «no-lectores». Y hasta ahora vamos bien encaminadas. En este sentido, Karla Toro de segundo medio «A» señala  respecto a sus compañeros a quienes no les gusta mucho leer: «Hay varios que han cambiado sus gustos por leer, porque antes no leían ni lo que escribía la profesora en la pizarra. Pero ahora están más motivados a leer y más preocupados del tema de los libros». Y respecto a las reacciones de este mismo grupo de compañeros frente a la exposición: «les llamó la atención que haya distintas formas para contar una historia». Karla pertenece al grupo de alumnos que disfruta leyendo, con o sin exposiciones mediante, y  junto a otros compañeros  me han planteado sugerencias para que evalúe las habilidades de lecto-escritura  en base a enseñarles a escribir guiones de libros, representaciones escénicas de los mismos, etc.  La última idea fue realizar un debate en base a las lecturas que están compartiendo. Sin duda es la motivación que todo profesor querría.

Otro aliciente para esta actividad fue la  ayuda de un grupo de estudiantes de la especialidad de Secretariado, quienes entregaron un valioso aporte en el orden y cuidado de los libros durante los dos días que duró la exposición. Asimismo, otro grupo de alumnos de segundo medio se encargó de la ornamentación de la sala, de esa forma todos colaboraron y se sintieron partícipes. El proceso de la exposición, para cada grupo que visitaba la sala, culminaba con dos cortometrajes basados en dos títulos expuestos: : ‘Enco, travesías a vapor‘ y ‘Los fantásticos libros voladores del Señor Morris Lessmore’. Así, en pocos minutos, se cerraba el círculo de entusiasmo y motivación que se abría apenas la puerta de la sala daba paso a los libros expuestos. En total, unos 40 a 45  minutos de novedades y misterios develados para estos alumnos de enseñanza media de un establecimiento técnico.

La profesora a cargo de la actividad mostrando detalles de uno de los textos
La profesora a cargo de la actividad mostrando detalles de uno de los textos

En general, los estudiantes se mostraron contentos de conocer algo a lo que, de otro modo, no habrían tenido acceso por desconocimiento o falta de interés. ¿Cómo podrían solicitar un libro álbum sin saber de qué se trata? La actividad tuvo muy buena acogida en la comunidad escolar, incluso entre profesores y directivos, algunos de los cuales lamentaron que la muestra no se hubiese extendido por más días. Siempre es escaso el tiempo cuando uno quiere dedicarse al placer de leer.  Ahora, en clases de Lengua Castellana y Comunicación estamos trabajando en la producción de comentarios de libros observados, disfrutados y leídos.

Esta es una más de las actividades para que los estudiantes aprecien los libros, no sólo desde el contenido lingüístico sino que también por su valor estético. Tal vez, esta sea una forma en la que aquellos que siempre comentan “qué lata leer”, agreguen una segunda frase que diga: “pero igual hay algunos que parecen interesantes”. Ese primer acercamiento en segundo año de enseñanza media puede transformarse en el punto de partida para ampliar el horizonte de estudiantes que todavía tienen mucho que aprender.

 


Artículo presentado en forma conjunta por la Profesora de Lengua Castellana y Comunicación Carolina Olivares y por la bibliotecóloga Claudia Gilardoni, quienes también han diseñado y dirigido en terreno el proyecto «El docente de Lenguaje y su rol en el aula fomentando la lectura» en el Centro Politécnico Particular de Conchalí desde marzo 2013 a la fecha.


 

Entrevista a Valeria Flores de Segundo Medio «B» (realizada por Claudia Gilardoni, el 5 de septiembre 2013)

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=0WwKb1N2ov0]

 

Galería de imágenes de la Exposición:

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Fomento lector

Sagas literarias ¿Cómo sacarles partido para fomentar la lectura?

Las sagas se desarrollan en la época mediaval escandinava
Las sagas comienzan a desarrollarse en la época mediaval escandinava

Ante el ‘boom’ que está viviendo la literatura infantil y juvenil un buen gancho al respecto han sido las ‘sagas’ (es decir, aquellos libros cuya historia se ha extendido en varios tomos como las aventuras de Harry Potter, Memorias de Idhún, Crepúsculo, Dune, Crónicas de Spiderwick, Verano en pantalones, etc…) Si bien este concepto no es nuevo (hay que recordar las historias de Papelucho o las aventuras de Las Crónicas de Narnia, por nombrar algunas) sí se puede aprovechar las nuevas que han surgido para incentivar la lectura. Es decir que, a partir de una saga, es posible guiar la lectura hacia otras, quizás, más complejas. Por ejemplo, gracias a la saga de ‘Crepúsculo’ fue posible, en su momento de ‘boom’, que un grupo de alumnas de I° Medio avanzaran a leer a Jane Austen, Emily Brönte  y William Shakespeare… ¿cómo se logró esto? Pues, porque la protagonista de Crepúsculo era una ávida lectora que solía leer y releer el libro ‘Cumbres Borrascosas’ (de la autora Emily Brönte), además, dentro de ‘Crepúsculo’, también la protagonista citaba ‘Romeo y Julieta’ (William Shakespeare) y ‘Orgullo y Prejuicio’ (Jane Austen) por lo que, se organizaron grupos de lectura y conversaciones estas alumnas de I° Medio fanáticas de ‘Crepúsculo’ para conversar sobre esa obra y así, ir introduciéndoles estos clásicos recién nombrados y otros como ‘Drácula’ de Bram Stocker y ‘Frankenstein’ de Mary Shelley. Todo esto, aprovechando momentos en la biblioteca, los cuales fueron muy apreciados por las alumnas.

El romance entre Heathcliff y Cathy, en "Cumbres Borrascosas" puede ser tan o más emocionante que el de Crepúsculo
El romance entre Heathcliff y Cathy, en «Cumbres Borrascosas» puede ser tan o más emocionante que el de Bella y Edward, de Crepúsculo

Otra actividad interesante en donde se puede aprovechar estas sagas contemporáneas es hacer el nexo entre libro y película. Una idea es empezar por la película y después la lectura, en donde se puedan establecer actividades como: charlas literarias, elegir personajes para analizar, establecer similitudes y diferencias entre ambas representaciones, etc. (con Las Crónicas de Spiderwick, por ejemplo o, con cursos más avanzados, con Los Juegos del Hambre).

Ahora, con cursos de Enseñanza Media, quizás con los electivos, se puede partir de una saga para analizar temas más profundos y transversales dentro del análisis literario. Por ejemplo: con ‘El señor de los anillos’ es posible plantear a los alumnos una lectura más profunda en donde se analicen los temas del viaje y del héroe, ambos arquetipos de la literatura universal y así, desde estos análisis que se pueden coordinar con los profesores de Lenguaje, avanzar hasta lecturas como ‘La Odisea’ o ‘El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha’.

Lo que sí hay que tener en cuenta es que no existe una fórmula perfecta: lo fundamental es conocer a los alumnos y estar abiertos  a que, mientras el libro sea adecuado a su edad, se pueden ‘probar’ distintas estrategias hasta encontrar las que nos acomode más… ¡no hay que olvidar que, para poder motivar, primero tenemos que estar motivados los mediadores!


María José Castro es Licenciada en literatura y profesora de lenguaje. Participa desde el año 2009 en la Corporación Ibby Chile, y ahora está comenzando a colaborar como columnista en Leamos Más. Sus áreas de interés son LIJ, fomento lector y gestión de bibliotecas. María José, ferviente lectora,  se desempeña como bibliotecaria en el Colegio Padre Hurtado y Juanita de los Andes donde aplica estas y otras estrategias para encantar a niños y jóvenes con la lectura.

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Fomento lector

¿Es recomendable la llamada literatura juvenil?

En el metro o diversos medios de transporte podemos ver a los jóvenes leyendo
En el metro o diversos medios de transporte podemos ver a a mucha gente leyendo, y entre ellos a jóvenes de diversas edades

Determinadas colecciones se publican pensando especialmente en el lector adolescente, una estrategia que muchas veces responde más a criterios editoriales, de mercado, que a la necesidad real de una diferenciación. Entre los títulos de las colecciones juveniles hay obras de indudable interés, no sólo para los jóvenes, sino para todo tipo de lectores. Del mismo modo, hay estupendas obras literarias muy recomendables para el lector adolescente que se publican fuera de estas colecciones, sin etiquetas que las identifiquen necesariamente con este público.

La saga con la historia de los vampiros fue todo un éxito entre los adolescentes
La saga con la historia de los vampiros fue todo un éxito entre los adolescentes

Los jóvenes, como cualquier otro lector, necesitan libros de calidad. Es preferible dar con buenos autores, que consideremos adecuados a los gustos e intereses de nuestros hijos, que seguir a ciegas una colección fija.

Hay, eso sí, ciertas temáticas literarias vinculadas a la psicología propia de esta edad, que suelen interesar al adolescente: viajes iniciáticos, relatos sentimentales, búsquedas fantásticas, cuentos de misterio y terror, historias de pandillas y tribus. La clave en la selección es saber combinar el atractivo que suscitan determinadas argumentos, muchas veces con contextos cercanos a sus vivencias personales, junto a propuestas literariamente estimulantes, que les planteen retos y les permitan crecer como lectores.


Fuente: Este artículo fue publicado originalmente en septiembre del 2010 en el Blog de Leer.es

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Columnas y artículos

Las novelas policiales y el fomento lector

Las portadas atractivas son sólo el preámbulo de una historia aun más entretenida
Las portadas atractivas son sólo el preámbulo de una historia aun más entretenida

A partir de los diez años, muchos niños poseen las capacidades cognitivas y emocionales para disfrutar las novelas policiales y entender su trama.  Tienen la capacidad para inferir, analizar y observar detalles, lo que les permitirá plantearse hipótesis que los ayudarán a descubrir quién es el culpable, descartando a los que son inocentes.

Tener que desentrañar un misterio resulta desafiante, entretenido, y de paso, constituye una excelente manera de incentivar la lectura en los niños, especialmente cuando se trata de una saga, porque al terminar un libro se quiere continuar con el siguiente.  Sin duda tratar de comprender los misterios y buscar resolver las incertidumbres es una característica de la inteligencia humana.  Es por eso que el género policial tiene tantos adeptos entre jóvenes y adultos, lo que se ha incrementado en el último tiempo con la irrupción de la novela policial nórdica, con notables escritores como Stieg Larsson y Henning Markell.  Los entrañables personajes de Agata Christie han acompañado a generaciones de adultos y jóvenes con numerosas obras, que escribió hasta los 85 años.

En Chile, las autoras Jacqueline Ballcells y Ana María Güiraldes, en un concierto a cuatro manos, se han dado a la tarea de describir tramas policiales que fascinan a los niños.  El personaje central creado para esta saga de novelas policiales, es el detective Heriberto Soto, quien se encuentra siempre en el lugar preciso para desempeñar su rol con gran acierto.  Escribir en forma cooperativa constituye un excelente modelo en una sociedad en que la competencia supera con creces a la cooperación.

Lo novedoso en la creación de las autoras es una especie de final abierto, en el cual se puede conjeturar quién es el culpable entre varios personajes, todos posibles pero a la vez bastante improbables. La respuesta al enigma policial está escrito de una manera ingeniosa al final del libro, lo que lo hace más interesante aún, ya que es necesario un espejo para leer la respuesta correcta, que está escrita al revés.

La mítica figura del detective es atractiva en si misma, pues un halo de misterio le rodea siempre, además de un pasado tormentoso
La mítica figura del detective es atractiva en si misma. Un halo de misterio le rodea siempre, además de un pasado tormentoso

El hecho de que sean cuentos cortos incentiva la lectura y atrae la curiosidad, no sólo de los niños, sino también de los adultos, y como dice Heriberto Soto, en el caso de los tres colores (corresponde a un cuento de la novela «Nuevos Casos Misteriosos») “Nada es tan difícil, si uno sabe mirar”.  Lo complejo de la trama es que nadie está libre de sospecha.  Al develar el misterio, se aprende que las aparicencias engañan y personas que se presentan como muy respetables pueden cometer delitos, y que el culpable siempre entrega una pista que lo delata.La lectura conjunta con los padres es posible en la medida que son cuentos cortos.  Como la resolución del enigma se da al final del libro, se puede jugar a encontrar al culpable y a defender con argumentos la elección hecha.  Lo mismo podría hecerse en la sala de clases, desarrollando así las habilidades de pensamiento de los alumnos.

Si quiere pasar un buen rato con sus hijos y desarrollar la motivación por leer, les aconsejo la lectura de “Nuevos casos misteriosos”.  Muchos buenos lectores se inicaron con las novelas policiales.

 

 

Artículo escrito por la psicóloga  y escritora Neva Milicic, y publicado originalmente en la Revista YA  de «El Mercurio»

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Columnas y artículos

Contra la animación lectora I

He decidido titular este artículo de esta manera provocativa, porque pretendo dos cosas:

La primera es, claramente, captar su atención desde el inicio por que ¿cómo ha de ser posible que en una página donde se fomenta la lectura se aliente contra la animación lectora?

La segunda cosa que pretendo con este título es tener la posibilidad de matizar y decir que, al menos yo, me manifiesto abiertamente en contra de las actividades de animación lectora, cuando estas están dirigidas a adolescentes.

Una vez explicadas las motivaciones de este título, pasaré a desarrollar los argumentos que sustentan mi rechazo contra la animación lectora entre los adolescentes.

Cuando hablo de actividades de animación lectora ¿en qué tipo de actividades piensa usted? ¿Qué características tienen? ¿Quiénes las realizan?  Cuando las menciono, pienso en actividades del tipo cuenta cuentos; lecturas orales guiadas seguidas de una ronda de preguntas; exhibiciones de las adaptaciones cinematográficas de alguna novela u otra manifestación literaria, etc. Todas estas actividades tienen un problema en su denominación: “animación a la lectura” pues, como sabemos, “animar” es un verbo que, en este caso, supone dos actantes: uno agente (el que anima) y un segundo paciente (el que es animado por el primero).  Aunque parezca una sutileza semántica, no lo es en lo más mínimo. Si comparamos las actividades antes mencionadas podemos reparar en que todas proponen una asimetría en la interacción de  los participantes: por un lado tenemos a la(s) persona(s) responsables de la actividad, que cumplen el rol agente. Esta persona decide los textos; las maneras en que se ha de abordar la lectura; los énfasis con que se ha de leer; la profundidad con que se tratará; las preguntas que son válidas y las que no, etc. Por otro lado están  los participantes que intervienen cuando el primero les da el espacio.

Sé (porque hay muchísima literatura especializada sobre este asunto) que estas técnicas y actividades son de gran utilidad cuando el fin es animar a leer a los más pequeños, pero ¿son igualmente efectivas cuando los destinatarios tienen trece o dieciséis años?

Quizás el hecho de pre definir libros para los jóvenes también es contraproducente. Muchos adolescentes han leído y disfrutado libros que, teóricamente, no corresponden a su edad.
El hecho de predefinir libros para los jóvenes también puede ser contraproducente. Muchos adolescentes han leído y disfrutado libros que, teóricamente, no corresponden a su edad.

A decir verdad, he pensado muchísimo en la mejor manera de responder esta interrogante. La  manera de responder que no hiere susceptibilidades simplemente no existe, por lo mismo, no tendré reparos en decir que las actividades de animación lectora, cuando de adolescentes se trata, no solo son nefastas, incluso pueden llegar a ser contraproducentes. ¿Y cómo puede alguien decirlo así, con tanta desfachatez? Pues bien simple. Hagamos un ejercicio: recuerde cómo era usted a la edad de trece o quince años. Ahora piense, desde su “yo adolescente”, cuán estimulante puede resultarle una actividad del estilo “debate literario”. ¿Despertaría su gusto o interés por la lectura una actividad como esta? Pues no. ¿Y por qué no? Principalmente, porque a los adolescentes no les gusta ser tratados como niños. Y ese es el primer “problema” que tienen estas actividades de cara a los adolescentes: los trata como niños crédulos e impresionables.

Cuando se vive la adolescencia (y todos los que la hemos sobrevivido lo sabemos) poco y nada importa la opinión de los mayores, incluso aunque no sean mucho mayores, si detentan alguna forma de poder o autoridad no nos interesa en absoluto aquello que nos tengan que decir. No debemos perder de vista que toda experiencia es intransferible y, desde su particularidad, la experiencia/vivencia lectora es algo que no se puede inducir teniendo por buenos unos textos y otros no. Buenos o valiosos serán aquellos que han “movido” algo en mí, pero que no necesariamente deban provocar un efecto (el que sea) en otros.

Entonces, si las actividades de animación lectora no sirven con los adolescentes porque sitúan a unos en una posición de poder y verdad frente a otros que, son los “no iniciados”, los “aprendices”, los “inexpertos”, ¿qué tipo de actividades deberíamos diseñar para motivar a nuestros adolescentes a leer? Planteo esta pregunta, porque “claro- pensará usted- siempre es fácil criticar lo que se hace”. Efectivamente, criticar es muy sencillo; proponer es lo complejo.

Pues lo complejo aparecerá en el siguiente artículo (Contra la animación lectora II), porque así le doy tiempo para que también usted vaya  elaborando sus propuestas para acercar a los adolescentes a la lectura… las que propondré me han sido útiles pero no tienen por qué funcionarle también a usted. Hemos de recordar siempre que cada grupo es distinto y lo que funciona con unos, puede no resultar con otros. Así de complejo es el asunto.

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Reseñas Literarias

El cuaderno de Mayra, relato de una joven desencantada de la vida

Portada del libro
Portada del libro

El afán de incentivar el gusto por la lectura en adolescentes y jóvenes que con dificultad leen clásicos literarios, me lleva a recomendar esta breve y sencilla novela. Trata temas de contingencia entre nuestros estudiantes, tales como, la anorexia, el suicidio y la soledad. Por ello, puede ocasionar interesantes debates. De la Parra-su autor-  psiquiatra y dramaturgo chileno, describe con profundidad los intensos estados emocionales de una joven desesperada que logra remecer a su familia.

Mayra es una joven anoréxica que ha decidido quitarse la vida. Siente que todos los hombres a quienes ha amado la han abandonado: su padre, Miguel y, ahora, Iván. Éste último es el gran amor de su vida. Todo marchaba bien entre ellos hasta que él le dice: «démonos una prueba de un mes». Luego, mientras Mayra celebra su cumpleaños en su casa, Iván se involucra con Dalia, su hermana.  Mayra no soportó más. Se clavó un punzón e ingirió pastillas para no sentir el dolor de la traición y el abandono.

Más tarde, la joven despierta en una clínica psiquiátrica. Tras la decepción por su intento fallido de suicidio y el escaso alivio que le producen los medicamentos, su familia reacciona. Su padre la visita con regularidad. Su madre deja de exigirle lo mismo que a su hermana mayor. Dalia le pide perdón. En sus momentos de lucidez, Mayra comienza a recordar las buenos momentos con su familia y se pregunta cómo se perdieron. Se dedica a releer a sus poetas favoritos y a dibujar. Del mismo modo que a su padre, parece que las expresiones artísticas le provocan cierto consuelo. De a poco, irá enfrentando sus miedos.

Marco Antonio de la Parra
Marco Antonio de la Parra, autor del libro

El cuaderno de Mayra -ilustrado por Macarena de la Parra- es una obra que sigue el formato de un diario de vida distribuidos en dieciocho capítulos escritos en un lenguaje coloquial. El monólogo interior de la protagonista nos muestra el origen de sus conflictos y el proceso que vive para enfrentarlos. La obra entrega una mirada esperanzadora acerca del valor de la familia. Sólo con su ayuda, Mayra logra  dimensionar sus conflictos apropiadamente. Esta experiencia provoca un antes y un después en su vida y, creíble o no, nos deja con la sensación de un final feliz.

Actualmente, Marco Antonio de la Parra es director de la Escuela de Literatura de la Universidad Finis Terrae y sigue escribiendo con regularidad.

 

Bibliografía:

De la Parra, Marco Antonio. El cuaderno de Mayra. Santiago: Alfaguara, 2011. 112 p.

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Cuando Harry Potter conoció a Salinger. Seminario en Centro Cultural de España

¿Qué y cómo leen los jóvenes en Chile?

 

Si usted es una de esas personas que cree que fomentar la lectura en los jóvenes reviste algunas complejidades, si cree que trabajar con niños es más sencillo que hacerlo con adolescentes en materia de lectura, o si piensa que los jóvenes no leen tanto como debieran, entonces este seminario organizado por LEE CHILE LEE, el Centro Cultural de España y  el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes le viene como anillo al dedo.

Porque  no sólo se responderá qué y cómo leen los jóvenes, sino que también se abordarán otros temas que son cruciales para acercar el mundo de los adultos al de los nuevos lectores.

No sé a ustedes, pero cuando pienso en este tema se vienen a mi mente un sinfín de preguntas:

  • ¿Qué estrategias aplicar para que un niño se convierte en un joven lector?
  • ¿Por qué puede ser nocivo inculcar la lectura en base a las lecturas obligatorias escolares?
  • Más allá de la lectura lineal, ¿Qué incidencia tiene la lectura de imágenes, viñetas e ilustraciones en los libros para el público adolescente?
  • ¿Qué estrategias podemos usar para valernos de la imagen como instrumento para fomentar la lectura?
  • ¿Qué argumentos esgrimen los jóvenes a quienes no les gusta leer?
  • ¿Será cierto que la poesía no es del gusto de los adolescentes?
  • ¿Qué vínculo se puede establecer entre la lectura y la escritura?
  • ¿Cómo se mueve el mercado editorial para los lectores  en formación?.

Para responder éstas y otras interrogantes, el seminario plantea un programa  que ayuda a  desentrañar los misterios que conlleva el libro en manos de los jóvenes:

  • Claudio Aravena, gerente de proyectos sociales de la Fundación La Fuente hablará sobre «Obligar nunca, seducir siempre». De chicos lectores a grandes lectores
  • Paloma Valdivia,  reconocida ilustradora,  conversará con el periodista Claudio Aguilera sobre «Para  verte mejor». Las ilustraciones también se leen.
  • Carlos Reyes, investigador,  guionista de historieta y miembro del colectivo Ergonomics hablará sobre «Lecturas en Viñetas.  Los superpoderes de la historieta
  • La escritora María José Ferrada compartirá «Titilan los jóvenes a lo lejos. Pongamos algo de poesía en la sala de clases»
  • Claudia Gilardoni, bibliotecóloga e investigadora en temas de fomento lector juvenil planteará  «¿Qué leen y qué no leen los jóvenes chilenos?
  • Y Camila Rojas, editora de la Editorial Quilombo conversará con Claudio Aguilera sobre «Editar y publicar para jóvenes lectores»

Todas estas charlas se realizarán en jornadas de 09.00 a 13.30 hrs.  los días sábado 6, 20 y 27  de Octubre en el Centro Cultural de España.  El seminario es totalmente gratuito, y las personas que asistan a todas las sesiones recibirán un certificado. Puede descargar el programa completo desde este link.

Para asegurar tu asistencia, sólo tienes que completar esta ficha de inscripción y enviarla a [email protected]

¡Apúrate, porque hay cupo limitado!

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Entrevistas

Jennifer King: «Están sucediendo muchas cosas en torno a la promoción de la lectura en Chile»

Jennifer King
Jennifer King, Directora de las revistas

Comenté en un post anterior respecto a los jóvenes lectores y las teorías que circundan en torno a sus hábitos de lectura: como por ejemplo el hecho que leen poco y que se dejan llevar por el chat, el celular, internet, los videojuegos y otros distractores  que podrían atentar contra su interés por los libros.  En Chile existe una revista dedicada exclusivamente al fomento lector juvenil. Por eso, adelanté en aquel post, parte de la entrevista que realicé a  Jennifer King, Comunicadora Visual de la University of Minnesota y directora de las revistas Había una Vez y Mini revista Digital JiL. Profesora en la Escuela de diseño de la Universidad Diego Portales desde 1995 y además directora de la pequeña editorial de libros no-ficción Confín Ediciones.

Ahora les presento la entrevista completa para que conocer la forma como se han gestado los proyectos editoriales que se la juegan por el fomento lector desde una tribuna distinta.


 

Jennifer, si partimos hablando del fomento lector en general.  ¿Cuál es el rol que debieran cumplir los mediadores de la lectura en un plan de fomento? ¿Y qué tipo de lectura crees que se debiera promover?

«Los planes de fomento lector no son mi especialidad y no tengo experiencia al respecto. Sin embargo, aplicando mi lógica y el roce constante que tengo con el rubro, me parece que hay que abrirles puertas a los jóvenes y niños. No se debe tratar de seguir insistiendo con los textos  clásicos (por el sólo hecho de ser clásicos de alguna forma se llegará a ellos). Yo me salté varios de chica y no los leí, al cambiarme tanto de países. Hoy tengo más curiosidad y he llegado a ellos con más conocimiento quizás, casi como lectura obligada para poder conversar, es cultura general.

Son pocas las librerías que tienen sectores cómodos para que los niños escojan sus libros
Son pocas las librerías que tienen sectores cómodos para que los niños escojan sus libros. Esta fotografía corresponde al Outlet Book en Providencia.

Yo confío que la mayoría de las personas quieren ser cultas en alguna etapa de sus vidas. Para abrir esa puerta hay muchos tipos y géneros de libros que sirven. Los debemos conocer. Pero no evitaría ninguno. Es tarea de los profes y bibliotecarios estar al tanto de las novedades,  las tendencias, la no-ficción tanto como la ficción, porque ambos abren puertas según el tipo de inteligencia que maneje el lector en cuestión. Creo fehacientemente que cada niño es distinto y necesita un libro distinto. Por eso me indigna que te pregunten la edad del niño en las librerías y no los intereses, o el ultimo libro que le gustó; es un error garrafal. También creo que las revistas, en el segmento juvenil infantil tienen un tremendo potencial y que son desaprovechadas. Hay muchas revistas juveniles y son relativamente baratas (más que un libro), pero son todas –a primera vista– del mismo tema y parecidas, cayendo en un estereotipo tremendo y relacionadas más con las mujeres. Como ves hay mucho trabajo por hacer y muchas oportunidades. ¡Me pone ansiosa sentir que no hay suficiente tiempo para desarrollarlas todas!

Y ahora, cambiando de tema y comentando respecto a las revistas.¿De qué forma se gestó el desarrollo de las revistas «Había Una Vez» y «JIL» (Literatura Infantil y Juvenil, con las siglas al revés)?

«Hay una sinergia clara que conduce al levantamiento de ambas revistas,  y un aprendizaje previo que cataliza en su desarrollo. Antes del 2005 Carmen Paz Hernández, Rebeca Domínguez y María Paz Grafulic, las directoras de la Fundación Había una Vez, venían del enorme proyecto de la librería del mismo nombre, gracias a lo cual conocían el mercado, las editoriales, los libros, las posibilidades, lo vasto de ese mundo que no se conocía tanto en Chile, o no se daba a conocer de la mejor forma. Posteriormente, con la Fundación que ellas desarrollaron comenzaron a perfeccionarse y aprender  cada vez más, trabajando en terreno, viajando a ferias, recogiendo información desde las comunidades, trabajando con corporaciones educacionales importantes y conociendo todas las novedades de las editoriales para el catálogo bibliográfico. Y es en ese momento, con todo ese acopio de información, cuando deciden jugársela con una revista. Yo había tenido varios acercamientos a las Directoras gestionando y diseñando  algunos proyectos editoriales que hicimos en conjunto cuando me pidieron que dirigiera el diseño y producción de la revista trimestral que estaban armando. Hoy, años después, seguimos siendo un equipo pequeño y esforzado, muy satisfecho con los avances y las posibilidades que nos ofrece la nueva plataforma digital -las revistas se ofrecen hoy en línea, para descarga gratuita-para poder llegar a cada vez más personas y beneficiar a muchas más ya que la revista se distribuye en forma gratuita.»

¿Cómo percibes que está el medio en Chile respecto al fomento lector?

Hay diversas iniciativas impulsadas por sectores públicos y privados. En la foto, el Biblióvil en Combarbalá
Hay diversas iniciativas impulsadas por sectores públicos y privados. En la foto, el Bibliomóvil en Combarbalá

«Están sucediendo muchas cosas en torno a la  promoción de la lectura y los libros en Chile. Iniciativas tanto en forma independiente como masiva. Me refiero a campañas de fomento lector, lanzamiento de revistas comunitarias, trabajos municipales y en centros lectores. También se han abierto paso los clubes de lectura, blogs de literatura y libros, ferias de libros en colegios, e iniciativas lectoras de diversa índole. A ello se suman la capacitación en talleres literarios, diplomados en temas tales como lectura infantil y juvenil, mediadores de lectura, o en  talleres de ilustración, etc. Sin embargo, con todo esto en marcha, no percibo que haya mucha comunicación o que se brinde la instancia para compartir experiencias, recomendar buenas prácticas, compartir metodologías o mostrar iniciativas exitosas. Eso no se observa en el medio.  La idea es consolidar el conocimiento en un solo lugar, catalizarlo, lo cual sin duda sería un beneficio  enorme para quienes trabajan en este medio. Siento que desde mi experiencia y profesión, lo mejor que puedo hacer para fomentar la lectura es en mi rol como comunicadora y en lo que me he formado más fuertemente: en edición y haciendo revistas.  Me apasiona el tema.»

Inicialmente partieron con la revista «Había Una Vez» en formato impreso, a la cual había que suscribirse . Fue un vuelco bastante grande pasar de eso, a un formato digital, y además completamente gratuito.  Cuéntame un poco de ese cambio.

«Es que hay una especie de boom en el tema literatura infantil juvenil en el mundo. Está muy organizado el rubro y era un momento que había que aprovechar.  Por lo mismo ha sido un buen momento para lanzar una revista de libros y literatura infantil-juvenil. No digo que ha sido fácil. El cambio  radical de pasar de formato impreso a digital nos salvó de la extinción. Sin embargo ya logramos financiar por completo el proyecto de las revistas. Eso obedece a que la calidad del contenido es notable. Nuesstras editoras han sido de lujo: primero estuvo María Teresa Ferrer -quien escribe actualmente  cuentos para niños, editada por SM- y hoy trabajamos con Bernardita Cruz, quien lleva la batuta y maneja la línea editorial y se ocupa además de tener un buen nivel de colaboradores.»

A pesar que sólo llevan dos números al aire, ¿han podido hacer alguna evaluación de la respuesta del público y de los auspiciadores?

«La revista ha sido exitosa (tuvimos más de 11.000 descargas de edición digital de otoño).  Esto revela un vacío en el mercado, y en ese sentido creemos que ha sido una oportunidad para las editoriales el poder impulsar y fomentar ante nuestro vasto público de lectores sus novedades y destacados. Es una plataforma, la única masiva en Chile disponible para –específicamente– difundir libros y lectura en niños y jóvenes.»

¿El fenómeno literario de los adolescentes marca la pauta para la revista JIL?

Índice primer número revista JIL
Índice del primer número revista JIL

«Después de una encuesta online que hicimos a nuestros lectores y cercanos (donde nos comentaron reiteradamente que necesitaban material concreto de promoción lectora para adolescentes) decidimos lanzar una revista para este grupo etario que promoviera la lectura de una forma «ondera». La idea era aprovechar  las plataformas digitales que están en boga, como  Facebook y  Twitter,    gracias a lo cual hemos logrado una mayor cercanía con nuestro público objetivo . Actualmente tenemos más de 3 mil amigos en Facebook, y el número va en ascenso.
La revista JIL ofrece temas entretenidos, de corte miscelánea,  editados especialmente para jóvenes desde 14 en adelante. A través de la revista presentamos una  una metodología novedosa de “cajoneras”. Éstas las inventé para que realmente fueran opcionales. La idea es que quien quiera profundizar algún tema tiene una oferta ahí mismo. Es una especie de ideario de libros alternativos y disponibles en el mercado, algunos de no-ficción incluso. El objetivo es ir entusiasmando con los libros y el conocimiento en general de una forma personalizada, al ritmo y gusto de los jóvenes. Se aleja de la propuesta de lectura complementaria que proponen los establecimientos educativos, entregando libros con cuchara de remedio, a la fuerza.»

«Proponemos desde literatura, novelas biografías, libros de ciencia con contenidos atractivos, novelas gráficas, etc. Mostramos lo nuevo y lo antiguo, además tenemos las secciones  «Dosis Clásicas» y «Dosis Actuales» que son extractos de «Puro Filete» de libros, como reza el nombre de esta sección (por ejemplo en el primer número estuvo «El gato negro» de Edgard Allan Poe).  Procuramos elegir la mejor parte de cada libro para realmente dejar «colgados» a los que lo lean, incitándolo a que lo busquen. Suena utópico, pero cada libro tiene momentos clímax o insinuantes, y los que no, quizás no son tan apropiados para los jóvenes de hoy. Los elegimos con pinzas y con la ayuda de las especialistas de la Fundación Había una Vez.»

Sección "Qué me recomiendas" de revista JIL
Sección «Qué me recomiendas» de revista JIL

Me parece una buena forma de llegar al público juvenil. ¿Hay alguna otra apuesta por acercarse a ellos?

«Eso no es todo, La JIL también tiene dos entrevistas a personajes conocidos, adolescentes donde revelan sus lecturas secretas y preferidas -por ejemplo en el último número está la actriz Denise Rosenthal, y en el número anterior la cantante Francisca Valenzuela- reflexionando acerca de sus hábitos lectores personales, entre otras preguntas de sus vidas en general. Y en otras secciones se ofrece tecnología de punta, lo soñado, lo último que podría tentar a un joven. En la sección » ¿Qué me recomiendas?» chicos  de diferentes colegios y Centros lectores del país reseñan y recomiendan –de un modo coloquial, en su propio lenguaje– los últimos libros que han leído. Hasta el momento hemos tenido ocho reseñas por número y queremos ir expandiendo el concepto a varias más. Para eso esperamos recibir colaboraciones desde cualquier parte. Vamos a estar sorteando tres libros por edición entre aquellos que sean seleccionados y tengan  sus reseñas publicadas en alguno de nuestros números.
No hay otra revista que busque ni ofrezca esto en la web.»

¿Qué opinas de las instancias de fomento lector para los adolescentes en Chile?

Son pocas las iniciativas lectoras para esta edad tan crítica del crecimiento, crítica en tantos sentidos: emocionales y lectores. Yo llevo seis años estudiando a los adolescentes y preadolescentes y trabajando en nichos de relevancia para ellos en mi taller de diseño de la FAAD/UDP, creando y analizando material, promoviendo los libros y la lectura desde la visualidad. Es una edad clave para tantas editoriales también, muchos de nuestros auspiciadores publicitan solo en la revista JIL. Por ejemplo: hace tiempo que hay un boom de sagas, los libros vienen en  dos o tres volúmenes, y el fanatismo de los jóvenes por seguir a sus personajes no conoce fronteras. Está lleno de blogs de literatura y libros administrados por adolescentes (en Chile hay más de treinta). Está lleno de fenómenos en la literatura juvenil hoy. La JIL no funcionaría si la posicionáramos como una revista de fomento lector para teens (adolescentes), es una revista digital descargable para teens (gratis). Tan bajo perfil lo quisimos dejar, que no definimos la sigla JIL tampoco (aunque los conocedores sabemos que es Literatura Infantil y Juvenil  al revés) e hicimos un concurso que dura hasta final de año para la mejor propuesta del título, ya que queremos que los propios lectores nos ayuden en ello. Ha sido divertido, hemos visto respuestas muy diversas.»

Y los jóvenes, ¿responden?

«Es interesante y muy movido el nicho joven, mueve masas, es un poco vertiginoso lo conectados que están los «lolos». Es muy medible y reaccionario, espero que les sigamos cayendo bien. Cada vez hay más novedades y se me ocurre que con la revista JIL vamos a vernos obligados a circular más frecuentemente en el corto plazo. El segmento no aguanta la periodicidad trimestral parece. Pero hay muchas metas por lograr aún, y la tecnología nos acompañará cada vez más, estamos atentas a eso también.»

Portada último número revista "Había Una Vez"
Portada último número revista «Había Una Vez»

 

¿Y  cómo atisbas el corto y mediano plazo para las revistas?

«El desafío ha sido evolutivo y lógico. Con la revista Había una Vez, nació de la necesidad del país y el mercado de reunir toda la información en torno al fomento lector. Antes, lo que veíamos eran iniciativas lectoras»disparando» para todas partes pero que no se daban a conocer (y se entiende, no hay casi presupuesto para hacerlas, menos para difundirlas). Hoy hay un medio consagrado, confiable y serio, dedicado a la Lectura infantil y juvenil con la misión de catalizar y difunidir esas iniciativas y conocimientos. La Revista JIL, la más reciente invención, nace de la necesidad que se detectó desde el feedback de los dos años de la Revista Había una Vez.

A la nueva era digital de la revista la hemos bautizado: Había una Vez para todos.  Tiene mucho por crecer y dar a conocer en todos los aspectos, pero hay que avanzar dentro de las posibilidades, y lentamente, para que sean pasos firmes.»

 

 

¿De qué  forma has articulado la edición de estas publicaciones con el desarrollo de tu proyecto VEOLEO y tu labor como editora de Confín Ediciones?

«Mi proyecto VEOLEO  -proyecto dirigido a jóvenes entre 10 y 14 años que fomenta la lectura a través de atractivos trailersde libros- se mantiene vigente prácticamente con piloto automático. Cuando lo inventé estaba segura que tenía que ser de esa forma por lo mucho que me absorbe el trabajo en la revista y mis clases en la universidad. Entonces eso no me preocupa mayormente. Ha dado tanto de qué hablar que las visitas se han mantenido relativamente parejas, y después de ganarnos el Fondo del Libro, en fomento a la lectura el año 2011, pudimos aumentar a 50 los trailers. Lo divertido es que hoy, tres años después, los trailers de libros existen, la mayoría de los bestsellers juveniles tienen trailer. Por esto, dada la contingencia, la etapa que vislumbro para VEOLEO ahora, en el mediano plazo, es una especie de recopilación del material más reciente –taquillero– levantado desde youtube y las editoriales directamente, reunido de forma organizada en el catálogo de VEOLEO. Es decir como un youtube de Book Trailers adolescentes; lo nuevo, lo cásico, todo. Eso no cuesta nada hacerlo y las editoriales estarán alucinadas, los colegios también. Lo tengo en mi lista de pendientes!…

Portada del sitio web
Portada del sitio web

Confín ediciones es mi pasión, y por lo mismo es lo que más lento va. Hacer un libro tiene muchísimas aristas y nuestra meta es no sacar más de uno o dos títulos al año. Tampoco queremos dejar de hacer nada de lo otro –tan importante para nosotras–. Con calma, sin saltarnos ninguna etapa, seguiremos editando. Las tres socias, María Paz Garafulic, Rebeca Domínguez y yo, no tenemos ningún apuro. Estamos editando la segunda parte del libro Universo: ciencia y ficción, que esperamos lanzar durante este año, si se «alinean las estrellas»; es una especie de volumen dos con estructura similar pero no exacta. Estamos evaluando una segunda edición de Universo1 ya que quedan muy pocos libros y se sigue vendiendo bastante, empezamos la traducción al inglés y posteriormente queremos empezar la programación de la aplicación interactiva para formato tablet. Tenemos vistas un par de co-ediciones siempre en la línea de no-ficción para jóvenes; además queremos  incursionar en la publicación de libros profesionales de  promoción de lectura, algunos títulos que están afuera y son «must«, sería bueno editarlos acá. Pero no me estresa. Si no se puede todavía no se puede, no pienso descuerarme y pasarlo mal con el tema.»

 

Portada del libro "El tío Octavio"
Portada del libro «El tío Octavio»

Pero ya has estado trabajando en publicaciones de libros…

Este año llevo dos libros álbum de mi edición publicados con Ocholibros, desde el taller en la UDP: «El tío Octavio» de Camila García y «Clandestinos» de Cristina Ortega (que no son de la línea Confín, pero que era importante editarlos). Son vivencias de niños (ficción) durante una dictadura (cualquiera), desde la cotidianeidad. Muy inocentes y simpáticos ambos libros, forman parte de la colección que se levantó para acunarlos, Hablemos de… muy relevante en la revisión de la historia reciente de Chile y muchos otros países de habla hispana. Es una colección que pone temas sobre la mesa. El año pasado asesoré la publicación de los libros infantiles de la colección Transbank, por segunda campaña consecutiva. Siempre hay tiempo para hacer lo que uno ama, en realidad. Esto es solo la punta del iceberg! Hay una lista larga de cosas activadas dando vueltas, se mueve la cosa.

 

Jennifer, agradezco mucho tu mirada multifacética e inquieta respecto al  fomento lector, y que nos contaras la historia que hay tras el desarrollo de estas revistas. Dicen que emprender no es fácil. Creo que al leer tu experiencia sin duda más de algún lector de Leamos Más se motivará y sacará algunas ideas para fomentar la lectura en su entorno.