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Pronto tendremos nueva Política del Libro

 

Convocada por la secretaria ejecutiva del Consejo Nacional del Libro, Regina Rodríguez, la mesa pretende actualizar la política diseñada en 2006 y reemplazar el programa Lee Chile Lee.


Editores, escritores, bibliotecarios, profesores, especialistas en la promoción de lectura, en total alrededor de 80 personas, del sector público y privado, ligadas al mundo del libro ayer llegaron a la Biblioteca de Santiago para constituir la Mesa del Libro. Su objetivo es desarrollar en los próximos tres meses las bases para una nueva Política Nacional del Libro y la Lectura que se dará a conocer a inicios de 2015.

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Mesa Directiva  que presidió la reunión. Fotografía de Rodrigo Campusano, extraída del sitio web de Radio Bío Bío

Convocada por la secretaria ejecutiva del Consejo Nacional del Libro, Regina Rodríguez, la mesa pretende actualizar la política diseñada en 2006 y reemplazar el programa Lee Chile Lee, impulsado por el ex ministro de Cultura Luciano Cruz-Coke. Ayer, en la primera reunión, un largo debate sobre los posibles lineamientos generales de una nueva política dio paso la formación de seis mesas de discusiones específicas: lectura, creación, industria, patrimonio, institucionalidad del libro, libro digital y lectura y educación.

Al hilo de la segunda Encuesta Nacional de Comportamiento Lector, que está aplicando actualmente el Consejo de la Cultura, la nueva política Libro y la Lectura que entregará la mesa será también el marco teórico de una nueva Campaña Nacional de Fomento Lector en 2015. Según le dijo la ministra de Cultura, Claudia Barattini, ésta se desarrollará coordinadamente con el Ministerio de Educación, la Dibam y entidades de la sociedad civil, y se convocará a personalidades públicas y líderes de opinión. “Aumentar la lectura y la comprensión lectora es una tarea-país”, dijo Barattini.

Ayer en la mesa participaron, entre otros, representantes de la Universidad de Chile, de la Cámara del Libro, de la Sociedad de Escritores, de Santiago en 100 Palabras, de Fundación La Fuente y Había Una Vez, de Editores de Chile, Memoria Chilena y de bibliotecas públicas, entre otros.

Artículo extraído del diario «La Tercera», publicado el 01 de Agosto 2014

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Libros y promoción de la lectura en Hospitales, gracias a los Puntos de Lectura

Parte del equipo de uno de los hospitales
Equipo del Hospital de Ovalle, posando orgulloso junto a la «Caja Viajera»

Chile Crece Contigo, a través del Fondo Concursable de Iniciativas para la Infancia, destinó recursos al Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas para el desarrollo de un concurso para la implementación de iniciativas innovadoras que tuvieran como propósito la promoción de lectura como una herramienta terapéutica y de estimulación para el desarrollo integral de los niños y niñas hospitalizados Ello, con la finalidad de minimizar los potenciales impactos psicológicos y de aprendizajes provocados por hospitalizaciones prolongadas y mejorar su calidad de vida y las de sus familias durante ese período.

La convocatoria del programa de “Habilitación y Mejoramiento de Puntos de Lectura para Primera Infancia en Hospitales”, realizada ea fines del año 2011 reunió 33 proyectos presentados por hospitales públicos del país. La iniciativa busca compensar y acompañar en su período de permanencia hospitalaria a estos pacientes, otorgándoles elementos que les faciliten, estimulen y acerquen al libro y a lectura como medio de entretención y de herramienta sanadora. En Colombia existe una experiencia de este tipo, llamada «Leer para Sanar» que ha dado excelentes resultados, quizás por eso quisimos emular este buen ejemplo en Chile.

Estos Puntos de Lectura llevan los libros a los hospitales, o más específicamente  a las salas de espera, a los pasillos, e incluso a las salas de recuperación, poniendo el material de lectura en el camino de los niños enfermos, sus familiares, enfermeras, etc,

Una de las grandes ventajas de los Puntos de Lectura es que no dependen, necesariamente,  de un espacio físico con características fijas, y tampoco dependen de la presencia de una colección de libros predeterminada. Tampoco necesitan como condición de funcionamiento que haya una infraestructura fija, como mesas, sillas y libreros. Tan solo requieren de una persona que esté a cargo y que actúe como mediador de lectura. Es esta persona quien se encarga de ir actualizado la colección de libros conforme los intereses de los lectores.  Eso, y una  buena cuota de creatividad son los ingredientes necesarios para que estos Puntos de Lectura se desarrollen y crezcan al interior de cada recinto hospitalario.

Punto de Lectura del Hospital de Río Bueno
Punto de Lectura del Hospital de Río Bueno

El año 2011 fueron 8 las instituciones de salud seleccionadas:

  1. Hospital Regional de Copiapó, región de Atacama.
  2. Hospital Base de Osorno, región de Los Lagos.
  3. Hospital San Juan de Dios de Curicó, región del Maule.
  4. Hospital Río Bueno, región de Los Ríos.
  5. Complejo Asistencial Dr. Víctor Ríos Ruiz, región del Biobío.
  6. Hospital Claudio Vicuña de San Antonio, región de Valparaíso.
  7. Hospital de Ovalle, región de Coquimbo.
  8. Hospital San Juan de Dios de Combarbalá, región de Coquimbo.

 

Los proyectos ganadores fueron dotados con: material bibliográfico, audiovisual y didáctico dirigido a niños y niñas de cero a cuatro años de edad (orientado al fomento de la lectura en preescolares), adquisición e implementación de mobiliario y acondicionamiento de espacios o salas como Puntos de Lectura para Primera Infancia.

Avances durante el año 2013

Una de las niñas hospitalizadas, disfrutando de uno de los libros
Una de las niñas hospitalizadas, disfrutando de buena lectura

En el Hospital de Ovalle, a exitosa iniciativa del Punto de Lectura para la primera infancia motivó al personal del hospital, la Biblioteca Pública de Ovalle y la Coordinación de Bibliotecas Públicas de Coquimbo a entregar un servicio de Caja Viajera, llevando esta vez libros a los adultos hospitalizados. Los pacientes han agradecido este nuevo servicio que los acerca a la lectura y colabora en su recuperación. Y no contentos con eso, los funcionarios de la Biblioteca Pública han ido periódicamente con el Kamishibai (teatro japonés para contar cuentos) y han usado la sala para hacer charlas sobre estimulación a las madres de recién nacidos, informándoles sobre el valor de esta a temprana a través de la lectura.

En tanto, en el Punto de Lectura de Combarbalá, además de motivar nuevas iniciativas han expandido su accionar: se están aprovechando dichos espacios invitando a niños y niñas de jardines infantiles, además de sumar a las parvularias en las actividades. Del mismo modo la psicóloga y asistente social del hospital, en las visitas domiciliarias que deben realizar, incorporan la lectura de cuentos en sus intervenciones, lo cual facilita el acercamiento a la familia al momento de abordar alguna problemática. En ambos  puntos de la región de Coquimbo se diseña una planificación anual y mensualmente, se entregan un reporte de la estadística de préstamo e ingreso de usuarios, vinculando su quehacer con las Bibliotecas Públicas. “El hecho de que esta actividad esté vinculada con la Biblioteca Pública de su localidad, en especial a través de Cajas viajeras, crea o refuerza las redes de apoyo”, puntualiza Lorena Arenas, Coordinadora de Bibliotecas Públicas de la región de Coquimbo.

Fotografía extraída de "Soyarauco.cl"
Fotografía extraída de «Soychile.cl»

Cabe considerar que el programa de los Puntos de Lectura contempló, durante el 2013,  capacitaciones  en fomento de la lectura para el personal que atiende estos puntos de lectura.

A esto se suma que  en Septiembre del 2013 se agregaron tres nuevos hospitales con Puntos de Lectura:

  1. Hospital Higueras, en Talcahuano
  2. Hospital Curanilahue, en Chillán
  3. Hospital Herminda Martín, en Chillán

La iniciativa fue acompañada de Libros , materiales para dibujo y pintura y un librero móvil. Complementario a la entrega de los materiales, se realizaron talleres  de lecturas, incorporando también a los pacientes de Pediatría de los respectivos centros hospitalarios a través de juegos, dibujos, pinturas e intervención de cuentacuentos.

Para el Servicio de Pediatría, esta iniciativa significa un impacto en la hospitalización en los niños y sus familia, que por lo general es traumático. Desde hace un tiempo hemos estado trabajando para entregarles a ellos actividades lúdicas a través de imágenes audiovisuales y juegos. El regalo que hace el Consejo de la Cultura viene a sumarse a este hermoso trabajo”, expresó el Jefe de Servicio Pediatría de Hospital Higueras, Dr. Rubén Puentes.

Innovaciones para este Verano 2014

Los Puntos de Lectura no se han querido limitar sólo a hospitales, es por eso que este verano se está innovando a través de una alianza con “Caleta de Libros” , proyecto desarrollado por gestores culturales, coordinados por Fabián Retamal. La idea es disponer de lectura en las playas del Maule, específicamente en Duao y Curanipe. De esta forma, se invita a  veraneantes, turistas, y en especial a los habitantes de la zona y sus familias a leer y entretenerse bajo el sol. Cada punto contará con libros para todas las edades, clasificados en primeros lectores, literatura infantil, juvenil y para adultos.

Fotografía extraída de Facebook "Caleta de Libros"
Fotografía extraída de Facebook «Caleta de Libros»

Otro aspecto muy importante es la coordinación con los sindicatos de pescadores de cada una de las Caletas. Los trabajadores han sido parte del proyecto desde un comienzo, ya que saben que esos libros beneficiarán a sus hijos el resto del año. Parte del acuerdo es que, una vez finalizada la época estival, los libros pasarán en comodato a dos escuelas locales, siendo de esta manera también un aporte a la lectura para toda la comunidad de Duao y Curanipe.

Si quieres conocer más sobre los Puntos de lectura, te recomendamos revisar este documento «Cómo implementar una Sala de lectura en tu espacio«

 

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¿Por qué fracasan las campañas de lectura?

¿Se acuerdan de esta fallida campaña del Gobierno del año 2009?
¿Se acuerdan de esta fallida campaña del Gobierno del año 2009, en Chile?

Las campañas mediáticas de lectura parece que hacen mucho, pero en realidad lo que tienen es mucha resonancia (al utilizar la radio y la televisión), y muy pocos efectos prácticos si consideramos la enorme cantidad de recursos económicos que destinan y que, generalmente, derrochan.
Los círculos de lectura, en cambio, parece que hacen poco, pero hacen mucho (y son más efectivos para formar lectores), si tomamos en cuenta que sólo necesitan de la pasión por la lectura y de la voluntad para compartir la feliz experiencia de leer.

Las campañas mediáticas de lectura son como las llamadas a misa. Los círculos de lectura, en cambio, son como las ondas concéntricas en un lago: van ampliándose hasta mover y conmover todo a su alrededor: el centro y las orillas, el medio y las periferias.
Un lector (como unidad) siempre parecerá insignificante, pero un lector entusiasta (uno solo de ellos) tiene el poder de engendrar más lectores, algo que las campañas y los programas de saliva (de discursos, de labia, de rollo) no consiguen jamás.
Las campañas mediáticas de lectura parten de un error fundamental: suponer que quienes escuchan los spots por la radio y quienes escuchan y ven los spots por la televisión, apagarán de inmediato sus aparatos y se pondrán a leer un libro. Nadie hace tal cosa.
Para quienes no tienen la costumbre de leer libros y están viendo la tele o escuchando la radio, el mensaje que envía el spot les entra por una oreja y les sale por la otra. Y los que sí leen libros, y están viendo la tele o escuchando la radio en ese preciso momento en que aparece el spot, no apagan el televisor ni desconectan el radio.
¿Por qué? Porque lo que quieren, en ese momento, es ver televisión o escuchar radio y no leer libros,  sea porque ya los leyeron o porque los leerán después —cuando se les antoje—, sin que les importe en absoluto que la tele y la radio les recuerden —a través de un spot generalmente hipócrita—que “leer es divertido”. Las campañas mediáticas de lectura fundan su razón de ser en la falsa convicción de que los mensajes, repetidos una y otra vez (la hipertrofia por acumulación insistente) sensibilizan a la gente y modifican sus hábitos.
Sin embargo, está probado que un mensaje repetido miles de veces (la reiteración como estrategia) lo que ocasiona es lo contrario de lo que se propone. Produce hartazgo o indiferencia. Los spots de los partidos políticos en tiempos de elecciones constituyen la mejor prueba de esto. Los ciudadanos acaban irritados de tanta demagogia reiterativa, e indignados por tanto recursos dilapidado, literalmente echado a la basura (en medio de tantas carencias y necesidades insatisfechas de una sociedad empobrecida).

Otro ejemplo es que los spots contra la corrupción no han logrado reducirla ni mucho ni poco. Y, en cuanto a los spots de la Cámara de Diputados, el Senado y la Suprema Corte de Justicia, otra vez es dinero tirado a la basura [el autor hace alusión a la realidad de su país, México]. La mayoría de la población continúa con una opinión adversa sobre estas instituciones a las que conoce muy bien por sus actos, aunque quieran adecentarse con mensajes edificantes y demagógicos.

Los clubes o círculos de lectura
Los clubes o círculos de lectura han funcionado desde siempre y se mantienen en plena era de redes sociales

Hacen falta empresarios creadores de empresarios”, abogaba Gabriel Zaid, en 1995, en su libro homónimo. En el caso de la lectura no necesitamos más burocracias ni más spots ni más campañas masivas. Lo que hacen falta son lectores que contagien lectores: pequeñas comunidades, círculos de lectura, cofradías de lectores, personas afines que compartan y propaguen su felicidad, y fomenten en la práctica el placer de leer.
Las campañas mediáticas de lectura y las burocracias encargadas de los programas del fomento y la promoción del libro fundan su razón de ser en las estadísticas. Sus mediciones se plantean como metas, y las metas están sustentadas en recursos económicos que deben justificarse según su “impacto social”. Es por ello que se refieren no únicamente ya al número de beneficiarios (directos e indirectos), sino también (¡qué osadía!), al ¡número de lectores conseguidos! y a los ¡millones de horas de lectura acumuladas!

¡Qué gran desconocimiento del placer de la lectura! A fin de cuentas, todo se reduce a la estadística engañosa por delante, bajo el precepto tecnocrático-economicista de que “todo se puede medir y que lo que no se puede medir no existe”. Desde que llegó la tecnocracia al poder, ésta sostiene que incluso la felicidad puede medirse: el grado de bienestar y el nivel de conformidad se confunden con la felicidad, del mismo modo que el sistema educativo confunde escolarización y diplomas con educación y con saber.
Las campañas mediáticas de lectura y las burocracias tienen la peregrina certeza de que los lectores se fabrican, y que una fábrica de lectores (en serie) depende sobre todo de un combustible: el choro. Las campañas mediáticas de lectura confunden absolutamente las cosas. No es la cantidad de libros lo que hace a los lectores, sino los libros que se leen y la forma de asimilarlos y comprenderlos para integrarlos a la existencia cotidiana. Leer libros a destajo, y a la velocidad del rayo, no garantiza a nadie la felicidad lectora.

Imagen que acompaña la campaña de librería Gandhi
Imagen que acompaña la campaña de librería Gandhi

Las burocracias culturales están obsesionadas por las cifras, por los estándares, por los indicadores y los censos. Podemos entender por qué. Están convencidas que el dinero invertido debe producir algo contable. (Lo que no puede medirse, no existe.) Con esta lógica, si las becas producen artistas y escritores (que pueden contarse según las becas otorgadas) y las funciones artísticas y las actividades culturales producen “públicos” (es decir, concurrentes a esas funciones y actividades), los programas de lectura tienen que producir “lectores” (es decir, número de lectores) y horas de lectura (¡millones de horas de lectura!). Las becas también producen libros escritos y publicados, aunque los becarios (si realmente son escritores) de todos modos iban a producir los libros que las burocracias enlistan y cuentan, lo mismo si son excelentes, buenos, malos, mediocres o pésimos (ya que extraordinarios casi nunca son). Pero la inversión cultural en lectura no produce lectores en número, sino que sensibiliza y ayuda a que esos lectores surjan más fácilmente sin que puedan contarse con exactitud y, a veces, ni siquiera estimarse con aproximación.

¿Alguien sabe cómo se gradúa un lector? ¿Se ha graduado porque ya leyó el Quijote? ¿Se ha graduado porque leyó más de 25 libros en un año? ¿Y qué con los que leyeron no el Quijote sino Harry Potter? ¿Y qué con los que leyeron sólo cinco o seis libros? ¿Y qué pasa con los que apenas leyeron uno o dos (entre los cuales no estaba el Quijote), pero que, para ellos, resultaron inolvidables?

Sí, son preguntas con ganas de molestar. Y como tales las formulo, porque quien se moleste con ellas, no ha entendido, sin duda, de qué va la lectura. ¿Números? Hablemos de números. ¿Estadísticas? Hablemos de estadísticas. ¿Lectura? Hablemos de lectura. Si un profesor consigue que el 10% de sus alumnos (cuatro o cinco de ellos) se vuelvan lectores autónomos, habrá hecho mucho más que el profesor que encarga resúmenes de lectura a todo el grupo tan sólo por cubrir el programa y para quitarse de problemas. Cuatro o cinco alumnos lectores se convierten en agentes contagiosos de su pasión, que llevan lo mismo a su casa que al círculo de amigos. La lectura funciona con pequeñas células que transmiten su pasión y van haciendo ondas concéntricas en el lago de su entorno. Esto es lo que no han entendido ni las burocracias ni las campañas mediáticas de lectura.

El placer de leer no se puede medir, señala el autor
El placer de leer no se puede medir, señala el autor

El placer de leer no puede ser controlado, ni mandado, ni racionado. Medir la lectura es como querer medir el amor. (¿Cómo se mide el amor? ¿Por celos? ¿Por orgasmos?) La lectura no se mide por la cantidad de libros. Pero, por lo demás, ¿quién diablos necesita medir la lectura? No, por cierto, los lectores que, cuando lo son, son desmedidos. La medición de la lectura es asunto de las burocracias: para justificar el “gasto” cultural y los altos salarios de los altos funcionarios que, según esto, tienen derecho a esos altos salarios porque producen altos beneficios contables. Qué fácilmente quieren tomarnos el pelo.
Escribir es muy fácil, dijo alguna vez Augusto Monterroso: «lo único que se necesita es lápiz y papel«. Leer es todavía más fácil: lo único que se necesita es leer. (¿Cómo se aprende a nadar? Nadando.) Lo endemoniadamente difícil no es escribir, sino escribir bien. Lo endemoniadamente difícil no es leer, sino leer bien. Lo indudable es que ni escribir ni leer son prácticas complicadas cuando se está alfabetizado. Los que complican estas prácticas son las escuelas y las burocracias. Vigotsky comprobó que todos los niños saben contar historias y desean contar la suya. Lo malo es que la escuela les frustra su deseo: para un niño, no hay nada peor, decía Vigotsky, que un cuaderno lleno de taches rojos sobre su historia, es decir sobre su vida. (…)Todos tendríamos que saber que, en realidad, fuera de lo utilitario, no hay ninguna razón para leer que nuestras propias razones. Y cada quien tiene razones distintas. Kafka tenía la suya cuando dijo: “Un libro ha de ser un hacha para romper el mar helado dentro de nosotros”.Es sin duda una buena razón que, en la escuela o en la casa, casi nunca nos dan para leer. A causa de que las burocracias no saben esto último, es que fracasan los programas y las campañas de lectura, que persiguen únicamente estadísticas.

Y en este fracaso han conseguido todo lo contrario de lo que presuntamente se proponían. Existe hoy una enorme cantidad de personas vacunadas para siempre contra la lectura. ¡Les hicieron sufrir el placer! O le vendieron el mal cuento de que los lectores se miden por la cantidad de libros y de horas que han leído. ¡Vaya cuento! ¡Vaya desilusión!

 


Artículo publicado originalmente por el poeta y ensayista Juan Domingo Argüelles en el suplemento mexicano  Campus Milemio

 

 

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23 de abril: Día internacional del libro. ¿Y del derecho de autor?

¿Què sentirà un escritor al enfrentarse a una pàgina en blanco?
¿Qué sentirá un escritor al enfrentarse a una página en blanco?

Todos tenemos medianamente claro por qué se celebra el día del libro y qué implica esta festividad internacional. Y para quienes no lo tiene tan claro  o quieren un recordatorio, hay varios artículos -e incluso sitios web-  que se dedican a refrescarnos la memoria. Por eso, decidí que no ahondaré en un tema que otros ya han planteado con más  maestría de la que yo podría ofrecerles. A cambio, me dedicaré a hablar de los derechos de autor: tema que considero «el hermano menor» de esta celebración.

Derechos de Autor en Chile

En Chile el derecho de autor involucra un aspecto patrimonial y uno moral. En la primera clasificación, se vela por el derecho a obtener beneficios del trabajo intelectual de una persona, ya sea en forma directa a través del propio autor, o de sus beneficiarios. El aspecto moral guarda relación con los derechos que tiene un creador intelectual a declararse públicamente como el «padre» de un determinado producto intelectual. Y bajo ese prisma tiene derecho a cambiar su obra, retractarse , actualizarla, etc.

Tenemos varias instituciones que velan por el derecho de autor. La SADEL (Sociedad de Derechos Literarios) se dedica en exclusiva a trabajar con los autores de obras literarias. Su trabajo se complementa con  la  SCD , una suerte de organismo-primo cuyo foco está en los derechos de creadores musicales y en la protección de la música en general. Evidentemente tenemos todo un marco jurídico y leyes que respaldan esta labor, la cual no sólo involucra el derecho de autor, sino que otro concepto estrechamente relacionado: la Propiedad Intelectual. La DIBAM  tiene un departamento dedicado a trabajar con la ley de propiedad intelectual, los derechos de autor y los derechos conexos (aquellos que le competen a artistas intérpretes y ejecutantes, productores fotógraficos).

Creative Commons (CC) nos dan licencias para usar material respetando los derechos de autor
Creative Commons (CC) nos da licencia para usar material respetando los derechos de autor

Como podrán observar, hasta acá el panorama considera varios conceptos y una serie de organismos públicos y privados. Pero todo termina allí, ya que los contenidos digitales han generado un nuevo campo de acción que se ocupa de analizar los límites al derecho de autor que plantea internet, las redes sociales y toda suerte de plataformas digitales de contenidos. En esa línea de trabajo existe, en Chile, una ONG derechos digitales dedicada en exclusiva al tema, y también hay unaprotección llamada Creative Commons (se podría traducir como «Bienes Comunes Creativos») que faculta el uso de material, documentos, fotografías, ilustraciones, etc. en forma libre, siempre y cuando se sigan una serie de instrumentos jurídicos en base a licencias que ofrecen al autor una forma simple y estandarizada de compartir y usar su trabajo creativo bajo las términos y condiciones de su elección. Si le interesa este tema, le recomiendo esta «Linkografía» que recopila una amplia gama de antecedentes respecto al derecho de autor.

Sin embargo, y a pesar de toda la información y de todas las instituciones dedicadas a promover el derecho de autor, a lo largo de mi ejercicio como bibliotecaria, me ha tocado enfrentar preguntas que denotan que aún seguimos siendo una sociedad desinformada, y mucho. Lo curioso -y peligroso- del asunto, es que este vacío se suple con algunos juicios errados, como por ejemplo:

  • En Chile los libros son caros porque los escritores cobran mucho
  • Hoy en día cualquiera puede publicar su obra, sólo basta con «subirla» a un sitio en internet
  • Para respetar los derechos de autor, sólo basta con mencionar la fuente y ya se pueden usar imágenes, ilustraciones, fotografías y un largo etcétera.

Debemos recordar que sin autores, no habría libros que leer -ni que celebrar-. Por ello, me pregunto porque hay tantas actividades que celebren al libro y tan pocas que se dediquen a ensalzar el derecho de quienes se dedicaron a escribir y crear una obra. Claramente atisbo algunas respuestas: los derechos de autor son una materia más árida, más «fome» si se quiere. Y no reviste tanto colorido ni entretención como celebrar al libro. Por otro lado, el libro es un objeto social reconocido por todos, mientras que los derechos de autor son un intangible más difícil de transmitir.

Es por eso que he querido dar una vuelta de tuerca, y pensar en el proceso previo al hacer valer los derechos de autor: el proceso de escribir y llevar a cabo una empresa literaria que decante en algo que todos apreciamos: el Señor Libro.

 

«El oficio de escritor es un oficio miserable»

 

«El oficio de escritor es un oficio miserable, practicado por gente que está convencida que es un oficio magnífico». La frase fue acuñada por Roberto Bolaño en una entrevista que le hizo el año 2009 Cristián Warnken en  el entrañable programa «La Belleza de Pensar. Leerla me lleva a reflexionar sobre el acto de escribir como forma de vida y el oficio de escritor. Hay mucha teoría al respecto, abundante bibliografía que permite hacernos una idea de lo que implica desde diversos ángulos. Sin embargo, mi tributo en este post es modesto pero efectivo: ponerme en los zapatos de un escritor por un momento.

Una hoja en blanco es todo un desafío para un escritor
Una hoja en blanco es todo un desafío para un escritor

¿Será un oficio tan miserable como señala Bolaño?, ¿Es un oficio de ególatras y una hoguera de vanidades como cada año se comenta, al momento de entregar premios literarios?. Independiente de los aspectos negativos que un escritor como Bolaño pueda ver -los cuales comparto luego de escuchar sus argumentos en la entrevista- el autor de una obra tiene un mandato que no puede desoír, y debe escribir como si en eso  fuera su vida.  Al menos de esa forma me imagino a un escritor.

Como ven, tengo más supuestos e interrogantes que respuestas. Sin embargo, respecto a los derechos de autor hay algo que tengo por cierto: los autores deben lidiar con un medio en el que los derechos intelectuales, creativos, culturales y artísticos no son los más reconocidos por el mercado industrial. Y a veces , hasta por nosotros mismos: los lectores y consumidores de cultura.

 

¡Larga vida al libro!

¡Larga vida a los escritores y autores!

 

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Video: Toda una vida acompañada por los libros

El video plantea de forma muy clara el mundo de fantasía y ensoñación que muchas veces acompaña una lectura
El video plantea de forma muy clara el mundo de fantasía y ensoñación que muchas veces acompaña una lectura

Cada cierto tiempo mis alertas de google me mandan campañas de fomento lector de distinto calibre. Y en base a ello he publicado algunos artículos en ocasiones anteriores. En esta ocación me enviaron ver un video muy dulce, suave y envuelto en un halo de ensoñación.

Este video me pareció significativo porque hace patente el acompañamiento que los libros y la lectura en general hacen en la vida de una persona: desde que es pequeña hasta que llega a la tercera edad. Es hermoso ver ese proceso de crecimiento y descubrimiento al mismo tiempo, que vive la protagonista. El video no contempla guión de ningún tipo, sólo  una suave música acompaña las imágenes. Pero éstas son tan obvias que en realidad acá las palabras sobran.

Sin más preámbulos, les dejo el video.

Si quieren conocer los detalles de este libro, les invitamos a ver este video:

 

 


Este video fue dirigido por Matthias Zentner. Y claramente se presenta como un viaje a través de los sueños y pesadillas donde el libro es protagónico, dejando absorta a esta niña-mujer que vaga por una casa sin levantar casi la vista de su lilbro. La historia da un giro al momento de representar a la niña, la joven, la adulta y la anciana. Sin duda esto representa más que el acompañamiento de la lectura durante toda la vida, también plantea que ésta puede ser transmitida de generación en generación.
El video fue grabado en dos días, en Kiew (Ukrania).

 

 

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Lectura, educación e IVA al Libro: ¡no basemos la conversación sólo en el precio!

Entrada de una tradicional librería chilena, en pleno centro de Santiago
Entrada de a una  librería chilena, en pleno centro de Santiago

Mucho se ha comentado últimamente respecto a la ley que rebajaría el impuesto de valor agregado (IVA) al libro en Chile, lo cual, en teoría, reduciría su precio. Lo que puedo aportar desde esta columna va en una línea recopilatoria de alguien que trabaja en fomento lector y que propone reforzar la difusión de algunos aspectos. Como por ejemplo que  la ley del IVA al libro no mejoraría los índices de Lectura en Chile, lo cual  resulta más relevante que el gravamen de impuesto.

¿Por qué tanto arrojo al señalar esto? Porque para quienes trabajamos en fomento lector y en bibliotecas el hecho que se haya masificado tanto la preocupación en el IVA a los libros, más que en la lectura, es  sintomático de la forma errónea en que se aborda el tema en nuestro país. Desde todos los frentes: desde la señora que se empina en el mostrador para reclamar al librero que leer en Chile es muy caro,  desde los profesores que creen que en las bibliotecas sólo se celebra el día del libro y se organizan cuenta cuentos, hasta el Gobierno con los últimos veintitantos años de políticas públicas culturales que no han ido en la línea adecuada.

Esta semana un buen amigo me mandó una carta al editor de El Mercurio titulada ” El tema no es la lectura, es el libro” escrita por las Directoras de la  Fundación Había una vez para la Cultura Ciudadana. Además de sentirme reflejada en muchos de los antecedentes que aportaron Receba Domínguez, Carmen Paz Hernández y María Paz Garafulic me puse a pensar que es necesario seguir difundiendo y opinando respecto a la inestable relación entre  precio del libro y la lectura. Veamos porqué:

Cada vez  podemos ver más personas leyendo en el metro
El que quiere, puede: cada vez vemos más personas leyendo en el metro.

1) Toda ley responde a un objetivo. ¿Qué persigue ésta además de lo obvio? ¿Para qué queremos que los libros cuesten más baratos?. Al bajar el IVA, teóricamente uno de los atributos (el precio)  del producto (el libro) hará que éste sea más atractivo a los ojos de los  consumidores (los lectores).  Se supone que nosotros  compramos y/o consumimos aquello que nos resulta necesario, interesante, atractivo, inspirador, etcétera. Pero ¿Qué pasa si los chilenos no leen tanto como para que este cambio sea significativo? ¿Para que tenga un real impacto en la población?. El hecho que baje el precio no implicará que se compren más libros, no hará aparecer lectores enajenados que repleten las librerías para adquirir su lectura añorada. No generará presión de parte de los asiduos a las librerías para que las editoriales editen material de mejor calidad. Eso, en el largo plazo, no pasará ni por asomo. Como botón de muestra cito el estudio de Adimark «Chile y los libros» donde se pregunta en forma muy directa «Si los libros NO tuvieran IVA: ¿Compraría más?» El año 2066 un 60,1% responde afirmativamente, el 2008 la cifra aumentó al 65,3% y el 2010 la cifra cae al 53,7%.

2) El tema de la disponibilidad versus el  uso  -que daría para una columna aparte- se discutió durante el Gobierno de Michele Bachelett cuando se repartieron los maletines  literarios: el simple hecho que una familia haya tenido acceso a estos libros no significó que sus hijos los leyeran. Quizás sucedió… pero no tenemos idea. De hecho, hasta el día de hoy no hay informe que hable del resultado de esa “campaña” e inversión del MINEDUC. Les aseguro que si hubiese tenido los resultados esperados  nos habríamos enterado para generar,  desde ahí, nuevas formas de hacer leer a los chilenos.

3) Pero ya que estoy en esto, me permito ir un poco mas allá y señalar que en Chile hay bajos índices de lectura y no se compran libros porque-entre otras muchas razones-  el promedio los chilenos no entendemos lo que leemos.  Lo curioso y tremendo de esta situación es que en los establecimientos educacionales,  en las bibliotecas escolares, en los CRA -Centros de Recurso al Aprendizaje-  y en las bibliotecas universitarias parece haber una disociación entre: a) el aprendizaje, b) el estudio, c) la lectura, d) la conducta lectora y e) los niveles de comprensión de lectura. Frente a este panorama, permitan que esta bibliotecaria se sienta -aunque sea un poco- desconcertada frente a toda la difusión que genera el tema del IVA en los libros. Creo que hay otras cosas que priorizar. Y con esto no quiero que se entienda que estoy a favor del IVA en los libros. Pero me parece que la situación debe ponderarse y contextualizarse en toda su magnitud: Quién le da vida al libro es el lector. Para que éste exista, y quiera ejercer su derecho debe tener un estímulo, un impulso. Y éste no pasa, necesariamente por pagar  mil  o dos mil pesos menos en la librería más cercana. Muchos de los lectores se consiguen libros entre sus amigos, familiares, conocidos, etc. Compran en “la cuneta” o en la feria usando el comercio informal (no valido este medio, sólo señalo que se utiliza aunque no sea lo adecuado) van a San Diego o a los libreros de textos usados. Etcétera. Esos lectores, a los que de verdad les gusta leer, probablemente no van tan seguido a las librerías, o quizás compran libros de vez en cuando. ¿Sabe por qué?   porque ya tienen sus “book dealer” (amigos o conocidos con los que se recomiendan e intercambian libros)  y su “red de lectura” armada hace rato. Por lo tanto, si bajan el precio del libro quizás compren algunos títulos más al año, pero eso no causará impacto  en los índices de lectura porque son personas que ya  tienen el comportamiento lector arraigado. Los estudios que hablan de este tema aluden a un grupo etario menor de 25 años, pero de todas formas dan luces sobre el hecho que las librerías no son la principal fuente de acceso a la hora de conseguir libros.

En la FILSA dek 2011 hubo ofertas de libros de mil, dos mil y tres mil pesos.
En la FILSA del 2011 hubo ofertas de libros de mil, dos mil y tres mil pesos.

4) Porque hasta ahora no he escuchado la propuesta de desarrollo, optimización y competitividad que las editoriales (pequeñas, independientes, conglomerados, etcétera) tienen que presentar a los Chilenos. ¿Cuál es su planteamiento? ¿Se ha publicado en algún medio? ¿Qué planes tienen para el corto, mediano y largo plazo? ¿De qué forma aprovecharán la ventaja de no contar con el IVA como barrera para la edición? …Mutis por el foro.

5) ¿No les parece típico de nuestra  idiosincrasia eso de arreglar la mesa del restaurant colocando una tapa de botella en una de las “patas” que cojea? . Por que claro, en vez de reemplazarla o llevarla donde un mueblista a que sea reparada, se opta por una solución puntual que no va enfocada a solucionar el problema de cuajo. Pero ¡claro! y volviendo al tema del libro, al final  puede resultar mas amable  decir: “hacemos algo por el tema de la lectura y del libro en Chile: peleamos por el IVA”. Cuando en realidad hay muchas otras cosas que podemos hacer y que implican una labor más constate, potente, compleja, profunda y reflexiva. Es cierto: la labor que hace una madre por fomentar la lectura de sus hijos no se conoce, se basa más en la intuición que en otra cosa,  y  los resultados los atisbará sólo en unos años más. Esta labor no aparece en un video de Youtube y tampoco es masificada en una campaña.

Entiendo que los temas que planteo en esta columna son de otro calibre y van más allá del IVA  al libro. Pero, si vamos a señalar que la disminución del precio de los libros incide en el nivel de lectura de los chilenos, entonces consideremos el tema en todo su esplendor.

Creo que todos los que estamos por  mejorar el acceso al libro y la lectura tenemos un deber para con nuestro entorno mediato: ¿qué hace usted en su casa, con sus amigos y familiares, con sus hijos por fomentar el acceso al libro?  quizás algunas medidas simples que al parecer no tienen gran impacto, si se desarrollan a gran escala podrían redundar en mayores o similares beneficios que los que puede traer una disminución en el IVA a los libros. ¿No es eso lo que trata de propagar la campaña de cuidar el agua y la luz? ¿Que los pequeños actos cotidianos son los que, en el largo plazo, pueden hacer la diferencia?

 

Por eso, lo invito a  firmar por el fomento a la lectura, desde todo ámbito y medio. Aunque pensándolo bien…. no firme, mejor lea.

 

¿Le interesó este tema? Sugiero profundizar esta columna con artículos publicados en otros medios

 



Estudios

Canales de acceso a los libros.

  •  Hábito lector y comprensión de lectura en alumnos de Cuarto Medio. Estudio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes

¿Dónde obtienes los libros que lees por interés personal?

  • El Placer de la Lectura. Estudio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes

Lugares en que los/las encuestados tienen acceso a los libros por región

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Hablando de fomento lector en la escuela

Las pruebas de comprensión de lectura desincentivan el interés de los niños  por la lectura
Las pruebas de comprensión de lectura desincentivan el interés de los niños por la lectura

Mabel de Condemarín, que algo sabe de la enseñanza y didáctica, se refiera a la lectura recreativa en su libro  La lectura:  teoría, evaluación y desarrollo  «como una lectura voluntaria o independiente, en la cual los materiales escogidos por el lector son leídos durante una cantidad de tiempo igualmente voluntaria y a un ritmo personal”. No deja de llamar la atención que la idea de lectura independiente es equivalente a recreativa. Relación que la escuela y sus prácticas se encarga de disociar por completo.

Independiente se entiende en nuestro contexto escolar más bien como el niño que lee las lecturas complementarias del ramo de Lenguaje y Comunicación sin que lo obliguen o lo amenacen con las penas del infierno. El lector independiente es aquel niño al que no hay que dividirle la lectura de la novela en diez o quince páginas por día, sino que se sienta solito, sin que lo manden; y si se saca un azul, mejor, con eso, tarea cumplida. En la educación formal del colegio es suficiente con la lista de libros y sus respectivas evaluaciones; los planes lectores están orientados a desarrollar estrategias de comprensión, los niños leen para contestar preguntas de alternativas que responden a las distintas taxonomías y que les brindarán el anhelado semáforo en verde del SIMCE, entre otras mediciones.

En el colegio de Paine los niños los niños diseñan sus propios marcapáginas
En el colegio San Francisco de Paine la biblioteca invita a los niños  a diseñar y dibujar sus propios marcapáginas

En la escuela se trabaja durante todos los años y de muchísimas maneras hasta el hartazgo la comprensión de lectura, sin embargo, lo más importante no es intencionado: el estímulo lector. Si conversáramos con algunos de nuestros estudiantes y le planteáramos que la lectura puede ser recreativa pensaría que nos estamos haciendo los graciositos con un pésimo chiste. Y en este contexto, a los que nos interesa volver al mundo entero buenos lectores más que maestros o mediadores de la lectura parecemos personajes de otra dimensión arengando en jerigonza. Sin duda algo estamos haciendo muy mal. Por  enumerar solo algunas de las prácticas nocivas que tenemos que evitar diré que la biblioteca no debe, por ningún motivo, ser el lugar de castigo o que recibe a los atrasados de un colegio; que los “clásicos” no deben ser leídos obligatoriamente sólo por ser “clásicos”; que no es motivador escuchar un cuento interrumpido por todas las aclaraciones del docente; tampoco hacer esa ridícula lectura compartida en que cada niño lee un párrafo del texto con el fin de hacerla “dinámica”.

Recuerdo y veo constantemente tantas aberraciones con la lectura que me admiran aquellos que a pesar de la escuela desean seguir leyendo. Los docentes y los padres deben resignificar la palabra recreativo y su relación con la lectura. Efectivamente debemos educar en torno al placer lector, sólo así se ganan lectores independientes, es decir, que leen porque quieren saber, porque les entretiene, porque les permite pensar, porque encuentran en ese espacio tan íntimo sus propias preguntas y respuestas. En este sentido, los padres y maestros deben propiciar buenas y variadas lecturas. Si logramos  volver a nuestros estudiantes lectores independientes, ellos aumentarán su capacidad lectora y continuarán por sí solos el periplo literario iniciado en el aula. Por otra parte, no existe una única lectura recreativa, otro de los tantos sobrentendidos, un libro de filosofía puede ser tan recreativo para algunos como una novela rosa para otros, aunque con profundidades distintas, claro. Por lo demás, ese lector de novela rosa puede por sus debilidades existenciales y literarias interesarse en leer poemas de amor, y posteriormente consultar algún texto de lectura crítica que piense el amor y así terminar leyendo  teología para volver a leer aquella novela rosa que registró de su propiedad con todas las letras de su nombre y que siempre estuvo cerca, como un buen amigo.

Hay tantas posibilidades, tantas rutas y extravíos como títulos hay en una biblioteca. No podemos perder de vista, tampoco, que tenemos en el aula niños con inquietudes e intereses distintos que debiésemos conocer. Un verdadero plan lector debe partir indagando acerca de las preferencias de los estudiantes y brindar una variedad de textos literarios y no literarios que los niños puedan comprender y a la vez sentirse desafiados. Lo peor que podemos hacer es subestimarlos y pensar que la solución es darles sólo lectura de masas o los que están de moda, porque a no todos les gusta la magia o estos vampiros 2.0 que se encuentran en cuanta cuneta literaria hay en Santiago. Qué lindo sería que los niños participaran de la adquisición del material de lectura del colegio, por ejemplo. Probablemente los títulos serían muy variados. También es posible que la visita a la biblioteca fuera más asidua y sus préstamos con  sentido.

En la escuela-E-34 de Calama incentivan la lectura con portadas de cuentos en las puertas y ventanas de cada sala.  Más información en http://bit.ly/LLr8JJ
En la escuela-E-34 de Calama incentivan la lectura con portadas de cuentos en las puertas y ventanas de cada sala.

Que provechoso sería una biblioteca en la que los padres, profesores y personal del colegio sugirieran, prestaran y solicitaran libros, es decir, una comunidad educativa que compartiera sus lecturas, también la creación de pequeños clubes de lectores a partir de sus coincidencias,  salas que contaran con una pequeña estantería con los libros de los niños del curso, que se le otorgara más tiempo del día a leer en vez de hacer tareas tediosas y rutinarias, me imagino  profesores comentando lo que están leyendo con otros y con sus alumnos y que el intercambio fuera horizontal. Mi experiencia me dice que el gusto por la lectura en los niños y adolescentes es adquirido, sobre todas las cosas gracias a la transmisión positiva de la lectura y los libros de parte de esos adultos significativos. Para los niños pequeños, por ejemplo, la lectura de cuentos es una instancia muy grata de compartir y aprender junto a sus padres, y cuando sus profesores realizan lo mismo en voz alta, en un espacio acogedor, dispuesto a oír y a disfrutar, el niño recrea nuevamente los momentos cálidos y placenteros que vivió con sus padres. ¿Pueden dimensionar lo que eso significa en el contexto sala de clases? Sin embargo, algunos docentes arruinan este momento grandioso con sus evaluaciones y actividades después de la lectura, que en muchos casos duplica el tiempo que se invirtió en la misma. Mi experiencia me dice que hay que leerles constantemente a los niños, sin que exista siempre la necesidad de aplicar un instrumento de control: leer simplemente porque lo pasamos bien haciéndolo, porque queremos contarle a otro algo que sólo yo sé y que deseo compartir o porque después de la lectura se armará un diálogo exquisito y democrático. Sólo por eso, ni más ni menos.

Para terminar, les cuento que hace unas semanas estaba leyendo un cuento de Pepe Pelayo llamado Caperucítala, mis estudiantes estaban rindiendo una prueba, por lo tanto, la sala estaba en absoluto silencio. Yo fascinada con la lectura no podía contener mis risotadas con las ocurrencias de este autor. Al terminar la prueba muchos de los niños me pidieron prestado el cuento y como sólo tenía una copia quedé de leérselos otro día. No hay día en que no me cobren la promesa que les hice. Qué sencillo resultó entusiasmarlos, sólo bastó un pequeño cuento y alguien detrás de él inmerso en una lectura placentera.

Nota del editor: el Programa Lee Chile Lee seleccionó una serie de cuentos para promover la lectura en familia. Dentro de esa selección  «Caperucítala» desde este enlace es un cuento destacado, por lo que  le recomendamos descargarlo para disfrutarlo con sus hijos, alumnos, amigos, etc.

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Trabajando en red, el caso de las bibliotecas en Finlandia

En plena exposición, 29 de mayo
Claudia Gilardoni durante su exposición, 29 de mayo

El pasado martes 29 de mayo presenté en la Biblioteca de Santiago la charla «Red de Bibliotecas Públicas en Finlandia: sin comparaciones, sólo aprendizaje». En otras oportunidades  he abordado el tema de las bibliotecas en ese país, así como aspectos educativos,  sin embargo la ponencia de la semana pasada puso  acento en un tema que  siento más reiterativo en el medio educativo, cultural y bibliotecario: la conformación de redes de trabajo.

Una red de trabajo implica varios aspectos, y a pesar que en esta oportunidad me referiré a la experiencia en Finlandia, creo  firmemente que  debemos aprender a trabajar armando redes locales, privadas, públicas, especializadas, generales, multidisciplinarias,  ¡de todo tipo!. Al compartir información con 2 ò 3 personas y/o entidades con las que se relacionen frecuentemente, ya están actuando en red.  No importa el tamaño, importa lo que se genera gracias al enriquecimiento de los actores que le dan vida. Es la gestión y los resultados lo que  se valora. Y en especial su continuidad y permanencia.

En este post quisiera compartir, además de la presentación Red de Bibliotecas Públicas , y la grabación de la charla en video, algunos de los comentarios de las personas que asistieron a esta charla:

¿Qué le parece que podemos aprender y sacar en limpio para el funcionamiento de las Bibliotecas en Chile?

Trabajo de bibliotecarias referencistas en Finlandia
Trabajo de bibliotecarias referencistas en Finlandia
  • “Que las bibliotecas públicas tengan unas políticas estables, y que también tengan financiamiento dentro del Gobierno local (Municipalidades)”
  • “ La forma en la cual se trabajó, la disposición de materiales de biblioteca. Las capacitaciones de los bibliotecarios, creo que es muy importante para optimizar el trabajo en cualquier tipo de biblioteca”
  • “Me entregó varias ideas para desarrollar y cambiar ideas pre concebidas”
  • “La ambición por mejorar la educación parte desde el primer día de clases, pero debemos capacitar a todo el entorno”
  • “ Establecer una política pública de fomento lector a las políticas educativas relacionadas con la lectura y las bibliotecas, a nivel de política de estado independiente del Gobierno de turno”
  • “Asumir desde una visión de Gobierno una revaloración de nuestras bibliotecas. Ser creativos con los recursos con que contamos. Acercar a la biblioteca a nuestra comunidad”
  • “Tener más iniciativa como docentes, bibliotecarios, etc. Para mejorar todos los ámbitos del trabajo en biblioteca (colección, RRHH, espacio, etc) y buscar o crear redes de trabajo ya sea comunales o escolares”
  • “Debe haber mayor información en lo que se refiere a las bibliotecas públicas, a su uso, funcionamiento para que haya más aprovechamiento de ellas. Se deben crear redes de apoyo”

¿Tiene alguna idea, dato o antecedente que le gustaría compartir?

  • «Estoy implementando un proyecto en la Municipalidad de Santiago llamado «Leer es entretenido» y espero compartir esta experiencia cuando esté más implementada»
  • «Articulación del currículum con la Biblioteca»
  • «En nuestro establecimiento se realizan exposiciones de todo el material que llega, como una forma de incentivar a los niños a solicitar nuestros cuentos o libros que llamen la atención»
Al término de la actividad, los asistentes compartieron con la panelista
Al término de la actividad, los asistentes compartieron con la panelista
  • «El año pasado trabajé en la Biblioteca del colegio y hacía talleres de comprensión lectora desde pre kinder a cuarto básico. Lamentablemente algunos profesores de párvulo  manejan muy poca información y le tienen mucho miedo a la autonomía de pensamiento de los alumnos, coartando la creatividad»
  • «Es super importante aprovechar el material que el MINEDC entrega a los colegios, y son muy pocos los que lo implementan, como por ejemplo las lecciones CRA para apoyar a los estudiantes en su  autonomía  dentro de la Biblioteca y aprovechar los recursos que ella entrega.»
  • «En la búsqueda de este incentivo lector hemos trabajado  como profesoras de Lenguaje en mi Liceo, organizando cafés literarios, semanas del libro con diversas actividades como creación de libros gigantes, «exposición cultural»(globos con textos literarios en su interior, creación de marcadores de páginas, etc.)»
  • «En mi colegio hay una biblioteca  para niños de pre kinder a cuarto básico y otra para los alumnos más grandes. La biblioteca pequeña está atendida por una profesora que realiza clases en ella, comprensión de lectura, etc.y ha dado un excelente resultado con los más pequeños. Les fascina ir.»

Vea la charla completa, gracias a la grabación del equipo de trabajo de Canal UPA TV.

Galería de Imágenes

Entrada Biblioteca Pública
Panorámica sala de lectura central

Panorámica sala de lectura central

Sala de lectura biblioteca música
Sala de lectura biblioteca música
Sector central Biblioteca Pública
Sector central Biblioteca Pública
Piano para los "lectores"
Piano para los «lectores»
Sección circulación Biblioteca Nacional
Sección circulación Biblioteca Nacional
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Vista general de la Biblioteca pública de Jyväsklyä
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Uno de los pasillos con ehibidores
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Sección Hemeroteca (colección de revistas)
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Otra vista de la Biblioteca Pública de Jyväsklä

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Tras el balance 2011 de Fomento lector en Chile

Durante la presentación del estudio, en diciembre 2011
Durante la presentación del estudio, en diciembre 2011

La idea de que la educación es clave para elevar las condiciones y expectativas en la calidad de vida es, podríamos decir, una certeza instalada desde hace mucho en la población. Y por ende, también, una verdad no cuestionada por la gente. Ahora, esto no es sólo una percepción sino que son las conclusiones actuales de todos los estudios recientes de la OCDE (Organisation for Economic Co-operation and Development) , la CEPAL (Comisión Económica para América Latina)  , expertos nacionales y del “Estudio del Comportamiento Lector en Chile”, publicado hace 6 meses.

De ahí la lógica aspiración de las familias para que sus hijos sean profesionales, incluso a un costo económico devastador muchas veces, y de ahí también la obligatoriedad de la educación en gran parte del mundo, también en Chile (aquí, al menos, la básica y media). Pero la contundencia de los estudios y la legítima ambición de las personas y del país, si bien son un inicio fundamental, no son suficientes elementos para lograr la mejoría de la calidad educativa.

Un Plan Nacional para fomentar la lectura

Parte del equipo que trabajó en el estudio
Parte del equipo que trabajó en el estudio

Es sabido hace bastante tiempo que un porcentaje importante de los chilenos no entiende lo que lee, pero que esa cifra sea, a fines de 2011, un 84% y que además sólo el 3% logra realizar una internalización crítica de lo leído, esos ya son datos menos conocidos, y preocupantes.

Lo anterior se agrava al considerar, también, que quienes se declaran lectores poco frecuentes son quienes efectivamente menos nivel de comprensión lectora demuestran y que eso tiene una importante incidencia en la productividad y por ende en las condiciones y expectativas en la calidad de vida de las personas.

Este escenario es el que dio a conocer, a mediados de diciembre del año 2011, el estudio mencionado. El informe fue realizado por el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, con data desagregada, considerando factores diversos desde etáreos, hábitos de lectura y otros antecedentes que se cruzaron a su vez con datos socioeconómicos. Además se hizo una correlación con la productividad que podría alcanzar el país de mejorarse el nivel de comprensión lectora. Para los profesionales involucrados en estas materias, fue un estudio muy serio que arrojó resultados que permitirán la creación de pautas para la mejora real en la calidad educativa.

El estudio consideró que la lectura es un acto personal, de ahí la necesidad de estudiar las conductas individuales. Vale decir, analizar qué leen las personas, cuándo, cómo, etc.  Esta información da insumos invaluables a la hora de generar una política pública al respecto. Lo anterior es muy relevante, pues esta investigación fue hecha por mandato gubernamental, es decir estos insumos se transformaron en datos oficiales y están dentro de la fase de diagnóstico de un Plan Nacional para el fomento de la lectura.

Esto es muy relevante, puesto que de acuerdo a la información que manejo, hasta ahora había iniciativas de entregar libros, que, como  hemos sabido, no funcionaban mucho, como lo ocurrido con El Maletín Literario o los libros de CONACE. Había iniciativas aisladas que no siempre erav medidas y evaluadas tras su aplicación. Ahora, la diferencia relevante del planteamiento del estudio citado es que aquí se distingue entre el fomento de libros y el fomento de la lectura.

Por supuesto que es indudable, como también lo evidencian estudios de la UNESCO que el tener libros es un gran aporte. Pero es como las máquinas de ejercicios, no tonifcan el cuerpo con sólo existir, se deben usar y bien. Es decir, este docuemnto toma como premisa de partida, y como estandarte además, que lo importante es estimular que las personas lean, donde importa, así, por ejemplo, que los niños vean que sus mayores leen.

Al respecto, también es cierto, como refiere el mismo informe, que un porcentaje importante de la población se declara no lector. Eso ya se sabía hace tiempo y si bien tanto la prueba PISA  como el informe del “Lee Chile lee” demuestran que ha mejorado la comprensión lectora entre los jóvenes en la última década, el índice actual sigue bajo los estándares necesarios para un desarrollo país satisfactorio.

Lo anterior refleja que las acciones que se han realizado hasta ahora han mitigado el problema de la no comprensión lectora en el segmento más joven de la población, pero no lo han solucionado. Y entonces podría surgir la pregunta ¿por qué las cosas habrían de mejorar ahora? La respuesta podría estar el contexto.

 

Contexto actual, el factor que puede ser determinante

Durante el lanzamiento oficial de la campaña de difusión del Plan Nacional de Fomento Lector “Lee Chile Lee”
Durante el lanzamiento oficial de la campaña de difusión del Plan Nacional de Fomento Lector “Lee Chile Lee”

El año 2011 se caracterizó por las fuertes demandas a la Educación y el apoyo de la ciudadanía a esas peticiones. También tuvo fue importante la publicación de la OCDE dando el triste primer lugar a Chile como el país con mayor nivel de desigualdad dentro de los países de esa organización. Y tanto esa entidad, como la CEPAL, entre otros expertos consideraron que para disminuir esa situación la Educación es la clave.

Ahora, en Chile más de los dos tercios de la población tiene ingresos inferiores,  y el promedio nacional de los trabajadores oscila en los 360 mil pesos mensuales. Con ese panorama, y sabiendo cuál es el costo real de la vida en nuestro país, se entiende el apoyo de la ciudadanía  a los estudiantes, el cual fue ratificado por diversas encuestas. Lo anterior, además, se une a que el libro de no ficción más vendido desde su publicación en septiembre de este año fuera Universitarios: ¡El problema no es el lucro, es el mercado!”. Todo ello evidencia una ciudadanía ávida por participar, opinar.

Todo este contexto potencia, como nunca, que las medidas para mejorar la calidad de la educación en Chile, por ende el fomento de la lectura,  tengan mucha mejor recepción en la ciudadanía, si son las adecuadas.

 

Ya, pero y ¿para mí qué?

Este Plan Nacional de Fomento de la Lectura, donde participan el Consejo Nacional de la Cultura, el Mineduc, y la Dibam, está constituido por un equipo de profesionales de excelencia, partió realizando el estudio referido, evidenciando así la importancia  de tener una base informada y cuantitativa para poder analizar los diversos factores involucrados y considerar pautas adecuadas para el mejoramiento de la lectura en Chile.  Y  da cuenta, también, que este es un tema serio para el país. Cuyo fin es generar una política pública efectiva.

Esa política podría materializarse en más libros para las casas, los colegios, o las bibliotecas públicas de todo el territorio. Pero serían los libros adecuados para que sean leídos, serían los insumos necesarios para que un niño de una isla chilota lejana, o quizá de un pueblo perdido al interior de Arica, se entusiasmara con historias u otros relatos, que hagan de él, luego, tal vez, una persona instruida que tenga la posibilidad de incidir en el aumento de la productividad y por ende en el desarrollo del Chile del futuro que todos queremos.

Así que a la hora del balance de rigor, tras seis meses de haber sido publicados esos resultados, si bien se ha evidenciado el descontento de la población en muchos frentes, al menos en uno, importante dada su relación con las demandas callejeras, la educación, es justo explicitar que el Plan del Fomento de la Lectura con el Programa “Lee Chile lee” hizo un aporte relevante al realizar este estudio.

Estaremos atentos para ver en qué decanta todo este proceso y las nuevas políticas en materia educativa y cultural.


Artículo escrito por Katina Ferrer, columnista invitada.

 

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Leer será tener una copia ilegal en el cerebro

cc: derechoaleer.org
cc: derechoaleer.org

La polémica frase que brinda título a este artículo es de Christopher Kelty, profesor de la Universidad de California, frente al cierre de  la librería virtual «Library.nu». Kelty señala además  que el centro de la discusión debería estar entre la idea de criminalizar el acceso a los libros “ilegales” contrapuesto al asunto de compartir conocimiento.

 

La historia de Library.nu (también conocida como «Gigapedia») y del cierre de su sitio  -el cual albergaba miles de libros en línea en forma gratuita-  fue el broche de oro que marcó la contienda ganada por  la coalición de 17 editoriales que exigieron su clausura.  La misma coalición que ya bajó a  Megaupload y apretó a The Pirate Bay, entre otros. Sin embargo, ante la ausencia de un reemplazo considerable en relación con la oferta que había logrado Library.nu, instituciones y organizaciones que bregan por los derechos de los lectores,  profesores y estudiantes se preguntan si el daño sobre el acceso a la cultura no es mayor que el daño al “derecho de autor”. Es decir, Library.nu era un problema y también una gran solución.

Las diecisiete compañías editoras se unieron desde Estados Unidos, Inglaterra y Alemania para bajar al sitio que tenía una increíble oferta de literatura universal, la cual rondaba los 400 mil ejemplares y algunos dicen que podría haber llegado al millón. Entre las editoriales en contra, están Harper Collins, Oxford University Press y Macmillan.

cc: educationnews.org
cc: educationnews.org

Lo que cuestiona y plantea  Christopher Kelty, quien además de profesor es autor del libro «Two Bits: the cultural significance of the Free Software«, es que el sitio tenía principalmente libros escolares, monografías, análisis biográficos, manuales técnicos, investigaciones en ingeniería, matemática, biología y ciencia, textos con copyright pero fuera de mercado – mal y bien escaneados-  en inglés, francés, español o ruso.  Kelty va más lejos en  su artículo “The Disapearing virtual library” al señalar que esos “bárbaros que pusieron la industria editorial de rodillas no eran otros que estudiantes de cada rincón del planeta deseosos de aprender». Eso es lo que miles de jóvenes y adultos con avidez de aprendizaje hicieron con Library.nu, en apenas unos pocos años “crearon un mundo de lectura y apostaron a compartir contenidos”.

De acuerdo a lo expuesto en su artículo, Kelty señala que los editores piensan que se trató de una gran victoria en la “guerra contra la piratería”, que va a mejorar las ganancias de la industria y les ofrecerá mayor control. Por el contrario, los mal llamados “piratas” piensan que simplemente el contenido se irá hacia otro sitio. Sin embargo, el meollo del asunto  está en comprender que la demanda global por el aprendizaje y la escolarización no está siendo tenida en cuenta por la industria editorial. La gran clase media global está deseosa de  compartir conocimiento. Esta vez, el argumento en contra de Library.nu todavía es más difícil de defender, ya que  no se trata de entretenimiento sonoro o de jóvenes haciendo travesuras y copiando discos para que los bajen sus amigos, sino de un colosal acceso al conocimiento.

La furia por la interrupción al acceso al conocimiento se apoderó de las redes sociales, los blogs, los posts y miles de universidades de todo el mundo que habían encontrado en Library.nu un espacio para terminar con la escasez de acceso al saber, en un mundo en el que la industria editorial sigue pensando que el saber ocupa lugar y hay que pagar por él. O como dice magistralmente Kelty en un tramo de su artículo, “dentro de poco, leer será tener una copia ilegal de un libro en el cerebro”.

 

Artículo escrito por  Mariano Blejman  (@blejma) y extraído de a edición en línea del periódico argentino  página 12