Es cierto: lugares entretenidos y con onda para tomarse un café hay muchos. Pero hasta ahora no había visto nada como esto: un café-bar que emula una biblioteca. Y los libros no sólo son decoración, sino que se integran haciéndose parte del espacio lo cual contribuye a crean ambiente de lectura entre los parroquianos. El dueño de este café D’Espresso, Eugene Kagansky, decidió abrir este lugar a una cuadra de la Biblioteca Pública de Nueva York. Antes de iniciar el proyecto, y aprovechando esta locación le comentó a su equipo de trabajo: «Abramos un café bar que parezca una biblioteca, pero hagámoslo con un toque más interesante» .
Efecto «Alicia en el país de las maravillas
Y es que además de parecer una biblioteca, el lugar da la impresión de jugar con la gravedad. Tal como en en el libro de «Alicia en el país de las maravillas» de Lewis Carroll haciendo sentir a los clientes que están temporalmente suspendidos. El piso está al lado izquierdo,»colgando» de la pared y las sillas y banquetas se apoyan en los muros de la biblioteca.Si ustedes creen que esto es un poco desconcertante están en lo correcto, porque esa es precisamente la idea. La inspiración de Anurag Nema – el diseñador que llevó a cabo la infraestructura- fue la famosa estación espacial que aparece en una de las escenas de «2001 odisea del espacio«.
Nema jugó con elementos muy atractivos ya que literalmente volteó la cafetería de lado para crear un ambiente completamente innovador. De esa forma, al mirar hacia el techo no cuelgan lámparas como cabría esperar, ya que éstas están al los costados derecho, y se «dejan caer» como si de verdad estuviesen suspendidas de la forma habitual. Inquietante, ¿cierto?
¿Estanterías y libros?
Lo que parece ser un sinfín de estanterías perfectamente alineadas y cuajadas de libros no son más que cerámicas impresas con imágenes en sepia que muestran ilustraciones inusuales, tanto en los lomos como en las portadas. La tipografía también jugo un rol importante, ya que usaron títulos y efectos que generasen curiosidad entre los «lectores» del café-bar. Gracias a ello se tiene el efecto de una biblioteca con estanterías ordenadas en torno al «techo», que no es más que uno de los muros del lugar.
La cafetería abrió sus puertas a los clientes-lectores en diciembre del 2011, y hasta a hora -en palabras de su dueño- les ha ido tan bien que los planes ya están en marcha para abrir otras sucursales en Manhattan y después en más ciudades de Estados Unidos. Lo interesante es el uso de los libros para recrear un espacio que sea no sólo confortable,sino que den ganas de quedarse disfrutando del ambiente.
¿Por qué una Biblioteca?
Las Bibliotecas han tenido siempre el halo de ser lugares confortables, silenciosos -en algunos casos- y de ser espacios protegidos del ruido mundanal. Cuando se entra a una biblioteca atrás queda el ruido de la calle, los bocinazos de los autos, el ajetreo de las personas corriendo de un lado a otro. Quizás una biblioteca es mucho más que un lugar de tranquilidad: es la posibilidad de estar tan cómodo como si se estuviera apoltronado con un grato libro entre las manos. Ese es el espacio que han tratado de crear en D’Espresso. Lo cual me lleva a pensar que son muchos los escritores asiduos a cafés que solían beber incontables tazas de café, quizás varios tragos de whisky y fumar a destajo. El primer caso que se me viene a la mente es el de Heminway, famoso por su afición a los bares y cafés Quién sabe cuántos de esos visitó en Idaho, ciudad donde residía.
Por lo menos eso es lo que piensa el dueño de esta innovadora cafetería: «los temas de lectura son perfectos para cafés, porque se llenan de clientes «bookish» (cuya traducción sería asiduos lectoras que gustan de objetos relacionados con el libro)
Numerosos medios han publicado sobre este lugar. Por su lado el New York Times publicó un artículo señalando que este este truco de diseño «volteado» es parte de la estrategia de marketing, y que el próximo bar-café que inauguren quizas esté completamente «patas para arriba». Y es que el dueño de D’Espresso cree que tal y como la marca de cafeterias Starbucks han cambiado el concepto de tomar café, agregar valor es un recurso ideal para crear identificación con la marca en una época donde las cafeterías no cuentan con la fidelización del cliente dada la amplia variedad que hay para ir a disfrutar un buen café.
¿Interesad@s en ir?
¡Por lo menos yo sí lo estoy! acá van los datos:
D’Espresso Midtown East 317 Madison Avenue (42nd Street)
Website http://www.despresso.com/
Y si quieres conocer más cafés creativos alrededor del mundo, revisa este web site. No tienen bibliotecas ni libros, pero su diseño, ambientación y arquitectura valen la pena.
Con un poco de imaginación y creatividad todo queda mejor
Finalmente -y considerando la suerte de «polémica» que ha habido por el caso de la tienda Paris – no puedo dejar de mencionar que no es necesario romper libros para hacer más atractiva la exhibición de productos comerciales como en el caso de esta tienda por departamento, la cual tiene en uno de sus locales libros partidos por la mitad. Con un poco más de creatividad y buen gusto se pueden hacer cosas mucho mejores. En Chile tenemos otro caso reciente de una tienda de ropa masculina que recurrió a libros para vender. Ésta marca decidió usar tramoyas emulando estanterías de libros. Les diré que el resultado es bastante bueno, y lo mejor es que no se destrozaron libros.
Y ustedes, ¿Conocen otros casos en que los libros y las bibliotecas sirvan como escenario de una tienda, café, bar u otro tipo de local?
3 respuestas a «Bar y café a la vuelta de la página»
Estupendo aporte; me encanto el artículo, inspirador y creativo, provocador, y la relación con la película 2001, francamente para un gran aplauso,….. tugar tugar a buscar más ejemplos,……
Gracias por el comentario! que bueno que les haya gustado. Este dato de la cafetería Bar me lo dio una amiga y lo encontré tan fuera de lo común que se prestaba perfecto para un artículo. Estaremos buscando nuevos xontenidos llamativos como éste para compartir.
Me gusto mucho el artìculo sobre èl bar-cafè. Trabajo en el campo y siempre he tenido las ganas de hacer algo parecido, me encanta leer pero, no a todos les gusta, pero serìa una buena aventura hacerlo.