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Columnas y artículos Fomento lector

Otra forma de entender la Novela Gráfica

Foto:Vanguardia/El Universal
Foto:Vanguardia/El Universal

Me han pedido que en breves líneas les comente lo que considero como novela gráfica. La verdad, creo que su invención responde más a un afán comercial que a una forma de cristalizar un impulso artístico (o como prefieran llamarlo). Sea como fuere, igualmente, los precios a los que asciende este formato en Chile hacen que la mayoría de nosotros, simples mortales con mucho entusiasmo y poco dinero, sólo conozcamos como novela gráfica lo que se almacena en los anaqueles de nuestras bien amadas bibliotecas públicas. Y, seamos francos, éstas no suelen estar muy nutridas de dicho material.

Aunque sea una perogrullada lo mejor que podemos hacer para definir este concepto de “novela gráfica” es descomponerlo en sus partes. Primero, por novela, tradicionalmente se entiende una narración extensa, en la que participa un número importante de personajes que actúan en torno a un conflicto central y otros de carácter secundario. Segundo, el concepto de “gráfico” no creo que precise demasiadas explicaciones, pero lo empleamos para aludir a la presencia de imágenes.

Por tanto, la novela gráfica podemos describirla, en primera instancia, como una narración que se desarrolla empleando imágenes. En un segundo momento, y con esta escueta aproximación en mente, cabe preguntarse qué es lo que eventualmente diferencia una novela gráfica de un cómic; pues la somera definición que hemos propuesto más arriba es válida para ambos formatos. Con el fin de desambiguar el concepto podemos apelar a que una novela gráfica, a diferencia de un cómic, se publica principalmente en tapas duras y en volúmenes únicos; distinguiéndose del cómic que suele publicarse en entregas (semanales, quincenales o mensuales) en las que, en su conjunto, plantean el desarrollo de una historia.

De lo anterior se desprende que el valor de la publicación de la novela gráfica sea superior al del cómic (tapa dura, pliegos cosidos, ilustraciones y gran cantidad de papel). Para no elevar tanto el costo, los editores privilegian el que las ilustraciones de la novela gráfica vayan en negro y que la calidad del papel se reduzca (recordemos que la mayoría del cómic publicado por DC o Marvel sale en papel couché y a cuatro tintas).

Portada de "El Principito" versión novela gráfica
Portada de "El Principito" versión novela gráfica

Si se les consultara, cualquier librero o editor diría que una novela gráfica, a diferencia de un cómic, es una obra completa en sí misma, o sea, una que no requiere de otros volúmenes para desarrollar una historia completa. Probablemente añadirían que posee un despliegue literario inexistente en el cómic, que los temas son más profundos (ojo aquí, asumir que el cómic no trata temas “serios” es una falacia del porte de un continente) y un sinfín de otros artilugios que apuntan a vender, más que a cualquier otra cosa.

Considerando mi experiencia con el formato novela gráfica, les aseguro que lo único que realmente la separa del cómic es la forma en que se publica y se vende al público.

Los invito a comentar este artículo, pues es la única manera que tenemos para conocer su opinión.
Yo por mi parte, estoy dispuesta a exponer uno a uno los argumentos que me llevan a creer que, como tal, la novela gráfica es un invento de escritores, dibujantes y editores para ganar compradores. Espero sus comentarios.

A propósito de la feria del libro que se está celebrando por estos días en Buenos Aires, les dejo el artículo «El esplendor creativo de la novela gráfica» de La Nación (periódico argentino) sobre el espacio que ocupa la novela gráfica en la feria.

 

Ejemplos de partes de la obra versión gráfica
Ejemplos de partes de la obra versión gráfica

 

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Book Dealer Reseñas Literarias

Bolaño por si mismo, entrevistas escogidas

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Fuente: Blog Fuente Bolaño

“Escribir no es normal, lo normal es leer y lo placentero es leer; incluso lo elegante es leer. Escribir es un ejercicio de masoquismo; leer a veces puede ser un ejercicio de sadismo, pero generalmente es una ocupación interesantísima”

Roberto Bolaño, 2003

 

Me interesa la literatura,  me interesa la narrativa, me interesa conocer  las historias de otros, y me interesa por sobre todo recrear lo que leo. Esto último es tarea sencilla, especialmente  cuando tengo a mi disposición  información extra , ya sea bajo la forma de la versión fílmica del libro de turno, biografía de los escritores, etc.

Ese es el caso de “Bolaño por si mismo. Entrevistas escogidas” libro que me ha estado acompañando  las últimas dos semanas y que estoy disfrutando en  módicas cuotas diarias.  La editorial de la Universidad Diego Portales ha demostrado nuevamente su ojo clínico publicando esta obra, no sólo por la labor de recopilar las entrevistas de los últimos 13 años, sino que por el  tino de compilarlas permitiendo que el desplante de Bolaño se presente tímido, a ratos, para luego sincerarse con alguna de sus frases mordaces y desinhibidas. Buen trabajo el de Andrés Braithwaite, quien realizó la labor de edición y selección del material. El prólogo corre por cuenta de Juan Villorio.

Recomiendo el libro no sólo porque es una excelente forma de acercarse a la literatura en general, si no porque permite flirtear con  la agudeza y rapidez del escritor. La diferencia, en este caso,  es que esa agudeza y rapidez ya no van de la mano de sus personajes, sino que de su propia vida. Descubre, además, un Bolaño directo como el arma de un matarife, tanto así que a ratos me dan ganas de descorchar un buen tinto para sentarme a conversar con él, oliendo el humo de su cigarro que parecía, como de milagro, renovarse mágicamente (según cuentan sus cercanos)

Portada del Libro. Fuente: Ediciones UDP
Portada del Libro. Fuente: Ediciones UDP

El libro incluye once entrevistas, entre ellas las de Gabriel Agosín, Sergio Paz, Héctor Soto, Mónica Maristain y otras tantas aparecidas en medios tan disímiles como Cuadernos Hispanoamericanos y revista Playboy. En resumen es un paseo por su vida como si de una salida estival se tratase. Es así como nos enteramos de los recuerdos y opiniones del escritor sobre una diversidad de temas como la literatura  latinoamericana, la mentira, las mujeres, la paternidad. Mi entrevista favorita resultó ser aquella donde habla de la memoria colectiva y cuenta, con ingenua felicidad, que al saberse ganador del premio de la Generalitat Valenciana saltaba de alegría  porque estaba pobre como una rata de campanario.

Aunque no estén familiarizados con la obra de Bolaño, este libro puede ser una delicia, porque provoca a tal punto de llamar a un amigo(a) para juntarse a arreglar el mundo.

 

 

 

 

Referencia catalográfica:

Braithwaite, Andrés Bolaño por si mismo. Entrevistas escogidas. Santiago: Ediciones Universidad Diego Portales, 2011. 139 pag.

Información adicional y detalles para posibles interesados en comprar un ejemplar: Ediciones Diego Portales

 

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Material de Trabajo

¿Quiere motivar el uso de su biblioteca escolar?

¡Motivemos a los jóvenes a leer más y mejor!

Buenas ideas en el Programa Lector BiblioCRA

Es común para quienes trabajamos en bibliotecas, o desarrollando funciones culturales y de fomento lector que nos devanemos los sesos inventando actividades para suscitar el interés de los lectores.

Sacar ideas como si del sombrero de un mago se tratase no es fácil. Por eso, en el afán de fomentar la lectura hay una parte de trabajo que corre por cuenta de la imaginación y la creatividad. Las mismas que se potencian cuando trabajamos en equipo. En esos casos, la clásica «lluvia de ideas» funciona muy bien porque es una forma simple e inclusiva  de plantear varios cursos de accion.

Pero,  a veces se necesita una ayuda adicional:  ideas frescas y potentes que tengan un enfoque distinto. En esas ocasiones es bueno recurrir a material que otras instituciones y personas han preparado especialmente para la ocasión. Y es en esa línea que ahora destacamos unas lecciones que proponen, en forma muy concreta, actividades con jóvenes y adolescentes. Este grupo etario, por sus características, perfil y postura frente a la lectura, a veces confunde y desalienta a coordinadores y encargados CRA, ya que no es fácil aplicar estrategias que les motiven a leer.

Es que comúnmente escuchamos de  boca de los escolares: «leer es fome», «me aburre estar mucho rato quieto con un libro», «no hay buenos libros que me gusten» o simplemente «no tengo mucho tiempo para leer» lo cual denota que deben ir descubriéndose como lectores, paulatinamente, y que en ese proceso lo mejor es que estén  acompañados por bibliotecarios, o por sus padres o profesores.

 

¿Anda buscando ideas?

 

Logotipo Biblio CRA MINEDUC
Logotipo Biblio CRA MINEDUC

Los Programas lectores «Biblio Cra Media» lecciones para usar la biblioteca desarrolladas por la Coordinación de Bibliotecas CRA del MINEDUC tienen por objetivo ayudar al docente y al coordinador o encargado de Biblioteca a desarrollar actividades con los alumnos por niveles educativos, con temas y pautas de trabajo. Los hay para todos los niveles, desde por pre-kinder, kinder, enseñanza básica y media. En esta oportunidad nos referiremos a educación media.

Para ello hay 4 volúmenes, cada uno con 40 lecciones que consideran objetivos, preparación, descripción del inicio de la actividad, formas cómo mantener el interés y tambien cómo dar un adecuado cierre a la sesión. Además de eso sugiere  el vocabulario de la lección y  lecturas para profundizar. Se presenta, además una bitácora para complementar la informacion con búsquedas en internet.

Hubo muchas lecciones que me llamaron la atención, otras que usé, y que me sirvieron bastante,  por eso las destaco:

Portada
Portada 1° Medio
Portada 1° Medio
Primero Medio

Portada
Portada 2° Medio
Portada 2° Medio
Segundo Medio:

Portada 3° Medio
Tercero Medio

Portada 4° Medio
Portada 4° Medio

Cuarto Medio:

La Coordinación CRA ha preparado, además,  material para educación básica,  kinder y pre-kinder. Cabe hacer notar que la versión impresa de estos Programas Lectores fue distribuida a todos los establecimientos municipalizados y particular subvencionados del país, además de un CD-ROM que digitaliza todas las lecciones y hojas de trabajo.

En caso que les interesen  los programas para cada nivel escolar, pueden  descargarlos completos desde este enlace.

¿Conoces otros recursos de fomento lector? te invitamos a dejar tu comentario…

 

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Material de Trabajo

¿Qué es un libro álbum?

Imagen extraída del libro "Sombras" de Heinz Janisch con ilustraciones de Artem, del Grupo editor Norma
Imagen extraída del libro "Sombras" de Heinz Janisch con ilustraciones de Artem, del Grupo editor Norma

Mucho se habla, últimamente, del libro álbum. Tal ha sido su importancia en estos días que, henos aquí escribiendo sobre él. Las preguntas que nos podemos hacer sobre el libro álbum son muchas, por ejemplo, podríamos comenzar cuestionándonos sobre cuál es la diferencia- si es que la hay- entre un libro ilustrado y el mentado libro álbum; podríamos también hacernos preguntas sobre su origen o fecha de aparición en el mercado, quiénes son sus cultores y un sinfín de otras preguntas similares. Sin embargo, más que plantear estas preguntas, lo que intentaremos aquí será esbozar respuestas- aunque someras y de manual- a estas y otras preguntas sobre este formato de libro.
Comencemos por dejar en claro que las líneas que siguen están orientadas a comparar los cuentos ilustrados para niños y el libro álbum. Hacemos esta salvedad, porque el conjunto de libros que podemos agrupar bajo el acápite “libros ilustrados” es lo suficientemente heterogéneo y complejo como para ser comparado, en su conjunto, con lo que sería un libro álbum.
Una vez que ya hemos determinado este punto, podemos intentar esclarecer cuál es la diferencia entre este tipo de libro ilustrado y el libro álbum. El primero es un libro en donde lo que prima es el texto, o sea la imagen cumple un rol secundario porque, o bien complementa el texto o, directamente, depende de él. Títulos como “El libro de las virtudes para niños” de William Bennett o la colección “Cuento contigo” son claros ejemplos de este formato. En cambio, en el libro álbum, texto e imagen son interdependientes, esto quiere decir que se complementan, que ambos lenguajes interactúan: entre ellos se establece un diálogo. Si en el libro ilustrado primero se escribía el texto y, a partir de él, se creaban las imágenes; en el libro álbum el proceso pareciera ser simultáneo o, al menos, no tan desfasado lo que permite darle cierta independencia a la imagen o, por lo menos, no relegarla a mera subsidiaria del texto. Recordemos que, en muchos casos, el ilustrador y el autor del texto son la misma persona.

 

Portada del "El libro-álbum: invención y evolución de un género para niños"
Portada de "El libro-álbum: invención y evolución de un género para niños"

Otra de las diferencias que tienen estos dos formatos reside en cuáles son las características de los textos que los conforman. Los textos del libro álbum suelen ser más breves y emplean un lenguaje más cotidiano que el que se usa en los libros ilustrados; en estos últimos, usualmente, se emplea un tipo de texto en el que prima el carácter didáctico o moralizante; mientras que en el libro álbum se suele utilizar textos en los que este carácter educativo está sugerido, pero en ningún caso es explícito. Pareciera ser que el tipo de textos del libro álbum, si bien promueve la reflexión, posibilita que las lecciones que se extraigan de él sean totalmente personales.

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Columnas y artículos

La importancia de contar un cuento: Día del libro infantil y juvenil

alusivo afiche de celebración, espuesto en el Centro Histórico de la hABANA
Alusivo afiche de celebración, espuesto en el Centro Histórico de la Habana

Ayer, 2 de abril, se conmemoró el Día internacional del libro infantil y juvenil. La elección de este día no es para nada arbitraria, pues un 2 de abril de 1805 nacía en Dinamarca  Hans Christian Andersen, quien con cuentos como “El patito feo” o “La sirenita” maravillaría a niños en todos los rincones del mundo, sorteando no sólo las fronteras geográficas, sino también las idiomáticas y las temporales, pues incluso hoy (a más de 200 años de su nacimiento) su obra se cuenta dentro de las más leídas y conocidas a nivel mundial.

No resulta excesivo afirmar que la obra del danés es primordial en la literatura infantil. Tampoco es exagerado declarar que, desde la época de Andersen hasta nuestros tiempos, la literatura destinada a los niños ha sufrido un sinfín de transformaciones. Cambios que, de una u otra manera, hacen posible que hasta el día de hoy mantenga su vigencia.

Más allá de cuáles son los valores y/o los estereotipos que son distribuidos y validados en sus cuentos, lo cierto es que Andersen ha creado un variado espectro de personajes e historias entrañables. Pero quizás más importante es el que haya creado relatos fáciles de recordar que pueden ser contados a los más pequeños.

Muchos de nosotros sabemos cuáles son las implicancias de leer cuentos a los niños. Quisiera, entonces, que nos detuviéramos brevemente para hablar sobre porqué es distinto e incluso importante contar los cuentos, en vez de leérselos en voz alta.

Estatua en honor a Hans Christian Andersen en Central Park, Nueva York
Estatua en honor a Hans Christian Andersen en Central Park, Nueva York

Cuando cuentas un cuento tienes la posibilidad de crear un vínculo con el que te escucha: puedes mantener el contacto visual; puedes también evaluar sus reacciones a tus cambios de entonación o volumen; puedes cambiar de estrategia si lo notas algo distraído o aburrido…

Lo que intento decir es que, al contarle un cuento a un niño, tienes la posibilidad exquisita de generar un espacio de intimidad. Se trata un poco de crear un lazo, de provocar un espacio en donde puede preguntar y dar su opinión, un  lugar en el que se le garantice que va a ser escuchado, un sitio donde todo el tiempo del mundo pueda estar destinado a que te escuche y a escucharlo.

No sólo contamos historias cuando le narramos un cuento a un niño: le damos la oportunidad de que se cuestione si está de acuerdo o no con el proceder de los personajes; lo dejamos proponer ideas y suposiciones sin temer al juicio o al rechazo; le damos la libertad de manifestarse y, más importante aún, tenemos la posibilidad de comenzar a conocerlo, de descubrir cuán complejo puede llegar a ser este niño y, al mismo tiempo, le damos (y nos damos) la posibilidad de acercarnos.

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Reseñas Literarias

Nunca seré un súperheroe, novela para adolescentes


Portada del libro

Adquirí este libro influenciada por el éxito que Los ojos del perro siberiano (1998) ha tenido en mis alumnos. En general, a los jóvenes les agrada esta historia porque es fácil de leer, tiene un vocabulario simple y está ambientada en un mundo realista, que podría ser el de cualquiera de ellos. Sin duda, se trata de una historia emotiva que los mismos estudiantes recomiendan.

Nunca seré un súperheroe (2000) sigue la misma línea de la novela anterior. Aunque, es una historia dirigida a un público más adolescente. Su protagonista, Alfonso Álvarez, nos cuenta su vida desde su particular mirada del mundo. En contra de lo que uno podría pensar, la novela no trata de personajes fantásticos que buscan mejorar el mundo con sus súperpoderes. El título se refiere al comentario que hace Josefina, la hermana menor de Alfonso, acerca de los juegos con que se divertían en las tardes después de la escuela. Alfonso, a los ojos de Josefina, nunca será un súperheroe. Siempre es el malo de la película. Y él, parece creer lo mismo. Tal vez tenga razón, porque a él le gustaría que ciertos asuntos mejoraran en su vida, pero no tiene “los poderes” para lograrlo.

La narración trata de la vida cotidiana de Alfonso Julián Álvarez, un joven de trece años que en sus primeros días de clases conoce a Julia, una compañera nueva de quien queda prendado desde el primer momento. A tal grado llega su enamoramiento que por las noches le escribe poemas que ella nunca llegará a leer. Julia no le hará las cosas fáciles.

El resto del tiempo, Alfonso está preocupado por su familia. Después de la escuela, él queda a cargo de sus hermanos menores, Valentín y Josefina, de siete y cinco años respectivamente. No parece complicarse por tener que jugar y cocinar a diario con ellos. Además, vive con sus padres, quienes responden al típico perfil de una familia machista latinoamericana. Su madre vende enciclopedias  y cuando llega a casa se dedica a las labores domésticas. Él trabaja y estudia, hace años que cursa los mismos ramos en la universidad, y no es muy cooperador con los quehaceres. Cada vez que llega del trabajo se dedica a beber cerveza y ver partidos de fútbol por televisión. Alfonso ve que esta situación es motivo permanente de conflicto entre sus padres…

Antonio Santa Ana nació en Buenos Aires, Argentina, en 1963. Es editor y especialista en literatura infantil y juvenil
Antonio Santa Ana nació en Buenos Aires, Argentina, en 1963. Es editor y especialista en literatura infantil y juvenil

Otro personaje importante es Sergio Castaño, compañero de curso de Alfonso. Él es fanático del cine y le habla a Alfonso de temas que desconoce. Al principio parece molestarle que Sergio sea tan culto y conversador. Pero, a medida que comparten van construyendo una valiosa amistad basada en la valentía y la lealtad.

Alfonso es un chico silencioso, con un tremendo mundo interior, que acostumbra figurar cómo debe ser la vida de quienes lo rodean. Tiene una imaginación tan prolífica que a menudo “se pasa rollos”, sueña despierto con Julia, como el adolescente que es. Existen algunos elementos en la obra que nos hacen pensar en una década pasada como el “cassette CPP” (canciones para perdedores) que escucha Alfonso cuando quiere sufrir a solas y que para los demás se trata de “canciones para pruebas”. Salvo por detalles como este, el contenido de la novela se encuentra perfectamente vigente. Otro recurso literario demasiado explotado por el autor son las caracterizaciones reiterativas. Utiliza frases explicativas casi como una extensión del nombre de algunos personajes. Por ejemplo, Alfonso se refiere constantemente a sí mismo como “el de la sonrisa media, que le marca un hoyuelo en la mejilla derecha”.

Es una historia sensible, liviana, sin grandes conflictos humanos, que grafica la vida de un adolescente enamorado, quien a raíz de esta «experiencia” sin planearlo consigue un gran amigo. Es un joven de firmes principios y de ideas claras, lo que no le quita una actitud soñadora e idealista. A veces, un poco ingenuo. Por ejemplo, le cuesta creer que haya jóvenes como él que sean golpeados por sus padres. Será Sergio, quien le ayude a abrir los ojos…

Esta obra analiza el mundo desde una perspectiva joven que puede ser muy amena para adolescentes que no están acostumbrados a la lectura y que podrían sentirse identificados con las experiencias de Alfonso.

 

Antecedentes complementarios:

 

Referencia:

Santa Ana, A. (2000). Nunca seré un superhéroe. Editorial Norma: Bogotá.

 

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Columnas y artículos

Libros: un personal trainer en su cartera

Imagen portada del libro "Reading in the brain"
Imagen portada del libro "Reading in the brain"

La lectura no sólo tonifica la concentración y la memoria. También afina los sentidos y la coordinación. ¿El secreto? si las matemáticas son intuitivas, leer requiere un esfuerzo cultural y cerebral que lo convierte en un ejercicio poderoso.

Usted puede sentir el frío. Peor aún, usted puede sentir la condena de que morirá de frío. El responsable de esta sensación, más vívida que una película 3D, es el relato Encender una hoguera. Con esta historia, Jack London se convirtió en un imperdible en las listas de los cuentos mejor logrados, si por esto entendemos la capacidad del autor de ponernos en el pellejo del protagonista: un hombre que decide emprender un viaje acompañado sólo por un perro. El animal, puro instinto, sabe que el viajero morirá en su intento por desafiar los 45 grados bajo cero de Yukón, Alaska, como también lo adivina el lector que de todas formas lo sigue hasta un final desesperante como pocos.

Jack London (1976-1916) no tenía idea de neurociencia ni de plasticidad del cerebro, pero fue capaz de transmitir en el tiempo las mismas imágenes y sensaciones que su mente alguna vez concibió.

Antes lo llamaban telepatía; después, inteligencia emocional. Hoy, algunos científicos, como el francés Stanislas Dehaene, prefieren usar el término «cerebro lector» y lejos de asociarlo a la figura de un intelectual reposado, lo hacen al de un deportista vigoroso, vital.

¿La razón? Leer no sólo es un ejercicio que reporta agilidad mental. También tonifica las emociones y hasta ayuda a afinar el oído y coordinar mejor los movimientos.

Mejor todavía si se trata de ficción pura. Un estudio realizado por la U. de Toronto en 2006 reportó que los consumidores de géneros literarios como cuentos o novelas, al estilo de Crimen y castigo, desarrollan mejores habilidades sociales que quienes prefieren textos especializados, como Descubra los misterios de su cortadora de pasto. La clave está en identificarse con los personajes y sus peripecias, como con el hombre condenado a morir en cinco segundos si no logra encender una cerilla y armar un fuego.

La pregunta es cómo London y otros escritores fabricaron auténticos gimnasios mentales a punta de tinta y papel.

 

El patito feo, pero efectivo

 

La lectura activa las regiones cerebrales ligadas a las emociones
La lectura activa las regiones cerebrales ligadas a las emociones

Un estudio publicado en 2011 por NeuroImage nos da algunas pistas. Los encargados de la investigación con imágenes querían evitar la asociación refleja (y a estas alturas obvia) del lector con palabras con una fuerte carga emocional (dolor o sangre) para centrarse en cómo el sentido completo de una narración actúa sobre nuestros cerebros. Es decir, literatura en estado puro. Con este propósito eligieron el cuento infantil El patito feo, ya que al igual que Encender una hoguera, su estilo es más bien seco y libre de adjetivos empalagosos, debido a que sus autores privilegian la descripción de acciones.

¿El resultado? El patito feo activó las regiones cerebrales ligadas a las emociones con la consiguiente respuesta fisiológica (aumento del ritmo cardiaco) en aquellos párrafos que describían escenas de acción de los personajes, como huidas o peligros. Es decir, no sólo respondemos a palabras específicas de manera pavloviana, sino que también, al simular en nuestras mentes las acciones de los personajes de un cuento o de una novela.

Este fenómeno es posible gracias a las neuronas espejo. Lisa Aziz Zadeh, neurocientífica de la Universidad del Sur de California, reportó cómo la corteza premotora del cerebro muestra la misma actividad cuando un sujeto observa una acción en directo que cuando la lee. Lo interesante es que gracias a esta capacidad de afinar la empatía surgen otros beneficios asociados al ejercicio de la lectura, como la concentración y la coordinación motora.

Pero aunque estemos hablando de patitos que se transforman en cisnes, no toda esta historia es cuento de hadas. Y aquí reside la hermosa trampa de la naturaleza cuando dialoga con la cultura.

Como anotó Dehaene en su libro Les neurones de la lecture, el cerebro no es una pizarra virgen con una capacidad de aprender ilimitada, como anuncian los nuevos vendedores de la pomada neurocientífica.

Portada del libro "Las neuronas de la lectura"
Portada del libro "Las neuronas de la lectura"

Nuestra mente lectora tiene limitaciones y se frustra y patalea, porque a diferencia de las matemáticas, que ya vienen escritas en nuestros genes (los niños y muchos animales realizan intuitivamente algunas operaciones numéricas), la lectura sería 100% producto de nuestra cultura y aprendizaje. En estos casi cinco mil años desde que se inventó la escritura, los cerebros no han podido adaptarse a la lectura, ya que se trata de un tiempo mínimo en nuestra historia evolutiva como especie.

Pero es en este trabajo neuro-cultural que cada individuo realiza cuando se enfrenta a un texto (y que Dehaene asocia al «reciclaje neuronal») cuando sobrevienen todas las ventajas que convierten a la lectura en un ejercicio de alto rendimiento.

Por eso, entre un entrenamiento con ábaco y leer una buena novela no hay dónde perderse.

 

Letras y oído de zorzal

En el Portugal de los años 30, la mayoría de las familias no podía darse el lujo de enviar a todos sus hijos al colegio. La costumbre dictaba que la hija mayor debía permanecer en la casa a cargo de los hermanos menores y de los quehaceres domésticos, lo que convertía a la mayoría de estas mujeres en analfabetas. El equipo de Alexandre Castro-Caldas, de la U. Católica de Lisboa, aprovechó esta situación histórica para realizar un experimento que demostró cómo quienes no habían ido al colegio tenían dificultades para diferenciar palabras de pseudopalabras. Y si la alfabetización mejora el oído, entonces significa que la lectura ejercita los sentidos, en la misma línea que los ciegos desarrollan una mejor sensibilidad en el dedo que usan para leer en Braille.

El científico portugués también demostró cómo la lectura aumenta las conexiones neuronales del cuerpo calloso, la estructura encargada de conectar los dos hemisferios cerebrales.

¿Y qué implica este aumento de materia blanca? Una mayor coordinación motriz, del mismo modo que aprender a tocar piano durante la niñez facilita una conexión óptima entre las áreas encargadas del movimiento.

Entonces, en lugar de sentirse achanchado mientras se queda en la casa disfrutando de su autor favorito, piense que está matando dos pájaros de un tiro: ejercitando la memoria y la concentración, por un lado, y tonificando los sentidos y la coordinación motriz por otro.

Y todo sin moverse de su sofá.

 

Fuente: «La Tercera» sección tendencias.

Autor: Sonia Lira

Fecha publicación: Sábado 17 de marzo 2012

 

Información complementaria: Si te llamó la atención el cuento «Encender una hoguera» de Jack London, acá puedes ver una versión en cómic  de la historia.

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Columnas y artículos

Leer será tener una copia ilegal en el cerebro

cc: derechoaleer.org
cc: derechoaleer.org

La polémica frase que brinda título a este artículo es de Christopher Kelty, profesor de la Universidad de California, frente al cierre de  la librería virtual «Library.nu». Kelty señala además  que el centro de la discusión debería estar entre la idea de criminalizar el acceso a los libros “ilegales” contrapuesto al asunto de compartir conocimiento.

 

La historia de Library.nu (también conocida como «Gigapedia») y del cierre de su sitio  -el cual albergaba miles de libros en línea en forma gratuita-  fue el broche de oro que marcó la contienda ganada por  la coalición de 17 editoriales que exigieron su clausura.  La misma coalición que ya bajó a  Megaupload y apretó a The Pirate Bay, entre otros. Sin embargo, ante la ausencia de un reemplazo considerable en relación con la oferta que había logrado Library.nu, instituciones y organizaciones que bregan por los derechos de los lectores,  profesores y estudiantes se preguntan si el daño sobre el acceso a la cultura no es mayor que el daño al “derecho de autor”. Es decir, Library.nu era un problema y también una gran solución.

Las diecisiete compañías editoras se unieron desde Estados Unidos, Inglaterra y Alemania para bajar al sitio que tenía una increíble oferta de literatura universal, la cual rondaba los 400 mil ejemplares y algunos dicen que podría haber llegado al millón. Entre las editoriales en contra, están Harper Collins, Oxford University Press y Macmillan.

cc: educationnews.org
cc: educationnews.org

Lo que cuestiona y plantea  Christopher Kelty, quien además de profesor es autor del libro «Two Bits: the cultural significance of the Free Software«, es que el sitio tenía principalmente libros escolares, monografías, análisis biográficos, manuales técnicos, investigaciones en ingeniería, matemática, biología y ciencia, textos con copyright pero fuera de mercado – mal y bien escaneados-  en inglés, francés, español o ruso.  Kelty va más lejos en  su artículo “The Disapearing virtual library” al señalar que esos “bárbaros que pusieron la industria editorial de rodillas no eran otros que estudiantes de cada rincón del planeta deseosos de aprender». Eso es lo que miles de jóvenes y adultos con avidez de aprendizaje hicieron con Library.nu, en apenas unos pocos años “crearon un mundo de lectura y apostaron a compartir contenidos”.

De acuerdo a lo expuesto en su artículo, Kelty señala que los editores piensan que se trató de una gran victoria en la “guerra contra la piratería”, que va a mejorar las ganancias de la industria y les ofrecerá mayor control. Por el contrario, los mal llamados “piratas” piensan que simplemente el contenido se irá hacia otro sitio. Sin embargo, el meollo del asunto  está en comprender que la demanda global por el aprendizaje y la escolarización no está siendo tenida en cuenta por la industria editorial. La gran clase media global está deseosa de  compartir conocimiento. Esta vez, el argumento en contra de Library.nu todavía es más difícil de defender, ya que  no se trata de entretenimiento sonoro o de jóvenes haciendo travesuras y copiando discos para que los bajen sus amigos, sino de un colosal acceso al conocimiento.

La furia por la interrupción al acceso al conocimiento se apoderó de las redes sociales, los blogs, los posts y miles de universidades de todo el mundo que habían encontrado en Library.nu un espacio para terminar con la escasez de acceso al saber, en un mundo en el que la industria editorial sigue pensando que el saber ocupa lugar y hay que pagar por él. O como dice magistralmente Kelty en un tramo de su artículo, “dentro de poco, leer será tener una copia ilegal de un libro en el cerebro”.

 

Artículo escrito por  Mariano Blejman  (@blejma) y extraído de a edición en línea del periódico argentino  página 12

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Columnas y artículos

Marilyn Monroe, ratoncilla de biblioteca

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Tenía una faceta «ñoña» de lectora empedernida

Tras su  imagen de sex symbol, Marilyn Monroe escondía una faceta intelectual.  Su biblioteca personal albergó una colección de más de 400 títulos… al parecer, más que devoradora de hombres, ¡lo era de libros!

Este año se conmemoran los 50 años  del fallecimiento de Norma Jeane Baker -verdadero nombre de la actriz- por lo que hemos querido indagar un poco más en el perfil lector de esta mítica mujer que ha sido, durante décadas, icono de belleza.   Pocos saben que la Monroe dedicaba mucho tiempo a la lectura, disfrutando la literatura y por sobre todo la poesía. Quizás esto fue lo que la inspiraba a escribir en diarios y libretas una gran cantidad de nostálgicos poemas. Su pasión por las letras era conocida sólo entre sus amigos más cercanos,  tanto así que sólo unos pocos llegaron a conocer algunas de sus aspiraciones literarias, ya que era muy temerosa de las críticas y de las opiniones respecto a esta faceta intelectual.

Photograph by Alfred Eisenstaedt.
Portada del libro «Fragmentos». Fotografía de  Alfred Eisenstaedt.

Todo esto se revela en el libro «Marilyn Monroe: Fragmentos» editado el año 2010 por Bernard Comment y Stanley  Buchthal. Esta obra detalla con especial delicadeza este nuevo cariz  de la actriz, ya que  revela  de sus libretas y diarios personales -escritos entre  1943 y 1962-   toda su ingenua creatividad. El libro la presenta, además, como una mujer de profundos pensamientos  acerca de la vida, la existencia y el amor.  Respecto a sus escritos, llama la atención que Marilyn se atreviese con la poesía ya que este género no es sencillo. Sin embargo leyendo sus poemas (algunos han sido traducidos al español) me doy cuenta que son muy simples, con tendencia al pesimismo, la nostalgia y la tristeza, como éste verso:

«Ahora que lo pienso siempre he estado aterrada de llegar a ser realmente

la esposa de alguien

pues la vida me ha enseñado que nadie puede amar a otro

nunca realmente.»

El  dramaturgo y ex esposo de Marilyn  Arthur Miller, señaló, tras su muerte: “fue una poetisa callejera que habría querido recitar sus versos a una multitud ávida de arrancarle la ropa.”

Marilyn y su marido, el dramaturgo Henry Miller
Marilyn y su marido, el dramaturgo Arthur Miller

Evidentemente la imagen vana y tontuela de Marilyn era sólo eso: una  imagen que Hollywood vendía, ya que no era muy congruente que la coqueta  actriz fuera una ávida lectora. Y, que ademas de ello, fuese de temperamento reflexivo, nostálgico y depresivo. Después de todo, ¿qué pensamientos pueden nublar  la cabeza de una linda chica rubia a tal punto de llegar a entristecerla?. Es evidente que los ejecutivos de Hollywood  se esmeraron en hacernos ver sólo las curvas  y la ingenua sonrisa de la actriz, puesto que le fueron dando sólo roles de rubia sensual que sólo necesita  caminar coquetamente con un ajustado vestido. Algo que Marilyn se esmeró en hacer muy bien, quizás demasiado porque   nunca logró despojarse de esos roles.

Sin embargo la mítica blondie cursó estudios de literatura en  la UCLA y además fue la debilidad durante cinco años del intelectual, escritor y dramaturgo Arthur Miller (autor de la  famosa obra de teatro «La muerte de un vendedor», entre otras). Su matrimonio con Miller, el intelecto más brillante de la época -vale destacar que ella  idolatraba a los hombres inteligentes- comenzó de manera bastante feliz y los primeros años se cuentan entre los más satisfactorios de Marilyn, quien parecía calzar muy bien en el círculo intelectual de Miller. Me pregunté si habría influido este hombre en los gustos literarios de su mujer, o  si habría la  mirado con desdén al sentirse superior académica e intelectualmente. A poco andar, y leyendo de otras  fuentes, descubrí que era así: Miller se sentía avergonzado de ella frente a sus amigos, algo que Marilyn descubrió en un diario que él solía llevar. La decepción de su esposo la caló hondo y nunca pudo superar este sentimiento de traición de su parte.

 

La biblioteca de Marilyn

Marilyn posando para la revista LIFE, en su biblioteca
Marilyn, en su biblioteca, posando para la revista LIFE.

Sea como fuere, los libros eran una debilidad para la dulce Marilyn, y eso queda demostrado por su vasta biblioteca de más de 400 títulos. ¿Sus autores favoritos?  James Joyce, Walt Whitman,  Heinrich Heine, Saul Bellow, Carl Sandburg. Con los norteamericanos Truman Capote e Isak Dinesen llegó, incluso, a forjar una amistad lo cual no es de extrañar ya que en esa época Marilyn frecuentaba la elite social de Nueva York. Sin duda no le costaba desplegar sus encantos en este ambiente, pues  tenía especial predilección por los intelectuales y artistas.

A lo largo de su vida fue coleccionando diversos tipos de libros, no se sabe si regalados, comprados, donados o heredados. Esta colección llegó a ser tan codiciada, que en 1999 Christies clasificó y subastó su biblioteca,  con libros entre los cuales figuraban biografías, literatura americana, antologías, arte, obras clásicas, literatura francesa, obras de Freud, libros de sátira y humor, música, obras de teatro, poesía política, psicología, literatura rusa, literatura de viajes. No sabremos si todos estos libros le pertenecían, o si al menos los leyó, pero si podemos estar seguros de que los libros eran parte de los objetos cotidianos con los que convivía. La lista completa  se encuentra disponible en un foro especialmente dedicado a los libros que Marilyn leía. Vaya detalle de sus fans, ¿no?

 

Los «paparazzi» tras una ávida lectora

Marilyn Monroe Reading Ulysses, Long Island, New York, 1954. Photo by Eve Arnold
Marilyn leyendo «Ulises» en  Long Island (NY, 1954). Fotografía de  Eve Arnold

Hay una foto de Marilyn leyendo «Ulises», la magna obra de James Joyce – un clásico que en la mayoría de las ediciones consta entre  800 y 1.000 páginas- que ella solía leer tranquilamente entre escena y escena. Según leí en un blog, Marilyn señala que la lectura no se le hacía muy fácil, situación que superaba leyendo de a poco y muy lentamente. Cada uno tiene su ritmo, ¿no?.

Sin embargo, independiente de cuánto  tardara en leer,  la afición literaria de Marilyn quedó retratada varias veces. Sam Kashner, periodista de la revista Vanity Fair, relata: «muchos fotógrafos tomaron fotos de Marilyn  durante sus primeros años como actriz que la mostraban leyendo, lo que a ella le  gustaba. Eve Arnold la fotografió para la revista Esquire en un patio en Amaganstt leyendo Ulises, Alfred  la fotografió para Life, usando unos pantaloncillos blancos y una polera negra,  arrodillada en un sofá, leyendo frente a una estantería de libros de su biblioteca personal»

Si algunos fotógrafos pensaban que era divertido que la voluptuosa «dumb blonde» (rubia tonta) más famosa del mundo posara con libros de autores de prestigio, el tema no era broma para ella. Los  diarios y poemas de Marilyn  recientemente publicados revelan a una joven mujer para quien la escritura y la poesía eran vitales como medios para descubrirse a sí misma y para organizar su pensamiento a través de su  tumultuosa vida emocional. Los libros fueron también un refugio para Marilyn durante sus episodios de insomnio, los cuales eran recurrentes y prolongados.

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Esta es una de mis fotografías favoritas. Posa coquetamente con  un libro

Su amor por los libros era genuino, y al parecer no desperdiciaba oportunidad de ser fotografiada leyendo, lo cual no refleja más que una desesperada necesidad de ser tomada en serio como una mujer inteligente, con algo extra además de sus obvios encantos físicos. El castillo mágico de Hollywood y aún propia imagen se habían vuelto una cárcel y ella hizo lo que tantos encarcelados han hecho para evitar volverse locos: se recogió en el mundo privado de los libros y exploró sus pensamientos y sentimientos a través de sus diarios de vida.

Y,  como sabemos los buenos  lectores,  el mundo nunca es mejor que cuando se está  confortablemente sentado,  perdido en un buen libro. Es así como las preocupaciones se disipan y la imaginación vuela a lugares lejanos. Ciertamente  Marilyn no llegó  a ser una intelectual de tomo y lomo, pero estoy segura que pasó grandes momentos en la honesta compañía de los libros.

 

 

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El lectoespectador, porque ya no somos lectores ni espectadores


Portada del libro
Portada del libro

Vicente Luis Mora es crítico literario, ensayista, escritor español y reciente autor de la obra  «El lectoespectador». El texto se ocupa de presentarnos el nuevo entorno en el que se desarrollan la comunicación y la creatividad narrativa, y para ello  contempla medios como Google, Twitter, la televisión o la literatura a medio camino entre el texto y la imagen. El lectoespectador también profundiza en temas literarios ya que, a juicio de Mora: el narrador es hoy quien más atención está prestando a la realidad; el novelista es quien nos está contando ahora los cambios en directo.

De esta forma, El lectoespectador acentúa  la división entre aquellos escritores que permanecen alejados de la red y los que prácticamente viven inmersos en ella. Y eso no hace más que plantearse una serie de dudas que avivan el debate sobre la narrativa y que dan pie a una reflexión subjetiva respecto a la extrema importancia  que se le está dando al medio, por sobre el mensaje. De esa forma comenzamos a olvidar que lo principal es la calidad de los textos, la forma cómo estos se comprender e  interpretan, más que el formato o fondo.

La inmediatez de internet no debe implicar además, como menciona Mora, la desaparición del proceso de selección y edición- algo importantísimo en el resultado final de la obra narrativa- ya que sin edición, depuración y corrección nos abocamos a leer textos en estado bruto. Las posibilidades formales y estructurales que nos proporcionan las nuevas tecnologías son muy interesantes e inspiradoras de nuevos ámbitos en los que desarrollar esos textos. Pero el hecho de usar esas tecnologías no implica que el texto “ascienda” a una división superior.

Obviamente el libro está disponible en versión Kindle
Obviamente el libro está disponible en versión para Kindle

Tampoco usar unos mismos medios para difundir  opiniones y textos, y también -por qué no- para publicitarlos, permite que se compartan  intereses narrativos. Por eso, lo  que desarrolla Vicente Luis Mora en El Lectoespectador es una visión de futuro prometedora e interesante. Nos anima a seguir las múltiples vías y posibilidades que nos ofrecen los medios digitales y la necesidad que tenemos todos de explorarlas intensa y extensamente, descubriendo en esa búsqueda las probables nuevas formas de la narrativa futura.

En definitiva, la obra pretende generar diálogo y tiene el valor de enmarcar un debate, al que tarde o temprano todo aquel que se dedica a la literatura acaba enfrentando y que hace referencia a cómo estar a la altura de nuestro tiempo, exponiendo al lector a una nueva cosmovisión que contrasta con una obsoleta mirada al presente teconológico. Bajo esta premisa el autor despliega en 17 capítulos (contando prefacios, apéndices…) una determinada visión del mundo, de la literatura y de la crítica en la que la tecnología que nos conforma como hombres hoy tienen un papel importante. Grosso modo la filosofía se puede dividir en tres grandes grupos: la metafísica (que da cuenta de cómo es el mundo); la epistemología (que da cuenta de  cómo conocemos el mundo) y la lógica (que da cuenta de qué razonamientos son válidos). De forma similar, Mora expone cómo es el mundo hoy: Pangea; cómo se conoce este mundo hoy: a través de la imagen, y en el caso de la lectura a través del lectoespecatador, y expone algunos silogismos en la era de internet. Así, y aunque no están citados directamente en libro, se pueden leer en la cuenta de twitter del autor algunas de sus consideraciones sobre las redes sociales

 

Vicente Luis Mora
Vicente Luis Mora

En palabras del autor «De un tiempo a esta parte me he dado cuenta de que me siento algo saturado. Creo que mi falta de respuesta a algunos libros que en otras circunstancias hubieran sido reseñados (El rey pálido, Libertad, etc.) se debe a que siento cierto cansancio en lo tocante a lecturas «obligadas». Durante unos meses voy a dejar la crítica literaria de actualidad, centrándome en lecturas realizadas por puro gusto, sin necesidad de opinar sobre ellas. Haré algunas recomendaciones puntuales, sin honduras analíticas, y aún tengo que subir la lectura de una reciente edición de Gargantúa y Pantagruel, pendiente de publicación en otro lugar. Cuando vuelva, lo haré con las pilas cargadas y con voluntad de seguir compartiendo lecturas, como hasta ahora. Hasta entonces, El lectoespectador es mi aportación crítica a la conversación. Ojalá os guste.»

Si quieres más detalles se la obra,  puedes revisar el  índice desde el blog del autor.

Mora, Vicente Luis El Lectoespectador. Barcelona: Seix Barral, 2012. 288 p.

ISBN: 9788432214080

Fuentes: El lamento de Portnoy y Entrefragmentos