Categorías
Columnas y artículos

Lectores adoptan actitudes de los personajes que protagonizan su lectura

Lectores desarrollan un gesto empático, sin darse cuenta, de los personajes ficticios que protagonizan su lectura
Los lectores desarrollan un gesto empático, sin darse cuenta, de los personajes ficticios que protagonizan su lectura

La literatura es sin duda uno de los mecanismos de sobrevivencia más empáticos desarrollados por nuestra cultura y nuestra psique, una construcción que se remite a los orígenes mismos de nuestra civilización y nuestra evolución como especie. Recientemente Geoff Kaufman, investigador pos doctoral en el Dartmouth College de New Hampshire, y Lisa Libby, profesora asistente de psicología en la Universidad Estatal de Ohio, llevaron a cabo un estudio en el que encontraron que quienes leen, en un gesto empático sumamente elocuente, adoptan sin darse cuenta del todo las actitudes, pensamientos y creencias de los personajes ficticios que protagonizan su lectura, publicó la revista Medical Daily.

Kaufman y Libby realizaron seis pruebas distintas con 500 voluntarios, llegando a la conclusión de que las historias contadas en primera persona pueden transformar temporalmente la manera en que el lector se ve a sí mismo, al mundo y otros grupos sociales. En uno de los experimentos, por ejemplo, las personas que se identificaron fuertemente con un personaje ficticio que vence varias adversidades para votar, se mostraron mucho más inclinadas a votar también ellas varios días después en una elección real, esto en comparación con otros voluntarios que leyeron una historia diferente.

En cuanto a los factores que se encuentran de fondo en este fenómeno, denominado “toma de experiencia”, parece ser que uno de los más importantes es que aquellos rasgos de personalidad que el lector pudiera encontrar similares entre sí mismo y la ficción, deben aparecer pronto en la historia, de acuerdo con la publicación.

Así, en otro experimento con un grupo de 70 hombres heterosexuales que leyeron la historia de un estudiante homosexual, la aceptación de este comportamiento fue significativamente distinta según la inclinación sexual del protagonista se revelara más temprano o más tarde en la secuencia narrativa. En este caso en particular, los participantes que solo pasadas varias páginas supieron que el personaje era gay, mostraron después actitudes menos favorables hacia la homosexualidad, en contraste con aquellos que lo supieron desde un inicio. Curiosamente este mismo fenómeno se repitió con un personaje ficticio de tez negra.

Otras circunstancias como el ambiente, la constante referencia a uno mismo (que se probó poniendo a leer a los voluntarios frente a un espejo), también influyen en la generación de este tipo especial de empatía.

“Entre más recordatorios recibes de tu propia identidad personal, es menos probable que estés dispuesto a tomar la identidad de un personaje”, explica Kaufmann. “Tienes que ser capaz de llevarte a ti mismo fuera de la fotografía y perderte realmente en el libro para tener esta experiencia auténtica de tomar la identidad de un personaje”.

Por su parte Libby aclara que la “toma de experiencia” es sumamente inmersiva, pues el lector “reemplaza su yo con otro”, en un proceso natural aunque inconsciente que pocos advierten ―lo cual lo hace todavía más intenso y vívido.

Finalmente, uno de los beneficios de este efecto de la lectura sobre una persona es que, a decir de Libby, los horizontes se amplían, llevando a los lectores a relacionarse ―ya desde su pensamiento― con grupos sociales con los que de otra manera nunca entrarían en contacto.

 

Fuente: Sin Embargo, periódico digital mexicano

Categorías
Columnas y artículos

¿Por qué fracasan las campañas de lectura?

¿Se acuerdan de esta fallida campaña del Gobierno del año 2009?
¿Se acuerdan de esta fallida campaña del Gobierno del año 2009, en Chile?

Las campañas mediáticas de lectura parece que hacen mucho, pero en realidad lo que tienen es mucha resonancia (al utilizar la radio y la televisión), y muy pocos efectos prácticos si consideramos la enorme cantidad de recursos económicos que destinan y que, generalmente, derrochan.
Los círculos de lectura, en cambio, parece que hacen poco, pero hacen mucho (y son más efectivos para formar lectores), si tomamos en cuenta que sólo necesitan de la pasión por la lectura y de la voluntad para compartir la feliz experiencia de leer.

Las campañas mediáticas de lectura son como las llamadas a misa. Los círculos de lectura, en cambio, son como las ondas concéntricas en un lago: van ampliándose hasta mover y conmover todo a su alrededor: el centro y las orillas, el medio y las periferias.
Un lector (como unidad) siempre parecerá insignificante, pero un lector entusiasta (uno solo de ellos) tiene el poder de engendrar más lectores, algo que las campañas y los programas de saliva (de discursos, de labia, de rollo) no consiguen jamás.
Las campañas mediáticas de lectura parten de un error fundamental: suponer que quienes escuchan los spots por la radio y quienes escuchan y ven los spots por la televisión, apagarán de inmediato sus aparatos y se pondrán a leer un libro. Nadie hace tal cosa.
Para quienes no tienen la costumbre de leer libros y están viendo la tele o escuchando la radio, el mensaje que envía el spot les entra por una oreja y les sale por la otra. Y los que sí leen libros, y están viendo la tele o escuchando la radio en ese preciso momento en que aparece el spot, no apagan el televisor ni desconectan el radio.
¿Por qué? Porque lo que quieren, en ese momento, es ver televisión o escuchar radio y no leer libros,  sea porque ya los leyeron o porque los leerán después —cuando se les antoje—, sin que les importe en absoluto que la tele y la radio les recuerden —a través de un spot generalmente hipócrita—que “leer es divertido”. Las campañas mediáticas de lectura fundan su razón de ser en la falsa convicción de que los mensajes, repetidos una y otra vez (la hipertrofia por acumulación insistente) sensibilizan a la gente y modifican sus hábitos.
Sin embargo, está probado que un mensaje repetido miles de veces (la reiteración como estrategia) lo que ocasiona es lo contrario de lo que se propone. Produce hartazgo o indiferencia. Los spots de los partidos políticos en tiempos de elecciones constituyen la mejor prueba de esto. Los ciudadanos acaban irritados de tanta demagogia reiterativa, e indignados por tanto recursos dilapidado, literalmente echado a la basura (en medio de tantas carencias y necesidades insatisfechas de una sociedad empobrecida).

Otro ejemplo es que los spots contra la corrupción no han logrado reducirla ni mucho ni poco. Y, en cuanto a los spots de la Cámara de Diputados, el Senado y la Suprema Corte de Justicia, otra vez es dinero tirado a la basura [el autor hace alusión a la realidad de su país, México]. La mayoría de la población continúa con una opinión adversa sobre estas instituciones a las que conoce muy bien por sus actos, aunque quieran adecentarse con mensajes edificantes y demagógicos.

Los clubes o círculos de lectura
Los clubes o círculos de lectura han funcionado desde siempre y se mantienen en plena era de redes sociales

Hacen falta empresarios creadores de empresarios”, abogaba Gabriel Zaid, en 1995, en su libro homónimo. En el caso de la lectura no necesitamos más burocracias ni más spots ni más campañas masivas. Lo que hacen falta son lectores que contagien lectores: pequeñas comunidades, círculos de lectura, cofradías de lectores, personas afines que compartan y propaguen su felicidad, y fomenten en la práctica el placer de leer.
Las campañas mediáticas de lectura y las burocracias encargadas de los programas del fomento y la promoción del libro fundan su razón de ser en las estadísticas. Sus mediciones se plantean como metas, y las metas están sustentadas en recursos económicos que deben justificarse según su “impacto social”. Es por ello que se refieren no únicamente ya al número de beneficiarios (directos e indirectos), sino también (¡qué osadía!), al ¡número de lectores conseguidos! y a los ¡millones de horas de lectura acumuladas!

¡Qué gran desconocimiento del placer de la lectura! A fin de cuentas, todo se reduce a la estadística engañosa por delante, bajo el precepto tecnocrático-economicista de que “todo se puede medir y que lo que no se puede medir no existe”. Desde que llegó la tecnocracia al poder, ésta sostiene que incluso la felicidad puede medirse: el grado de bienestar y el nivel de conformidad se confunden con la felicidad, del mismo modo que el sistema educativo confunde escolarización y diplomas con educación y con saber.
Las campañas mediáticas de lectura y las burocracias tienen la peregrina certeza de que los lectores se fabrican, y que una fábrica de lectores (en serie) depende sobre todo de un combustible: el choro. Las campañas mediáticas de lectura confunden absolutamente las cosas. No es la cantidad de libros lo que hace a los lectores, sino los libros que se leen y la forma de asimilarlos y comprenderlos para integrarlos a la existencia cotidiana. Leer libros a destajo, y a la velocidad del rayo, no garantiza a nadie la felicidad lectora.

Imagen que acompaña la campaña de librería Gandhi
Imagen que acompaña la campaña de librería Gandhi

Las burocracias culturales están obsesionadas por las cifras, por los estándares, por los indicadores y los censos. Podemos entender por qué. Están convencidas que el dinero invertido debe producir algo contable. (Lo que no puede medirse, no existe.) Con esta lógica, si las becas producen artistas y escritores (que pueden contarse según las becas otorgadas) y las funciones artísticas y las actividades culturales producen “públicos” (es decir, concurrentes a esas funciones y actividades), los programas de lectura tienen que producir “lectores” (es decir, número de lectores) y horas de lectura (¡millones de horas de lectura!). Las becas también producen libros escritos y publicados, aunque los becarios (si realmente son escritores) de todos modos iban a producir los libros que las burocracias enlistan y cuentan, lo mismo si son excelentes, buenos, malos, mediocres o pésimos (ya que extraordinarios casi nunca son). Pero la inversión cultural en lectura no produce lectores en número, sino que sensibiliza y ayuda a que esos lectores surjan más fácilmente sin que puedan contarse con exactitud y, a veces, ni siquiera estimarse con aproximación.

¿Alguien sabe cómo se gradúa un lector? ¿Se ha graduado porque ya leyó el Quijote? ¿Se ha graduado porque leyó más de 25 libros en un año? ¿Y qué con los que leyeron no el Quijote sino Harry Potter? ¿Y qué con los que leyeron sólo cinco o seis libros? ¿Y qué pasa con los que apenas leyeron uno o dos (entre los cuales no estaba el Quijote), pero que, para ellos, resultaron inolvidables?

Sí, son preguntas con ganas de molestar. Y como tales las formulo, porque quien se moleste con ellas, no ha entendido, sin duda, de qué va la lectura. ¿Números? Hablemos de números. ¿Estadísticas? Hablemos de estadísticas. ¿Lectura? Hablemos de lectura. Si un profesor consigue que el 10% de sus alumnos (cuatro o cinco de ellos) se vuelvan lectores autónomos, habrá hecho mucho más que el profesor que encarga resúmenes de lectura a todo el grupo tan sólo por cubrir el programa y para quitarse de problemas. Cuatro o cinco alumnos lectores se convierten en agentes contagiosos de su pasión, que llevan lo mismo a su casa que al círculo de amigos. La lectura funciona con pequeñas células que transmiten su pasión y van haciendo ondas concéntricas en el lago de su entorno. Esto es lo que no han entendido ni las burocracias ni las campañas mediáticas de lectura.

El placer de leer no se puede medir, señala el autor
El placer de leer no se puede medir, señala el autor

El placer de leer no puede ser controlado, ni mandado, ni racionado. Medir la lectura es como querer medir el amor. (¿Cómo se mide el amor? ¿Por celos? ¿Por orgasmos?) La lectura no se mide por la cantidad de libros. Pero, por lo demás, ¿quién diablos necesita medir la lectura? No, por cierto, los lectores que, cuando lo son, son desmedidos. La medición de la lectura es asunto de las burocracias: para justificar el “gasto” cultural y los altos salarios de los altos funcionarios que, según esto, tienen derecho a esos altos salarios porque producen altos beneficios contables. Qué fácilmente quieren tomarnos el pelo.
Escribir es muy fácil, dijo alguna vez Augusto Monterroso: «lo único que se necesita es lápiz y papel«. Leer es todavía más fácil: lo único que se necesita es leer. (¿Cómo se aprende a nadar? Nadando.) Lo endemoniadamente difícil no es escribir, sino escribir bien. Lo endemoniadamente difícil no es leer, sino leer bien. Lo indudable es que ni escribir ni leer son prácticas complicadas cuando se está alfabetizado. Los que complican estas prácticas son las escuelas y las burocracias. Vigotsky comprobó que todos los niños saben contar historias y desean contar la suya. Lo malo es que la escuela les frustra su deseo: para un niño, no hay nada peor, decía Vigotsky, que un cuaderno lleno de taches rojos sobre su historia, es decir sobre su vida. (…)Todos tendríamos que saber que, en realidad, fuera de lo utilitario, no hay ninguna razón para leer que nuestras propias razones. Y cada quien tiene razones distintas. Kafka tenía la suya cuando dijo: “Un libro ha de ser un hacha para romper el mar helado dentro de nosotros”.Es sin duda una buena razón que, en la escuela o en la casa, casi nunca nos dan para leer. A causa de que las burocracias no saben esto último, es que fracasan los programas y las campañas de lectura, que persiguen únicamente estadísticas.

Y en este fracaso han conseguido todo lo contrario de lo que presuntamente se proponían. Existe hoy una enorme cantidad de personas vacunadas para siempre contra la lectura. ¡Les hicieron sufrir el placer! O le vendieron el mal cuento de que los lectores se miden por la cantidad de libros y de horas que han leído. ¡Vaya cuento! ¡Vaya desilusión!

 


Artículo publicado originalmente por el poeta y ensayista Juan Domingo Argüelles en el suplemento mexicano  Campus Milemio

 

 

Categorías
Cine

Adaptaciones Curiosas y Cultura Pop

Como ya hemos mencionado antes, una adaptación siempre es controversial y siempre se presta para la discusión entre aquellos que quedaron conformes con ésta y aquellos que siguen pensando en la versión narrativa. Sin embargo,  hay ocasiones en las que la discusión no existe porque se trata de una adaptación no explícita de una obra literaria, o en palabras más simples: una película inspirada en un texto.

elreyleon_1El primer caso que me gustaría exponer es el del Rey León (1994), porque claro, cuando salió casi todo el mundo que la vio quedó muy conmovido pero no recuerdo haber escuchado discusiones acerca de la fidelidad que tenía con su principal fuente inspiración: Hamlet, de Shakespeare. ¿No me creen? Revisemos la historia brevemente: Un rey es asesinado por su hermano sediento de poder para así tomarse el trono, mientras que el príncipe heredero se ve envuelto en un intento de retomar el reino y además recibe en el camino una visita del fantasma de su padre. Por razones obvias, la versión felina de la obra de Shakespeare omite situaciones como la locura de Ofelia/Nala y la eventual muerte de todos los personajes principales al final de la trama.

El segundo y último caso que me gustaría presentar (también dirigido a los niños y jóvenes de los 90s) es el de Clueless (traducida como Fuera de Onda, 1995), todo un clásico de la comedia adolescente. Muchos recordamos las aventuras e inseguridades de una chica de clase alta muy superficial que vive en Beverly Hills y que lentamente se va enamorando de su hermanastro a medida que vemos cómo va ganando madurez. Ahora cambiemos Beverly Hills por Inglaterra durante el Periodo de Regencia y tenemos en vez de Clueless a Emma (1815), la cuarta novela de Jane Austen. Por supuesto, nuevamente hay algunas libertades a favor de la liviandad juvenil que la película de 1995 quiere mostrar, y por lo mismo la diferencia de edad entre los personajes de Alicia Silverstone y Paul Rudd no va más allá de los 5 años, mientras que en la novela el personaje de George Knightley es 16 años mayor que Emma Woodhouse.

Estos son sólo dos casos de una situación que es muy recurrente en el cine, por ahí T.S. Eliot nos decía en su ensayo “Tradition and the Individual Talent” (La tradición y el talentpo individual) que no había nada nuevo que escribir porque ya estaba todo escrito y que la labor de un artista –su talento –no estaba en inventar historias nuevas sino que en catalizar la tradición anterior y transformarla en algo nuevo. Quizás es una referencia un poco académica, anticuada y radical para lo que hemos estado discutiendo, pero no podemos negar que tiene algo (o mucho) de cierto, y que cuando buenos guionistas le dan un aire fresco a los clásicos los resultados pueden sorprendernos gratamente.

Categorías
Placeres y Lectura

¡Cantinero, sirvame otro libro!

Así luce la entrada principal del BookBar
Así luce la entrada principal del BookBar

En el 4280 de Tennyson Street, en Denver, Colorado (EEUU) hay un BookBar que ha sabido armar un entretenido concepto de bar  y librería. Algo común, dirán algunos. Algo que ya hemos comentado anteriormente, dirán otros. Puede que huela a fórmula repetida, pero de todas formas no deja de ser interesante  que podamos conjugar las catas con la literatura. El sueño de muchos, incluido el mío.

Precisamente, en otros restaurants y pubs que usan el concepto de biblioteca o de libros para atraer comensales, éstos son parte del ornamento y se usan en la decoración. En cambio, en este BookBar –que fue inaugurado hace pocos  meses- hay textos a la venta de literatura y otros temas para los lectores-sibaritas. Además, hay muchos otros aspectos que denotan que su dueña -Nicole Sullivan- ha llevado mucho más lejos el uso de los libros, como podrán leer  más adelante. El lugar está diseñado para que las necesidades se conjuguen en forma armónica y se nota preocupación considerar aspectos locales, ya que los chefs han diseñado sus menús considerando ingredientes  y proveedores del sector. Nicole Sullivan pensó este espacio para quienes aman la lectura y para ello creó un ambiente donde pudiesen sentirse como si estuviesen en su casa, y donde pudiesen encontrarse con otros lectores como ellos.
El salón de lectura, cómodo, espacioso e iluminado
El salón de lectura, cómodo, espacioso e iluminado

Un aspecto importante ha sido la decoración. El techo es de madera,  las estanterías son de madera oscura, el piso también es de madera en tonos cálidos. A lo largo del bar hay un lounge, con una suerte de puerta-acordeón que permite el acceso a un sector al aire libre. Hay muchas mesas, y por supuesto estanterías abiertas para quienes quieren buscar algo de lectura mientras esperan a un amigo o simplemente mientras pasan un momento agradable.

 

Al centro del espacio hay una gran mesa de madera hecha  en base a libros. Éstos, haciendo las veces de un puzzle, conforman el mesón de atención y caja registradora. Completamente ad-hoc.  «Ví una foto en parecida en internet,  y cuando quise abrir el BookBar me dieron ganas de replicarla» comenta Sullivan. «Se lo mostré a algunas personas quienes no quisieron ser parte de mi idea.  Pero los vecinos del sector fueron los que me apoyaron en esta tarea«, recuerda airosa.

Original menú, ¿no?
Original menú, ¿no?Original, ¿no?

La selección de la comida está centrada en entremés, comidas livianas, pastas, postres -entre los que destacan chocolates de diversos tipos-. El menú es, obviamente, un libro (con dedicatoria, tabla de contenidos, prólogo y todo aquello que distingue a un ejemplar de buena factura). Lo más importante es la lista de vinos, la cual considera doce opciones entre blancos, rojos y rosés.

El emprendimiento de una lectora

El nuevo BookBar presenta, mensualmente, ciclos de lectura  con una selección de vinos escogidos por un sommelier local. No es una mala idea mezclar dos placeres, ¿no?. No existe evidencia científica que pruebe que el vino puede mejorar la capacidad para verbalizar nuestras ideas, sin embargo creo que estos ciclos deben convocar a Baco y a las musas, sin lugar a dudas.

Nicole Sullivan, en su BookBar
Nicole Sullivan, en su BookBar

 

«No se necesita comprar un libro», explica Sullivan, y luego añade: «Los lectores son bienvenidos por el solo hecho de serlo. También si quieren traer su propia novela, y avanzar en su lectura mientras beben una copa de buen vino para acompañar el momento.» Eso nos deja claro que esta emprendedora quiere que su BookBar sea un lugar de encuentro para la comunidad local, y es por eso que se ha esforzado tanto en hacer del lugar un espacio agradable y cálido. En la época de la lectura digital, deberían existir más bares, cafés y  restaurants de estas características para compartir la lectura y hacer de esta actividad una experiencia que va más allá del agasajo individual.

“Como librera, tenemos que cambiar completamente nuestras tácticas,  y no tratar de recrear algo y hacerlo más conveniente a nuestra conveniencia», explica Sullivan, poniéndose esta vez en el lugar de la librera especialista en vez de la anfitriona del restaurant. «Nosotros ofrecemos una experiencia, porque es precisamente lo que los sitios para descarga de libros digitales, las bibliotecas y las tiendas tradicionales  no pueden hacer». Un ejemplo de eso es el hecho que el BookBar ofrece un servicio de intercambio gratuito, a través del servicio de  Little Free Library. Y el servicio no queda allí, ya que periódicamente se ofrece un servicio de newsletter con novedades y comentarios a los interesados del BookBar.

Vista parcial de la barra y de las estanterías
Vista parcial de la barra y de las estanterías

La realidad económica actual de Estados Unidos es tal, que la venta de una copa de vino deja más ganancias que la venta de un libro pocket (edición sencilla y de bajo precio). Los clientes del BookBar pueden traer sus e-readers y conectarse con sus USB gracias a la disponibilidad de los muchos enchufes y puestos a lo largo y ancho del lugar. Y luego de asegurarse de tener suficiente batería, pueden acomodarse con un  cheeky Austrian grüner (vino liviano) , acompañados, quizás, de una pequeña delicia de chocolate.

Pero así como Nicole Sullivan, dueña del local, está preocupada por estas actividades, también sabe de momentos de relajo y descanso, con un libro y una copa de buen vino.  “Siempre he sido fan del escritor John Steinbeck» comenta Nicole, esta vez bajo el rol de una lectora más.  «Uvas de la ira» es mi libro favorito, y es una lectura realmente deprimente, pero por alguna razón me encante leer libros tristes. Uno lee libros de ese tipo y dice «Gracias a Dios que no me tocó vivir durante la época de la Gran Depresión«. «Por otro lado –añade– si tienes un mal día o andas algo deprimido, llegas a casa y retomas tu lectura y te das cuenta que en realidad tu día ha sido muy bueno comparado con el de los protagonistas del libro.  ¿Y para hacer un calce perfecto? nada mejor que una copa de algo austero: un cabernet sauvignon.» Tal parece que a Nicole Sullivan el vino y la lectura han sido una mezcla que no sólo hace coincidir en términos generales, también considera el tipo de libro y el estado anímico que le genera para seleccionar el tipo de vino que le acompañará mientras lee. Tiene sentido, ya que si la comida nos provoca un estado anímico y un placer general, y sus sabores se conjugan con la selección de un vino ad-hoc, ¿porqué no ha de pasar lo mismo con la lectura?

A quienes se interesen en tener más detalles, o contactarse directamente con su dueña, les recomiendo visitar su página en  Facebook  para que vean más fotos de la construcción del bookbar, y también del desarrollo de algunas actividades.

Galería de Imágenes

Categorías
Eventos y actividades

Literatura, edición y políticas públicas chilenas en la Feria del Libro de Buenos Aires

Manuel Peña
Manuel Peña Muñoz

Hace menos de una semana especialistas chilenos en Literatura, edición y fomento lector  nos presentamos en la 23a Feria del Libro Infantil y Juvenil de Buenos Aires, lo cual comentamos recientemente en este medio. Ya de regreso en Chile, y con la calma que trae el descanso, queremos contarles detalles de lo que fue una jornada dedicada a la Literatura chilena en el marco de esta celebración al Libro y la Literatura organizada por la Fundación El Libro de Argentina.

El jueves 18 de julio, a eso de las 10.15 hrs. y tras recibir el saludo del Presidente del Comité Organizador de la Fundación, se presentó la periodista y especialista en LIJ Susana Itzcovich para dar la introducción al tema que inauguró la sesión:  los precursores de la Literatura Infantil y Juvenil Latinoamericana. La ponencia, a cargo de Manuel Peña Muñoz, fue un viaje que nos dejó absortos y deseosos de seguir escuchando más sobre literatur. En la conferencia de Peña se pasearon nombres tan insignes como el de José Martí, Rafael Pombo, Gabilondo Soler, Pascuala Corona, Rubén Darío, Horacio Quiroga, Carmen Lyra, Marcela Paz (pseudónimo de Esther Huneuss), Gabriela Mistral, Alicia Morel, entre muchos otros. También se comentó respecto a medios como El Peneca,  que cultivó entre niños y jóvenes el amor por la literatura infantil en Latinoamérica.

Fanny Caviedes y Mauricio Paredes
Fanny Caviedes y Mauricio Paredes

La jornada de la tarde fue acompañada por un  diálogo más especializado, ya que se presentó la mesa de diálogo Panorama de la literatura infantil y juvenil chilena contemporánea. Los especialistas fueron -en orden de presentación-  la Licenciada en Lenguas y Literatura Fanny Caviedes, el escritor infantil Mauricio Paredes, la editora Catalina Infante y la bibliotecaria Claudia Gilardoni. Fue Caviedes quien  tuvo la labor de presentar a los expositores y coordinar el dialogo., acompañó su presentación invitando a los presentes a conocer LIJ Chilena , espacio destinado a la investigación y divulgación de la Literatura Chilena contemporánea a través de tres líneas de acción: manifiesto y rescate de nombres y obras cruciales en la literatura chilena, creación de nuevas obras a través del surgimiento de nuevos escritores que refresquen el panorama nacional, y finalmente por medio de la divulgación, actividad fundamental para darse a conocer y potenciar el trabajo de editores, profesores, bibliotecarios y escritores, entre otros agentes del mundo del libro en Chile.

Posteriormente el escritor chileno Mauricio Paredes expuso respecto a los autores e ilustradores chilenos del Siglo XIX que han marcado la pauta en la escena literaria chilena más reciente. Paredes, gran conocedor del medio nacional, planteó en poco más de veinte minutos el who is who  en forma ágil, acompañado de numerosas fotografías y de portadas de las publicaciones de cada escritor e ilustrador. Mención aparte reciben sus comentarios personales, rescatando más de alguna anécdota con algunos de los artistas que iba dando a conocer. Interesante recorrido que, debido al poco tiempo que había para exponer, permitió sacar a colación sólo algunos de los escritores e ilustradores más representativos entre los que estaban María Teresa Ferrer, Sergio Gómez, Andrea Maturana, Felipe Jordán, María José Ferrada (quien destaca en poesía, y cuyo libro «El Baile Diminuto» fue reseñado en Leamos Más) y Camila Valenzuela, quien se integra recientemente al medio nacional con la entrega de Zahorí, el primer volumen de una saga de tres títulos. Otros mencionados fueron los ilustradores Isabel Hojas (a quien nos dimos el gusto de entrevistar en  este medio) Alex Pelayo, Alejandra Acosta y Raquel Echeñique, Gracias a esta selección conocí el trabajo de ilustradores con quienes no estaba familiarizada, como por ejemplo Lolly y Bernardilla, Marko Torres, Soledad Sebastián y Carmen Cardemil. Como ven, una excelente oportunidad para estar actualizado en cuanto al trabajo de algunos de quienes enriquecen el mercado editorial infantil y juvenil.

Catalina Infante
Catalina Infante

La jornada siguió de la mano de Catalina Infante, de Editorial Catalonia, quien es la responsable de su línea Infantil y Juvenil. Infante, con su ponencia Temas patrimoniales en la literatura infantil  chilena se encargó de dejarnos entusiasmadísimos y con ganas de conocer más de su trabajo presentando la labor que realiza para el rescate patrimonial de tangibles e intangibles en nuestro país. Bajo el nombre de diversas especies chilenas en peligro de extinción, la Editorial ha sacado ya tres colecciones en relación al tema. Monito del Monte es una de ellas, dedicada a mitos de los pueblos indígenas chilenos desde los Aymara hasta los Selknam. Todas las publicaciones fueron hechas bajo la investigación de la antropóloga Sonia Montecino. Siguiendo su trabajo patrimonial, la editorial  ha editado -junto con el Museo Histórico Nacional- la publicación de tres cuentos infantiles que buscan estimular las visitas  a este emblemático Museo de la capital chilena, poniendo especial atención en algunos objetos tan singulares y valiosos como los zapatos de Javiera Carrera, el perro embalsamado ULK -perteneciente al ex presidente Arturo Alessanri- o  una colección de espejos orientales. La labor, especializada y minuciosa de edición y publicación, ha considerado el trabajo de especialistas, escritores e ilustradores nacionales. A pesar del poco tiempo, Infante no dejó de mencionar algunos antecedentes respecto al mercado editorial en Chile, y la forma como algunas editoriales han sabido conjugar la calidad de un buen sello con las variables económicas y de mercado.

 

Claudia Gilardoni
Claudia Gilardoni

Los comentarios finales estuvieron a cargo de quien les escribe, Claudia Gilardoni.  A pesar que  ya había pasado más de una hora y media con los otros panelistas y que la tarde anunciaba un pronto receso, percibí que el público tenía ganas de seguir escuchando la experiencia chilena, por lo que me lancé sin contemplaciones contra el reloj. Mi presentación dio a conocer algunos hitos de los Planes Nacionales de Fomento Lector, partiendo con «Chile quiere Leer» y siguiendo con el actual «Lee Chile Lee». Aspectos a favor y en contra fueron los comentarios de rigor, en los cuales la articulación del CNCA, el MINEDUC y la DIBAM marcaron la pauta de los principales avances en esta materia en el país. Algunos indicadores respecto al número de chilenos a quienes no les gusta leer -emanados de los estudios «Chile y los Libros» del 2006, 2008 y 2010-  sumados a las principales razones que se esgrimen al respecto fueron algunos de los indicadores que utilicé para plantear que en Chile, pese a todos los esfuerzos e inversión, seguimos sin tener avances considerables en esta materia. Desde el punto de vista educacional, los resultados SIMCE 2006-2012 permitieron plantear que en materia de nivel de comprensión de lectura ha habido aumentos sostenibles en educación básica, gracias a los avances de los estudiantes de cuarto año básico. Lamentablemente en  educación secundaria los jóvenes de segundo medio siguen con un nivel que no nos permite sentirnos tan contentos respecto a sus mejoras en lectura. Estos antecedentes cuali-cuantitativos, sumados a las conclusiones, fueron los antecedentes que marcaron la pauta de mi ponencia. Justo cuando los organizadores parecían tener ganas de quitarme el micrófono, pues estaba usando las reservas del tiempo a disposición de esta mesa de diálogo.

A esas alturas no había tiempo para las preguntas y comentarios. Me quedé -y sospecho que el resto de los panelistas también- con la sensación que algunas personas querían más detalles, que hubiesen deseado hacer algún comentario y/o exponer su punto de vista considerando lo que sucede en Argentina. Pero había un horario por cumplir, por lo cual nuevamente Fanny Caviedes  tomó la palabra y agradeció al público despidiendo a los panelistas.  De todas formas nos acompañaron al estrado algunos interesados del público, como el caso de la coordinadora de las jornadas de capacitación;  la escritora argentina de libros infantiles Cristina Colombo; y algunas bibliotecarias de Universidades de Buenos Aires  quienes se sintieron reflejadas en las observaciones que escucharon respecto a la escasa información en fomento lector para los jóvenes de educación superior.

Gracias al permiso de los expositores, tenemos disponibles las presentaciones de cada uno:

Categorías
Eventos y actividades

Leamos Más en la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Buenos Aires

Los niños son los invitados de honor: han pintado, escuchado cuentos, ilustrado cómics, etc
Los niños son los invitados de honor: han pintado, escuchado cuentos, ilustrado cómics, etc

Desde el 8 al 23 de julio se ha estado llevando a cabo en Buenos Aires la «Feria del Libro Infantil y Juvenil, la magia continúa» una de las más concurridas de habla hispana en su tipo. Participan cerca de 100 expositores y la visitan más de 300.000 personas de acuerdo a los antecedentes proporcionados por «Fundación El Libro» institución organizadora en Argentina.

Este año Leamos Más estará presente , en las Jornadas para Docentes y Mediadores de Lectura «Ábrete Libro« participando en la mesa redonda «Panorama de la literatura infantil y juvenil chilena contemporánea» que se realizará el jueves 18 de julio a las 16.15 hrs. El grupo estará conformado por  Catalina Infante editora de Catalonia y Licenciada en Literatura, por quien les escribe Claudia Gilardoni. La coordinadora de esta actividad es Fanny Cavieres Silva, licenciada en Lengua y Literatura, a cargo de  LIJ Chilena y Lij Alemana. En particular, me corresponderá comentar respecto a las políticas públicas en torno al fomento lector en Chile, aspecto que compete a la Dirección de Archivos y Museos, el MINEDUC y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de nuestro país.

Pero Chile no será representado sólo con este grupo, ya que los entusiastas especialistas en LIJ chilena del otro lado de la cordillera también nos manifestaremos en la voz del escritor y experto en Literatura Latinoamericana Manuel Peña Muñoz, quien abrirá la jornada con la conferencia Los precursores de la Literatura Infantil y Juvenil Latinoamericana. Posteriormente el escritor chileno de libros infantiles Mauricio Paredes planteará la temática «Literatura Juvenil Latinoamericana» junto con Javier Arévalo (Perú), Liliana Bodoc. El programa completo está disponible en el detalle de la jornada planificada para este jueves 18 de julio 

 

 

Panoramas y material para compartir sin moverse del escritorio

Como es de esperar, la sección infantil de la Feria es una de las que más atrae público
Como es de esperar, la sección infantil de la Feria es una de las que más atrae público

La Feria del Libro Infantil y Juvenil ofrece material para compartir con editores, coordinadores y encargados de bibliotecas, bibliotecarios, y por supuesto con los buenos lectores de todas las edades. En otras oportunidades he publicado post sobre ferias del libro en el extranjero (Frankfurt, Guadalajara)a las cuales no he tenido oportunidad de asistir, sin embargo visitando sus sitios web siempre termino encontrando algo novedoso de lo cual saco algo en limpio que me sirve de una u otra forma. Esta no es la excepción, revisando el web de la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Buenos Aires encontré algunas actividades y recursos interesantes que compartir con ustedes:

Quizás ustedes revisen el sitio web y vean algunas otras novedades de su interés. O quizás en su muro de Facebook  o en siguiéndolos en twitter @ferialibroinf

Categorías
Eventos y actividades

Cápsula Lectora #2: De una Exposición a una Feria de Libros

Afiche de promoción del año 2013
Afiche de promoción del año 2013

En el edificio ubicado frente a la intersección de calle Sazie con Echaurren en el barrio universitario de Santiago, se encuentra la biblioteca biomédica de la Universidad Andrés Bello. Hasta ahí, a diario, llegan los jóvenes de carreras como bioquímica o ingeniería en biotecnología para estudiar o tomarse un breve descanso acompañados del diario o una revista. La biblioteca está compuesta por más de 15.000 ítems que se distribuyen a lo largo de estanterías, las que el Bibliotecario Juan Carlos Sánchez, actualiza constantemente.

El año 2008, el mismo Juan Carlos, en coordinación con la Dirección del Sistema de Bibliotecas de la Universidad, decidió llamar a distintas editoriales y libreros para que se tomaran un espacio pequeño de la biblioteca y exhibieran sus últimas publicaciones, durante toda una semana. La idea era que tanto profesores como estudiantes actualizaran sus bibliografías y conocieran las novedades de sus disciplinas. “A veces los profesores pueden limitarse a ciertos títulos que pueden estar descontinuados y con estas ferias ellos pueden darse una motivación para renovar sus bibliografías y nosotros coordinar las compras”, señala el bibliotecario.

Una de las labores de estos profesionales es esa: ser gestores de la colección bibliográfica para que los profesores de las distintas disciplinas estén al día y puedan actualizar, cada cierto tiempo, las bibliografías de sus programas académicos. Una edición del presente año, no es lo mismo que una de hace 10 años atrás, especialmente si consideramos criterios de obsolescencia del conocimiento en áreas como la tecnología, las ciencias de la salud, las telecomunicaciones, por nombrar algunas.

En esta primera exhibición se presentaron diez expositores durante tres días. El resultado a Sánchez le pareció bueno. Motivado por esto, al año siguiente repitió la experiencia, llevando la muestra a otro sector del campus para que todos los estudiantes y profesores pudieran verla y no solamente aquellos del área de la salud. Fue así como la idea fue creciendo y tomando forma.

La evolución de esta feria de libros universitaria destinada a acercar a estudiantes, profesores y editoriales ha sido para Juan Carlos algo significativo. El año 2011 Claudia Catalán, la Directora de Bibliotecas, le sugirió que invitara a Katherine Rojas –otro miembro del equipo de bibliotecarios encargada de la difusión- a participar para que ampliaran el equipo de trabajo. El resultado fue que ese año llevaron los libros a los principales campus de la universidad, saliendo a regiones. “En 2011 la feria fue itinerante y recorrió los diversos campus de la Universidad Andrés Bello, estuvimos en República pero también en la Casona de Las Condes, en Concepción y Viña del Mar”, comenta con orgullo Juan Carlos.

Las cifras les acompañan: el número de asistentes creció. Si al principio del año 2008 fueron poco más de cientos de estudiantes los que llegaron a conocer las novedades editoriales, cuando inauguraron la feria en plena calle República el año 2012, la cifra superó con creces los miles de visitantes, considerando que ya no sólo eran estudiantes: también había vecinos del barrio, lectores de otras comunas, estudiantes de otras casas de estudios, y así suma y sigue. Fue el 2012 cuando comenzaron a contar con la gestión de Libros Mimesis en lo relativo a logística y coordinación de una feria de mayores dimensiones. Claramente la exposición que había nacido el 2008 en una sala de lectura de la biblioteca biomédica ya no era la misma.

 

Un barrio universitario

Una de las típicas esquinas del barrio República
Una de las típicas esquinas del barrio República

Son pocas las actividades culturales que se realizan en el barrio República. Entre institutos, colegios, universidades y centros de formación, suman millares de estudiantes, vecinos y trabajadores en general los que caminan a diario por este barrio histórico. Por ello, la evolución del trabajo de los bibliotecólogos y la intención de llevar su trabajo a las calles ha sido importante.

En Chile, según cifras entregadas por la Unesco en 2012, solo el 7% de la población lee de manera voluntaria libros al año. Una cifra menor si se considera que la pregunta no solo considera libros de ficción o los llamados best sellers. Esto va para todo ámbito, lo que trasciende a profesionales y específicamente en la formación de estos. Si ellos no son quienes buscan información, la labor de bibliotecarios se vuelve esencial.

Así lo han entendido Juan Carlos y Katherine, quienes al momento de planificar la Feria de Libros de la Universidad Andrés Bello de este 2013 -que se realizó del 15 al 23 de abril- contemplaron la participación de 8 bibliotecas universitarias. Sin embargo, sólo la Biblioteca de la Universidad Arcis terminó sumándose a la iniciativa. Aún así contaron con el auspicio de la marca de café Cruzeiro, del Sistema de bases de datos EBSCO Host, SODEXO y el departamento de informática de la Andrés Bello. Así pudieron sortear unas impresoras y regalar café a quienes visitaron la feria.

La Municipalidad de Santiago y los vecinos fueron otro factor importante. Cuando deciden llevar los libros a las calles -en Av. República entre las calles Salvador Sanfuentes y Grajales- hablaron con la Junta de Vecinos del Barrio República, quienes colaboraron con la idea a través de una carta de apoyo, factor que validó el proyecto frente a la Municipalidad. Incluso hablaron de alguna forma para que los habitantes del histórico barrio universitario pudieran tener un carnet de socios de la biblioteca UNAB. Una clara señal de la forma como las bibliotecas universitarias trabajan con su entorno.

El próximo año todo comienza de nuevo, pero no todo está determinado. “La idea ha ido creciendo. La meta final es que la feria de libros dure dos semanas y vaya de calle Grajales hasta la Alameda por República y tener en cada cuadra dos o tres escenarios en los que hayan actos culturales de los alumnos, como baile, música, pinturas e intervenciones” comenta, entusiasmada, Katherine Rojas.

Pioneros

Cabe mencionar que las bibliotecas universitarias, a pesar de tener un rol que las llama a vincularse con el medio, no realizan actividades de este tipo. El valor de esta apuesta del Sistema de Bibliotecas de la UNAB es que los convierte en pioneros en este tipo de ferias del libro, organizadas y motivadas por un afán de difusión y actualización de la colección del acervo. Quizás algunos de ustedes tengan en mente la feria del libro usado, que cada verano organiza la Universidad Mayor. Precisamente en ese caso, la función que cumplen las bibliotecas no parece ser tan protagónico, ya que la feria es coordinada por la Universidad.

Este rol, en que la creatividad y el entusiasmo se van fundiendo para sacar adelante una idea, se fue formando paulatinamente en los bibliotecarios de la unidad Biomédica:

 

 

La Feria del Libro 2014 se vislumbra interesante, de acuerdo a lo que señala Katherine y a la invitación que plantea al resto de bibliotecas universitarias:

http://www.youtube.com/watch?v=I41kn4hC7_4&feature=youtu.be

Galería de Imágenes


Quisiéramos agradecer a Claudia Catalán, Directora del Sistema de Bibliotecas de la UNAB; a Juan Carlos Sánchez, Jefe de la Biblioteca Biomédica y Katherine Rojas, encargada de difusión del Sistema de Bibliotecas por su tiempo y excelente disposición para desarrollar esta cápsula lectora. Igualmente agradecemos a Eduardo Argomedo, de Libros Mémesis por haber facilitado las fotografías que acompañan este post.

Si te interesa conocer más sobre las Cápsulas Lectoras, te invitamos a leer más sobre esta iniciativa.

Categorías
Fomento lector

Sagas literarias ¿Cómo sacarles partido para fomentar la lectura?

Las sagas se desarrollan en la época mediaval escandinava
Las sagas comienzan a desarrollarse en la época mediaval escandinava

Ante el ‘boom’ que está viviendo la literatura infantil y juvenil un buen gancho al respecto han sido las ‘sagas’ (es decir, aquellos libros cuya historia se ha extendido en varios tomos como las aventuras de Harry Potter, Memorias de Idhún, Crepúsculo, Dune, Crónicas de Spiderwick, Verano en pantalones, etc…) Si bien este concepto no es nuevo (hay que recordar las historias de Papelucho o las aventuras de Las Crónicas de Narnia, por nombrar algunas) sí se puede aprovechar las nuevas que han surgido para incentivar la lectura. Es decir que, a partir de una saga, es posible guiar la lectura hacia otras, quizás, más complejas. Por ejemplo, gracias a la saga de ‘Crepúsculo’ fue posible, en su momento de ‘boom’, que un grupo de alumnas de I° Medio avanzaran a leer a Jane Austen, Emily Brönte  y William Shakespeare… ¿cómo se logró esto? Pues, porque la protagonista de Crepúsculo era una ávida lectora que solía leer y releer el libro ‘Cumbres Borrascosas’ (de la autora Emily Brönte), además, dentro de ‘Crepúsculo’, también la protagonista citaba ‘Romeo y Julieta’ (William Shakespeare) y ‘Orgullo y Prejuicio’ (Jane Austen) por lo que, se organizaron grupos de lectura y conversaciones estas alumnas de I° Medio fanáticas de ‘Crepúsculo’ para conversar sobre esa obra y así, ir introduciéndoles estos clásicos recién nombrados y otros como ‘Drácula’ de Bram Stocker y ‘Frankenstein’ de Mary Shelley. Todo esto, aprovechando momentos en la biblioteca, los cuales fueron muy apreciados por las alumnas.

El romance entre Heathcliff y Cathy, en "Cumbres Borrascosas" puede ser tan o más emocionante que el de Crepúsculo
El romance entre Heathcliff y Cathy, en «Cumbres Borrascosas» puede ser tan o más emocionante que el de Bella y Edward, de Crepúsculo

Otra actividad interesante en donde se puede aprovechar estas sagas contemporáneas es hacer el nexo entre libro y película. Una idea es empezar por la película y después la lectura, en donde se puedan establecer actividades como: charlas literarias, elegir personajes para analizar, establecer similitudes y diferencias entre ambas representaciones, etc. (con Las Crónicas de Spiderwick, por ejemplo o, con cursos más avanzados, con Los Juegos del Hambre).

Ahora, con cursos de Enseñanza Media, quizás con los electivos, se puede partir de una saga para analizar temas más profundos y transversales dentro del análisis literario. Por ejemplo: con ‘El señor de los anillos’ es posible plantear a los alumnos una lectura más profunda en donde se analicen los temas del viaje y del héroe, ambos arquetipos de la literatura universal y así, desde estos análisis que se pueden coordinar con los profesores de Lenguaje, avanzar hasta lecturas como ‘La Odisea’ o ‘El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha’.

Lo que sí hay que tener en cuenta es que no existe una fórmula perfecta: lo fundamental es conocer a los alumnos y estar abiertos  a que, mientras el libro sea adecuado a su edad, se pueden ‘probar’ distintas estrategias hasta encontrar las que nos acomode más… ¡no hay que olvidar que, para poder motivar, primero tenemos que estar motivados los mediadores!


María José Castro es Licenciada en literatura y profesora de lenguaje. Participa desde el año 2009 en la Corporación Ibby Chile, y ahora está comenzando a colaborar como columnista en Leamos Más. Sus áreas de interés son LIJ, fomento lector y gestión de bibliotecas. María José, ferviente lectora,  se desempeña como bibliotecaria en el Colegio Padre Hurtado y Juanita de los Andes donde aplica estas y otras estrategias para encantar a niños y jóvenes con la lectura.

Categorías
Eventos y actividades

El poder del Colibrí

medallacolibriEl colibrí logra quitarse gotas de lluvia de la cabeza, mientras sigue en pleno vuelo sin perder  un ápice de su estabilidad. Gracias al estudio de esta ave, se han generado diversas teorías y estudios que han permitido aplicaciones  en disciplinas como la aerodinámica, la biomecánica y la mecánica, por nombrar algunas.

Si un ave que sólo pesa 8,5 mg. es capaz de inspirar a ingenieros, astronautas, mecánicos y quien sabe cuantos otros profesionales y científicos más, imaginen lo que logrará inspirando a editores, escritores e ilustradores. Puede que  haya sido eso lo que pensaron los miembros de IBBY Chile  y del Centro Lector Lo Barnechea cuando decidieron lanzar, a nivel nacional, este concurso. Pero en realidad el nombre se debe a que Ibby Chile es la Corporación del Libro Infantil y Juvenil, lo que abreviado nos lleva a Colibrí. Además de contarnos el origen del nombre, los coordinadores de esta iniciativa señalan: “La Medalla Colibrí pretende seleccionar y recomendar libros para niños y jóvenes dentro de una producción cada vez más abundante de volúmenes, siendo un referente para los mediadores de lectura”.

Versión 2013 de la Medalla Colibrí
Versión 2013 de la Medalla Colibrí

El año pasado tuve el gusto de asistir a la premiación 2012 en el marco de la FILSA, por lo que este año sigo participando a través de la difusión de este concurso. En esta etapa el objetivo es llegar a todos los interesados que hayan publicado durante el año 2012, para que haya muchos postulantes a lo largo del país  en cada una de las categorías (infantil, juvenil, colección, editorial). Editores, escritores, bibliotecarios, ilustradores, diseñadores y en general  todas las personas vinculadas con el mundo de la edición, la publicación y la literatura LIJ están invitadas a revisar las Bases Medalla Colibrí 2013.

 

¿Interesados(as)? Pongan atención a las bases 

En esta convocatoria  podrán participar las obras editadas en Chile entre enero y diciembre 2012 y también aquellas de autores o ilustradores chilenos o extranjeros publicadas en el país en idioma castellano. Las obras serán seleccionadas por un jurado conformado por especialistas de diferentes áreas vinculadas a la literatura infantil y juvenil: docentes, bibliotecarios, ilustradores, investigadores, diseñadores, mediadores de lectura y fomento lector.

La premiación se llevará a cabo en la 33ª Feria Internacional del Libro de Santiago, que este año tendrá lugar del 25 de octubre al 10 de noviembre en el Centro Cultural Estación Mapocho. Información y consultas a los correos electrónicos [email protected] o [email protected].

Quienes deseen postular pueden hacerlo  hasta el 12 de Julio 2013Puedes informarte sobre éste y otros detalles en las bases del concurso 2013, así como también puedes conocer los ganadores que hubo el  año 2012 en cada una de las categorías.

 

Categorías
Material de Trabajo

La Biblioteca Virtual de Cortázar

«Sólo hay una escapatoria, y consiste en cerrar la puerta de la pieza en que se vive – porque de ese modo uno se sugestiona y llega a ponerse en otra parte del mundo – y buscar un libro, un cuaderno, una estilográfica»

(Julio Cortázar, 1937)


  • Los libros que el autor de ‘Rayuela’ tenía en París se pueden contemplar en la red
  • 50 años de portadas en diferentes lenguas del libro más emblemático del escritor
  • Especial de «Rayuela» una obra querida por todos
Imagen que acompaña la portada de la biblioteca digital de Cortázar
Imagen que acompaña la portada de la biblioteca digital de Cortázar

«Julio Cortázar dijo de Rayuela: «De alguna manera es la experiencia de toda una vida y la tentativa de llevarla a la escritura«. Han transcurrido 50 años desde que el escritor convirtió en palabras la historia que comenzó a soñar en 1958. La novela se publicó por primera vez en Buenos Aires en 1963 y a partir de entonces cambió una parte de la historia de la literatura y agitó la vida de miles de jóvenes en todo el mundo. En la nueva edición de Alfaguara la novela va acompañada de un mapa del París de Rayuela y de un apéndice donde Cortázar cuenta la historia del libro que buscó el más allá de todas las fronteras.

Las historias que escribió y los ejemplares que fue comprando a lo largo de su vida en París se encuentran en la Fundación Juan March. La biblioteca fue donada por su viuda, Aurora Bernárdez, en 1993, con 3.894 títulos (entre libros, revistas y recortes de prensa), que la citada fundación ha incrementado hasta cerca de los 5.000 volúmenes. Fueron libros que en muchas ocasiones el escritor compró en las librerías que se encuentran a orillas del Sena.

En la biblioteca personal de Cortázar se encuentran también muchos de los que debieron ser sus primeros libros: primeras ediciones de textos franceses de autores surrealistas o antiguas ediciones de clásicos castellanos. Muchas obras están dedicadas por sus autores al escritor (Alberti, Neruda, Onetti, Lezama Lima, Octavio Paz…), y otras aparecen firmadas o anotadas por Cortázar. Sus manuscritos literarios y sus papeles están depositados en las universidades de Texas (Austin) y Princeton (Nueva Jersey) y el archivo fotográfico se encuentra en el Centro Galego e Artes da Imaxe de A Coruña. El Instituto Cervantes y la Fundación Juan March han elaborado una visita virtual a Los libros de Cortázar

Fuente: Este artículo fue publicado originalmente en el diario El País