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Leamos Más en la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Buenos Aires

Los niños son los invitados de honor: han pintado, escuchado cuentos, ilustrado cómics, etc
Los niños son los invitados de honor: han pintado, escuchado cuentos, ilustrado cómics, etc

Desde el 8 al 23 de julio se ha estado llevando a cabo en Buenos Aires la «Feria del Libro Infantil y Juvenil, la magia continúa» una de las más concurridas de habla hispana en su tipo. Participan cerca de 100 expositores y la visitan más de 300.000 personas de acuerdo a los antecedentes proporcionados por «Fundación El Libro» institución organizadora en Argentina.

Este año Leamos Más estará presente , en las Jornadas para Docentes y Mediadores de Lectura «Ábrete Libro« participando en la mesa redonda «Panorama de la literatura infantil y juvenil chilena contemporánea» que se realizará el jueves 18 de julio a las 16.15 hrs. El grupo estará conformado por  Catalina Infante editora de Catalonia y Licenciada en Literatura, por quien les escribe Claudia Gilardoni. La coordinadora de esta actividad es Fanny Cavieres Silva, licenciada en Lengua y Literatura, a cargo de  LIJ Chilena y Lij Alemana. En particular, me corresponderá comentar respecto a las políticas públicas en torno al fomento lector en Chile, aspecto que compete a la Dirección de Archivos y Museos, el MINEDUC y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de nuestro país.

Pero Chile no será representado sólo con este grupo, ya que los entusiastas especialistas en LIJ chilena del otro lado de la cordillera también nos manifestaremos en la voz del escritor y experto en Literatura Latinoamericana Manuel Peña Muñoz, quien abrirá la jornada con la conferencia Los precursores de la Literatura Infantil y Juvenil Latinoamericana. Posteriormente el escritor chileno de libros infantiles Mauricio Paredes planteará la temática «Literatura Juvenil Latinoamericana» junto con Javier Arévalo (Perú), Liliana Bodoc. El programa completo está disponible en el detalle de la jornada planificada para este jueves 18 de julio 

 

 

Panoramas y material para compartir sin moverse del escritorio

Como es de esperar, la sección infantil de la Feria es una de las que más atrae público
Como es de esperar, la sección infantil de la Feria es una de las que más atrae público

La Feria del Libro Infantil y Juvenil ofrece material para compartir con editores, coordinadores y encargados de bibliotecas, bibliotecarios, y por supuesto con los buenos lectores de todas las edades. En otras oportunidades he publicado post sobre ferias del libro en el extranjero (Frankfurt, Guadalajara)a las cuales no he tenido oportunidad de asistir, sin embargo visitando sus sitios web siempre termino encontrando algo novedoso de lo cual saco algo en limpio que me sirve de una u otra forma. Esta no es la excepción, revisando el web de la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Buenos Aires encontré algunas actividades y recursos interesantes que compartir con ustedes:

Quizás ustedes revisen el sitio web y vean algunas otras novedades de su interés. O quizás en su muro de Facebook  o en siguiéndolos en twitter @ferialibroinf

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Cápsula Lectora #2: De una Exposición a una Feria de Libros

Afiche de promoción del año 2013
Afiche de promoción del año 2013

En el edificio ubicado frente a la intersección de calle Sazie con Echaurren en el barrio universitario de Santiago, se encuentra la biblioteca biomédica de la Universidad Andrés Bello. Hasta ahí, a diario, llegan los jóvenes de carreras como bioquímica o ingeniería en biotecnología para estudiar o tomarse un breve descanso acompañados del diario o una revista. La biblioteca está compuesta por más de 15.000 ítems que se distribuyen a lo largo de estanterías, las que el Bibliotecario Juan Carlos Sánchez, actualiza constantemente.

El año 2008, el mismo Juan Carlos, en coordinación con la Dirección del Sistema de Bibliotecas de la Universidad, decidió llamar a distintas editoriales y libreros para que se tomaran un espacio pequeño de la biblioteca y exhibieran sus últimas publicaciones, durante toda una semana. La idea era que tanto profesores como estudiantes actualizaran sus bibliografías y conocieran las novedades de sus disciplinas. “A veces los profesores pueden limitarse a ciertos títulos que pueden estar descontinuados y con estas ferias ellos pueden darse una motivación para renovar sus bibliografías y nosotros coordinar las compras”, señala el bibliotecario.

Una de las labores de estos profesionales es esa: ser gestores de la colección bibliográfica para que los profesores de las distintas disciplinas estén al día y puedan actualizar, cada cierto tiempo, las bibliografías de sus programas académicos. Una edición del presente año, no es lo mismo que una de hace 10 años atrás, especialmente si consideramos criterios de obsolescencia del conocimiento en áreas como la tecnología, las ciencias de la salud, las telecomunicaciones, por nombrar algunas.

En esta primera exhibición se presentaron diez expositores durante tres días. El resultado a Sánchez le pareció bueno. Motivado por esto, al año siguiente repitió la experiencia, llevando la muestra a otro sector del campus para que todos los estudiantes y profesores pudieran verla y no solamente aquellos del área de la salud. Fue así como la idea fue creciendo y tomando forma.

La evolución de esta feria de libros universitaria destinada a acercar a estudiantes, profesores y editoriales ha sido para Juan Carlos algo significativo. El año 2011 Claudia Catalán, la Directora de Bibliotecas, le sugirió que invitara a Katherine Rojas –otro miembro del equipo de bibliotecarios encargada de la difusión- a participar para que ampliaran el equipo de trabajo. El resultado fue que ese año llevaron los libros a los principales campus de la universidad, saliendo a regiones. “En 2011 la feria fue itinerante y recorrió los diversos campus de la Universidad Andrés Bello, estuvimos en República pero también en la Casona de Las Condes, en Concepción y Viña del Mar”, comenta con orgullo Juan Carlos.

Las cifras les acompañan: el número de asistentes creció. Si al principio del año 2008 fueron poco más de cientos de estudiantes los que llegaron a conocer las novedades editoriales, cuando inauguraron la feria en plena calle República el año 2012, la cifra superó con creces los miles de visitantes, considerando que ya no sólo eran estudiantes: también había vecinos del barrio, lectores de otras comunas, estudiantes de otras casas de estudios, y así suma y sigue. Fue el 2012 cuando comenzaron a contar con la gestión de Libros Mimesis en lo relativo a logística y coordinación de una feria de mayores dimensiones. Claramente la exposición que había nacido el 2008 en una sala de lectura de la biblioteca biomédica ya no era la misma.

 

Un barrio universitario

Una de las típicas esquinas del barrio República
Una de las típicas esquinas del barrio República

Son pocas las actividades culturales que se realizan en el barrio República. Entre institutos, colegios, universidades y centros de formación, suman millares de estudiantes, vecinos y trabajadores en general los que caminan a diario por este barrio histórico. Por ello, la evolución del trabajo de los bibliotecólogos y la intención de llevar su trabajo a las calles ha sido importante.

En Chile, según cifras entregadas por la Unesco en 2012, solo el 7% de la población lee de manera voluntaria libros al año. Una cifra menor si se considera que la pregunta no solo considera libros de ficción o los llamados best sellers. Esto va para todo ámbito, lo que trasciende a profesionales y específicamente en la formación de estos. Si ellos no son quienes buscan información, la labor de bibliotecarios se vuelve esencial.

Así lo han entendido Juan Carlos y Katherine, quienes al momento de planificar la Feria de Libros de la Universidad Andrés Bello de este 2013 -que se realizó del 15 al 23 de abril- contemplaron la participación de 8 bibliotecas universitarias. Sin embargo, sólo la Biblioteca de la Universidad Arcis terminó sumándose a la iniciativa. Aún así contaron con el auspicio de la marca de café Cruzeiro, del Sistema de bases de datos EBSCO Host, SODEXO y el departamento de informática de la Andrés Bello. Así pudieron sortear unas impresoras y regalar café a quienes visitaron la feria.

La Municipalidad de Santiago y los vecinos fueron otro factor importante. Cuando deciden llevar los libros a las calles -en Av. República entre las calles Salvador Sanfuentes y Grajales- hablaron con la Junta de Vecinos del Barrio República, quienes colaboraron con la idea a través de una carta de apoyo, factor que validó el proyecto frente a la Municipalidad. Incluso hablaron de alguna forma para que los habitantes del histórico barrio universitario pudieran tener un carnet de socios de la biblioteca UNAB. Una clara señal de la forma como las bibliotecas universitarias trabajan con su entorno.

El próximo año todo comienza de nuevo, pero no todo está determinado. “La idea ha ido creciendo. La meta final es que la feria de libros dure dos semanas y vaya de calle Grajales hasta la Alameda por República y tener en cada cuadra dos o tres escenarios en los que hayan actos culturales de los alumnos, como baile, música, pinturas e intervenciones” comenta, entusiasmada, Katherine Rojas.

Pioneros

Cabe mencionar que las bibliotecas universitarias, a pesar de tener un rol que las llama a vincularse con el medio, no realizan actividades de este tipo. El valor de esta apuesta del Sistema de Bibliotecas de la UNAB es que los convierte en pioneros en este tipo de ferias del libro, organizadas y motivadas por un afán de difusión y actualización de la colección del acervo. Quizás algunos de ustedes tengan en mente la feria del libro usado, que cada verano organiza la Universidad Mayor. Precisamente en ese caso, la función que cumplen las bibliotecas no parece ser tan protagónico, ya que la feria es coordinada por la Universidad.

Este rol, en que la creatividad y el entusiasmo se van fundiendo para sacar adelante una idea, se fue formando paulatinamente en los bibliotecarios de la unidad Biomédica:

 

 

La Feria del Libro 2014 se vislumbra interesante, de acuerdo a lo que señala Katherine y a la invitación que plantea al resto de bibliotecas universitarias:

http://www.youtube.com/watch?v=I41kn4hC7_4&feature=youtu.be

Galería de Imágenes


Quisiéramos agradecer a Claudia Catalán, Directora del Sistema de Bibliotecas de la UNAB; a Juan Carlos Sánchez, Jefe de la Biblioteca Biomédica y Katherine Rojas, encargada de difusión del Sistema de Bibliotecas por su tiempo y excelente disposición para desarrollar esta cápsula lectora. Igualmente agradecemos a Eduardo Argomedo, de Libros Mémesis por haber facilitado las fotografías que acompañan este post.

Si te interesa conocer más sobre las Cápsulas Lectoras, te invitamos a leer más sobre esta iniciativa.

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El poder del Colibrí

medallacolibriEl colibrí logra quitarse gotas de lluvia de la cabeza, mientras sigue en pleno vuelo sin perder  un ápice de su estabilidad. Gracias al estudio de esta ave, se han generado diversas teorías y estudios que han permitido aplicaciones  en disciplinas como la aerodinámica, la biomecánica y la mecánica, por nombrar algunas.

Si un ave que sólo pesa 8,5 mg. es capaz de inspirar a ingenieros, astronautas, mecánicos y quien sabe cuantos otros profesionales y científicos más, imaginen lo que logrará inspirando a editores, escritores e ilustradores. Puede que  haya sido eso lo que pensaron los miembros de IBBY Chile  y del Centro Lector Lo Barnechea cuando decidieron lanzar, a nivel nacional, este concurso. Pero en realidad el nombre se debe a que Ibby Chile es la Corporación del Libro Infantil y Juvenil, lo que abreviado nos lleva a Colibrí. Además de contarnos el origen del nombre, los coordinadores de esta iniciativa señalan: “La Medalla Colibrí pretende seleccionar y recomendar libros para niños y jóvenes dentro de una producción cada vez más abundante de volúmenes, siendo un referente para los mediadores de lectura”.

Versión 2013 de la Medalla Colibrí
Versión 2013 de la Medalla Colibrí

El año pasado tuve el gusto de asistir a la premiación 2012 en el marco de la FILSA, por lo que este año sigo participando a través de la difusión de este concurso. En esta etapa el objetivo es llegar a todos los interesados que hayan publicado durante el año 2012, para que haya muchos postulantes a lo largo del país  en cada una de las categorías (infantil, juvenil, colección, editorial). Editores, escritores, bibliotecarios, ilustradores, diseñadores y en general  todas las personas vinculadas con el mundo de la edición, la publicación y la literatura LIJ están invitadas a revisar las Bases Medalla Colibrí 2013.

 

¿Interesados(as)? Pongan atención a las bases 

En esta convocatoria  podrán participar las obras editadas en Chile entre enero y diciembre 2012 y también aquellas de autores o ilustradores chilenos o extranjeros publicadas en el país en idioma castellano. Las obras serán seleccionadas por un jurado conformado por especialistas de diferentes áreas vinculadas a la literatura infantil y juvenil: docentes, bibliotecarios, ilustradores, investigadores, diseñadores, mediadores de lectura y fomento lector.

La premiación se llevará a cabo en la 33ª Feria Internacional del Libro de Santiago, que este año tendrá lugar del 25 de octubre al 10 de noviembre en el Centro Cultural Estación Mapocho. Información y consultas a los correos electrónicos [email protected] o [email protected].

Quienes deseen postular pueden hacerlo  hasta el 12 de Julio 2013Puedes informarte sobre éste y otros detalles en las bases del concurso 2013, así como también puedes conocer los ganadores que hubo el  año 2012 en cada una de las categorías.

 

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Fomento lector

¿Es recomendable la llamada literatura juvenil?

En el metro o diversos medios de transporte podemos ver a los jóvenes leyendo
En el metro o diversos medios de transporte podemos ver a a mucha gente leyendo, y entre ellos a jóvenes de diversas edades

Determinadas colecciones se publican pensando especialmente en el lector adolescente, una estrategia que muchas veces responde más a criterios editoriales, de mercado, que a la necesidad real de una diferenciación. Entre los títulos de las colecciones juveniles hay obras de indudable interés, no sólo para los jóvenes, sino para todo tipo de lectores. Del mismo modo, hay estupendas obras literarias muy recomendables para el lector adolescente que se publican fuera de estas colecciones, sin etiquetas que las identifiquen necesariamente con este público.

La saga con la historia de los vampiros fue todo un éxito entre los adolescentes
La saga con la historia de los vampiros fue todo un éxito entre los adolescentes

Los jóvenes, como cualquier otro lector, necesitan libros de calidad. Es preferible dar con buenos autores, que consideremos adecuados a los gustos e intereses de nuestros hijos, que seguir a ciegas una colección fija.

Hay, eso sí, ciertas temáticas literarias vinculadas a la psicología propia de esta edad, que suelen interesar al adolescente: viajes iniciáticos, relatos sentimentales, búsquedas fantásticas, cuentos de misterio y terror, historias de pandillas y tribus. La clave en la selección es saber combinar el atractivo que suscitan determinadas argumentos, muchas veces con contextos cercanos a sus vivencias personales, junto a propuestas literariamente estimulantes, que les planteen retos y les permitan crecer como lectores.


Fuente: Este artículo fue publicado originalmente en septiembre del 2010 en el Blog de Leer.es

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Columnas y artículos

23 de abril: Día internacional del libro. ¿Y del derecho de autor?

¿Què sentirà un escritor al enfrentarse a una pàgina en blanco?
¿Qué sentirá un escritor al enfrentarse a una página en blanco?

Todos tenemos medianamente claro por qué se celebra el día del libro y qué implica esta festividad internacional. Y para quienes no lo tiene tan claro  o quieren un recordatorio, hay varios artículos -e incluso sitios web-  que se dedican a refrescarnos la memoria. Por eso, decidí que no ahondaré en un tema que otros ya han planteado con más  maestría de la que yo podría ofrecerles. A cambio, me dedicaré a hablar de los derechos de autor: tema que considero «el hermano menor» de esta celebración.

Derechos de Autor en Chile

En Chile el derecho de autor involucra un aspecto patrimonial y uno moral. En la primera clasificación, se vela por el derecho a obtener beneficios del trabajo intelectual de una persona, ya sea en forma directa a través del propio autor, o de sus beneficiarios. El aspecto moral guarda relación con los derechos que tiene un creador intelectual a declararse públicamente como el «padre» de un determinado producto intelectual. Y bajo ese prisma tiene derecho a cambiar su obra, retractarse , actualizarla, etc.

Tenemos varias instituciones que velan por el derecho de autor. La SADEL (Sociedad de Derechos Literarios) se dedica en exclusiva a trabajar con los autores de obras literarias. Su trabajo se complementa con  la  SCD , una suerte de organismo-primo cuyo foco está en los derechos de creadores musicales y en la protección de la música en general. Evidentemente tenemos todo un marco jurídico y leyes que respaldan esta labor, la cual no sólo involucra el derecho de autor, sino que otro concepto estrechamente relacionado: la Propiedad Intelectual. La DIBAM  tiene un departamento dedicado a trabajar con la ley de propiedad intelectual, los derechos de autor y los derechos conexos (aquellos que le competen a artistas intérpretes y ejecutantes, productores fotógraficos).

Creative Commons (CC) nos dan licencias para usar material respetando los derechos de autor
Creative Commons (CC) nos da licencia para usar material respetando los derechos de autor

Como podrán observar, hasta acá el panorama considera varios conceptos y una serie de organismos públicos y privados. Pero todo termina allí, ya que los contenidos digitales han generado un nuevo campo de acción que se ocupa de analizar los límites al derecho de autor que plantea internet, las redes sociales y toda suerte de plataformas digitales de contenidos. En esa línea de trabajo existe, en Chile, una ONG derechos digitales dedicada en exclusiva al tema, y también hay unaprotección llamada Creative Commons (se podría traducir como «Bienes Comunes Creativos») que faculta el uso de material, documentos, fotografías, ilustraciones, etc. en forma libre, siempre y cuando se sigan una serie de instrumentos jurídicos en base a licencias que ofrecen al autor una forma simple y estandarizada de compartir y usar su trabajo creativo bajo las términos y condiciones de su elección. Si le interesa este tema, le recomiendo esta «Linkografía» que recopila una amplia gama de antecedentes respecto al derecho de autor.

Sin embargo, y a pesar de toda la información y de todas las instituciones dedicadas a promover el derecho de autor, a lo largo de mi ejercicio como bibliotecaria, me ha tocado enfrentar preguntas que denotan que aún seguimos siendo una sociedad desinformada, y mucho. Lo curioso -y peligroso- del asunto, es que este vacío se suple con algunos juicios errados, como por ejemplo:

  • En Chile los libros son caros porque los escritores cobran mucho
  • Hoy en día cualquiera puede publicar su obra, sólo basta con «subirla» a un sitio en internet
  • Para respetar los derechos de autor, sólo basta con mencionar la fuente y ya se pueden usar imágenes, ilustraciones, fotografías y un largo etcétera.

Debemos recordar que sin autores, no habría libros que leer -ni que celebrar-. Por ello, me pregunto porque hay tantas actividades que celebren al libro y tan pocas que se dediquen a ensalzar el derecho de quienes se dedicaron a escribir y crear una obra. Claramente atisbo algunas respuestas: los derechos de autor son una materia más árida, más «fome» si se quiere. Y no reviste tanto colorido ni entretención como celebrar al libro. Por otro lado, el libro es un objeto social reconocido por todos, mientras que los derechos de autor son un intangible más difícil de transmitir.

Es por eso que he querido dar una vuelta de tuerca, y pensar en el proceso previo al hacer valer los derechos de autor: el proceso de escribir y llevar a cabo una empresa literaria que decante en algo que todos apreciamos: el Señor Libro.

 

«El oficio de escritor es un oficio miserable»

 

«El oficio de escritor es un oficio miserable, practicado por gente que está convencida que es un oficio magnífico». La frase fue acuñada por Roberto Bolaño en una entrevista que le hizo el año 2009 Cristián Warnken en  el entrañable programa «La Belleza de Pensar. Leerla me lleva a reflexionar sobre el acto de escribir como forma de vida y el oficio de escritor. Hay mucha teoría al respecto, abundante bibliografía que permite hacernos una idea de lo que implica desde diversos ángulos. Sin embargo, mi tributo en este post es modesto pero efectivo: ponerme en los zapatos de un escritor por un momento.

Una hoja en blanco es todo un desafío para un escritor
Una hoja en blanco es todo un desafío para un escritor

¿Será un oficio tan miserable como señala Bolaño?, ¿Es un oficio de ególatras y una hoguera de vanidades como cada año se comenta, al momento de entregar premios literarios?. Independiente de los aspectos negativos que un escritor como Bolaño pueda ver -los cuales comparto luego de escuchar sus argumentos en la entrevista- el autor de una obra tiene un mandato que no puede desoír, y debe escribir como si en eso  fuera su vida.  Al menos de esa forma me imagino a un escritor.

Como ven, tengo más supuestos e interrogantes que respuestas. Sin embargo, respecto a los derechos de autor hay algo que tengo por cierto: los autores deben lidiar con un medio en el que los derechos intelectuales, creativos, culturales y artísticos no son los más reconocidos por el mercado industrial. Y a veces , hasta por nosotros mismos: los lectores y consumidores de cultura.

 

¡Larga vida al libro!

¡Larga vida a los escritores y autores!

 

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Columnas y artículos

De puntadas y papel: el asombroso mundo de la encuadernación


«El Libro es una criatura frágil, se desgasta con el tiempo, teme a los roedores, resiste mal la intemperie y sufre cuando cae en manos inexpertas«
. Umberto Eco, en un pasaje de su novela «El nombre de la Rosa», 1980.

«Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá?, y ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán?. Y al fin, libros y personas se encuentran«. André Gide, escritor francés Nobel de Literatura en 1947


Todo un Arte

El trabajo en los lomos de los libros es una de los tantos detalles que puede tener el trabajo fino de encuadernación
El trabajo en los lomos de los libros es una de los tantos detalles que puede tener el trabajo fino de encuadernación

Actualmente, cuando la discusión entre el libro digital y el impreso sigue vigente, surgen  otros temas relacionados con el libro: la encuadernación es uno de ellos. Aunque ya casi nadie habla del arte de la encuadernación, del detalle y minuciosidad que hay tras las tapas de un libro cuidadosamente trabajado a mano, cosido, e incluso taladrado para lograr un objeto que bien merece estar en alguna sala de museo como objeto de arte. No me confundan, por favor, con una nostálgica. He expresado mi opinión anteriormente respecto al libro digital v/s impreso, y no es un afán romántico el que me anima a escribir este post. Más bien me inclino por compartir con ustedes un tema interesantísimo del que muy poco sabemos.

Cuando empecé a documentarme para escribir este post, pensé que no sería tarea compleja. «Siendo bibliotecaria -pensé- puedo recordar algunas clases de primer año cuando este tema era parte de las pruebas». Sin embargo me encontré con una enorme variedad de aspectos relacionados con la encuadernación que no conocía, y que me asombraron gratamente: desde la Historia del Libro y  las bibliotecas, los incunables, la caligrafía, la tipografía, los materiales y herramientas de encuadernación, el oficio del encuadernador y del «dorador» -algo completamente nuevo para mí-  pasando por  el libro-arte encuadernado y los museos que les rinden culto. Naturalmente la historia de la encuadernación es otro aspecto que merece atención, lo cual nos lleva inevitablemente a las artes decorativas y ornamentales del libro. La lista es vasta y recorre miles de años…una delicia para una «ñoña» como yo. Ante tal variedad de materias, opté por partir desde los inicios y dejarme llevar. Después de todo, este no será el primer post respecto al tema.

La encuadernación es un arte noble. Quien haya tenido en sus manos un precioso ejemplar bien encuadernado estará de acuerdo conmigo. No es sólo el trabajo en torno a las tapas, el lomo o el canto del libro. Es la delicadeza del tipo de papel, el trabajo de cosido en el lomo, la decoración que embellece, las ilustraciones o dibujos de la contratapa. Es un conjunto exquisito y armónico que deleita no sólo al lector, sino que a coleccionistas, bibliófilos , book lovers y amantes del buen diseño.

Tablilla de madera que lleva marcas inscritas y que ha sido datada por carbono 14 en el 5260 a.C
Tablilla de madera que lleva marcas inscritas y que ha sido datada por carbono 14 en el 5260 a.C

La historia empieza más o menos así:

Para hablar de un tema tan preciado como este, es preciso aclarar que, antiguamente, los documentos escritos o grabados eran tan apreciados y raros en la antigüedad, que pronto se pensó en buscar el medio para protegerlos. Las tablillas cocidas de Babilonia, por ejemplo, estaban numerados en el orden en que debían ser leídos y se almacenaban en estanterías cuidadosamente catalogadas, pues cada una llevaba el título de la obra de la que formaba parte. A partir del momento, en que fue posible escribir sobre algo susceptible de enrollarse (como la seda, el papiro o el pergamino) el problema de verificar el orden de los documentos y de cómo podían ser protegidos se resolvió más fácilmente. Los rollos preciosos eran guardados en cofrecillos de madera de esencia rara, a menudo maderas olorosa, o bien en cofres de metal cuidadosamente ornamentados.

En otras latitudes, los textos griegos o romanos se unían a menudo con un cordoncillo que se pasaba por una de las esquinas o se cosían sobre el lado izquierdo. Habitualmente se escribía sobre tablillas de madera o marfil recubiertas de cera. Estas tablillas estaban a veces unidas mediante bisagras o por un grueso hilo para formar dípticos y trípticos. En las civilizaciones del sudeste asiático o amerindias los «libros» estaban a menudo hechos con hojas de palmera o bambú. Estas hojas estaban cortadas en rectángulo y todas ellas eran agujereadas en el mismo lugar para permitir el paso de la cuerdecilla que las unía. Se lograba una buena protección a través de dos planchas de madera o de corteza de árbol que tenían las mismas dimensiones que las hojas, y estaban atadas con ellas.

Y el Libro: ¿cuándo?

El Codex Alexandrinus, que se puede traducir como El Libro de Alejandría, data del siglo V y es la Biblia más completa que se conserva desde los primeros tiempos cristianos.
El Codex Alexandrinus, que se puede traducir como El Libro de Alejandría, data del siglo V y es la Biblia más completa que se conserva desde los primeros tiempos cristianos.

Según la leyenda — y las leyendas a menudo están en lo cierto — cuando Cleopatra invitó a César a visitar los talleres de la Biblioteca de Alejandría, le mostró los primeros pasos de una nueva fórmula de presentación de los documentos. En lugar del habitual rollo o volumen, a los egipcios se les había ocurrido la idea de doblar las hojas de papiro en dos partes, cortar varias de estas hojas del mismo modo para que tuviesen idénticas dimensiones y unirlas entre sí, cosiéndolas de modo que formaran una especie de «ladrillo cuadrangular» fácil de consultar. Este «ladrillo» se llamó códice o codex, y es el antecedente del libro. El codex fue muy popular, y pronto se extendió desde Egipto a todo el mundo mediterráneo. De esta forma, el paso del papiro al pergamino fue inevitable. A partir del siglo I D. C., encontramos en Roma la existencia de libros  de hojas de pergamino llamados “Menbranae”.

Fue en los monasterios coptos (que datan del siglo I, en Egipto) donde el arte del libro empezó verdaderamente su apogeo, y donde la técnica de  la encuadernación fue inventada (hoy en día, la técnica de encuadernación que recuerda la de estos monjes se llama «costura copta«). A veces se trata de un sólo y grueso cuadernillo recubierto de piel, otras de varios cuadernillos cosidos con una aguja o dos agujas que trabajan separadamente para formar una cadeneta muy sólida. Los lomos son lisos, pues los hilos de costura pasan simplemente por el fondo de los cuadernillos sin hilo ni nervio de apoyo. Las pieles están especialmente curtidas para este arte y teñidas con tintes vegetales. Los papeles para guardas generalmente están pintados a mano. Las tapas son de madera o hechas de papiro pegado con cola. Se sabe que se han hecho desde el siglo IV al XI, y constituyen la familia más antigua conocida de encuadernaciones de cuero, representando la fuente última de todas las encuadernaciones de cuero decoradas.

La evolución de la encuadernación

Detalle de un cosido medieval
Detalle de un cosido medieval

Desde esa época ha venido evolucionando la encuadernación en el mundo, en manos de monjes, maestros y aprendices por generaciones; con distintos estilos decorativos pero siempre conservando la excelencia en la construcción del libro. En la Edad Moderna las encuadernaciones pesadas y las de lujo  ya no se realizaban. Una de las razones de ello fue la difusión del papel y la invención de la imprenta. Debido a ambos factores, también aumentó la producción de libros que se vendían con encuadernaciones sencillas. Incluso algunos se vendían por pliegos sueltos, para ser encuadernados por las mismas personas, a su gusto.

A lo largo de la Historia del Libro, la encuadernación ha ido sufriendo muchos cambios producto de los avances y cambios en los materiales y técnicas de trabajo. En general, este proceso estuvo sometido a la misma evolución que el resto de manifestaciones artísticas. En el Renacimiento, por ejemplo, se usaron planchas de hierro para ornamentar las cubiertas usando una sola pieza. Al contrario de lo que pasa durante el Barroco, cuando tuvieron plena vigencia los ornamentos por doquier: se usaban hierros que imitaban diversas formas y ornamentos. La encuadernación es recargadísima, con hierros pequeños que se prestan a todo tipo de composiciones. Y así van surgiendo diversos estilos, que tienden a simplificar el decorado a medida que pasa el tiempo. En el periodo neoclásico, por ejemplo, las encuadernaciones se enriquecen y simplifican al mismo tiempo: las tapas se decoran con orlas, los florones y rocallas se sustituyen por motivos clásicos grecorromanos, y la estructura de la decoración se concentra en los lomos, que se ornamentan con hierros sueltos.

Posteriormente, el estilo modernista se crean las encuadernaciones interpretativas, donde aparecen representados motivos alusivos al contenido del texto. Finalmente, el trabajo se hace más sencillo y  la decoración termina por circunscribirse al lomo. En éste estilo destacan los anagramas estilizados y los dibujos neogóticos.

La encuadernación estuvo sometida a la misma evolución que el resto de las manifestaciones artísticas. En Europa se sucedieron las cubiertas góticas, mudéjares, renacentistas, barrocas, neoclásicas, románticas, etc. A menudo, dichos estilos convivían durante un tiempo, aunque en realidad cada taller de imprenta y/o encuadernador imprimía a sus trabajos un distintivo propio. De este modo, se pone de manifiesto que la encuadernación puede ser mucho más que un simple elemento protector de los libros, convirtiéndose en auténticas obras de arte.

 

Un encuadernador de tomo y lomo

Un encuadernador en acción
Encuadernador en acción

El quehacer de un encuadernador es un oficio noble, porque trabaja en forma artesanal confiriéndole particularidades especiales y únicas a cada obra. Un libro encuadernado es un trabajo costoso, porque la labor es completamente manual, no hay procesos industrializados. Además, se usan materiales como pieles, cueros, hilos e incluso -cuando el libro es muy fino- oro para el canto de las hojas y joyas para adornar la tapa.

Juan Zafrilla -de quien encontré una simpática entrevista en un medio español- es un destacado encuadernador español con más de 40 años en el oficio, quien  señala: « la encuadernación no puede hacerse sin ton ni son, ya que los libros encuadernados son piezas únicas, por lo que hay que hacer una creación que vaya con el texto, por lo que primero, hay que conocer el texto para adecuar la encuadernación». Y luego añade: «lo más importante son las manos, la piel y a encuadernar, a meterle mano a los dibujos, dorar, y pulso fino, que aún tengo, hace falta también tener un poco de gusto, es como todo, empiezas y vas adquiriendo el oficio y con los años vas tomando cierta veteranía, incluso, he concursado en varios certámenes y he sido premiado, tengo mis diplomas».

Carlos Rey, otro afamado encuadernador español, entrega en su blog toda su experiencia y motivación en este oficio. Emocionado, señala «Vas deshilvanando el secreto de las grandes obras, lees todo lo que cae en tus manos sobre el libro: la encuadernación, restauración, el papel, la imprenta, llegando a tener y disfrutar de una buena biblioteca». Y si de encuadernadores reconocidos se trata, es imposible no nombrar a Emilio Brugalla, famoso «dorador» (especialista en decorar con oro el canto de los libros) a mano, orfebre y bibliófilo. Gracias a su trabajo con la editorial Subirana, se especializó en encuadernar libros religiosos llegando a crear toda una sección de libros artísticos. Finalmente, en 1931 crea su propio taller, a la vez que empieza su afán divulgativo que lo llevará a dar numerosas conferencias a lo largo del planeta y a escribir varios libros sobre el arte de la encuadernación.

Brugalla concibe sus encuadernaciones como obras de arte, cuidando todos sus detalles, esmerándose para que el paso de los años no degrade la calidad de la piel, que el peso del libro no lo desencaje por el lomo, que la obertura del libro sea suave, dulce y sin estorbos… En definitiva, encuadernaciones insólitas que estamos seguros le harán cambiar de opinión si piensa que el valor de un libro reside sólo en su interior.

 

Rústica, acaballada, de lujo….¿qué tipo de encuadernación prefieres?

Costura "diente de perro"
Costura «diente de perro»

Es así como nacen diversos tipos de encuadernaciones:  manual, rústica, cartoné, térmica, en piel, en espiral, alzada, acaballada, con taladro, etc. Sin olvidar la encuadernación heráldica, que poseen como elemento decorativo central o predominante un escudo de armas, emblemas u otros motivos armoriales que identifican al autor, al propietario o al mecenas del libro.

Las técnicas también son disímiles, así como los materiales. Éstos conforman otro mundo vasto y encantador: cueros, terciopelos, sellos, joyas. Entre los instrumentos está el telar, cuerdas, hilos de lino, agujas de guarnicionero, plegaderas, martillo, reglas, punzones, hebillas. Estos materiales dependen del tipo de encuadernación que se realice.

«En la variedad está el gusto», parece ser la tónica a la hora de hablar de las distintas variantes de la encuadernación. Sin embargo, lo que siempre  prevalece es el afán de proteger el conocimiento y el saber escrito por el hombre.

 

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Eventos y actividades

Fiesta de los Lectores en la FIL de Guadalajara

Vista del acceso principal a la FIL
Vista de una de las entradas  a la FIL

Ciertamente las ferias de libros -además de ser muy entretenidas- concitan mucho de interés de parte de diversos actores: bibliotecarios, escritores, editores, libreros, distribuidores, ilustradores, promotores  y mediadores de lectura, organismos culturales y educativos. La lista suma y sigue. Es que son muchos los intereses que hay alrededor de estos eventos: no sólo es mostrar la producción editorial de un país o continente. También se genera un polo de negocios y vínculos comerciales que difícilmente se logra en otras instancias.

En ese sentido, la Feria internacional del libro de Guadalajara (FIL)  es uno de los eventos anuales más importantes en Hispanoamérica,  la segunda en términos de presencia editorial después de Feria del Libro de Fráncfort y segunda, también,  en términos de público después de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Los objetivos de esta feria -que cumple 25 años de trayectoria-  van desde  lograr que los profesionales del libro y expositores asistentes encuentren un ambiente de negocios óptimo, llegar a un público lector ávido de conocer a autores clásicos y nuevos,  adquirir las novedades más recientes del mercado y en general presentar la producción cultural asociada a la industria del libro. Nuestro país hace eco de ello, en parte porque es invitado de honor este año, y también porque  el mercado editorial nacional necesita posicionarse en el extranjero. La competencia es ardua, y no sólo considera aspectos como lectura en impreso o en digital. También hay aspectos relacionados con una industria en Chile que está alicaída y que necesita generar más atención para aumentar su margen de ventas, ser más competitiva y, en lo posible, exportar a mercados extranjeros que son más potentes, como es el caso de España, México y Argentina. Es por ello que la Dirección de Promoción de Exportaciones  Pro Chile -organismo Gubernamental que apoya la exportación nacional- apoyó fuertemente a la delegación chilena.

#somoslectores Hastag de la FIL
#somoslectores Hastag de la FIL

Y es que la semana pasada el aeropuerto de Santiago debe haberse visto con una horda de compatriotas viajando a Guadalajara. Partió una delegación oficial de 300 personas con camas y petacas para representar a Chile. A ellos se sumaron otros interesados que quisieron estar presentes. Fue así como  editores,  ilustradores (La FILtiene un programa especial para ellos) y escritores que no estuvieron en la  comitiva oficial  decidieron asistir por iniciativa personal con el fin de dar a conocer su trabajo en otras latitudes. Este es el caso de  Quilombo Ediciones, Cuatro Propio,  la Galería Plop, Pehuén Editores, LOM.  También hay editoriales académicas, como es el caso de Ediciones UTM, Ediciones Arq. de la PUC y otras que han  querido promocionar la edición técnica y universitaria.

En este contexto, lleno de ansias y expectación por lucir la producción editorial, Chile se presenta  con todo una plataforma artística:  grupos musicales como Los Bunkers y Los Jaivas -quienes actuaron en la inauguración de la FIL- así como   una delegación de actores  ya que se contempla la presentación de dos obras chilenas coproducidas por la Fundación Teatro a Mil: Villa+Discursoaplaudido trabajo del dramaturgo Guillermo Calderón que se estrenó en Santiago a Mil 2011 y Cristo de la Compañía Teatro de Chile.

 

El stand de Chile
cc: Más deco La Tercera
cc: Más deco La Tercera

Chile se afanó con arquitectos y diseñadores en montar un pabellón de  914 m²  de superficie a la altura de las circunstancias. Fue así como creo una casa de madera, una casa abierta que permitiese mostrar en plenitud toda su riqueza literaria. A este respecto la arquitecta de la agencia que se hizo cargo del proyecto, Magdalena Moreno, señaló que «nuestro stand es un poema porque es una casa abierta. Esta casa demuestra dónde está su cultura de Chile en este momento».

El diseño de su pabellón dentro de la feria, el cual fue planteado como una gran casa abierta en la que el visitante pudiese sentir el calor de hogar y al mismo tiempo como si estuviera en una gran librería moderna y minimalista. Los responsables de este vistoso stand y de su concepto, basado en un enorme deck de madera y mobiliario de paso, son la agencia DAW, Diseño y Arquitectura. La revista Más Deco publicó un reportaje especialmente dedicado a este tema, en el que Macarena Aguilar, directora de la Agencia, comenta «El concepto principal fue el de una gran «casa abierta», un lugar que congregara a los visitantes a conocer el capital cultural de nuestro país. Además, quisimos darles protagonismo a los libros al utilizarlos como una piel transitoria que aporta colorido al interior con los

cc: Mas Deco, La Tercera
cc: Mas Deco, La Tercera

lomos y blanco al exterior con el papel». Respecto a las razones que los llevaron a escoger este diseño Aguilar especifica: «La apuesta está enfocada en el lector, organizando la muestra por temas y no necesariamente por editoriales. Desde esta concepción, se trabajó el pabellón como una gran librería abierta. Nuestro diseño nace desde las personas, desde cómo el visitante se aproximaría y experimentaría el espacio cultural de Chile.». El diseño incluye un  auditorum que funciona como espacio informal de lectura.

 

Éxito para Chile

El stand de Chile ha tenido un éxito sin precedentes durante el primer fin de semana de la FIL
El stand de Chile ha tenido un éxito sin precedentes durante el primer fin de semana de la FIL

 

Han pasado escasos 4 días de haber abierto su  stand, y Chile ya se vislumbraba como uno de los imperdibles del importante evento literario. Y cómo no, si apenas se abrieron las puertas, los asistentes ingresaron en masa al pabellón para conocer los títulos de los autores nacionales. Éste cuenta con 21 mil libros a disposición, en diferentes ramas y pertenecientes a ochenta editoriales que causaron sensación entre el público y la prensa acreditada presente en la jornada inaugural.

Si le interesa seguir paso a paso as actividades de la FIL, le sugerimos su página en Facebook

 

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Book Lovers

Johnny Depp: su faceta desconocida como bibliófilo y editor

El actor estadounidense Johnny Depp ha decidido unir a su trabajo al de editor. El artista ha anunciado que se ha asociado con el gigante editorial HarperCollins Publishers para lanzar su propio sello literario, Infinitum Nihil, con el que empezará a publicar obras el próximo año.

Infinitum Nihil, nombre también de la productora cinematográfica de Depp, se estrenará con House of Earth (Casa de la Tierra), novela de fuerte contenido social  escrito por el fallecido cantante de música folk Woody Guthrie. Guthrie terminó el libro en 1947 pero nunca intentó publicarlo y el manuscrito permaneció en sus archivos. El libro se desarrolla en el norte de Texas en la década de los años 30 en medio de una lucha entre particulares, bancos e intereses corporativos. La editorial anunció que lanzará este primer libro al mercado en enero del 2013, y para el 2015 ya prevé poner a la venta otro de sus grandes proyectos, The Unraveled Tales of Bob Dylan (Las Historias no reveladas de Bob Dylan)  escrita por Douglas Brinkley. La obra es una recopilación de artículos y entrevistas realizadas al artista.

«Prometo, en nombre de Infinitum Nihil, que haremos todo lo que podamos para presentar publicaciones que merezcan el tiempo de la gente, que conciernan a la gente. Publicaciones que normalmente no hubiesen visto la luz», explicó Johnny Depp.

Depp es también un gran aficionado a coleccionar libros, y  parece seguir los pasos del personaje que interpretó en La novena puerta dada su pasión por los libros. Al parecer el actor goza coleccionando varias ediciones de un mismo libro, y es aficionado a la poesía,  T.S. Elliot, de Rimbaud,  Baudelaire figuran entre sus favoritos. Las preferencias también incluyen al poeta galés Dylan Thomas o al maestro del terror, Edgar Allan Poe, de quien posee una primera edición de Cuentos de misterio e imaginación que fue la envidia de Vincent Price cuando ambos actores entablaron amistad en la época de  la filmación de la película Eduardo manos de tijeras.

Logotipo del sello editorial
Logotipo del sello editorial

Pero entre todos los autores que comparten su biblioteca, nadie le gusta tanto como los de la generación Beat y en especial su maestro, Jack Kerouac. Por él, Depp viajó hasta Lowell (Massachusetts, EEUU) para visitar la casa del autor de En el camino. Es tanta su afición a la obra de este escritor  y poeta norteamericano, que posee no solo algunas de sus cartas y manuscritos originales sino su última máquina de escribir.

Todo un coleccionista y bibliófilo ¿no? Esta vez el afamado actor tendrá oportunidad de sacar a relucir su creatividad bajo una nueva faceta.  Esperemos que su obra considere la traducción a otros idiomas, para poder juzgar su trabajo, esta vez como editor.

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Eventos y actividades

Los Libros se dan cita en Frankfurt

Vista panorámica de uno de sus pabellones
Vista panorámica de los pabellones de la feria

Entre Octubre y Diciembre se vienen tres grandes Ferias Internacionales del Libro: la FILSA, que tendrá lugar en Santiago a partir del 28 de octubre, la Feria Internacional de Guadalajara que comienza en Noviembre, y la Feria de Frankfurt. Siendo esta última la más cercana, ya que comienza el próximo miércoles 10 de octubre, quisiera contarles algunos detalles.

Frankfurt es la quinta ciudad más poblada de Alemania, y como tal es muy cosmopolita y abierta al comercio. Cada año, los organizadores de la feria invitan a un país a participar como huésped honorario en virtud de su historia literaria y su caudal cultural. El país invitado tiene la oportunidad de presentar su potencial editorial y literario, incluyendo además de sus letras, diferentes expresiones culturales, artísticas y científicas, así como sus riquezas naturales y su oferta industrial, comercial, turística y deportiva. En esta edición, el país invitado es Nueva Zelanda. Unos 60 autores y 100 artistas de esta país insular llevarán a Frankfort la literatura y la cultura bajo el lema “While you were sleeping” (Mientras dormías).

A través de un sistema de storytelling Nueva Zelanda mostrar+a su sistema
A través de un sistema de storytelling, en el pabellón de Nueva Zelanda, se muestra la relación del país con la literatura.

Por ello, la  atención del público se centrará en su pabellón destacado por su singular diseño arquitectónico: una isla debajo de un cielo estrellado sobre el que en grandes pantallas se realzarán las presentaciones de libros y actuaciones de autores y artistas neozelandeses mediante la proyección de impactantes imágenes y secuencias de filmes.

La Feria Internacional del Libro de Frankfurt (Frankfurter Buchmesse) es el evento más prestigioso en Europa para la industria editorial, dirigida a los operadores del sector, editores, distribuidores y agentes literarios. Fue creada en el 1949 por la Asociación de los Libreros Alemanes con el fin de ofrecer al mercado editorial, un momento de encuentro y de intercambio cultural.

Con la edición digital y el e-book se abre fuertemente el debate entre autores, editores, distribuidores y agentes. Es por esto que eventos como éste  adquieren una importancia fundamental: el público  es consciente de esto y de hecho el numero de visitantes es muy alto. Más de 300.000 visitantes, 7400 expositores de más de 100 países, 12.000 periodistas que atienden a los recintos feriales.

Esta feria tendrá una duración de 4 días, entre el 10 y el 14 de octubre, y entre los principales temas tratados en varias reuniones y conferencias de la edición 2012 de la Feria del Libro, la publicación digital y su relación con el mercado editorial, la publicación de los niños y los nuevos medios electrónicos, la creación de redes internacionales para apoyar a artistas jóvenes y nuevos editores.

Si le interesa conocer más detalles, le invitamos a ver un video:

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Columnas y artículos

¿Ratón de Librería?

Este artículo fue publicado originalmente en revista Caras
Este artículo fue publicado originalmente en revista Caras

Una librería no es sólo un lugar donde se venden libros. Hace rato que no. Debe ser, también, un espacio aparte, Un mundo nuevo, donde uno se esconde del ruido, del calor de la ciudad, y se sumerge en las fantasías de otros. Para pasarla mejor. ¿Mucho pedir?

Me lanzo a la calle y me siento turista mirando librerías. ¿Cuál será la mejor? ¿La más grande, la más exclusiva, la más taquillera? ¿La que tiene la mejor vitrina, mejor estante o mejor atención? Depende del gusto, por cierto, y yo prefiero ésas que permiten que uno se olvide del trajín exterior. Porque Santiago arde, aturde, sofoca.

Claro que nada de eso se nota en el Drugstore, la manzana con más libros por metro cuadrado de Chile y punto de partida de nuestro recorrido. En el segundo piso de la librería Takk, por ejemplo, encontramos un mundo paralelo, sicodélico, con peluches que resguardan los estantes repletos de títulos para niños, incluyendo a Oliver Jeffers y sus ilustraciones, bellezas como Perdido y encontrado, Cómo atrapar una estrella, El corazón y la botella. Asumamos: no hay que ser niño para leer a Jeffers y perderse en esas historias que tienen tanto de verdad como de melancolía. Aquí hay, además, un estante sólo para novela gráfica y un cómodo sillón para sentarse a hojear sin ser molestado. Abajo, el primer piso ofrece lo tradicional: las novedades literarias del mes y el que promete ser el best seller del verano según el librero: El prisionero del cielo, de Carlos Ruiz Zafón.

Más allá, en la Feria Chilena del Libro, el aire acondicionado está a full. El local fue remodelado hace poco, así que ahora tiene más estantes, menos mesones, y predomina el color negro. Pero el catálogo sigue siendo más o menos el mismo: en vitrina, los títulos que figuran en rankings, algunas novedades como Rumble —la novela de la dibujante de historietas Maitena Burundarena—, y un mesón completo de novela histórica, incluyendo a HHhH, de Laurent Binet, que mezcla hechos verídicos de la Segunda Guerra Mundial con el diario de investigación del autor. Pese a la diversidad, es imposible encontrar, por ejemplo, a Guadalupe Nettel, la prestigiosa autora mexicana (el librero no tiene idea). Ahí está el peor defecto de las cadenas de librerías: el profundo desconocimiento de la escena literaria, nacional y extranjera, por parte de los que atienden. Y Guadalupe Nettel no es una excentricidad, ha aparecido en diarios, revistas, en secciones de cultura. No espere una aventura: las librerías de cadenas no le darán sorpresas.

La librería Que Leo, en Providencia, destaca por el conocimiento y experiencia de quienes atienden. Fácil y certeramente pueden sugerir libros que ellos mismos han leído.
La librería Que Leo, en Providencia, destaca por el conocimiento y experiencia de quienes atienden. De forma muy certera pueden sugerir libros que ellos mismos han leído.

Qué Leo es distinto. En Providencia con Las Urbinas, que tiene la virtud del boliche de barrio: atendida por su propio dueño (o por gente que lo parece), aquí siempre es posible ver a Juan Carlos Fau orientando a ese hijo pródigo en que se ha convertido el cliente de librerías. No hay asco por el best seller, que convive de lo más bien con títulos más escogidos y con la producción de la casa, porque Qué Leo ya es una factoría con marca registrada. Convertidos en editorial —Los libros que leo—, Fau & Cía acaban de publicar Citas de cine, de la periodista Lídice Varas, un registro de frases para el bronce dichas por algún personaje de película. Aquí sí conocen a Guadalupe Nettel, pero no la tienen. “Nada de la mexicana”, dice Fau. Días antes de Navidad allí mismo pregunté por Christopher Hitchens, el ensayista británico. “Se murió, ¿sabías?”, me contestó, divertido y macabro, otro librero, calvo igual que Fau. “Por lo mismo se convirtió en mi regalo navideño ideal”, le insistí. Tenían dos títulos, Amor, pobreza y guerra, un libro de ensayos, y Hitch-22, sus memorias. Yo buscaba Dios no es bueno o Dios no existe, pero ambos estaban agotados. “No te preocupes”, me consoló el calvo, “él siempre llega a la misma conclusión”. Un hombre que sabe porque lee los libros que vende.

En Ulises y Nueva Altamira, buena parte de lo que hay es importado (por eso sus precios). En esta última, la mayoría del catálogo es Anagrama y encuentro, por fin, a Guadalupe Nettel con sus tres libros: El huésped, Pétalos y otras historias incómodas, y su última novela, El cuerpo en que nací. Ni aquí ni en Ulises hay mucho espacio como para que el lector se quede y haga su degustación solitaria, pero quien llega a estas librerías generalmente sabe lo que busca y sabe que lo encontrará.

Abajo, en el subsuelo, la reina sigue siendo Contrapunto, donde abundan los títulos de arte, diseño, publicidad. El lugar es bonito, confortable y tiene buen espacio para la lectura, pero el chileno todavía es tímido, le cuesta sentarse en el sillón a mirar libros sin compromiso de compra como lo hacen en Buenos Aires, donde antes de llevárselos para la casa la gente devora volúmenes completos (incluso algunos beben café, porque allá además del sillón tienen cafetería y pastelillos y tantos años que nos llevan de ventaja). Aquí, escondidos del ruido de la calle como si fuera un búnker con estilo, puede tomar alguno de los libros de Taschen (como 1000 Record Covers) y dar gracias por perder el tiempo.
Mi paseo de turista continúa por el centro de Santiago, donde el circuito de librerías se renovó en 2011. Si uno visita el GAM después de haber conocido el Edificio Diego Portales, es irremediable pensar que el incendio que consumió el lugar fue lo mejor que le pudo haber pasado..

Interior de la Librería LEA+, en el GAM
Interior de la Librería LEA+, en el GAM

El GAM es un privilegio y la librería LEA+, que aloja aquí con un catálogo exclusivamente nacional: es posible encontrar ediciones descontinuadas, últimas copias de libros que nunca más se distribuyeron. Esta librería goza de la buena salud de un lugar nuevo; han tenido la consideración de disponer sillas y mesas para que el lector repose y lea.
Apenas unas cuadras más allá, en el barrio Lastarria, conviven las librerías con las tiendas y los restoranes del nuevo-viejo barrio de moda. Lo nuevo: la librería Ulises abrió una sucursal elegante, con un espejo en el techo que multiplica la sensación de estar rodeado de obras. Bonito lugar que recoge la tendencia de las librerías nuevas, con una gran mesa redonda para que los lectores tomen, revisen, le pierdan el miedo a tocar los libros antes de comprarlos. Me topo con un grupo de extranjeros que hace un city tour por Santiago. Habría que recomendarles Formas de volver a casa, de Alejandro Zambra, esa novela ochentera que es lo mejor que ha escrito el autor y que permite entender tanto del Chile reciente. Otra buena noticia para el barrio y para Ulises: la atención es buena. Nunca hay que asumirlo como obviedad.

El espacio y la infraestructura juegan un rol importante en la librería Ulises, de barrio Lastarria
El espacio y la infraestructura juegan un rol importante en la librería Ulises, de barrio Lastarria

Casi al frente está Refundar Alejandría, local pequeño donde abundan la filosofía, el ensayo, los libros sobre sexualidad. La remodelaron también el año pasado. Ocuparon bien el espacio y la madera de sus estantes hace de éste un sitio perfecto para bucear entre páginas.

La reina del barrio sigue siendo Metales Pesados, con esa buena costumbre de contar con su dueño allí, leyendo, dispuesto a orientar. Es un lujo especialmente porque trae a Chile títulos de pequeñas editoriales españolas y mexicanas. Ahí está la mano de Sergio Parra, lo que asegura que encontraremos lo que no se pilla en ningún otro lado.
En Merced, en el corazón del barrio, cerca del Teatro La Comedia y de las tiendas de ropa, sobrevive El Cid, con sus libros usados donde con suerte y empeño es posible encontrar joyitas: la primera y única edición de McOndo, de la dupla Fuguet/Gómez, el perfil que le hizo Tito Mundt a Charles de Gaulle y una edición muy antigua de El juguete rabioso, de Roberto Arlt. El mundo se detuvo en estos mesones.
El fin de viaje es otra sucursal de la Feria Chilena del Libro, que hace una gran apuesta al trasladar unas cuadras el local que por años tuvo en Huérfanos. Tiene más estantes y menos mesones, un espacio amplio donde dispusieron mesas y sillas y hasta un sillón para los clientes-lectores. Eso sí, el catálogo es el mismo, con algunos pecados: libros como Alexis. El camino de un crack, entre los más vendidos de no ficción, estaba ubicado en una estantería altísima, imposible de acceder sin escalera. Son detalles como esos los que le restan puntos para obtener el cetro a la mejor librería. ¿Quién se queda con el título? Haga su tour y juzgue.

Artículo publicado originalmente por Marcela Escobar en la Revista Caras