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El geólogo de las enciclopedias

El artista canadiense Guy Laramee se había dedicado toda su vida a construir. Escribía obras de teatro, componía música contemporánea, diseñaba instrumentos musicales y era un enamorado de pintar cuadros, rodar vídeos o montar escenografías. El proceso de elaboración de sus creaciones siempre era por añadidura. «La escultura es distinto, es algo de restar, no de sumar», sugiere. Sus obras geográficas tridimensionales están hechas a base de quitarle trozos a los libros gruesos.

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Imagen 1

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La manera en la que Laramee hace sus esculturas es un proceso de formación que pasa por la necesidad de deformar la obra que utiliza como material de trabajo, es decir, las encuadernaciones. Según afirma, su trabajo en 3D

«se origina con la idea de que el conocimiento último podría muy bien ser una erosión en lugar de una acumulación»

A él no le importa que sea una gran enciclopedia, un novela histórica o un montón de tomos apilados. Cuando interviene un libro, Laramee no está pensando precisamente en su contenido sino en las posibilidades que tiene su grueso para ser transformado, algo a lo que también denomina «aprendizaje». ¿Pueden unas páginas convertirse en la ciudad de Petra, en las Montañas Rocosas o en un valle nipón con edificación incluida?

«El proceso es largo, pero la parte más larga es alcanzar la inspiración», explica. «¿Qué libro?, ¿qué tipo de paisaje?, y sobre todo, ¿cuál será el espíritu de esa nueva pieza?».

Asegura que el hecho de quitarle trozos a los libros no es una tarea que se realice sin más, sino una cuestión de observar lo que esa pila de hojas le está pidiendo que haga.

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Guy Laramee, imagen 2

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pone como ejemplo el día que iba a empezar una nueva serie de paisajes de montaña, cuando una desgracia en un viaje a Ecuador le tuvo postrado en la cama, donde se dedicó a leer La Caverna, de José Saramago. «Cambió toda la agenda. Cada proyecto dicta su medio», dice. «Siempre me había preguntado por qué las personas se sienten especialmente atraídas por mis pequeñas cavernas. Ahora lo sé. Mi trabajo en ese momento tenía que ser tallar una».

Confiesa que en comparación al resto de sus habilidades «la talla es un trabajo pesado». Para cada creación tarda un tiempo que va desde los tres días a los tres meses. Insiste sin embargo en que eso «no es nada en comparación con la gran angustia de saber qué hacer a continuación». Para lograr sacar las geo-formas que saca a los libros, Laramee tiene que utilizar herramientas que van desde cepillos y tenazas a cuchillas de motosierra adaptadas para cada ocasión. «No es fácil adaptar todo eso», asegura.

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Guy Laramee, imagen 3

Aunque para nada ha abandonado las otras artes a las que se dedica, como la de escribir libros, dice que le gusta pasar largos ratos con este estilo de talla. Encontrar en un libro «el enfoque que quiere transmitirnos», según expresa el autor, nunca había sido una tarea intelectual tan físicamente trabajada.

 

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Guy Laramee, imagen 4

Artículo publicado originalmente en De Libros, Artes y Ciencias

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El Diccionario del Lector

diccionarioHay diccionarios para todo, desde el clásico Diccionario de la Lengua Española RAE, hasta diccionarios especializados que versan sobre temas tan específicos como las especias, la heráldica, la repostería, las plantas medicinales,  los acrónimos, las armas, el bricolaje, el tabaco, la numismática, y así… la lista suma y sigue. Como podrán adivinar -y para no ser menos- también existe un diccionario del libro, de las bibliotecas y un diccionario del lector.

A este última categoría pertenecen los términos que seleccioné para este post, procurando presentar conceptos que utilizamos comúnmente, junto con otros que pueden resultar más un poco más novedosos.

Les dejo, entonces, con una compilación de Diccionario del Lector:

A:

  • Abducción: Modo o manera de leer según la cual las diversas partes de un texto son pistas para descubrir el sentido de la lectura. Quienes aprenden a leer abductivamente hallan indicios en determinadas partes de los textos.
  • Acróstico: Composición geométrica o simbólica de un texto, con un mensaje oculto entre sus letras.
  • Angst: Relatos escritos por fans que indagan en el sufrimiento emocional de los protagonistas de sus obras preferidas.
  • Anteportada: Hoja posterior a la de cortesía, en la que se imprime el título del libro en caracteres abreviados o menores que en la portada.

B:

  • Bestiario: Textos enciclopédicos que contienen animales reales o imaginarios con narraciones moralizantes y teológicas. Muy populares en Inglaterra en s. XII.
  • Bibliografía:  es el testimonio que deja el autor de una obra, respecto a su recorrido como lector.  La bibliografía habla de la tendencia o la línea de pensamiento del autor, qué tan actualizadas son sus fuentes, cuáles son los referentes sobre los que ha levantado su discurso.
  • Booktrailer: Vídeos compuestos por secuencias (grabadas con o sin actores), ambientaciones musicales, imágenes fijas y todo tipo de efectos, parecidos a los que se realizan para promocionar las películas antes de su estreno. Con ellos se quiere llamar la atención del lector y que sienta interés por los aspectos más atractivos de las próximas novedades editoriales. También llamados bookmovies, suelen estar realizados por las editoriales responsables del libro o ebook.
  • Booktuber: Lectores que utilizan la comunidad de videos de Youtube para realizar clips, de factura simple o casera, en los que hablan sobre los libros que leen. El fenómeno es especialmente popular entre las jóvenes.

C:

  • Canon: Lista de autores que los lectores han convertido en nuevos clásicos de la literatura juvenil.
  • Citas:  son los soportes de autoridad en que se apoya el autor; son, por decirlo así, el respaldo de otras voces de mayor tradición o más reconocimiento en un campo específico. Se revisa cuáles son los referentes y se construye la genealogía de influencias o el itinerario de ideas seguido de cerca por el autor.
  • Cliffhanger: Recurso literario utilizado por el escritor que consiste en ubicar, habitualmente al final del último capítulo de la obra, un fragmento que tiene relación o continuación en otra entrega. Aportan el suficiente suspenso como para que los lectores se interesen por la siguiente parte. Puede ser una acción, una frase, una pregunta abierta. Se usa de forma habitual en sagas de literatura infantil y juvenil.
  • Códice: Libro manuscrito anterior a la invención de la imprenta
  • Códice crisográfico: El que está escrito con oro o plata
  • Colección: la colección tiene varias acepciones: 1) colección editorial que obedece a un criterio particular. 2. Unidad bibliográfica que contiene varias obras de uno o de varios autores. 3) Fondo bibliográfico de una biblioteca o una parte bien caracterizada (por su procedencia, encuadernación, etc.) de los mismos.
  • Colofón: Se pone en la última página impar de la obra. Se incluye la fecha y lugar de impresión, el nombre del impresor, número de tirada y escudo o logotipo del impresor.
  • Contraportada: Cara posterior de la anteportada, puede ir en blanco o bien figurar en ella el título general de la obra, cuando ésta consta de varios tomos. También puede figurar en ella algún grabado o retrato.
  • Copyright: En inglés, propiedad literaria, derecho de copia o propiedad reservada.

D:

  • Depósito legal: Obligación existente en algunos países de entregar determinado número de ejemplares al Estado. En Chile, la ley de depósito legal indica que se deben entregar 5 ejemplares impresos a la Biblioteca Nacional, de cualquier obra publicada.
  • Drabble: Obra literaria de ficción corta, en teoría de no más de 100 palabras, aunque se llama así a todas las de menos de 500 palabras.
  • Distopía: Describe mundos imaginarios en los que las contradicciones de los discursos ideológicos son llevadas a sus consecuencias más extremas. Se inspiran en nuestra realidad actual y fantasea con las posibles consecuencias de los diferentes estilos sociales existentes (casi siempre sistemas injustos, desiguales y traumáticos). Actualmente es uno de los subgéneros más trabajados en la Literatura Juvenil.

 

E:

 

  • Epígrafe: Primer indicio colocado, por lo general, como “carnada” para el olfato del lector. Consiste en uno o más textos, generalmente breves, situados entre el título y el comienzo del texto. Los epígrafes pueden hacer referencia a la totalidad del texto (epígrafe de texto) o al capítulo o parte que encabezan (epígrafe de capítulo)
  • Ex-libris: Etiqueta impresa que acredita la posesión de un libro y que generalmente va pegada en el interior de la tapa.
  • Expurgo: supresión de determinados fondos de la biblioteca, ya sea momentánea o definitivamente, con el fin de dar mayor operatividad y eficacia a la gestión de la colección, ajustándola a las necesidades reales de los lectores.

 

F:

 

  • Fandom: la palabra está derivada de Fanatic Kingdom (Reino Fan). Webs o textos creados por grupos de aficionados a algún escritor o personaje, especialmente vinculado a la literatura fantástica. Harry Potter y el resto de protagonistas de la saga tienen una amplia lista. Cuando desarrolla una serie de contenidos que mantienen un nexo con la obra original, y que pueden funcionar como mensaje publicitario, se habla de fanadvertising.
  • Fan Fiction: También llamados Fanfic o Fic, son relatos escritos por lectores fans, en los que se utilizan personajes, situaciones y ambientes descritos en la historia original, combinados con otros ideados por ellos, o se desarrollan nuevos papeles para los que aparecían en la obra inicial.

G:

 

  • Guardas: Hojas de papel que coloca el encuadernador dobladas por la mitad para unir el libro y la tapa. Son de un papel más grueso y fuerte que el del cuerpo del libro.
  • Goodreads: Es una red social para lectores muy utilizada por los jóvenes, que permite reflexionar y realizar votaciones sobre todos los libros que se han leído, escribir reseñas o encontrar recomendaciones del resto de usuarios acordes a nuestros gustos personales.
  • Glosar:  Acto mediante el cual la acción de los ojos se refuerza con el trabajo escritural de la mano.  La glosa tiene la impronta de lo personal, y se coloca a la par del texto objeto de nuestra atención.

I:

  • Índice: una lista ordenada de capítulos, secciones o artículos que permite al lector saber qué contenidos presenta la obra y en qué página se encuentra cada uno. Suele aparecer al comienzo o al final del libro.
  • Incunable: Obra impresa en caracteres movibles en los primeros tiempos de la imprenta. La opinión más general reserva esta denominación para los impresos del siglo XV.
  • ISBN (International Standard Book Number): Número de identificación de cada libro, así como de sus distintos volúmenes y formas de presentación. Es asignado por agencias nacionales existentes en los distintos países.

L:

  • Libro: Obra impresa o manuscrita no periódica que consta de muchas hojas (más de 49) de papel, pergamino, vitela u otro material, cosida o encuadernada que se reúne en un volumen. Puede ser científica o literaria. Cada una de las partes de dicha obra y los códigos y leyes de gran extensión.
  • Literatura gris: Se denominan así los documentos elaborados por el propio centro o por otros centros e instituciones, que se difunden principalmente por medio de fotocopias.

M:

  • Monografía: publicación no seriada, es decir, publicación que contiene una obra completa en un volumen o en un número limitado de ellos.
  • Meme literario: Bromas virales sobre escritores, dibujantes, personajes ficticios u obras literarias que son difundidas por internet a través de redes sociales, blogs, emails… Pueden ser videos, imágenes retocadas, hashtags, frases, etc.

O:

  • Ojear: Una de las maneras que usan los lectores para familiarizarse con un texto. Implica una mirada de conjunto o apreciación completa del territorio textual. Es, también, una actividad preliminar para sobrevolar la obra objeto de nuestro interés.

P:

  • Page-turner: Con ella hacemos referencia a aquellas obras que producen adicción, textos que enganchan al lector de forma que no puede parar de leer hasta llegar a su capítulo final.
  • Precuela: Otro neologismo procedente del inglés, en este caso prequel, es una obra cuya historia se centra en los acontecimientos que se producen antes del relato inicial. Al igual que las secuelas, estas pueden o no basarse en la misma trama que la obra principal y explican los antecedentes que llevaron a los sucesos posteriores.
  • Prelectura: Estrategia  para abordar o aproximarse a los textos. Momento de reconocimiento o inicio de la relación con el libro o la obra. Los buenos lectores, antes de cualquier cosa, se toman un tiempo para mirar con esmero la portada, el índice o la tabla de contenido, el prólogo o la introducción, la fecha de edición, la editorial, la traducción, si es que es un libro editado originalmente en otro idioma. Los lectores leen estas  marcas o signos porque los consideran tan importantes como el grueso de la información a la cual se enfrentan.

R:

  • Relectura: Actividad esencial para el aprendizaje, o al menos para incrementar los niveles de recordación. Los lectores vuelven una y otra vez sobre lo leído; retornan a los antiguos subrayados; rememoran apartes o episodios de una obra. La relectura tiene un tiempo diferente a aquel otro de la lectura inicial, ya que en un primer momento se puede leer en forma más rápida para saber cómo termina el libro. En cambio, al releer  el lector se puede regodear, reencontrándose con él, reconociéndolo en sus recovecos o parajes secretos.
  • Revista: Publicación periódica ilustrada de información general
  • Resumen: Exposición breve y objetiva de un documento que indica el propósito del trabajo, métodos, los resultados y conclusiones del trabajo. Puede acompañar al documento original o incluirse en el documento que lo sustituye.

S:

  • Separata: Impresión por separado de algún artículo de revista o parte de una obra hecha utilizando los moldes de ésta.
  • Serie: Conjunto de obras independientes unidas entre sí por un título común, una secuencia numérica y algunos caracteres de formato, que se publican sucesivamente. Cuando las obras coinciden también en la materia tratada se habla de series monográficas.
  • Subrayar: Actividad de discriminación de la información. Se subraya el texto para poner en alto relieve lo que a primera vista es liso o sin accidentes en su fisonomía.

T:

  • Título facticio: Título formado de acuerdo con el contenido de la publicación, por carecer ésta de él. Título paralelo Título que aparece junto al título propiamente dicho y que es su traducción a otra lengua.
  • Tomo: Cada una de las partes con paginación propia y encuadernados, por lo común separadamente en que se dividen las obras impresas o manuscritas de cierta extensión con el fin de facilitar su manejo y constituye un todo único. Es por tanto, la unidad racional e ideológica que hace el propio autor de la obra o el editor, y significa una parte del contenido o materia de la misma.
  • Twist Ending: Giros argumentales inesperados en libros o películas. Habitualmente se insertan en la parte final de la obra.

V:

  • Volumen: Cuerpo material del libro que se presenta encuadernado y que puede constar de uno o varios tomos, independientemente de su unidad temática. Cuando un tomo, por su extensión, resulta incómodo en su manejo se puede subdividir en varios volúmenes, y por contra distintos tomos de una obra pueden encuadernarse en un sólo volumen para facilitar su consulta y lectura. Frecuentemente aparece como sinónimo de Tomo.

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Monumentos para celebrar al Libro

Esta semana celebramos el Día internacional del Libro y del Derecho de Autor . Y ¿qué mejor para celebrarlo que conocer algunos de los monumentos más importantes que se han erguido en torno a él?. He aquí los más destacados alrededor del mundo:

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El monumento tiene inscrito, en el lomo de cada libro, el nombre de un escritor, filósofo o pensador alemán.

 

Berlín, Alemania: monumento que honra la literatura alemana, representando una pila de libros con los principales pensadores y escritores. Este monumento se irguió para la promoción cultural de Alemania, aprovechando la celebración el Campeonato Mundial de Fútbol, el año 2006. Para ello, el Gobierno alemán realizó la campaña Land der Ideen (Tierra de ideas) cuya finalidad era mostrar cómo los poetas, investigadores, pensadores, inventores, artistas y compositores germanos habían ayudado a hacer de éste un mundo mejor.

El monumento se encuentra ubicado en la plaza de Bebelplatz, conocida por ser el lugar en el que se llevo a cabo la quema de libros el 10 de mayo de 1933 por los miembros de la S.A. y las Juventudes Hitlerianas.

 

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La escultura se titula «Monumento al Libro»

Barcelona, España: del escultor Joan Brossa, esta escultura ubicada en la Gran Vía con Paseo de Gracia, fue inaugurada en 1994 para homenajear al libro. Fue construida por iniciativa del Gremio de Libreros, que cada año, ubican quioscos de libros antiguos sobre el Paseo de Gracia. Esta hecha con planchas de acero inoxidable sobre una base de granito gris.

Dependiendo del ángulo, la escultura nos muestra el libro cerrado o abierto. Una interesante perspectiva para los turistas, quienes suelen fotografiarse frente a este libro gigante.

 

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Ohio, Estados Unidos: este monumento al libro fue creado en memoria a Amelia Valerio Weinberg , y está ubicada en la la plaza Vine Street. Fue concebida y ejecutada por el escultor  Michael Frasca como una fuente ornamental que honra al libro frente a la biblioteca pública de la ciudad. La obra fue posible gracias a la donación de Amelia Valeiro, en 1990. «La fuente del libro» -como se le conoce afectuosamente-  posee una cascada de agua que nace en uno de los libros, y representa la fuente de información e ideas que conlleva  la palabra impresa.

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«El Centinela» es un monumento que tiene significado histórico por el título de los libros.

Ohio, Estados Unidos: Esta estatua  se llama «El Centinela», y representa a un joven, sentado sobre una pira de libros. Cada libro representa un año, partiendo desde aquel en que se inauguró la Biblioteca. Además, en el lomo de cada libro se puede leer su título, lo cual ha sido cuidadosamente recabado. Lo curioso de la escultura es que el artista dejó sin titular el libro principal: aquel que sostiene el joven. Esto, con el fin de dejar a los observadores el privilegio de titular la obra con el nombre que les sea más significativo.

«El Centinela» se encuentra ubicado en la entrada de Biblioteca Pública de Ohio, y fue esculpida por el artista Alan Cottrill.

 

 

 

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Ostafyevo, Unión Soviética: esta obra, esculpida en 1911 por  S.D. Sheremetevym se encuentra en el Museo Nacional de Ostafyevo, en Moscú. El monumento honra el trabajo del historiador Nikolai M. Karamzin, quien escribió la historia del Estado de Rusia en 12 volúmenes, tarea que le tomó la misma cantidad de años.

 

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Literatura, comida y placer

Afiche de la  película
Afiche de la película, estrenada en 1987

Hace unos años vi la película «El Festín de Babette», la cual pronto descubriría que estaba basada en un cuento homónimo de la escritora dinamarquesa  Isak Dinesen (pseudónimo de Karen Blixen). La película en cuestión me dejó muy impresionada, por el gran despliegue de platos y apetitosos manjares. Y no sólo eso: la preparación de los mismos implicaba incluso traer animales exóticos para sacrificarlos en honor a los invitados de Babette. Poco después leí el cuento (muy breve y distinto, en comparación con la película). Si alguno(a) de ustedes se tienta, puede leer «El Festín de Babette».

Lo más curioso de la historia culinaria de esta fiesta que da Babette, es que ella prácticamente no prueba bocado. Cocina, planea los platos, sirve diligentemente, y apenas come. La relación entre los personajes literarios y la comida da para plantearse cosas tan simples como el motivo oculto que tendría Babette para desplegar tanta energía con la comida y no animarse a comer, hasta la desesperación que hay entre el hambriento personaje de «El vaso de leche» en el cuento del Manuel Rojas.

Hace pocos días leí un artículo titulado «Los platos más famosos de la literatura». El artículo -que transcribo completo en este post, referenciando a su autora y fuente- me hicieron recordar el cuento de Isak Dinesen. No hay nada tan básico y natural para el ser humano y para los personajes literarios como la comida. Y aunque pareciera ser que los personajes no necesitan alimentarse, los escritores no están tan de acuerdo porque van delineando su carácter no sólo en sus diálogos y actos: también con aquello que comen.

 

Los Platos más famosos de la Literatura

 

«Desde un banquete de El Gran Gatsby hasta la miseria y hambre que pasaba el pobre Oliver Twist. Las comidas de cincuenta novelas de todos los tiempos son recreadas con mucho cuidado en un libro recién publicado.

Dinah Fried, autora del libro
Dinah Fried, diseñadora, creadora de la idea y autora del libro «Platos Ficticios»

“Tengo un gran apetito por los buenos libros y por la buena comida”, dice Dinah Fried. La diseñadora, que vive en Nueva York, encontró una forma muy creativa de combinar esas aficiones. “Usualmente me acuerdo de lo que comen los personajes en los libros”. A partir de eso se le ocurrió recrear esos platos tal como se los imaginaba mientras leía. Cocinó, diseñó y fotografió cinco y cuando les mostró el resultado a sus amigos y puso las imágenes en internet causó tanto entusiasmo que no pudo parar. “Rápidamente me vi bombardeada con solicitudes y sugerencias de familiares, amigos e incluso desconocidos”. El resultado es Fictitius Dishes o Platos Ficticios, libro en el que muestra su visión de 50 comidas de novelas y que desde que fue publicado hace pocos días no ha parado de circular en los medios.»

Fuente:  Artículo publicado originalmente por Fabiola Torres, en La Tercera, sección tendencias.

 

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De puntadas y papel: el asombroso mundo de la encuadernación


«El Libro es una criatura frágil, se desgasta con el tiempo, teme a los roedores, resiste mal la intemperie y sufre cuando cae en manos inexpertas«
. Umberto Eco, en un pasaje de su novela «El nombre de la Rosa», 1980.

«Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá?, y ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán?. Y al fin, libros y personas se encuentran«. André Gide, escritor francés Nobel de Literatura en 1947


Todo un Arte

El trabajo en los lomos de los libros es una de los tantos detalles que puede tener el trabajo fino de encuadernación
El trabajo en los lomos de los libros es una de los tantos detalles que puede tener el trabajo fino de encuadernación

Actualmente, cuando la discusión entre el libro digital y el impreso sigue vigente, surgen  otros temas relacionados con el libro: la encuadernación es uno de ellos. Aunque ya casi nadie habla del arte de la encuadernación, del detalle y minuciosidad que hay tras las tapas de un libro cuidadosamente trabajado a mano, cosido, e incluso taladrado para lograr un objeto que bien merece estar en alguna sala de museo como objeto de arte. No me confundan, por favor, con una nostálgica. He expresado mi opinión anteriormente respecto al libro digital v/s impreso, y no es un afán romántico el que me anima a escribir este post. Más bien me inclino por compartir con ustedes un tema interesantísimo del que muy poco sabemos.

Cuando empecé a documentarme para escribir este post, pensé que no sería tarea compleja. «Siendo bibliotecaria -pensé- puedo recordar algunas clases de primer año cuando este tema era parte de las pruebas». Sin embargo me encontré con una enorme variedad de aspectos relacionados con la encuadernación que no conocía, y que me asombraron gratamente: desde la Historia del Libro y  las bibliotecas, los incunables, la caligrafía, la tipografía, los materiales y herramientas de encuadernación, el oficio del encuadernador y del «dorador» -algo completamente nuevo para mí-  pasando por  el libro-arte encuadernado y los museos que les rinden culto. Naturalmente la historia de la encuadernación es otro aspecto que merece atención, lo cual nos lleva inevitablemente a las artes decorativas y ornamentales del libro. La lista es vasta y recorre miles de años…una delicia para una «ñoña» como yo. Ante tal variedad de materias, opté por partir desde los inicios y dejarme llevar. Después de todo, este no será el primer post respecto al tema.

La encuadernación es un arte noble. Quien haya tenido en sus manos un precioso ejemplar bien encuadernado estará de acuerdo conmigo. No es sólo el trabajo en torno a las tapas, el lomo o el canto del libro. Es la delicadeza del tipo de papel, el trabajo de cosido en el lomo, la decoración que embellece, las ilustraciones o dibujos de la contratapa. Es un conjunto exquisito y armónico que deleita no sólo al lector, sino que a coleccionistas, bibliófilos , book lovers y amantes del buen diseño.

Tablilla de madera que lleva marcas inscritas y que ha sido datada por carbono 14 en el 5260 a.C
Tablilla de madera que lleva marcas inscritas y que ha sido datada por carbono 14 en el 5260 a.C

La historia empieza más o menos así:

Para hablar de un tema tan preciado como este, es preciso aclarar que, antiguamente, los documentos escritos o grabados eran tan apreciados y raros en la antigüedad, que pronto se pensó en buscar el medio para protegerlos. Las tablillas cocidas de Babilonia, por ejemplo, estaban numerados en el orden en que debían ser leídos y se almacenaban en estanterías cuidadosamente catalogadas, pues cada una llevaba el título de la obra de la que formaba parte. A partir del momento, en que fue posible escribir sobre algo susceptible de enrollarse (como la seda, el papiro o el pergamino) el problema de verificar el orden de los documentos y de cómo podían ser protegidos se resolvió más fácilmente. Los rollos preciosos eran guardados en cofrecillos de madera de esencia rara, a menudo maderas olorosa, o bien en cofres de metal cuidadosamente ornamentados.

En otras latitudes, los textos griegos o romanos se unían a menudo con un cordoncillo que se pasaba por una de las esquinas o se cosían sobre el lado izquierdo. Habitualmente se escribía sobre tablillas de madera o marfil recubiertas de cera. Estas tablillas estaban a veces unidas mediante bisagras o por un grueso hilo para formar dípticos y trípticos. En las civilizaciones del sudeste asiático o amerindias los «libros» estaban a menudo hechos con hojas de palmera o bambú. Estas hojas estaban cortadas en rectángulo y todas ellas eran agujereadas en el mismo lugar para permitir el paso de la cuerdecilla que las unía. Se lograba una buena protección a través de dos planchas de madera o de corteza de árbol que tenían las mismas dimensiones que las hojas, y estaban atadas con ellas.

Y el Libro: ¿cuándo?

El Codex Alexandrinus, que se puede traducir como El Libro de Alejandría, data del siglo V y es la Biblia más completa que se conserva desde los primeros tiempos cristianos.
El Codex Alexandrinus, que se puede traducir como El Libro de Alejandría, data del siglo V y es la Biblia más completa que se conserva desde los primeros tiempos cristianos.

Según la leyenda — y las leyendas a menudo están en lo cierto — cuando Cleopatra invitó a César a visitar los talleres de la Biblioteca de Alejandría, le mostró los primeros pasos de una nueva fórmula de presentación de los documentos. En lugar del habitual rollo o volumen, a los egipcios se les había ocurrido la idea de doblar las hojas de papiro en dos partes, cortar varias de estas hojas del mismo modo para que tuviesen idénticas dimensiones y unirlas entre sí, cosiéndolas de modo que formaran una especie de «ladrillo cuadrangular» fácil de consultar. Este «ladrillo» se llamó códice o codex, y es el antecedente del libro. El codex fue muy popular, y pronto se extendió desde Egipto a todo el mundo mediterráneo. De esta forma, el paso del papiro al pergamino fue inevitable. A partir del siglo I D. C., encontramos en Roma la existencia de libros  de hojas de pergamino llamados “Menbranae”.

Fue en los monasterios coptos (que datan del siglo I, en Egipto) donde el arte del libro empezó verdaderamente su apogeo, y donde la técnica de  la encuadernación fue inventada (hoy en día, la técnica de encuadernación que recuerda la de estos monjes se llama «costura copta«). A veces se trata de un sólo y grueso cuadernillo recubierto de piel, otras de varios cuadernillos cosidos con una aguja o dos agujas que trabajan separadamente para formar una cadeneta muy sólida. Los lomos son lisos, pues los hilos de costura pasan simplemente por el fondo de los cuadernillos sin hilo ni nervio de apoyo. Las pieles están especialmente curtidas para este arte y teñidas con tintes vegetales. Los papeles para guardas generalmente están pintados a mano. Las tapas son de madera o hechas de papiro pegado con cola. Se sabe que se han hecho desde el siglo IV al XI, y constituyen la familia más antigua conocida de encuadernaciones de cuero, representando la fuente última de todas las encuadernaciones de cuero decoradas.

La evolución de la encuadernación

Detalle de un cosido medieval
Detalle de un cosido medieval

Desde esa época ha venido evolucionando la encuadernación en el mundo, en manos de monjes, maestros y aprendices por generaciones; con distintos estilos decorativos pero siempre conservando la excelencia en la construcción del libro. En la Edad Moderna las encuadernaciones pesadas y las de lujo  ya no se realizaban. Una de las razones de ello fue la difusión del papel y la invención de la imprenta. Debido a ambos factores, también aumentó la producción de libros que se vendían con encuadernaciones sencillas. Incluso algunos se vendían por pliegos sueltos, para ser encuadernados por las mismas personas, a su gusto.

A lo largo de la Historia del Libro, la encuadernación ha ido sufriendo muchos cambios producto de los avances y cambios en los materiales y técnicas de trabajo. En general, este proceso estuvo sometido a la misma evolución que el resto de manifestaciones artísticas. En el Renacimiento, por ejemplo, se usaron planchas de hierro para ornamentar las cubiertas usando una sola pieza. Al contrario de lo que pasa durante el Barroco, cuando tuvieron plena vigencia los ornamentos por doquier: se usaban hierros que imitaban diversas formas y ornamentos. La encuadernación es recargadísima, con hierros pequeños que se prestan a todo tipo de composiciones. Y así van surgiendo diversos estilos, que tienden a simplificar el decorado a medida que pasa el tiempo. En el periodo neoclásico, por ejemplo, las encuadernaciones se enriquecen y simplifican al mismo tiempo: las tapas se decoran con orlas, los florones y rocallas se sustituyen por motivos clásicos grecorromanos, y la estructura de la decoración se concentra en los lomos, que se ornamentan con hierros sueltos.

Posteriormente, el estilo modernista se crean las encuadernaciones interpretativas, donde aparecen representados motivos alusivos al contenido del texto. Finalmente, el trabajo se hace más sencillo y  la decoración termina por circunscribirse al lomo. En éste estilo destacan los anagramas estilizados y los dibujos neogóticos.

La encuadernación estuvo sometida a la misma evolución que el resto de las manifestaciones artísticas. En Europa se sucedieron las cubiertas góticas, mudéjares, renacentistas, barrocas, neoclásicas, románticas, etc. A menudo, dichos estilos convivían durante un tiempo, aunque en realidad cada taller de imprenta y/o encuadernador imprimía a sus trabajos un distintivo propio. De este modo, se pone de manifiesto que la encuadernación puede ser mucho más que un simple elemento protector de los libros, convirtiéndose en auténticas obras de arte.

 

Un encuadernador de tomo y lomo

Un encuadernador en acción
Encuadernador en acción

El quehacer de un encuadernador es un oficio noble, porque trabaja en forma artesanal confiriéndole particularidades especiales y únicas a cada obra. Un libro encuadernado es un trabajo costoso, porque la labor es completamente manual, no hay procesos industrializados. Además, se usan materiales como pieles, cueros, hilos e incluso -cuando el libro es muy fino- oro para el canto de las hojas y joyas para adornar la tapa.

Juan Zafrilla -de quien encontré una simpática entrevista en un medio español- es un destacado encuadernador español con más de 40 años en el oficio, quien  señala: « la encuadernación no puede hacerse sin ton ni son, ya que los libros encuadernados son piezas únicas, por lo que hay que hacer una creación que vaya con el texto, por lo que primero, hay que conocer el texto para adecuar la encuadernación». Y luego añade: «lo más importante son las manos, la piel y a encuadernar, a meterle mano a los dibujos, dorar, y pulso fino, que aún tengo, hace falta también tener un poco de gusto, es como todo, empiezas y vas adquiriendo el oficio y con los años vas tomando cierta veteranía, incluso, he concursado en varios certámenes y he sido premiado, tengo mis diplomas».

Carlos Rey, otro afamado encuadernador español, entrega en su blog toda su experiencia y motivación en este oficio. Emocionado, señala «Vas deshilvanando el secreto de las grandes obras, lees todo lo que cae en tus manos sobre el libro: la encuadernación, restauración, el papel, la imprenta, llegando a tener y disfrutar de una buena biblioteca». Y si de encuadernadores reconocidos se trata, es imposible no nombrar a Emilio Brugalla, famoso «dorador» (especialista en decorar con oro el canto de los libros) a mano, orfebre y bibliófilo. Gracias a su trabajo con la editorial Subirana, se especializó en encuadernar libros religiosos llegando a crear toda una sección de libros artísticos. Finalmente, en 1931 crea su propio taller, a la vez que empieza su afán divulgativo que lo llevará a dar numerosas conferencias a lo largo del planeta y a escribir varios libros sobre el arte de la encuadernación.

Brugalla concibe sus encuadernaciones como obras de arte, cuidando todos sus detalles, esmerándose para que el paso de los años no degrade la calidad de la piel, que el peso del libro no lo desencaje por el lomo, que la obertura del libro sea suave, dulce y sin estorbos… En definitiva, encuadernaciones insólitas que estamos seguros le harán cambiar de opinión si piensa que el valor de un libro reside sólo en su interior.

 

Rústica, acaballada, de lujo….¿qué tipo de encuadernación prefieres?

Costura "diente de perro"
Costura «diente de perro»

Es así como nacen diversos tipos de encuadernaciones:  manual, rústica, cartoné, térmica, en piel, en espiral, alzada, acaballada, con taladro, etc. Sin olvidar la encuadernación heráldica, que poseen como elemento decorativo central o predominante un escudo de armas, emblemas u otros motivos armoriales que identifican al autor, al propietario o al mecenas del libro.

Las técnicas también son disímiles, así como los materiales. Éstos conforman otro mundo vasto y encantador: cueros, terciopelos, sellos, joyas. Entre los instrumentos está el telar, cuerdas, hilos de lino, agujas de guarnicionero, plegaderas, martillo, reglas, punzones, hebillas. Estos materiales dependen del tipo de encuadernación que se realice.

«En la variedad está el gusto», parece ser la tónica a la hora de hablar de las distintas variantes de la encuadernación. Sin embargo, lo que siempre  prevalece es el afán de proteger el conocimiento y el saber escrito por el hombre.

 

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Columnas y artículos

Elogio y defensa del “viejo” libro

En neorólogo Oliver Sacks
En neorólogo Oliver Sacks

¿Qué hace un lector devoto cuando su vista, edad mediante, ya no es la misma? El neurólogo Oliver Sacks  (1) analiza su propio caso y la renuencia a los soportes tecnológicos. Además, la escritora Florencia Abbate cuenta por qué prefiere el libro en formato clásico.

Acabo de publicar un libro, pero no lo puedo leer porque, como millones de otras personas, tengo problemas en la vista. Tengo que usar una lupa, y eso resulta lento y engorroso porque el campo es muy limitado y no se puede abarcar una línea completa, mucho menos un párrafo, de una sola mirada. Lo que necesito es una edición en letra grande, que pueda leer (en la cama o en el baño, donde hago la mayor parte de la lectura) como cualquier otro libro. Algunos de mis libros anteriores existían en ediciones de letra grande, algo invalorable cuando me pedían que hiciera una lectura en público. Ahora me dicen que la versión impresa no es “necesaria”, que tenemos e-books, que nos permiten aumentar a nuestro antojo el tamaño de la letra.
Pero no quiero un Kindle, un Nook ni un iPad, cualquiera de los cuales podría caerse en el baño o romperse, y que tienen controles para los cuales necesitaría una lupa. Quiero un libro de verdad, de papel impreso, que tenga peso, que huela a libro, como los libros de los últimos 550 años, un libro que pueda guardarme en el bolsillo o poner con los demás en la biblioteca, donde pueda divisarlo en momentos inesperados.

Cuando era chico, alguno de mis familiares mayores, así como un primo que tenía problemas de vista, usaban una lupa para leer. La aparición de los libros de letra grande en la década de 1960 fue para ellos un regalo del cielo, como para todos los lectores que veían mal. Florecieron las editoriales especializadas en ediciones en letra grande para bibliotecas, escuelas y lectores, y siempre se las podía encontrar en librerías o bibliotecas.

En enero de 2006, cuando mi vista empezó a declinar, me pregunté qué podría hacer. Había audiolibros –yo mismo he grabado algunos–, pero era un lector por antonomasia, no un oyente. Soy un lector empedernido desde que tengo memoria, y con frecuencia recuerdo de forma casi automática números de página o el aspecto de párrafos y páginas. Quiero libros que me pertenezcan, libros cuya paginación íntima se me haga familiar y querida. Mi cerebro necesita lectura, y la respuesta reside, para mí y con toda claridad, en los libros de letra grande.

Pero ahora cuesta mucho encontrar en las librerías libros de calidad impresos con letra grande. Lo descubrí cuando hace poco fui a Strand, una librería famosa por sus miles de estanterías que visito desde hace cincuenta años. Sí, tenían una (pequeña) sección de letra grande, pero consistía sobre todo en novelas baratas y manuales. No había recopilaciones de poesía, teatro ni biografías. Tampoco ciencia. No estaba Dickens, ni Jane Austen, ninguno de los clásicos, nada de Bellow, Roth ni Sontag. Salí frustrado, y también furioso: ¿las editoriales pensaban que los discapacitados visuales eran también discapacitados intelectuales?

Memoria y experiencia

brain-269x200Leer es una tarea de gran complejidad, en la que intervienen muchas partes del cerebro, pero no es una habilidad que los seres humanos hayan ido adquiriendo en el transcurso de la evolución (a diferencia del discurso, que tiene raíces mucho más profundas).La lectura es un avance relativamente reciente, cuyos comienzos se remontan tal vez cinco mil años en el tiempo y que depende de una pequeña zona de la corteza visual del cerebro. Lo que ahora llamamos el área visual de formación de palabras (VWFA por la sigla en inglés) es parte de una zona cortical que evolucionó hasta reconocer formas básicas en la naturaleza, pero que puede reutilizarse para el reconocimiento de letras o palabras. Ese reconocimiento elemental de formas o letras es sólo el primer paso. A partir de esa área visual de formación de palabras deben hacerse conexiones de doble vía a muchas otras partes del cerebro, entre ellas las responsables de la gramática, los recuerdos, asociaciones y sentimientos, de modo tal que letras y palabras adquieran sus significados específicos. Cada uno de nosotros forma vías nerviosas únicas relacionadas con la lectura, y cada uno lleva al acto de leer una combinación única, no sólo de memoria y experiencia, sino también de modalidades sensoriales. Algunos pueden “escuchar” los sonidos de las palabras a medida que leen (a mí me pasa, pero sólo cuando leo por placer, no cuando leo con fines de información); otros pueden visualizarlas, de forma consciente o no. Algunos pueden tener una aguda conciencia de los ritmos acústicos o los énfasis de una frase; otros son más conscientes de su aspecto o su forma.

En mi libro El ojo de la mente , describo a dos pacientes, ambos escritores, que pierden la capacidad de leer como consecuencia de una lesión cerebral en la VWFA, que está cerca de la parte posterior del hemisferio izquierdo del cerebro (quienes padecen ese tipo de alexia pueden escribir, pero no leer lo que escriben). A pesar de ser editor y un amante del texto impreso, uno de ellos se volcó de inmediato a los audiolibros para “leer”, y empezó a dictar sus propios libros en lugar de escribirlos. La transición le resultó fácil; de hecho, pareció algo natural. El otro, un escritor de novelas policiales, estaba demasiado habituado a la lectura y la escritura como para abandonarlas. Siguió escribiendo (en lugar de dictar) y descubrió, o ideó, una extraordinaria nueva forma de “lectura”: su lengua empezó a copiar las palabras que tenía delante, trazándolas en la parte posterior de los dientes. Leía, en efecto, mediante el recurso de escribir con la lengua empleando las zonas táctil y motriz de la corteza. También pareció ocurrir de manera natural. Al recurrir a sus fortalezas y experiencias individuales, el cerebro de cada uno encontró la solución adecuada, la adaptación a la pérdida.

 

Nuevas formas de leer

Para alguien que nace ciego, sin imágenes en absoluto, la lectura es una experiencia esencialmente táctil, a través del relieve de la impresión en Braille. Los libros en Braille, al igual que los libros con letra grande, son cada vez menos en la actualidad, a medida que la gente recurre a los audiolibros, más baratos y abundantes, o a los programas de voz digital. Pero hay una diferencia fundamental entre leer y que nos lean. Cuando es uno el que lee, ya sea por medio de los ojos o de un dedo, es libre de avanzar o retroceder, de releer, de reflexionar o fantasear en medio de una frase: uno lee según su propio tiempo. Que nos lean, o escuchar un audiolibro, son experiencias más pasivas, sujetas a los caprichos de otra voz y que se desarrollan en el tiempo del narrador.

Si avanzada la vida nos vemos obligados a aprender nuevas formas de leer –de adaptarnos a una menor visión, por ejemplo–, cada uno debe hacerlo a su manera. Algunos podremos pasar de leer a escuchar; otros seguirán leyendo mientras les sea posible. Algunos podrán agrandar la letra en sus lectores de libros electrónicos; otros lo harán en sus computadoras. Nunca he adoptado ninguna de esas tecnologías. Por ahora, por lo menos, me atengo a la anticuada lupa (tengo una docena, de diferentes formas y potencia).

La escritura tendría que ser accesible en la mayor cantidad posible de formatos: George Bernard Shaw decía que los libros eran la memoria de la humanidad. No debería permitirse que desapareciera ningún tipo de libro, ya que todos somos individuos y tenemos necesidades y preferencias muy específicas, preferencias que llevamos grabadas en todos los planos del cerebro, en redes y configuraciones nerviosas individuales que crean una relación profundamente personal entre autor y lector.


Este artículo fue publicado originalmente en The New Yorker (2013),  y traducido por Joaquin Ibarburu, quien lo publicó el 7 de enero 2013 en la revista Eñe, del diario argentino Clarín.


(1) Oliver Sacks es un escritor y neurólogo inglés. Profesor de neurologia clinica en la Escuela de Medicina Albert Einstein y profesor adjunto de neurología en la Universidad de Nueva York. Escribió, entre otros, “Despertares” y “Musicofilia”.

 

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Cápsulas Lectoras Novedades

Créalo o no: los libros crecen en los árboles

cc: inhabit
cc: inhabit.com

En Berlín (Alemania) en plena calle Prenzlauer Berg se levantó este hermoso bosque, para solaz de los amantes de la lectura. El proyecto, titulado «Un Bosque de Libros» fue desarrollado por  BauFachFrau, como una iniciativa reconocida por los programas oficiales de la UNESCO «Educación para desarrollo sustentable». La idea era apropiarse del espacio urbano para instalar estos «dispensadores» para que la gente intercambie sus libros ya leídos, por otros de su interés. Algo así como un trueque de libros, pero sin ver ni conocer a la persona de quien se recibe el libro, ni tampoco a la siguiente que será su dueña. Este sistema se llama Bookcrossing y funciona en todo el mundo desde hace años. La versión chilena se llama «Libro Libre» y funciona bastante bien, con muchos puntos de liberación de libros en Santiago y regiones.

Los Berlineses quisieron innovar en el modo como se dejaban los libros, e idearon esta suerte de biblioteca-árbol que, además de ser muy original y llamativa, es ecológica al usar los troncos de árboles caídos, en vez de plástico, madera procesada u otro material.

Una tapa de plástico protege los libros
Una tapa de plástico protege los libros

Alemania es el segundo país que lleva la delantera en préstamos de bookcrossing (Estados Unidos ocupa el primer lugar) por lo que no es de extrañar que en las distintas ciudades ocupen diversos modos para llamar la atención de los usuarios. La forma como opera este bosque de libros requiere bastante preparación. Naturalmente se pensaría que los libros pueden quedar amarrados o colgando de las ramas, o bien acomodados en los espacios naturales  de los árboles. Pero al ir leyendo la forma como se fabrican estos puntos deliberación, me doy cuenta que se requiere bastante trabajo y reparación. se juntan 4 ó 5 árboles, en cada uno de los cuales hay  una columna con orificios de un tamaño considerable, para ir dejando los libros. Estos orificios cumplen el rol de las clásicas bandejas de las estanterías. Y, para completar el sistema tienen tapas de plástico lo cual protege los libros de las inclemencias del clima. Sin duda los vecinos del barrio, quienes han sido los usuarios más activos, son los más contentos.

 

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Book Lovers

Johnny Depp: su faceta desconocida como bibliófilo y editor

El actor estadounidense Johnny Depp ha decidido unir a su trabajo al de editor. El artista ha anunciado que se ha asociado con el gigante editorial HarperCollins Publishers para lanzar su propio sello literario, Infinitum Nihil, con el que empezará a publicar obras el próximo año.

Infinitum Nihil, nombre también de la productora cinematográfica de Depp, se estrenará con House of Earth (Casa de la Tierra), novela de fuerte contenido social  escrito por el fallecido cantante de música folk Woody Guthrie. Guthrie terminó el libro en 1947 pero nunca intentó publicarlo y el manuscrito permaneció en sus archivos. El libro se desarrolla en el norte de Texas en la década de los años 30 en medio de una lucha entre particulares, bancos e intereses corporativos. La editorial anunció que lanzará este primer libro al mercado en enero del 2013, y para el 2015 ya prevé poner a la venta otro de sus grandes proyectos, The Unraveled Tales of Bob Dylan (Las Historias no reveladas de Bob Dylan)  escrita por Douglas Brinkley. La obra es una recopilación de artículos y entrevistas realizadas al artista.

«Prometo, en nombre de Infinitum Nihil, que haremos todo lo que podamos para presentar publicaciones que merezcan el tiempo de la gente, que conciernan a la gente. Publicaciones que normalmente no hubiesen visto la luz», explicó Johnny Depp.

Depp es también un gran aficionado a coleccionar libros, y  parece seguir los pasos del personaje que interpretó en La novena puerta dada su pasión por los libros. Al parecer el actor goza coleccionando varias ediciones de un mismo libro, y es aficionado a la poesía,  T.S. Elliot, de Rimbaud,  Baudelaire figuran entre sus favoritos. Las preferencias también incluyen al poeta galés Dylan Thomas o al maestro del terror, Edgar Allan Poe, de quien posee una primera edición de Cuentos de misterio e imaginación que fue la envidia de Vincent Price cuando ambos actores entablaron amistad en la época de  la filmación de la película Eduardo manos de tijeras.

Logotipo del sello editorial
Logotipo del sello editorial

Pero entre todos los autores que comparten su biblioteca, nadie le gusta tanto como los de la generación Beat y en especial su maestro, Jack Kerouac. Por él, Depp viajó hasta Lowell (Massachusetts, EEUU) para visitar la casa del autor de En el camino. Es tanta su afición a la obra de este escritor  y poeta norteamericano, que posee no solo algunas de sus cartas y manuscritos originales sino su última máquina de escribir.

Todo un coleccionista y bibliófilo ¿no? Esta vez el afamado actor tendrá oportunidad de sacar a relucir su creatividad bajo una nueva faceta.  Esperemos que su obra considere la traducción a otros idiomas, para poder juzgar su trabajo, esta vez como editor.

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Placeres y Lectura

El Gusano de los Libros en Beijing

La decoración es un elemento importante en el Gusano de los Libros
La decoración es un elemento importante en el Gusano de los Libros

Si, sigo en la ruta de los Cafés Literarios. Por ahora me he quedado en la línea internacional, pero ya pronto vendrán algunos de los que tenemos en Chile. En esta oportunidad un amigo caza-noticias bibliotecarias me envió un artículo sobre un curiosísimo café literario en Beijing, llamado El Bookwarm o Gusano de los Libros, una estilosa fusión de  cafetería, restaurante y biblioteca ubicada cerca del mercado Yashow en la ciudad de Beijing.

El lugar es muy heterogéneo, y a diferencia de los otros casos de Cafés literarios que he publicado anteriormente, no es una simple cafetería y restaurant. El Gusano de los Libros organiza anualmente un Festival de Literatura Internacional (el próximo se realizará entre el 8 y 20 de marzo del  2013) y  periódicamente desarrolla ciclos de charlas con escritores, firmas de libros, cuenta cuentos infantiles y actividades varias en torno al fomento lector.

El Festival de Literatrura Internacional es una de las mayores actividades del lugar
El Festival de Literatrura Internacional es una de las mayores atracciones del lugar

 

Como ven, no se trata sólo de comida y deliciosos cafés. Por ejemplo el Festival de Literatura Internacional va dirigido a profesores, bibliotecarios, artistas, escritores, ilustradores, editores, diseñadores, periodistas: un grupo diverso que tiene su lugar de reunión cada año en el Gusano de los Libros, y se promociona como un espacio de convergencia de ideas para pensadores del mundo del libro y la lectura. Este año en el Festival hubo workshops de escritura y edición , charlas (por ejemplo «De Repollos a Mounstruos) y  paneles de discusión en torno al libro y escritores. Además había contenidos para todo tipo de público, ya que consideró un programa especial para niños, y otro para inmigrantes. A ello se sumaron declamaciones literarias, puestas en escena, música y otras representaciones artísticas en torno al medio literario. Si le interesan los detalles, recomiendo ver la lista de podcast.

Otra característica es que el lugar funciona realmente como una biblioteca, ya que por la membresía  de 300 yuan anuales (poco más de 22 mil pesos chilenos) ofrece a sus parroquianos una colección de 16,112 títulos de libros en sus estanterías. Por otro lado, desde la perspectiva culinaria, la carta incluye comida occidental y aperitivos varios entre ensaladas, sándwiches y postres. Hay tres salones para comer y hasta una esquina infantil. Según leí, en verano la mejor opción es quedarse disfrutando la vista en la terraza. Además del menú de comida hay una carta de bebidas con tragos y cafetería variada a buen tamaño y precio razonable.

Hay muchas facilidades para los comensales lectores
Hay muchas facilidades para los comensales-lectores

El lugar está diseñado para satisfacer necesidades de distintas edades y tipos de públicos, el mejor ejemplo son sus actividades. Por ejemplo este  27 de septiembre hay una cata de vinos, y el sábado una sesión de cuenta cuentos para los más pequeños.  Además de eso tienen un book shop que ofrece reseñas literarias de los últimos libros de la colección, y en su sutio web periódicamente publican noticias relacionadas con el mundo de la literatura y la edición.

Tal como lo señalan sus administradores: «Es fácil ver porqué el Gusano de los Libros es un hits entre los habitantes de Beijing, ya que usted puede estar un rato  disfrutando un delicioso brownie, buscando entre miles de nuestros libros o saboreando un delicioso espresso. Si quiere algo más intelectual, puede asistir a una de las charlas de algunos de los eminentes escritores que se dan cita en el café, o bien encontrarse con su grupo de amigos o simplemente puede disfrutar una tarde revisando su cuenta de mails en alguno de nuestros computadores o en su dispositivop personal».

Como ven, toda una gama de actividades para los lectores que no sólo buscan alimento para sus paladares, sino que también para el intelecto y el espíritu.

 

 

 

 

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Placeres y Lectura

Bar y café a la vuelta de la página

Nótese el piso
Nótese el piso

Es cierto: lugares entretenidos y con onda para tomarse un café hay muchos. Pero hasta ahora no había visto nada como esto: un café-bar que emula una biblioteca. Y los libros no sólo son decoración, sino que se integran  haciéndose parte del espacio lo cual contribuye a crean ambiente de lectura entre  los parroquianos. El dueño de este café D’EspressoEugene Kagansky, decidió abrir este lugar a una cuadra de la Biblioteca Pública de Nueva York. Antes de iniciar el proyecto, y aprovechando esta locación le comentó a su equipo de trabajo: «Abramos un café bar  que parezca una biblioteca, pero hagámoslo con un toque más interesante» .

 

Efecto «Alicia en el país de las maravillas

Y es que además de parecer una biblioteca, el lugar da la impresión de jugar con  la gravedad. Tal como en en el libro de «Alicia en el país de las maravillas» de Lewis Carroll  haciendo sentir a los clientes que están temporalmente suspendidos. El piso está al lado izquierdo,»colgando» de la pared y las sillas y  banquetas se apoyan en los muros de la biblioteca.Si ustedes creen que esto es un poco desconcertante están en lo correcto, porque esa es precisamente la idea. La inspiración de Anurag Nema – el diseñador que llevó a cabo la infraestructura-  fue la famosa estación espacial que aparece en una de las escenas de «2001 odisea del espacio«.

La iluminación "cuelga" de una de las paredes
La iluminación «cuelga» de una de las paredes

Nema  jugó con elementos muy atractivos  ya que literalmente volteó la cafetería de lado para crear un ambiente completamente innovador. De esa forma, al mirar hacia el techo no cuelgan lámparas como cabría esperar, ya que éstas están al los costados derecho, y se «dejan caer» como si de verdad estuviesen suspendidas de la forma habitual. Inquietante, ¿cierto?

¿Estanterías y libros?

Lo que parece ser un sinfín de estanterías perfectamente alineadas y cuajadas de libros no son más que cerámicas impresas con imágenes en sepia  que muestran ilustraciones  inusuales, tanto en los lomos como en las portadas. La tipografía también jugo un rol importante, ya que usaron títulos y efectos que generasen curiosidad entre los «lectores» del café-bar. Gracias a ello se tiene el efecto de una biblioteca con estanterías ordenadas en torno al «techo», que no es más que uno de los muros del lugar.

La cafetería abrió sus puertas a los clientes-lectores en diciembre del 2011, y hasta a hora -en palabras de su dueño- les ha ido tan bien que los planes ya están en marcha para abrir otras sucursales en Manhattan y después en más ciudades de Estados Unidos. Lo interesante es el uso de los libros para recrear un espacio que sea  no sólo confortable,sino que den ganas de  quedarse disfrutando del ambiente.

¿Por qué una Biblioteca?

Noel Coward  en amena charla con Ernest Hemingway en  Joe's Bar
Noel Coward en amena charla con Ernest Hemingway en Joe’s Bar

Las Bibliotecas han tenido siempre el halo de ser lugares confortables, silenciosos -en algunos casos- y de ser espacios protegidos del ruido mundanal. Cuando se entra a una biblioteca atrás queda el ruido de la calle, los bocinazos de los autos, el ajetreo de las personas corriendo de un lado a otro. Quizás una biblioteca es mucho más que  un lugar de  tranquilidad: es la posibilidad de estar tan cómodo como si se estuviera apoltronado con un grato libro entre las manos. Ese es el espacio que han tratado de crear en D’Espresso. Lo cual me lleva a pensar que son muchos los escritores asiduos a cafés que solían beber incontables tazas de café, quizás varios tragos de whisky y fumar a destajo. El primer caso que se me viene a la mente es el de Heminway, famoso por su afición a los bares y cafés  Quién sabe cuántos de esos visitó en Idaho, ciudad donde residía.

Por lo menos eso es lo que piensa el dueño de esta innovadora cafetería: «los temas de lectura son perfectos para cafés, porque se llenan de clientes «bookish» (cuya traducción  sería asiduos lectoras que gustan de objetos relacionados con el libro)

Numerosos medios han publicado sobre este lugar. Por su lado el New York Times publicó un artículo  señalando que este este truco de diseño «volteado» es parte de la estrategia de marketing, y que el próximo bar-café  que inauguren quizas esté completamente «patas para arriba». Y es que el dueño de D’Espresso cree que tal y como la marca de cafeterias  Starbucks han cambiado  el concepto de tomar café,  agregar valor es  un recurso ideal para crear identificación con la marca en una época donde las cafeterías no cuentan con la fidelización del cliente dada la amplia variedad que hay para ir a disfrutar un buen café.

deliciosos panecillos para combatir el hambre
Deliciosos panecillos para combatir el hambre de los «lectores»

 

¿Interesad@s en ir?

¡Por lo menos yo sí lo estoy! acá van los datos:

D’Espresso Midtown East 317 Madison Avenue (42nd Street)

Website  http://www.despresso.com/

Y si quieres conocer más cafés creativos alrededor del mundo, revisa este web site. No tienen bibliotecas ni libros, pero su diseño, ambientación y arquitectura valen la pena.

Con un poco de imaginación y creatividad todo queda mejor

Finalmente -y considerando la suerte de «polémica» que ha habido por el caso de la tienda Paris –  no puedo dejar de mencionar que no es necesario romper libros para hacer más atractiva la exhibición de productos comerciales como en el caso de esta tienda por departamento, la cual tiene en uno de sus locales  libros partidos por la mitad.  Con un poco más de creatividad y buen gusto se pueden hacer cosas mucho mejores. En Chile tenemos otro caso reciente de una tienda de ropa masculina que  recurrió a libros para vender. Ésta marca decidió usar tramoyas emulando estanterías de libros. Les diré que el resultado es bastante bueno, y lo mejor es que no se destrozaron libros.

Y ustedes, ¿Conocen otros casos en que los libros y las bibliotecas sirvan como escenario de una tienda, café, bar u otro tipo de local?

Caso de Paris exhibiendo zapatos en libros destrozados
Caso de Paris exhibiendo zapatos en libros destrozados
Los libros fueron partidos por la mitad
Los libros fueron partidos por la mitad

Ejemplo en Perry Ellis, Santiago de Chile
Ejemplo en Perry Ellis, Santiago de Chile