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Autogestión y Redes de Trabajo

 

«Aquellos que han tenido más éxito en la historia de la humanidad (Napoleón, Da Vinci, Mozart) siempre han sabido manejarse a sí mismos: siempre han ejercido autogestión«

 

Panel sobre estrategias de comunicación en bibliotecas diversas: escolar, universitaria, pública y especializada
Durante el seminario hubo un panel sobre estrategias de comunicación en bibliotecas diversas: escolar, universitaria, pública y especializada

La frase fue acuñada por Peter Drucker  y se publicó el año 2005 en uno de los números de la revista Harvard Business Review. Es difícil autogestionarse y de paso «marketearse» para vender aquello que uno hace, especialmente si no ha habido formación y experiencia. Y se hace un poco más complicado aún si  se ofrece un servicio intangible, como en el caso  de las bibliotecas. Sin duda esto da pie a varios cuestionamientos, algunos de los cuales traté de resolver  el pasado lunes 27 como panelista en un seminario en el GAM  llamado «Estrategias Comunicacionales para Bibliotecas»  a la que fui invitada de parte del Sistema de Bibliotecas de la Universidad del Pacífico, entidad organizadora del evento.

El tema va más allá de la gestión, del marketing, de elementos asociados a la publicidad, la difusión y a las comunicaciones. Hay abundante bibliografía que nos pueden enseñar a delinear e ir desarrollando un plan de comunicaciones y una estrategia. Sin embargo, creo hay una estrategia infalible e ineludible en cuanto a comunicar al medio, los usuarios y los lectores: Definir en concreto quién soy,  y qué lugar ocupo dentro del medio en el que me desenvuelvo.

El planteamiento suena existencialista, y quizás no esté lejos de eso. Pero si no tengo claro que tipo de bibliotecario, gestor cultural, encargado o asistente de biblioteca soy, ¿de qué forma me comunicaré?. Claramente  las funciones son ligeramente similares en los puestos de trabajo, sin embargo la impronta y el estilo es personal es distinto. Lo mismo pasa con las bibliotecas, centros de documentación, archivos y cuanto lugar de trabajo haya relacionado con la lectura, la educación y la cultura. Cada uno tiene lo suyo.

Por ejemplo, en Chile hay alrededor de 438 bibliotecas públicas, y les aseguro que ninguna es igual a la otra, y no sólo por el aspecto geográfico o por el tipo de gente que las visita.  Hay una mezcla entre los usuarios, el personal que trabaja allí, la «onda» del lugar y varios aspectos subjetivos que hacen que ese lugar sea único e irrepetible. Desde ahí, desde ese entendimiento se pueden desarrollar proyectos que tengan más significancia y sentido de pertenencia para quienes se desenvuelven en él. Otra ventaja de detectar claramente el sello es que al estar frente a un tercero para conversar, informar y/o dar a conocer su trabajo en pos de formar una futura red, éste observará un gran convencimiento y seguridad.

Casi 150 personas llenaron la sala de BiblioGAM, espacio muy atractivo y cómodo para realizar estos eventos.
Casi 150 personas llenaron la sala de BiblioGAM, espacio muy atractivo y cómodo para realizar estos eventos.

Por eso, lo primero es determinar en qué tipo de lugar se desempeña y qué tipo de bibliotecario es. Para eso hay algunas preguntas claves:

  • ¿Qué diferencia mi trabajo del que ejercen mis colegas?
  • ¿Qué me interesa en particular lograr en esta biblioteca? y ¿Qué me interesa a nivel personal?
  • Si quisiera reconocimiento o valía de parte de los usuarios, ¿en qué me gustaría que se fijaran respecto a mí? ¿Con qué me gustaría que me asociaran?  Puede ser incluso por un detalle que a veces parece nimio o banal: por su vestimenta o aspecto físico. (al respecto me permito una breve anécdota: hace un año, conversando con una bibliotecaria escolar de un colegio en Finlandia, me señalaba que siempre usaba lápiz labial para atender en la biblioteca porque los niños y jóvenes debían verla rozagante y con buena cara para que tuviesen ganas de volver)
  • ¿Por qué me interesa -realmente- aprender a mejorar mis habilidades para comunicarme estratégicamente?
Es importante que eso esté claro, de otra forma cualquier plan que emprenda por comunicar su trabajo no tendrá sentido pues no sabrá qué es lo que exactamente quiere comunicar y adonde se dirige.

Luego están – y suena de perogrullo-  los infantables objetivos. Determine para qué quiere mejorar la estrategia comunicacional de su unidad o proyecto personal. Acá van algunos ejemplos que corresponden a proyectos de diferentes tipos de bibliotecas (universitaria, escolar, especializada, etc.):

  • Potenciar el rol de la biblioteca, transformándola en un Centro de Recurso para el Aprendizaje, ofreciendo una oferta variada de información con un enfoque tecnológico, desarrollando habilidades informacionales en los usuarios. Ver más información
  • Desarrollar el gusto, el hábito y las habilidades de lectura en toda la comunidad educativa. Ver más información.
  •  Convertir a las bibliotecas escolares en centros de recursos de aprendizaje abiertos y de fácil acceso para la comunidad educativa. Ver más información.
  • Acercar la lectura a zonas alejadas, principalmente rurales, que no cuentan con otros servicios de préstamos de libros. Ver más información.
  • Conocer e interpretar diferentes tipos de textos. Ver artículo al respecto.
  • Contribuir al fomento lector y escritor, siendo un actor destacado en la promoción de la lectura y escritura. Ver más información
  • Implementar un modelo formal de participación comunitaria, que permita apoyar la gestión de la biblioteca.Ver más información

En tercer lugar, determine si hay algunos grupos de usuarios a quienes desee mandarle un mensaje distinto, sectorícelos de acuerdo a sus características. Piense qué los diferencia. En una biblioteca escolar, por ejemplo, claramente los estudiantes se diferencian por curso. Pero si uno va más allá pueden diferenciarse por los que van a la biblioteca y aquellos que no. Y entre los que van se pueden diferenciar por el uso que le dan a este servicio: algunos pueden ir sólo a jugar o usar el computador, otros a buscar libros para hacer tareas, otros a buscar libros porque les gusta leer. Determine qué diferencia a sus usuarios y busque los patrones de conducta que hay en ello.

Casi al fin de la jornada hubo algunos regalos para los asistentes: libros y el premio mayor: un Kindle
Casi al fin de la jornada hubo algunos regalos para los asistentes: libros ad-hoc al tema del seminario y el gran premio final: un Kindle
La autogestión no se remite solamente al trabajo de un equipo, también una persona puede autogestionarse de forma tal de desarrollar sus metas personales en función de quién es, qué le interesa y de qué forma quiere vincularse con su medio. De esa forma podrá buscar formas de financiamiento ya que es el medio el que alimenta de ideas, contactos y nexos para ver distintas alternativas para mantener en pie y desarrollar el proyecto o propuesta de trabajo.  El tema del financiamiento es de suma importancia y se presta para un futuro post. Por ahora, abocándonos a las redes de trabajo que devienen de la autogestión debo señalar que éstas no se pueden si no hay una base de trabajo que presentar a la contraparte con quien se quiere establecer el nexo. Y ese «algo» hable de usted y de su línea de desarrollo.  Como se señalaba anteriormente, el análisis de quién soy (a nivel de emprendedor personal, grupal o institucional) va en la línea de preguntarse cosas tan simples como: ¿A quién pueden interesarle mis ventajas competitivas?; ¿Qué propuestas puedo hacer?. y de ese cuestionamiento interno surge el que se contraresta con el externo: ¿Qué tiene el  medio que me interese?; ¿Estoy al tanto de lo que pasa y de la forma como se desarrolla mi área de trabajo en mi país y  el extranjero?

Naturalmente la autogestión debe ir acompañada de la constante lectura y revisión de fuentes (pueden ser sitios web, blogs, revistas, libros técnicos, etc) que nos mantengan al día en lo que nos interesa. Sabemos que todos los días el conocimiento se renueva, y en materia de gestión de información, también de lectura y bibliotecas están pasando muchas cosas en Chile y el mundo, por lo tanto una condición para la autogestión es estar informado. Existen varias herramientas para ello, personalmente uso y recomiendo el servicio de alertas de google lo cual más tarde optimicé gracias a google reader que me permite estar ordenada en cuanto a lo que me interesa. También utilizo pocket  como reservar la lectura de sitios web, dropbox para trabajar en equipo y  los últimos meses me he obsesionado con Evernote, una aplicación que uso para recordar todo  lo que tengo que hacer y mantener en mi memoria. Todas las  he ido descubriendo por necesidad, con el paso de tiempo.

Las redes de trabajo se asocian con múltiples conceptos.
Las redes de trabajo se asocian con múltiples conceptos.
Una red de trabajo no es una alianza ni un convenio. Por lo general éstos son más acotados, se ciñen a parámetros establecidos por las partes. La red de trabajo es un plan a largo plazo, implica estrecharse las manos con su contraparte y comprometerse a que se desarrollará un trabajo conjunto en alguna(s) área(s) que los comprometan, y que tambien se colaborará en otras en las que quizás no haya vinculación directa.  Tras establecer una red tiene que haber un cultivo permanente y estar siempre atento: el otro debe sentir que usted está cerca aunque no necesariamente estén reuniéndose o hablando en forma frecuente.
Cabe hacer notar que hay que invertir tiempo, creatividad y esfuerzos en formar redes de trabajo. Por ello, hay que pensar a largo plazo, siempre. A corto plazo puede que no se vea tanta conveniencia o provecho, por eso el fin último no debe perderse de vista. Y si no está dispuesto a que a veces hay que ceder, negociar o quedar en segundo plano,  entonces es mejor que no arme redes de trabajo.
La presentación completa de esta charla se realizó el lunes 27 de agosto en el Centro Cultural GAM en el marco del Seminario de Estrategias Comunicacionales para Bibliotecas Puede descargar la presentación en PDF, haciendo click aquí.

 

 

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¿Ratón de Librería?

Este artículo fue publicado originalmente en revista Caras
Este artículo fue publicado originalmente en revista Caras

Una librería no es sólo un lugar donde se venden libros. Hace rato que no. Debe ser, también, un espacio aparte, Un mundo nuevo, donde uno se esconde del ruido, del calor de la ciudad, y se sumerge en las fantasías de otros. Para pasarla mejor. ¿Mucho pedir?

Me lanzo a la calle y me siento turista mirando librerías. ¿Cuál será la mejor? ¿La más grande, la más exclusiva, la más taquillera? ¿La que tiene la mejor vitrina, mejor estante o mejor atención? Depende del gusto, por cierto, y yo prefiero ésas que permiten que uno se olvide del trajín exterior. Porque Santiago arde, aturde, sofoca.

Claro que nada de eso se nota en el Drugstore, la manzana con más libros por metro cuadrado de Chile y punto de partida de nuestro recorrido. En el segundo piso de la librería Takk, por ejemplo, encontramos un mundo paralelo, sicodélico, con peluches que resguardan los estantes repletos de títulos para niños, incluyendo a Oliver Jeffers y sus ilustraciones, bellezas como Perdido y encontrado, Cómo atrapar una estrella, El corazón y la botella. Asumamos: no hay que ser niño para leer a Jeffers y perderse en esas historias que tienen tanto de verdad como de melancolía. Aquí hay, además, un estante sólo para novela gráfica y un cómodo sillón para sentarse a hojear sin ser molestado. Abajo, el primer piso ofrece lo tradicional: las novedades literarias del mes y el que promete ser el best seller del verano según el librero: El prisionero del cielo, de Carlos Ruiz Zafón.

Más allá, en la Feria Chilena del Libro, el aire acondicionado está a full. El local fue remodelado hace poco, así que ahora tiene más estantes, menos mesones, y predomina el color negro. Pero el catálogo sigue siendo más o menos el mismo: en vitrina, los títulos que figuran en rankings, algunas novedades como Rumble —la novela de la dibujante de historietas Maitena Burundarena—, y un mesón completo de novela histórica, incluyendo a HHhH, de Laurent Binet, que mezcla hechos verídicos de la Segunda Guerra Mundial con el diario de investigación del autor. Pese a la diversidad, es imposible encontrar, por ejemplo, a Guadalupe Nettel, la prestigiosa autora mexicana (el librero no tiene idea). Ahí está el peor defecto de las cadenas de librerías: el profundo desconocimiento de la escena literaria, nacional y extranjera, por parte de los que atienden. Y Guadalupe Nettel no es una excentricidad, ha aparecido en diarios, revistas, en secciones de cultura. No espere una aventura: las librerías de cadenas no le darán sorpresas.

La librería Que Leo, en Providencia, destaca por el conocimiento y experiencia de quienes atienden. Fácil y certeramente pueden sugerir libros que ellos mismos han leído.
La librería Que Leo, en Providencia, destaca por el conocimiento y experiencia de quienes atienden. De forma muy certera pueden sugerir libros que ellos mismos han leído.

Qué Leo es distinto. En Providencia con Las Urbinas, que tiene la virtud del boliche de barrio: atendida por su propio dueño (o por gente que lo parece), aquí siempre es posible ver a Juan Carlos Fau orientando a ese hijo pródigo en que se ha convertido el cliente de librerías. No hay asco por el best seller, que convive de lo más bien con títulos más escogidos y con la producción de la casa, porque Qué Leo ya es una factoría con marca registrada. Convertidos en editorial —Los libros que leo—, Fau & Cía acaban de publicar Citas de cine, de la periodista Lídice Varas, un registro de frases para el bronce dichas por algún personaje de película. Aquí sí conocen a Guadalupe Nettel, pero no la tienen. “Nada de la mexicana”, dice Fau. Días antes de Navidad allí mismo pregunté por Christopher Hitchens, el ensayista británico. “Se murió, ¿sabías?”, me contestó, divertido y macabro, otro librero, calvo igual que Fau. “Por lo mismo se convirtió en mi regalo navideño ideal”, le insistí. Tenían dos títulos, Amor, pobreza y guerra, un libro de ensayos, y Hitch-22, sus memorias. Yo buscaba Dios no es bueno o Dios no existe, pero ambos estaban agotados. “No te preocupes”, me consoló el calvo, “él siempre llega a la misma conclusión”. Un hombre que sabe porque lee los libros que vende.

En Ulises y Nueva Altamira, buena parte de lo que hay es importado (por eso sus precios). En esta última, la mayoría del catálogo es Anagrama y encuentro, por fin, a Guadalupe Nettel con sus tres libros: El huésped, Pétalos y otras historias incómodas, y su última novela, El cuerpo en que nací. Ni aquí ni en Ulises hay mucho espacio como para que el lector se quede y haga su degustación solitaria, pero quien llega a estas librerías generalmente sabe lo que busca y sabe que lo encontrará.

Abajo, en el subsuelo, la reina sigue siendo Contrapunto, donde abundan los títulos de arte, diseño, publicidad. El lugar es bonito, confortable y tiene buen espacio para la lectura, pero el chileno todavía es tímido, le cuesta sentarse en el sillón a mirar libros sin compromiso de compra como lo hacen en Buenos Aires, donde antes de llevárselos para la casa la gente devora volúmenes completos (incluso algunos beben café, porque allá además del sillón tienen cafetería y pastelillos y tantos años que nos llevan de ventaja). Aquí, escondidos del ruido de la calle como si fuera un búnker con estilo, puede tomar alguno de los libros de Taschen (como 1000 Record Covers) y dar gracias por perder el tiempo.
Mi paseo de turista continúa por el centro de Santiago, donde el circuito de librerías se renovó en 2011. Si uno visita el GAM después de haber conocido el Edificio Diego Portales, es irremediable pensar que el incendio que consumió el lugar fue lo mejor que le pudo haber pasado..

Interior de la Librería LEA+, en el GAM
Interior de la Librería LEA+, en el GAM

El GAM es un privilegio y la librería LEA+, que aloja aquí con un catálogo exclusivamente nacional: es posible encontrar ediciones descontinuadas, últimas copias de libros que nunca más se distribuyeron. Esta librería goza de la buena salud de un lugar nuevo; han tenido la consideración de disponer sillas y mesas para que el lector repose y lea.
Apenas unas cuadras más allá, en el barrio Lastarria, conviven las librerías con las tiendas y los restoranes del nuevo-viejo barrio de moda. Lo nuevo: la librería Ulises abrió una sucursal elegante, con un espejo en el techo que multiplica la sensación de estar rodeado de obras. Bonito lugar que recoge la tendencia de las librerías nuevas, con una gran mesa redonda para que los lectores tomen, revisen, le pierdan el miedo a tocar los libros antes de comprarlos. Me topo con un grupo de extranjeros que hace un city tour por Santiago. Habría que recomendarles Formas de volver a casa, de Alejandro Zambra, esa novela ochentera que es lo mejor que ha escrito el autor y que permite entender tanto del Chile reciente. Otra buena noticia para el barrio y para Ulises: la atención es buena. Nunca hay que asumirlo como obviedad.

El espacio y la infraestructura juegan un rol importante en la librería Ulises, de barrio Lastarria
El espacio y la infraestructura juegan un rol importante en la librería Ulises, de barrio Lastarria

Casi al frente está Refundar Alejandría, local pequeño donde abundan la filosofía, el ensayo, los libros sobre sexualidad. La remodelaron también el año pasado. Ocuparon bien el espacio y la madera de sus estantes hace de éste un sitio perfecto para bucear entre páginas.

La reina del barrio sigue siendo Metales Pesados, con esa buena costumbre de contar con su dueño allí, leyendo, dispuesto a orientar. Es un lujo especialmente porque trae a Chile títulos de pequeñas editoriales españolas y mexicanas. Ahí está la mano de Sergio Parra, lo que asegura que encontraremos lo que no se pilla en ningún otro lado.
En Merced, en el corazón del barrio, cerca del Teatro La Comedia y de las tiendas de ropa, sobrevive El Cid, con sus libros usados donde con suerte y empeño es posible encontrar joyitas: la primera y única edición de McOndo, de la dupla Fuguet/Gómez, el perfil que le hizo Tito Mundt a Charles de Gaulle y una edición muy antigua de El juguete rabioso, de Roberto Arlt. El mundo se detuvo en estos mesones.
El fin de viaje es otra sucursal de la Feria Chilena del Libro, que hace una gran apuesta al trasladar unas cuadras el local que por años tuvo en Huérfanos. Tiene más estantes y menos mesones, un espacio amplio donde dispusieron mesas y sillas y hasta un sillón para los clientes-lectores. Eso sí, el catálogo es el mismo, con algunos pecados: libros como Alexis. El camino de un crack, entre los más vendidos de no ficción, estaba ubicado en una estantería altísima, imposible de acceder sin escalera. Son detalles como esos los que le restan puntos para obtener el cetro a la mejor librería. ¿Quién se queda con el título? Haga su tour y juzgue.

Artículo publicado originalmente por Marcela Escobar en la Revista Caras 

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Jóvenes y lectores

La música, los libros y el cine pueden ser grandes placeres para los jóvenes
La música, los libros y el cine pueden ser grandes placeres para los jóvenes

Sí, aunque usted no lo crea los jóvenes y adolescentes leen y mucho más de lo que se piensa. Comúnmente creemos lo contrario porque los estudios hablan de los bajos índices de lectura en la prueba PISA, en el SIMCE y en otras mediciones de esa índole. Claro, la competencia contra el libro es dura: pensamos que  el celular, la Wii, juegos de diversos tipos, internet, el chat, y otros distractores que  atentan contra el interés de los jóvenes por el libro. Pero en toda época y lugar, el libro ha sabido acomodarse a otros medios y plataformas: la radio, la televisión,  el cine,  los primeros juegos atari  y nintendo.  La lista de distractores y «embelecos» es larga. Pero, hay varias cosas a favor de la permanencia del libro en  manos juveniles. De muestra, un botón:

  1. Los jóvenes saben lo que les gusta, tiene claros sus intereses estilísticos, musicales, visuales, temáticos en general. Por eso tienen una mediana idea respecto a que temas de lectura les atrae, y no se dejan llevar por cualquier libro que pongan en sus manos. Primero tienen que sentirse atraídos por la trama para dejarse llevar por sus páginas.
  2. Les gusta compartir y conversar entre ellos de las cosas que hacen, lo que les interesa y lo que no les atrae tanto. El  estudio realizado en Bibliotecas públicas por un equipo de bibliotecarias liderado por Flor Toledo , titulado «El placer de la lectura.  Hábitos e intereses de niñas, niños y jóvenes entre 10 y 18 años»  revela  que los amigos son los primeros «líderes de opinión» de los jóvenes y las personas a quienes más validan a la hora de determinar que ropa usar, que música escuchar, que lugares visitar, y también qué leer.
  3. Tienen muchas inquietudes emocionales, las cuales no siempre saben como resolver. A veces no pueden expresarlas verbalmente, por lo que prefieren identificarse en la letra de una canción, a través de unos párrafos que escriben en su cuaderno, o en un personaje de alguna novela o un cuento. Muchas veces  la identificación con ciertas cualidades o historias de los personajes son un fuerte elemento motivador para leer. Sin duda recuerdan el fenómeno que se produjo con la saga «Crepúsculo» de la escritora  Stephenie Meyer. Miles de ejemplares fueron leídos por interesados adolescentes.

El problema es que los que estamos de la otra vereda -los adultos- hemos cometido varios errores al relacionar la lectura con niños y jóvenes. No nos sentimos satisfechos con darles a leer un libro por obligación para la prueba de lenguaje, sino que también nos arrogamos el derecho de creer qué es lo correcto a la hora de leer. ¿Leer es sólo lectura lineal de una novela? ¿Leo sólo cuando tengo un libro entre mis manos? Y si leo  material técnico, ¿no estoy remitiéndome  acto de leer, también?. Hay muchas formas de leer para un niño, un joven y para los adultos. Sin duda ese es un tema que da para mucho más que un mero párrafo en un post, pero lo abordo someramente sólo para señalar que han sido bastantes los mensajes equívocos que le hemos dado a los jóvenes. En algunas ocasiones me ha correspondido participar en estudios en los que se les ha preguntado a adolescentes de 16 ó 17 años: «¿Te consideras un buen lector?» ante lo cual responden: «no, sólo leo revistas y el diario. Y a veces, cuando un libro me interesa, entonces lo leo». Yo me considero una buena lectora, y sólo leo si un libro me interesa, no cuando me siento obligada a hacerlo. Desde ese punto de vista ese joven y yo tenemos algo en común.

 

Leyendo al estilo Teen

Los jóvenes suelen compartir sus aficiones: la lectura no es la excepción
Los jóvenes suelen compartir sus aficiones: la lectura no es la excepción

Sin duda las razones y formas en que los jóvenes se relacionan con la  lectura es un tema que da para varios post y estudios. Hay datos y cifras para acompañar la información. Por eso, siendo un tema tan interesante e importante me reservo el derecho de seguir tratándolo en futuros artículos. Sin embargo, esta  me parece una buena oportunidad para señalar que paulatinamente estamos comenzando a entender la relación que se establece entre los teens y la lectura. Prueba de ello es la nueva revista JIL, especializada en  fomento lector para jóvenes, ya que han sabido dirigirse a este grupo en su jerga, modismos, visualidad y estética.

Me cuenta Jennifer King -Directora de la revista – que lanzaron el proyecto porque  reiteradamente les solicitaban material concreto de promoción lectora para adolescentes, que tuviera contenidos  onderos. Aprovechando las plataformas digitales, Facebook, Twitter –muy usadas por los lenguajes teen actuales–  gracias a lo cual han llegado a más de 3.000 amigos. Por ejemplo, en twitter se declaran como «Mini revista donde encontrarás noticias de música, cómics, cine y vanguardia, y podrás descubrir aspectos poco conocidos de tus personajes favoritos.» Interesante planteamiento, ¿no?. Me interesó este tema, por eso le hice una entrevista a la Directora de la revista. Acá les presento un extracto como preámbulo al artículo completo.

Se piensa que fomentar la lectura entre adolescentes es difícil. ¿Cuál es el planteamiento de la revista en este sentido?

La revista JIL (en fotmato en línea, para descarga gratuita)  ofrece temas entretenidos de miscelánea editados especialmente para jóvenes de 14 o más años y a través de la revista presentamos una  una metodología novedosa de “cajoneras”. Esas fueron un invento mío,  para que realmente fueran opcionales pero interesantes, tentadoras. La idea es que quien quiera profundizar algún tema tiene una oferta ahí mismo. Es una especie de ideario de libros alternativos y disponibles en el mercado, muchos no-ficción, para entusiasmar con los libros y el conocimiento en general. Se aleja de la propuesta de lectura complementaria que proponen los establecimientos educativos, entregando libros con cuchara de remedio, a la fuerza.

¿Y qué hay del contenido? ¿cómo lo han hecho atractivo a ojos de quienes tienen 13 a 19 años?

Portada No. 2 de la revista
Portada No. 2 de la revista

La revista propone desde literatura, novelas hasta biografías y libros de ciencia interesantes, novelas gráficas; mostramos lo nuevo y lo antiguo, además tenemos las «Dosis Clásicas» y «Dosis Actuales» que son extractos de «puro filete» de libros, como dice su nombre, modernos y antiguos, consagrados. Procuramos elegir la mejor parte de cada libro para realmente dejar colgados a los que lo lean y que lo busquen. Suena utópico, pero cada libro tiene momentos clímax o insinuantes, y los que no, quizás no son tan apropiados para los jóvenes de hoy. El equipo editorial de la revista los elige con pinzas y con la ayuda de las especialistas de la Fundación Había una Vez.

Eso no es todo, La JIL también tiene dos entrevistas a personajes conocidos, adolescentes donde revelan sus lecturas secretas y preferidas, reflexionando acerca de sus hábitos lectores personales (sean buenos o malos) , entre otras preguntas de sus vidas en general. Y en otras secciones se ofrece tecnología de punta, lo soñado, lo último, con detalles de su composición y novedad. En ¿Qué me recomiendas? chicos  de diferentes colegios y Centros lectores del país, reseñan y recomiendan –en sus palabras– los últimos libros que han leído. Hasta el momento hemos tenido ocho reseñas por número y queremos expandir el concepto a varias páginas. Para eso esperamos recibir colaboraciones desde cualquier parte. Vamos a estar sorteando tres libros por edición entre aquellos a quienes se les publiquen sus reseñas.
No hay otra revista que busque ni ofrezca esto en la web.

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Lectura en movimiento: E-books en rústico y tapa dura

En un libro de cocina, estas aplicaciones pueden ser muy útiles
En un libro de cocina, estas aplicaciones pueden ser muy útiles

Quienes apuestan por el libro impreso no tienen por qué asustarse, ya que las mejoras multimedia que se aplican a los e-books, gracias  lo cual pasan a llamarse «enhanced books» (lo cual se puede traducir a libros enriquecidos), afectarán a una pequeña cantidad de títulos. Los primeros en añadir estos elementos nuevos a su narración fueron los destinados a un público infantil mientras que las obras de ficción para un público adulto se han vendido con mayor dificultad.

Estas apreciaciones figuran en un artículo publicado en Prospero, uno de los blogs de The Economist especializado en libros, arte y cultura, donde recoge y analiza los libros enriquecidos que han aparecido últimamente.

A las biografías, los libros de cocina, los clásicos y las nuevas formas de ficción interactiva, este tipo de mejoras puede añadirles nuevas capas más ricas y sorprendentes. Entre los ejemplos que proporciona este artículo, destaca la biografía de Muhammad Ali, a la que se le han añadido grabaciones de audio en el que el boxeador rapea sus proezas.

También los clásicos atemporales han demostrado ser buenos candidatos para este tipo de innovación. Así por ejemplo la edición multimedia de T.S. Eliot La tierra baldía recuperó rápidamente el dinero que se había invertido en su creación. El libro cuenta con los manuscritos originales, con notas y adiciones realizadas por el autor, además de vídeos y grabaciones de audio en las que se reproducen ditintos poemas leídos por actores consagrados.

Se aprecia una alta resolución de imágen
Se aprecia una alta resolución de imágen

Las pinturas se pueden llevar en el Ipad del lector
Las pinturas se pueden llevar en el Ipad del lector
Recientemente la librería del museo MOMA lanzó a la venta su colección de » libros enriquecidos» con lecturas monográficas de pintores y sus obras. Estos multi-touch enriquecen la experiencia de aprendizaje haciendo de esta lectura interactiva un placer. Los lectores pueden hacer notas, dejar marcas, escribir con recordatorios de lecturas, hacer búsquedas en todo el contenido. Exactamente lo mismo que en un e-book pero con la diferencia que hay videos y multimedia que potencia el momento de lectura.

Penguin también se ha sumado a “las ediciones ampliadas” con el lanzamiento de un clásico contemporáneo como En el camino, al que se le han añadido fotos de archivo de los manuscritos de Jack Kerouac, junto con instantáneas de sus compañeros de generación, además de entrevistas grabadas en vídeo y mapas en los que se recoge el viaje. También señala este artículo, que muchas de las biografías que aparecen en los márgenes del libro de los personajes que supuestamente inspiraron a Kerouac resultan algo discordantes.

La edición enriquecida de la obra épica de George R.R. Martin Juego de tronos, vincula los nombres de los personajes con un glosario de los clanes además de proporcionar un mapa táctil.

Aún está en estudio el impacto que pueden tener este tipo de libros en las competencias lectoras de los niños
Aún está en estudio el impacto que pueden tener este tipo de libros en las competencias lectoras de los niños

No son exactamente libros, apunta el artículo, sino experiencias interactivas, amplificadas y enriquecidas. Muchos lectores se mantienen escépticos ante esta nueva forma de narración que altera lo que el novelista estadounidense Robert Olen Butler define como “el cine de la mente”. Sin embargo los editores se muestran ansiosos por probar las posibilidades comerciales y creativas que ofrecen los textos enriquecidos.

El editor digital de Random House en el Reino Unido, cree que los mejores proyectos vendrán de la fusión orgánica entre la forma y el contenido: “Se trata de inventar cosas que los lectores no saben aún que les van a encantar”.

Fuente: Lectura Lab. Nueva cadena del Libro

 

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Lectura, educación e IVA al Libro: ¡no basemos la conversación sólo en el precio!

Entrada de una tradicional librería chilena, en pleno centro de Santiago
Entrada de a una  librería chilena, en pleno centro de Santiago

Mucho se ha comentado últimamente respecto a la ley que rebajaría el impuesto de valor agregado (IVA) al libro en Chile, lo cual, en teoría, reduciría su precio. Lo que puedo aportar desde esta columna va en una línea recopilatoria de alguien que trabaja en fomento lector y que propone reforzar la difusión de algunos aspectos. Como por ejemplo que  la ley del IVA al libro no mejoraría los índices de Lectura en Chile, lo cual  resulta más relevante que el gravamen de impuesto.

¿Por qué tanto arrojo al señalar esto? Porque para quienes trabajamos en fomento lector y en bibliotecas el hecho que se haya masificado tanto la preocupación en el IVA a los libros, más que en la lectura, es  sintomático de la forma errónea en que se aborda el tema en nuestro país. Desde todos los frentes: desde la señora que se empina en el mostrador para reclamar al librero que leer en Chile es muy caro,  desde los profesores que creen que en las bibliotecas sólo se celebra el día del libro y se organizan cuenta cuentos, hasta el Gobierno con los últimos veintitantos años de políticas públicas culturales que no han ido en la línea adecuada.

Esta semana un buen amigo me mandó una carta al editor de El Mercurio titulada ” El tema no es la lectura, es el libro” escrita por las Directoras de la  Fundación Había una vez para la Cultura Ciudadana. Además de sentirme reflejada en muchos de los antecedentes que aportaron Receba Domínguez, Carmen Paz Hernández y María Paz Garafulic me puse a pensar que es necesario seguir difundiendo y opinando respecto a la inestable relación entre  precio del libro y la lectura. Veamos porqué:

Cada vez  podemos ver más personas leyendo en el metro
El que quiere, puede: cada vez vemos más personas leyendo en el metro.

1) Toda ley responde a un objetivo. ¿Qué persigue ésta además de lo obvio? ¿Para qué queremos que los libros cuesten más baratos?. Al bajar el IVA, teóricamente uno de los atributos (el precio)  del producto (el libro) hará que éste sea más atractivo a los ojos de los  consumidores (los lectores).  Se supone que nosotros  compramos y/o consumimos aquello que nos resulta necesario, interesante, atractivo, inspirador, etcétera. Pero ¿Qué pasa si los chilenos no leen tanto como para que este cambio sea significativo? ¿Para que tenga un real impacto en la población?. El hecho que baje el precio no implicará que se compren más libros, no hará aparecer lectores enajenados que repleten las librerías para adquirir su lectura añorada. No generará presión de parte de los asiduos a las librerías para que las editoriales editen material de mejor calidad. Eso, en el largo plazo, no pasará ni por asomo. Como botón de muestra cito el estudio de Adimark «Chile y los libros» donde se pregunta en forma muy directa «Si los libros NO tuvieran IVA: ¿Compraría más?» El año 2066 un 60,1% responde afirmativamente, el 2008 la cifra aumentó al 65,3% y el 2010 la cifra cae al 53,7%.

2) El tema de la disponibilidad versus el  uso  -que daría para una columna aparte- se discutió durante el Gobierno de Michele Bachelett cuando se repartieron los maletines  literarios: el simple hecho que una familia haya tenido acceso a estos libros no significó que sus hijos los leyeran. Quizás sucedió… pero no tenemos idea. De hecho, hasta el día de hoy no hay informe que hable del resultado de esa “campaña” e inversión del MINEDUC. Les aseguro que si hubiese tenido los resultados esperados  nos habríamos enterado para generar,  desde ahí, nuevas formas de hacer leer a los chilenos.

3) Pero ya que estoy en esto, me permito ir un poco mas allá y señalar que en Chile hay bajos índices de lectura y no se compran libros porque-entre otras muchas razones-  el promedio los chilenos no entendemos lo que leemos.  Lo curioso y tremendo de esta situación es que en los establecimientos educacionales,  en las bibliotecas escolares, en los CRA -Centros de Recurso al Aprendizaje-  y en las bibliotecas universitarias parece haber una disociación entre: a) el aprendizaje, b) el estudio, c) la lectura, d) la conducta lectora y e) los niveles de comprensión de lectura. Frente a este panorama, permitan que esta bibliotecaria se sienta -aunque sea un poco- desconcertada frente a toda la difusión que genera el tema del IVA en los libros. Creo que hay otras cosas que priorizar. Y con esto no quiero que se entienda que estoy a favor del IVA en los libros. Pero me parece que la situación debe ponderarse y contextualizarse en toda su magnitud: Quién le da vida al libro es el lector. Para que éste exista, y quiera ejercer su derecho debe tener un estímulo, un impulso. Y éste no pasa, necesariamente por pagar  mil  o dos mil pesos menos en la librería más cercana. Muchos de los lectores se consiguen libros entre sus amigos, familiares, conocidos, etc. Compran en “la cuneta” o en la feria usando el comercio informal (no valido este medio, sólo señalo que se utiliza aunque no sea lo adecuado) van a San Diego o a los libreros de textos usados. Etcétera. Esos lectores, a los que de verdad les gusta leer, probablemente no van tan seguido a las librerías, o quizás compran libros de vez en cuando. ¿Sabe por qué?   porque ya tienen sus “book dealer” (amigos o conocidos con los que se recomiendan e intercambian libros)  y su “red de lectura” armada hace rato. Por lo tanto, si bajan el precio del libro quizás compren algunos títulos más al año, pero eso no causará impacto  en los índices de lectura porque son personas que ya  tienen el comportamiento lector arraigado. Los estudios que hablan de este tema aluden a un grupo etario menor de 25 años, pero de todas formas dan luces sobre el hecho que las librerías no son la principal fuente de acceso a la hora de conseguir libros.

En la FILSA dek 2011 hubo ofertas de libros de mil, dos mil y tres mil pesos.
En la FILSA del 2011 hubo ofertas de libros de mil, dos mil y tres mil pesos.

4) Porque hasta ahora no he escuchado la propuesta de desarrollo, optimización y competitividad que las editoriales (pequeñas, independientes, conglomerados, etcétera) tienen que presentar a los Chilenos. ¿Cuál es su planteamiento? ¿Se ha publicado en algún medio? ¿Qué planes tienen para el corto, mediano y largo plazo? ¿De qué forma aprovecharán la ventaja de no contar con el IVA como barrera para la edición? …Mutis por el foro.

5) ¿No les parece típico de nuestra  idiosincrasia eso de arreglar la mesa del restaurant colocando una tapa de botella en una de las “patas” que cojea? . Por que claro, en vez de reemplazarla o llevarla donde un mueblista a que sea reparada, se opta por una solución puntual que no va enfocada a solucionar el problema de cuajo. Pero ¡claro! y volviendo al tema del libro, al final  puede resultar mas amable  decir: “hacemos algo por el tema de la lectura y del libro en Chile: peleamos por el IVA”. Cuando en realidad hay muchas otras cosas que podemos hacer y que implican una labor más constate, potente, compleja, profunda y reflexiva. Es cierto: la labor que hace una madre por fomentar la lectura de sus hijos no se conoce, se basa más en la intuición que en otra cosa,  y  los resultados los atisbará sólo en unos años más. Esta labor no aparece en un video de Youtube y tampoco es masificada en una campaña.

Entiendo que los temas que planteo en esta columna son de otro calibre y van más allá del IVA  al libro. Pero, si vamos a señalar que la disminución del precio de los libros incide en el nivel de lectura de los chilenos, entonces consideremos el tema en todo su esplendor.

Creo que todos los que estamos por  mejorar el acceso al libro y la lectura tenemos un deber para con nuestro entorno mediato: ¿qué hace usted en su casa, con sus amigos y familiares, con sus hijos por fomentar el acceso al libro?  quizás algunas medidas simples que al parecer no tienen gran impacto, si se desarrollan a gran escala podrían redundar en mayores o similares beneficios que los que puede traer una disminución en el IVA a los libros. ¿No es eso lo que trata de propagar la campaña de cuidar el agua y la luz? ¿Que los pequeños actos cotidianos son los que, en el largo plazo, pueden hacer la diferencia?

 

Por eso, lo invito a  firmar por el fomento a la lectura, desde todo ámbito y medio. Aunque pensándolo bien…. no firme, mejor lea.

 

¿Le interesó este tema? Sugiero profundizar esta columna con artículos publicados en otros medios

 



Estudios

Canales de acceso a los libros.

  •  Hábito lector y comprensión de lectura en alumnos de Cuarto Medio. Estudio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes

¿Dónde obtienes los libros que lees por interés personal?

  • El Placer de la Lectura. Estudio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes

Lugares en que los/las encuestados tienen acceso a los libros por región

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Hablando de fomento lector en la escuela

Las pruebas de comprensión de lectura desincentivan el interés de los niños  por la lectura
Las pruebas de comprensión de lectura desincentivan el interés de los niños por la lectura

Mabel de Condemarín, que algo sabe de la enseñanza y didáctica, se refiera a la lectura recreativa en su libro  La lectura:  teoría, evaluación y desarrollo  «como una lectura voluntaria o independiente, en la cual los materiales escogidos por el lector son leídos durante una cantidad de tiempo igualmente voluntaria y a un ritmo personal”. No deja de llamar la atención que la idea de lectura independiente es equivalente a recreativa. Relación que la escuela y sus prácticas se encarga de disociar por completo.

Independiente se entiende en nuestro contexto escolar más bien como el niño que lee las lecturas complementarias del ramo de Lenguaje y Comunicación sin que lo obliguen o lo amenacen con las penas del infierno. El lector independiente es aquel niño al que no hay que dividirle la lectura de la novela en diez o quince páginas por día, sino que se sienta solito, sin que lo manden; y si se saca un azul, mejor, con eso, tarea cumplida. En la educación formal del colegio es suficiente con la lista de libros y sus respectivas evaluaciones; los planes lectores están orientados a desarrollar estrategias de comprensión, los niños leen para contestar preguntas de alternativas que responden a las distintas taxonomías y que les brindarán el anhelado semáforo en verde del SIMCE, entre otras mediciones.

En el colegio de Paine los niños los niños diseñan sus propios marcapáginas
En el colegio San Francisco de Paine la biblioteca invita a los niños  a diseñar y dibujar sus propios marcapáginas

En la escuela se trabaja durante todos los años y de muchísimas maneras hasta el hartazgo la comprensión de lectura, sin embargo, lo más importante no es intencionado: el estímulo lector. Si conversáramos con algunos de nuestros estudiantes y le planteáramos que la lectura puede ser recreativa pensaría que nos estamos haciendo los graciositos con un pésimo chiste. Y en este contexto, a los que nos interesa volver al mundo entero buenos lectores más que maestros o mediadores de la lectura parecemos personajes de otra dimensión arengando en jerigonza. Sin duda algo estamos haciendo muy mal. Por  enumerar solo algunas de las prácticas nocivas que tenemos que evitar diré que la biblioteca no debe, por ningún motivo, ser el lugar de castigo o que recibe a los atrasados de un colegio; que los “clásicos” no deben ser leídos obligatoriamente sólo por ser “clásicos”; que no es motivador escuchar un cuento interrumpido por todas las aclaraciones del docente; tampoco hacer esa ridícula lectura compartida en que cada niño lee un párrafo del texto con el fin de hacerla “dinámica”.

Recuerdo y veo constantemente tantas aberraciones con la lectura que me admiran aquellos que a pesar de la escuela desean seguir leyendo. Los docentes y los padres deben resignificar la palabra recreativo y su relación con la lectura. Efectivamente debemos educar en torno al placer lector, sólo así se ganan lectores independientes, es decir, que leen porque quieren saber, porque les entretiene, porque les permite pensar, porque encuentran en ese espacio tan íntimo sus propias preguntas y respuestas. En este sentido, los padres y maestros deben propiciar buenas y variadas lecturas. Si logramos  volver a nuestros estudiantes lectores independientes, ellos aumentarán su capacidad lectora y continuarán por sí solos el periplo literario iniciado en el aula. Por otra parte, no existe una única lectura recreativa, otro de los tantos sobrentendidos, un libro de filosofía puede ser tan recreativo para algunos como una novela rosa para otros, aunque con profundidades distintas, claro. Por lo demás, ese lector de novela rosa puede por sus debilidades existenciales y literarias interesarse en leer poemas de amor, y posteriormente consultar algún texto de lectura crítica que piense el amor y así terminar leyendo  teología para volver a leer aquella novela rosa que registró de su propiedad con todas las letras de su nombre y que siempre estuvo cerca, como un buen amigo.

Hay tantas posibilidades, tantas rutas y extravíos como títulos hay en una biblioteca. No podemos perder de vista, tampoco, que tenemos en el aula niños con inquietudes e intereses distintos que debiésemos conocer. Un verdadero plan lector debe partir indagando acerca de las preferencias de los estudiantes y brindar una variedad de textos literarios y no literarios que los niños puedan comprender y a la vez sentirse desafiados. Lo peor que podemos hacer es subestimarlos y pensar que la solución es darles sólo lectura de masas o los que están de moda, porque a no todos les gusta la magia o estos vampiros 2.0 que se encuentran en cuanta cuneta literaria hay en Santiago. Qué lindo sería que los niños participaran de la adquisición del material de lectura del colegio, por ejemplo. Probablemente los títulos serían muy variados. También es posible que la visita a la biblioteca fuera más asidua y sus préstamos con  sentido.

En la escuela-E-34 de Calama incentivan la lectura con portadas de cuentos en las puertas y ventanas de cada sala.  Más información en http://bit.ly/LLr8JJ
En la escuela-E-34 de Calama incentivan la lectura con portadas de cuentos en las puertas y ventanas de cada sala.

Que provechoso sería una biblioteca en la que los padres, profesores y personal del colegio sugirieran, prestaran y solicitaran libros, es decir, una comunidad educativa que compartiera sus lecturas, también la creación de pequeños clubes de lectores a partir de sus coincidencias,  salas que contaran con una pequeña estantería con los libros de los niños del curso, que se le otorgara más tiempo del día a leer en vez de hacer tareas tediosas y rutinarias, me imagino  profesores comentando lo que están leyendo con otros y con sus alumnos y que el intercambio fuera horizontal. Mi experiencia me dice que el gusto por la lectura en los niños y adolescentes es adquirido, sobre todas las cosas gracias a la transmisión positiva de la lectura y los libros de parte de esos adultos significativos. Para los niños pequeños, por ejemplo, la lectura de cuentos es una instancia muy grata de compartir y aprender junto a sus padres, y cuando sus profesores realizan lo mismo en voz alta, en un espacio acogedor, dispuesto a oír y a disfrutar, el niño recrea nuevamente los momentos cálidos y placenteros que vivió con sus padres. ¿Pueden dimensionar lo que eso significa en el contexto sala de clases? Sin embargo, algunos docentes arruinan este momento grandioso con sus evaluaciones y actividades después de la lectura, que en muchos casos duplica el tiempo que se invirtió en la misma. Mi experiencia me dice que hay que leerles constantemente a los niños, sin que exista siempre la necesidad de aplicar un instrumento de control: leer simplemente porque lo pasamos bien haciéndolo, porque queremos contarle a otro algo que sólo yo sé y que deseo compartir o porque después de la lectura se armará un diálogo exquisito y democrático. Sólo por eso, ni más ni menos.

Para terminar, les cuento que hace unas semanas estaba leyendo un cuento de Pepe Pelayo llamado Caperucítala, mis estudiantes estaban rindiendo una prueba, por lo tanto, la sala estaba en absoluto silencio. Yo fascinada con la lectura no podía contener mis risotadas con las ocurrencias de este autor. Al terminar la prueba muchos de los niños me pidieron prestado el cuento y como sólo tenía una copia quedé de leérselos otro día. No hay día en que no me cobren la promesa que les hice. Qué sencillo resultó entusiasmarlos, sólo bastó un pequeño cuento y alguien detrás de él inmerso en una lectura placentera.

Nota del editor: el Programa Lee Chile Lee seleccionó una serie de cuentos para promover la lectura en familia. Dentro de esa selección  «Caperucítala» desde este enlace es un cuento destacado, por lo que  le recomendamos descargarlo para disfrutarlo con sus hijos, alumnos, amigos, etc.

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Trabajando en red, el caso de las bibliotecas en Finlandia

En plena exposición, 29 de mayo
Claudia Gilardoni durante su exposición, 29 de mayo

El pasado martes 29 de mayo presenté en la Biblioteca de Santiago la charla «Red de Bibliotecas Públicas en Finlandia: sin comparaciones, sólo aprendizaje». En otras oportunidades  he abordado el tema de las bibliotecas en ese país, así como aspectos educativos,  sin embargo la ponencia de la semana pasada puso  acento en un tema que  siento más reiterativo en el medio educativo, cultural y bibliotecario: la conformación de redes de trabajo.

Una red de trabajo implica varios aspectos, y a pesar que en esta oportunidad me referiré a la experiencia en Finlandia, creo  firmemente que  debemos aprender a trabajar armando redes locales, privadas, públicas, especializadas, generales, multidisciplinarias,  ¡de todo tipo!. Al compartir información con 2 ò 3 personas y/o entidades con las que se relacionen frecuentemente, ya están actuando en red.  No importa el tamaño, importa lo que se genera gracias al enriquecimiento de los actores que le dan vida. Es la gestión y los resultados lo que  se valora. Y en especial su continuidad y permanencia.

En este post quisiera compartir, además de la presentación Red de Bibliotecas Públicas , y la grabación de la charla en video, algunos de los comentarios de las personas que asistieron a esta charla:

¿Qué le parece que podemos aprender y sacar en limpio para el funcionamiento de las Bibliotecas en Chile?

Trabajo de bibliotecarias referencistas en Finlandia
Trabajo de bibliotecarias referencistas en Finlandia
  • “Que las bibliotecas públicas tengan unas políticas estables, y que también tengan financiamiento dentro del Gobierno local (Municipalidades)”
  • “ La forma en la cual se trabajó, la disposición de materiales de biblioteca. Las capacitaciones de los bibliotecarios, creo que es muy importante para optimizar el trabajo en cualquier tipo de biblioteca”
  • “Me entregó varias ideas para desarrollar y cambiar ideas pre concebidas”
  • “La ambición por mejorar la educación parte desde el primer día de clases, pero debemos capacitar a todo el entorno”
  • “ Establecer una política pública de fomento lector a las políticas educativas relacionadas con la lectura y las bibliotecas, a nivel de política de estado independiente del Gobierno de turno”
  • “Asumir desde una visión de Gobierno una revaloración de nuestras bibliotecas. Ser creativos con los recursos con que contamos. Acercar a la biblioteca a nuestra comunidad”
  • “Tener más iniciativa como docentes, bibliotecarios, etc. Para mejorar todos los ámbitos del trabajo en biblioteca (colección, RRHH, espacio, etc) y buscar o crear redes de trabajo ya sea comunales o escolares”
  • “Debe haber mayor información en lo que se refiere a las bibliotecas públicas, a su uso, funcionamiento para que haya más aprovechamiento de ellas. Se deben crear redes de apoyo”

¿Tiene alguna idea, dato o antecedente que le gustaría compartir?

  • «Estoy implementando un proyecto en la Municipalidad de Santiago llamado «Leer es entretenido» y espero compartir esta experiencia cuando esté más implementada»
  • «Articulación del currículum con la Biblioteca»
  • «En nuestro establecimiento se realizan exposiciones de todo el material que llega, como una forma de incentivar a los niños a solicitar nuestros cuentos o libros que llamen la atención»
Al término de la actividad, los asistentes compartieron con la panelista
Al término de la actividad, los asistentes compartieron con la panelista
  • «El año pasado trabajé en la Biblioteca del colegio y hacía talleres de comprensión lectora desde pre kinder a cuarto básico. Lamentablemente algunos profesores de párvulo  manejan muy poca información y le tienen mucho miedo a la autonomía de pensamiento de los alumnos, coartando la creatividad»
  • «Es super importante aprovechar el material que el MINEDC entrega a los colegios, y son muy pocos los que lo implementan, como por ejemplo las lecciones CRA para apoyar a los estudiantes en su  autonomía  dentro de la Biblioteca y aprovechar los recursos que ella entrega.»
  • «En la búsqueda de este incentivo lector hemos trabajado  como profesoras de Lenguaje en mi Liceo, organizando cafés literarios, semanas del libro con diversas actividades como creación de libros gigantes, «exposición cultural»(globos con textos literarios en su interior, creación de marcadores de páginas, etc.)»
  • «En mi colegio hay una biblioteca  para niños de pre kinder a cuarto básico y otra para los alumnos más grandes. La biblioteca pequeña está atendida por una profesora que realiza clases en ella, comprensión de lectura, etc.y ha dado un excelente resultado con los más pequeños. Les fascina ir.»

Vea la charla completa, gracias a la grabación del equipo de trabajo de Canal UPA TV.

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Entrada Biblioteca Pública
Panorámica sala de lectura central

Panorámica sala de lectura central

Sala de lectura biblioteca música
Sala de lectura biblioteca música
Sector central Biblioteca Pública
Sector central Biblioteca Pública
Piano para los "lectores"
Piano para los «lectores»
Sección circulación Biblioteca Nacional
Sección circulación Biblioteca Nacional
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Vista general de la Biblioteca pública de Jyväsklyä
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Uno de los pasillos con ehibidores
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Sección Hemeroteca (colección de revistas)
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Otra vista de la Biblioteca Pública de Jyväsklä

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Tras el balance 2011 de Fomento lector en Chile

Durante la presentación del estudio, en diciembre 2011
Durante la presentación del estudio, en diciembre 2011

La idea de que la educación es clave para elevar las condiciones y expectativas en la calidad de vida es, podríamos decir, una certeza instalada desde hace mucho en la población. Y por ende, también, una verdad no cuestionada por la gente. Ahora, esto no es sólo una percepción sino que son las conclusiones actuales de todos los estudios recientes de la OCDE (Organisation for Economic Co-operation and Development) , la CEPAL (Comisión Económica para América Latina)  , expertos nacionales y del “Estudio del Comportamiento Lector en Chile”, publicado hace 6 meses.

De ahí la lógica aspiración de las familias para que sus hijos sean profesionales, incluso a un costo económico devastador muchas veces, y de ahí también la obligatoriedad de la educación en gran parte del mundo, también en Chile (aquí, al menos, la básica y media). Pero la contundencia de los estudios y la legítima ambición de las personas y del país, si bien son un inicio fundamental, no son suficientes elementos para lograr la mejoría de la calidad educativa.

Un Plan Nacional para fomentar la lectura

Parte del equipo que trabajó en el estudio
Parte del equipo que trabajó en el estudio

Es sabido hace bastante tiempo que un porcentaje importante de los chilenos no entiende lo que lee, pero que esa cifra sea, a fines de 2011, un 84% y que además sólo el 3% logra realizar una internalización crítica de lo leído, esos ya son datos menos conocidos, y preocupantes.

Lo anterior se agrava al considerar, también, que quienes se declaran lectores poco frecuentes son quienes efectivamente menos nivel de comprensión lectora demuestran y que eso tiene una importante incidencia en la productividad y por ende en las condiciones y expectativas en la calidad de vida de las personas.

Este escenario es el que dio a conocer, a mediados de diciembre del año 2011, el estudio mencionado. El informe fue realizado por el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, con data desagregada, considerando factores diversos desde etáreos, hábitos de lectura y otros antecedentes que se cruzaron a su vez con datos socioeconómicos. Además se hizo una correlación con la productividad que podría alcanzar el país de mejorarse el nivel de comprensión lectora. Para los profesionales involucrados en estas materias, fue un estudio muy serio que arrojó resultados que permitirán la creación de pautas para la mejora real en la calidad educativa.

El estudio consideró que la lectura es un acto personal, de ahí la necesidad de estudiar las conductas individuales. Vale decir, analizar qué leen las personas, cuándo, cómo, etc.  Esta información da insumos invaluables a la hora de generar una política pública al respecto. Lo anterior es muy relevante, pues esta investigación fue hecha por mandato gubernamental, es decir estos insumos se transformaron en datos oficiales y están dentro de la fase de diagnóstico de un Plan Nacional para el fomento de la lectura.

Esto es muy relevante, puesto que de acuerdo a la información que manejo, hasta ahora había iniciativas de entregar libros, que, como  hemos sabido, no funcionaban mucho, como lo ocurrido con El Maletín Literario o los libros de CONACE. Había iniciativas aisladas que no siempre erav medidas y evaluadas tras su aplicación. Ahora, la diferencia relevante del planteamiento del estudio citado es que aquí se distingue entre el fomento de libros y el fomento de la lectura.

Por supuesto que es indudable, como también lo evidencian estudios de la UNESCO que el tener libros es un gran aporte. Pero es como las máquinas de ejercicios, no tonifcan el cuerpo con sólo existir, se deben usar y bien. Es decir, este docuemnto toma como premisa de partida, y como estandarte además, que lo importante es estimular que las personas lean, donde importa, así, por ejemplo, que los niños vean que sus mayores leen.

Al respecto, también es cierto, como refiere el mismo informe, que un porcentaje importante de la población se declara no lector. Eso ya se sabía hace tiempo y si bien tanto la prueba PISA  como el informe del “Lee Chile lee” demuestran que ha mejorado la comprensión lectora entre los jóvenes en la última década, el índice actual sigue bajo los estándares necesarios para un desarrollo país satisfactorio.

Lo anterior refleja que las acciones que se han realizado hasta ahora han mitigado el problema de la no comprensión lectora en el segmento más joven de la población, pero no lo han solucionado. Y entonces podría surgir la pregunta ¿por qué las cosas habrían de mejorar ahora? La respuesta podría estar el contexto.

 

Contexto actual, el factor que puede ser determinante

Durante el lanzamiento oficial de la campaña de difusión del Plan Nacional de Fomento Lector “Lee Chile Lee”
Durante el lanzamiento oficial de la campaña de difusión del Plan Nacional de Fomento Lector “Lee Chile Lee”

El año 2011 se caracterizó por las fuertes demandas a la Educación y el apoyo de la ciudadanía a esas peticiones. También tuvo fue importante la publicación de la OCDE dando el triste primer lugar a Chile como el país con mayor nivel de desigualdad dentro de los países de esa organización. Y tanto esa entidad, como la CEPAL, entre otros expertos consideraron que para disminuir esa situación la Educación es la clave.

Ahora, en Chile más de los dos tercios de la población tiene ingresos inferiores,  y el promedio nacional de los trabajadores oscila en los 360 mil pesos mensuales. Con ese panorama, y sabiendo cuál es el costo real de la vida en nuestro país, se entiende el apoyo de la ciudadanía  a los estudiantes, el cual fue ratificado por diversas encuestas. Lo anterior, además, se une a que el libro de no ficción más vendido desde su publicación en septiembre de este año fuera Universitarios: ¡El problema no es el lucro, es el mercado!”. Todo ello evidencia una ciudadanía ávida por participar, opinar.

Todo este contexto potencia, como nunca, que las medidas para mejorar la calidad de la educación en Chile, por ende el fomento de la lectura,  tengan mucha mejor recepción en la ciudadanía, si son las adecuadas.

 

Ya, pero y ¿para mí qué?

Este Plan Nacional de Fomento de la Lectura, donde participan el Consejo Nacional de la Cultura, el Mineduc, y la Dibam, está constituido por un equipo de profesionales de excelencia, partió realizando el estudio referido, evidenciando así la importancia  de tener una base informada y cuantitativa para poder analizar los diversos factores involucrados y considerar pautas adecuadas para el mejoramiento de la lectura en Chile.  Y  da cuenta, también, que este es un tema serio para el país. Cuyo fin es generar una política pública efectiva.

Esa política podría materializarse en más libros para las casas, los colegios, o las bibliotecas públicas de todo el territorio. Pero serían los libros adecuados para que sean leídos, serían los insumos necesarios para que un niño de una isla chilota lejana, o quizá de un pueblo perdido al interior de Arica, se entusiasmara con historias u otros relatos, que hagan de él, luego, tal vez, una persona instruida que tenga la posibilidad de incidir en el aumento de la productividad y por ende en el desarrollo del Chile del futuro que todos queremos.

Así que a la hora del balance de rigor, tras seis meses de haber sido publicados esos resultados, si bien se ha evidenciado el descontento de la población en muchos frentes, al menos en uno, importante dada su relación con las demandas callejeras, la educación, es justo explicitar que el Plan del Fomento de la Lectura con el Programa “Lee Chile lee” hizo un aporte relevante al realizar este estudio.

Estaremos atentos para ver en qué decanta todo este proceso y las nuevas políticas en materia educativa y cultural.


Artículo escrito por Katina Ferrer, columnista invitada.

 

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Estudiantes universitarios: ¿cuánto y cómo valoran la lectura?

(c) bingfoundation.org
(c) bingfoundation.org

Estudios referidos a hábitos lectores y nivel de comprensión lectora  en Chile señalan que el perfil de los lectores frecuentes corresponde  al de personas en un rango etario entre 15 y 29 años, de un nivel  socioeconómico alto, medio-alto y con 13 o más años de estudio.  No es casual que los poseedores de dicho perfil sean los mismos que  más adquieren libros, según antecedentes de la Cámara Chilena del  Libro.

Remitiendo este análisis al de la educación superior, la literatura  existente no da cuenta de análisis aplicados a estudiantes de pregrado, lo cual ha generado un desconocimiento acerca del valor asignado al libro en este segmento, en tanto medio de información, de recreación y de enriquecimiento personal. Tampoco se encontraron antecedentes que esclarezcan cuál es el mecanismo que los jóvenes tienen para enfrentar su rendimiento académico a través de la lectura.

Los jóvenes universitarios  son quienes,  teóricamente, más debiesen leer y consumir libros; además, manifiestan autonomía y capacidad crítica sobre las áreas y periodicidad de lectura. Por otro lado, por su formación académica se presupone que desarrollan actividades intelectuales y, por sus años de escolaridad, debiesen tener hábitos de estudio formados total o parcialmente.  La población en Chile, en cuanto a comportamiento lector se refiere, no presenta un escenario auspicioso. La medición internacional IALS (International Adult Literacy Survey) señala que en Chile más del 80% de la población entre 16 y 65 años se ubica bajo el nivel mínimo de comprensión de lectura. Hay quienes manifiestan dichas habilidades muy escasamente, siendo, por ejemplo, incapaces de entender las instrucciones impresas en los envases de productos comerciales. Estos sujetos clasifican en el nivel 1 de comprensión lectora . El nivel 2 es para quienes sólo procesan información que está expuesta en forma clara y evidente, y, aún así, no les es sencillo comprenderla ya que desarrollaron habilidades utilizadas sólo en la cotidianeidad, por lo cual no les resulta fácil hacer frente a nuevas demandas y, menos aún, adquirir más y mejores destrezas en este sentido. Ascendiendo en la clasificación están los alfabetizados funcionalmente, quienes son capaces de entender instrucciones y presentan destrezas que aportan en su rendimiento laboral. Finalmente, los niveles más altos –4 y 5– comprenden e infieren a partir de lo leído, y no sólo eso, sino que además pueden generar nueva información como parte del proceso.

Kenneth Goodman en su artículo «La lectura, escritura y los textos escritos: una perspectiva transaccional y sociopsicolingüística»  postula que existen niveles de comprensión lectora:

  • literal (primer nivel);
  • inferencial (segundo nivel)
  • crítico (tercer nivel)
  • apreciativo (cuarto nivel)
  • creador (quinto nivel)
(c) Libraries & Museum
(c) Libraries & Museum

Lamentablemente, según los estudios aludidos, sólo un 2% de los chilenos está en el nivel 4 y 5. Si este antecedente se analiza respecto al 13% de la población con educación superior (universitaria o técnica) completa, entonces se deduce que menos del 25% de los egresados de universidades chilenas manifiesta habilidades destacables en cuanto a comprensión lectora (niveles 4 y 5). Si a ello se suma que un 11% de jóvenes universitarios en sus últimos años de estudio señalan categóricamente que no tienen hábitos lectores, el escenario se torna cada vez menos optimista.

Se entiende por hábito lector cuando la lectura se realiza en forma automotivada y se ejerce periódicamente (diariamente o varias veces por semana). Bajo este prisma, esta actividad es considerada como una opción más, no sólo de  entretención, sino que como un medio de aprendizaje, adquisición de nuevo conocimiento y acceso a la cultura. Existen variables psicológicas y emocionales que concitan interés por la lectura. Los investigadores Wigfield y Guthrie señalaron  que “la construcción del significado durante la lectura es un acto motivado. Durante la lectura el individuo actúa deliberadamente y con un propósito. Por lo tanto, una explicación en términos motivacionales es crucial para una explicación del acto de leer”. Este factor puede ser decisivo, tanto al momento de optar por leer en vez de hacer otra actividad, como también por escoger qué se leerá. Es por esto que, a la hora de comprender, de proyectar y,  eventualmente, intervenir en el desarrollo de la industria del libro resulta crucial conocer los hábitos y la forma como piensan y discriminan los consumidores de lectura.

El comportamiento de los universitarios es el más interesante en relación con este tema, puesto que ellos pronto ejercerán sus opciones de consumo cultural en el mercado. Existen antecedentes, proporcionados por la Cámara Chilena del Libro, que indican que en los últimos tres años la producción editorial aumentó, en promedio, un 8,4% .

Prosiguiendo el análisis respecto de la variedad de la oferta editorial, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLAC) analizaron la comercialización del libro en Chile, y concluyeron que “el sector librero realiza una inversión muy escasa en acciones de marketing y, generalmente, ésta se concentra en lo que hacen las cadenas de
librerías. Aún así, lo que se realiza es menor y muchas veces de forma esporádica e irregular. Tampoco hay campañas de publicidad conjunta ni del producto en términos genéricos, ni de las librerías como canal de venta”.

No puede dejar de sorprender que esto suceda en un país en vías de desarrollo, en el cual la tasa de inversión del Estado en educación se ha cuadruplicado desde 1990,  en el que se ha incurrido en una serie de reformas destinadas a mejorar la educación –tales como el MECE,  Proyecto Enlaces, proyecto Bibliotecas de Aula , jornada escolar completa entre otras iniciativas– con lo cual se ha invertido en el fortalecimiento del nivel de educación y cultura de los chilenos.

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Este post es la introducción del artículo «Universitarios y lectura: Análisis cuali-cuantitativo  del uso, accesibilidad y valoración de los libros» escrito por Claudia Gilardoni , el cual da cuenta de una investigación realizada el año  2005 y con el auspicio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura a  los estudiantes universitarios de pregrado de la Región Metropolitana en instituciones del Consejo de  Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) y privadas, de las  áreas humanista y científica, quienes, al momento de realizar dicho estudio, cursaban asignaturas entre el séptimo y el décimo semestre académico. El estudio se centró en este segmento pues constituye una masa crítica importante. Según informes del Consejo Superior de Educación (CSE), su universo alcanza aproximadamente 35.000 estudiantes. El artículo presenta presentó los resultados con  relación al tipo de universidad y al área de estudio, circunscribiendo este último aspecto sólo a Ciencias y Humanidades. Posteriormente, se especializó el análisis y el área de estudio de acuerdo con estudiantes  de carreras de Ciencias Básicas, Ciencias Aplicadas, Ciencias Sociales y carreras de Arte. Ello permitió dilucidar el perfil de los jóvenes según su carrera y su relación con la lectura, lo cual es presentado en este artículo que profundiza el análisis primario.

El estudio fue publicado en diciembre del año 2006 en la revista Calidad de la EducaciónDescargar el artículo en PDF

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Otra forma de entender la Novela Gráfica

Foto:Vanguardia/El Universal
Foto:Vanguardia/El Universal

Me han pedido que en breves líneas les comente lo que considero como novela gráfica. La verdad, creo que su invención responde más a un afán comercial que a una forma de cristalizar un impulso artístico (o como prefieran llamarlo). Sea como fuere, igualmente, los precios a los que asciende este formato en Chile hacen que la mayoría de nosotros, simples mortales con mucho entusiasmo y poco dinero, sólo conozcamos como novela gráfica lo que se almacena en los anaqueles de nuestras bien amadas bibliotecas públicas. Y, seamos francos, éstas no suelen estar muy nutridas de dicho material.

Aunque sea una perogrullada lo mejor que podemos hacer para definir este concepto de “novela gráfica” es descomponerlo en sus partes. Primero, por novela, tradicionalmente se entiende una narración extensa, en la que participa un número importante de personajes que actúan en torno a un conflicto central y otros de carácter secundario. Segundo, el concepto de “gráfico” no creo que precise demasiadas explicaciones, pero lo empleamos para aludir a la presencia de imágenes.

Por tanto, la novela gráfica podemos describirla, en primera instancia, como una narración que se desarrolla empleando imágenes. En un segundo momento, y con esta escueta aproximación en mente, cabe preguntarse qué es lo que eventualmente diferencia una novela gráfica de un cómic; pues la somera definición que hemos propuesto más arriba es válida para ambos formatos. Con el fin de desambiguar el concepto podemos apelar a que una novela gráfica, a diferencia de un cómic, se publica principalmente en tapas duras y en volúmenes únicos; distinguiéndose del cómic que suele publicarse en entregas (semanales, quincenales o mensuales) en las que, en su conjunto, plantean el desarrollo de una historia.

De lo anterior se desprende que el valor de la publicación de la novela gráfica sea superior al del cómic (tapa dura, pliegos cosidos, ilustraciones y gran cantidad de papel). Para no elevar tanto el costo, los editores privilegian el que las ilustraciones de la novela gráfica vayan en negro y que la calidad del papel se reduzca (recordemos que la mayoría del cómic publicado por DC o Marvel sale en papel couché y a cuatro tintas).

Portada de "El Principito" versión novela gráfica
Portada de "El Principito" versión novela gráfica

Si se les consultara, cualquier librero o editor diría que una novela gráfica, a diferencia de un cómic, es una obra completa en sí misma, o sea, una que no requiere de otros volúmenes para desarrollar una historia completa. Probablemente añadirían que posee un despliegue literario inexistente en el cómic, que los temas son más profundos (ojo aquí, asumir que el cómic no trata temas “serios” es una falacia del porte de un continente) y un sinfín de otros artilugios que apuntan a vender, más que a cualquier otra cosa.

Considerando mi experiencia con el formato novela gráfica, les aseguro que lo único que realmente la separa del cómic es la forma en que se publica y se vende al público.

Los invito a comentar este artículo, pues es la única manera que tenemos para conocer su opinión.
Yo por mi parte, estoy dispuesta a exponer uno a uno los argumentos que me llevan a creer que, como tal, la novela gráfica es un invento de escritores, dibujantes y editores para ganar compradores. Espero sus comentarios.

A propósito de la feria del libro que se está celebrando por estos días en Buenos Aires, les dejo el artículo «El esplendor creativo de la novela gráfica» de La Nación (periódico argentino) sobre el espacio que ocupa la novela gráfica en la feria.

 

Ejemplos de partes de la obra versión gráfica
Ejemplos de partes de la obra versión gráfica

 

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